Situaciones excitantes en la playa. [Hilo para tratar sobre su temática y NO para contactar]

Yo tuve una hace un par de años, estando soltero decidimos 4 amigos ir a una playa seminudista de cierta zona del sur en pleno agosto… en un principio íbamos a ir solos pero casi en el último momento se unieron al plan un grupo de 5 amigas que eran conocidas de dos de mis colegas. Cierto es que por aquella época andaba guarreando de sobremanera y no os voy a mentir que ese día iba con predisposición a ponerme las botas y alegrarme la vista viendo a estas chicas que, también hay que añadir, no estaban nada nada mal. Menos 1 que tenía un físico que no era de mi agrado.

Por poner en contexto situacional, yo tenía 27 años y la horquilla de edad de las chicas era de entre 23 y 25 años. Como os podéis imaginar, unos caramelitos…
Llegamos a la playa los primeros, montamos el chiringuito y las chicas llegaron, presentaciones reglamentarias y a disfrutar. Pues bien, ya desde por la mañana se veían ciertos tonteos entre cuatro de las chicas y los 4 amigos que íbamos, lo que se diría que es un 4pa4, sobrando una. Si bien yo empecé a hablar con Melody (nombre inventado para proteger la privacidad), chica morena de un metro 60 aprox con unas tetas enormes y un bikini negro brasileño, no fue de mi agrado su forma de ser, algo choni… Finalmente acabé teniendo mucho tonteo con Claudia (igual inventado pero similar), que era espectacular, 1,75 rubia con el pelo ondulado, los ojos verdes, y un tipazo que era digno de una modelo, con no mucho pecho pero un culo despampanante, que devoraba el muy sexy trikini verde oliva que vestía.

Siendo sincero, mi idea de llegar a algo cuando empecé a hablar con Claudia no estaba tan clara como con Melody, yo no confiaba en mi mismo tanto como ahora y pensaba: “donde vas tu con la tía esta que está tremenda?”. Pues todo fue rodado, la conversación fue bastante distendida hasta que después de comer, la chica que os dije me pareció más feilla se tenía que ir y ya nos quedamos mis 4 amigos y las 4 chicas que según pudimos comentar nosotros en los paseos a bañarnos, aparentaban estar muy muy receptivas. En uno de esos paseillos al agua para jugar a la pelota como auténticos chavales, al volver a las toallas, vemos que 3 de las chicas se están quitando la parte de arriba del bikini (Claudia no porque llevaba un trikini y no podía quitarlo), llevando a mirarnos entre nosotros y alucinar viendo cómo caían por su propio peso esos pares de tetas. Acompañado de este hecho y no sé si por el morbo de la situación, se empezaron a jugar a juegos un poco subiditos de tono en los que había que beber si no cumplías ciertos retos como tocarle una teta a la de al lado.

Como podréis imaginar, las miradas entre mis colegas y yo eran de pura lujuria, nos sentíamos en el paraíso y según ellas, siempre hacían topless cuando iban a la playa juntas lo que pasa que no era plan con nosotros allí. La bebida a esas horas de la tarde ya empezaba a hacer efecto y comenzaron a surgir las primeras guarradas entre todos los que estábamos allí…

Ahora no tengo más tiempo para escribir, si queréis que siga contando, por la tarde me pongo un rato más. De paso podría buscar fotos de las chicas (solo físico) para que las veáis.
Mola, a la espera de ver como continúa y/o acaba esto
 
Mola, a la espera de ver como continúa y/o acaba esto
Está terminada Mario, si subes la encontrarás:
Sigo con la continuación, que va a ser larga porque me gusta entrar en detalles, pero es que lo merece.


Me alegro de que os haya gustado, es curioso cómo puede terminar un día en la playa si se junta el hambre con las ganas de comer y la suerte
 
Este verano lo hicimos nosotros en Fuerteventura y fue súper morboso, lástima que había muy poca gente cerca solo un par de parejas y estaban a lo suyo y no nos dieron bola
Nosotros también estuvimos hace poco en Fuerteventura.
Si os gusta el nudismo es un paraíso.
Eso sí, playas quilométricas prácticamente desérticas donde estar desnudos y tranquilos.
Es ideal para la gente que quiere empezar a hacer nudismo y le da vergüenza las playas con mucha gente.
Si queréis estar desnudos e interactuar con otra gente, mejor buscar otra opción.
En Fuerteventura por ejemplo, puedes tener sexo en la arena sin que te vea nadie o lo hagan a lo lejos, puedes caminar desnudo varios quilómetros por la playa y cruzarte con muy poca gente, etc.
Yo recuerdo varias experiencias muy morbosas en Fuerteventura.
Cuando tenga tiempo ya las contaré.
 
Nosotros también estuvimos hace poco en Fuerteventura.
Si os gusta el nudismo es un paraíso.
Eso sí, playas quilométricas prácticamente desérticas donde estar desnudos y tranquilos.
Es ideal para la gente que quiere empezar a hacer nudismo y le da vergüenza las playas con mucha gente.
Si queréis estar desnudos e interactuar con otra gente, mejor buscar otra opción.
En Fuerteventura por ejemplo, puedes tener sexo en la arena sin que te vea nadie o lo hagan a lo lejos, puedes caminar desnudo varios quilómetros por la playa y cruzarte con muy poca gente, etc.
Yo recuerdo varias experiencias muy morbosas en Fuerteventura.
Cuando tenga tiempo ya las contaré.
ya contarás... ;)
 
