Reencuentro con Elena

Capítulo 809

Estaba tan excitado que me entró mucho calor, cosa a la que ella le puso remedio al quitarme la sudadera para volver a comernos la boca con la misma ansia que hacíamos segundos antes. La notaba temblorosa, y no voy a mentir, yo también lo estaba. Era como si estuviéramos nerviosos al estar así.

Al menos puedo asegurarlo por mi parte, porque estar así con ella era como irse a otro mundo. Me ponía muy nervioso a esas alturas aún con ella, porque por una parte tenía miedo de dar un paso en falso, pero por otra me moría por ir a más. Era una lucha continua por llegar al final y querer que durara más para disfrutar al máximo de ella.

Pero Elena tenía prisa, porque de la misma manera que me quitó la sudadera, lo hizo con el resto de ropa, al igual que con la suya. Sin apenas preliminares, ella se montó sobre mí para meter mi polla dentro de su coñito poco a poco, aunque cuando estaba ya cerca de meterla por completo, se terminó de sentar sobre mí para hincársela entera.

Lanzó un gemido bastante alto e impropio en ella a juzgar por cómo se comportaba en la cama ahora que nos estábamos volviendo a ver, pero al igual que con el beso, no dije nada y me dejé llevar. No me esperaba que estuviera tan encendida como para que empezara a follarme a buen ritmo al moverse hacia delante y detrás, mirándome fijamente a los ojos durante unos instantes para luego agarrar mi cara y empezar a besarme de nuevo.

Los escalofríos volvían a recorrer mi cuerpo, en especial por la espalda, aunque no es que me notara tan cerca de correrme. La cosa fue a más cuando Elena se volvió a separar de mis labios para mirarme fijamente una vez más mientras pasaba a ponerse en cuclillas en el sofá para botar sobre mí. El sonido que tenía lugar con sus movimientos era bastante alto, y sonaba a húmedo, como bien podía notar al resbalarse sus fluidos por mi cuerpo.

Pero tuve que pararla, abrazándola con fuerza, dejando caer ella su cara sobre mi hombro mientras murmuraba sonidos agradables. Le di un beso en la cabeza y ella me lo devolvió por la zona en la que estaban sus labios, aunque luego lo hizo sobre los míos.

Le dije de ir a la habitación mejor para estar más cómodos, pareciéndole a ella bien, por lo que la cogí en brazos para irnos hasta allí, dejándola yo con cuidado sobre la cama y yendo a coger un condón de los que guardaba en la mesita de noche, aunque ella tenía otros planes, porque poniéndose a cuatro sobre la cama, me la empezó a chupar cuando me di la vuelta para mirarla.

La dejé hacer durante un rato, porque me encantaba cómo la hacía y la veía muy sexy comiéndomela en esa postura. Me encantaba ver su culo moverse un poco mientras me daba placer de esa manera. Un placer que cada vez escalaba más y más hasta que o la paraba, o me corría.

Así que me aparté un poco, con una risa nerviosa que ella entendió, pero se vio sorprendida, seguramente por mi rudeza al agarrarle de las piernas para ponerla bocarriba y alzarlas, arrodillándome yo en el suelo para comerle el coño desde fuera de la cama. Se rio y dio un gritito, pero pronto se dejó hacer, inundándome el sabor tan bueno de sus fluidos una vez pasé mi lengua por su rajita.

Me podía el ansia y se lo comía con demasiada intensidad, tirándome ella del pelo en varias ocasiones hasta que me pidió que parara, porque se iba a correr y quería hacerlo mientras la follaba. Y fue algo que me puse a hacer casi en el acto, en lo que duró el momento de abrir el condón y ponérmelo.

Me coloqué entre sus piernas y se la empecé a meter despacio para llegar hasta el final, comenzando una follada lenta en aquel misionero que cogió mucha rapidez en poco tiempo. Elena se me abrazaba con todas sus extremidades hasta que llegó un punto en el que no pudo más y se empezó a correr, haciéndolo yo también al notar cómo se ponía.

Se agarraba a mi nuca, podía notar cómo se clavaban sus pezones en mi pecho, cómo empezaba a temblar como siempre que tenía un orgasmo y cómo me humedecía el oído al soltar su aliento en una respiración agitada y entrecortada.

