Saunas X

Me encantan las saunas, en cuanto veo que voy a pasar unos días en Madrid o Sevilla (bueno, a Sevilla voy y regreso en el mismo día) no pierdo la oportunidad.

El momento de pasar la puerta de la calle ya me parece morboso, pasar y dejar que el olor te eche para atrás me encanta porque me va poniendo más caliente. Pagas, te dan las toallas y las chanclas y te vas a las taquillas, uffff... que momentazo, lo primero que hago es descalzarme y quitarme los pantalones y calzoncillos, quedarme en bolas como a mí me gusta y girarme para que los que anden por allí vayan viendo que vengo con la polla guerrera :polla2:

Después ya me quito el resto de la ropa y finalmente me cubro con la toalla pequeña (en donde voy te dan una grande y otra más estrecha). Y ahora ya sí, a explorar, ver como está el ambiente que a veces empieza flojo pero siempre se anima.

Como os podéis imaginar, me lo paso fenomenal una vez dentro pero ese momento de entrar es que me pone a mil, será por toda la excitación que traigo.

Tengo un montón de historias que encantan recordar de mis tres saunas preferidas. Si voy encontrando tiempo iré escribiendo algunas de ellas para aquellos a los que le guste leer relatos calientes ;)
 
Acabo de estar leyendo el hilo "Paquetes" y ver como se marcan los calzoncillos me ha recordado a una de las experiencias en las saunas que más me gustó.

Era la primera vez que iba a aquella sauna en la cuesta de Santo Domingo en Madrid, llegué a la taquilla y le pregunté al chico que como estaba. Me dijo que estaba bien y cuando pagué en vez de darme las llaves de mi taquilla y el cambio por la ventana, salió de allí y se vino a mí para dármelas cogiéndome la mano y depositando sobre ella las llaves y el cambio mientras me acariciaba la mano y me miraba a los ojos.

Mi taquilla estaba pasando el bar, justo en frente de la entrada, de forma que me podía ver por allí. La zona de taquillas es un poco laberíntica, por detrás, a derecha e izquierda se abrían pasillos de ellas. Supongo que mientras me cambiaba podía estar observándome, yo no me di cuenta.

Ya con mi toalla me fui a explorar el local. Un pequeño jacuzzi que no funcionaba, unas escaleras que bajaban a un sótano inmenso y con una zona de pasillos oscuros muy morbosos pero que en ese momento todavía no había bajado y desconocía y siguiendo explorando la planta de entrada vi una zona de duchas muy apetecible, el bar, dos saunas y el baño.
Este baño tenía unos urinarios, unos lavabos y dos wc detrás de sus respectivas puertas. Aquí me encontraba yo cuando llegó el portero de la entrada con una escoba. Se acercó a mí de frente y me arrimó contra él poniéndome una mano en el culo, así polla contra polla me dió un beso en los labios y se frotó conmigo.
No sé porqué se me ocurrió que lo mismo podría ser un chapero, había leído que van a algunas saunas y se lo pregunté. Él me dijo que ni de coña y casi se molestó. Le pedí disculpas contándole que había lo que había leído y seguimos a lo nuestro, además de que le reconocí de la entrada no sé que iba a hacer un chapero completamente vestido allí.

Se desabrochó el botón del pantalón y bajó la bragueta. Me dijo mira que paquete tengo (que es por lo que me había acordado leyendo el hilo de antes). Y es verdad, se marcaba un paquete muy apetecible. Me lo volvió a frotar un poco y me dijo que me metiese en uno de los WC, cuando entramos cerró la puerta y me quitó la toalla. De nuevo me cogió el culo y me arrimó contra él frotando su paquete contra el mío y dándome otro beso en los labios. Me dijo que me iba a follar y le dije que estaba deseando.

Se bajó los pantalones y calzoncillos un poco para dejar su polla fuera y me dio la vuelta, diciéndome que me apoyara en la cisternilla. después me dijo que separara las piernas para que me abriese y ya puso la punta de la polla sobre mi ano.
Fue empujando con delicadeza, poco a poco y yo la iba notando entrar con algo de dolor, pero lo aguantaba porque también me daba mucho placer. El tío era muy dominante y me gustaba. Cuando ya la hubo entrado entera empezó a moverse despacio primero y más rápido después. Pensaba que me iba a romper y un poco así sí que era, pero lo estaba disfrutando bien.
Acabó dándome unas embestidas bestiales y yo no podía dejar de gemir en voz alta a lo que me pedía que me silenciase, yo le hacía caso pero al poco ya estaba gimiendo otra vez, me salía solo.
Finalmente se corrió monumentalmente y me quedé más que encantado.

Tuve la suerte de repetir con él, después os lo cuento, ahora tengo faena ;)
 
Esta mañana me dio la hora y no pude seguir contando aquella historia, la tuve que resumir al final.

Pasé el resto de la tarde en la sauna, en la parte de abajo con sus laberintos, sus apartados, su zona de cine... y sobre todo con la gente que había por allí. Todo muy bien.
Pero me llevé la sensación del portero, que con lo bien que lo había pasado aquella tarde fue lo que más me gustó.

Tardé unos tres meses en volver a Madrid, y ni siquiera tenía idea de ir allí desde el primer momento porque creía que cogí al portero en un día de calentón y lo pagó conmigo, es decir, no tenía la idea de que eso se fuese a repetir.
En cualquier caso fue una tarde que lo pasé muy bien y me gustó mucho el sitio de forma que fue mi opción para una de las tardes que estuve allí.

Esperaba encontrar en la taquilla de entrada a cualquiera de los empleados de allí, pero justamente estaba de nuevo el de la vez anterior. Y de nuevo salio de su sitio para darme las llaves de mi taquilla y la vuelta del dinero en la mano, tomándola con una de ellas y dejando caer mis cosas con cuidado en la palma de mi mano con la otra, manteniendo después mi mano atrapada entre las suyas mientras me la acariciaba.

Esta vez me susurró que le esperase por la zona de los aseos. Me encantó oír eso.
No tenía la seguridad de que se acordase de mí de unos meses antes, con la de gente que pasará por allí, pero esta vez ya sabía lo que iba a pasar de que me cambiase y me gustaba mucho la idea.

Tontamente me despisté un poco por el local pensando que él tardaría un rato en acudir al sitio. Cuando me acerqué al lugar, él estaba por fuera y me preguntó que donde me había metido, que me había estado buscando.
Entonces entramos a los aseos y el se quedó junto a una puerta que había a la entrada de ese espacio. Me dijo que me separara un momento y se puso a mirar hacia el pasillo, esperando la oportunidad para abrir la puerta con la llave para que entrásemos sin ser vistos. Una vez dentro volvió a cerrar la puerta con llave y se abrazó a mí, tomándome por el culo y juntando nuestras pollas.

Se separó un poco y se desabrochó el pantalón, diciéndome que tenía un buen rabo para mí. Se podía notar un bulto grande a través de su calzoncillo rojo, esta es la imagen que recordé esta mañana al leer el hilo de los paquetes en el foro.

La habitación a la que habíamos pasado era el almacén, alargado, nos fuimos más al centro por no quedarnos al lado de la puerta. Allí me quitó la toalla y se quitó los pantalones. Me agaché para comérsela un rato, notaba como le iba creciendo y comenzaba a tener problemas para mantenerla en la boca, sobre todo porque él empezaba a dar embestidas y me hacía algo de daño en la campanilla. Intenté comérsela un poco más superficialmente pero al poco tiempo volvía a pasar y tuve que desistir.

Otra vez polla contra polla y sobándome el culo me dijo que me diese la vuelta y se puso a frotarme la polla por detrás. Cuando creía que ya me la iba a entrar me dijo que subiese por unas escaleras metálicas que teníamos al lado, esta historia con tanto laberinto me daba mucho morbo.

Subimos y allí había un espacio más despejado, con unas cajas cerradas de cartón. Nos pusimos junto a una pila de dos cajas que quedaba a media altura mía, me dijo que me diese un poco de lubricante, que me pusiera de espaldas a él apoyando mis manos sobre la pila de cajas y que abriese un poco las piernas. De esta manera apuntó y sin muchos miramientos me la metió. Por suerte ya dilato bien porque con la buena polla que tiene el lubricante hubiese sido de ayuda pero el dolor no me lo hubiese quitado nadie.

Estuvo moviéndose sin prisas, sin sacarla mucho mientras me abrazaba fuerte, yo estaba en el cielo. Este peruano se movía deliciosamente. Poco a poco fue apretando, cada vez más fuerte y su polla ya se deslizaba por dentro de mí como una locomotora, mi cuerpo se inclinó hacia adelante, sobre las cajas y empezaba a abollarlas así que opté por separarme de ellas quedando un poco más erguido pero con las piernas abiertas. Para no caerme me sujetaba a sus piernas, echando mis brazos hacía atrás. Las embestidas eran bestiales, me encantaba. Mi polla iba arriba y abajo acompasando el movimiento y estaba empalmado con lo que estaba disfrutando.
De pronto note mis trallazos, me estaba corriendo del gustazo de forma totalmente imprevista, pensaba que me correría más tarde. Durante un buen rato él siguió dándome bien en la misma posición hasta que se corrió, me parece que nunca había tenido tanta leche dentro y me resbaló un montón por las piernas.

Todavía nos dio tiempo a hablar un poco antes de que se fuese a su puesto, incluso nos dio tiempo a arrimarnos otra vez... empezaba a pensar que nos íbamos a liar de nuevo.
Me dio su teléfono con su nombre y me pidió el mío. Me preguntó si le importaba que me llamara alguna mañana. Le dije que me gustaría que lo hiciese.

Con una calentura impresionante me quedé dando una vuelta por la sauna. Allí me encontré a uno jovencito fumando, parecía que se había hecho el dueño de una de las camaretas con sus cosas allí. Me recosté con él en la colchoneta y me pedía dinero. Yo le decía que no le iba a dar nada, si acaso después le invitaría a una cerveza.
Tenía la polla algo morcillona, recostado de lado como estaba le empecé a meter mi polla y se me iba, le sujeté la barriga y volví a insistir un poco, parecía que le dolía y no se la metí mucho más. Me estaba poniendo a mil su resistencia pero por otra parte tampoco quería violarle. Terminé por invitarle a la cerveza y seguir explorando el sitio.

En otra zona donde habían camaretas oscuras, sin apenas iluminación, me encontré tendido sobre una colchoneta a un tío más grande y más mayor que el anterior. Un poco gordote. Estaba boca abajo, supongo que esperando que llegase alguien a darle una alegría. Fui acariciándole las piernas y me paré en su culo, le pasé los dedos por la raja y el más juguetón de ellos fue buscando su ano, se lo metí un poco y como parecía que no decía ni que bien ni que mal me subí a la colchoneta, me extendí sobre él y le metí la polla, despacito por si acaso y hasta dentro.
Estuve follándomelo hasta que me corrí, sacándola en el último momento y vertiendo todo sobre su espalda. Al bajarme me dijo “gracias”.