Si, son situaciones que se pueden dar; como dije en el primer mensaje que escribí lo mío empezó porque esa tarde de golpe empezó a salir medusas del agua y yo en ese momento dentro y mientras iba esquivando una me iba acercando a otra y fui alertado por ella que junto a otra gente estaban en la orilla y un par “cazando” medusas.
En las nudistas sin querer se dan muchas situaciones morbosas.
Yo una vez estaba sentado en la orilla (desnudo) con mi hijo pequeño buscando conchas en la arena para jugar, y de pronto oigo la voz de una mujer. (unos 35 años más o menos, rubia, delgada, pechos operados, desnuda y depilada)
Yo estaba sentado dirección al mar, y la mujer aparece por mi derecha.
Me dice "hola" y me extiende la mano dándome una concha.
Como yo estaba sentado en el suelo y ella de pie, se agacha y se pone en cuclillas para darme la concha, y al ponerse en cuclillas me quedo su vagina muy abierta casi a la altura de mi cara, es decir, tenía un primer plano impresionante de su vagina desnuda.
Empezamos a hablar un momento, le dije que buscaba las conchas para jugar con el niño, ella me dijo que tenía un chiquillo muy bonito, etc.
En resumen, que estuvimos hablando un par de minutos, y tuve unas vistas espectaculares.
Creo que ella sabía perfectamente que le podía ver todo el sexo bien abierto, y en ningún momento hizo nada para taparse.
No paso nada más, después ella se fue, y yo seguí buscando conchas, pero fue una situación improvisada pero muy morbosa.
A mí me excito mucho verla desnuda y abierta de piernas, y creo que ella se quiso exhibir y también le calentó la situación.
Yo tenía 37 años y no soy modelo ni nada, pero me gusta mucho hacer deporte y tengo un cuerpo delgado, todo depilado y bien cuidado.
 
En las nudistas sin querer se dan muchas situaciones morbosas.
Yo una vez estaba sentado en la orilla (desnudo) con mi hijo pequeño buscando conchas en la arena para jugar, y de pronto oigo la voz de una mujer. (unos 35 años más o menos, rubia, delgada, pechos operados, desnuda y depilada)
Yo estaba sentado dirección al mar, y la mujer aparece por mi derecha.
Me dice "hola" y me extiende la mano dándome una concha.
Como yo estaba sentado en el suelo y ella de pie, se agacha y se pone en cuclillas para darme la concha, y al ponerse en cuclillas me quedo su vagina muy abierta casi a la altura de mi cara, es decir, tenía un primer plano impresionante de su vagina desnuda.
Empezamos a hablar un momento, le dije que buscaba las conchas para jugar con el niño, ella me dijo que tenía un chiquillo muy bonito, etc.
En resumen, que estuvimos hablando un par de minutos, y tuve unas vistas espectaculares.
Creo que ella sabía perfectamente que le podía ver todo el sexo bien abierto, y en ningún momento hizo nada para taparse.
No paso nada más, después ella se fue, y yo seguí buscando conchas, pero fue una situación improvisada pero muy morbosa.
A mí me excito mucho verla desnuda y abierta de piernas, y creo que ella se quiso exhibir y también le calentó la situación.
Yo tenía 37 años y no soy modelo ni nada, pero me gusta mucho hacer deporte y tengo un cuerpo delgado, todo depilado y bien cuidado.
vaya vistas
 
Hace unos años quede con unas amigas del instituto para reencontrarnos después de bastante tiempo, el tema es que llegué tarde a la playa y al llegar estan tomando el sol en silla/toalla excepto una que está en el agua, voy a dejar las cosas para bañarme y veo la parte de arriba de la que está en el agua encima de su toalla… me puse muy cachondo y fui al agua con ella… vaya tetones… al salir nos pusimos en unas sillas, ella al sol con el melonar y yo a la sombra detrás
 
Hace unos años quede con unas amigas del instituto para reencontrarnos después de bastante tiempo, el tema es que llegué tarde a la playa y al llegar estan tomando el sol en silla/toalla excepto una que está en el agua, voy a dejar las cosas para bañarme y veo la parte de arriba de la que está en el agua encima de su toalla… me puse muy cachondo y fui al agua con ella… vaya tetones… al salir nos pusimos en unas sillas, ella al sol con el melonar y yo a la sombra detrás
¿Era la primera vez que la veías en topless?
 
No sé si ya había puesto mi relato por aquí de cuando fui por primera vez a la playa nudista con la que era mi novia cuando aquello y otra pareja de amigos.

Rondaríamos los diecinueve años. Con esta novia de entonces, que se llamaba Jennifer (nombre no real, obvio), llevaría saliendo ya más de un año, y con esta pareja de amigos... bueno, pues nos conocíamos de toda la vida, pues habíamos ido juntos al colegio y al instituto.

Solíamos ir a la playa con la pareja de amigos que he comentado antes, y había bastante buen rollo. Un día después de una tarde de sol, mar y arena, nos fuimos a las ferias que se celebraban en la ciudad y terminamos cenando juntos. Durante la cena salió el tema de lo bien que nos lo pasábamos en la playa y la curiosidad del nudismo. Ellos ya sabían que yo de siempre lo había hecho, y que era una experiencia que yo vivía con normalidad, a parte de que bañarse en pelotas estaba genial. Seguimos hablando sobre el tema y la cosa se empezó a animar, asentando mi amigo que al día siguiente nos teníamos que animar a ir a una conocida playa nudista de la zona y ponernos en bolas. Pese a todo, yo tenía hasta cierta vergüenza porque nunca lo había realizado fuera de mi espacio familiar, pero viendo que también mi novia se veía animada a hacerlo, al final accedí. Todos estábamos de acuerdo menos la novia de mi colega, que era un poco remilgada y se negó en rotundo. Lo cierto es que ella ni si quiera hacía topless, cosa que mi novia si realizaba sin mayor problema, y en estos temas se la veía más cortada. Tampoco la presionamos mucho y respetamos su decisión. Para mis adentros era una putada, porque la verdad es que ella estaba bastante buena, con buen cuerpo, estilizado, buenas tetas, morenita... en fin; que me iba a quedar con ganas de verla en bolas y mi colega se iba a poner las botas viendo a la mía, la cual era más normalita, pero muy guapa, y con las tetas de buen tamaño y en su sitio, a parte de tener un culo carnoso; vamos, donde agarrar.

