Reencuentro con Elena

"-Pfff... -decía avergonzada, tapándose la cara con las manos.
-No te pongas así, mujer, que no es para tanto. Tiene que ser divertido irse contigo a la cama con esos gemidos... Estaría bien probar... Es broma, jajajaja. O no... -dije entre dientes entrando ya en la cocina."

No pudo contenerse más Javier, tenía que intentarlo, probar su suerte con su roommate, de lo que responda Andrea a esta insinuación-invitación dependerá el curso que tome esta parte final del relato.

De producirse lo que con ansias desea Javier, podría convertirse en un dique que al romperse arrastrará con mucho de la "normalidad" que llevaban, donde lo más complicado estará en que se entere Noelia.

Coincido que lleva tiempo "desaparecida" Ángela, ya no parecen tan pendientes uno del otro, sabemos lo que ha distraído estas últimas semanas a Javier, pero de ella poco y nada sabemos, siendo la más probable explicación, que ya tenga con quien desfogarse, y de no ser así, se le terminará juntando el ganado a Javier, ya Ángela debe estar por llegar por Navidad.
 
"-Pfff... -decía avergonzada, tapándose la cara con las manos.
-No te pongas así, mujer, que no es para tanto. Tiene que ser divertido irse contigo a la cama con esos gemidos... Estaría bien probar... Es broma, jajajaja. O no... -dije entre dientes entrando ya en la cocina."

No pudo contenerse más Javier, tenía que intentarlo, probar su suerte con su roommate, de lo que responda Andrea a esta insinuación-invitación dependerá el curso que tome esta parte final del relato.

De producirse lo que con ansias desea Javier, podría convertirse en un dique que al romperse arrastrará con mucho de la "normalidad" que llevaban, donde lo más complicado estará en que se entere Noelia.

Coincido que lleva tiempo "desaparecida" Ángela, ya no parecen tan pendientes uno del otro, sabemos lo que ha distraído estas últimas semanas a Javier, pero de ella poco y nada sabemos, siendo la más probable explicación, que ya tenga con quien desfogarse, y de no ser así, se le terminará juntando el ganado a Javier, ya Ángela debe estar por llegar por Navidad.
Para nada creo eso.
Lo que pasa es que últimamente se centra más en sus encuentros con Noelia, pero yo no creo que haya ni distanciamiento ni mucho menos que Ángela esté con otro.
Además, dentro de poco se van a ver y en ese momento quizás pase algo entre ellos.
 
Capítulo 740

Entré en la cocina y me puse a lavar los platos y demás con una sonrisa en la cara y con la polla algo morcillona al recordar sus gemidos y al ver cómo se había puesto, porque la verdad es que la encontraba monísima así de avergonzada. También me dio por imaginármela mientras hacía aquello, no bajándose así la hinchazón que tenía ahí abajo. Cuando salí de la cocina la miré, viendo cómo terminaba de comer con su cabeza muy agachada, mirando al plato y tapándose la cara con su pelo. La observé durante todo el tiempo que estuve sentado en el sofá mientras ella terminaba de comer, recogiendo todo después, permitiéndome admirar su culazo del que no pude apartar la mirada desde que se levantó hasta que entró a la cocina.

Luego cuando salió, se fue directa a su habitación, viendo cómo seguía roja, pareciendo estar muy turbada por la conversación que habíamos tenido. No veía que fuera para ponerse así, y menos todavía cuando ella se estaba metiendo conmigo por lo mismo. Me resultaba hasta divertida la situación que se había montado, aunque también he de reconocer que estaba excitado y de manera instintiva me sobaba un poco por encima de la ropa. Pero debía irme a trabajar, así que fui al baño para echarme agua en la cara y que se me fuera así el calentón, diciéndole a Andrea que me iba, aunque lo hice desde su puerta al estar cerrada. Ella me respondió con un escueto "adiós" y la dejé en casa, yéndome a trabajar sonriendo por la gracia que me hacía cómo se había puesto.

Al volver del trabajo tuve la suerte de no encontrarme a Noelia otra vez, aunque Andrea estaba muy cortada, cosa que me seguía haciendo gracia. Tan solo me dijo que ya se había encargado de preparar la cena y que no había que hacer nada más, así que entre los dos fuimos poniendo la mesa y nos sentamos a cenar. Ella evitaba mi mirada, la cual no dejaba de pasearse por su cara, su pelo y lo poco más que podía ver de su cuerpo entre que la mesa tapaba gran parte de él, o si no, su ropa ancha.

Andrea se dedicaba a mirar la tele o su móvil, cenando más deprisa de lo que solía. Traté de sacarle tema de conversación, aunque no lograba mantener una charla con ella como solíamos. La verdad es que me parecía una situación interesante, porque no la notaba incómoda, tan solo avergonzada. No veía en ella esa incomodidad que vi cuando intenté besarla. Eran caras muy diferentes. Eso me daba qué pensar. Seguía teniendo novio, pero desde luego no veía esa puerta tan cerrada como lo hacía antes. Y cuanto más me paraba en pensar en ello, más ganas me entraban de ella, imaginándome en varios ratos muertos cómo sería estar con ella en la cama.

Se fue a la cama muy rápido, tan rápido como terminó de cenar y de recoger lo suyo. No me dijo nada más que un "buenas noches" bastante bajito. Yo me fui al sofá. Era muy temprano y no me apetecía tampoco irme a la cama para ver si así hacía sueño. En lugar de jugar con la play, me dediqué a jugar con otra cosa, porque como he dicho, en los ratos muertos pensaba cómo sería Andrea de manera más íntima. Ya lo había hecho montones de veces y se me había hecho una imagen de ella desnuda en mi cabeza, por lo que no me tenía que esforzar mucho en ello.

Ahora, además tenía sus gemidos para esas fantasías y me entretuve un rato en el sofá, bien tapado por si venía de repente, para que no me pillara en el asunto, aunque en realidad si lo hacía, lo mismo se animaba... Aunque no pude terminar lo que tenía entre manos, porque recibí una llamada de mi amiga Ángela, con la cual hacía un par de días que no hablaba.

Nos estuvimos poniendo al día, comentando cosas de nuestro trabajo y preguntándonos algunas más. También me sacó el tema de la conversación que había tenido con Sofía. Al parecer había estado hablando con ella y la había notado mucho mejor que la última que habló con ella. En esa conversación que habían tenido hacía poco le contó que Hugo formaba ahora parte de su vida. Ángela de mostraba bastante contenta por ella y se alegraba mucho de que al final hubiera sido capaz de encontrar a alguien con quien sentir cosas así, porque era algo que preocupaba a Sofía desde hacía un tiempo.

Pero no todo era perfecto, porque también le contó que había problemas, aunque no entró mucho en detalle. Ángela tan solo mencionó que era un tema de celos y algo más, aunque no ahondó más en el tema. Nos despedimos un buen rato después, porque con la tontería se nos había hecho tarde y ella estaba cansada. Lo que más captó mi atención de su llamada era aquello que decía de que estaba contando los días que faltaban para regresar por vacaciones, los cuales no eran muchos.

Me fui a la cama para intentar dormir, aunque el antibiótico iba a ayudar a eso seguramente, así que no era mucho problema en realidad. Me acerqué con cuidado a la puerta de Andrea, aunque no podía escuchar absolutamente nada, por eso me acabé marchando a la mía, tumbándome en la cama después de ponerme más cómodo y cayendo en realidad bastante rápido. Tampoco la escuché marcharse al día siguiente, siguiendo yo con la rutina de mi día a día, aunque ahora que estaba con el antibiótico, desayunaba antes de salir a hacer ejercicio, aunque tampoco es que hiciera mucho, porque el medicamento me tenía un poco entumecido y no me apetecía mucho.

Y seguía igual cuando entraba a trabajar, pero un buen café hacía que se me pasara. El panorama en casa fue bastante parecido al del día anterior con Andrea, siguiendo esquiva en lo que a miradas se refería. El momento de preparar la comida juntos fue lo más interesante, llegando a despacharme rápido de la cocina para que la dejara a ella, o pidiéndome que pusiera la mesa.

Yo seguía encontrando graciosa la situación, sobre todo, porque se seguía poniendo roja cuando podía verle la cara al dirigirse hacia a mí. De la misma manera que el día anterior, me extrañó no encontrarme a Noelia por allí, aunque seguía sin quejarme. Ya se pondría en contacto conmigo después de comer, intentando entablar un poco de conversación conmigo en donde yo respondía de manera muy breve. Con tono divertido por lo que reía o por los emoticonos que me mandaba, me decía que aún le dolía un poco el culo, pero ya casi nada en comparación con el día anterior.

Me contó que se había acercado a una farmacia, saliendo un poco antes de clase el día anterior, como yo ya sabía por lo que me había dicho Andrea, comprándose una pomada para poder aplicársela. Pasó mucha vergüenza en la farmacia según me contó, pero la atendió una chica joven y la trató muy bien, aunque eso no quitaba que hubiera pasado vergüenza, pero pensaba que habría sido peor si la hubiera atendido un chico o un hombre más mayor.

No faltó la coletilla de que tenía muchas ganas de verme y que estaba deseando hacerlo, contándome que no había ido a comer conmigo porque tenían un problema en casa y estaban arreglándolo, pero que para esa tarde quedaría resuelto. Me explicó un poco por encima de lo que trataba el problema, aunque no me podía importar menos. Dijo que podíamos vernos si yo quería para pasar un buen rato, aunque prefería no hacer nada por atrás para terminar de recuperarse.

Se llevó una sorpresa muy grande cuando le dije que me parecía bien y que me pasaría por su casa para vernos cuando saliera de trabajar. No paraba de decirme que no podía esperar y que ojalá no tuviera que ir a trabajar a la academia, porque si por ella fuera estaríamos toda la tarde en la cama. Le dije que a ver si era verdad y echábamos un buen polvo y no se quedaba dormida como ya le había pasado varias veces. Pareció no sentarle muy bien aquello por la manera en la que me aseguró que eso no pasaría al responderme.

Pero antes debía ir a trabajar, encontrando un panorama un tanto delicado, porque algunos alumnos estaban empezando a suspender algún que otro examen. No paraban de quejarse de que era mucho contenido, o que les ponían todos los exámenes muy juntos o el clásico de que el profesor les tenía manía. Pero a mí eso no me servía de nada, echándole la bronca a quien se la merecía y diciéndoles que o estudiaban o me encargaba yo personalmente de hablar con sus padres para que los castigaran si era necesario.