Antes de irme me encontré con un chico que me invitó a pasar a otro reservado, este con luz. Enseguida me tocó el culo y enseguida me dijo que me echase sobre la colchoneta de espaldas a él. Me folló mucho y me preguntaba continuamente si me gustaba... claro que me gustaba. Estuvo un buen rato pero no consiguió correrse, no sé si se estaría reservando (yo eso nunca soy capaz) o si ya había tenido más de una corrida aquella tarde. Me dio pena que no llegase, pero me dijo que lo pasó muy bien, igual que yo.

Por fin me duché y me fui. Al día siguiente estaba de vuelta a mi ciudad y tenía que madrugar.

No sé que pasó al día siguiente en mi habitación del hotel, pero no fui capaz de encontrar el papel que me dio el portero. Que rabia, recuerdo su nombre pero no su número de teléfono. Tampoco recibí su llamada, tenía claro que me iba a llamar... ¿se le perdería a él también? ¿tomaría bien mi número? A lo mejor era que él esperaba que yo le llamase primero.
Para más INRI llegó la pandemia y ya no pude volver hasta mucho después. Cuando tuve la oportunidad de regresar encontré el local muy cambiado y él ya no estaba allí.

Hubiera sido un follamigo muy interesante :babeando1:

Bueno, espero no haberos aburrido, tengo más historias que contar y me apetece hacerlo para aquellos a los que leer estas cosas les guste tanto como a mí. Gracias
 
Una pregunta, q tal está la sauna Apolo de Torremolinos?
 
Esta mañana me dio la hora y no pude seguir contando aquella historia, la tuve que resumir al final.

Pasé el resto de la tarde en la sauna, en la parte de abajo con sus laberintos, sus apartados, su zona de cine... y sobre todo con la gente que había por allí. Todo muy bien.
Pero me llevé la sensación del portero, que con lo bien que lo había pasado aquella tarde fue lo que más me gustó.

Tardé unos tres meses en volver a Madrid, y ni siquiera tenía idea de ir allí desde el primer momento porque creía que cogí al portero en un día de calentón y lo pagó conmigo, es decir, no tenía la idea de que eso se fuese a repetir.
En cualquier caso fue una tarde que lo pasé muy bien y me gustó mucho el sitio de forma que fue mi opción para una de las tardes que estuve allí.

Esperaba encontrar en la taquilla de entrada a cualquiera de los empleados de allí, pero justamente estaba de nuevo el de la vez anterior. Y de nuevo salio de su sitio para darme las llaves de mi taquilla y la vuelta del dinero en la mano, tomándola con una de ellas y dejando caer mis cosas con cuidado en la palma de mi mano con la otra, manteniendo después mi mano atrapada entre las suyas mientras me la acariciaba.

Esta vez me susurró que le esperase por la zona de los aseos. Me encantó oír eso.
No tenía la seguridad de que se acordase de mí de unos meses antes, con la de gente que pasará por allí, pero esta vez ya sabía lo que iba a pasar de que me cambiase y me gustaba mucho la idea.

Tontamente me despisté un poco por el local pensando que él tardaría un rato en acudir al sitio. Cuando me acerqué al lugar, él estaba por fuera y me preguntó que donde me había metido, que me había estado buscando.
Entonces entramos a los aseos y el se quedó junto a una puerta que había a la entrada de ese espacio. Me dijo que me separara un momento y se puso a mirar hacia el pasillo, esperando la oportunidad para abrir la puerta con la llave para que entrásemos sin ser vistos. Una vez dentro volvió a cerrar la puerta con llave y se abrazó a mí, tomándome por el culo y juntando nuestras pollas.

Se separó un poco y se desabrochó el pantalón, diciéndome que tenía un buen rabo para mí. Se podía notar un bulto grande a través de su calzoncillo rojo, esta es la imagen que recordé esta mañana al leer el hilo de los paquetes en el foro.

La habitación a la que habíamos pasado era el almacén, alargado, nos fuimos más al centro por no quedarnos al lado de la puerta. Allí me quitó la toalla y se quitó los pantalones. Me agaché para comérsela un rato, notaba como le iba creciendo y comenzaba a tener problemas para mantenerla en la boca, sobre todo porque él empezaba a dar embestidas y me hacía algo de daño en la campanilla. Intenté comérsela un poco más superficialmente pero al poco tiempo volvía a pasar y tuve que desistir.

Otra vez polla contra polla y sobándome el culo me dijo que me diese la vuelta y se puso a frotarme la polla por detrás. Cuando creía que ya me la iba a entrar me dijo que subiese por unas escaleras metálicas que teníamos al lado, esta historia con tanto laberinto me daba mucho morbo.

Subimos y allí había un espacio más despejado, con unas cajas cerradas de cartón. Nos pusimos junto a una pila de dos cajas que quedaba a media altura mía, me dijo que me diese un poco de lubricante, que me pusiera de espaldas a él apoyando mis manos sobre la pila de cajas y que abriese un poco las piernas. De esta manera apuntó y sin muchos miramientos me la metió. Por suerte ya dilato bien porque con la buena polla que tiene el lubricante hubiese sido de ayuda pero el dolor no me lo hubiese quitado nadie.

Estuvo moviéndose sin prisas, sin sacarla mucho mientras me abrazaba fuerte, yo estaba en el cielo. Este peruano se movía deliciosamente. Poco a poco fue apretando, cada vez más fuerte y su polla ya se deslizaba por dentro de mí como una locomotora, mi cuerpo se inclinó hacia adelante, sobre las cajas y empezaba a abollarlas así que opté por separarme de ellas quedando un poco más erguido pero con las piernas abiertas. Para no caerme me sujetaba a sus piernas, echando mis brazos hacía atrás. Las embestidas eran bestiales, me encantaba. Mi polla iba arriba y abajo acompasando el movimiento y estaba empalmado con lo que estaba disfrutando.
De pronto note mis trallazos, me estaba corriendo del gustazo de forma totalmente imprevista, pensaba que me correría más tarde. Durante un buen rato él siguió dándome bien en la misma posición hasta que se corrió, me parece que nunca había tenido tanta leche dentro y me resbaló un montón por las piernas.

Todavía nos dio tiempo a hablar un poco antes de que se fuese a su puesto, incluso nos dio tiempo a arrimarnos otra vez... empezaba a pensar que nos íbamos a liar de nuevo.
Me dio su teléfono con su nombre y me pidió el mío. Me preguntó si le importaba que me llamara alguna mañana. Le dije que me gustaría que lo hiciese.

Con una calentura impresionante me quedé dando una vuelta por la sauna. Allí me encontré a uno jovencito fumando, parecía que se había hecho el dueño de una de las camaretas con sus cosas allí. Me recosté con él en la colchoneta y me pedía dinero. Yo le decía que no le iba a dar nada, si acaso después le invitaría a una cerveza.
Tenía la polla algo morcillona, recostado de lado como estaba le empecé a meter mi polla y se me iba, le sujeté la barriga y volví a insistir un poco, parecía que le dolía y no se la metí mucho más. Me estaba poniendo a mil su resistencia pero por otra parte tampoco quería violarle. Terminé por invitarle a la cerveza y seguir explorando el sitio.

En otra zona donde habían camaretas oscuras, sin apenas iluminación, me encontré tendido sobre una colchoneta a un tío más grande y más mayor que el anterior. Un poco gordote. Estaba boca abajo, supongo que esperando que llegase alguien a darle una alegría. Fui acariciándole las piernas y me paré en su culo, le pasé los dedos por la raja y el más juguetón de ellos fue buscando su ano, se lo metí un poco y como parecía que no decía ni que bien ni que mal me subí a la colchoneta, me extendí sobre él y le metí la polla, despacito por si acaso y hasta dentro.
Estuve follándomelo hasta que me corrí, sacándola en el último momento y vertiendo todo sobre su espalda. Al bajarme me dijo “gracias”.

Antes de irme me encontré con un chico que me invitó a pasar a otro reservado, este con luz. Enseguida me tocó el culo y enseguida me dijo que me echase sobre la colchoneta de espaldas a él. Me folló mucho y me preguntaba continuamente si me gustaba... claro que me gustaba. Estuvo un buen rato pero no consiguió correrse, no sé si se estaría reservando (yo eso nunca soy capaz) o si ya había tenido más de una corrida aquella tarde. Me dio pena que no llegase, pero me dijo que lo pasó muy bien, igual que yo.

Por fin me duché y me fui. Al día siguiente estaba de vuelta a mi ciudad y tenía que madrugar.

No sé que pasó al día siguiente en mi habitación del hotel, pero no fui capaz de encontrar el papel que me dio el portero. Que rabia, recuerdo su nombre pero no su número de teléfono. Tampoco recibí su llamada, tenía claro que me iba a llamar... ¿se le perdería a él también? ¿tomaría bien mi número? A lo mejor era que él esperaba que yo le llamase primero.
Para más INRI llegó la pandemia y ya no pude volver hasta mucho después. Cuando tuve la oportunidad de regresar encontré el local muy cambiado y él ya no estaba allí.

Hubiera sido un follamigo muy interesante :babeando1:

Bueno, espero no haberos aburrido, tengo más historias que contar y me apetece hacerlo para aquellos a los que leer estas cosas les guste tanto como a mí. Gracias
Me pusiste malisimo
 
Esta mañana me dio la hora y no pude seguir contando aquella historia, la tuve que resumir al final.

Pasé el resto de la tarde en la sauna, en la parte de abajo con sus laberintos, sus apartados, su zona de cine... y sobre todo con la gente que había por allí. Todo muy bien.
Pero me llevé la sensación del portero, que con lo bien que lo había pasado aquella tarde fue lo que más me gustó.

Tardé unos tres meses en volver a Madrid, y ni siquiera tenía idea de ir allí desde el primer momento porque creía que cogí al portero en un día de calentón y lo pagó conmigo, es decir, no tenía la idea de que eso se fuese a repetir.
En cualquier caso fue una tarde que lo pasé muy bien y me gustó mucho el sitio de forma que fue mi opción para una de las tardes que estuve allí.

Esperaba encontrar en la taquilla de entrada a cualquiera de los empleados de allí, pero justamente estaba de nuevo el de la vez anterior. Y de nuevo salio de su sitio para darme las llaves de mi taquilla y la vuelta del dinero en la mano, tomándola con una de ellas y dejando caer mis cosas con cuidado en la palma de mi mano con la otra, manteniendo después mi mano atrapada entre las suyas mientras me la acariciaba.

Esta vez me susurró que le esperase por la zona de los aseos. Me encantó oír eso.
No tenía la seguridad de que se acordase de mí de unos meses antes, con la de gente que pasará por allí, pero esta vez ya sabía lo que iba a pasar de que me cambiase y me gustaba mucho la idea.