Al día siguiente acordamos hora de quedada, y nos pasaron a buscar en su coche a mi y a mi novia en nuestras respectivas casas. Como siempre, buen rollo y muchas risas, hasta llegar a la playa nudista que comentábamos el día anterior. Era julio y pese al buen tiempo, todavía no era una época en la que digamos que la playa estuviera a rebosar, así que nos fue fácil encontrar sitio donde poner nuestras toallas y tumbarnos al sol. Cuando nos quitamos la ropa, nos quedamos todos en bañador (bueno, mi novia en topless) y nos tumbamos, cada pareja en frente unos de los otros.

La tensión se cortaba en el ambiente y mi colega ya empezó a chinchar sobre si nos animábamos o que. Yo ya os digo que pese a mi experiencia y tener a mi novia al lado, me resultaba cortante. De repente mi novia, que parecía la más decidida, cogió y dije que por ella no había problema, y con las mismas se puso de pie y se quito la parte de abajo del bikini, para a continuación sentarse encima de su toalla con las piernas cruzadas y con su coñito recién rasurado, apuntando a la pareja. Mi colega se puso un poco rojo, su novia no dijo nada, solo lanzaba una tímida sonrisa, yo estaba un poco en incertidumbre, y mi novia dibujaba una sonrisa en la cara mientras nos decía "venga, a ver, animaros". Mi colega viendo el tema, se levanto y soltó un "que coño", y se bajó de repente el bañador, mostrando ante todos su pelambrera púbica rubia, con una polla de un tamaño normal y que llamaba mucho la atención el prepucio tan grande que tenía, que le cubría el capullo entero y le sobraba bastante. Parecía un macarrón, ja, ja. Cuando termino de quitarse el bañador, volvió a tumbarse boca abajo con una sonrisa nerviosa.

Ya solo quedaba yo, que seguía tumbado viendo el espectáculo. Mi novia me acarició mi espalda y me animo una vez más, diciéndome que solo faltaba yo. Y bueno, visto lo visto ¿que más daba ya? Así que imitando lo que instantes antes hizo mi amigo, me levante y me bajé el bañador, asomando primero mis pelos púbicos morenos, para a continuación dejar libre mi polla. La cara de mi amigo era un poema y la sonrisa de su novia se volvió en una boca de sorpresa.

Tal y como hizo mi novia, en vez de tumbarme, me senté, dejando mi polla reposando en dirección a ellos. Mi colega no se pudo aguantar e hizo el primer comentario: "Hostia cabrón, pero que gorda la tienes", mientras su novia soltó una carcajada y mi novia riéndose me miraba la polla divertida.... "Anda, anda, si no es para tanto" le conteste un poco con cara de vergüenza. Seguimos riéndonos y rebajando la tensión del ambiente. Mi colega nos imitó y también se sentó mirando hacia nosotros y lo cierto es que si, que mi polla era bastante más gorda que la suya, que parecía ahora un fideo. "Si lo llego a saber, no me bajo el bañador, cabrón", me llegó a decir.

Ya más relajados decidimos irnos al agua... menos la novia de mi colega, claro, que iba por libre y se quedó tomando el sol. El agua del mar estaba muy fría, pero nosotros eramos unos valientes y nos metimos hasta adentro. En el agua seguía el colega vacilándome a mi y a mi novia, a la que le llegó a decir que "joder... pero te tiene que destrozar con eso cuando se le pone dura", y bueno mientras mi novia se puso ahora roja de vergüenza por lo directo que había sido nuestro amigo, aunque no dudó en asentir. Es ahí cuando nos empezamos los dos a dar cuenta de que igual nuestros problemas sexuales se debían evidentemente al grosor de mi polla. Seguimos conversando y yo ya le empecé a vacilar diciéndole: "Pobre de tu novia, que con ese fideo no la debes de tener muy contenta", y el trataba de defenderse diciendo que vale que no era tan gorda como la mía, pero que de larga iba sobrado y la follaba muy bien. Y así seguimos riendo y conversando mientras mis manos bajo el agua enredaban en el coñito de mi novia, la cual disimulaba muy bien e intentaba cerrar las piernas para que dejase de enredarla.

Cuando nos cansamos, mi novia y yo salimos del agua, mientras mi colega decidió quedarse un rato más, que le apetecía nadar. La verdad es que era muy morboso ver a mi chica salir totalmente desnuda del agua mientras las pequeñas gotas que le caían del pelo recorrían sus pechos desnudos y se posaban en sus pezones. Estaba preciosa. Supongo que mi colega desde el agua se debía de estar poniendo las botas mirándole el culo desnudo.

Iba yo un poco más adelante que ella, mientras me seguía los pasos. La novia de mi amigo estaba sentada mirando hacia el mar. Supongo que nos había estado mirando desde la lejanía. Cuando me vio llegar, pude notar como le pegaba un repaso a mi polla con sus ojos, pese a llevar gafas de sol. Y mientras nos saludábamos, le anime a que se desnudase ella también, pero me dijo que ni de coña, que no se atrevía ni a ponerse en tetas, y que mucho menos se iba a desnudar. Yo me quedé a su lado de pie dejando que el sol me fuera secando poco a poco y con mi polla a la altura de su cara, para que me la viese bien, ja, ja, ja... Veíamos como poco a poco iba llegando mi novia, que estaba preciosa y muy sexy; sobre todo por la situación. Me dio un beso en cuando llegó a mi altura, pegándose bien y haciendo que mi rabo chocase con su vientre y con las mismas se tumbo. A mi se me puso un poco morcillona, y la novia de mi colega lo noto dibujando otra vez una sonrisa morbosa.

Al rato llegó también mi amigo y nos volvimos a tumbar en las toallas. Entre risas, decidimos jugar un poco a las cartas y otra vez nos pusimos sentados cada pareja una en frente de la otra. El vacilón de mi amigo no hacía más que hacer bromas sobre mi aparato, mientras yo reía con orgullo y complicidad, y mi novia y su novia reían divertidas. Bueno... su novia poniéndose también las botas cada vez que me miraba, y a veces un poco cortada por la situación.

