Carlos Sevillista
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Pues eso, un aprovechado de cojones.
Reencuentro con Elena
- Thread starter Keranos
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Carlos Sevillista
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Yo más bien lo llamaria caradura y oportunista.
Según datos del INE, el número de mujeres en España, entre 20 y 34 años, en el año 2019 era de 3.906.339, es decir David tenía 3.906.338 opciones, que no eran liarse con su ex cuñada.
Es cierto que el primer encuentro entre David y Elena fué fortuito, pero una vez que tienes toda la información. El sentido común y tú instinto de autoprotección, debería alejarte de semejante mal rollo y potencial problema.
La presencia de un ex o una ex, siempre generan situaciones incómodas, pero si encima la o lo tienes en tu propia familia,
el lío está servido.
La relación entre David y Elena, es licita e impecablemente dentro de los preceptos éticos, pero tiene un aroma a " apaño ", por parte de los dos, que tira de espaldas.
javieron
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Todas esas mujeres son potenciales en perder la cabeza si ven a Javi, así que lo mismo qu nada
onatrapse
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A ver, algún buen contador por acá, si las opciones son 3.906.338...cuántas le van quedando a Javier???
Creo que le quedan unas 27 o 30 a lo sumoA ver, algún buen contador por acá, si las opciones son 3.906.338...cuántas le van quedando a Javier???
onatrapse
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A ver, algún buen contador por acá, si las opciones son 3.906.338...cuántas le van quedando a Javier???
Creo que le quedan unas 27 o 30 a lo sumo
Maromeroes
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Este final de relato me sube el glucometro a 200. No es creíble, que un hermano se líe con la ex del otro y todo sea tan maravilloso eso solo ocurre él algunas películas del sábado tarde en antena 3. A mi me gustaba más el lío , la locura de Javi y el misterio de Elena, que el relato hubiera ido por ahí con sus devaneis el porque no bebe, lo que paso con el jefe y sobre todo lo que paso en ese año y pico que no se vieron. Un fina dramático y más realista. Este final de buenísimo lo está estropeando.
Nota: es una opinión y espero no lo tome a mal el autor. Yo muy fan de las tragedias románticas en el cine, teatro y la literatura.
Nota: es una opinión y espero no lo tome a mal el autor. Yo muy fan de las tragedias románticas en el cine, teatro y la literatura.
Carlos Sevillista
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Bueno, bueno, no te creas.
Las películas del sábado en A3 va más bien de asesinatos.
Tienes razón... David estará encantado, Elena: Ya se veráPara David no es ningún "apaño", y para Elena ... preguntádselo a ella ...
Espera tú, a ver cómo acaba estoBueno, bueno, no te creas.
Las películas del sábado en A3 va más bien de asesinatos.
Y para qué restringirlo sólo a ellas?.
Para demostrar que de verdad hay buen rollo, podrían hacer una quedada final con todos los personajes del relato, y acabar con un fin de fiesta apoteósico ( que no falte Valentina, por favor), y Mónica, Sara, Andrea, Noelia, la chica de la tienda de tatuajes, la chica del sexshop...Y todos en amor y concordia. Incluso Alberto podría venir, para que el hombre tenga una alegría. Paz y amor, paz y amor...
Pd: Me olvidaba a Natalia, era así cómo se llamaba, no?
Una edad si que tengo, pero no para haber vivido la época de " paz y amor". Yo soy un generación X, pero de niño tuve profesores que habían sido hippys.
Keranos
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Capítulo 910
Ya de vuelta, esas emociones se tranquilizaron con el pasar de los días, aunque Abby me decía que me notaba decaído, especialmente cuando terminaba de hablar con mis amigos y con la familia. Le confesé que me había gustado mucho verlos otra vez y que las sorpresas que me encontré me habían hecho más bien del que me pudiera imaginar, porque encontré mucha tranquilidad en los aspectos más escabrosos de mi vida.
