Reencuentro con Elena

Niego la mayor, por muchos "reencuentros" que haya entre Javier y Elena, el título es en singular y hace referencia a uno, el primero. Al pan pan y al vino vino.

Y he de discrepar enérgicamente (golpe de puño en la mesa) sobre sus hipótesis de futuro ya que lo único cierto es que Javier convive con una gata procedente de una protectora ... 🤔 ... , bueno, y también discrepo sobre considerar menos emocionante asistir al enamoramiento de dos almas heridas que se sanan mutuamente, que contemplar un alma desnortada camino de su propia autodestrucción, usted confunde morbo con emoción.
Deje usted que @Keranos nos siga narrando, con esa emoción contenida que se escapa entrelineas, esta etapa tan emocionante de la sanación de sus heridas y su reconciliación con un mundo generoso y amable.
Por qué motivo debería ser el primer reencuentro el importante, y no el último. Que vaya usted a saber si está aún por producirse. La utilización del singular, no lo sitúa en el tiempo, si no en el orden de importancia.
Llegados a éste punto, y no encontrando razón de peso suficiente para sustentar su afirmación. Solicito formalmente la intervención de la única persona capaz de desfacer éste entuerto: El mismísimo Keranos.
Si se diera su silencio, entenderíamos que es por el bien de la continuidad de la historia , y podría darse por confirmado, que el mantenimiento de la duda es fundamental en el desenlace final.
 
Niego la mayor, por muchos "reencuentros" que haya entre Javier y Elena, el título es en singular y hace referencia a uno, el primero. Al pan pan y al vino vino.

Y he de discrepar enérgicamente (golpe de puño en la mesa) sobre sus hipótesis de futuro ya que lo único cierto es que Javier convive con una gata procedente de una protectora ... 🤔 ... , bueno, y también discrepo sobre considerar menos emocionante asistir al enamoramiento de dos almas heridas que se sanan mutuamente, que contemplar un alma desnortada camino de su propia autodestrucción, usted confunde morbo con emoción.
Deje usted que @Keranos nos siga narrando, con esa emoción contenida que se escapa entrelineas, esta etapa tan emocionante de la sanación de sus heridas y su reconciliación con un mundo generoso y amable.
Entiendo que quiera usted reconciliarse con un tipo de 1,90, musculoso y lleno de tatuajes. Pero debió usted pensarlo antes de criticarlo sin compasión.
Ahora todo lo que escribe le parece bien, y Javi es el mejor.
Keranos ya nos advirtió que él era Javier y viceversa. 🤭🤭🤭
 
Por qué motivo debería ser el primer reencuentro el importante, y no el último. Que vaya usted a saber si está aún por producirse. La utilización del singular, no lo sitúa en el tiempo, si no en el orden de importancia.
Llegados a éste punto, y no encontrando razón de peso suficiente para sustentar su afirmación. Solicito formalmente la intervención de la única persona capaz de desfacer éste entuerto: El mismísimo Keranos.
Si se diera su silencio, entenderíamos que es por el bien de la continuidad de la historia , y podría darse por confirmado, que el mantenimiento de la duda es fundamental en el desenlace final.
Deje, deje, mejor que el autor mantenga el "misterio".
Siguiendo su "razonamiento", sin duda alguna el "reencuentro" narrado en los capítulos 1, 2, 3 y 4 es indudablemente más importante que el "no reencuentro apenas acercamiento" que vivimos recientemente entre Javier y Elena. Es tan importante, que ese reencuentro es la razón de ser de esta historia y, a partir de él se desencadena todo lo demás.

Por cierto quien no encuentra razón de peso suficiente para sustentar su afirmación es usted. Se agarra usted a un clavo ardiendo esperando salvar su frágil argumentación o incluso pidiendo ayuda al primo de Zumosol.
 
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Entiendo que quiera usted reconciliarse con un tipo de 1,90, musculoso y lleno de tatuajes. Pero debió usted pensarlo antes de criticarlo sin compasión.
Ahora todo lo que escribe le parece bien, y Javi es el mejor.
Keranos ya nos advirtió que él era Javier y viceversa. 🤭🤭🤭
Yo nunca he criticado a Javier ... 🤔 ... creo que esto debe desarrollarse un poco. Yo he criticado acciones y actitudes, y sí, sin compasión, porque quien bien te quiere te hará llorar y te dirá las verdades a la cara. Hasta Abby le ha hecho ver sus errores y no se los ha callado, por compasión. Claro que quizás Abby haya sido algo más dulce y tierna que yo a la hora de hacérselo ver. Detalles que seguro @Keranos no me tiene en cuenta.