A mí me recorrió una descarga eléctrica por todo el cuerpo que me dejó sin saber dónde estaba por unos segundos, aunque no me costó volver en sí, haciendo presión para clavársela lo más profundo que podía, lanzando ella un gemido, aunque no soltaba el abrazo tan grande y fuerte que me daba.

Poco a poco se fue calmando, moviéndome yo para ponerme a su lado y poder quitarme el condón, el cual anudé y dejé sobre la mesita de noche. Habíamos durado muy poco, pero es que había muchas ganas y ya eran varios días en los que no hacía nada. Me percaté de que también expulsé más de lo habitual, cosa que no tenía que ver mucho con el tiempo que llevaba sin echar un polvo, porque al masturbarme expulsaba igual.

Elena abrió los ojos, pareciendo un poco desorientada, pero rápidamente se puso de lado para mirarme, poniendo su mano sobre mi pecho. Yo me acerqué a ella para besarla, recibiéndome ella muy bien. Tan bien que el beso se prolongó bastante y yo me volví a excitar mucho, poniéndose mi polla muy dura una vez más.

La acerqué a mi cuerpo para que lo pudiera notar, echando mano a ella para agarrarla y masturbarme, cosa que me provocó un gemido con el que le quería comunicar que me gustaba. Viniendo de una racha en la que una vez ella llegaba al orgasmo, la cosa se quedaba ahí, pensaba que esta vez sería igual, pero no terminó de ser así, porque parecía tener muchas ganas de seguir.

Y así fue, porque empezamos a jugar de nuevo, aunque ahora nos lo tomamos con mucha más calma. Ya se nos había ido esa necesidad de ir al grano, parándonos ahora más en los detalles. Empezamos por masturbarnos el uno al otro durante varios minutos, de manera muy lenta para no excitarnos demasiado.

Conseguí arrancar así muchas risas a Elena, porque a veces le hacía cosquillas y la verdad es que me encantaba ese juego, aunque nos empezó a apetecer más, por eso pasamos al sexo oral. Empecé yo, al ponerme tumbado bocabajo mientras ella estaba bocarriba bien abierta de piernas.

Pero no pude hacerlo durante el tiempo que me hubiese gustado, porque volvía a estar sensible y parecía estar cerca de llegar otra vez, por eso pasó a hacérmelo ella a mí. Al menos, ya de últimas hicimos un 69 al ponerse ella sobre mí, dejándome disfrutar así un poco más de lo rica que estaba. Tras eso, se puso sobre mí, aunque ahora mirándome a los ojos, para poner mi polla entre mi cuerpo y su rajita, empezando a frotarse con ella al moverse hacia delante y detrás.

Me encantaba la cara que tenía de excitación, mordiéndose el labio y teniendo unas preciosas chapetas. Una vez más, se la empezó a meter sin condón, cosa que me encantaba, pero que era también peligroso al no estar ella tomando nada para prevenir el embarazo.

Pero fue solo un momento, cogiendo yo después otro condón para ponérmelo y que ella me empezara a follar otra vez, aunque rápidamente se puso en cuclillas, como hizo en el salón, para botar sobre mí. De nuevo, esos sonidos de palmadas con cierto tono húmedo que me ponía bastante, aunque ahí no quedó la cosa, porque también se dio la vuelta para follarme al levantar su culo y dejarlo caer.

Tanto me gustó ver aquello que después la puse a cuatro para follarla así durante varios minutos en los que aumentaba o bajaba la intensidad, según tocara. Elena preocupara apagar sus gemidos al morderse los labios por dentro o al tapar su boca con una mano o con la almohada directamente, aunque le costaba más de últimas, cuándo me folló como más me gusta, sobre mí, moviéndose hacia delante y detrás.

No tardó mucho en llegar mi nuevo orgasmo, como tampoco lo hizo el suyo, aunque el mío se vio muy amplificado al derrumbarse ella sobre mí para besarme el cuello, llegando incluso a hacerme un chupetón.

Esta vez sí que nos costó mucho más recuperarnos de aquello. Si hasta se me olvidó quitarme el condón, haciéndolo cuando me di cuenta para dejarlo junto al otro. Ella seguía con sus ojos cerrados y con la respiración un poco errática, dedicándome yo a observarla al ponerme de lado.

También le di algún que otro beso, ya fuera por la cara, labios o en la frente. Ella parecía no enterarse mucho al estar en su mundo. Lanzó un suspiro y se estiró antes de abrir los ojos, para luego quedarse mirando al techo durante unos instantes, pasando a mirarme a mí, poniendo una sonrisa ligera en su boca.