Tontamente me despisté un poco por el local pensando que él tardaría un rato en acudir al sitio. Cuando me acerqué al lugar, él estaba por fuera y me preguntó que donde me había metido, que me había estado buscando.
Entonces entramos a los aseos y el se quedó junto a una puerta que había a la entrada de ese espacio. Me dijo que me separara un momento y se puso a mirar hacia el pasillo, esperando la oportunidad para abrir la puerta con la llave para que entrásemos sin ser vistos. Una vez dentro volvió a cerrar la puerta con llave y se abrazó a mí, tomándome por el culo y juntando nuestras pollas.

Se separó un poco y se desabrochó el pantalón, diciéndome que tenía un buen rabo para mí. Se podía notar un bulto grande a través de su calzoncillo rojo, esta es la imagen que recordé esta mañana al leer el hilo de los paquetes en el foro.

La habitación a la que habíamos pasado era el almacén, alargado, nos fuimos más al centro por no quedarnos al lado de la puerta. Allí me quitó la toalla y se quitó los pantalones. Me agaché para comérsela un rato, notaba como le iba creciendo y comenzaba a tener problemas para mantenerla en la boca, sobre todo porque él empezaba a dar embestidas y me hacía algo de daño en la campanilla. Intenté comérsela un poco más superficialmente pero al poco tiempo volvía a pasar y tuve que desistir.

Otra vez polla contra polla y sobándome el culo me dijo que me diese la vuelta y se puso a frotarme la polla por detrás. Cuando creía que ya me la iba a entrar me dijo que subiese por unas escaleras metálicas que teníamos al lado, esta historia con tanto laberinto me daba mucho morbo.

Subimos y allí había un espacio más despejado, con unas cajas cerradas de cartón. Nos pusimos junto a una pila de dos cajas que quedaba a media altura mía, me dijo que me diese un poco de lubricante, que me pusiera de espaldas a él apoyando mis manos sobre la pila de cajas y que abriese un poco las piernas. De esta manera apuntó y sin muchos miramientos me la metió. Por suerte ya dilato bien porque con la buena polla que tiene el lubricante hubiese sido de ayuda pero el dolor no me lo hubiese quitado nadie.

Estuvo moviéndose sin prisas, sin sacarla mucho mientras me abrazaba fuerte, yo estaba en el cielo. Este peruano se movía deliciosamente. Poco a poco fue apretando, cada vez más fuerte y su polla ya se deslizaba por dentro de mí como una locomotora, mi cuerpo se inclinó hacia adelante, sobre las cajas y empezaba a abollarlas así que opté por separarme de ellas quedando un poco más erguido pero con las piernas abiertas. Para no caerme me sujetaba a sus piernas, echando mis brazos hacía atrás. Las embestidas eran bestiales, me encantaba. Mi polla iba arriba y abajo acompasando el movimiento y estaba empalmado con lo que estaba disfrutando.
De pronto note mis trallazos, me estaba corriendo del gustazo de forma totalmente imprevista, pensaba que me correría más tarde. Durante un buen rato él siguió dándome bien en la misma posición hasta que se corrió, me parece que nunca había tenido tanta leche dentro y me resbaló un montón por las piernas.

Todavía nos dio tiempo a hablar un poco antes de que se fuese a su puesto, incluso nos dio tiempo a arrimarnos otra vez... empezaba a pensar que nos íbamos a liar de nuevo.
Me dio su teléfono con su nombre y me pidió el mío. Me preguntó si le importaba que me llamara alguna mañana. Le dije que me gustaría que lo hiciese.

Con una calentura impresionante me quedé dando una vuelta por la sauna. Allí me encontré a uno jovencito fumando, parecía que se había hecho el dueño de una de las camaretas con sus cosas allí. Me recosté con él en la colchoneta y me pedía dinero. Yo le decía que no le iba a dar nada, si acaso después le invitaría a una cerveza.
Tenía la polla algo morcillona, recostado de lado como estaba le empecé a meter mi polla y se me iba, le sujeté la barriga y volví a insistir un poco, parecía que le dolía y no se la metí mucho más. Me estaba poniendo a mil su resistencia pero por otra parte tampoco quería violarle. Terminé por invitarle a la cerveza y seguir explorando el sitio.

En otra zona donde habían camaretas oscuras, sin apenas iluminación, me encontré tendido sobre una colchoneta a un tío más grande y más mayor que el anterior. Un poco gordote. Estaba boca abajo, supongo que esperando que llegase alguien a darle una alegría. Fui acariciándole las piernas y me paré en su culo, le pasé los dedos por la raja y el más juguetón de ellos fue buscando su ano, se lo metí un poco y como parecía que no decía ni que bien ni que mal me subí a la colchoneta, me extendí sobre él y le metí la polla, despacito por si acaso y hasta dentro.
Estuve follándomelo hasta que me corrí, sacándola en el último momento y vertiendo todo sobre su espalda. Al bajarme me dijo “gracias”.

Antes de irme me encontré con un chico que me invitó a pasar a otro reservado, este con luz. Enseguida me tocó el culo y enseguida me dijo que me echase sobre la colchoneta de espaldas a él. Me folló mucho y me preguntaba continuamente si me gustaba... claro que me gustaba. Estuvo un buen rato pero no consiguió correrse, no sé si se estaría reservando (yo eso nunca soy capaz) o si ya había tenido más de una corrida aquella tarde. Me dio pena que no llegase, pero me dijo que lo pasó muy bien, igual que yo.

Por fin me duché y me fui. Al día siguiente estaba de vuelta a mi ciudad y tenía que madrugar.

No sé que pasó al día siguiente en mi habitación del hotel, pero no fui capaz de encontrar el papel que me dio el portero. Que rabia, recuerdo su nombre pero no su número de teléfono. Tampoco recibí su llamada, tenía claro que me iba a llamar... ¿se le perdería a él también? ¿tomaría bien mi número? A lo mejor era que él esperaba que yo le llamase primero.
Para más INRI llegó la pandemia y ya no pude volver hasta mucho después. Cuando tuve la oportunidad de regresar encontré el local muy cambiado y él ya no estaba allí.

Hubiera sido un follamigo muy interesante :babeando1:

Bueno, espero no haberos aburrido, tengo más historias que contar y me apetece hacerlo para aquellos a los que leer estas cosas les guste tanto como a mí. Gracias
… muy morboso, me gusta
 
Muy buenos días a todos!

Yo nunca he ido a una sauba, pero mes algo q me apetece muchísimo. Creo q aquí en Elche no hay, pero en Alicante si hay varias...hay alguien por aqui q pueda a ayudarme, aconsejarle....

Muchas muchas gracias!
 
A mi también me gustaría probar a ir a una por barcelona que sea discreta y si alguien me acompaña mejor que mejor ☺️ alguien sabe de alguna que esté bien ?
 
Me venía apeteciendo ir a pasar un día a Sevilla desde que vi por internet una página de cruising en la que hablaban de quedadas los jueves por la noche en un lugar abandonado. Era un sitio grande, en ruinas, cerca del aeropuerto. Me hacía planes para pasar esa noche allí pero como entre unas cosas y otras no podía decidí ir a pasar un día allí, un jueves pero mañana y tarde.

Cuando llegué lo primero que hice fue ir a ese lugar, pasando por un arbolado en el que se veía movimiento de alguna trans, un poco transnochada. Después de sufrir los baches llegué al sitio y me quedé durante un ratito observándolo. No se veía gente y no se podía llegar con el coche, tenía que verlo desde la distancia. Me ponía muy caliente pensar en alguna de aquellas orgías que se organizaban allí y me apetecía dejar el coche y acercarme andando para inspeccionarlo, pero por otro lado la idea de dejar el coche solo no me seducía nada.

Al fin y al cabo mi idea para aquel día era visitar este sitio y después ir a una sauna, así que visto lo visto no era cuestión de perder más tiempo.

Después de dejar el coche en un parking cercano a la sauna me dirigí a la entrada, ya eran las 13.30 y me parecía una buena hora para dejarme caer por allí. Recogí mis toallas y mis chanclas y me fui a mi taquilla. Con todas las que había solo estaba ocupada una, justo la que estaba a mi lado con un tío que acababa de llegar un momento antes.
Otras veces nos saludamos aunque solo sea por la proximidad, pero en esta ocasión se hizo un poco incómodo porque no nos dirigimos la palabra. Que cosas.

Con mi toalla colocada me fui a inspeccionar el local, era la primera vez que lo visitaba. Lo primero que encontré fue el bar, muy bien puesto con sus sillones en los que poder hacer amistad. Me encantó encontrar en la barra un tarro lleno de preservativos y lubricante, se podían coger totalmente gratis y me pareció un detalle.
Me pedí una cerveza y al segundo trago me fui con ella a seguir explorando. No regresé a la puerta de entrada al bar porque justo en frente había otra y como me gusta el tema laberinto opté por ir a esa. La puerta daba con un pasillo, a la derecha los servicios y un pequeño cuarto donde la gente se juntaba a fumar, a la izquierda un par de cabinas y al fondo otro pasillo en T. Por supuesto me fui en esa dirección.
Al llegar a la T tenía a la derecha otras dos o tres cabinas y a la izquierda el pasillo era más largo y tenía unas cuantas más. Como en la puerta de la segunda cabina había un tío esperando me fui hacía allá.
Sin muchos preámbulos al llegar a la puerta le dije "Hola" y pasé dentro, él pasó detrás mía cerrando la puerta. Me pidió un sorbo de cerveza y la dejamos en una repisa, entonces nos tomamos por el culo y nos frotamos las pollas con ansiedad. Las toallas cayeron al suelo con el frote, las recogimos para dejarlas sobre la colchoneta y antes de que me diese cuenta se había dado la vuelta para frotarme su culo en la polla... vaya, pues sí que tenía prisa, me hubiera gustado jugar un rato más. Pero bueno, andaba bien caliente así que no tardé en metérsela después de que me colocara el condón que traía, estaba bastante dilatado y entró muy bien.
Con su culo me fue empujando hacia atrás y no pude por menos que quedarme sentado en la colchoneta, dejando que fuese él quien hiciese todo el movimiento mientras se pajeaba. Se corrió enseguida y para no quedarme a medias le pedí que se pusiera de pié recostado en la colchoneta y se la volví a clavar en esa postura hasta que me corrí. Le dio otro trago a mi cerveza y se fue.

Le pegué el último trago a la cerveza y salí de aquella cabina pensando que como todo fuese así se me iban a acabar las pilas enseguida. Siguiendo por el otro lado del pasillo acababa con un otro pasillo a la izquierda y justo en la esquina había una cabina especial, no tenía pared sino unas barras simulando una mazmorra. En ese pasillo me encontré al de la taquilla, un poco más bajo que yo (que tampoco soy nada alto) con barbas y gordito. No me lo pensé, le dije "Hombre, vecino..." y nos pusimos a hablar, nos tocamos el torso, bajamos nuestras manos a las toallas por detrás, por delante... y nos fuimos a una cabina al lado de la mazmorra. Pasamos y también cerró la puerta, que manía (uno es que tiene alma de exhibicionista).
Mi vecino decía que él por atrás ni hablar, que eso duele. Sí, es verdad, hasta que uno se acostumbra un poco doloroso sí que puede ser, después es un gustazo. A petición suya me puse en la posición que le pedí antes al otro, recostado sobre la colchoneta con los pies en el suelo. Así me la metió durante un ratito, inclinándose sobre mí y lo estaba disfrutando pero pensaba que me gustaría sentir su peso encima, así que le dije que qué tal si me tumbaba entero en la colchoneta. La idea le gustó y le pude disfrutar mejor, tomándome por los hombros y sintiendo su peso encima mía mientras su polla se movía dentro de mi culo. Después de un rato se corrió, rellenando el segundo preservativo del día.