También me dediqué a ir preparando material para darles y que pudieran trabajar en Navidad para luego poder recuperar dichas asignaturas. Pero eso no me llegó a enfadar ni nada, porque eran casos marginales dentro de un gran número de alumnos. Así que cuando salí de trabajar, me fui directamente hacia el coche para montarme en él e ir a casa de Noelia, habiendo avisado a Andrea de que no iría a cenar.

Me recibió con una sonrisa radiante, habiéndose puesto guapa. Nada más abrirme la puerta, me agarró de la mano para que entrara, tirando de mí para darme un beso y un abrazo, el cual rompí yo para que no se acostumbrara. Me llevó de la mano por la casa, pasando por el salón y saludando yo a sus compañeras de piso, habiendo un chico allí también, el cual supuse era el novio de alguna de las dos. Aunque como Noelia tiraba de mí con fuerza, no es que pudiéramos hablar nada. Tan solo pude oír cómo nos pedían que no hiciéramos mucho ruido cuando ya estábamos llegando a su habitación.

Noelia cerró la puerta con una risa divertida y vi que había preparado algo, aunque era más una tontería, como ella misma dijo. Su escritorio estaba despejado, habiendo sobre él un par de vasos, servilletas y poco más, explicándome que había pedido la cena para los dos, la cual no tardó mucho en llegar. Cenamos juntos, contándome ella sus cosas y respondiendo yo a sus preguntas, aunque de manera breve, como siempre. No se equivocó mucho en lo que pidió para mí, porque estaba bien, aunque no me terminaba de gustar el ambiente a cita que había al estar ambos de esa manera en su habitación, teniendo además una luz de ambiente con una pequeña lámpara de luz cálida que tenía por allí, pareciendo que estábamos cenando con velas.

Aunque luego la cosa se animó más cuando terminamos, recogiéndolo todo ella muy rápidamente para regresar después de decirme que me pusiera cómodo. La esperé echado en su cama, apoyado sobre mis codos mientras miraba el móvil, aunque no encontré nada interesante. Una vez volvió, Noelia apagó la luz de esa lamparita para encender otra luz, aunque ahora era la luz de una de esas tiras de led, la cual estaba repartida por gran parte de su habitación. Con un mando las encendió y fue pasando modos y colores hasta que las dejó en un azul bastante claro.

La verdad es que hacía una luz de ambiente bastante buena para lo que iba a pasar en breve. Ella me preguntó si le gustaba, asintiendo yo. Noelia me miraba con mucho deseo, poniendo su mano sobre mi muslo, preguntándome si podía besarme ya por aquello de la infección que tenía en la boca, negando yo. No le cayó muy bien aquello, aunque más que enfadarse, puso un gesto triste. Pero eso no la terminó de desanimar, porque se acabó acercando a mí para darme un beso en la mejilla muy lento y con mucho cariño, cosa que acabó repitiendo varias veces.

Le eché un poco la bronca cuando se deslizó por mi cuello para continuar con esos besos, aunque ella me perdió perdón enseguida y en múltiples ocasiones. Me acarició la cara con la mano y me empezó a desnudar sin apartar su mirada de mis ojos, estando con una sonrisa todo el tiempo. Una vez me desnudó, ella se puso sobre mí para empezar a besar mi pecho, pero le pedí que se desnudara ella también, haciéndolo al instante.

Volvió a ponerse sobre mí para besarme, pero le dije que me la empezara a comer, porque tenía muchas ganas. Aún tenía el calentón por lo ocurrido con Andrea y por la paja de la noche anterior, la cual se vio interrumpida por mi amiga Ángela. No estaba para cariñitos en ese momento, necesitaba follar y lo que más me apetecía era que me la comiera en ese momento, cosa que empezó a hacer al instante. A esas alturas me conocía muy bien y sabía cómo me gustaba, por lo que no tardé en empezar a relajarme y disfrutar de lo que me hacía, aunque me jodía no poder comérselo yo por estar aún mal con la boca.
 
Me ha encantado esta doble referencia de sus "enamoradas", las tiene a pares, Sofía y Ángela, y Noelia y Andrea ¿Qué tienen todas ellas en común? Que todas ellas tienen la polla de Javi en la cabeza ... en sentido figurado ¡Eh! Que no estoy diciendo que sean unicornios de cuerno morcillón.
 
Capítulo 741

Noelia lo hacía realmente bien, aunque yo no quería decírselo. Tan solo me limitaba a poner mi mano sobre su cabeza, dejándola posada solamente, aunque apretaba un poco su cabeza contra mí de vez en cuando, pero tampoco lo hacía tanto. La verdad es que estaba muy cómodo, porque se había echado un perfume que olía de maravilla, nada que ver con el que usó el día de su cumpleaños, aunque en realidad me gustaba más ese, pero el olor no era el problema, sino los recuerdos que despertaban en mí.

Ella también me hacía sentir cómodo con algunas palabras que decía de vez en cuando, cosa de la que aprendió a no abusar mientras estábamos en la cama al decirle yo que se callara en innumerables ocasiones. De lo que sí abusaba era de las caricias que me daba por todo el cuerpo, sobre todo por el pecho y los muslos. Estuvo así durante un buen rato, estando disfrutando yo bastante de aquello, aunque necesitaba ir un poco más allá.

Por eso le dije que se pusiera sobre mí, porque quería que folláramos. Ella obedeció de inmediato, estando supercontenta, trepando por mi cuerpo hasta que quedamos cara a cara, con mi polla apretándose entre nuestros cuerpos. Intentó darme un beso en la boca, pero me aparté de ella, recordándole que no podíamos besarnos. Ella hundió su cara en mi pecho, riendo de manera un poco triste mientras decía que se le había olvidado con el calentón que tenía encima, pasando a decir después que se le estaba haciendo muy duro.

Pero no dejó de besarme, aunque por otras partes de mi cuerpo, empezando por donde tenía su cara apoyada, volviendo a subir a la cara, para darme algunos por ella. También me dio alguno por el cuello, emitiendo yo un sonido de molestia que no hizo más que provocar una risa traviesa en ella. Le dije que me lo estaba pasando bien y que quería seguir así, por lo que le pedí que no lo hiciera de nuevo si no quería que me enfadada y que le pusiera un castigo, pasando a azotarle el culo para que recordara ese momento en el que le dejé hasta marcas en él.

Lo pilló muy rápido y no se demoró más en elevar su cuerpo para agarrar mi polla y frotarse su rajita con mi glande, lanzando un pequeño gemido y luego una risa juguetona. Se la empezó a meter muy lentamente, notando yo lo húmeda y caliente que estaba ahí abajo hasta que la tuvo dentro por completo. Me miró con sus ojos entornados, apoyándose en mis hombros, con su cuerpo inclinado hacia delante mientras yo ponía mis manos en sus muslos y las movía hasta su culo.

Justo antes de empezar a moverse lentamente me dijo que se moría por besarme, pero le negué con la cabeza, arrancando la follada. Pero lo hacía muy lentamente, por lo que le dije en un par de ocasiones que se moviera más rápido, aunque ella me decía que quería hacerlo un poco así. No fue hasta que le di un fuerte azote que empezó a follarme con la rapidez con la que yo quería que lo hiciera. Estuvimos así unos 5 minutos, hasta que le pedí que siguiera así, pero moviéndose para darme la espalda.

Noelia no decía que no a nada ni ponía mala cara, haciéndome caso de inmediato para ponerse de espaldas a mí y follarme así. Empezó por moverse hacia delante y atrás, pero luego fue inclinando su cuerpo hasta quedar apoyada en sus codos sobre la cama. Ahí fue cuando empezó a follarme al hacer subir y bajar su culo. Lo hacía muy bien y me ponía mucho ver ese panorama. Me resultaba muy llamativo ver cómo ese coñito tan pequeño era capaz de tragarse mi polla de la manera en la que lo hacía.

Al igual que también me llamaba la atención cómo su culo había sido capaz de hacerlo, porque lo volvía a ver tan cerrado y pequeño que porque ya lo había hecho, si no, no me lo creería. De hecho, se lo acaricié un poco con un dedo, dando ella un respingo y levantando su cabeza de manera brusca, con su pelo bamboleándose mucho, parando la follada y esos gemidos que se esforzaba por ahogar contra la cama.

-¿Aún te duele? -pregunté al ver su reacción.
-No, ya no me duele ni nada.
-¿Entonces?
-Es que no me lo esperaba, jejejeje.
-Ah, vale.
-¿Es que quieres hacerlo hoy otra vez así?
-No. Solo lo estaba acariciando.
-¿Te gusta mi culito?
-Sí. Es muy pequeño para las nalgas que tienes -dije dándole un azote.
-Ay... Jijijiji... -se quejaba riendo.

Noelia reanudó la follada, haciéndolo ahora más rápido aún, aunque variaba un poco el ritmo por momentos, pero por lo general lo hacía rápido, cosa que me gustaba. Tanto me gustaba que agarré sus nalgas para abrirlas y colaborar yo también en el mete-saca, follándola muy rápido desde abajo al empujar hacia arriba. Ella paró de moverse, apretando su cara contra la cama para que no nos escucharan hasta que no aguantó más y se acabó corriendo, pudiendo ver yo cómo se contraía su ojete mientras lo hacía.

Yo quedé cerca, pero no acabé, estando ella bastante rendida por lo que podía oír. Se la saqué y esperé un poco, pajeándome para que no se me bajara hasta que me cansé y le pregunté si ya no podía más. Noelia se incorporó, dándose la vuelta para subir por la cama y quedar a tumbada a mi lado, abrazándose a mí. Me dijo que necesitaba un momento y que si quería me la podía chupar mientras tanto, pero le dije que no, que me apetecía follar y que si no quería seguir me iba a casa.

Alarmada me pidió que no me fuera y me dijo de seguir, pero pidiéndome que empezáramos despacio. La puse dándome la espalda para metérsela desde atrás. Empecé despacio, con ella retorciéndose un poco, gimiendo de manera tímida, pero es que yo necesitaba algo más, por eso me empecé a mover rápidamente. Noelia aguantó el tipo, aunque tampoco es que durara mucho cuando la puse a cuatro para darle con más ganas. Me gustaba mucho su nueva cama, porque apenas se movía y no hacía nada de ruido, permitiéndome follarla a mi antojo sin la necesidad de reparar en si hacíamos demasiado ruido.

