slibera
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Ding
“¿Has llegado? Yo ya estoy aquí. ¿cómo vas vestido cornudo?”
“Acabo de llegar, estoy al lado de la barra”
“Ya te veo. Sigue hasta el fondo. Estoy en una mesa al fondo del todo, la única que no tiene nadie alrededor”
Jorge mira en la dirección indicada y ve a un tipo alto, bien vestido sentado con un café delante y se dirige hacia allí.
“Pedro, supongo”
Pedro se levanta y le da la mano sonriente.
“Encantado”
Es mucho más alto que Jorge, más corpulento y tiene las manos más grandes.
Piden un café para Jorge.
“¿Vives lejos?”
“No”
“Yo tampoco”
“Dime cornudo, que tal está la zorra de tu mujer”
Jorge se queda sorprendido. Ha leído esa expresión muchas veces, le excita siempre. Incluso la ha oído en los vídeos que le manda Pedro y en las pajas que se hacen por videollamadas. Pero oírlo en vivo y en directo, delante de él, que se lo digan a la cara es totalmente nuevo. Su polla se despierta y se mueve en la silla inquieto.
“¿Ya se te ha puesto dura cabrón?” Pedro se ríe en voz baja mirándole a los ojos
“No tienes remedio”
Jorge está un poco incómodo al ver que es como un libro abierto para Pedro.
“No te preocupes hombre, que ya te he dicho que yo respeto. Respeto tu morbo, respeto a tu mujer y solo vamos a hacer lo que decidamos que queremos hacer. Y si decidimos al final que no hacemos nada, pues cada cual a lo suyo y ya está. ¿Me explico?”
“Totalmente”
“Bien. Vamos al tema. ¿Qué has traído?”
Jorge alarga la mano hacia Pedro. Bajo ella hay un sobre mediano de color marrón, que no permite ver que hay en su interior.
Pedro lo coge, lo abre y mira en su interior sin sacar el contenido.
“Es el tanga que llevaba en la foto que te mandé ayer”
“¿Usado?”
“Si, sin lavar”
“Hay otro más”
“Si, uno limpio”
Pedro deja el sobre sobre la mesa.
“¿tienes prisa cornudo?”
“No”
“Bien, vamos a acabar los cafés y luego veo con detalle lo que me has traído. Aquí no puedo. Por respeto”
Mientras toman los cafés, Pedro le pregunta más sobre Mallorca. Jorge le indica que llevan años visitando la isla, que suelen ir al norte porque les gusta más y que apenas tienen amistades por allí y que este año no coincidirán con ellos demasiados días. Cuando terminan el café, Pedro deja unas monedas sobre la mesa.
“¿Vamos?”
“Vale. ¿A dónde?”
“Vamos a mi coche”
Ambos bajan por las escaleras mecánicas hacia el parking del centro comercial. Pedro lleva en la mano el sobre marrón. Tras bajar dos pisos y cruzar una sección bastante llena de coches, llegan a otra donde solo se ve un coche aparcado en la lejanía. “Ese es el mío, ahí no nos molestará nadie”.
El vehículo es un SUV de marca premium de color negro con cristales tintados. Pedro pulsa un llavero y el coche responde encendiendo los 4 intermitentes.
“Mejor nos sentamos detrás, por las lunas tintadas”.
Entran cada uno por un lado del vehículo.
Pedro vuelve a abrir el sobre, volcando esta vez el interior sobre su mano.
Mira ambos tangas, uno negro y otro gris.
Pedro deja el gris entre ambos con delicadeza.
Luego coge el negro con las dos manos y lo extiende mirándolo con detalle, primero por un lado, luego por el otro.
Después cogiéndolo con una mano se lo acerca a a la nariz.
“Joder que bien huele el coño de la zorra”
Mantiene el tanga frente a su nariz unos instantes más
Y luego saca la lengua y lo lame
“Que rico sabe su coño, quiero comérselo entero”
Jorge tiene la polla dura inmediatamente
Sin mirarle siquiera Pedro le pregunta
“Ya la tienes dura ¿a que si cornudo?”