Nos despedimos y seguí inspeccionando la sauna, yo esta vez no había llegado pero lo había disfrutado mucho. Este pasillo nuevo tenía cabinas a ambos lados y terminaba en otra T, al fondo de ella había un cuarto oscuro en el que también había un pasillo con gloryholes. Entré pero no había nadie, me pareció muy morboso y pensé que ya volvería luego.
A la parte izquierda de esa T más cabinas y a la derecha estaba la zona de saunas, de las duchas y de la piscina. Me encantó que la sauna fuese tan laberíntica y desde luego bastante más grande de lo que pensaba. La piscina estaba muy bien, con forma de riñón en el perímetro tiene un escalón a la altura de un asiento, muy cómoda. Me senté junto a otra gente, un poco espaciado y cruce la mirada con un tío de unos 40 años, moreno y con el pelo corto. Mantuvimos la mirada y se acercó a mí, poniéndose justo en frente me puso las manos en las caderas y me puso su polla encima, una buena polla sí señor. Juntó sus labios con los míos y estuvimos jugando con nuestras lenguas. Al poco pegó su boca a mi oreja y me dijo "Me gustaría metértela y llenarte de leche", uffff me encantaba lo directo que iba, le dije "eso suena bien" y salimos de la piscina. Nos fuimos a una cabina, al entrar... cerró la puerta. Bueno, que más da
Me pidió que me pusiese de rodillas sobre la colchoneta y que doblara las piernas, quedando con mi pecho sobre la colchoneta y el culo hacia fuera esperándole. Así, me tomó de la cintura y empezó a entrar su polla, uffff, era grande, me costaba y huía hacia delante. Él me decía que me quedase, que no me echase para adelante pero sin querer volvía a hacerlo durante un par de veces, hasta que me dije que me aguantaría y para lograrlo intenté relajarme. Lo conseguí, aquel aparato fue entrando despacio, con algo de dolor pero muy ricamente, le iba sintiendo mientras se iba cada vez más adentro. Cuando su pubis estaba dando en mi culo se quedó allí parado un ratito y yo notaba la clavada espectacularmente, no me podía estar gustando más. Luego inicio un suave movimiento y este se fue acelerando, apretando más cada vez. Cuando me la metía me tomaba por la cintura con mucha fuerza y yo apretaba y aflojaba mi esfinter con la intención de darle un masaje extra y al tiempo notar su polla más.
Sí que tenía leche para mí, que corrida más buena nos dimos los dos
Después de un ratito de reponer fuerzas cogimos nuestras toallas y salimos de la cabina. Me gustó que además de lo bien que lo había pasado me dio las gracias, yo se las devolví porque estaba más que agradecido.

Me fui a dar una ducha limpiante y relajante, la piscina estaba casi vacía, las saunas me parecen muy calurosas, decidí volver al cuarto oscuro, seguía vacío. Un tío entró y salió rápidamente. Me perdí un poco por los pasillos, en una cabina había un tío bastante maduro que estaba tendido boca arriba en una colchoneta. Pasé sin cerrar la puerta, por supuesto, le puse la mano encima y no reaccionó mal, recorrí su cuerpo parándome en su polla que no tenía erección. me tumbé encima y estuve frotándole con mi polla morcillona, me estaba costando ponerme a tono por la mañana que llevaba y porque este señor, que no hablaba español, no acababa de tener ninguna iniciativa. Un poco aburrido salí de la cabina y me fui de nuevo a las duchas. Después me volví a meter en la piscina por un ratito, intentando animarme. Vi que junto a las duchas había vuelto mi vecino de taquilla y estaba con otros dos, él en medio y uno a cada lado. Se estaban tocando las pollas pero los tres mirando al frente. Me fui hacia ellos y me puse en frente de los tres, acariciándoles decidí agacharme y comerles uno por uno, de dos en dos y casi las tres a la vez... sentí que estaba recuperando fuerzas, estas situaciones morbosas es lo que tiene.
Hubiera estado bien un bukkake allí en medio de todos, parecía que iba a suceder, pero no sé porqué me levanté y nos pusimos a frotarnos unos a otros. Entonces mi vecino de taquilla propuso que nos fuésemos a una cabina y allá que nos fuimos. Pero se quedó uno de ellos, el que tenía la mayor polla. Entramos mi vecino, el que quedaba y yo y cerraron la puerta. Nos pusimos a magrearnos y no me di cuenta, pero creo que mi vecino debió sentirse aislado y dijo que se iba. Le pedí que se quedase, era un tío que me había caído muy bien, pero se fue. El chaval con el que me quedé era joven, pero tenía bastante experiencia. Me estuvo contando muchas cosas, fue un rato relax. Estuvimos como media hora en las que me contaba malas experiencias que había tenido en su pueblo y mientras estábamos tocándonos cada uno nuestras pollas. Ya sabíamos lo que nos gustaba a cada uno y para despedirnos se hizo una paja y se corrió encima mía. Yo se la comí para limpiarle y como me dijo que eso le gustaba mucho le vi disfrutarlo.

Otra ducha, otra vez a la piscina, empezaba a estar cansado. De pronto me fijo en que a mi lado está el tío moreno que me había follado un rato antes y está morreándose con un tío con grandes barbas y pelo gris. Que potencia.
Me sequé y volví a probar el cuarto oscuro. Solo había un tío alto, con algo de tripa, estaba junto a una cama grande y alta con colchoneta de cuero, como las demás. Me acerqué y le roce la polla con la mano, no me apartó así que esta vez se la cogí por encima de la toalla y después por debajo. Andaba algo morcillona, creía que se cansaría y se iría, pero se dejó hacer y me incliné para darle unos lametones. Vaya, se puso a crecer y al final era un buen pollón, me la entraba hasta la garganta y la volvía a sacar dándole a todo lo largo con la lengua. Él estaba emocionado y me tenía cogido por los hombros, yo estaba inclinado no agachado, mi culo estaba en pompa. Con esta postura no era extraño que llegase un tercero y me pusiese la mano en el culo, después me frotase la polla, me quitase la toalla, me volviese a frotar la polla ya sin ropa que nos separase y finalmente me la metiera, también era grande. Con la polla dentro me hizo girarme soltando la que tenía en la boca y me puso inclinado sobre la colchoneta que quedaba a la altura de mi cintura, intenté erguirme pero él me empujó en la espalda contra la colchoneta, cogió mis manos y las echó hacia atrás, apretándolas fuerte con las suyas mientras me embestía. Me estaba gustando lo dominante y salvaje, por fin a vista de todos. Entró otro y otro más, se empezó a llenar el cuarto. Uno se estaba pajeando mientras nos miraba y le hice un gesto para que me la pusiese en la boca. Mientras apretaba el culo para sentir y hacer sentir y no me soltó las manos hasta que se corrió. Yo estaba bien empalmado a esas alturas, me pasé las manos por atrás y notaba toda la lefada saliendo.
Entonces el primero que estaba en el cuarto oscuro pensó que era su turno y sin dejar de estar apoyado sobre la colchoneta se colocó detrás de mí y me la metió, este sí que me dejó erguirme incluso me abrazaba los pechos, pero me tenía pillado contra la cama. Bien, yo estaba muy a gusto así. Terminó e igualmente me llenó de lefa. Y a continuación se puso otro. Este la tenía de tamaño normal y a decir verdad en ese momento me apeteció más, la notaba más agradable después de las embestidas con las grandes. Además su dueño me estaba haciendo una paja al mismo tiempo y me volví a correr.
Cuando acabó llegó otro con la polla grande y empezaba a creer que iba a pasar toda la sauna por allí. Yo que desconfío mucho cuando leo historias como estas no me acaba de creer que me estuviera pasando esto. Por otro lado no quería que terminase, lo quería dar todo.
Después de correrse también este volvió a ponerse otro con una polla normal, no sé si era el de antes o otro, me follaba muy parecido. Pero me encantó que yo, que tengo pinta hétero, que no "mariposeo", este tío se volvío loco y se puso a gritar mientras me follaba y cuando se corría "Mi niña, mi niñaaaa... " "te quieerooo..."
Después de él me quedé esperando al siguiente, pero ya nadie más pasó el cuarto se fue vaciando. Que pena, yo quería volver a casa más gordito.

Me fui a dar una ducha muy profunda y después me metí en la piscina para relajarme. Tenía la sensación de que la gente me conocía a mí pero yo no les conocía a ellos, me hubiera gustado darles las gracias por el buen rato que me hicieron pasar.

Después de una ducha más me fui al vestuario y me puse de viaje de vuelta a casa, con una sensación que no puedo describir. Ya eran las 19.30

Mil veces me he acordado de aquel día, mil pajas me he hecho recordándolo. He tenido la suerte de volver una vez a aquella sauna y me ha pasado algo parecido. Vaya ya estoy deseando volver otra vez.

Disculpad la extensión, tenía la necesidad de contarlo con todos los detalles que recuerdo. Gracias
 
Me venía apeteciendo ir a pasar un día a Sevilla desde que vi por internet una página de cruising en la que hablaban de quedadas los jueves por la noche en un lugar abandonado. Era un sitio grande, en ruinas, cerca del aeropuerto. Me hacía planes para pasar esa noche allí pero como entre unas cosas y otras no podía decidí ir a pasar un día allí, un jueves pero mañana y tarde.

Cuando llegué lo primero que hice fue ir a ese lugar, pasando por un arbolado en el que se veía movimiento de alguna trans, un poco transnochada. Después de sufrir los baches llegué al sitio y me quedé durante un ratito observándolo. No se veía gente y no se podía llegar con el coche, tenía que verlo desde la distancia. Me ponía muy caliente pensar en alguna de aquellas orgías que se organizaban allí y me apetecía dejar el coche y acercarme andando para inspeccionarlo, pero por otro lado la idea de dejar el coche solo no me seducía nada.

Al fin y al cabo mi idea para aquel día era visitar este sitio y después ir a una sauna, así que visto lo visto no era cuestión de perder más tiempo.

Después de dejar el coche en un parking cercano a la sauna me dirigí a la entrada, ya eran las 13.30 y me parecía una buena hora para dejarme caer por allí. Recogí mis toallas y mis chanclas y me fui a mi taquilla. Con todas las que había solo estaba ocupada una, justo la que estaba a mi lado con un tío que acababa de llegar un momento antes.
Otras veces nos saludamos aunque solo sea por la proximidad, pero en esta ocasión se hizo un poco incómodo porque no nos dirigimos la palabra. Que cosas.