Ahora, sus acciones y actitudes no merecen casi reproche, y quien le acompaña en su andadura es de todo menos tóxica, así que mi mirada está cargada de confianza y compasión para perdonarle los pequeños errores que aún pueda cometer. La dirección que Javier ha tomado, es una dirección sanadora y, en ese camino, ha encontrado a una compañera que no solo no le desvía de esa dirección sino que le acompaña, y ambos cuentan con todo mi apoyo.

No como otros, que andan esperando que ocurra algo que ponga en riesgo o altere de alguna manera el emotivo momento que viven Javier y Abby. Y lo peor, esperan eso solo para satisfacer su propio morbo.

Venga, levántate de la lona y sigue peleando ...
 
Es la segunda vez que me tacha de morboso. Interpretación claramente torticera, de lo que no ha sido más que un cálculo de probabilidades por mi parte.

Cuando utiliza expresiones como " levántate de la lona ", veo que su actitud es claramente beligerante, y que atiende más al temor por las repercusiones de sus " calentones verbales " con Javi/Keranos, que a una voluntad de defensa de una argumentación.

Quiere hacerme pasar claramente por el villano morboso, cuando en realidad se cebó usted inmisericordemente con nuestro protagonista y su entorno. El " quién bien te quiere te hará llorar", es la excusa perfecta para los que gustan de hacer llorar.

No soy yo quién tiene cuentas pendientes con Javier y aún peor, con Ángela. La chica más dulce y angelical que pueda existir. No puedo reprimir las lágrimas 😭😭 al pensar en la injusticia que cometió dudando de su sincera amistad.

Yo no le pido que se levante de la lona, tan sólo postrese ante sus agraviados y solicite humildemente su perdón... Seguro que se lo conceden sin vacilar.

Supongo que no necesita usted ningún emoticono aclaratorio, a que no?
 
Es la segunda vez que me tacha de morboso. Interpretación claramente torticera, de lo que no ha sido más que un cálculo de probabilidades por mi parte.

Cuando utiliza expresiones como " levántate de la lona ", veo que su actitud es claramente beligerante, y que atiende más al temor por las repercusiones de sus " calentones verbales " con Javi/Keranos, que a una voluntad de defensa de una argumentación.

Quiere hacerme pasar claramente por el villano morboso, cuando en realidad se cebó usted inmisericordemente con nuestro protagonista y su entorno. El " quién bien te quiere te hará llorar", es la excusa perfecta para los que gustan de hacer llorar.

No soy yo quién tiene cuentas pendientes con Javier y aún peor, con Ángela. La chica más dulce y angelical que pueda existir. No puedo reprimir las lágrimas 😭😭 al pensar en la injusticia que cometió dudando de su sincera amistad.

Yo no le pido que se levante de la lona, tan sólo postrese ante sus agraviados y solicite humildemente su perdón... Seguro que se lo conceden sin vacilar.

Supongo que no necesita usted ningún emoticono aclaratorio, a que no?
¿Beligerante yo?

En cuanto a Ángela, jamás dudé se sus genuinas y sanas intenciones, además de alabar lo lista que es y su profunda empatía y comprensión hacia los demás. Debió usted malinterpretar mis palabras, ya ha manifestado en diversas ocasiones sus dificultades para "entender".

Esa es la verdad, si no le gusta tengo versiones alternativas, total solo es ... "cuestión de opiniones".

Espero que haya entendido las ironías ... o que sepa diferenciarlas de las partes que no lo son, si alguna no lo es ... emoticono guiñando ojo.
 
¿Beligerante yo?

En cuanto a Ángela, jamás dudé se sus genuinas y sanas intenciones, además de alabar lo lista que es y su profunda empatía y comprensión hacia los demás. Debió usted malinterpretar mis palabras, ya ha manifestado en diversas ocasiones sus dificultades para "entender".

Esa es la verdad, si no le gusta tengo versiones alternativas, total solo es ... "cuestión de opiniones".

Espero que haya entendido las ironías ... o que sepa diferenciarlas de las partes que no lo son, si alguna no lo es ... emoticono guiñando ojo.
Si me pregunta si he " entendido ", es que no es usted tan entendedor como presume.
😜... Por si acaso, que ya no sé a qué atenerme.
 