Puso una cara que jamás olvidaré cuando le dije que toda esa tranquilidad que me entró después de la conversación con Elena no hizo más que reforzar más aún lo que sentía por mi novia, siendo en parte una liberación al darme cuenta de que nada podría interponerse entre ella y yo para llegar a formar una sólida pareja y ser felices.
Tan sentido fue aquello para ella, que una vez acabé el máster, saliendo todo muy bien y ayudándome ella en varias cosas, sobre todo en el trabajo final, me propuso mudarnos a España para que pudiera estar cerca de todas esas personas que eran tan importantes para mí.
Me quedé perplejo cuando me propuso aquello, pasándoseme por la cabeza que era una locura, aunque mentiría si dijera que no lo deseaba. Le pregunté qué había de toda su vida y todo lo que tenía allí. Abby se encogió de hombros, y con una sonrisa muy maternal me dijo que no le importaba nada eso si de esa manera yo estaba mejor.
Fue algo que me llegó a emocionar más de lo que me pudiera imaginar. Hasta ella se sorprendió. Siguió al decirme que le daba igual irse de allí, pues al fin y al cabo no tenía un vínculo tan estrecho con nadie como yo lo tenía con mi familia y con mis amigos. Me dijo que la casa la podíamos vender y con el dinero que recaudáramos, pues podíamos hacernos con una en España.
Yo pensaba que debía tener millones de recuerdos allí, y así era, como me dijo, pero no le importaba tanto como para que nos frenara. También le dije que no podíamos irnos tan lejos de sus padres, que me daba pena. Y a ella también le daba mucha pena, pero me contó, mientras me acariciaba las manos, que pensaba que era un paso que necesitaba dar para poder pasar página de una vez.
Me explicó que ya había pasado varios años y que aún no lo había podido hacer del todo, como ya me percaté yo cuando me llevo hasta ellos por primera vez y por cómo evitaba siempre pasar por allí, llegando incluso a apartar la cabeza cundo lo hacíamos. Yo seguía teniendo mis dudas, aunque ella se mostraba segura y decidida.
Durante los próximos días a esa proposición le pregunté varias veces si estaba segura de ello, afirmando ella siempre con energía y con una sonrisa. Así que fue algo que acabamos decidiendo no mucho después, dándole esa sorpresa a familia y amigos cuando regresamos a España para la boda de Sofía y Hugo, la cual fue sensacional.
En esos días hubo una pequeña sorpresa más, y es que Ángela se echó novio. Bueno, no es que fuera tanta sorpresa para nosotros, pues con lo que hablábamos con ella, nos fue contando, pero nos lo encontramos en la boda y fue allí cuando lo conocimos. Era un chico muy majo y educado al cual conoció mediante una amiga con la que salía en nuestra ciudad.
A todos les encantó la noticia de irnos a vivir a España, siendo algo que se daría en los próximos días a la boda, pues aprovechamos esa ocasión para preparar bien todo y llevarnos lo que íbamos a necesitar, vendiendo todo lo demás, incluida la casa totalmente amueblada. Abby estaba muy segura de su decisión y de su propuesta, pero obviamente fue inevitable que se emocionara cuando dejamos la casa para coger el vuelo, pues iba a ser la última vez que estaríamos allí.
No es que tuviéramos nada asegurado en España, ni de trabajo ni de vivienda, aunque empezamos a ver varias opciones, permaneciendo mientras tanto en casa de mis padres hasta que estuviéramos seguros de dónde acabar. También fuimos a despedirnos de sus padres, siendo más emotivo para ella, y para mí, porque verla así me ponía muy sensible.
Pero conseguimos pasar el mal trago, y lo cierto es que con lo bien que se tomaron todos nuestra noticia, nos lo hicieron mucho más llevadero. La boda de Sofía y Hugo fue preciosa, aunque algo calurosa, pero solo durante un rato porque estuvimos muy bien en el banquete y demás. Sofía estaba muy guapa vestida de novia y con su barriga de embarazada. Tenía un brillo muy especial que le sentaba de manera sensacional.