Estuvimos callados durante un rato, mirándonos cuando no cerraba sus ojos, aunque le empecé a acariciar el cuerpo, pero sin buscar de nuevo ir más allá, porque en realidad se estaba haciendo tarde y al día siguiente ella tenía que ir a trabajar, aunque sí que me acerqué más a ella para abrazarla y empezar a besarla, o al menos durante unos segundos, porque se incorporó para mirar qué hora era en el despertador que tenía sobre la mesita, pasando a levantarse de la cama.

-Quédate a dormir, por favor.
-No puedo, Javi. Mañana madrugo bastante y quiero darme una ducha también.
-Yo suelo madrugar mucho. Y te puedes dar la ducha aquí si quieres.
-No tengo ropa limpia. Y voy a tener que volver igual. Creo que es mejor que lo haga ahora.
-Me parece que ya es un poco tarde como para salir con el coche.
-Ya, pero el trayecto es corto. No va a pasar nada.
-Bueno, como tú quieras.
-¿Este finde tienes algo?
-No. ¿Por?
-Porque he estado hablando con Irene y tiene ganas de que nos juntemos otra vez. Podemos hacer algo los cuatro.
-¿Y Sofía y Hugo?
-No van a estar. Tienen un plan especial.
-Ah.
-Pero podemos quedar nosotros, ¿no?
-Claro.
-Podríamos echar el día con ellos allí y tal.
-Vale.
-Bueno, pues me voy a ir ya.
-Como quieras. Pero al menos avísame cuando llegues a casa.
-Vale. No te preocupes.
Joer, no se si son cosas mias o que, pero me da que le va a pasar algo a Elena. Espero equivocarme, de verdad.
Que mal rollo me da.
 
¿Julio? ¿Qué Julio? No creo que Sofía deje tirado a Hugo por ese tal Julio que solo tú conoces.
Los detalles, espartano, los detalles, si no los cuidamos a ellos no nos cuidamos nosotros.

Y te olvidas de Maribel que lo desea en silencio desde la distancia.

Lo de enamoradas ya lo cuestionaría un poco más, interesadas en pasarlo bien con él en la cama y algunas de ellas un poco posesivas y celosillas, a ver cómo acaba esta historia, o una de ellas se lleva a ese hombre o entre las tres se organizan, si puede ser ... total, solo es juntarse para pasarlo bien ¿Quién ha hablado aquí de sentimientos? Se dicen las cosas, se deja claro lo que hay y a pasarlo bien, si alguien sufre es su problema, ya debería saber lo que hay.
Ah, que no sabías que su nombre en realidad es Julio Hugo, pero le carga lo llamen Julio. ;):D
 
Joer, no se si son cosas mias o que, pero me da que le va a pasar algo a Elena. Espero equivocarme, de verdad.
Que mal rollo me da.
No creo, hombre.
Ahora que por fin puedo escribir, quiero decir que si Javi no ve que solo lo quiere como follamigo, el sabrá.
Y las ganas que tiene de ese encuentro entre los 4 a mí me da muy mal rollo, porque tengo la sensación de que En ese encuentro va a tener sexo con Mario y estás cosas no me gustan nada
Una pena que su obsesión enfermiza por Elena, ha enterrado su opción de empezar una bonita relación con Ángela, que se merece lo mejor.
Al final ni Elena ni Ángela ni nadie. El mismo.
 
Pues parece que se afianza la relación de Elena-Javi.
Ahora a ver qué pasa con ambos e Irene-Mario, si follan juntos, por separado u orgia total.
Como bien dice @Carlos Sevillista no se si Javi está preparado para ver a Mario follarse a Elena, o a ella viendolo a con Irene. Lo lógico es que vayan poco a poco porque de momento han tenido sexo digamos tradicional pero seguro que Irene va a intentar calentarlos a ambos.
 
Sinceramente creo que Javi se está equivocando y mucho.
No le conviene está relación a 4 con Elena, Irene y Mario y está desatendiendo a la que si merece la pena como es Ángela.
No me gusta absolutamente nada lo que veo venir de una relación a cuatro de follamigos entre los 4.
Es una pena que haya desaprovechado una bonita oportunidad con Ángela y todo por su obsecacion con Elena.
 