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Capítulo 904

El reencuentro fue un espectáculo, porque Abby y Ángela se dieron un abrazo tremendo que me llegó a impresionar, sobre todo por parte de mi novia. Ángela estaba que no cabía en sí al vernos, dándome otro abrazo enorme a mí también, llegando a subirse a mi cuerpo. Sus ojos brillaban al tenernos por allí. No paramos de hablar durante toda la comida, contándole Abby cómo habían sido las presentaciones tanto con Sofía y Hugo, como con mi madre.

Mi amiga se interesó mucho por ambos momentos, sobre todo por la situación con mi madre. Le estuvimos contando con detalle, diciendo Abby que estaba muy cortada y que tenía mucha vergüenza, dándole yo la razón al decirle que estaba muy roja. Luego, Ángela nos preguntó si ya habíamos visto a Irene a y Mario, negando yo con la cabeza. Sugirió estar ella delante para ver sus reacciones, pareciéndome a mí bien, y a Abby más, pues dijo que así le daba fuerzas.

En broma le pregunté si con las mías no tenía suficiente, diciéndome que sí, pero que con Ángela al lado también, sería incluso mejor, dándome luego un abrazo y un beso para que no me enfadara, aunque todo era de broma. Ángela advirtió a Abby de cómo era Irene, para que no se extrañara si hacía algún comentario fuera de lugar, porque a veces se las gastaba así. Abby estaba enterada de muchas cosas, diciendo que se lo podía imaginar por todo lo que le había contado de ella.

Pasamos un momento inmejorable los tres comiendo juntos, entreteniéndonos bastante entre una cosa y otra, yendo luego a tomarnos un café y volviendo al hotel, estando Ángela con nosotros todo el rato. Estuvo jugando también con la gata, acordándose de ella. Allí estuvimos descansando un poco, estando muy a gusto, aunque al rato pensamos en ir a ver a Irene y a Mario. A Abby le pareció muy bien, por lo que le envié un mensaje a mi amiga para ver si estaban por casa para que nos pudiéramos ver. Su respuesta me hizo gracia, pues me puso en mayúscula que fuera cuanto antes, pareciendo que estaba dándome una orden.

Nos plantamos en la puerta en nada, abriéndonos Irene enseguida. Se volvió loca, porque dio un grito y luego me dio un abrazo muy grande, subiéndose a mi cuerpo de hecho y luego me empezó a dar muchos besos por la cara. Mario apareció al segundo, abrazándome también, pero nos fuimos para dentro para no coger frío.

En el salón ya les presenté a Abby, quien estaba más cortada que en la presentación que había tenido lugar con mi madre o con Sofía y Hugo. Supuse que era por la reacción de Irene al verme, como luego me confirmaría estando ya a solas en el hotel. A mis amigos les cayó muy bien Abby, aunque como digo, ella estaba más callada de lo que esperaba, pero en realidad lo entendía.

Ambos se sorprendieron bastante de la habilidad de Abby para hablar español, aunque había algunas cosas que se les escapaba, pero por lo general, podíamos comunicarnos bien en nuestro idioma. Estuvimos mucho rato en realidad, siendo cada vez mejor conforme pasaban los minutos, pues mi chica se iba soltando cada vez más hasta que llegó un punto que estaba bastante cómoda y ya no estaba sonrojada.

Les estuvimos contando cómo hacíamos nuestra vida en Canadá, aunque ellos ya conocían bastante de aquello por los días que pasaron conmigo cuando fueron a verme el anterior verano, pero se interesaron mucho en el tema de la vida de pareja que hacíamos. El único problema que había era que Abby estaba un poco preocupada por la gata, ya que llevaba ya unas cuantas horas sola en un lugar muy nuevo para ella.

Les pregunté a mis amigos si tenían problema en que la trajera, no habiendo absolutamente ninguno, en especial cuando les conté que era muy tranquila. Así que me puse en marcha para ir a por ella, quedándose Abby allí con Ángela, Irene y Mario. No tardé en llegar al hotel, encontrándome a la gata muy a gusto sobre la cama, estirándose cuando me vio aparecer.

A esas alturas tenía bastante apego a mí, por lo que se me acercó, queriendo que la cogiera en brazos, aunque la notaba mirar por la habitación, seguramente buscando a Abby. No me demoré en meterla en su cestita para cuando la llevábamos a algún sitio, explicándole mientras tanto que Abby no estaba, pero que íbamos a ir con ella, ya que nos gustaba mucho hablarle.

