Sigo con la continuación, que va a ser larga porque me gusta entrar en detalles, pero es que lo merece.
Como os decía tuvimos desde las 11 de la mañana aprox para irnos conociendo todos, quitando que dos de las chicas ya conocían a dos de mis colegas y como habíamos hablado con ellos, las libres eran la choni y Claudia (libres porque ellos querían con las otras dos). Estando sentados en las toallas haciendo un “corrillo” y ellas con las tetas al aire, empezamos a jugar al yo nunca, los retos y la botella. Supongo que la mayoría habrá jugado a alguno de estos juegos, y si lo haces bien, es carne de cañón para calentar a todos los que estén presentes. Las rondas que mejor recuerdo aquí era que uno de los chicos se tenía que dar un pico con las 4 a la vez, toques de culo y teta, besos con lengua, poner cachondo a uno de los chicos, y todo con dos parejas a unos metros mirándonos.
En este punto era más que evidente que Claudia tenía especial interés en mi, usando los juegos junto a una de sus amigas para proponer retos de lo más picantes. Aquí su servidor como iba más caliente que el empaste de un dragón, la empalmada era evidente y Claudia me tiraba miradas para hacerme saber que se estaba dando cuenta de que mi amiguito había despertado. En ese momento y ya atardeciendo, cuando la mayoría de gente se ha ido de la playa, le propuse a ella ir al agua y darnos un baño. Una vez dentro, abrazados y sin decirle mucho, se agarró encima mio como una lapa y empezó a restregarse susurrando a mi oreja: “joder cómo te gusta ponerme delante de todos no?” A lo que yo contesté: “pues imagina si estuviéramos solos”. Ahí mientras nos besábamos y le tocaba medio cuerpo, me dispuse a meterle los dedos pero al minuto me dijo que no le terminaba de gustar en el agua, así que salimos de allí para ver dónde podíamos escondernos y dejar ir la pasión. En ese momento yo ya iba dispuesto a todo como imaginaréis y se me pasaba por la cabeza todo lo que iba a hacerle cuando estuviéramos libres de miradas indiscretas.
Al salir del agua vimos que en nuestra zona solo quedaban dos de mis amigos, el que le tiró a la choni y uno de los que conocían al grupo de chicas, este último se estaba liando a tope con la chica a la que le echó el ojo, una rubia algo parecida a la mía pero sin pecho apenas y para mi gusto más fea. Les pregunté que donde estaba el que faltaba, a lo que contestaron: “Se ha ido al coche con Laura a coger no se qué”. Yo pensé que lógicamente estaban follando salvajemente y de hecho, nos miramos Claudia y yo con cara picarona, dijimos que íbamos a dar un paseo y así fue. Recorrimos parte de la playa hasta el final donde había rocas para pasar a otra playa aledaña (zona nudista) y en un hueco entre piedras empezó uno de los mejores polvos de mi vida.
Siempre me ha puesto especialmente hacerlo en la playa, me gusta mucho y esta vez con ese mujerón no fue menos. Apenas hablamos por el camino cuatro tonterías y nada más llegar a la zona cubierta por rocas empezamos a besarnos, de hecho me encantó como me metía la lengua y jugaba con la mía mientras me iba metiendo la mano por dentro del bañador, se puso de rodillas y empezó a jugar con el poste. Constantemente a punto de correrme y hasta arriba de morbo, me dispuse a follar con ella aprovechando y memorizando cada momento por si no la volvía a ver, pajearme con su recuerdo. Todavía me entra un cosquilleo al recordar cómo entraba mi polla en su vagina, depilada y muy muy apretada, también húmeda y a pesar de que nos habíamos bañado, yo la sentía muy muy caliente dentro. Tras varias posturas terminé con una corrida a la altura de sus tetas pero que terminó por llenarle la cara de lefa. Alucinada por la corrida que eché (pues llevaba toda la tarde cachondo y algunos sabrán cómo se pasa cuando te ocurre esto) se lavó la cara en el mar y volvimos con nuestros amigos comentando que vaya polvazo habíamos echado.
Terminamos el día en la playa hasta la noche, los temas de conversación seguían fluyendo y sobre las 10, cogimos el coche en el que veníamos y nos fuimos al piso de una de las chicas del grupo para salir de fiesta. Esa noche también fue memorable pero no ocurrió en la playa. Con mis colegas hablé y efectivamente el que se había ido folló en el coche y los dos que quedaban culminaron a la noche. Con Claudia estuve quedando varios meses disfrutando de sexo hasta que por suerte o por desgracia, llegó el invierno y se echó a un novio extranjero quedándose ahí la cosa.
Espero que hayáis disfrutado tanto como yo recordando este relato. A mi me esboza una sonrisa en la cara y con estos amigos cada vez que nos vemos recordamos el legendario 4pa4 que fortaleció nuestra relación.
Os dejo aquí el físico de las dos rubias y la choni tetona que no me terminó de cuadrar