Esto parece que conecte con aquellas reflexiones de Elena antes de la ruptura sobre lo de "ir más allá" en los encuentros con Irene y Mario, sobre aquello de arriesgarse en la vida.
Quizá estamos siendo mal pensados.
Tal vez lo que desea fervientemente Elena es jugar al Trivial pursuit con sus amigos.
Ha tenido unos meses para practicar y memorizar las respuestas... Si, definitivamente va a ser eso 🤔🤔
 
Por mí que se quede con esos dos y Javi se vaya con la que se tendría que ir que es Ángela.
Una relación con Ángela, no iba a ser nada tranquila ni tradicional... Su afición a los tríos MHM. Sus incursiones en el sexo lésbico, y su gusto por el goce grupal, no la convierten precisamente en una novia al uso.
 
Los tóxico se traen algo entrenamos y Elena esta al tanto
de todo creó que van a utilizarlo a su antojo, lo mejor que puede hacer es dar un paso atrás con los tóxico y si Elena quiere verlos y relacionarse con ellos que se lo piense antes si le importa algo Javi. Es lo que aria yo si fuera javi
 
Según lo veo, mientras más comprometido sentimentalmente está Javier, más monógamo se vuelve, vimos algo de eso en sus últimas conversaciones con Elena antes de la ruptura, ambos sinceraron cierto deseo de no compartir más.

Sin tener certeza de lo que Elena siente por Javier, podemos esperar cualquier resultado del encuentro que tengan los cuatro, lo que hace aún más extraño que ella incursione tan apresuradamente en la antigua dinámica que tenían, como si no importara lo sucedido en sus vidas durante estos más de 14 meses alejados.

Coincido con Oteador, en que Ángela, al menos en su actual etapa de vida, no es la mejor opción para alejarse de la toxicidad que pueden generar las relaciones abiertas, diría que es la mujer más poliamorosa de todas las que conoce, incluso más que Irene.
 
Última edición:
Elena tiene mucho interés en pasar mucho tiempo con Irene y Mario...
Y todos sabemos lo que eso significa.😈😈
Imagina lo peor, que en este encuentro quiera usar a Mario para desquitarse de Javier, y de paso de Irene, follando sin límites hasta llegar a ser sodomizada delante de ellos, dejaría catatónico a Javier. ;) :devilish: :babeando1:
 
Imagina lo peor, que en este encuentro quiera usar a Mario para desquitarse de Javier, y de paso de Irene, follando sin límites hasta llegar a ser sodomizada delante de ellos, dejaría catatónico a Javier. ;) :devilish: :babeando1:
Si eso pasa, Javier debe abandonar de inmediato esa casa y romper todo tipo de contacto.
 
Capítulo 810

La acompañé al salón para que ambos nos vistiéramos, porque la ropa se quedó allí. Cuando lo hicimos, nos despedimos con un abrazo, dándole yo además un beso en la cabeza, porque aún no sabía si debía tomarme la libertad para darle un buen beso como me hubiera gustado darle. Algo bastante ridículo cuando veníamos de follar como lo habíamos hecho, pero me daba miedo meter la pata y que se pusiera como cuando le hice aquella pregunta en su casa.

Quizá debería habérselo dado al ver que tenía una sonrisa preciosa cuando nos despegamos, pero preferí no arriesgarme a estropear el momento, por lo que ella se acabó marchando, recordándole yo que me avisara cuando llegara a casa y esperando a que lo hiciera mientras tanto en el sofá, pensando en cómo había ido todo el momento desde que vino a casa hasta que se marchó, parándome bastante en esos momentos que compartimos en la cama, sin poder evitar excitarme de nuevo, aunque no llegué a hacer nada más.

No podía evitar estar con una sonrisa muy tonta en mi cara, porque todo parecía ir muy bien entre nosotros como para que se presentara tan por sorpresa y para acabar así de liados y follando como locos, como solíamos hacer cuando estábamos juntos.

Aunque se me vinieron detalles a la cabeza, como cosas que hacíamos en su día y que no habíamos puesto en práctica aún, en donde predominaba provocarle un squirt, cosa que ahora que me paraba a pensarlo, me resultaba raro no haber visto durante esa noche con la manera que tuvimos de follar.

Pero tampoco me preocupaba tanto, porque ya tendríamos tiempo de seguir viéndonos para eso, además de para tantas otras cosas, como esa cena que tuvimos, la cual me encantó y disfruté al máximo, tanto por lo que trajo, como por lo que estuvimos hablando a pesar de ser algo tan banal como contarnos nuestro día.

