Bueno, volvemos a la carga. semana un poco complida.
Pedro continuaba frotando su glande de grosor considerable, (comparándolo con el mío) la zona anal de Olga. Cada vez lo hacía más rápido a la vez que con su otra mano metida en la entrepierna, apretaba y empujaba con sus dedos sobre la tela del tanga el coño de Olga. Ella abría y cerraba sus piernas rozándose con la pierna de Pedro. Los ojos de Pedro no quitaban la mirada de la zona que estaba manoseando de forma continua. Su polla cada vez estaba más congestionada, por edad me imaginaba que no la tendría tan potente, pero me sorprendió el tamaño.
Después de unos minutos realizando esos movimientos ,Olga cada vez movía más su cabeza en la toalla. Estaba caliente como una plancha, se le veía que buscaba ese contacto cada vez más, no le importaba si eran mis manos o las de Pedro, una vez en esa situación ya no puedes controlar el deseo, es decir quieres más, te dejas ir y quieres llegar al éxtasis, o sea, correrte.
Pedro quiso dar un paso más, y sacó su polla que se encontraba debajo de la tira del tanga. Libero sus manos y las dirigió hacía las caderas de Olga. Ya ni me miraba pidiendo permiso para poder hacer una cosa u otra. De repente cuando de forma suave iniciaba la retirada del tanga, Olga de forma sorpresiva subió ambos brazos y se lo impidió. Agarró con sus manos su tanga, y se lo colocó de nuevo en su posición. Parecía que ese era el límite que no iba a pasar. Me dije para mi, " se acabó".
Que equivocado estaba, ahora vuelvo a recordarlo mientras escribo, y me pongo a mil. Ni por asomo pensaría que se iba a comportar así. Esa experiencia, disparó algo en ella , que estaba ahí escondida y se activó. Cosa que gracias a ese día , hemos podido tener otras experiencias muy interesantes, que ha mejorado nuestra vida sexual.
Olga, murmuró bajo la sudadera y lo poco que entendí era que " le dolían las rodillas". Se empezó a mover de lado, que hizo que Pedro sacará su pierna, quedándose al costado de ella, frente a mi. Él siguió de rodillas con el culo en sus talones, y yo seguía sentado como los indios.
Olga totalmente estirada se fue colocando de lado a la vez que se iba girando hacía mi lado. La sudadera no se la quitó de encima de su cabeza en todo momento, se preocupó de no ver a Pedro, ni que Pedro viera su cara. Una vez girada completamente y quedándose totalmente boca arriba, la visión fue espectacular. Pedro y yo, lo primero que hicimos fue dirigir nuestra mirada a su sexo. Estaba preciosa. Sudadera en la cabeza, camiseta un palmo por debajo de su ombligo, y el tanga trasparente de color rosa metido entre sus labios, no dejaba nada a la imaginación. Yo alucinando de que Olga hubiera dado ese paso quedándose a la vista de Pedro. Pedro tocaba el lateral de su muslo con la polla, la cual se había quedado así al sacar su pierna. A partir de aquí ya todo fue super rápido. Pedro tenía una mirada de incredulidad, y mirándome puso su mano en la cadera de Olga. Empezó a jugar con el ribete de la parte superior del tanga pasando sus dedos sobre él, hasta que puso la palma de su mano por encima del monte de venus de Olga. Yo mientras tocaba la otra cadera y me sobaba mi polla. Pedro movía la palma de su mano en círculos, y de forma disimulada empezaba a tocar su sexo con los dedos. Cada vez más, iba bajando sus dedos hasta tocar completamente sus labios, mientras hundía sus dedos en su vagina a través del tanga. Pedro movía sus dedos de forma suave arriba y abajo sobre su clítoris, hasta que Olga empezó a emitir unos gemidos muy silenciosos a la vez que movía sus piernas estirándolas y abriéndolas. No había vuelta atrás, me di cuenta que al final Olga iba a ser masturbada por parte de aquel hombre de la gorra roja, entre 60 o 70 años, con una radio entre sus manos que había estado al lado nuestro mientras comíamos.