Al volver a la casa de Irene, todo seguía igual, aunque querían ver a la gata, pareciéndoles preciosa. Era normal que no se fuera inmediatamente con ellos al no conocerlos, yendo directamente hacia Abby, aunque también estuvo un poco con Ángela. Al final nos quedamos a cenar allí todos, estando muy a gusto y tranquilos los cuatro, pero después de la cena, Irene empezó con sus temas de conversación.

No es que nos preguntara cómo era nuestra vida sexual, aunque seguro que no era por falta de ganas, pero sí hizo un comentario que ya me hizo a mí en privado el día de Año Nuevo. Por lo que me dijo ese día, sabía que Ángela se había ido de fiesta con ellos y que luego había pasado algo más, pero lo que no me contó era que Cintia también estaba con ellos.

Al parecer, la noche se dio muy bien, porque Irene hacía comentarios con segundas, no estando yo muy seguro de si Abby era capaz de pillarlos. A ella le parecía una chica increíble físicamente y también con una personalidad interesante, aunque me confesó que andaba un poco reticente con ella por mi experiencia con esta chica.

Pero luego, cuando la empezó a conocer, fue cambiando de opinión. Eso, sumado a que Ángela tenía una confianza depositada en ella, fue suficiente para que se dejara llevar. Mario dijo que flipó con la chica, porque la veía muy dominante en varios aspectos, y eso le llamaba mucho la atención. El último detalle que nos dieron fue que acabaron en esa casa en la que nosotros estábamos y que fue una maravilla.

Yo le pregunté a Ángela cómo hizo para convencerla y que fuera hasta nuestra ciudad, siendo algo más sencillo de lo que yo pensaba. Al parecer, el día anterior a Nochevieja, a Cintia se le jodió el plan que tenía y llamó a Ángela para ver si podía estar con ella, sugiriéndole ella ese plan. También me comentó que estuvieron hablando de mí un poco, como también hicieron estando los cuatro ya solos al haber salido con más gente en realidad, pero ya sí que se reservaron un poco más detalles.

No tardamos en marcharnos una vez acabamos la cena, pues al día siguiente, Irene y Mario tenían que madrugar bastante para ir al trabajo. Ángela también tenía que trabajar, pero llevaba un horario más relajado en comparación. Aun así, la acompañamos a casa al pillarnos de camino, charlando con ella de manera muy agradable hasta que llegamos, despidiéndonos de ella con un buen abrazo, quedando en que nos veríamos mucho a lo largo de la semana entrante, como también teníamos pensado hacerlo con Irene y Mario.

Ya en el hotel, después de acomodarnos bien y listos para dormir, Abby y yo estuvimos hablando un poco. Comentamos principalmente cómo había ido todo el tema de conocer a gente nueva que era tan importante para mí, estando yo muy contento con el resultado de lo ocurrido, como también lo estaba Abby, diciendo que no le había resultado tan duro como imaginaba que sería.

También me comentó que les había caído todos muy bien y que tenía ganas de ir a comer a casa de mis abuelos al día siguiente para conocerlos a ellos también, siendo ya el resto de días más relajado al calmarse el tema presentaciones un poco, porque no teníamos en mente que tuviera lugar con nadie más.​
 
Mario dijo que flipó con la chica, porque la veía muy dominante en varios aspectos, y eso le llamaba mucho la atención. El último detalle que nos dieron fue que acabaron en esa casa en la que nosotros estábamos y que fue una maravilla.
Irene, Ángela, Cintia y Mario ... échenle imaginación a la escena, dos dominantes, una sumisa y un sumiso ... solos los cuatro en el colofón de un fin de año.
 
Está claro que en el grupo de amigos, no se entretienen con nada... No pueden jugar al trivial, a adivinar películas, a las cartas... ??
Al final, siempre acaban jugando a lo mismo 😝
Y suerte tiene Mario, que se " entretienen" entre ellas, si no menudo nivel de exigencia... Con tres para él sólo 😱
 
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No,no. Es que lo he entendido mal.
Yo además me he referido a Javi. Que está con Abby sin juegecitos raros.
Con Abby normal... hasta ahora, que viendo lo ardiente que llega a ser en su performance con Javier, será cosa de tomar confianza y los tenga a todos en cuatro. :oops::devilish:
 
Capítulo 905

Otra cosa que comentamos fue lo que podíamos hacer en todos esos días que íbamos a estar allí, teniendo yo pensado enseñarle muchas cosas, queriendo hacerlo a fondo con la ciudad y si se daba, pues algún lugar cercano que le pudiera gustar, pareciéndole a ella bien. Lo que no esperaba era que hiciera alusión a Elena. No había oído ese nombre en todo el día hasta que salió de su boca.

