activopsb
Miembro muy activo
Leyendo este comentario me he acordado de un par de ocasiones en el pasado que me gustaría compartir aunque sólo sea para que los que vayáis a tener vuestra primera experiencia no os desaniméis si no sale bien la cosa y le quitéis hierro al asunto. Yo tardé mucho en atreverme a ir de saunas o cruising; hasta los 28 años sólo había tenido dos historias (la primera con un amigo muy decidido, él tomó la iniciativa y repitió muchas veces después pero al final todo terminó, y la segunda con un proyecto de relación que acabó en nada). A esa edad, y viendo que mis amigos y conocidos (tanto homos como heteros) ligaban y yo estaba totalmente frustrado me decidí a visitar por primera vez una sauna muy conocida de mi ciudad. Tuve que tomar dos o tres cervezas para reunir el valor necesario para acercarme a la puerta. Pasé más de media hora dando vueltas por la acera hasta decidirme a entrar (no pensaba que me fuesen a violar pero me daba mucho miedo el enfrentarme a lo desconocido) y al final me atreví, llamé a la puerta y.... Me había equivocado de local!!! Era un bar de señoritas con el mismo nombre y al lado del sitio que buscaba!. La mujer que me recibió fue tan educada que no puedo agradecer tanto tacto en una situación tan ridícula. Me fui riéndome a carcajadas de mí mismo y sintiéndome fatal pero eso me decidió a entrar a la sauna y descubrí que el león no era tan fiero y que lo podía pasar bien. Posteriormente hubieron momentos malos, decepcionantes y buenos, esos fueron la mayoría y con los que me quedo.Pues ciertos miedos e inseguridades..quizás pronto pueda tener mi primera experiencia.
Muchos años después, y tras una etapa personal muy mala, me enteré por un artículo en la red de que cerca de mi casa (llevaba viviendo en el mismo sitio 20 años y no tenía ni idea) había una zona de cruising (bien!) frecuentada por gente más bien mayor (mejor!) y tras una temporada intentando decidirme al final la visité. Me sentía fatal, como si estuviese cometiendo un delito, y pensaba que iba a ser la comidilla de la zona. Pasé un rato tan largo que ni recuerdo dando vueltas hasta que un hombre muuuy mayor me hizo proposiciones. No me gustaba pero entre la excitación del momento y que los maduros me ponen me atreví a ir con él. Se la metió en la boca y en apenas unos segundos se corrió y se largó dejándome con las ganas y los nervios. Fue algo asqueroso, me juré no volver y, afortunadamente, no cumplí mi propósito ya que posteriormente lo hice y aunque hubieron muchos momentos de frustración y de volver a casa con las ganas puestas tuve encuentros más que memorables y hasta hice amistad con varios habituales que se convirtieron en algo más que conocidos. La primera vez es siempre terrible pero cuando rompes el hielo y descubres que no hay nada terrorífico salvo la inexperiencia se abre un mundo tan fascinante y amplio que si ta has de quejar de algo es de no haberlo descubierto antes. Un saludo.
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