Con mi toalla colocada me fui a inspeccionar el local, era la primera vez que lo visitaba. Lo primero que encontré fue el bar, muy bien puesto con sus sillones en los que poder hacer amistad. Me encantó encontrar en la barra un tarro lleno de preservativos y lubricante, se podían coger totalmente gratis y me pareció un detalle.
Me pedí una cerveza y al segundo trago me fui con ella a seguir explorando. No regresé a la puerta de entrada al bar porque justo en frente había otra y como me gusta el tema laberinto opté por ir a esa. La puerta daba con un pasillo, a la derecha los servicios y un pequeño cuarto donde la gente se juntaba a fumar, a la izquierda un par de cabinas y al fondo otro pasillo en T. Por supuesto me fui en esa dirección.
Al llegar a la T tenía a la derecha otras dos o tres cabinas y a la izquierda el pasillo era más largo y tenía unas cuantas más. Como en la puerta de la segunda cabina había un tío esperando me fui hacía allá.
Sin muchos preámbulos al llegar a la puerta le dije "Hola" y pasé dentro, él pasó detrás mía cerrando la puerta. Me pidió un sorbo de cerveza y la dejamos en una repisa, entonces nos tomamos por el culo y nos frotamos las pollas con ansiedad. Las toallas cayeron al suelo con el frote, las recogimos para dejarlas sobre la colchoneta y antes de que me diese cuenta se había dado la vuelta para frotarme su culo en la polla... vaya, pues sí que tenía prisa, me hubiera gustado jugar un rato más. Pero bueno, andaba bien caliente así que no tardé en metérsela después de que me colocara el condón que traía, estaba bastante dilatado y entró muy bien.
Con su culo me fue empujando hacia atrás y no pude por menos que quedarme sentado en la colchoneta, dejando que fuese él quien hiciese todo el movimiento mientras se pajeaba. Se corrió enseguida y para no quedarme a medias le pedí que se pusiera de pié recostado en la colchoneta y se la volví a clavar en esa postura hasta que me corrí. Le dio otro trago a mi cerveza y se fue.

Le pegué el último trago a la cerveza y salí de aquella cabina pensando que como todo fuese así se me iban a acabar las pilas enseguida. Siguiendo por el otro lado del pasillo acababa con un otro pasillo a la izquierda y justo en la esquina había una cabina especial, no tenía pared sino unas barras simulando una mazmorra. En ese pasillo me encontré al de la taquilla, un poco más bajo que yo (que tampoco soy nada alto) con barbas y gordito. No me lo pensé, le dije "Hombre, vecino..." y nos pusimos a hablar, nos tocamos el torso, bajamos nuestras manos a las toallas por detrás, por delante... y nos fuimos a una cabina al lado de la mazmorra. Pasamos y también cerró la puerta, que manía (uno es que tiene alma de exhibicionista).
Mi vecino decía que él por atrás ni hablar, que eso duele. Sí, es verdad, hasta que uno se acostumbra un poco doloroso sí que puede ser, después es un gustazo. A petición suya me puse en la posición que le pedí antes al otro, recostado sobre la colchoneta con los pies en el suelo. Así me la metió durante un ratito, inclinándose sobre mí y lo estaba disfrutando pero pensaba que me gustaría sentir su peso encima, así que le dije que qué tal si me tumbaba entero en la colchoneta. La idea le gustó y le pude disfrutar mejor, tomándome por los hombros y sintiendo su peso encima mía mientras su polla se movía dentro de mi culo. Después de un rato se corrió, rellenando el segundo preservativo del día.

Nos despedimos y seguí inspeccionando la sauna, yo esta vez no había llegado pero lo había disfrutado mucho. Este pasillo nuevo tenía cabinas a ambos lados y terminaba en otra T, al fondo de ella había un cuarto oscuro en el que también había un pasillo con gloryholes. Entré pero no había nadie, me pareció muy morboso y pensé que ya volvería luego.
A la parte izquierda de esa T más cabinas y a la derecha estaba la zona de saunas, de las duchas y de la piscina. Me encantó que la sauna fuese tan laberíntica y desde luego bastante más grande de lo que pensaba. La piscina estaba muy bien, con forma de riñón en el perímetro tiene un escalón a la altura de un asiento, muy cómoda. Me senté junto a otra gente, un poco espaciado y cruce la mirada con un tío de unos 40 años, moreno y con el pelo corto. Mantuvimos la mirada y se acercó a mí, poniéndose justo en frente me puso las manos en las caderas y me puso su polla encima, una buena polla sí señor. Juntó sus labios con los míos y estuvimos jugando con nuestras lenguas. Al poco pegó su boca a mi oreja y me dijo "Me gustaría metértela y llenarte de leche", uffff me encantaba lo directo que iba, le dije "eso suena bien" y salimos de la piscina. Nos fuimos a una cabina, al entrar... cerró la puerta. Bueno, que más da
Me pidió que me pusiese de rodillas sobre la colchoneta y que doblara las piernas, quedando con mi pecho sobre la colchoneta y el culo hacia fuera esperándole. Así, me tomó de la cintura y empezó a entrar su polla, uffff, era grande, me costaba y huía hacia delante. Él me decía que me quedase, que no me echase para adelante pero sin querer volvía a hacerlo durante un par de veces, hasta que me dije que me aguantaría y para lograrlo intenté relajarme. Lo conseguí, aquel aparato fue entrando despacio, con algo de dolor pero muy ricamente, le iba sintiendo mientras se iba cada vez más adentro. Cuando su pubis estaba dando en mi culo se quedó allí parado un ratito y yo notaba la clavada espectacularmente, no me podía estar gustando más. Luego inicio un suave movimiento y este se fue acelerando, apretando más cada vez. Cuando me la metía me tomaba por la cintura con mucha fuerza y yo apretaba y aflojaba mi esfinter con la intención de darle un masaje extra y al tiempo notar su polla más.
Sí que tenía leche para mí, que corrida más buena nos dimos los dos
Después de un ratito de reponer fuerzas cogimos nuestras toallas y salimos de la cabina. Me gustó que además de lo bien que lo había pasado me dio las gracias, yo se las devolví porque estaba más que agradecido.

Me fui a dar una ducha limpiante y relajante, la piscina estaba casi vacía, las saunas me parecen muy calurosas, decidí volver al cuarto oscuro, seguía vacío. Un tío entró y salió rápidamente. Me perdí un poco por los pasillos, en una cabina había un tío bastante maduro que estaba tendido boca arriba en una colchoneta. Pasé sin cerrar la puerta, por supuesto, le puse la mano encima y no reaccionó mal, recorrí su cuerpo parándome en su polla que no tenía erección. me tumbé encima y estuve frotándole con mi polla morcillona, me estaba costando ponerme a tono por la mañana que llevaba y porque este señor, que no hablaba español, no acababa de tener ninguna iniciativa. Un poco aburrido salí de la cabina y me fui de nuevo a las duchas. Después me volví a meter en la piscina por un ratito, intentando animarme. Vi que junto a las duchas había vuelto mi vecino de taquilla y estaba con otros dos, él en medio y uno a cada lado. Se estaban tocando las pollas pero los tres mirando al frente. Me fui hacia ellos y me puse en frente de los tres, acariciándoles decidí agacharme y comerles uno por uno, de dos en dos y casi las tres a la vez... sentí que estaba recuperando fuerzas, estas situaciones morbosas es lo que tiene.
Hubiera estado bien un bukkake allí en medio de todos, parecía que iba a suceder, pero no sé porqué me levanté y nos pusimos a frotarnos unos a otros. Entonces mi vecino de taquilla propuso que nos fuésemos a una cabina y allá que nos fuimos. Pero se quedó uno de ellos, el que tenía la mayor polla. Entramos mi vecino, el que quedaba y yo y cerraron la puerta. Nos pusimos a magrearnos y no me di cuenta, pero creo que mi vecino debió sentirse aislado y dijo que se iba. Le pedí que se quedase, era un tío que me había caído muy bien, pero se fue. El chaval con el que me quedé era joven, pero tenía bastante experiencia. Me estuvo contando muchas cosas, fue un rato relax. Estuvimos como media hora en las que me contaba malas experiencias que había tenido en su pueblo y mientras estábamos tocándonos cada uno nuestras pollas. Ya sabíamos lo que nos gustaba a cada uno y para despedirnos se hizo una paja y se corrió encima mía. Yo se la comí para limpiarle y como me dijo que eso le gustaba mucho le vi disfrutarlo.

Otra ducha, otra vez a la piscina, empezaba a estar cansado. De pronto me fijo en que a mi lado está el tío moreno que me había follado un rato antes y está morreándose con un tío con grandes barbas y pelo gris. Que potencia.
Me sequé y volví a probar el cuarto oscuro. Solo había un tío alto, con algo de tripa, estaba junto a una cama grande y alta con colchoneta de cuero, como las demás. Me acerqué y le roce la polla con la mano, no me apartó así que esta vez se la cogí por encima de la toalla y después por debajo. Andaba algo morcillona, creía que se cansaría y se iría, pero se dejó hacer y me incliné para darle unos lametones. Vaya, se puso a crecer y al final era un buen pollón, me la entraba hasta la garganta y la volvía a sacar dándole a todo lo largo con la lengua. Él estaba emocionado y me tenía cogido por los hombros, yo estaba inclinado no agachado, mi culo estaba en pompa. Con esta postura no era extraño que llegase un tercero y me pusiese la mano en el culo, después me frotase la polla, me quitase la toalla, me volviese a frotar la polla ya sin ropa que nos separase y finalmente me la metiera, también era grande. Con la polla dentro me hizo girarme soltando la que tenía en la boca y me puso inclinado sobre la colchoneta que quedaba a la altura de mi cintura, intenté erguirme pero él me empujó en la espalda contra la colchoneta, cogió mis manos y las echó hacia atrás, apretándolas fuerte con las suyas mientras me embestía. Me estaba gustando lo dominante y salvaje, por fin a vista de todos. Entró otro y otro más, se empezó a llenar el cuarto. Uno se estaba pajeando mientras nos miraba y le hice un gesto para que me la pusiese en la boca. Mientras apretaba el culo para sentir y hacer sentir y no me soltó las manos hasta que se corrió. Yo estaba bien empalmado a esas alturas, me pasé las manos por atrás y notaba toda la lefada saliendo.
Entonces el primero que estaba en el cuarto oscuro pensó que era su turno y sin dejar de estar apoyado sobre la colchoneta se colocó detrás de mí y me la metió, este sí que me dejó erguirme incluso me abrazaba los pechos, pero me tenía pillado contra la cama. Bien, yo estaba muy a gusto así. Terminó e igualmente me llenó de lefa. Y a continuación se puso otro. Este la tenía de tamaño normal y a decir verdad en ese momento me apeteció más, la notaba más agradable después de las embestidas con las grandes. Además su dueño me estaba haciendo una paja al mismo tiempo y me volví a correr.
Cuando acabó llegó otro con la polla grande y empezaba a creer que iba a pasar toda la sauna por allí. Yo que desconfío mucho cuando leo historias como estas no me acaba de creer que me estuviera pasando esto. Por otro lado no quería que terminase, lo quería dar todo.
Después de correrse también este volvió a ponerse otro con una polla normal, no sé si era el de antes o otro, me follaba muy parecido. Pero me encantó que yo, que tengo pinta hétero, que no "mariposeo", este tío se volvío loco y se puso a gritar mientras me follaba y cuando se corría "Mi niña, mi niñaaaa... " "te quieerooo..."
Después de él me quedé esperando al siguiente, pero ya nadie más pasó el cuarto se fue vaciando. Que pena, yo quería volver a casa más gordito.