Antes de que me diera cuenta, ya me estaba avisando de que había llegado a casa, aprovechando también para darme las buenas noches, diciéndome que se iba a ir a dormir, porque se nos había hecho un poco tarde.

Yo también le di las buenas noches, pero no sin antes decirle que me había encantado que viniera a casa para cenar y pasar ese momento juntos, comentando sutilmente que también me había gustado mucho lo que había pasado después. También le puse que esperaba que se pudiera repetir ese plan tan espontáneo por muy simple que fuera, diciéndole que no dudara en sugerirme que fuera yo a su casa si así le venía mejor.

Tan solo me respondió con un emoticono con cara sonriente y ahí quedó la conversación. Me fui a la cama para ver si podía dormir y la verdad es que tener su olor tan pegado a las sábanas y a mi cuerpo ayudaba mucho, porque parecía que estaba ahí conmigo.

Tanto el jueves como el viernes estuve como en una pompa de lo contento que estaba. Debía tener mucha cara de tonto por lo mismo, porque en clases se hacían comentarios y había risas, aunque yo no le daba mucha importancia.

Ese mismo viernes, a la hora de comer, Elena me comentó por mensaje que el plan para quedar con Irene y Mario estaba confirmado, por lo que quedamos en vernos al día siguiente para poder irnos con ellos, aunque no tenían muy decidido lo que íbamos a hacer, teniendo pinta de que tocaría improvisar.

Por la noche, hablé con Ángela, para ver cómo iba la cosa, porque llevábamos un par de días sin hablar y nos contamos cómo iba todo. La verdad es que me hubiera encantado que se hubiera sumado a nosotros el día siguiente para así poder vernos y estar juntos un rato, pero no lo terminaba de ver si Elena estaba presente.

Aunque tampoco es que ella estuviera sin nada qué hacer, porque sus amistades habían regresado de ese plan que tuvieron. Además, me contó que había quedado con Cintia por la tarde para verse con ella.

Le pregunté riendo si era un plan interesante y ella rio también, aunque se hizo la misteriosa, pasando luego a preguntarme de la misma manera a mí. La verdad es que no nos veía a los cuatro haciendo lo que hacíamos cuando nos juntábamos, pero sí que hice un comentario de lo ocurrido el miércoles en casa.

Ángela preguntó curiosa qué había pasado, contándole yo que Elena había aparecido por casa por sorpresa y que acabamos cenando juntos y luego pues lo pasamos bien también. Mi amiga reía, aunque me dijo que se alegraba mucho de ver que la cosa iba muy bien entre nosotros.

Estuvimos hablando un rato más, aunque de cosas no tan relevantes, nombrando ella detalles de su trabajo y comentando algún problema que había surgido, pero que en principio no tenía demasiada importancia, así que nos despedimos dándonos las buenas noches y deseándonos que nos fuera bien en los planes que teníamos para el siguiente día.

Todo iba de maravilla durante esos días. No me podía quejar de absolutamente nada. Y la verdad es que tenía pinta de que el fin de semana seguiría así. Y así habría sido si a Elena no se lo hubiera ocurrido presentarse en casa por la mañana, cosa que habíamos acordado en realidad para irnos juntos a mí ciudad y pasar el día con Irene y Mario como teníamos en mente, pero el detalle de aparecer con su amiga Yolanda no me gustó nada y no terminaba de entender por qué lo había hecho y qué pintaba ella allí.

De hecho, en cuanto abrí la puerta se me cambió la cara, aunque ambas estaban sonrientes. Elena me la volvió a presentar, recordándome cómo se llamaba, por si se me había olvidado, aunque me era bastante imposible hacerlo.

Su amiga también sonreía, como he dicho, pero es que yo no la quería en mi casa y no estaba dispuesto a que pasara, como pretendía Elena al acercarse a mí. Le dije que lo sentía, pero que ella no era bien recibida en mi casa y que ni la quería ver.

Ambas se quedaron un poco paradas con mi salida, cosa que me vino bien para continuar diciendo que volviera por casa cuando estuviera sola para que nos pudiéramos ir a mi ciudad, cerrando la puerta. Me senté en el sofá bastante cabreado por haber traído a semejante espécimen a casa, porque no daba crédito a que hubiera traído a una persona que había puesto muchas más trabas en nuestra relación que otra cosa.