Afortunadamente, no tardamos en vender la casa de Abby, sacando un dinero muy bueno para hacernos con una casa que nos gustó bastante. No era tan grande como la que acabábamos de dejar, pero la encontramos perfecta, encantándonos a los dos. Una casa tan bonita y tan bien situada en mi ciudad, en donde tenía a mucha gente especial para mí, compartiéndola con la persona a la que más había querido hasta la fecha. No podía pedir más.
Mis amigos me preguntaron qué plan tenía para empezar a dar clase ahora que había acabado el máster. La verdad es que tenía algo mente y ellos pensaban igual, porque la evolución natural hubiera sido opositar, pero aquí fui un poco egoísta y decidí no presentarme a ellas. Sabía de sobra que tendría trabajo de por vida si conseguía sacarlas, pero también sabía que lo más seguro era que me destinaran fuera y lo cierto es que era algo que no me apetecía.
Ya estaba bastante saciado respecto a estar fuera de casa y no quería marcharme de allí, en especial cuando el principal motivo de mi vuelta había sido el estar cerca de los míos. No quería pasar por algo así de nuevo, especialmente después de haberme metido en la compra de una casa.
Así que opté por dejar mi currículum en instituciones privadas, contando con referencias de la universidad en la que trabajé en Canadá, los cuales me ofrecieron un nuevo puesto de trabajo que tuve que rechazar, entendiendo ellos el motivo y deseándome suerte.
Pero lamentablemente llegó la época del Covid, no logrando yo encontrar un puesto de primeras por los numerosos problemas que hubo entonces. Fueron momentos difíciles para todo el mundo, aunque aquello no hizo más que reforzar la relación que tenía con Abby, pues estábamos todo el tiempo juntos en casa con nuestra gatita.
Esos meses de cuarentenas, de medidas de seguridad fuertes y demás fueron especialmente duros para Sofía y Hugo, pues su bebé tenía pocos meses cuando todo aquello estalló y todo eran miedos en esos días tan oscuros. Lo bueno era que, pese a todas esas medidas, nos seguíamos viendo mediante videollamada, siendo algo que se volvió una costumbre casi diaria.
Pero no fueron los únicos que tenían esos miedos, ya que Elena estaba esperando su primer bebé por parte de mi hermano. Fue un poco descuido por parte de ambos, pero en ningún momento dudaron en seguir adelante con ello, estando encantados con la sorpresa, pero a la vez con miedo por el caos por el que estaba pasando todo el mundo. Elena era la que peor lo llevaba, estando muy preocupada constantemente, aunque mi hermano hizo un muy buen trabajo estando a su lado para tranquilizarla y cuidar de ella.
La pequeña Mercedes nació perfectamente sana, como para no con todas las medidas que ambos tomaron durante los meses en los que el dichoso virus controlaba el mundo. Su nombre fue un detalle enorme en memoria de la abuela de Elena, pues ella había fallecido durante ese tiempo, aunque se llegó a enterar de la noticia, pero no pudo sobrellevar la nueva vida a la que nos vimos forzados a vivir.
Elena lo pasó francamente mal entre una cosa y otra, pero no fue algo que la detuviera, porque tenía una razón muy grande por la que mirar hacia delante. Esas palabras se las repetía mi hermano constantemente. Lo que más le dolió fue no poder asistir a su entierro al estar en otra ciudad, en la que trabajaba junto a Valentina. Era demasiado arriesgado en aquel entonces desplazarse con la que estaba cayendo, sobre todo mientras esperaba un bebé.
A mí también me dolió no poder ir a su entierro, pues esa mujer era alguien muy especial, que siempre tuvo buenas palabras para mí y que demostraba cuánto quería a su familia. Al menos llamé a Maribel para darle el pésame, hablando con ella un poco para ver cómo nos iba en general, siendo algo que hice unos días después para no molestarla, sabiendo de sobra cómo iba estar. También llamé a Noelia para lo mismo, pudiendo hablar con ella durante más tiempo, comentando mi vuelta a España y pensando que estaría bien vernos todos algún día.