Me fui a dar una ducha muy profunda y después me metí en la piscina para relajarme. Tenía la sensación de que la gente me conocía a mí pero yo no les conocía a ellos, me hubiera gustado darles las gracias por el buen rato que me hicieron pasar.

Después de una ducha más me fui al vestuario y me puse de viaje de vuelta a casa, con una sensación que no puedo describir. Ya eran las 19.30

Mil veces me he acordado de aquel día, mil pajas me he hecho recordándolo. He tenido la suerte de volver una vez a aquella sauna y me ha pasado algo parecido. Vaya ya estoy deseando volver otra vez.

Disculpad la extensión, tenía la necesidad de contarlo con todos los detalles que recuerdo. Gracias
Gracias a ti excelente aporte
Suele pasar cuando menos te lo esperas tienes un día de gloria
 
Gracias a ti excelente aporte
Suele pasar cuando menos te lo esperas tienes un día de gloria
Justamente

He tenido de todo en otra sauna que me gusta visitar en Madrid. Desde días muy buenos hasta días para olvidar.
Lo normal es tener días buenos, con contactos y charlas, pero con menos movimiento que el relato que hice esta mañana.
 
Me venía apeteciendo ir a pasar un día a Sevilla desde que vi por internet una página de cruising en la que hablaban de quedadas los jueves por la noche en un lugar abandonado. Era un sitio grande, en ruinas, cerca del aeropuerto. Me hacía planes para pasar esa noche allí pero como entre unas cosas y otras no podía decidí ir a pasar un día allí, un jueves pero mañana y tarde.

Cuando llegué lo primero que hice fue ir a ese lugar, pasando por un arbolado en el que se veía movimiento de alguna trans, un poco transnochada. Después de sufrir los baches llegué al sitio y me quedé durante un ratito observándolo. No se veía gente y no se podía llegar con el coche, tenía que verlo desde la distancia. Me ponía muy caliente pensar en alguna de aquellas orgías que se organizaban allí y me apetecía dejar el coche y acercarme andando para inspeccionarlo, pero por otro lado la idea de dejar el coche solo no me seducía nada.

Al fin y al cabo mi idea para aquel día era visitar este sitio y después ir a una sauna, así que visto lo visto no era cuestión de perder más tiempo.

Después de dejar el coche en un parking cercano a la sauna me dirigí a la entrada, ya eran las 13.30 y me parecía una buena hora para dejarme caer por allí. Recogí mis toallas y mis chanclas y me fui a mi taquilla. Con todas las que había solo estaba ocupada una, justo la que estaba a mi lado con un tío que acababa de llegar un momento antes.
Otras veces nos saludamos aunque solo sea por la proximidad, pero en esta ocasión se hizo un poco incómodo porque no nos dirigimos la palabra. Que cosas.

Con mi toalla colocada me fui a inspeccionar el local, era la primera vez que lo visitaba. Lo primero que encontré fue el bar, muy bien puesto con sus sillones en los que poder hacer amistad. Me encantó encontrar en la barra un tarro lleno de preservativos y lubricante, se podían coger totalmente gratis y me pareció un detalle.
Me pedí una cerveza y al segundo trago me fui con ella a seguir explorando. No regresé a la puerta de entrada al bar porque justo en frente había otra y como me gusta el tema laberinto opté por ir a esa. La puerta daba con un pasillo, a la derecha los servicios y un pequeño cuarto donde la gente se juntaba a fumar, a la izquierda un par de cabinas y al fondo otro pasillo en T. Por supuesto me fui en esa dirección.
Al llegar a la T tenía a la derecha otras dos o tres cabinas y a la izquierda el pasillo era más largo y tenía unas cuantas más. Como en la puerta de la segunda cabina había un tío esperando me fui hacía allá.
Sin muchos preámbulos al llegar a la puerta le dije "Hola" y pasé dentro, él pasó detrás mía cerrando la puerta. Me pidió un sorbo de cerveza y la dejamos en una repisa, entonces nos tomamos por el culo y nos frotamos las pollas con ansiedad. Las toallas cayeron al suelo con el frote, las recogimos para dejarlas sobre la colchoneta y antes de que me diese cuenta se había dado la vuelta para frotarme su culo en la polla... vaya, pues sí que tenía prisa, me hubiera gustado jugar un rato más. Pero bueno, andaba bien caliente así que no tardé en metérsela después de que me colocara el condón que traía, estaba bastante dilatado y entró muy bien.
Con su culo me fue empujando hacia atrás y no pude por menos que quedarme sentado en la colchoneta, dejando que fuese él quien hiciese todo el movimiento mientras se pajeaba. Se corrió enseguida y para no quedarme a medias le pedí que se pusiera de pié recostado en la colchoneta y se la volví a clavar en esa postura hasta que me corrí. Le dio otro trago a mi cerveza y se fue.

Le pegué el último trago a la cerveza y salí de aquella cabina pensando que como todo fuese así se me iban a acabar las pilas enseguida. Siguiendo por el otro lado del pasillo acababa con un otro pasillo a la izquierda y justo en la esquina había una cabina especial, no tenía pared sino unas barras simulando una mazmorra. En ese pasillo me encontré al de la taquilla, un poco más bajo que yo (que tampoco soy nada alto) con barbas y gordito. No me lo pensé, le dije "Hombre, vecino..." y nos pusimos a hablar, nos tocamos el torso, bajamos nuestras manos a las toallas por detrás, por delante... y nos fuimos a una cabina al lado de la mazmorra. Pasamos y también cerró la puerta, que manía (uno es que tiene alma de exhibicionista).
Mi vecino decía que él por atrás ni hablar, que eso duele. Sí, es verdad, hasta que uno se acostumbra un poco doloroso sí que puede ser, después es un gustazo. A petición suya me puse en la posición que le pedí antes al otro, recostado sobre la colchoneta con los pies en el suelo. Así me la metió durante un ratito, inclinándose sobre mí y lo estaba disfrutando pero pensaba que me gustaría sentir su peso encima, así que le dije que qué tal si me tumbaba entero en la colchoneta. La idea le gustó y le pude disfrutar mejor, tomándome por los hombros y sintiendo su peso encima mía mientras su polla se movía dentro de mi culo. Después de un rato se corrió, rellenando el segundo preservativo del día.

Nos despedimos y seguí inspeccionando la sauna, yo esta vez no había llegado pero lo había disfrutado mucho. Este pasillo nuevo tenía cabinas a ambos lados y terminaba en otra T, al fondo de ella había un cuarto oscuro en el que también había un pasillo con gloryholes. Entré pero no había nadie, me pareció muy morboso y pensé que ya volvería luego.
A la parte izquierda de esa T más cabinas y a la derecha estaba la zona de saunas, de las duchas y de la piscina. Me encantó que la sauna fuese tan laberíntica y desde luego bastante más grande de lo que pensaba. La piscina estaba muy bien, con forma de riñón en el perímetro tiene un escalón a la altura de un asiento, muy cómoda. Me senté junto a otra gente, un poco espaciado y cruce la mirada con un tío de unos 40 años, moreno y con el pelo corto. Mantuvimos la mirada y se acercó a mí, poniéndose justo en frente me puso las manos en las caderas y me puso su polla encima, una buena polla sí señor. Juntó sus labios con los míos y estuvimos jugando con nuestras lenguas. Al poco pegó su boca a mi oreja y me dijo "Me gustaría metértela y llenarte de leche", uffff me encantaba lo directo que iba, le dije "eso suena bien" y salimos de la piscina. Nos fuimos a una cabina, al entrar... cerró la puerta. Bueno, que más da
Me pidió que me pusiese de rodillas sobre la colchoneta y que doblara las piernas, quedando con mi pecho sobre la colchoneta y el culo hacia fuera esperándole. Así, me tomó de la cintura y empezó a entrar su polla, uffff, era grande, me costaba y huía hacia delante. Él me decía que me quedase, que no me echase para adelante pero sin querer volvía a hacerlo durante un par de veces, hasta que me dije que me aguantaría y para lograrlo intenté relajarme. Lo conseguí, aquel aparato fue entrando despacio, con algo de dolor pero muy ricamente, le iba sintiendo mientras se iba cada vez más adentro. Cuando su pubis estaba dando en mi culo se quedó allí parado un ratito y yo notaba la clavada espectacularmente, no me podía estar gustando más. Luego inicio un suave movimiento y este se fue acelerando, apretando más cada vez. Cuando me la metía me tomaba por la cintura con mucha fuerza y yo apretaba y aflojaba mi esfinter con la intención de darle un masaje extra y al tiempo notar su polla más.
Sí que tenía leche para mí, que corrida más buena nos dimos los dos
Después de un ratito de reponer fuerzas cogimos nuestras toallas y salimos de la cabina. Me gustó que además de lo bien que lo había pasado me dio las gracias, yo se las devolví porque estaba más que agradecido.

Me fui a dar una ducha limpiante y relajante, la piscina estaba casi vacía, las saunas me parecen muy calurosas, decidí volver al cuarto oscuro, seguía vacío. Un tío entró y salió rápidamente. Me perdí un poco por los pasillos, en una cabina había un tío bastante maduro que estaba tendido boca arriba en una colchoneta. Pasé sin cerrar la puerta, por supuesto, le puse la mano encima y no reaccionó mal, recorrí su cuerpo parándome en su polla que no tenía erección. me tumbé encima y estuve frotándole con mi polla morcillona, me estaba costando ponerme a tono por la mañana que llevaba y porque este señor, que no hablaba español, no acababa de tener ninguna iniciativa. Un poco aburrido salí de la cabina y me fui de nuevo a las duchas. Después me volví a meter en la piscina por un ratito, intentando animarme. Vi que junto a las duchas había vuelto mi vecino de taquilla y estaba con otros dos, él en medio y uno a cada lado. Se estaban tocando las pollas pero los tres mirando al frente. Me fui hacia ellos y me puse en frente de los tres, acariciándoles decidí agacharme y comerles uno por uno, de dos en dos y casi las tres a la vez... sentí que estaba recuperando fuerzas, estas situaciones morbosas es lo que tiene.
Hubiera estado bien un bukkake allí en medio de todos, parecía que iba a suceder, pero no sé porqué me levanté y nos pusimos a frotarnos unos a otros. Entonces mi vecino de taquilla propuso que nos fuésemos a una cabina y allá que nos fuimos. Pero se quedó uno de ellos, el que tenía la mayor polla. Entramos mi vecino, el que quedaba y yo y cerraron la puerta. Nos pusimos a magrearnos y no me di cuenta, pero creo que mi vecino debió sentirse aislado y dijo que se iba. Le pedí que se quedase, era un tío que me había caído muy bien, pero se fue. El chaval con el que me quedé era joven, pero tenía bastante experiencia. Me estuvo contando muchas cosas, fue un rato relax. Estuvimos como media hora en las que me contaba malas experiencias que había tenido en su pueblo y mientras estábamos tocándonos cada uno nuestras pollas. Ya sabíamos lo que nos gustaba a cada uno y para despedirnos se hizo una paja y se corrió encima mía. Yo se la comí para limpiarle y como me dijo que eso le gustaba mucho le vi disfrutarlo.