La hora se nos echaba encima y el sol ya se ocultaba, así que decidimos irnos para casa. Recogimos, nos vestimos y nos subimos al coche de mi colega. Esa noche mi novia se iba a quedar a dormir conmigo, así que nos acercaron a mi casa y se marcharon.

Cuando subíamos por el ascensor estábamos los dos bastante cachondos y comenzamos a besarnos. Se me ocurrió sacarle las tetas del bikini para a continuación comérselas mientras me decía "Joder... estoy empapada, vaya día... Que morbo me ha dado todo". Llegó el ascensor a mi piso y nos metimos en casa estando mi novia con las tetas al aire que le podía haber visto cualquiera. Fuimos hasta mi habitación y allí nos desnudamos para luego mi novia empujarme hacia la cama y tumbarme. Fui lamiéndome el cuerpo entero, el cual sabía aun a salitre del agua del mar, y llego hasta mi polla, para ponerse a devorarla. Cuando me la puso bien dura a base de lametones y pequeñas chupadas, se la quedo mirando desde abajo y me suelta "¡Es que es enorme!", dándole una ultima chupada y subiéndose encima para metérsela por el coño, que como siempre seguía sin dilatar entero; pero eran tantas las ganas que tenia que se la metió a la fuerza, y pese al dolor, una vez ya dilatada empezó a cabalgar hasta que conseguimos corrernos como nunca lo habíamos hecho.

Después del polvo que acabábamos de echar, y tras una ducha, cenamos y nos fuimos a dormir. En la cama me confesó que todo le había resultado excitante y que teníamos que repetir. Que era verdad que en comparación con la de mi amigo y otras pollas que se veían en la playa, la mía destacaba bastante, y que empezaba a entender que lo que tenía entre las piernas, no era lo normal; si no algo más y mejor.

Al día siguiente hable por MSN con mi colega y también me dijo que le había gustado la experiencia, y que hasta que terminase el verano, cuando fuésemos a la playa no estaría mal que hiciéramos nudismo siempre, cosa que me pareció bien, ya una vez rota la baraja y la vergüenza. Me confesó que le dejó a cuadros que mi novia fuera tan lanzada, que cuando se quitó el bikini le sorprendió que se sentase de frente a ellos dejando ver todo su coño con tanta explicited, y que también le llamo la atención los pezones tan grandes y oscuros que tenía, en contraste con lo blanca que era su piel. Añadió que cuando estábamos en el agua, se le puso la polla un poco morcillona viendo las tetas desnudas de mi novia con esos pezones que tanto le habían llamado la atención y que por eso se quedo un poco más en el agua. Como no, también volvió ha hacerme un comentario sobre mi polla, y afirmó que seguro que la tenía contenta a mi novia. No se lo pude negar, y además le añadí que cuando llegamos a casa tuvimos que echar un polvazo a lo que el también confeso que en su caso igual, y que pese a que su novia era más cortada, en la cama de desinhibió muy bien nada más llegar y que mientras se la estaba follando a cuatro patas le soltó: "¡Vaya polla más gorda tiene Romeo!".
 
No sé si ya había puesto mi relato por aquí de cuando fui por primera vez a la playa nudista con la que era mi novia cuando aquello y otra pareja de amigos.

Rondaríamos los diecinueve años. Con esta novia de entonces, que se llamaba Jennifer (nombre no real, obvio), llevaría saliendo ya más de un año, y con esta pareja de amigos... bueno, pues nos conocíamos de toda la vida, pues habíamos ido juntos al colegio y al instituto.

Solíamos ir a la playa con la pareja de amigos que he comentado antes, y había bastante buen rollo. Un día después de una tarde de sol, mar y arena, nos fuimos a las ferias que se celebraban en la ciudad y terminamos cenando juntos. Durante la cena salió el tema de lo bien que nos lo pasábamos en la playa y la curiosidad del nudismo. Ellos ya sabían que yo de siempre lo había hecho, y que era una experiencia que yo vivía con normalidad, a parte de que bañarse en pelotas estaba genial. Seguimos hablando sobre el tema y la cosa se empezó a animar, asentando mi amigo que al día siguiente nos teníamos que animar a ir a una conocida playa nudista de la zona y ponernos en bolas. Pese a todo, yo tenía hasta cierta vergüenza porque nunca lo había realizado fuera de mi espacio familiar, pero viendo que también mi novia se veía animada a hacerlo, al final accedí. Todos estábamos de acuerdo menos la novia de mi colega, que era un poco remilgada y se negó en rotundo. Lo cierto es que ella ni si quiera hacía topless, cosa que mi novia si realizaba sin mayor problema, y en estos temas se la veía más cortada. Tampoco la presionamos mucho y respetamos su decisión. Para mis adentros era una putada, porque la verdad es que ella estaba bastante buena, con buen cuerpo, estilizado, buenas tetas, morenita... en fin; que me iba a quedar con ganas de verla en bolas y mi colega se iba a poner las botas viendo a la mía, la cual era más normalita, pero muy guapa, y con las tetas de buen tamaño y en su sitio, a parte de tener un culo carnoso; vamos, donde agarrar.

Al día siguiente acordamos hora de quedada, y nos pasaron a buscar en su coche a mi y a mi novia en nuestras respectivas casas. Como siempre, buen rollo y muchas risas, hasta llegar a la playa nudista que comentábamos el día anterior. Era julio y pese al buen tiempo, todavía no era una época en la que digamos que la playa estuviera a rebosar, así que nos fue fácil encontrar sitio donde poner nuestras toallas y tumbarnos al sol. Cuando nos quitamos la ropa, nos quedamos todos en bañador (bueno, mi novia en topless) y nos tumbamos, cada pareja en frente unos de los otros.