No entendía qué pretendía Elena al traerla a casa, pero desde luego, yo no iba a ceder en esto. Vale que le diera su espacio, que no la agobiara y que dejara estar las tantas puyitas que me lanzaba de vez en cuando, sobre todo en nuestro reencuentro, pero otra muy distinta sería ser un calzonazos y dejar que esa chica entrara en mi casa para solo sabe ella qué.

No me sentó nada bien, porque hasta se me quitaron las ganas de ir a ningún sitio y todo ese buen humor que venía teniendo durante varios días se esfumó bastante, poniéndome de un humor de perros.

Tampoco ayudó que Elena se presentará en plan guerrillera cuando volvió a casa. Que si le había hecho pasar mucha vergüenza, que si había sido muy maleducado, que Yolanda era alguien muy importante para ella, que si le había ayudado mucho siempre, sobre todo cuando lo había pasado mal y así me comportaba yo con alguien tan importante para ella.

Me mordí la lengua mucho, quizá más de lo que debería teniendo en cuenta lo que esa chica hizo para distanciarnos a Elena y a mí, pero le tuve que recordar alguna cosa, como lo mal que se llevaba también con Irene, poniendo el enfado que se pilló como ejemplo, aquel que vino porque Elena no decía nada cuando hablaba mal de nosotros, en especial de mí, siendo su pareja en aquellos días.

También le tuve que contar lo que pasó cuando vino por casa cuando vivíamos juntos, estando ella negando que eso pudiera haber ocurrido y que seguro que no lo recordaba bien y decía eso por el enfado que tenía encima.

Preferí guardar silencio para evitar que la cosa fuera a peor, pero ella me preguntó si no nos íbamos, cruzándose de brazos. Le respondí diciendo la verdad, que se me habían quitado todas las ganas de ir a ningún sitio, aunque al final me puse en pie para coger las llaves del coche e irnos con el mío, porque prefería conducir yo.

Durante el camino estuvimos discutiendo un poco de ello, con Elena diciéndome que tan solo quería que todos fuéramos amigos, porque me volvió a repetir que ella era muy importante en su vida y pensaba que podía sumarla al grupo de amigos, ocasionando mi risa, cosa que le molestó.

Me pidió explicaciones y tuve que volver a decirle que Irene no la tragaba y que dudaba que los demás lo pudieran hacer teniendo en cuenta cómo era. Tampoco le hizo gracia aquello que dije, pasando a pedirme que fuera un poco comprensible con su amiga, que había estado muy pendiente de ella, tanto como para descuidar un poco su relación, motivo entre otros por el que su pareja le acabó dejando, diciendo yo que era normal.

Es cierto que ese comentario me lo podía haber ahorrado, porque estuvo fuera de lugar y a Elena le molestó tanto que me acabó dando un manotazo. Me volvió a pedir que fuera comprensivo, porque otro de los motivos de la ruptura era la dificultad que estaban teniendo para quedarse embarazada, no pudiendo conseguirlo a pesar de que ninguno de los dos tenía problemas para ello por lo que su amiga le contó.

Yo solamente dije que me parecía muy bien que se preocupara por su amiga, pero que nada le daba el derecho de plantarla en la puerta de mi casa buscando que yo pudiera entablar conversación con ella y ni mucho menos algún tipo de amistad. Elena no dijo nada más, quedándose en silencio, pasando a apoyar su cara en su mano mientras miraba por la ventana.

Tan solo se rompió el silencio cuando le pregunté si quería que paráramos en su casa para que viera a su madre y a su abuela, diciendo que a la vuelta si acaso, que no tenía ganas en ese momento.

Cuando llegamos, aparqué muy cerca de la casa de nuestros amigos, bajándose ella rápidamente para ir hacia la puerta sin ni siquiera esperarme, cosa que ya me decía cómo iría el resto del día. Cuando llegué hasta allí fue Mario el que me abrió, estando ya las chicas hablando a solas en otro lugar que no era el salón, porque no estaban allí.

Mario me preguntó si ocurría algo y le tuve que contar que Elena y yo habíamos discutido, preguntándome él la razón, aunque tanto Elena como Irene salieron al instante para decir de irnos a dar una vuelta aprovechando que hacía buen día pese al frío que seguía haciendo. Así que me levanté y nos marchamos, empezando a dar un paseo por la ciudad, sobre todo por las zonas más peatonales, aunque paramos a tomarnos un café.