Tan solo podrían saber que estábamos follando si la oían a ella, aunque procuraba tapar todo el tiempo su boca con sus manos o la almohada. No me aguantó mucho en este nuevo asalto, empezando a temblar su cuerpo y derrumbándose sobre la cama una vez más. Nuevamente, me dejaba muy cerca de mi orgasmo al no haber sido capaz de aguantar unos momentos más, cosa que me enfadó y que hizo que la agarrara para ponerla bocarriba y correrme sobre su cara entre jadeos, llenándosela bastante y salpicando en el cabecero de la cama y también en la almohada.

Ella quedó totalmente quieta hasta que se recuperó, mirándome con una sonrisa al seguir aún sobre ella, con una pierna a cada lado de su cuerpo. Iba a tocarse la cara, pero la detuve, diciéndole que no se quitara nada del semen que tenía en la cara. Ella me preguntó por qué no quería que lo hiciera, aunque su idea era llevarlo hasta su boca con la ayuda de sus dedos, pero le dije que tenía otro plan para ella. Sentándome sobre la cama, le dije que quería que fuera hasta la cocina a por agua, sin limpiarse absolutamente nada de la cara y que lo hiciera gateando.

Ella abrió sus ojos, aunque puso una expresión divertida a la vez que incrédula. Me preguntó si iba en serio, aunque no tuve ni que responderle al ver lo serio que estaba. Tan solo le dije que iba a vigilar para asegurarme de que lo hacía. Justo antes de que se fuera, le comenté que si no se cruzaba con ninguna de sus compañeras, que asomara la cabeza por el salón para preguntarles cualquier cosa y que pudieran verla un poco, aunque no hacía falta que la vieran desnuda.

Noelia puso una cara de no creerse lo que le estaba pidiendo, aunque tenía una pequeña sonrisa en su cara. Le dije que cuanto más tardara, peor para ella y se puso de rodillas sobre el suelo para empezar a gatear hasta la cocina. Yo la miraba desde la puerta de su habitación, habiéndome puesto tan solo los boxers. La perdí de vista cuando entró a la cocina, aunque como no se cruzó con nadie, acabó dirigiéndose hasta el salón, tal y como le dije para agarrarse al marcó de la puerta, quedando su cuerpo detrás de la pared mientras metía su cabeza dentro para preguntarles algo que no fui capaz de oír del todo.

Fue algo muy breve y la verdad es que me habría encantado ver las caras de sus dos compañeras de piso, pero era algo que no podía ser. Noelia empezó a venir hasta donde estaba yo, aunque le hice un gesto para que se volviera a poner de rodillas, haciéndolo ella de inmediato hasta que llegó a mi altura, agarrándola yo para levantarla y meterla en la habitación, dándole un azote después de cerrar la puerta, riendo ella por lo que acabábamos de hacer.

-Jajajajaja, qué locura... -decía Noelia sentándose en la cama.
-¿Te han visto bien la cara?
-Segurísimo. Han puesto una cara un poco rara de hecho.
-Normal...
-¿Por qué me has mandado esto? Jajajaja, estás loco.
-Ha sido un castigo por putearme tanto.
-¿Yooooo?
-Con los besitos en el cuello, con dejarme apunto de correrme dos veces llegando tú antes...
-Ah, bueno...
-Así ya sabes que no tienes que tocarme los cojones.
-Pues menos mal que me estás avisando, porque te iba a hacer la broma de que no me baja la regla... Jajajaja.
-Mira, me haces eso y te paseo por toda la ciudad desnuda y con una cadena de perro.
-Pues mira, a juego con el collar, ¿no? ¿Has visto que siempre lo llevo cuando nos vemos? -dijo acercándose a mí para darme un abrazo.
-Anda, límpiate la cara -dije apartándola de mí.
-Vale. ¿Quieres que sigamos?
-No, me voy ya -dije empezando a vestirme.
-¿Tan pronto? -preguntaba apenada.
-¿Pronto? Si son ya más de las 12 con la tontería...
-Quédate a dormir, porfa...
-Qué va. No quiero que te acostumbres. Además, tengo que tomarme el antibiótico y lo tengo en casa.
-Jo... Qué mierda.
-Si te hubieras portado mejor, quizá...
-Ya, seguro... Pues a lo mejor sí que te apetece quedarte, porque estos días sí que me tiene que bajar la regla y va a estar complicado para...
-No me voy a quedar, Noelia. Olvídate.
-Bueeeeeno... ¿Te parece si mañana comemos juntos en tu casa?
-Pues no me hace especial ilusión, la verdad.
-Ay, cómo eres -dijo molesta.
-Pues sí, así soy.
-Ya veré. A ver qué le parece a Andrea.
-Mmm...
-Dame un piquito por lo menos antes de irte, ¿no?
-Pfff... Si mañana vas a venir a casa, anda...
-Ya, pero así duermo más a gusto -dijo tirando de mí para darme un pico.
 
Capítulo 742

Me fui de allí rápidamente antes de que se pusiera más pesada y me insistiera más para quedarme allí a dormir. Me monté en el coche muy rápido, porque hacía un frío horrible y quería regresar a casa cuanto antes, aunque frío me dio igualmente en el trayecto que había desde donde lo dejé aparcado hasta llegar a casa. Al entrar me lo encontré todo oscuro y en silencio, teniendo pinta de que Andrea se había marchado a dormir, como así lo indicaba la puerta de su habitación al estar cerrada.

Yo por mi parte me di una buena ducha de agua caliente para quitarme el frío y poder dormir más a gusto, tomándome después el medicamento y marchándome a la cama para descansar, no costándome demasiado dormirme, como venía siendo normal esos días con el antibiótico que estaba tomando para la boca. Ni siquiera me paré a pensar en la locura que le propuse a Noelia como castigo, siendo algo que me dio bastante morbo y que me dio alguna idea más para otras veces que nos viéramos.

El día siguiente me levanté para seguir con la rutina, yendo al gimnasio al que solía ir, al mismo al que iba Hugo además de correr por la ciudad. No me lo encontré, pero la posibilidad estaba ahí, aunque ya habíamos hablado las cosas y no estábamos tan mal. No me veía recuperando esa amistad que teníamos antes de que todo se torciera, aunque esperaba que con el tiempo sí que pudiéramos estar como al principio. Desde luego, que saliera de mí ir a ese gimnasio a sabiendas de que lo podría ver por allí ya era un paso hacia delante.

En el trabajo después sí que se notaba ya que quedaban días para que cerráramos durante un par de semanas, porque faltaban hasta algunos alumnos de los ciclos. Y efectivamente, Noelia me avisó de que le había bajado la regla durante las clases y se encontraba regular por lo mismo, pareciendo ser una de esas ocasiones en las que eran dolorosas para ella. Más tarde me dijo que se había ido a casa, porque tenía el cuerpo bastante cortado, así que no nos veríamos, viniéndome bastante bien en realidad para estar tranquilo en casa y poder comer sin mucho ajetreo.

El problema fue que Andrea se fue a comer con ella a su casa. Según me contó, Noelia estaba sola en casa, porque sus compañeras no estaban. Una de ellas ya había terminado las clases mientras que la otra estaba con su novio y no le parecía bien dejarla sola con la mala cara que tenía cuando se fue, pues se la encontró en los pasillos y ahí fue cuando le contó que se iba, cosa que no le extrañó por cómo la vio durante el almuerzo que hicieron en la cafetería, aunque ella no lo hiciera mucho.

Hasta me animó a que fuera con ellas para poder comer los tres juntos, aunque no me apetecía nada. Intentó convencerme al decir que había de todo para preparar, pero le dije que mejor no, porque Noelia se pondría nerviosa si iba a ir y lo que necesitaba era reposo. Coló esa excusa que le di y no me insistió más, poniéndome yo a prepararme mi comida, cosa que me resultó muy simple al hacerme una sopa para combatir el frío que hacía, además de una ensalada y algo de pollo a la plancha.

El tiempo que estuve tanto comiendo como luego en el sofá reposando mientras veía la tele fue genial y tuve una tranquilidad que hacía tiempo que no tenía. Es verdad que me venían pensamientos a la cabeza, los mismos que rondaban por ella en las últimas semanas, pero al menos disfrutaba del silencio y no tenía nada que me pusiera nervioso. Por eso fui hasta con ganas a trabajar, porque estaba bastante relajado para lo que solía estar. Como los exámenes finales ya habían acabado, las clases se volvieron muy tranquilas y no teníamos prácticamente nada que hacer.

Faltaron muchos alumnos, pero siempre había algunos que iban aun habiendo acabado todo, pero no quería que se les hiciera el rato aburrido y la verdad es que no me apetecía ponerme a adelantar materia cuando íbamos a volver a ver todo aquello cuando volviéramos de Navidad, así que me dediqué a preparar algún que otro juego, o les mandaba que hicieran redacciones en las que me pusieran los planes que tenían para Navidad, los juguetes que habían pedido y demás, siendo algo que no les costaba mucho hacer.

Andrea también pasó toda la tarde con Noelia, quien no me terminó de mandar ningún mensaje ni nada. Hasta me alegraba de que le hubiera bajado la regla y que estuviera más tranquila en ese aspecto. Cuando salí de trabajar y volví a casa me lo encontré todo a oscuras y la verdad es que era algo que me aliviaba, porque me decía que iba a estar tranquilo como lo estuve al mediodía. En esta ocasión opté por pedirme algo para cenar y quedarme un buen rato jugando con la consola en el salón hasta que apareció Andrea por casa un poco pasadas las 11 de la noche.

Nos saludamos, siguiendo ella algo cortada y fue de inmediato a la cocina a prepararse una manzanilla, no porque tuviera mal cuerpo, sino porque había venido andando desde bastante lejos y le apetecía tomarse algo caliente. Se sentó a mi lado en el sofá, contándome cómo estaba Noelia y dejando caer que habría estado muy bien que hubiera ido a comer o cenar con ellas, o que simplemente le hubiera puesto un mensaje para preguntarle cómo estaba.

Le comenté que había estado muy ocupado en el trabajo, aunque era mentira, pero no me apetecía nada discutir, así que ahí quedó la conversación. Andrea se quedó un rato conmigo, bebiéndose su infusión lentamente mientras miraba cómo jugaba. Le pregunté si se animaba a jugar un poco, pero me dijo que no le apetecía mucho, porque estaba cansada después de estar todo el día fuera de casa, cuidando de Noelia y estudiando con ella.