La tensión se cortaba en el ambiente y mi colega ya empezó a chinchar sobre si nos animábamos o que. Yo ya os digo que pese a mi experiencia y tener a mi novia al lado, me resultaba cortante. De repente mi novia, que parecía la más decidida, cogió y dije que por ella no había problema, y con las mismas se puso de pie y se quito la parte de abajo del bikini, para a continuación sentarse encima de su toalla con las piernas cruzadas y con su coñito recién rasurado, apuntando a la pareja. Mi colega se puso un poco rojo, su novia no dijo nada, solo lanzaba una tímida sonrisa, yo estaba un poco en incertidumbre, y mi novia dibujaba una sonrisa en la cara mientras nos decía "venga, a ver, animaros". Mi colega viendo el tema, se levanto y soltó un "que coño", y se bajó de repente el bañador, mostrando ante todos su pelambrera púbica rubia, con una polla de un tamaño normal y que llamaba mucho la atención el prepucio tan grande que tenía, que le cubría el capullo entero y le sobraba bastante. Parecía un macarrón, ja, ja. Cuando termino de quitarse el bañador, volvió a tumbarse boca abajo con una sonrisa nerviosa.

Ya solo quedaba yo, que seguía tumbado viendo el espectáculo. Mi novia me acarició mi espalda y me animo una vez más, diciéndome que solo faltaba yo. Y bueno, visto lo visto ¿que más daba ya? Así que imitando lo que instantes antes hizo mi amigo, me levante y me bajé el bañador, asomando primero mis pelos púbicos morenos, para a continuación dejar libre mi polla. La cara de mi amigo era un poema y la sonrisa de su novia se volvió en una boca de sorpresa.

Tal y como hizo mi novia, en vez de tumbarme, me senté, dejando mi polla reposando en dirección a ellos. Mi colega no se pudo aguantar e hizo el primer comentario: "Hostia cabrón, pero que gorda la tienes", mientras su novia soltó una carcajada y mi novia riéndose me miraba la polla divertida.... "Anda, anda, si no es para tanto" le conteste un poco con cara de vergüenza. Seguimos riéndonos y rebajando la tensión del ambiente. Mi colega nos imitó y también se sentó mirando hacia nosotros y lo cierto es que si, que mi polla era bastante más gorda que la suya, que parecía ahora un fideo. "Si lo llego a saber, no me bajo el bañador, cabrón", me llegó a decir.

Ya más relajados decidimos irnos al agua... menos la novia de mi colega, claro, que iba por libre y se quedó tomando el sol. El agua del mar estaba muy fría, pero nosotros eramos unos valientes y nos metimos hasta adentro. En el agua seguía el colega vacilándome a mi y a mi novia, a la que le llegó a decir que "joder... pero te tiene que destrozar con eso cuando se le pone dura", y bueno mientras mi novia se puso ahora roja de vergüenza por lo directo que había sido nuestro amigo, aunque no dudó en asentir. Es ahí cuando nos empezamos los dos a dar cuenta de que igual nuestros problemas sexuales se debían evidentemente al grosor de mi polla. Seguimos conversando y yo ya le empecé a vacilar diciéndole: "Pobre de tu novia, que con ese fideo no la debes de tener muy contenta", y el trataba de defenderse diciendo que vale que no era tan gorda como la mía, pero que de larga iba sobrado y la follaba muy bien. Y así seguimos riendo y conversando mientras mis manos bajo el agua enredaban en el coñito de mi novia, la cual disimulaba muy bien e intentaba cerrar las piernas para que dejase de enredarla.

Cuando nos cansamos, mi novia y yo salimos del agua, mientras mi colega decidió quedarse un rato más, que le apetecía nadar. La verdad es que era muy morboso ver a mi chica salir totalmente desnuda del agua mientras las pequeñas gotas que le caían del pelo recorrían sus pechos desnudos y se posaban en sus pezones. Estaba preciosa. Supongo que mi colega desde el agua se debía de estar poniendo las botas mirándole el culo desnudo.

Iba yo un poco más adelante que ella, mientras me seguía los pasos. La novia de mi amigo estaba sentada mirando hacia el mar. Supongo que nos había estado mirando desde la lejanía. Cuando me vio llegar, pude notar como le pegaba un repaso a mi polla con sus ojos, pese a llevar gafas de sol. Y mientras nos saludábamos, le anime a que se desnudase ella también, pero me dijo que ni de coña, que no se atrevía ni a ponerse en tetas, y que mucho menos se iba a desnudar. Yo me quedé a su lado de pie dejando que el sol me fuera secando poco a poco y con mi polla a la altura de su cara, para que me la viese bien, ja, ja, ja... Veíamos como poco a poco iba llegando mi novia, que estaba preciosa y muy sexy; sobre todo por la situación. Me dio un beso en cuando llegó a mi altura, pegándose bien y haciendo que mi rabo chocase con su vientre y con las mismas se tumbo. A mi se me puso un poco morcillona, y la novia de mi colega lo noto dibujando otra vez una sonrisa morbosa.

Al rato llegó también mi amigo y nos volvimos a tumbar en las toallas. Entre risas, decidimos jugar un poco a las cartas y otra vez nos pusimos sentados cada pareja una en frente de la otra. El vacilón de mi amigo no hacía más que hacer bromas sobre mi aparato, mientras yo reía con orgullo y complicidad, y mi novia y su novia reían divertidas. Bueno... su novia poniéndose también las botas cada vez que me miraba, y a veces un poco cortada por la situación.

La hora se nos echaba encima y el sol ya se ocultaba, así que decidimos irnos para casa. Recogimos, nos vestimos y nos subimos al coche de mi colega. Esa noche mi novia se iba a quedar a dormir conmigo, así que nos acercaron a mi casa y se marcharon.

Cuando subíamos por el ascensor estábamos los dos bastante cachondos y comenzamos a besarnos. Se me ocurrió sacarle las tetas del bikini para a continuación comérselas mientras me decía "Joder... estoy empapada, vaya día... Que morbo me ha dado todo". Llegó el ascensor a mi piso y nos metimos en casa estando mi novia con las tetas al aire que le podía haber visto cualquiera. Fuimos hasta mi habitación y allí nos desnudamos para luego mi novia empujarme hacia la cama y tumbarme. Fui lamiéndome el cuerpo entero, el cual sabía aun a salitre del agua del mar, y llego hasta mi polla, para ponerse a devorarla. Cuando me la puso bien dura a base de lametones y pequeñas chupadas, se la quedo mirando desde abajo y me suelta "¡Es que es enorme!", dándole una ultima chupada y subiéndose encima para metérsela por el coño, que como siempre seguía sin dilatar entero; pero eran tantas las ganas que tenia que se la metió a la fuerza, y pese al dolor, una vez ya dilatada empezó a cabalgar hasta que conseguimos corrernos como nunca lo habíamos hecho.