Una vez se tranquilizó todo el tema del virus, pudimos asistir a la boda de Elena y de mi hermano, siendo algo genial también, yendo Elena tan guapa como una princesa. Y no fue la única que se casó, porque Irene también lo hizo. Nos contó que ese periodo de miedo y de encierre le había asustado y que tenía que hacerlo para sentirse mejor, además de que ya eran muchos años con Mario como pareja.
Yo tardaría un poco más en llevar algo así a cabo, porque quería hacerle una proposición especial a Abby, teniendo en mente hacerlo en su ciudad natal. Pero para ello quería asegurarme de que la cosa estaba tranquila para poder viajar. Afortunadamente, pudimos continuar con nuestra tradición de hacer un viaje para la fecha de nuestros cumpleaños y aniversario. En noviembre de 2022 fui capaz de llevarlo a cabo al volver a Canadá.
Estoy bastante seguro de que ella se olía algo pese a no haberle dicho yo a nadie nada del asunto, pero es que andaba muy nervioso pese a tener la certeza de su respuesta una vez le hiciera la pregunta del millón. Pero no podía evitar estar nervioso. Tanto lo estaba que me sudaban las manos en varias ocasiones, siendo eso algo extremadamente raro en mí. Ella me jura que no se lo esperaba, pero yo sigo pensando que se hacía a la idea.
Mi plan para pedirle matrimonio fue más siempre de lo que se pueda imaginar. Simplemente quería hacerlo en el sitio en el que nos dimos nuestro primer beso. Pero antes de eso, estuvimos viendo la ciudad un poco, visitando a sus padres, cosa que ella llevó mucho mejor que en las últimas ocasiones en las que lo habíamos hecho, como también visitamos la universidad.
Intenté que cuadrara el día para que coincidiera con el de nuestro aniversario, pero me resultó imposible, porque nuestro vuelo salía ese día y no quería hacerlo deprisa y corriendo. Por eso, un par de días antes de volver, dimos un paseo hasta llegar a su casa, acariciando yo la caja con el anillo que llevaba en el bolsillo de mi abrigo. Me inventé algo para que mirara la puerta de cerca, diciéndole que parecía estar rota por una parte, aunque lo único que quería era que se acercara para ponerme yo detrás de ella e hincar rodilla.
-Abigail -dije llamando su atención, cogiendo ella aire de la impresión al darse la vuelta y encontrarme así-, has sido lo más bonito que me ha pasado en la vida. Apareciste en mi vida en una época en la todo estaba oscuro, llenándolo tú de color. Eras como el color rojo en un mundo lleno de blancos y de negros. No puedo estar mejor que contigo. Cualquier sitio es el paraíso si tú estás allí y quiero preguntarte si quieres hacerme más feliz de lo que ya lo haces día a día al casarte conmigo.
-Sí, sí quiero. Te quiero, te quiero, te quiero -decía sin parar de repetir una y otra vez mientras salían lágrimas de sus ojos.
Ya de vuelta, esas emociones se tranquilizaron con el pasar de los días, aunque Abby me decía que me notaba decaído, especialmente cuando terminaba de hablar con mis amigos y con la familia. Le confesé que me había gustado mucho verlos otra vez y que las sorpresas que me encontré me habían hecho más bien del que me pudiera imaginar, porque encontré mucha tranquilidad en los aspectos más escabrosos de mi vida.
Puso una cara que jamás olvidaré cuando le dije que toda esa tranquilidad que me entró después de la conversación con Elena no hizo más que reforzar más aún lo que sentía por mi novia, siendo en parte una liberación al darme cuenta de que nada podría interponerse entre ella y yo para llegar a formar una sólida pareja y ser felices.
Tan sentido fue aquello para ella, que una vez acabé el máster, saliendo todo muy bien y ayudándome ella en varias cosas, sobre todo en el trabajo final, me propuso mudarnos a España para que pudiera estar cerca de todas esas personas que eran tan importantes para mí.