Y no fue para pedirme que se la presentara, pero sí que le extrañó que no comentáramos nada de ella cuando estuvimos todos reunidos. Sabía de sobra que ella se llevaba muy bien con Irene y con Mario, como ya le había contado varias veces, como también sabía que yo siempre quería lo mejor para ella y que me había ido interesando de vez en cuando por ella, ya fuera preguntándole a mis amigos o a Valentina, pero Abby se extrañó de no oír su nombre en toda la tarde.

Me dejó un poco descolocado esa salida, pero le dije que sí era verdad que me interesaba porque todo le fuera bien, pero que tampoco es que hablara de ella con mis amigos a menudo. Sabía de sobra que Abby no iba con segundas intenciones mientras hablábamos de este tema, aunque me volvió a sorprender al preguntarme si me gustaría verla. Me quedé pillado nuevamente, sin saber qué responder, esperando ella una respuesta mientras me miraba, estando de lado sobre la cama, apoyando su cara en su mano.

Llegué a la conclusión de que prefería no hacerlo teniendo en cuenta que no terminamos en muy buenos términos. Abby discrepaba bastante, pensando que era una buena oportunidad para hacer las paces y quitarnos ese mal sabor de boca del que ella estaba segura que teníamos que tener. Yo no entendía cómo me hacía esas preguntas y proponía ese encuentro teniendo en cuenta que era mi ex y lo importante que había sido en mi vida.

Ella no lo veía tan raro, pensando que era toda una suerte que tuviera a tantas personas importantes en mi vida, y que siendo Elena una más no dijera de acabar bien con ella para poder seguir disfrutando de su amistad como lo hacía antes de que fuéramos pareja siquiera. Yo veía eso muy lejos, tanto esos tiempos, como el hecho de poder ser amigos, especialmente si me presentaba de pronto con novia, pues tenía por descartado tener ese encuentro a solas.

Abby volvía a discrepar, diciendo que tal vez estaría bien que nos presentara, pero que nos debíamos una conversación a solas para zanjar cualquier tipo de conflicto que quedara entre nosotros. No me entraba en la cabeza todo lo que proponía, explicándole que no le veía sentido y preguntándole si no le daba miedo que pudiera pasar algo entre nosotros.

Mi novia me contó que ella confiaba en mí y que sabía que eso no iba a pasar, básicamente, porque le había demostrado mucho a esas alturas y sabía leerme la mente con solo mirarme a los ojos. Aunque siguió al decirme que debería confiar en mí mismo tanto como ella lo hacía conmigo. También comentó que solo estábamos hablando, que no tenía por qué darse ese encuentro si yo no quería.

Mencionó que según tenía ella entendió, hacía casi un año desde la última vez que nos habíamos visto en persona y que de la misma manera que yo había empezado algo con alguien, ella podría haberlo hecho perfectamente también. Aquí intervine al decirle que no fue así en el primer lapso de tiempo que estuvimos separados cuando me dejó, pero Abby veía ambas situaciones radicalmente diferentes, siendo la primera vez muy dolorosa por el despecho y siendo la segunda muy diferente por incompatibilidad.

Ella pensaba que era una situación muy diferente y que ya me había dado señales de que no tenía mucho interés en mí a esas alturas con todo lo que yo podía ver en sus actos. Por eso no se le hacía tan raro pensar que podía haberse fijado en alguien más, especialmente habiendo pasado tanto tiempo.

Tenía sentido lo que decía, pero también le comenté que de ser así, mis amigos se habrían enterado, porque seguían teniendo mucho contacto con ella y es algo en lo que Abby me dio la razón, pero también comentó que estaba la posibilidad de querer llevarlo de manera discreta, sobre todo si estaba empezando algo con alguien.