“Si”
“Sácatela”
“¿Aquí?”
“Venga perro, que estás deseando”
Jorge obedece. Se abre la cremallera y se saca la polla dura mientras Pedro le mira sin dejar de oler el tanga de Maribel.
“Que perro eres” dice riendo Pedro.
“Eres un cerdo ¿Te excita lo que te he traído?”
Pedro suelta el tanga entre ambos en el asiento y se desabrocha la hebilla del cinturón y la bragueta sin prisas.
Se abre el pantalón y exhibe un bulto enorme contenido dentro de un boxer elástico
“Mira cornudo, mira cómo me pone el aroma de mi zorra”
Jorge mira y se acaricia la polla dura
“¿Quieres verla?”
Si
“Tendrás que pedirlo ¿no?” mientras le pregunta se baja el pantalón, exhibiendo aún más el bulto que forma su polla dura dentro de la ropa interior.
“Por favor, quiero ver la polla que te pone la zorra de mi mujer”
“Muy bien cornudo, así me gusta”
Pedro levanta el culo del asiento y se baja el boxer liberando su gran polla erecta
Luego se la agarra y la bambolea en el aire exhibiéndola.
“¿Has visto cornudo?
Jorge está alucinando. Le parecía grande en las videollamadas y las fotos, pero ahora que la ve en directo le parece aún mayor. Es una polla espectacular, venosa, dura, recta, gruesa, larga y con el prepucio dejando asomar un glande rosado, brillante de líquido.
Pedro empieza a masturbarse despacio. Sacando el glande mojado una y otra vez.
Mira a Jorge y ve su cara de excitación y como se está acariciando su polla mientras le mira.
“te gusta ¿eh perro?”
“joder si”
“quieres tocarla ¿verdad?”
“Joder no se… es que yo”
“Vamos puto perro, estás deseando”
Jorge extiende la mano y se la agarra
La siente dura, caliente, palpitante, gruesa y larguísima, podría poner sus dos manos para masturbarla…
“¿te gusta cornudo?”
“Juer si, menuda polla tienes, me encantaría ver a Maribel gozándola. Es más grande de lo que parecía por la cam. Y la tienes durísima”
“Vamos, cáscamela cornudo”
Jorge empieza a menearla, torpemente.
Pedro le corrige con gestos poco a poco.
“Muy bien cornudo, ya vas aprendiendo”
Mientras Jorge le masturba, pedro se lleva el tanga sucio a la nariz y la boca a ratos
“Dime que quieres que le haga con esta polla a tu mujercita”
“Quiero que te la chupe, que le de lametones desde los huevos hasta la punta”
“Mmm bien cornudo, sigue”
“Quiero que le folles la boca hasta que tenga arcadas, que le des pollazos en la boca una y otra vez”
Pedro empieza a jadear poco a poco
De pronto ve que Jorge se masturba también a la vez que él.
“Para puto perro, no te des. Tendrás placer cuando yo diga”
Jorge para su paja y sigue con la de Pedro.
“¿por qué me has traído un tanga limpio?”
“para frotártelo por la polla y así cuando se lo ponga yo sabré que ha estado en contacto con tu rabo”
Pedro suelta una carcajada
“Pero que cornudazo eres, cabrón. Vamos hazlo”
Jorge sigue. Está excitado. Cada vez más. La situación de dominio de Pedro, masturbarle, la potencia de su polla enorme…. Está deseando masturbarse él y además le excita notar que Pedro está experimentando placer con su mano.
“Venga cabrón, frótame por la polla el tanga ese”
Jorge obdece, para la paja y le frota la escasa tela por el tronco de la polla y los huevos.
“Cuando la veas que se lo pone, ya sabes, saca una foto para mandármela, so perro”.
“Claro”
“¿Quieres comerme la polla cornudo?”
Jorge no contesta
“Creo que lo estás deseando cabrón, no te cortes”
Jorge duda.