En todo el rato que estuvimos andando veía a Irene y a Mario muy felices, agarrados de la mano y Mario pasándole un brazo por encima del hombro a su novia, dándose algún que otro beso a ratos. Me encantaría decir que Elena y yo también estábamos así, pero todo era mucho más complicado con ella, porque con lo ocurrido antes de que fuéramos no estaba la cosa para que tuviéramos ese acercamiento. De hecho, ella estaba bastante seria y ni me miraba.

También había más detalles, como ponerse al otro lado de la pareja, quedando ellos entre nosotros dos, o sentándose también al otro extremo de la mesa de la cafetería en la que paramos para tomar ese café en lugar de sentarse a mi lado. Era algo que me molestaba, pero no quería estropear el momento que estábamos teniendo con nuestros amigos, porque a ellos se les veía muy bien.

Tras ese café, seguimos dando una vuelta hasta que acabamos de nuevo en casa de Mario, donde yo me excusé, porque quería ir a ver a la familia un momento, cosa que no pareció importar, aunque Mario me hizo un gesto en el que me decía que quería hablar conmigo luego, asintiendo yo.

La visita fue breve en realidad, pero mi madre tuvo más que suficiente para darse cuenta de que algo me pasaba, como intentó sonsacarme cuando me despidió en la puerta. Le dije que había discutido con Elena y que por eso estaba así, sorprendiéndose ella e interesándose por el motivo, aunque le dije que era por una tontería.

Mi madre pensaba que no podía ser una tontería cuando me encontraba así y cuando habíamos discutido, por lo que le expliqué la razón. A ella tampoco le hizo gracia que Elena hiciera aquello, porque ya le expliqué en su día que esa amiga suya era muy estúpida y también sabía de la mierda que había metido entre nosotros, aunque me dijo que Elena lo había hecho con buena intención.

No llegaba a pensar que lo hubiera hecho para molestarme. Y yo tampoco en realidad, pero había sido algo que no me había gustado nada y que no estaba dispuesto a cambiar. Antes de que me fuera, tan solo me pidió que disfrutara del plan al que iba a volver, porque también le conté porqué estaba allí.

Hablar con mi madre me tranquilizó un poco en ese aspecto, aunque no me hizo cambiar de opinión respecto a estar abierto para hablar con Yolanda. Cuando llegué a casa de Mario, las chicas estaban preparando la comida, con Mario ayudando a poner la mesa, sumándome yo al llegar, aunque luego nos sentamos en el sofá mientras esperábamos.
 
Pues ha hecho muy bien plantandose. Esa mujer es muy tóxica. Puede que ahora haya cambiado pero en su momento parecia muy posesiva con Elena, la quería solo para ella.
Y Javi nunca cuando ha retomado la relación con Elena se le ha presentado con terceros a una cita, cuando se ha vuelto a ver con Sofía e Irene le ha preguntado antes si quería.
Al plantarse desde el minuto uno, ella ya sabe lo que hay, es lo mejor, para que la otra no se meta y siga echando mierda, que seguro que lo hace, pero ahora Elena ya está advertida.
Pero fijo que ella con Ángela va a vetarla igual
 
Pues ha hecho muy bien plantandose. Esa mujer es muy tóxica. Puede que ahora haya cambiado pero en su momento parecia muy posesiva con Elena, la quería solo para ella.
Y Javi nunca cuando ha retomado la relación con Elena se le ha presentado con terceros a una cita, cuando se ha vuelto a ver con Sofía e Irene le ha preguntado antes si quería.
Al plantarse desde el minuto uno, ella ya sabe lo que hay, es lo mejor, para que la otra no se meta y siga echando mierda, que seguro que lo hace, pero ahora Elena ya está advertida.
Pero fijo que ella con Ángela va a vetarla igual
No se yo, eh. Creo que debería haber aguantado y luego decírselo a Elena a solas.
 
No se yo, eh. Creo que debería haber aguantado y luego decírselo a Elena a solas.
Claro, pero entonces desde su casa irían los tres para comer en casa de Mario. Me imagino la cara de Irene abriendo la puerta también y encontrándosela...
Tendría que haberle llamado antes y decirle su idea, y entonces las formas hubiesen sido otras, que Javi cuando estaban de novios nunca quiso que cortara con ella a pesar de lo arpía que era, entendía que le venía bien una amiga en el trabajo.
Apuesto a que la hdp se autoinvitó a la reunion
 

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