Yo estaba desando que lo hiciera , pero a pesar de que la transparencia dejaba ver perfectamente sus labios y su vello púbico recortado, quería
apartarle aquel tanga para que viera su sexo completamente desnudo, sin que una tela por muy fina que fuera lo ocultará. Así que me animé
a apartarle desde mi posición un poco el tanga y sujetándolo hacía mi, quedó al descubierto su coño. Su vagina empezó a ser rozada por Pedro, pero ya sin tela que se interpusiera. Empezó a jugar con su vagina, Olga ya no aguantaba más, sabía que no eran mis manos, y yo creo que eso le excitó mucho más. Vi a Pedro que tenía intención de meter algún dedo en su vagina, pero me corté, y le hice el gesto de que no. El seguía masturbando su clítoris, pero aproximaba de vez en cuando alguno de sus dedos para tocar el orificio de su vagina. Olga se empezó a mover de forma abrupta. Así que le empecé a tocar unos de sus pechos por encima de la camiseta. Pedro se estaba masturbando, a la vez que masajeaba el clítoris de Olga. Ella no podía más, y buscando la mano de Pedro se la acercó a su vagina con intención de que le metiera un dedo, la situación fue muy fuerte para mi. Pedro, introdujo el dedo índice en la vagina y comenzó a moverlo en su interior. Segundos después, que me jodió un montón, me corrí como un adolescente, me puse pringado el calzoncillo, no me pude aguantar, que se le va a hacer. Mi mano seguía con el tanga de Olga separándolo y Pedro quiso tocar su vagina con su polla. El muy cabrón pasó de nuevo su pierna por encima de la de Olga y se quedó centrado con su polla cerca de su coño. No dejaba de masturbar a Olga ya de una forma rápida. Ella no iba en tardar en correrse, y yo estaba ya de mero espectador, esperando el desenlace de los dos. Pedro se quería correr encima de Olga, se veía que iba a estallar. Me miró y me hizo el gesto de que iba a acercar su polla al coño de Olga, yo le dejé a hacer, me daba igual. Hombre meterla no, por supuesto, pero viendo a los dos excitados, era ir un poco más allá. Pedro acercó su polla a su vagina y empezó con la punta de su glande a tocarla.
Eran palabras mayores, en ese momento no se valoran los riesgos de lo que puede acarrear, pero yo ya me había corrido, así que estaba más calmado para parar en un momento dado. Si le hubiera dejado, Pedro se la hubiera metido, pero con mi dedo índice moviéndolo de un lado a otro de forma rápida y como mis labios juntándolos y moviendo la cabeza , le hice saber que "ni de coña". Pero aún así, el hijo de puta hacía amagos de meter su glande, empujando su vagina, la cual se abría en su parte inicial expandiéndose y adaptándose a su gran glande. yo le insistí con gestos, varias veces de que no. Así que lo máximo que hizo fue eso, puntazo y atrás, puntazo y atrás. Durante unos minutos, realizó ese movimiento muchas veces, en las que Olga estaba a punto de caramelo, pero fue que Pedro que se puso totalmente estirado y sacando su polla se corrió sobre el vello púbico por encima del clítoris, manchando parte del tanga y parte de mi muñeca y dedos. El semen era de un color no muy blanquecino, era tirando un poco más oscuro. Pero vamos nos puso finos , Olga notó que Pedro se había corrido y como el momento de la corrida había aflojado la masturbación, Olga se puso también con unos de sus dedos, y con movimientos acelerados sobre su clítoris, acabó de masturbarse ella sola. Pedro apoyado con una de sus manos en uno de los muslos de Olga, se levantó de la arena y guardó su polla que ya no goteaba. Olga me pidió las mallas, pero tuve que limpiarme los dedos y la muñeca con la toalla de Olga. Le dije que esperara que había que limpiarla un poco. Me fui a la mochila y con un clínex limpié la parte del tanga manchada, y su piel. Cuando se colocó el tanga, había partes que estaban algo mojadas que que entraron en contacto con parte de sus labios vaginales. Brutal, lo que habíamos realizado. Fue Pedro quien una vez medianamente limpia se las dejó por encima de las piernas. Olga estaba inmóvil y totalmente relajada.
Pedro me dio las gracias y me dio la mano con gesto de gratitud. Se fue por la misma zona de la que habíamos venido. Una vez que se alejó, me puse a hablar con Olga que ya se retiró la sudadera y sentada, ahora si, se puso a mirar como se alejaba ese hombre. Sin ponerse las mayas, comentamos parte de lo sucedido. Dimos tiempo para no coincidir con el hombre, y una media hora después nos fuimos de la playa. Lo hemos hablado mucho, los días posteriores por supuesto , pero ha sido un tema recurrente, al que volvimos más de una vez. Desconocía que su polla estuvo en contacto con su vagina, se lo comenté y se quedó extrañada que le hubiera dejado, pero yo creo que se puede notar si son dedos o es la polla, no sé....no me quedó claro en es momento,
Bueno, este fue el comienzo de una experiencia que como balance hemos valorado que fue buena, y que dio pie a otras que si puedo y me encuentro con tiempo iré subiendo en otros hilos que puedan corresponder. Espero no haber sido muy pesado al explayarme.