Otra ducha, otra vez a la piscina, empezaba a estar cansado. De pronto me fijo en que a mi lado está el tío moreno que me había follado un rato antes y está morreándose con un tío con grandes barbas y pelo gris. Que potencia.
Me sequé y volví a probar el cuarto oscuro. Solo había un tío alto, con algo de tripa, estaba junto a una cama grande y alta con colchoneta de cuero, como las demás. Me acerqué y le roce la polla con la mano, no me apartó así que esta vez se la cogí por encima de la toalla y después por debajo. Andaba algo morcillona, creía que se cansaría y se iría, pero se dejó hacer y me incliné para darle unos lametones. Vaya, se puso a crecer y al final era un buen pollón, me la entraba hasta la garganta y la volvía a sacar dándole a todo lo largo con la lengua. Él estaba emocionado y me tenía cogido por los hombros, yo estaba inclinado no agachado, mi culo estaba en pompa. Con esta postura no era extraño que llegase un tercero y me pusiese la mano en el culo, después me frotase la polla, me quitase la toalla, me volviese a frotar la polla ya sin ropa que nos separase y finalmente me la metiera, también era grande. Con la polla dentro me hizo girarme soltando la que tenía en la boca y me puso inclinado sobre la colchoneta que quedaba a la altura de mi cintura, intenté erguirme pero él me empujó en la espalda contra la colchoneta, cogió mis manos y las echó hacia atrás, apretándolas fuerte con las suyas mientras me embestía. Me estaba gustando lo dominante y salvaje, por fin a vista de todos. Entró otro y otro más, se empezó a llenar el cuarto. Uno se estaba pajeando mientras nos miraba y le hice un gesto para que me la pusiese en la boca. Mientras apretaba el culo para sentir y hacer sentir y no me soltó las manos hasta que se corrió. Yo estaba bien empalmado a esas alturas, me pasé las manos por atrás y notaba toda la lefada saliendo.
Entonces el primero que estaba en el cuarto oscuro pensó que era su turno y sin dejar de estar apoyado sobre la colchoneta se colocó detrás de mí y me la metió, este sí que me dejó erguirme incluso me abrazaba los pechos, pero me tenía pillado contra la cama. Bien, yo estaba muy a gusto así. Terminó e igualmente me llenó de lefa. Y a continuación se puso otro. Este la tenía de tamaño normal y a decir verdad en ese momento me apeteció más, la notaba más agradable después de las embestidas con las grandes. Además su dueño me estaba haciendo una paja al mismo tiempo y me volví a correr.
Cuando acabó llegó otro con la polla grande y empezaba a creer que iba a pasar toda la sauna por allí. Yo que desconfío mucho cuando leo historias como estas no me acaba de creer que me estuviera pasando esto. Por otro lado no quería que terminase, lo quería dar todo.
Después de correrse también este volvió a ponerse otro con una polla normal, no sé si era el de antes o otro, me follaba muy parecido. Pero me encantó que yo, que tengo pinta hétero, que no "mariposeo", este tío se volvío loco y se puso a gritar mientras me follaba y cuando se corría "Mi niña, mi niñaaaa... " "te quieerooo..."
Después de él me quedé esperando al siguiente, pero ya nadie más pasó el cuarto se fue vaciando. Que pena, yo quería volver a casa más gordito.

Me fui a dar una ducha muy profunda y después me metí en la piscina para relajarme. Tenía la sensación de que la gente me conocía a mí pero yo no les conocía a ellos, me hubiera gustado darles las gracias por el buen rato que me hicieron pasar.

Después de una ducha más me fui al vestuario y me puse de viaje de vuelta a casa, con una sensación que no puedo describir. Ya eran las 19.30

Mil veces me he acordado de aquel día, mil pajas me he hecho recordándolo. He tenido la suerte de volver una vez a aquella sauna y me ha pasado algo parecido. Vaya ya estoy deseando volver otra vez.

Disculpad la extensión, tenía la necesidad de contarlo con todos los detalles que recuerdo. Gracias
Desde luego que amortizaste bien el precio de la entrada.
Da gusto leer relatos donde la gente disfruta a tope.
 
Lo normal es que salga contento de la sauna cuando voy, esta vez de Sevilla que narré hace unos días fue extraordinario, pero como decía otros días me vuelvo con la calentura sin comerme nada.

Acordarme de esa vez de Sevilla es que en la cabeza me empiece a sonar "MI NIÑAAA, MI NIÑAAA, TE QUIEEROOOOO..." que me dejó muy sorprendido de un tío que se emocionó mucho. La verdad es que yo también disfruté con él, bueno y con los demás.
Eso no me había pasado nunca, no parezco femenina, no soy amanerado y bueno, sí... en ese momento había que pedir número para clavármela (bastante exagerado, lo sé, pero que saliese uno de mi culo y entrase otro, y otro y otro más me gustaba mucho y me hacía sentirme especial, ojalá el pasacalles hubiera durado más tiempo :love:)

Me lío, lo que venía a contar es de un día normal que tuvo algo de extraordinario. Esta vez en Madrid, en el cuarto oscuro de una sauna bastante conocida a la que estoy deseando volver. Era una tarde de poca afluencia de gente, como decía antes estaba en el cuarto oscuro y estaríamos 4 ó 5 personas. A tientas se acercó a mí uno algo más joven que yo y me puso la mano en paquete, por encima de la toalla. Yo le respondí de la misma manera, y fuimos notando como ambas pollas iban creciendo. Nos juntamos, nos quitamos las toallas y nos estuvimos frotando nuestras pollas abrazados, dándonos mordisquitos en los labios con alguna incursión de lenguas.
Saltó la pregunta "¿qué buscas?" le contesté que era versátil aunque tenía el día algo más pasivo, me costaba que se me pusiese como una piedra esa tarde. Me dijo que a él le iba lo mismo.
Pero no nos fuimos a buscar otra cosa, seguimos con nuestro juego y me empalmé. Mi amigo lo notó y se dio la vuelta, me froté un ratito sobre su culo y después apunté mi polla a su agujero y ni rápido ni lento se la metí. Allí de pié me abracé a él mientras iba entrando y saliendo cada vez más rápido y más fuerte. Lo estábamos pasando bien los dos y una de mis manos fue bajando en busca de su polla, ahora él también estaba empalmado y me encantaba la sensación de estar dándole al mismo tiempo que le magreaba. Le susurré que podíamos cambiar de rol un rato, me apetecía tenerle dentro. No parecía muy contento con la idea, pero aceptó.
Lo hacía bien, me estaba dando bastante placer e igual que yo, también era un pulpo, eso me encanta. De todos modos estaba notando que le gustaba más recibir que dar y como yo estaba muy dispuesto le dije que volviésemos a cambiar.
Por segunda vez (y de momento por última) alguien gritaba de placer mientras estábamos liados "TE AMOOO, TE AMOOOO", me dejó muy sorprendido y desde luego me hizo subir el empuje. Intuía la cara de los que estaban alrededor nuestra, ahora que había entrado más gente y eso me ponía más caliente todavía, así que me corrí enseguida. Por suerte mi amigo también llegó y se despidió con un beso.

Continué dando una vuelta por la sauna, en verdad no había mucha gente, no pasaríamos de 20 personas. Después de un baño me vi otra vez en el cuarto oscuro buscando algo de actividad. A pesar de que se iba haciendo tarde había llegado uno bastante alto y delgado. En la semioscuridad veía que un poco se lo rifaban dos o tres tíos. Aunque he estado con tíos más altos que yo, mi preferencia son de mi estatura (1.70), o cerca, me da igual más alto o más bajo. Más que nada porque me es más fácil llegar si nos liamos de pié.
Me volví a ir a la piscina y después de un rato volví. Solo había un tío y no parecía querer nada conmigo. De nuevo entró el tío alto y el que ya estaba en el cuarto se fue hacía él. Al poco se fue y nos quedamos solos en el cuarto el alto y yo, entonces se acercó a mí y me dijo "está bien, vamos a una cabina" y me puso la mano en el culo. Supongo que me habría confundido con otro porque no habíamos hablado en toda la tarde.
Ah, pero por supuesto me fui a la cabina con él, no iba a desaprovechar la ocasión.
El tipo alto resulta que era negro, bien, novedoso, no recordaba haberme liado antes con alguno. El tío alto resulta que tenía un señor pollón, ufff, bien también... no sabía si yo saldría entero de esta.
Me incliné para darle unos lametones y entonces él se subió a la camastra, de pié encima de la colchoneta, quedando la polla a la altura de mi boca. Me costaba abrirla tanto, pero como pude le estuve haciendo una mamada y después de un rato me preguntó si tenía algún condón. Le dije que subía un momento a la taquilla y lo traía.
Cuando salí de la cabina uno que pasaba por allí se entró y se llevo la polla a la boca aprovechando la situación. Buh, pensé que ya se me había jodido el plan pero cuando regresé y le di el condón, el nuevo se apartó. Se lo puso rápidamente y me dijo que me recostara sobre la colchoneta, con las piernas hacia fuera. Él me levantó las piernas y las puso sobre su cuerpo mientras me las sujetaba con sus brazos. Como me tenía un poco elevado pude ver la maniobra de apuntar su polla sobre mi culo, pensaba que definitivamente aquel pollón no podría caber dentro de mí, pero fue empujando lentamente y la fue metiendo, para mi sorpresa no me estaba doliendo nada, por el contrario la estaba notando muy ricamente. Empezó el movimiento de entrada y salida fuerte desde el principio, creo que estaba deseando tener una buena corrida enseguida. Mis ojos iban entre los suyos (que no dejaban de mirar mi cara en ningún momento) y entre aquella polla enorme que entraba y salía intentando partirme en dos. Cada vez que empujaba me cogía las piernas fuerte contra él, estaba a punto de correrme del gustazo pero con un apretón final se quedó dentro y le sentí bombear. Cuando se quitó el preservativo la leche caía en cantidad por el suelo.
Tenía que haberle gritado que le amaba por el rato sensacional que me hizo pasar.