Después del polvo que acabábamos de echar, y tras una ducha, cenamos y nos fuimos a dormir. En la cama me confesó que todo le había resultado excitante y que teníamos que repetir. Que era verdad que en comparación con la de mi amigo y otras pollas que se veían en la playa, la mía destacaba bastante, y que empezaba a entender que lo que tenía entre las piernas, no era lo normal; si no algo más y mejor.

Al día siguiente hable por MSN con mi colega y también me dijo que le había gustado la experiencia, y que hasta que terminase el verano, cuando fuésemos a la playa no estaría mal que hiciéramos nudismo siempre, cosa que me pareció bien, ya una vez rota la baraja y la vergüenza. Me confesó que le dejó a cuadros que mi novia fuera tan lanzada, que cuando se quitó el bikini le sorprendió que se sentase de frente a ellos dejando ver todo su coño con tanta explicited, y que también le llamo la atención los pezones tan grandes y oscuros que tenía, en contraste con lo blanca que era su piel. Añadió que cuando estábamos en el agua, se le puso la polla un poco morcillona viendo las tetas desnudas de mi novia con esos pezones que tanto le habían llamado la atención y que por eso se quedo un poco más en el agua. Como no, también volvió ha hacerme un comentario sobre mi polla, y afirmó que seguro que la tenía contenta a mi novia. No se lo pude negar, y además le añadí que cuando llegamos a casa tuvimos que echar un polvazo a lo que el también confeso que en su caso igual, y que pese a que su novia era más cortada, en la cama de desinhibió muy bien nada más llegar y que mientras se la estaba follando a cuatro patas le soltó: "¡Vaya polla más gorda tiene Romeo!".
Lástima que la amiga no se atreviera a dar el paso, las remilgadas suelen ser las que más morbo dan cuando se sueltan...Hubiera sido el final perfecto para todos
 
Lástima que la amiga no se atreviera a dar el paso, las remilgadas suelen ser las que más morbo dan cuando se sueltan...Hubiera sido el final perfecto para todos
No hubo manera, y mira que estaba bastante buena. Pero nada... jamás dio el paso. Ni siquiera a hacer top less
 
No hubo manera, y mira que estaba bastante buena. Pero nada... jamás dio el paso. Ni siquiera a hacer top less
Es una pena, pero el hecho de que te viera desnudo, y tu amigo a tu novia ,ya hace la situación muy excitante
 
Suelo veranear en Vera y las anécdotas y situaciones morbosas allí han sido múltiples, pero quisiera rememorar una que me pasó en otro lugar. Por salir de la zona habitual, cogimos el coche y buscamos playa alternativa, en este caso Mojácar, justo frente el hotel.

Aparentemente, playa tranquila y sin mucha presencia. Hay tres chicas de mediana edad (no excesivamente agraciadas) y, como dos de ellas están haciendo top lees, eso ayuda a evitar el sopor de lo que era un día excesivamente tranquilo para lo que yo suelo estar acostumbrado.

Pero todo cambió al mediodía, cuando aparece un grupo de cinco chicas, cuatro jóvenes que apenas rebasaban la veintena de años, y otra que podría estar cerca de los treinta. El caso es que se ubicaron muy cerca de la orilla, donde yo estaba entonces sentado mirando al mar y, una vez aposentaron sus pertenencias, se pusieron en línea conmigo. Todas con bikini a excepción de una rubia algo bajita pero de espléndida anatomía que estaba en topless. Como la marea crecía y el agua cada vez era más invasiva, lo que empezó por mojar levemente sus pies fue subiendo hasta cubrir sus piernas e incluso la cintura, y ese violento vaivén de la marea cuando rompía en los cuerpos, provocó que a dos de ellas se le desplazara lateralmente el bikini, dejando parte de sus vaginas (pulcramente depiladas) al aire sin que se dieran cuenta.

Yo me estaba poniendo malísimo, porque enseñar queriendo es morboso, pero hacerlo por descuido tiene un encanto especial. No quería ser excesivamente descarado, pero la realidad es que me costaba mucho no mirar hacia ellas, así que para no levantar sospechas me levanté y volví a la sombrilla.

Cuando el grupo se levantó, notaron con gracia las inapropiadas posturas de las braguitas y cómo habían quedado impregnadas de restos de arena por sus zonas nobles. Como la marea estaba un poco revuelta y no se atrevieron a bañarse, las dos que estaban más alejadas de mi posición decidieron ir a la ducha. Yo, percibiendo lo que me podría encontrar, me adelanté a sus intenciones, y con la idea de buscar un helado para mi hija, acudí a un chiringuito que estaba en lo alto, junto al paseo. Esperé por los alrededores para ver si finalmente las chicas se acercaban, y ahí las vi llegando a la ducha. Una era algo gordita y tenía su punto, pero la otra era la que más me gustaba de todas. Morena, alta, con una silueta rotunda y caderas pronunciadas. Para poneros en situación, muy parecida a Lidia Torrent. Con la coartada de que mi mujer e hija estaban de cara al mar y lejos de vigilar mis movimientos, me acerqué despacio quedando en plan pasivo esperando a que ellas acabasen para ducharme yo posteriormente.

Suelo tener buen radar de la intuición, y ese día no iba a ser menos porque la jugada no pudo ser más gratificante. Yo estaba a lo mío, como ausente, mirando al infinito, mientras ellas, bien relajadas, no dejaban charlar de cosas insustanciales a la vez que mi Diosa se pasaba las manos por toda su anatomía mientras le resbalaba el agua por el cuerpo. Entonces llegó la magia. Mi “amiga” se quitó la parte de arriba y sobresalieron dos pedazos de tetas que me dejaron hipnotizado. Disfruté de sus pezones (duros y sonrosados), se bajó el bikini por la parte posterior, por lo que percibí la blancura de su culo en todo su esplendor y, cuando se frotaba por delante, desplazaba el bikini de manera tan evidente, que pude deleitarme con fogonazos de su vagina con cierta claridad.