Me dijo que no me preocupara, que solo estábamos hablando, pero que en su opinión, estaría bien hablar con ella antes que encontrársela de sopetón y que fuera un encuentro realmente incómodo. No veía eso muy posible teniendo en cuenta que nosotros vivíamos a más de 5000 kilómetros, respondiéndome ella que quizá nos la encontrábamos en uno de esos días que estuviéramos por ahí. Lo seguía viendo difícil teniendo en cuenta que no trabajaba allí, pero sí que me puso algo intranquilo que me dijera eso. Ella sonrió y me calmó acariciándome el pecho.

Una vez más, dijo que tan solo hablábamos, pero sí que hizo más hincapié en el tema de tener una charla con Noelia, porque sí le parecía que había actuado muy mal con ella con todo lo que le había contado. Aquí sí que estaba de acuerdo con ella, aunque no sabía si ella querría. Abby me dijo que podíamos probar a visitarla antes de que nos fuéramos, aunque yo no tenía ni idea de si seguía viviendo en la casa en la que lo hacía cuando me veía con ella.

Abby se mostraba positiva, diciendo que por probar no perdíamos nada, aunque se me vino a la cabeza que tenía el número de Arantxa, la vecina que teníamos cuando vivíamos Elena, Noelia y yo juntos en la urbanización que quedaba cerca de las afueras de la ciudad. Le pareció buena idea contactar con ella, pese no acabar tampoco muy bien la última vez que me vi con ella, para informarnos de por dónde se movía Noelia, aunque a las malas, podíamos pasarnos por la universidad y ver si la veíamos.

Abby se mostraba muy positiva y con ganas de que aquello tuviera lugar para reencaminar esa situación. Le confesé que fue una espina que me llevé clavada cuando me fui a Canadá pese a haberle dejado una nota de la que no obtuve respuesta. Abby se mantenía positiva aun así, diciendo que ya había pasado mucho tiempo también como para que Noelia siguiera pensando en mí de esa manera, por lo que no tenía un miedo especial por ello, pudiendo también obtener esa información por parte de Arantxa para asegurarnos.

Por lo pronto, al día siguiente nos levantamos a una hora normalita, ni muy temprano ni muy tarde tampoco. Nos dimos una ducha y fuimos a desayunar a una cafetería que había cerca y que yo había frecuentado mucho. Una vez acabamos, volvimos a la habitación del hotel para meter a la gata en una mochila especial que le habíamos comprado y que pudiera así acompañarnos.

Estuvimos paseando durante practicante toda la mañana, enseñándole yo a Abby muchos sitios de interés, aunque fue algo que pensamos tomárnoslo con calma al tener varios días por delante, para no acabar saturados ni muy cansados. En realidad, a cada poco parábamos para sentarnos en un banco y tomar un poco el sol. Abby estaba fascinada con el tiempo de aquí y eso que aún hacía frío, pero no era comparado con el que teníamos en Canadá.

Estaba muy bien superar las temperaturas negativas para variar, pues allí aún seguía haciendo tanto frío como para ello. A ella le impresionaba la diferencia tan grande de temperatura, pues en ocasiones llegaba a ser mayor a los 20 grados. Cualquier ocasión era buena para sentarnos en algún banco cuando le gustaba lo que había cerca, prefiriendo jardines y parques alejados de aglomeraciones.

Más que tomar el sol, era calentar el cuerpo, pues íbamos con ropa de manga larga, pero era agradable igualmente sentir ese calor. Hasta nos animamos un poco a soltar la gata en un pequeño parque en el que no había nadie, en una porción de césped, llevando cuidado de que no saliera corriendo, aunque ella no hizo ni amago de ello.

Cuando se acercó la hora de comer, volvimos al hotel para dejar allí a la gata para que descansara, pues pese a no haber ido a nuestro ritmo, habían sido muchos estímulos y emociones para ella y necesitaba un descanso. Nos aseguramos de que comiera y la dejamos allí durmiendo, marchándonos nosotros a casa de mis abuelos para que pudieran conocer a mi novia y para comer con ellos.

Era todo un placer poder pasear así con mi pareja cogidos de la mano, que ya era algo que hacíamos en el lugar en el que vivíamos, pero hacerlo ahora en mi cuidad como que sabía diferente. No era la primera vez que lo hacía, pero sí es cierto que llevaba muchísimo sin hacerlo. Ella estaba sonriente, pero ya empezaba a notar sus nervios al conocer a mis abuelos. Mi madre me contó que les explicó cómo era Abby y demás, pensando que no pasaría nada.​
 
Y ahora
Capítulo 905

Otra cosa que comentamos fue lo que podíamos hacer en todos esos días que íbamos a estar allí, teniendo yo pensado enseñarle muchas cosas, queriendo hacerlo a fondo con la ciudad y si se daba, pues algún lugar cercano que le pudiera gustar, pareciéndole a ella bien. Lo que no esperaba era que hiciera alusión a Elena. No había oído ese nombre en todo el día hasta que salió de su boca.