Así que no tardó mucho más en irse a la cama una vez se acabó su bebida, quedándome yo allí, aunque se me venían a la cabeza sus gemidos después de haberlos escuchado dos veces. Hasta dejé de jugar para poner la televisión, aunque sin sonido por si podía percibir algo, pero en realidad no se oía nada. Ni falta que hacía para empezar a tocarme mientras recordaba esos sonidos. Dejé pasar unos pocos minutos y me acerqué muy lentamente a su habitación para ver si podía oírla una vez más de esa manera, aunque no pasaba nada.

Tan solo pude escuchar un sonido que me hacía pensar que era un gemido, aunque podía ser el típico sonido que de hace cuando se está a gusto. En cualquier caso, eso me sirvió para ir rápidamente a mi habitación y acabar allí la faena en cuestión de segundos. Me quedé descansando sobre la cama después de correrme, aunque me entró bastante frío y fui al baño para regresar y meterme en la cama para ver si podía dormir, aunque como seguía con el medicamento, no me costó demasiado.

Sin embargo, sí que me desperté bien temprano, escuchando cómo Andrea se daba una ducha y la verdad es que me empecé a excitar de nuevo cuando recordé ese sonido que hizo la noche anterior. Ese sonido, y el resto que había oído ya de ella hizo que me entraran muchas ganas. Las ganas que tenía de levantarme y acercarme a su baño para ver si era capaz de verla con menos ropa de lo que lo había hecho nunca o quizá desnuda directamente eran tremendas.

Pero no fue algo que terminara de hacer, tratando de calmarme y de descansar un poco más, pero me resultaba imposible. Por eso me levanté, poniéndome ropa para hacer deporte e ir a mi baño a lavarme la cara y demás. La encontré en la cocina, preguntándome si me había despertado al usar el secador de pelo o algo así, ya que desde que estaba con el antibiótico descansaba bastante más y no terminábamos de coincidir por las mañanas antes de que se fuera a clase.

Se quedó más tranquila cuando le dije que no me había despertado por su culpa y que lo había hecho por mi propio pie, tratando de volver a dormirme, pero sin poder lograrlo, por eso me levanté, para aprovechar y hacer algo de ejercicio. Ella me decía que no entendía cómo podía tener cuerpo para hacer ejercicio tan temprano y con el frío que hacía, sintiendo envidia por poder tener más tiempo que ella para poder descansar, aunque no lo aprovechara de esa manera.

Antes de irse de casa se quedó pensativa, preguntándole yo si le pasaba algo. Me dijo que no le había gustado cómo se encontraba Noelia el día anterior, tratando yo de tranquilizarla al comentar que era algo normal en ella y que a veces le pasaba, aunque ella seguía preocupada. Tanto lo estaba que cogió su móvil para llamar a Noelia, cogiéndolo ella de momento. Le preguntó si iba a ir a clase ese día, pareciendo ser así, aunque pude escuchar que no tenía muy buen cuerpo.

Andrea puso el móvil en manos libres y pude oír a Noelia decir que iba a ver cómo se daban las primeras horas, porque era el último día de clases y no quería faltar, así que iba a intentar ir y ver si podía aguantar. Andrea dijo que yo estaba allí con ella, saludándome Noelia, aunque ni de lejos como solía hacerlo. Yo lo hice de vuelta y entonces fue cuando Andrea dijo que podíamos ir a recogerla con mi coche para acercarla a la universidad y quitarle así el largo camino que tenía por delante, además del frío.

No me hizo mucha gracia, aunque Andrea me hizo un gesto para que lo hiciera, como si me lo pidiera por favor. Noelia dijo que estaría muy bien y al ver que cedía con un gesto que le hice, Andrea se animó bastante, diciendo que también podía comer en casa, siendo algo que yo vi como un abuso ya por su parte, pero me volvió a hacer un gesto para que hiciera la vista gorda por esa vez. Andrea prometió hacer uno de los platos que más me gustaba de los que ella sabía preparar a cambio de que dejara a Noelia venir a casa mientras ésta reía de manera encantadora.

Al final le dije que estaba bien y ambas se pusieron contentas, así que terminamos de desayunar y fuimos hasta el coche para montarnos en él y poder así ir a por Noelia. Yo me quedé en el coche mientras que Andrea bajaba y llamaba a la puerta. Veía a Andrea bastante mona con un gorro que se puso, saliendo Noelia de inmediato y la verdad es que también estaba guapa, poniéndose algo de maquillaje. Andrea se montó en la parte de atrás y Noelia en la de delante, entendiendo yo por qué había bajado mi compañera de piso.

Noelia me dio los buenos días, dándome un beso en la mejilla además para luego darme las gracias por haber ido a por ella y por parecerle bien que comiera en casa. Casi por compromiso le pregunté cómo estaba, contándome ella que ahora mejor, pero que ya sabía cómo se ponía a veces cuando le bajaba la regla. Me contó un poco más mientras yo arrancaba para ponernos en marcha y llevarlas a la universidad, dejándolas en la puerta y dándome Noelia otro beso en la mejilla además de un abrazo, diciéndome que era muy bueno.

Solo le dije que no perdiera más el tiempo y que entrara en la universidad antes de que cogiera frío, bajándose ella del coche y despidiéndose de mí moviendo una de sus manos mientras tenía una sonrisa muy bonita pese a la cara tan regular que tenía por cómo se encontraba. Yo seguí a lo mío haciendo ejercicio en el gimnasio y volviendo después a casa para darme una ducha e ir a trabajar y empezar así el último día antes de las vacaciones.

Como esperaba, no faltaron los mensajes de Noelia durante la mañana en los que me decía que le había gustado mucho el gesto de que fuera a por ella y que comiéramos todos juntos después. Se puso muy sentimental al darme las gracias por hacerle más llevadera esta dolorosa regla que estaba atravesando, aunque dijo que Andrea también tenía mucho que ver y que no se podía creer la suerte que tenía de tenerla en su vida.

Vi que estaba todo el rato en línea y que a cada poco me escribía algo, por lo que le puse que prestara atención en clase, aunque ella dijo que no estaban haciendo gran cosa en realidad, pero sí que acabó parando cuando le dije que me estaba distrayendo, aunque en realidad estaba un poco como ella al haber menos gente incluso que el día anterior. Pero como eran los de los cursos tampoco es que me pusiera a hacer juegos como hice el día anterior por la tarde con el alumnado de instituto y demás, así que estuvimos empleando el tiempo en practicar de manera más personalizada lo que le convenía a cada uno al ser clases bastante más calmadas por la falta de gente.

Me llevé una sorpresa al llegar a casa, pues ya estaban allí tanto Andrea como Noelia, estando liadas con la comida, aunque Noelia ayudaba a Andrea estando sentada en una silla. Noelia fue la primera en saludarme, aunque de manera muy tranquila para lo que era ella, pero con una sonrisa preciosa, la cual me recordó mucho a su hermana. Andrea lo hizo a continuación tras oír a Noelia hacerlo, pareciendo estar muy contenta.

Les pregunté qué hacían allí tan temprano y por lo visto no iba a ser todo el día de clases, dándoles libres las dos últimas horas, cosa que aprovecharon para venir a casa y estar sentadas en el sofá un poco para luego ponerse a preparar algo para que pudiéramos comer los tres. Andrea me mostró que estaba cumpliendo con su palabra al estar preparando algo que me gustaba mucho y que le salía realmente bien. Me gustaba mucho verla tan contenta y sonriente todo el tiempo.

Después de saludar y de que me informaran de todo aquello, me fui a mi habitación para ponerme más cómodo el resto d tiempo que iba a estar en casa hasta que volviera al trabajo, dándome alguien un abrazo por detrás cuando estaba terminando, pensando yo que era Noelia y llevándome otra sorpresa al ver que se trataba de Andrea en realidad.

Bastante descolocado le pregunté que a qué venía ese abrazo, diciéndome ella que le había gustado mucho que hubiéramos ido a recoger a Noelia por la mañana y que ahora la tuviéramos en casa para que comiera con nosotros. Me contó que sabía de sobra que era algo que me costaba, pero lo vio como un gesto bastante bonito y quería agradecérmelo sin saber cómo, por eso me dio ese abrazo. Le dije que no tenía que agradecerme nada, que no era para tanto lo que había hecho, así que fuimos al salón para empezar a comer no mucho más rato después.
 
Capítulo 743

La comida estaba genial, como ya esperaba y como le hice saber a mi compañera de piso, diciendo ella que Noelia tenía bastante que ver, aunque ella no dijo nada, limitándose a sonreír, pero no le duraba mucho por cómo se encontraba. Sí que dijo que estaba muy bueno, pero en numerosas ocasiones veía como hacía una mueca de dolor. Le pregunté si necesitaba ir al médico al ver que no se le pasaba comiendo, negando ella con la cabeza y diciéndome que ya había pasado muchas veces por esto, que tan solo necesitaba reposo y algo que le aliviara el dolor.

No estaba muy habladora ese día, por lo que fue Andrea la que me contó lo que había estado haciendo en clases, pasando a preguntarme a mí después cómo me había ido el día. Tras contarle lo que había hecho, pregunté qué plan tenían para la tarde, siendo bastante tranquila en principio. Quizá se acercara más tarde alguna de las amigas del grupo que tenían en común, pero pensaban estar allí para no pasar frío y para reposar, sobre todo por Noelia, aunque tenían muchas maneras de entretenimiento, como la consola. Y si no, siempre podían estudiar un poco, aunque parecía que ese día se lo iban a tomar de descanso.

Cuando acabamos y lo recogimos todo, nos sentamos en el sofá los tres para reposar la comida, dándome cuenta de que Noelia no llevaba la misma ropa que cuando fui a recogerla por la mañana. Pregunté por curiosidad y ella me dijo que se le solía hinchar la tripa cuando estaba así, mostrándome que efectivamente la tenía inflamada y que por eso se había echado unas mallas negras cuando salió de casa, para poder estar más cómoda cuando saliera de clases.

Tan regular estaba que se acabó durmiendo echada en mi brazo, aunque la acomodé con cuidado para dejarla caer sobre el brazo del sofá. La verdad es que esta era la ocasión en la que menos me importaba que estuviera por casa, porque al encontrarse mal parecía que no estaba, sin hablar a penas y sin buscarme absolutamente para nada. Andrea seguía igual de contenta y me miraba a mí de vez en cuando, haciendo lo mismo con Noelia.