Estaba absorto, como en una nube, hasta que la voz de su acompañante me despertó preguntándome si quería ducharme yo antes. Igual me pilló con una mirada demasiado “perdida” que intuyó derivaba en lujuria, igual ella no quería espectadores, o igual pensaba tardar tanto en su remojón que me ofreció que lo hiciera yo primero y no tener que esperar.

Qué más da. Lo que no puedo negar es que se trataba de una verdadera tentación estar más tiempo del deseado y, para no levantar (más) sospechas, asentí ante su invitación, por lo que me duché brevemente y me despedí

Según me iba alejando, y una vez giré la cabeza como niño resignado al que echan del partido por no tener la altura adecuada, comprendí el motivo por el que me ofreció el ducharme antes: Se había quitado no solo el top sino también la braguita (coño gordo, bien apretado entre los muslos) y se estaba pegando un refregón de dos pares mientras su amiga, envalentonada al verse sin presencia masculina cercana, también se desprendió de la braguita y empezó a enjuagarla con la ducha tan desnuda como su amiga.

Os prometo que casi me desmayo de la emoción. Ahí el corazón se me iba a salir por la boca y me entró tal calentura que casi me vuelvo por donde había venido. Mis pasos eran lentos y pesados, no quería alejarme de aquel oasis, era lo más parecido a un sueño gozoso cuando te despiertan zarandeándote del brazo

Ya en la sombrilla tuve que simular cierta normalidad, pero fueron minutos bastante sufridos pues no dejaba de provocar movimientos o posturas que me favorecieran seguir viéndolas sin que mi mujer se diera cuenta

Al poco volvieron a unirse al grupo con sus respectivas prendas de baño ya puestas, lo cual me ayudó a tener la cabeza algo más fría. Peeeeeero…Minutos después, y cuando todo parecía calmarse, la rubita que estuvo en topless pasó por mi lado camino de las duchas y el corazón se me aceleró pensando en lo que podría pasar. Giré la silla siguiendo su camino y no llegó a abrir el grifo siquiera que se desprendió del tanguita (rojo, eso queda en mi memoria eternamente) y empezó a refregarse exactamente igual que sus amigas anteriormente.

Aunque estaba a cierta distancia, entre 35 y 40 metros, el detalle de ver ese menudo a la vez que delicioso cuerpo desnudo mientras se duchaba volvió a acelerarme el corazón de manera compulsiva y deseé tener el valor suficiente de ir allí para tomar otra ducha, pero eso arriesgar mi integridad una vez mi mujer se siguiera y descubriera lo que se cocía, por lo que no me quedó otra que dejar pasar los minutos y esperar que esa gloriosa imagen pasara por mi lado y diéramos por finalizado una experiencia inolvidable

En fin, lamento la extensión pero me resultó tan sumamente morboso, que lo quise comentar con toda la exactitud que recuerdo
 
No hay nada que nos joda más que el empeño de algunos textiles en ir a playas nudistas. Muchas veces playas de difícil acceso y a muchos kilómetros. Cada vez pasa más.
Y si. Os miraban porque estabais molestando, invadiendo un espacio. No respetando a la gente que está allí para estar desnuda. Generalmente en las playas nudistas no se mira mucho. Y no suele haber tensión sexual.

No lo digo con ánimo de ofender, sino para que la gente reflexione un poco. Si no vas a hacer nudismo, por favor, no vayas a una playa nudista. No hay playas mixtas, sino playas que han sido invadidas por los textiles.
Y os recomiendo probarlo una vez. No pasa nada. Y lo vais a disfrutar.
Espero que escuches la ovación que te estoy dando, de pie, en el salón de mi casa!
 
Mis experiencias .... ya había contado algunas en la otra web pajilleros pero quiero recordarla aquí esta.
Como he dicho muchas veces vivimos en una isla pequeña pero muy bonita ..ademas de ser muy conocidos por nuestras profeciones por lo que tenemos que tener mucho cuidado...pero algunas veces nos arriesgamos y vamos a la unica playa nudista de nuestra isla.
En una de esas veces en el mes de mayo del año pasado en una esquina de la playa estabamos desnudos bajo la sombrilla de lo mas tranquilos ...cuando un chico mas o menos de nuetra edad se puso a unos tres metros aprox.... al cabo de unos minutos se nos acerco con la escusa de pedir un mechero para fumar... mi mujer se levanto fue a su bolsa y se agachó para buscar dentro dejando todo su culo en pompa justo delante del extraño cosa que me encantó y me puso el corazón a cien . Pero casi sin darnos cuenta empezamos una conversación entretenida los tres. El extraño nos confesó que le gustaba entablar conversaciones con nudistas que solo quueria hablar y que si molestaba se iria a lo que mi mujer se apresuró a decirle que no molestaba en absoluto...a mi mujer se le notaba que esta muy cómoda se reia con algunos comentarios del él...y de vez en cuando mi miraba y me guiñaba un ojo ...ya habia algo de confianza e iban a nadar juntos...iban y venían como cualquier otra pareja y me sorprendió bastante a lo que tuve que recordarle que tenia que tener mucho cuidado....hacia tiempo que no nos lo pasabamos tan bien en la playa y con alguien que no conociamos de nada. El caso terminó cuando nos dijo que tenía que marcharse una pena le dijo mi mujer....pero se levanto se dieron dos besos de despedia asi tal cual denudos apenas le rozo los pezones en el pecho del chico vino donde yo estaba y me dió un beso en la boca diciendome te ha gustado amor...???....nada mas se alejó este chico se volvio a tumbar en la toalla y recostada de medio lado hacia mi empezo a masturbarse.🤩🤩🤩 ( no es muy sexy el relato....pero para nosotros y tratándose de quienes somos es muy importante y gratificante además de muy morboso algunas veces recordamos esa situación con mucho morbo). ( también quiero recordar que solemos ir a Fuerteventura con otra pareja y ahi si que si hacemos nudismo sinmiedo a que nos reconozcan )
 
Hoy me he vuelto a excitar recordando una situación con mi mujer.
Tampoco es que pasara nada del otro mundo, pero muchas veces esas pequeñas cosas son las que más nos excitan. Os la cuento por si os apetece leerla. A ver si os gusta.