Y no fue para pedirme que se la presentara, pero sí que le extrañó que no comentáramos nada de ella cuando estuvimos todos reunidos. Sabía de sobra que ella se llevaba muy bien con Irene y con Mario, como ya le había contado varias veces, como también sabía que yo siempre quería lo mejor para ella y que me había ido interesando de vez en cuando por ella, ya fuera preguntándole a mis amigos o a Valentina, pero Abby se extrañó de no oír su nombre en toda la tarde.

Me dejó un poco descolocado esa salida, pero le dije que sí era verdad que me interesaba porque todo le fuera bien, pero que tampoco es que hablara de ella con mis amigos a menudo. Sabía de sobra que Abby no iba con segundas intenciones mientras hablábamos de este tema, aunque me volvió a sorprender al preguntarme si me gustaría verla. Me quedé pillado nuevamente, sin saber qué responder, esperando ella una respuesta mientras me miraba, estando de lado sobre la cama, apoyando su cara en su mano.

Llegué a la conclusión de que prefería no hacerlo teniendo en cuenta que no terminamos en muy buenos términos. Abby discrepaba bastante, pensando que era una buena oportunidad para hacer las paces y quitarnos ese mal sabor de boca del que ella estaba segura que teníamos que tener. Yo no entendía cómo me hacía esas preguntas y proponía ese encuentro teniendo en cuenta que era mi ex y lo importante que había sido en mi vida.

Ella no lo veía tan raro, pensando que era toda una suerte que tuviera a tantas personas importantes en mi vida, y que siendo Elena una más no dijera de acabar bien con ella para poder seguir disfrutando de su amistad como lo hacía antes de que fuéramos pareja siquiera. Yo veía eso muy lejos, tanto esos tiempos, como el hecho de poder ser amigos, especialmente si me presentaba de pronto con novia, pues tenía por descartado tener ese encuentro a solas.

Abby volvía a discrepar, diciendo que tal vez estaría bien que nos presentara, pero que nos debíamos una conversación a solas para zanjar cualquier tipo de conflicto que quedara entre nosotros. No me entraba en la cabeza todo lo que proponía, explicándole que no le veía sentido y preguntándole si no le daba miedo que pudiera pasar algo entre nosotros.

Mi novia me contó que ella confiaba en mí y que sabía que eso no iba a pasar, básicamente, porque le había demostrado mucho a esas alturas y sabía leerme la mente con solo mirarme a los ojos. Aunque siguió al decirme que debería confiar en mí mismo tanto como ella lo hacía conmigo. También comentó que solo estábamos hablando, que no tenía por qué darse ese encuentro si yo no quería.

Mencionó que según tenía ella entendió, hacía casi un año desde la última vez que nos habíamos visto en persona y que de la misma manera que yo había empezado algo con alguien, ella podría haberlo hecho perfectamente también. Aquí intervine al decirle que no fue así en el primer lapso de tiempo que estuvimos separados cuando me dejó, pero Abby veía ambas situaciones radicalmente diferentes, siendo la primera vez muy dolorosa por el despecho y siendo la segunda muy diferente por incompatibilidad.

Ella pensaba que era una situación muy diferente y que ya me había dado señales de que no tenía mucho interés en mí a esas alturas con todo lo que yo podía ver en sus actos. Por eso no se le hacía tan raro pensar que podía haberse fijado en alguien más, especialmente habiendo pasado tanto tiempo.

Tenía sentido lo que decía, pero también le comenté que de ser así, mis amigos se habrían enterado, porque seguían teniendo mucho contacto con ella y es algo en lo que Abby me dio la razón, pero también comentó que estaba la posibilidad de querer llevarlo de manera discreta, sobre todo si estaba empezando algo con alguien.