Pero me tenía que ir a trabajar, así que me despedí de ella, sin despertar a Noelia. Allí todo siguió con la misma tónica que en el resto de semana. Todo muy tranquilo y de hecho, acabé saliendo antes, porque entre que era viernes y que el trimestre ya estaba acabado, no fue nadie en las últimas horas. Lo único que me dijo mi jefa antes de irme fue que la semana siguiente íbamos a tener una cena de empresa, siendo algo que montaba todos los años y que le gustaba llevar a cabo, pues siempre había muy buen rollo entre todos los que trabajaban allí.

Y este año no iba a ser menos, comentando ella que tenía ganas de verme por allí al ser mi primera vez, aunque ya llevaba trabajando allí muchos meses. Le dije que me parecía estupendo y me contara cuando iba a ser, dónde y demás para procurar no faltar, aunque tampoco es que tuviera ningún plan en particular aún. Ella me dijo que así lo haría, comentándome que el sitio ya estaba fijo al hacerlo allí todos los años y al conocer a los dueños, siendo un sitio en el que se solían dar este tipo de cenas de empresa.

Al llegar a casa, me encontré el mismo panorama que cuando volví al mediodía. Noelia ya estaba despierta, aunque según me contaron, había dormido durante buena parte de la tarde. Ni siquiera se enteró de cuando vinieron un par de amigas suyas para pasar un rato con ellas. Cenamos los tres tranquilamente, como hicimos al mediodía, aunque ahora yo tenía una duda. No sabía qué iba a hacer Noelia para dormir.

Con mucho menos se había quedado en casa, así que imaginaba que se quedaría una vez más, pero ese día había lugar para una sorpresa más, porque Andrea fue a su habitación cuando acabamos de cenar y de recogerlo todo para salir con una mochila, preguntándole a Noelia si estaba lista. No sabía qué pasaba y les pregunté, contándome Andrea que se iba con Noelia para pasar la noche con ella al ver cómo estaba, por si de madrugada se ponía peor o algo. Noelia decía que era una exagerada, pero Andrea se mantuvo firme y dijo que no iba a cambiar de opinión.

Mientras Noelia iba al baño antes irnos, pues Andrea me pidió que las llevara a su casa, me dijo que no quería abusar como ya había hecho en anteriores ocasiones y que quería compensarme ese esfuerzo que había hecho al dejar que viniera y demás al irse con ella a dormir para que no lo hiciera en nuestra casa, porque lo más seguro era que Noelia lo hiciera conmigo y pensaba que no me iba a hacer gracia aquello.

Le dije que Noelia tenía una amiga muy buena al preocuparse tanto por ella sin que fuera un problema del otro mundo, pero al parecer ella también había sufrido esos dolores alguna que otra vez y sabía lo mal que se podía pasar, por eso quería hacerle compañía, para hacérselo más llevadero. Me preguntó si el día siguiente iba a madrugar para ir a hacer ejercicio, afirmando yo, por lo que me pidió si podía ir a recogerla por la mañana, aunque no muy temprano para traerla a casa, diciéndole yo que no había problema.

Por el camino, estando Noelia delante y Andrea atrás, mi copiloto me contó que al día siguiente iba a ir a verla su padre para pasar gran parte del día con ella, cosa con la que estaba encantada, llevándola luego por la tarde a su casa para pasar allí el fin de semana y las fiestas. Le pregunté si ya se hablaban él y su madre por eso de la que iba a llevar hasta allí, pero no era así. Maribel estaba enterada de que Noelia se había vuelto a ver con su padre y que su relación estaba muy bien, pero de ahí a darle otra oportunidad había un trecho.

Aun así, Noelia se mostraba optimista y decía que con el tiempo veía posible que un reencuentro entre los dos se diera, pensando que quizá algún día podrían estar como antes. Cuando llegamos, Andrea se bajó de inmediato, quedándose Noelia unos segundos en el coche conmigo, aunque en silencio. Como no se bajaba y no decía nada, le pregunté qué pasaba, porque Andrea la estaba esperando en la puerta de su casa.

-Muchas gracias, Javi.
-¿Por qué?
-Lo sabes de sobra. Por lo de esta mañana, por todo el tiempo que he estado en tu casa y ahora por traernos. No has estado enfadado como sueles estarlo cuando estoy allí.
-Porque no me has incordiando. Se nota que estás mala de verdad.
-Ya, bueno. Este fin de semana no nos vamos a poder ver. Ya te he dicho que mañana voy a estar todo el día con mi padre y ya me voy a casa. No quiero que nos veamos estando yo así, porque quiero hacerlo estando bien, no quiero ser una carga. Y también porque no tengo cuerpo para hacer nada y sé que tú querrás, pero así no puedo.
-No te iba a decir de hacer nada estando así.
-Da igual. Te compensaré, ¿vale? Vendré a verte la semana que viene y durante las fiestas. O si quieres venir tú a casa...
-Noelia, no voy a ir a tu casa del pueblo. Conoces de sobra los motivos.
-Ya, era por si te animabas.
-No, no lo voy a hacer.
-Pues vendré yo, no te preocupes.
-Bueno...
-¿Me das un beso para despedirnos?
-Sigo con el antibiótico, ya lo sabes.
-Bueno, te doy un en la mejilla, ¿vale?

No dije nada, pero ella lo hizo igualmente, dándome un beso en esa parte mientras ponía su mano con mucha suavidad en mi otra mejilla, aunque me giró la cara para darme un beso muy suave y tierno en los labios, sin nada de lengua. Tras eso me dijo que me quería y se bajó del coche, despidiéndose de mí de manera muy parecida a como lo hizo por la mañana. Andrea también se despidió de mí y me puse en marcha para regresar a casa, aparcando el coche donde solía y yendo rápido para no coger frío.

Allí estuve jugando un buen rato con la consola para hacer sueño, aunque pensé bastante en cómo había ido el día, no en el trabajo, sino con Noelia en general, siendo de los más tranquilos. Deseaba que siempre estuviera así para no causarme tanta molestia, aunque hubo algo en lo que también pensé bastante y fue en ese abrazo que me dio Andrea. Me pareció un gesto raro, porque no era muy normal que tuviéramos esos gestos, aunque la verdad es que me gustó bastante.

El día siguiente lo empecé como lo tenía en mente y como casi siempre en realidad, levantándome bien temprano para ir a hacer ejercicio, yendo al gimnasio ahora que había decidido volver al haber hablado las cosas con Hugo, aunque no iba con la intención de encontrarme con él, cosa que acabé haciendo, sin embargo. Nos saludamos y él se quedó a mi lado, dándome un poco de conversación, pero no mucha, desde luego no como cuando nos conocimos y coincidíamos durante las semanas posteriores.

Lo más relevante de esa conversación fue preguntarme si había hablado con Irene y con Mario, cosa que me extrañó, por lo que le pregunté que a qué venía eso. Él me dijo que solo preguntaba y que esperaba que la cosa fuera mejor entre nosotros tres, porque Sofía seguía bastante preocupada y no le gustaba verla así. Su novia le contaba que Irene siempre daba largas cuando ella le sacaba este mismo tema y que varias veces acababa enfadada, por lo que no llegaba a saber si habíamos hablado o no, pero se imaginaba más o menos lo que pasaba.

Le confirmé que no habíamos hablado absolutamente nada, o casi, porque lo poco que habíamos hablado era para lanzarnos reproches y ya hacía de eso. Él lo lamentaba y decía que le gustaría que todo cambiara, tanto por Sofía, como por todos en general, incluyéndose a él mismo. Me acabó confesando que esa noche tenían un plan los cuatro juntos, pero me aclaró que era con intenciones de rebajar la tensión, que no era poca en esos días.

Parando de hacer ejercicio le pregunté si estaban peleados entre ellos para que dijera aquello, pero no era del todo así, volviendo a mencionar esos pequeños enfados que le venían a Irene cada vez que Sofía me sacaba como tema de conversación. Querían salir a cenar para charlar de otras cosas y para que hubiera más acercamiento entre todos. Le dije que me parecía perfecto y le recomendé que no me sacaran en ningún momento como tema de conversación ni nada para evitar esas cosas. Hugo decía que era algo que no tenía en mente hacer, preguntándome si yo me encontraba bien y si los echaba de menos, respondiéndole yo con un gesto, en lugar de con palabras, expresando que un poco, sí.
 
Van asomando las primeras muestras de cariño hacia Noelia, se lo ha ganado con creces la pobre.

Un misterio el comportamiento de Andrea, parece inmune a Javier, demasiado tiempo ha tenido para mostrar algún síntoma de atracción hacia él, y nada aún.

En cuanto al nuevo grupo de los cuatro, Mario, Irene, Sofía y Hugo, me pregunto el tipo de amistad que llevarán, sabiendo lo controlador y celoso que puede llegar a ser Hugo, no lo veo permitiendo a Sofía ser follada por otros, en ningún contexto.

"Me acabó confesando que esa noche tenían un plan los cuatro juntos, pero me aclaró que era con intenciones de rebajar la tensión, que no era poca en esos días."

Entiendo que se referirá a compartir una cena normal, en plan vainilla, sin otras implicancias más liberales.
 
Supongo que al final se arreglaría su amistad o con Irene, pero hubiera sido un buen momento para mandar a paseo a Irene y Mario, que vaya amigo está hecho. No merecen la pena ninguno de los dos.
La única que si me parece una buena amiga, aunque se equivocó ocultándole lo de Hugo, es Sofía. Con seguir su amistad con Sofía, hubiera sido suficiente.
Estoy dando por seguro que sigue siendo amigo de Irene y seguramente en buena sintonía, pero si al final no fuera así, la verdad que me parecería muy bien .
Ella en vez de reflexionar, darse cuenta que fue muy borde e intentar arreglar la amistad, hace todo lo contrario e intenta hacerle daño. Cada vez me gusta menos Irene.
 
Capítulo 744

Me empezó a contar que Sofía no paraba de darle vueltas a la cabeza intentando buscar una solución para que todo estuviera como antes y que le costaba descansar por lo mismo, pero que no encontraba ninguna. Hasta mencionó algo de una encerrona, pero sabía que todo se podría poner mucho peor de esa manera. A él tampoco se le ocurría nada, pero estaba ahí para apoyar a su chica y procuraba estar todo el tiempo que podía con ella, para que ese apoyo fuera mayor.

Hasta comentó que había pensado en irse a vivir con ella, o que fuera ella quien lo hiciera, pasando a decir inmediatamente después que era una locura al llevar tan poco tiempo como pareja y al estar conociéndose aún de hecho. Me sorprendió un poco que me contara eso, como lo hizo esa proposición que tenía en mente, aunque yo le dije que seguro que la cosa iría bien y me alegraba de ver que les iba tan bien. Tras un breve silencio, me preguntó si lo decía en serio, girándome hacia él y pidiéndole que me mirara a los ojos, volviendo a repetirle lo mismo, para que viera que iba en serio.