Me quedé perplejo cuando me propuso aquello, pasándoseme por la cabeza que era una locura, aunque mentiría si dijera que no lo deseaba. Le pregunté qué había de toda su vida y todo lo que tenía allí. Abby se encogió de hombros, y con una sonrisa muy maternal me dijo que no le importaba nada eso si de esa manera yo estaba mejor.
Fue algo que me llegó a emocionar más de lo que me pudiera imaginar. Hasta ella se sorprendió. Siguió al decirme que le daba igual irse de allí, pues al fin y al cabo no tenía un vínculo tan estrecho con nadie como yo lo tenía con mi familia y con mis amigos. Me dijo que la casa la podíamos vender y con el dinero que recaudáramos, pues podíamos hacernos con una en España.
Yo pensaba que debía tener millones de recuerdos allí, y así era, como me dijo, pero no le importaba tanto como para que nos frenara. También le dije que no podíamos irnos tan lejos de sus padres, que me daba pena. Y a ella también le daba mucha pena, pero me contó, mientras me acariciaba las manos, que pensaba que era un paso que necesitaba dar para poder pasar página de una vez.
Me explicó que ya había pasado varios años y que aún no lo había podido hacer del todo, como ya me percaté yo cuando me llevo hasta ellos por primera vez y por cómo evitaba siempre pasar por allí, llegando incluso a apartar la cabeza cundo lo hacíamos. Yo seguía teniendo mis dudas, aunque ella se mostraba segura y decidida.
Durante los próximos días a esa proposición le pregunté varias veces si estaba segura de ello, afirmando ella siempre con energía y con una sonrisa. Así que fue algo que acabamos decidiendo no mucho después, dándole esa sorpresa a familia y amigos cuando regresamos a España para la boda de Sofía y Hugo, la cual fue sensacional.
En esos días hubo una pequeña sorpresa más, y es que Ángela se echó novio. Bueno, no es que fuera tanta sorpresa para nosotros, pues con lo que hablábamos con ella, nos fue contando, pero nos lo encontramos en la boda y fue allí cuando lo conocimos. Era un chico muy majo y educado al cual conoció mediante una amiga con la que salía en nuestra ciudad.
A todos les encantó la noticia de irnos a vivir a España, siendo algo que se daría en los próximos días a la boda, pues aprovechamos esa ocasión para preparar bien todo y llevarnos lo que íbamos a necesitar, vendiendo todo lo demás, incluida la casa totalmente amueblada. Abby estaba muy segura de su decisión y de su propuesta, pero obviamente fue inevitable que se emocionara cuando dejamos la casa para coger el vuelo, pues iba a ser la última vez que estaríamos allí.
No es que tuviéramos nada asegurado en España, ni de trabajo ni de vivienda, aunque empezamos a ver varias opciones, permaneciendo mientras tanto en casa de mis padres hasta que estuviéramos seguros de dónde acabar. También fuimos a despedirnos de sus padres, siendo más emotivo para ella, y para mí, porque verla así me ponía muy sensible.
Pero conseguimos pasar el mal trago, y lo cierto es que con lo bien que se tomaron todos nuestra noticia, nos lo hicieron mucho más llevadero. La boda de Sofía y Hugo fue preciosa, aunque algo calurosa, pero solo durante un rato porque estuvimos muy bien en el banquete y demás. Sofía estaba muy guapa vestida de novia y con su barriga de embarazada. Tenía un brillo muy especial que le sentaba de manera sensacional.
Afortunadamente, no tardamos en vender la casa de Abby, sacando un dinero muy bueno para hacernos con una casa que nos gustó bastante. No era tan grande como la que acabábamos de dejar, pero la encontramos perfecta, encantándonos a los dos. Una casa tan bonita y tan bien situada en mi ciudad, en donde tenía a mucha gente especial para mí, compartiéndola con la persona a la que más había querido hasta la fecha. No podía pedir más.