Estábamos veraneando los dos solos en una ciudad de la costa mediterránea.
Habíamos bajado a la playa después de desayunar tranquilamente y levantarnos sin prisas. El hotel aunque no estaba en primera línea, no estaba lejos de la playa.

Después de bañarnos y estar un rato descansando en la arena, mi chica seguía con el bikini puesto, y en esta ocasión parecía no animarse a enseñar las tetas. A mi no me importaba lo más mínimo que fuera con ellas a la vista. Es más, me encantaba que las enseñara. Aunque hoy parecía que no tenia ganas de ir sin la parte de arriba del bikini. No se si era por lo concurrida que estaba la playa o simplemente porque no le apetecía. Otras veces en otras playas más alejadas de las poblaciones va en tetas todo el tiempo sin ningún problema.

Por el contrario, si había chicas que van mostrando los pechos sin ningún reparo, y yo aprovechaba para mirar sin disimulo aún delante de mi mujer. Ella sabe que me encantan las tetas, pero tampoco quiero que parezca descarado. Alguna vez incluso se me escapa algún comentario como “menudas tetas” o “como está la muchacha” y ella me recrimina con un “que se te van a salir los ojos pervertido” a la vez que sonríe. Aprovecho entonces para animarla a que se despoje de la parte superior del bikini. Ella también sabe que me gusta que las muestre, pero no quiero insistir demasiado, pues reconozco que tiene que salir de ella, y si me paso, puede que consiga todo lo contrario.

Transcurre la mañana y seguíamos tomando el sol sobre la arena, pero cuando yo ya no tenía esperanzas, ella en un sutil movimiento alcanza la tira del sujetador y la desabrocha. Se despoja de la parte superior del bikini y sus pechos quedan libres.

¡Bien! Ahora cualquiera se las puede ver. Seguimos en la toalla tomando el sol únicamente con la braguita pero cuando nos vamos a bañarnos al agua, se vuelve a poner el bikini.
- ¿Y eso? - le pregunto yo.
- Hay mucha gente - responde tajantemente.
- Si pero, no nos conocen y además, no eres la única.
Ella ya no vuelve a decir nada.

Cuando volvemos a la toalla, vuelve a quitarse el bikini quedándose otra vez en topless. Parece que allí esta más cómoda y lo que no le apetece es pasearse en tetas. Otras veces no ha tenido problemas para ir así hasta el agua o incluso pasear.

Pasamos la mañana tranquilamente bañándonos de vez en cuando hasta que llega la hora de comer y al final decidimos irnos. Como ya nos encontrábamos secos, nos vestimos y me fijo que mi mujer se pone el vestido sin nada debajo.

Cuando ya estamos apunto de abandonar la playa y justo al pasar por las duchas, me comenta que igual se ducha allí, para así quitarse la arena e ir más cómoda. Ya nos habíamos secado, pero hacía mucho calor y una ducha fresquita siempre es muy apetecible. Yo no me quería mojar otra vez el bañador y luego tener que cambiármelo. La sorpresa fue que al llegar a la altura de la ducha que se encuentra justo antes de acceder al paseo marítimo, deja los bártulos en el murete que lo delimita y se dispone a quitarse el vestido. Yo pensaba que antes de quitárselo se pondría nuevamente el bikini, pero casi sin darme cuenta, ella ya se encontraba otra vez en tetas. No es que se encontrara de otra forma distinta a cómo estaba antes, pero para ir al agua las ocultaba y ahora era un sitio mucho más expuesto. El paseo marítimo parece que es el límite donde en un lado no pasa nada por ir casi en pelotas, pero a partir de ahí la gente va vestida. Incluso los hombres con el torso cubierto.

Se ducha en un momento y coge la toalla para secarse. Se sale al paseo enrollada con la toalla para evitar mancharse nuevamente con la arena, pero en esas mientras se frota para secarse, sus pechos son nuevamente visibles. La sigo observando disimuladamente mientras también miro si la gente que tenemos a nuestro alrededor se fijan en ella. Muchos llevan gafas de sol y seguro que la miran disimuladamente. Se pone el vestido y termina de frotarse el pelo con la toalla para luego peinarse su cabello con un cepillo. Para terminar y ante mi sorpresa se levanta ligeramente la falda y se saca el bañador que llevaba mojado. Busca sus braguitas en el bolso y se las pone ahí mismo delante de todo el mundo. No se llega a ver nada, pero creo que en esa ocasión tampoco le hubiera importado mucho. En cambio, en otro lugar como en nuestra casa, al vestirse hubiera procurado que la cortina estuviera corrida para evitar que nadie la viera.

Todo aquello me calentó enormemente. Nos fuimos al hotel no sin antes pasar por alguna tienda que nos pillaba de camino. El que mi mujer fuera con el vestido sin sujetador, quedado sus tetas bastante libres de una forma tan aparente, también me excitaba enormemente. Ella nunca iba así, pero al estar de vacaciones en un destino alejado de nuestro domicilio, parece que se encontraba más… desinhibida, o bueno… sin menos vergüenza, y a mi todo aquello me encantaba. Llegamos a la habitación del hotel e imaginaros que fue lo siguiente que pasó. Pues prácticamente después de cerrar la puerta, me lance sobre ella y el polvo que le pegué fue impresionante. Se notaba que estaba super excitado y ella seguro que también se dio cuenta.

Cómo me gustaban las vacaciones para presenciar todas aquellas pequeñas cosas e incluso follar de una manera más desmesurada.
 
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