Aunque él no dijo nada, pero sí que puso una sonrisa en su cara. Tras otro breve silencio dijo que pensaba que lo ideal sería que ella fuera la que se viniera a vivir con él, pues su trabajo era más flexible en cuanto a poder marcharse a otro lugar se trataba. Sí, estaba aquello de los viajes que ella tenía que hacer de manera regular, pero así se podrían ver mucho más y él lo tenía mucho más complicado para irse a otro sitio, pues tendría que dejar su trabajo y buscar otro, cosa que no le terminaba de gustar, porque no tenía por seguro encontrar algo de manera rápida y no quería estar viviendo a su costa.

Pero también era consciente de que proponerle eso supondría provocar un distanciamiento entre ella, Irene y Mario, cosa que no quería hacer, sobre todo por cómo estaba el patio últimamente. Y a la vez quería hacerlo por mí, para que mi amiga estuviera mucho más cerca de mí y nos pudiéramos ver con más regularidad, especialmente después del enfado que habíamos tenido.

Hugo era un mar de dudas respecto a este tema, aunque lo veía muy seguro de sí mismo respecto a Sofía, y me alegraba de ello, al igual que me alegra por mi amiga, porque era algo que siempre la había tenido preocupada, porque no había llegado a sentir cosas tan especiales como vio en la relación de Irene y Mario o en la que yo tuve cuando la conocí pese a haber tenido pareja.

Y ahora parecía estar sintiendo esas cosas y la verdad es que no podía estar más contento por ella, porque se merecía tener algo así con lo buena que era pese a haberme enfadado con ella. Veía a Hugo algo agobiado con ese tema, sugiriéndole yo un par de cosas. La primera, que se tranquilizara y que dejara pasar un poco de tiempo, porque a lo mejor era un poco precipitado. Y la segunda, que si tantas dudas tenía, que lo hablara con ella, que le explicara que le apetecía vivir con ella, pero que vieran esos problemas y que decidieran entre los dos.

Consejos vendo y para mí no tengo, sí, pero le veía como en un aprieto y le conté cómo veía yo la cosa. Me dio las gracias y empecé a recoger lo mío para marcharme, porque tenía que ir a recoger a Andrea y quería pasar antes por casa para darme una ducha y desayunar. Él me preguntó si tenía algún plan o algo para ese día, negando yo. Dijo que ojalá pudiera ir con ellos, llegando hasta a pensar que lo mismo no era tan mala idea, pero le recordé eso que me contó de la encerrona que había pensado Sofía, explicándole que seguramente tendría un resultado parecido, aunque yo sí lo supiera.

Tampoco quería que buscara otra forma, porque a mí tampoco me apetecía pasar por eso, así que le deseé que lo pasaran bien y que no me sacaran mientras hablaran con ellos, marchándome de allí para regresar a casa corriendo. La verdad es que la cosa entre Hugo y yo iba bastante mejor y era todo un alivio, porque al menos era una cosa menos de la que preocuparse.

Efectivamente, Andrea me mandó un mensaje cuando estaba acabando de desayunar, terminando rápido y yendo a por ella a casa de Noelia. La vi salir y vino rápidamente hasta el coche, entrando y dándome los buenos días de manera muy alegre, cosa que me decía cómo había ido la noche y demás, aunque ella me informó por el camino. Me contó que con un calmante que se había tomado Noelia, ésta había dormido del tirón toda la noche, sin quejarse ni nada. Andrea se despertó un par de veces según me contó, revisándola y viendo que dormía como un bebé.

Luego pasó a contarme lo cómoda que era la cama de Noelia, además de grande, cosa que yo ya sabía, aunque ni ella ni yo hicimos ningún comentario al respecto. Después me contó que se levantaron y que desayunaron juntas, quedándose con ella hasta que vino su padre. La verdad es que me sorprendió que ya estuviera allí, porque nos podríamos haber encontrado, pero supuse que Noelia se aseguraría de que no fuera así. Tampoco vi su coche por allí cerca ni nada, pensando en que seguramente habría aparcado más lejos.

De vuelta en casa, yo estuve en el salón, yéndose ella a su habitación para estudiar un poco. Yo me entretuve con la consola, hasta que a eso de las 12, mi compañera de piso apareció para jugar un poco también, poniéndonos después a preparar la comida entre los dos. Durante ese momento me preguntó si me pasaba algo, porque me notaba demasiado callado y apenas participaba en la conversación que ella intentaba mantener, llevando cuidado de hecho de no hablar de Noelia. Dio en el clavo cuando preguntó si era por mis amigos, mirándola yo y quedándome callado, aunque eso fue más que suficiente para ella para saber que era precisamente por aquello.

Me preguntó cuál era el problema y le comenté un poco por encima lo que había hablado con Hugo. Andrea se mostraba muy impresionada de que Hugo y Sofía estuvieran juntos, aunque pensaba que ambos eran muy guapos y no lo veía tan raro en realidad. Lo que sí que le llamaba mucho la atención era eso de querer irse a vivir juntos tan rápido, aunque no dio su opinión. Tan solo me recomendó hablar con mis amigos, porque ella había tratado con todos a la vez y veía una pena que nos dejáramos de hablar y demás por el tema de Noelia.

Comimos juntos hablando de otros temas, aunque ella no tardaría mucho en irse para quedar con sus amigas y tomarse un café que se alargó bastante, pero me comentó que tenían pensado irse a cenar por ahí todas juntas, aunque Noelia no iba a participar en aquello, como ya sabía yo. El plan que tenían era cenar por ahí y salir a dar una vuelta para tomarse algo, aunque ella pensaba que no iba a tardar mucho en recogerse. Me preguntó si yo tenía algún plan, negando con la cabeza y preguntándome si quería ir con ellas, aunque volví a negar, esta vez sonriendo.

Tampoco tenía muchas ganas de salir ese día, prefiriendo estar en casa calentito y distraído con algo. Aunque sí que tuve más entretenimiento que ese, porque primero me llamó Sofía para que charláramos un poco, comentando que Hugo le había contado que me había visto y tal, pero no le contó todo lo que hablamos, porque no mencionó nada de la idea de él de querer irse a vivir con ella.

La notaba animada hablando conmigo y eso me gustaba en realidad. Hasta estuvimos hablando de su relación con Hugo y de lo ilusionada que estaba. Muy risueña decía que no sabía cómo necesitaba esto hasta ahora que por fin lo tenía, y eso que ya era consciente, pero estaba encantada. Sí, tenían sus momentos de discusiones y demás por temas delicados como podían ser los celos de Hugo o sus problemas de adicción, pero estaban trabajando en ello, pudiendo ver cómo de positiva y de fuerte lucía mi amiga al contarme todo eso, estando todo lo demás en su relación en perfecto estado.

También me comentó la quedada que tenían esa noche con Irene y con Mario y lo que buscaba con ella, diciéndole yo que Hugo me había contado y que lo encontré preocupado. Le aconsejé a mi amiga que no hablaran de mí para que no se crearan malos rollos, pero ella decía que no podía evitar hacerlo, porque me echaba mucho de menos y quería que estuviéramos todos como antes.

Le pedí que fuera paciente, aunque lo dije más por salir del paso que otra cosa, cortando la conversación con ella para no empezar con la eterna discusión en la que ella siempre me contaba lo mismo y que no me hacía sentir muy bien por mencionar varios recuerdos, cosa que me ponía triste. Así que le dije que tenía que marcharme, porque había quedado, aunque no era verdad. Pero sí que lo acabó siendo, porque me llegó un mensaje de Arantxa, quien me preguntó si nos veíamos para tomarnos un café.

Me vino al pelo esa proposición, porque necesitaba despejarme, así que le contesté rápidamente y fui a arreglarme un poco. El problema era que ella vivía bastante lejos y me pidió que fuera a por ella. Eso suponía volver a lo que un día fue mi casa, la de mi pareja y la mía. Veía imposible bloquear recuerdos cuando entrara en la zona, pero tampoco le iba a decir que se cogiera un taxi pudiendo ir yo a recogerla. Solo sería un momento, así que le dije que me avisara cuando estuviera lista, cosa que hizo no mucho más tiempo después.

Sí que vinieron recuerdos al entrar en la zona residencial en la que vivía hacía algo más de un año atrás, pero me centré en ella cuando la vi frente a la puerta de su casa esperándome. Me gustaba bastante cómo iba, pues llevaba un vestido gris de lana bajo un abrigo que llevaba un poco abierto, unas medias negras y unas botas marrones. También llevaba un gorro por el frío que hacía, yendo con un ligero maquillaje, aunque no se libraba de que su nariz estuviera enrojecida por el frío que hacía.

Entró rápidamente al coche y me dio dos besos, marchándonos rápidamente de allí para evitar que me vinieran más cosas a la cabeza. Hablamos del frío que hacía y de lo típico en esas situaciones, comentando a dónde podíamos ir para tomarnos ese café. Al final acabamos en un centro comercial, en una de las cafeterías que había en su interior, sentándonos por allí para charlar.

Nos empezamos a contar cómo nos iba, estando ella sorprendida de que estuviera dando clase en una academia, porque sabía a lo que me dedicaba antes de eso y no me terminaba de imaginar ahora sí, sobre todo con la barba que tenía, diciendo entre risas que debía darles respeto a los niños y que seguro que no daban mucho la lata por lo mismo, aunque terminó diciendo que le gustaba en realidad. Pero le parecía genial que me dedicara a ello y se alegraba bastante de que me fuera bien en ese aspecto. También me comentó cómo le iba a ella con sus estudios después de que yo le preguntara.

Todo iba sobre ruedas, porque se esforzaba mucho y le gustaba lo que estaba estudiando por muy denso que fuera, aunque no le costaba ponerse a estudiar, sobre todo teniendo un par de compañeras con las que se juntaba mucho. También le pregunté por su madre, para ver cómo estaba y demás, estando todo bien, aunque comentó que le dio mucha pena que nos fuéramos de la urbanización, pero que estaba encantada con acoger a Noelia durante el curso pasado.

No le pedí mucha información al respecto, pero ella me contó largo y tendido de todos esos meses en los que Noelia vivió con ellas. Me contó que los primeros meses lo pasó realmente mal y que no salía de la habitación que apañaron para ella para nada más que para ir a clase o volver a su casa. Pero que ella misma se ocupaba de sacarla de vez en cuando para que le diera el aire, aunque solo fuera para dar un paseo por el barrio.