Mis amigos me preguntaron qué plan tenía para empezar a dar clase ahora que había acabado el máster. La verdad es que tenía algo mente y ellos pensaban igual, porque la evolución natural hubiera sido opositar, pero aquí fui un poco egoísta y decidí no presentarme a ellas. Sabía de sobra que tendría trabajo de por vida si conseguía sacarlas, pero también sabía que lo más seguro era que me destinaran fuera y lo cierto es que era algo que no me apetecía.
Ya estaba bastante saciado respecto a estar fuera de casa y no quería marcharme de allí, en especial cuando el principal motivo de mi vuelta había sido el estar cerca de los míos. No quería pasar por algo así de nuevo, especialmente después de haberme metido en la compra de una casa.
Así que opté por dejar mi currículum en instituciones privadas, contando con referencias de la universidad en la que trabajé en Canadá, los cuales me ofrecieron un nuevo puesto de trabajo que tuve que rechazar, entendiendo ellos el motivo y deseándome suerte.
Pero lamentablemente llegó la época del Covid, no logrando yo encontrar un puesto de primeras por los numerosos problemas que hubo entonces. Fueron momentos difíciles para todo el mundo, aunque aquello no hizo más que reforzar la relación que tenía con Abby, pues estábamos todo el tiempo juntos en casa con nuestra gatita.
Esos meses de cuarentenas, de medidas de seguridad fuertes y demás fueron especialmente duros para Sofía y Hugo, pues su bebé tenía pocos meses cuando todo aquello estalló y todo eran miedos en esos días tan oscuros. Lo bueno era que, pese a todas esas medidas, nos seguíamos viendo mediante videollamada, siendo algo que se volvió una costumbre casi diaria.
Pero no fueron los únicos que tenían esos miedos, ya que Elena estaba esperando su primer bebé por parte de mi hermano. Fue un poco descuido por parte de ambos, pero en ningún momento dudaron en seguir adelante con ello, estando encantados con la sorpresa, pero a la vez con miedo por el caos por el que estaba pasando todo el mundo. Elena era la que peor lo llevaba, estando muy preocupada constantemente, aunque mi hermano hizo un muy buen trabajo estando a su lado para tranquilizarla y cuidar de ella.
La pequeña Mercedes nació perfectamente sana, como para no con todas las medidas que ambos tomaron durante los meses en los que el dichoso virus controlaba el mundo. Su nombre fue un detalle enorme en memoria de la abuela de Elena, pues ella había fallecido durante ese tiempo, aunque se llegó a enterar de la noticia, pero no pudo sobrellevar la nueva vida a la que nos vimos forzados a vivir.
Elena lo pasó francamente mal entre una cosa y otra, pero no fue algo que la detuviera, porque tenía una razón muy grande por la que mirar hacia delante. Esas palabras se las repetía mi hermano constantemente. Lo que más le dolió fue no poder asistir a su entierro al estar en otra ciudad, en la que trabajaba junto a Valentina. Era demasiado arriesgado en aquel entonces desplazarse con la que estaba cayendo, sobre todo mientras esperaba un bebé.
A mí también me dolió no poder ir a su entierro, pues esa mujer era alguien muy especial, que siempre tuvo buenas palabras para mí y que demostraba cuánto quería a su familia. Al menos llamé a Maribel para darle el pésame, hablando con ella un poco para ver cómo nos iba en general, siendo algo que hice unos días después para no molestarla, sabiendo de sobra cómo iba estar. También llamé a Noelia para lo mismo, pudiendo hablar con ella durante más tiempo, comentando mi vuelta a España y pensando que estaría bien vernos todos algún día.
Una vez se tranquilizó todo el tema del virus, pudimos asistir a la boda de Elena y de mi hermano, siendo algo genial también, yendo Elena tan guapa como una princesa. Y no fue la única que se casó, porque Irene también lo hizo. Nos contó que ese periodo de miedo y de encierre le había asustado y que tenía que hacerlo para sentirse mejor, además de que ya eran muchos años con Mario como pareja.