Me dijo que no me preocupara, que solo estábamos hablando, pero que en su opinión, estaría bien hablar con ella antes que encontrársela de sopetón y que fuera un encuentro realmente incómodo. No veía eso muy posible teniendo en cuenta que nosotros vivíamos a más de 5000 kilómetros, respondiéndome ella que quizá nos la encontrábamos en uno de esos días que estuviéramos por ahí. Lo seguía viendo difícil teniendo en cuenta que no trabajaba allí, pero sí que me puso algo intranquilo que me dijera eso. Ella sonrió y me calmó acariciándome el pecho.

Una vez más, dijo que tan solo hablábamos, pero sí que hizo más hincapié en el tema de tener una charla con Noelia, porque sí le parecía que había actuado muy mal con ella con todo lo que le había contado. Aquí sí que estaba de acuerdo con ella, aunque no sabía si ella querría. Abby me dijo que podíamos probar a visitarla antes de que nos fuéramos, aunque yo no tenía ni idea de si seguía viviendo en la casa en la que lo hacía cuando me veía con ella.

Abby se mostraba positiva, diciendo que por probar no perdíamos nada, aunque se me vino a la cabeza que tenía el número de Arantxa, la vecina que teníamos cuando vivíamos Elena, Noelia y yo juntos en la urbanización que quedaba cerca de las afueras de la ciudad. Le pareció buena idea contactar con ella, pese no acabar tampoco muy bien la última vez que me vi con ella, para informarnos de por dónde se movía Noelia, aunque a las malas, podíamos pasarnos por la universidad y ver si la veíamos.

Abby se mostraba muy positiva y con ganas de que aquello tuviera lugar para reencaminar esa situación. Le confesé que fue una espina que me llevé clavada cuando me fui a Canadá pese a haberle dejado una nota de la que no obtuve respuesta. Abby se mantenía positiva aun así, diciendo que ya había pasado mucho tiempo también como para que Noelia siguiera pensando en mí de esa manera, por lo que no tenía un miedo especial por ello, pudiendo también obtener esa información por parte de Arantxa para asegurarnos.

Por lo pronto, al día siguiente nos levantamos a una hora normalita, ni muy temprano ni muy tarde tampoco. Nos dimos una ducha y fuimos a desayunar a una cafetería que había cerca y que yo había frecuentado mucho. Una vez acabamos, volvimos a la habitación del hotel para meter a la gata en una mochila especial que le habíamos comprado y que pudiera así acompañarnos.

Estuvimos paseando durante practicante toda la mañana, enseñándole yo a Abby muchos sitios de interés, aunque fue algo que pensamos tomárnoslo con calma al tener varios días por delante, para no acabar saturados ni muy cansados. En realidad, a cada poco parábamos para sentarnos en un banco y tomar un poco el sol. Abby estaba fascinada con el tiempo de aquí y eso que aún hacía frío, pero no era comparado con el que teníamos en Canadá.

Estaba muy bien superar las temperaturas negativas para variar, pues allí aún seguía haciendo tanto frío como para ello. A ella le impresionaba la diferencia tan grande de temperatura, pues en ocasiones llegaba a ser mayor a los 20 grados. Cualquier ocasión era buena para sentarnos en algún banco cuando le gustaba lo que había cerca, prefiriendo jardines y parques alejados de aglomeraciones.

Más que tomar el sol, era calentar el cuerpo, pues íbamos con ropa de manga larga, pero era agradable igualmente sentir ese calor. Hasta nos animamos un poco a soltar la gata en un pequeño parque en el que no había nadie, en una porción de césped, llevando cuidado de que no saliera corriendo, aunque ella no hizo ni amago de ello.

Cuando se acercó la hora de comer, volvimos al hotel para dejar allí a la gata para que descansara, pues pese a no haber ido a nuestro ritmo, habían sido muchos estímulos y emociones para ella y necesitaba un descanso. Nos aseguramos de que comiera y la dejamos allí durmiendo, marchándonos nosotros a casa de mis abuelos para que pudieran conocer a mi novia y para comer con ellos.

Era todo un placer poder pasear así con mi pareja cogidos de la mano, que ya era algo que hacíamos en el lugar en el que vivíamos, pero hacerlo ahora en mi cuidad como que sabía diferente. No era la primera vez que lo hacía, pero sí es cierto que llevaba muchísimo sin hacerlo. Ella estaba sonriente, pero ya empezaba a notar sus nervios al conocer a mis abuelos. Mi madre me contó que les explicó cómo era Abby y demás, pensando que no pasaría nada.​
Qué ganas de complicarse la vida. Hay una bomba y se llama Noelia.
 
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