Lo que más le preocupaba era que no estudiara, por eso se puso con ella para que lo hiciera y así logró que empezara a estudiar, aunque le costaba mucho, pero con el pasar del tiempo le iba costando menos y hasta lo usaba como válvula de escape, centrándose bastante. No quería que la conversación se centrara más en Noelia, por lo que traté de sacar otros temas de conversación, aunque ella siempre la acababa nombrando. Hasta cuando le pregunté si tenía novio, negando ella y diciendo que Noelia estaba muy ilusionada conmigo y demás.

Traté de redirigir la conversación al preguntarle si no había logrado nada con aquel chico que le gustaba, aquel que se enamoró de Noelia. Arantxa reía diciéndome que no, que ese chico fue dejando de ir hasta que dejó de hacerlo y que no sabía nada de él y que llevaba desde entonces sin verlo. Le pregunté que cómo era posible que no tuviera novio, diciendo ella que no era algo que estuviera buscando especialmente.

Estuvimos bromeando un rato, preguntándole yo cuál era su tipo de chico y tal hasta que le puse una mano sobre su muslo. Arantxa estaba muy guapa y la verdad es que estaba bien buena también. Durante el rato que estuvimos hablando me acordé de las veces que coincidí con ella en la piscina, cuando aún vivía ahí y la lo cierto es que estaba tremenda, con unos buenos pechos y unas buenas caderas. Me apetecía mucho hacer algo con ella, pero su reacción no fue la mejor, dando un respingo y preguntándome qué hacía.

Le pedí que se tranquilizara, porque la veía nerviosa, explicándole que la veía muy guapa y que había percibido que ella estaba abierta a algo así. Negó rápidamente con la cabeza, sacando de nuevo a Noelia a colación, diciendo que estaba con ella, aclarándole yo que no era así para nada por mucho que le pudiera haber dicho ella. Parecía confusa, aunque estuvo presente cuando dije que no éramos nada en la cena de su cumpleaños. Le pregunté cuál era el problema.

Ella decía que no quería hacerle eso, volviendo yo a recordarle que Noelia y yo no éramos novios, aunque ella me decía que pensaba que sí, porque si no, para qué ir a su cumpleaños y estar tan cerca de ella en todo momento. Le dije que era ella la que estaba cerca de mí, que estaba obsesionada de hecho y que era muy pegajosa y difícil de quitar de encima. No le sentó muy bien que dijera aquello, pensando que mejor dejábamos ahí la conversación, pidiéndome que la llevara de vuelta a casa.

Después de llevarla a casa y habiendo vuelto ya a la mía me quedé bastante chafado, por partida doble, porque pensaba llegar a algo más con Arantxa, teniendo pensando llevarla a casa para poder pasar un buen rato. La chica estaba muy bien y me apetecía bastante darme una alegría, pero ella se tomó muy mal que yo diera ese paso, preocupándose mucho por su amiga. No esperaba que reaccionara así, aunque sí sabía que quería mucho a Noelia, pero pensaba que tenía muy claro que no estábamos juntos.

El otro palo con el que me volví a casa fue ir hasta el lugar donde vivía antes con mi ex, viniéndome muchos recuerdos, especialmente cuando dejé a Arantxa en casa, estando todo el camino de vuelta en silencio y despidiéndose de mí de manera muy comedida. Estaba bastante desanimado y no me apetecía nada, empleando la tarde en intentar distraerme hasta que llegó la hora de cenar, cosa que hice con desgana, pero no quería desperdiciar lo que sobró del almuerzo, así que me lo acabé comiendo.

Luego me puse a jugar con la consola, echando un buen rato, hasta que algo pasadas las 12 de la noche, Andrea volvió a casa. Me sorprendió mucho verla así de arreglada, porque estaba bastante guapa. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre una de las sillas del salón, sentándose en el sofá, a mi lado, después de saludarme. La veía algo contentilla, pero su apariencia le robó todo el protagonismo a ese detalle, pues llevaba un jersey un poco ajustado y unos vaqueros ceñidos también, permitiéndome admirar su poderoso culo como nunca antes lo había podido hacer.

Terminaba su outfit con unos botines bastante bonitos, yendo también con un poco de maquillaje, aunque las chapetas que tenía parecían naturales por el alcohol que había tomado. Se quedó en silencio, mirando cómo jugaba, pasando a decir después que otra vez estaba muy callado, afirmando yo. Me miró y dijo que parecía ser por otra cosa a la de al mediodía por la cara que tenía. Esta vez no dije nada, volviendo ella su mirada a la televisión hasta que después se me quedó mirando, mirándola yo de vuelta, acercándose rápidamente a mí para agarrar mi cara y darme un beso.
 
Capítulo 744

Me empezó a contar que Sofía no paraba de darle vueltas a la cabeza intentando buscar una solución para que todo estuviera como antes y que le costaba descansar por lo mismo, pero que no encontraba ninguna. Hasta mencionó algo de una encerrona, pero sabía que todo se podría poner mucho peor de esa manera. A él tampoco se le ocurría nada, pero estaba ahí para apoyar a su chica y procuraba estar todo el tiempo que podía con ella, para que ese apoyo fuera mayor.

Hasta comentó que había pensado en irse a vivir con ella, o que fuera ella quien lo hiciera, pasando a decir inmediatamente después que era una locura al llevar tan poco tiempo como pareja y al estar conociéndose aún de hecho. Me sorprendió un poco que me contara eso, como lo hizo esa proposición que tenía en mente, aunque yo le dije que seguro que la cosa iría bien y me alegraba de ver que les iba tan bien. Tras un breve silencio, me preguntó si lo decía en serio, girándome hacia él y pidiéndole que me mirara a los ojos, volviendo a repetirle lo mismo, para que viera que iba en serio.

Aunque él no dijo nada, pero sí que puso una sonrisa en su cara. Tras otro breve silencio dijo que pensaba que lo ideal sería que ella fuera la que se viniera a vivir con él, pues su trabajo era más flexible en cuanto a poder marcharse a otro lugar se trataba. Sí, estaba aquello de los viajes que ella tenía que hacer de manera regular, pero así se podrían ver mucho más y él lo tenía mucho más complicado para irse a otro sitio, pues tendría que dejar su trabajo y buscar otro, cosa que no le terminaba de gustar, porque no tenía por seguro encontrar algo de manera rápida y no quería estar viviendo a su costa.

Pero también era consciente de que proponerle eso supondría provocar un distanciamiento entre ella, Irene y Mario, cosa que no quería hacer, sobre todo por cómo estaba el patio últimamente. Y a la vez quería hacerlo por mí, para que mi amiga estuviera mucho más cerca de mí y nos pudiéramos ver con más regularidad, especialmente después del enfado que habíamos tenido.

Hugo era un mar de dudas respecto a este tema, aunque lo veía muy seguro de sí mismo respecto a Sofía, y me alegraba de ello, al igual que me alegra por mi amiga, porque era algo que siempre la había tenido preocupada, porque no había llegado a sentir cosas tan especiales como vio en la relación de Irene y Mario o en la que yo tuve cuando la conocí pese a haber tenido pareja.

Y ahora parecía estar sintiendo esas cosas y la verdad es que no podía estar más contento por ella, porque se merecía tener algo así con lo buena que era pese a haberme enfadado con ella. Veía a Hugo algo agobiado con ese tema, sugiriéndole yo un par de cosas. La primera, que se tranquilizara y que dejara pasar un poco de tiempo, porque a lo mejor era un poco precipitado. Y la segunda, que si tantas dudas tenía, que lo hablara con ella, que le explicara que le apetecía vivir con ella, pero que vieran esos problemas y que decidieran entre los dos.

Consejos vendo y para mí no tengo, sí, pero le veía como en un aprieto y le conté cómo veía yo la cosa. Me dio las gracias y empecé a recoger lo mío para marcharme, porque tenía que ir a recoger a Andrea y quería pasar antes por casa para darme una ducha y desayunar. Él me preguntó si tenía algún plan o algo para ese día, negando yo. Dijo que ojalá pudiera ir con ellos, llegando hasta a pensar que lo mismo no era tan mala idea, pero le recordé eso que me contó de la encerrona que había pensado Sofía, explicándole que seguramente tendría un resultado parecido, aunque yo sí lo supiera.

Tampoco quería que buscara otra forma, porque a mí tampoco me apetecía pasar por eso, así que le deseé que lo pasaran bien y que no me sacaran mientras hablaran con ellos, marchándome de allí para regresar a casa corriendo. La verdad es que la cosa entre Hugo y yo iba bastante mejor y era todo un alivio, porque al menos era una cosa menos de la que preocuparse.

Efectivamente, Andrea me mandó un mensaje cuando estaba acabando de desayunar, terminando rápido y yendo a por ella a casa de Noelia. La vi salir y vino rápidamente hasta el coche, entrando y dándome los buenos días de manera muy alegre, cosa que me decía cómo había ido la noche y demás, aunque ella me informó por el camino. Me contó que con un calmante que se había tomado Noelia, ésta había dormido del tirón toda la noche, sin quejarse ni nada. Andrea se despertó un par de veces según me contó, revisándola y viendo que dormía como un bebé.

Luego pasó a contarme lo cómoda que era la cama de Noelia, además de grande, cosa que yo ya sabía, aunque ni ella ni yo hicimos ningún comentario al respecto. Después me contó que se levantaron y que desayunaron juntas, quedándose con ella hasta que vino su padre. La verdad es que me sorprendió que ya estuviera allí, porque nos podríamos haber encontrado, pero supuse que Noelia se aseguraría de que no fuera así. Tampoco vi su coche por allí cerca ni nada, pensando en que seguramente habría aparcado más lejos.

De vuelta en casa, yo estuve en el salón, yéndose ella a su habitación para estudiar un poco. Yo me entretuve con la consola, hasta que a eso de las 12, mi compañera de piso apareció para jugar un poco también, poniéndonos después a preparar la comida entre los dos. Durante ese momento me preguntó si me pasaba algo, porque me notaba demasiado callado y apenas participaba en la conversación que ella intentaba mantener, llevando cuidado de hecho de no hablar de Noelia. Dio en el clavo cuando preguntó si era por mis amigos, mirándola yo y quedándome callado, aunque eso fue más que suficiente para ella para saber que era precisamente por aquello.