Después de una buena ducha vi que no quedaba casi nadie en la sauna, me tuve que hacer una buena paja porque la tenía a reventar y no veía con quien descargar. Y así terminó aquel día normal de sauna que la verdad es que tuvo su punto de especial
 
Lo normal es que salga contento de la sauna cuando voy, esta vez de Sevilla que narré hace unos días fue extraordinario, pero como decía otros días me vuelvo con la calentura sin comerme nada.

Acordarme de esa vez de Sevilla es que en la cabeza me empiece a sonar "MI NIÑAAA, MI NIÑAAA, TE QUIEEROOOOO..." que me dejó muy sorprendido de un tío que se emocionó mucho. La verdad es que yo también disfruté con él, bueno y con los demás.
Eso no me había pasado nunca, no parezco femenina, no soy amanerado y bueno, sí... en ese momento había que pedir número para clavármela (bastante exagerado, lo sé, pero que saliese uno de mi culo y entrase otro, y otro y otro más me gustaba mucho y me hacía sentirme especial, ojalá el pasacalles hubiera durado más tiempo :love:)

Me lío, lo que venía a contar es de un día normal que tuvo algo de extraordinario. Esta vez en Madrid, en el cuarto oscuro de una sauna bastante conocida a la que estoy deseando volver. Era una tarde de poca afluencia de gente, como decía antes estaba en el cuarto oscuro y estaríamos 4 ó 5 personas. A tientas se acercó a mí uno algo más joven que yo y me puso la mano en paquete, por encima de la toalla. Yo le respondí de la misma manera, y fuimos notando como ambas pollas iban creciendo. Nos juntamos, nos quitamos las toallas y nos estuvimos frotando nuestras pollas abrazados, dándonos mordisquitos en los labios con alguna incursión de lenguas.
Saltó la pregunta "¿qué buscas?" le contesté que era versátil aunque tenía el día algo más pasivo, me costaba que se me pusiese como una piedra esa tarde. Me dijo que a él le iba lo mismo.
Pero no nos fuimos a buscar otra cosa, seguimos con nuestro juego y me empalmé. Mi amigo lo notó y se dio la vuelta, me froté un ratito sobre su culo y después apunté mi polla a su agujero y ni rápido ni lento se la metí. Allí de pié me abracé a él mientras iba entrando y saliendo cada vez más rápido y más fuerte. Lo estábamos pasando bien los dos y una de mis manos fue bajando en busca de su polla, ahora él también estaba empalmado y me encantaba la sensación de estar dándole al mismo tiempo que le magreaba. Le susurré que podíamos cambiar de rol un rato, me apetecía tenerle dentro. No parecía muy contento con la idea, pero aceptó.
Lo hacía bien, me estaba dando bastante placer e igual que yo, también era un pulpo, eso me encanta. De todos modos estaba notando que le gustaba más recibir que dar y como yo estaba muy dispuesto le dije que volviésemos a cambiar.
Por segunda vez (y de momento por última) alguien gritaba de placer mientras estábamos liados "TE AMOOO, TE AMOOOO", me dejó muy sorprendido y desde luego me hizo subir el empuje. Intuía la cara de los que estaban alrededor nuestra, ahora que había entrado más gente y eso me ponía más caliente todavía, así que me corrí enseguida. Por suerte mi amigo también llegó y se despidió con un beso.

Continué dando una vuelta por la sauna, en verdad no había mucha gente, no pasaríamos de 20 personas. Después de un baño me vi otra vez en el cuarto oscuro buscando algo de actividad. A pesar de que se iba haciendo tarde había llegado uno bastante alto y delgado. En la semioscuridad veía que un poco se lo rifaban dos o tres tíos. Aunque he estado con tíos más altos que yo, mi preferencia son de mi estatura (1.70), o cerca, me da igual más alto o más bajo. Más que nada porque me es más fácil llegar si nos liamos de pié.
Me volví a ir a la piscina y después de un rato volví. Solo había un tío y no parecía querer nada conmigo. De nuevo entró el tío alto y el que ya estaba en el cuarto se fue hacía él. Al poco se fue y nos quedamos solos en el cuarto el alto y yo, entonces se acercó a mí y me dijo "está bien, vamos a una cabina" y me puso la mano en el culo. Supongo que me habría confundido con otro porque no habíamos hablado en toda la tarde.
Ah, pero por supuesto me fui a la cabina con él, no iba a desaprovechar la ocasión.
El tipo alto resulta que era negro, bien, novedoso, no recordaba haberme liado antes con alguno. El tío alto resulta que tenía un señor pollón, ufff, bien también... no sabía si yo saldría entero de esta.
Me incliné para darle unos lametones y entonces él se subió a la camastra, de pié encima de la colchoneta, quedando la polla a la altura de mi boca. Me costaba abrirla tanto, pero como pude le estuve haciendo una mamada y después de un rato me preguntó si tenía algún condón. Le dije que subía un momento a la taquilla y lo traía.
Cuando salí de la cabina uno que pasaba por allí se entró y se llevo la polla a la boca aprovechando la situación. Buh, pensé que ya se me había jodido el plan pero cuando regresé y le di el condón, el nuevo se apartó. Se lo puso rápidamente y me dijo que me recostara sobre la colchoneta, con las piernas hacia fuera. Él me levantó las piernas y las puso sobre su cuerpo mientras me las sujetaba con sus brazos. Como me tenía un poco elevado pude ver la maniobra de apuntar su polla sobre mi culo, pensaba que definitivamente aquel pollón no podría caber dentro de mí, pero fue empujando lentamente y la fue metiendo, para mi sorpresa no me estaba doliendo nada, por el contrario la estaba notando muy ricamente. Empezó el movimiento de entrada y salida fuerte desde el principio, creo que estaba deseando tener una buena corrida enseguida. Mis ojos iban entre los suyos (que no dejaban de mirar mi cara en ningún momento) y entre aquella polla enorme que entraba y salía intentando partirme en dos. Cada vez que empujaba me cogía las piernas fuerte contra él, estaba a punto de correrme del gustazo pero con un apretón final se quedó dentro y le sentí bombear. Cuando se quitó el preservativo la leche caía en cantidad por el suelo.
Tenía que haberle gritado que le amaba por el rato sensacional que me hizo pasar.

Después de una buena ducha vi que no quedaba casi nadie en la sauna, me tuve que hacer una buena paja porque la tenía a reventar y no veía con quien descargar. Y así terminó aquel día normal de sauna que la verdad es que tuvo su punto de especial
Excelente
 
Cuando voy a Madrid, y tengo oportunidad, voy a la sauna Octops, me gustan los osos maduretes. Con eso de estar lejos da casa y que nadie me puede conocer, me desmeleno, y saco a la zorra que llevo dentro. Es muy morboso dejarse llevar, y disfrutar. Desde el mismo momento que me acerco ya empiezo a ponerme cachondo, ya luego, ni te cuento. Las primeras veces me daba un poco de corte, pero poco a poco me he ido aficionando, y sinceramente, lo recomiendo. He tenido experiencias muy satisfactorias que ya contaré.
Si puedo, hoy que estoy en Madrid, iré a pasar una buena, viciosa y agradable tarde.
 
Cuando voy a Madrid, y tengo oportunidad, voy a la sauna Octops, me gustan los osos maduretes. Con eso de estar lejos da casa y que nadie me puede conocer, me desmeleno, y saco a la zorra que llevo dentro. Es muy morboso dejarse llevar, y disfrutar. Desde el mismo momento que me acerco ya empiezo a ponerme cachondo, ya luego, ni te cuento. Las primeras veces me daba un poco de corte, pero poco a poco me he ido aficionando, y sinceramente, lo recomiendo. He tenido experiencias muy satisfactorias que ya contaré.
Si puedo, hoy que estoy en Madrid, iré a pasar una buena, viciosa y agradable tarde.
Estamos deseando leer esas experiencias
 
Cuando voy a Madrid, y tengo oportunidad, voy a la sauna Octops, me gustan los osos maduretes. Con eso de estar lejos da casa y que nadie me puede conocer, me desmeleno, y saco a la zorra que llevo dentro. Es muy morboso dejarse llevar, y disfrutar. Desde el mismo momento que me acerco ya empiezo a ponerme cachondo, ya luego, ni te cuento. Las primeras veces me daba un poco de corte, pero poco a poco me he ido aficionando, y sinceramente, lo recomiendo. He tenido experiencias muy satisfactorias que ya contaré.
Si puedo, hoy que estoy en Madrid, iré a pasar una buena, viciosa y agradable tarde.
Cuenta coño, jejejeje
 
Cuando voy a Madrid, y tengo oportunidad, voy a la sauna Octops, me gustan los osos maduretes. Con eso de estar lejos da casa y que nadie me puede conocer, me desmeleno, y saco a la zorra que llevo dentro. Es muy morboso dejarse llevar, y disfrutar. Desde el mismo momento que me acerco ya empiezo a ponerme cachondo, ya luego, ni te cuento. Las primeras veces me daba un poco de corte, pero poco a poco me he ido aficionando, y sinceramente, lo recomiendo. He tenido experiencias muy satisfactorias que ya contaré.
Si puedo, hoy que estoy en Madrid, iré a pasar una buena, viciosa y agradable tarde.
Que disfrutes mucho y que nos hagas disfrutar con tus relatos.
 
Esta semana he ido dos veces a mi sauna de zgz ..y bastante satisfecho ambas.
El martes me sentí deseado y pude masturbar hasta que se corrieron en mis manos a dos maduros en la sala de tv y el último me agradeció el favor meneandomela a mí.
Y ayer no había mucha gente y cuando ya creía q tendría que finalizar el relaje yo mismo me metió mano uno que me pidió ir a una cabina que me iba a comer todo ...allí nos fuimos con la luz apagada y ciertamente me hizo un traje de saliva además la chupaba muy bien y apunto estuve de correrme varias veces en su boca.. yo se la menee e hice que se corriera en mi mano y en la planta de mi pie (me gusta excita los pies) tal me tenía que una vez que me chupaba los huevos y bajaba a mi perineo no pude aguantarme y me corrí sin que me la tocara..paramos unos instantes y me dijo que quería más ...yo estaba ya derrotado y no creí tener fuerzas para más pero me la chupó de nuevo y volvió a lamerme el cuerpo ..me tmbe en la colchoneta se metió entre mis piernas y me las levantó..lamió mis pies (eso me pone tela)..ya mi poya se puso dura de nuevo ..le follé la boca un rato y luego su lengua bajó hasta mi ano....uufff.. que gusto que bien me lo lamió metiendome la punta de su lengua ...quería que lo follara pero se me cortó la excitación así que nos despedimos y previo paso por las duchas me volví a mi casa...donde recordandolo todo tuve que meterme un consolador y hacerme otro placentero pajote.
 
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