Yo tardaría un poco más en llevar algo así a cabo, porque quería hacerle una proposición especial a Abby, teniendo en mente hacerlo en su ciudad natal. Pero para ello quería asegurarme de que la cosa estaba tranquila para poder viajar. Afortunadamente, pudimos continuar con nuestra tradición de hacer un viaje para la fecha de nuestros cumpleaños y aniversario. En noviembre de 2022 fui capaz de llevarlo a cabo al volver a Canadá.
Estoy bastante seguro de que ella se olía algo pese a no haberle dicho yo a nadie nada del asunto, pero es que andaba muy nervioso pese a tener la certeza de su respuesta una vez le hiciera la pregunta del millón. Pero no podía evitar estar nervioso. Tanto lo estaba que me sudaban las manos en varias ocasiones, siendo eso algo extremadamente raro en mí. Ella me jura que no se lo esperaba, pero yo sigo pensando que se hacía a la idea.
Mi plan para pedirle matrimonio fue más siempre de lo que se pueda imaginar. Simplemente quería hacerlo en el sitio en el que nos dimos nuestro primer beso. Pero antes de eso, estuvimos viendo la ciudad un poco, visitando a sus padres, cosa que ella llevó mucho mejor que en las últimas ocasiones en las que lo habíamos hecho, como también visitamos la universidad.
Intenté que cuadrara el día para que coincidiera con el de nuestro aniversario, pero me resultó imposible, porque nuestro vuelo salía ese día y no quería hacerlo deprisa y corriendo. Por eso, un par de días antes de volver, dimos un paseo hasta llegar a su casa, acariciando yo la caja con el anillo que llevaba en el bolsillo de mi abrigo. Me inventé algo para que mirara la puerta de cerca, diciéndole que parecía estar rota por una parte, aunque lo único que quería era que se acercara para ponerme yo detrás de ella e hincar rodilla.
-Abigail -dije llamando su atención, cogiendo ella aire de la impresión al darse la vuelta y encontrarme así-, has sido lo más bonito que me ha pasado en la vida. Apareciste en mi vida en una época en la todo estaba oscuro, llenándolo tú de color. Eras como el color rojo en un mundo lleno de blancos y de negros. No puedo estar mejor que contigo. Cualquier sitio es el paraíso si tú estás allí y quiero preguntarte si quieres hacerme más feliz de lo que ya lo haces día a día al casarte conmigo.
-Sí, sí quiero. Te quiero, te quiero, te quiero -decía sin parar de repetir una y otra vez mientras salían lágrimas de sus ojos.
FIN
Carlos Sevillista
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Jolín. Va a ser una pena no esperar todos los días sobre las 13 horas para leer un nuevo capítulo.
Pero bueno, al final no iba desencaminado. Tenía esa sensación, de que estaban juntos y seguramente en España.
Me alegro mucho de que todos sean felices, aunque sigo diciendo que de todas hay una pareja que no me gusta, pero bueno, Elena sabrá.
Siento ser malo, pero sigo pensando que el hermano es un aprovechado y. Que no debe ser fácil de llevar que la que fue tú novia y a la que amastes mucho, sea ahora tú cuñada.
Pero bueno, al final no iba desencaminado. Tenía esa sensación, de que estaban juntos y seguramente en España.
Me alegro mucho de que todos sean felices, aunque sigo diciendo que de todas hay una pareja que no me gusta, pero bueno, Elena sabrá.
Siento ser malo, pero sigo pensando que el hermano es un aprovechado y. Que no debe ser fácil de llevar que la que fue tú novia y a la que amastes mucho, sea ahora tú cuñada.
aguafresca
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Ese FIN me ha impactado.
El ver que esto termina no sé cómo me hace sentir. Ha sido mucho tiempo siendo parte de esta familia.
El ver que esto termina no sé cómo me hace sentir. Ha sido mucho tiempo siendo parte de esta familia.