Me preguntó cuál era el problema y le comenté un poco por encima lo que había hablado con Hugo. Andrea se mostraba muy impresionada de que Hugo y Sofía estuvieran juntos, aunque pensaba que ambos eran muy guapos y no lo veía tan raro en realidad. Lo que sí que le llamaba mucho la atención era eso de querer irse a vivir juntos tan rápido, aunque no dio su opinión. Tan solo me recomendó hablar con mis amigos, porque ella había tratado con todos a la vez y veía una pena que nos dejáramos de hablar y demás por el tema de Noelia.

Comimos juntos hablando de otros temas, aunque ella no tardaría mucho en irse para quedar con sus amigas y tomarse un café que se alargó bastante, pero me comentó que tenían pensado irse a cenar por ahí todas juntas, aunque Noelia no iba a participar en aquello, como ya sabía yo. El plan que tenían era cenar por ahí y salir a dar una vuelta para tomarse algo, aunque ella pensaba que no iba a tardar mucho en recogerse. Me preguntó si yo tenía algún plan, negando con la cabeza y preguntándome si quería ir con ellas, aunque volví a negar, esta vez sonriendo.

Tampoco tenía muchas ganas de salir ese día, prefiriendo estar en casa calentito y distraído con algo. Aunque sí que tuve más entretenimiento que ese, porque primero me llamó Sofía para que charláramos un poco, comentando que Hugo le había contado que me había visto y tal, pero no le contó todo lo que hablamos, porque no mencionó nada de la idea de él de querer irse a vivir con ella.

La notaba animada hablando conmigo y eso me gustaba en realidad. Hasta estuvimos hablando de su relación con Hugo y de lo ilusionada que estaba. Muy risueña decía que no sabía cómo necesitaba esto hasta ahora que por fin lo tenía, y eso que ya era consciente, pero estaba encantada. Sí, tenían sus momentos de discusiones y demás por temas delicados como podían ser los celos de Hugo o sus problemas de adicción, pero estaban trabajando en ello, pudiendo ver cómo de positiva y de fuerte lucía mi amiga al contarme todo eso, estando todo lo demás en su relación en perfecto estado.

También me comentó la quedada que tenían esa noche con Irene y con Mario y lo que buscaba con ella, diciéndole yo que Hugo me había contado y que lo encontré preocupado. Le aconsejé a mi amiga que no hablaran de mí para que no se crearan malos rollos, pero ella decía que no podía evitar hacerlo, porque me echaba mucho de menos y quería que estuviéramos todos como antes.

Le pedí que fuera paciente, aunque lo dije más por salir del paso que otra cosa, cortando la conversación con ella para no empezar con la eterna discusión en la que ella siempre me contaba lo mismo y que no me hacía sentir muy bien por mencionar varios recuerdos, cosa que me ponía triste. Así que le dije que tenía que marcharme, porque había quedado, aunque no era verdad. Pero sí que lo acabó siendo, porque me llegó un mensaje de Arantxa, quien me preguntó si nos veíamos para tomarnos un café.

Me vino al pelo esa proposición, porque necesitaba despejarme, así que le contesté rápidamente y fui a arreglarme un poco. El problema era que ella vivía bastante lejos y me pidió que fuera a por ella. Eso suponía volver a lo que un día fue mi casa, la de mi pareja y la mía. Veía imposible bloquear recuerdos cuando entrara en la zona, pero tampoco le iba a decir que se cogiera un taxi pudiendo ir yo a recogerla. Solo sería un momento, así que le dije que me avisara cuando estuviera lista, cosa que hizo no mucho más tiempo después.

Sí que vinieron recuerdos al entrar en la zona residencial en la que vivía hacía algo más de un año atrás, pero me centré en ella cuando la vi frente a la puerta de su casa esperándome. Me gustaba bastante cómo iba, pues llevaba un vestido gris de lana bajo un abrigo que llevaba un poco abierto, unas medias negras y unas botas marrones. También llevaba un gorro por el frío que hacía, yendo con un ligero maquillaje, aunque no se libraba de que su nariz estuviera enrojecida por el frío que hacía.

Entró rápidamente al coche y me dio dos besos, marchándonos rápidamente de allí para evitar que me vinieran más cosas a la cabeza. Hablamos del frío que hacía y de lo típico en esas situaciones, comentando a dónde podíamos ir para tomarnos ese café. Al final acabamos en un centro comercial, en una de las cafeterías que había en su interior, sentándonos por allí para charlar.

Nos empezamos a contar cómo nos iba, estando ella sorprendida de que estuviera dando clase en una academia, porque sabía a lo que me dedicaba antes de eso y no me terminaba de imaginar ahora sí, sobre todo con la barba que tenía, diciendo entre risas que debía darles respeto a los niños y que seguro que no daban mucho la lata por lo mismo, aunque terminó diciendo que le gustaba en realidad. Pero le parecía genial que me dedicara a ello y se alegraba bastante de que me fuera bien en ese aspecto. También me comentó cómo le iba a ella con sus estudios después de que yo le preguntara.

Todo iba sobre ruedas, porque se esforzaba mucho y le gustaba lo que estaba estudiando por muy denso que fuera, aunque no le costaba ponerse a estudiar, sobre todo teniendo un par de compañeras con las que se juntaba mucho. También le pregunté por su madre, para ver cómo estaba y demás, estando todo bien, aunque comentó que le dio mucha pena que nos fuéramos de la urbanización, pero que estaba encantada con acoger a Noelia durante el curso pasado.

No le pedí mucha información al respecto, pero ella me contó largo y tendido de todos esos meses en los que Noelia vivió con ellas. Me contó que los primeros meses lo pasó realmente mal y que no salía de la habitación que apañaron para ella para nada más que para ir a clase o volver a su casa. Pero que ella misma se ocupaba de sacarla de vez en cuando para que le diera el aire, aunque solo fuera para dar un paseo por el barrio.

Lo que más le preocupaba era que no estudiara, por eso se puso con ella para que lo hiciera y así logró que empezara a estudiar, aunque le costaba mucho, pero con el pasar del tiempo le iba costando menos y hasta lo usaba como válvula de escape, centrándose bastante. No quería que la conversación se centrara más en Noelia, por lo que traté de sacar otros temas de conversación, aunque ella siempre la acababa nombrando. Hasta cuando le pregunté si tenía novio, negando ella y diciendo que Noelia estaba muy ilusionada conmigo y demás.

Traté de redirigir la conversación al preguntarle si no había logrado nada con aquel chico que le gustaba, aquel que se enamoró de Noelia. Arantxa reía diciéndome que no, que ese chico fue dejando de ir hasta que dejó de hacerlo y que no sabía nada de él y que llevaba desde entonces sin verlo. Le pregunté que cómo era posible que no tuviera novio, diciendo ella que no era algo que estuviera buscando especialmente.

Estuvimos bromeando un rato, preguntándole yo cuál era su tipo de chico y tal hasta que le puse una mano sobre su muslo. Arantxa estaba muy guapa y la verdad es que estaba bien buena también. Durante el rato que estuvimos hablando me acordé de las veces que coincidí con ella en la piscina, cuando aún vivía ahí y la lo cierto es que estaba tremenda, con unos buenos pechos y unas buenas caderas. Me apetecía mucho hacer algo con ella, pero su reacción no fue la mejor, dando un respingo y preguntándome qué hacía.

Le pedí que se tranquilizara, porque la veía nerviosa, explicándole que la veía muy guapa y que había percibido que ella estaba abierta a algo así. Negó rápidamente con la cabeza, sacando de nuevo a Noelia a colación, diciendo que estaba con ella, aclarándole yo que no era así para nada por mucho que le pudiera haber dicho ella. Parecía confusa, aunque estuvo presente cuando dije que no éramos nada en la cena de su cumpleaños. Le pregunté cuál era el problema.

Ella decía que no quería hacerle eso, volviendo yo a recordarle que Noelia y yo no éramos novios, aunque ella me decía que pensaba que sí, porque si no, para qué ir a su cumpleaños y estar tan cerca de ella en todo momento. Le dije que era ella la que estaba cerca de mí, que estaba obsesionada de hecho y que era muy pegajosa y difícil de quitar de encima. No le sentó muy bien que dijera aquello, pensando que mejor dejábamos ahí la conversación, pidiéndome que la llevara de vuelta a casa.

Después de llevarla a casa y habiendo vuelto ya a la mía me quedé bastante chafado, por partida doble, porque pensaba llegar a algo más con Arantxa, teniendo pensando llevarla a casa para poder pasar un buen rato. La chica estaba muy bien y me apetecía bastante darme una alegría, pero ella se tomó muy mal que yo diera ese paso, preocupándose mucho por su amiga. No esperaba que reaccionara así, aunque sí sabía que quería mucho a Noelia, pero pensaba que tenía muy claro que no estábamos juntos.

El otro palo con el que me volví a casa fue ir hasta el lugar donde vivía antes con mi ex, viniéndome muchos recuerdos, especialmente cuando dejé a Arantxa en casa, estando todo el camino de vuelta en silencio y despidiéndose de mí de manera muy comedida. Estaba bastante desanimado y no me apetecía nada, empleando la tarde en intentar distraerme hasta que llegó la hora de cenar, cosa que hice con desgana, pero no quería desperdiciar lo que sobró del almuerzo, así que me lo acabé comiendo.

Luego me puse a jugar con la consola, echando un buen rato, hasta que algo pasadas las 12 de la noche, Andrea volvió a casa. Me sorprendió mucho verla así de arreglada, porque estaba bastante guapa. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre una de las sillas del salón, sentándose en el sofá, a mi lado, después de saludarme. La veía algo contentilla, pero su apariencia le robó todo el protagonismo a ese detalle, pues llevaba un jersey un poco ajustado y unos vaqueros ceñidos también, permitiéndome admirar su poderoso culo como nunca antes lo había podido hacer.

Terminaba su outfit con unos botines bastante bonitos, yendo también con un poco de maquillaje, aunque las chapetas que tenía parecían naturales por el alcohol que había tomado. Se quedó en silencio, mirando cómo jugaba, pasando a decir después que otra vez estaba muy callado, afirmando yo. Me miró y dijo que parecía ser por otra cosa a la de al mediodía por la cara que tenía. Esta vez no dije nada, volviendo ella su mirada a la televisión hasta que después se me quedó mirando, mirándola yo de vuelta, acercándose rápidamente a mí para agarrar mi cara y darme un beso.
Una más? 😂
 
Atrás
Top