Mira la polla de Pedro. Por una parte, lo desea, por otra nunca se le ha pasado por la cabeza algo así.
“Vamos cornudo, cómeme el rabo”
“No. Eso no”.
“Vale, vale…. No te voy a forzar, pero escúchame, llegará el momento en el que tu serás el que me pidas que te deje comerme la polla. Vamos acábame la paja fuera del coche”
“Pero que dices”
“Vamos fuera del coche, abre por tu lado, ahí no nos puede ver nadie”
Jorge abre la puerta y sale. Efectivamente al otro lado hay una pared y nadie puede verles.
Pedro sale por la misma puerta, desnudo de cintura para abajo.
“Desnúdate, quiero correrme en tu polla”
Jorge duda, pero se quita los pantalones mientras ve a Pedro masturbándose con fuerza y acercándose a él.
Se pone a unos centímetros, haciéndose una paja intensa y apuntando su polla a la de Jorge.
Unos segundos más tarde le avisa “Prepárate cabrón”
Y enseguida empieza a manar leche en abundancia de su polla
“Toma perro, toma leche para tu puta”
El semen de Pedro es espeso y abundante. El primer chorro le impacta en el vientre, pero un reguero cae directamente sobre la polla de Jorge. El segundo chorro llega un segundo después impactando en el mismo sitio, y el tercero le sigue de cerca. Su vello púbico y su polla se cubren de semen calienta que gotea en el suelo y en sus zapatos. Cinco, seis y siete. Jorge cuenta los chorros que salen de la polla de Pedro a intervalos regulares. Jorge nota el calor de la eyaculación de Pedro en su miembro. Los grumos espesos escurren por la gravedad, pero todo su miembro está cubierto del líquido blanquecino y le transmiten su calor.
Pedro gruñe suavemente mientras termina de correrse “toma leche, toma”
Hasta que deja de manar semen de su polla
“Ahora ya puedes pajearte cabrón”
Jorge obedece, tremendamente excitado y deseando liberar su tensión con un orgasmo. Empieza a masturbarse con decisión sintiendo el esperma de Pedro ahora en su mano y entre sus dedos. Lo usa como lubricante, generando un ruido de chapoteo que le excita aún más. Pedro se aparta para evitar que le salpique y sigue meneándosela divertido, sonriente. Jorge no tarda ni 20 segundos en correrse gimiendo y lanzando su eyaculación sobre el suelo, donde se mezcla con la de Pedro, que se ríe “Bien cornudo, te has corrido en cuanto te ha tocado mi leche, puto perro”.
Pedro abre el coche por la puerta delantera y saca un paquete de toallitas húmedas. “Toma cabrón, límpiate”.
“¿Te ha gustado cornudo?”
Jorge está confuso, todo un torbellino de sensaciones nuevas le atormentan. Pero ha vivido una excitación brutal y ha disfrutado todo lo que ha ocurrido.
Decide sincerarse.
“Si”.
“Lo sabía. Me has hecho disfrutar. Ahora tenemos que conseguir que yo me folle a Maribel y así disfrutamos de verdad los tres”
“Sabes que me encantaría”.
“Lo voy a lograr. Pronto me voy a follar a Maribel delante de ti cabrón. Antes de lo que te imaginas va a ser mi puta.”
Jorge sonríe. “Ojalá”.
“¿Has llegado? Yo ya estoy aquí. ¿cómo vas vestido cornudo?”
“Acabo de llegar, estoy al lado de la barra”
“Ya te veo. Sigue hasta el fondo. Estoy en una mesa al fondo del todo, la única que no tiene nadie alrededor”
Jorge mira en la dirección indicada y ve a un tipo alto, bien vestido sentado con un café delante y se dirige hacia allí.
“Pedro, supongo”
Pedro se levanta y le da la mano sonriente.
“Encantado”
Es mucho más alto que Jorge, más corpulento y tiene las manos más grandes.
Piden un café para Jorge.
“¿Vives lejos?”
“No”
“Yo tampoco”
“Dime cornudo, que tal está la zorra de tu mujer”
Jorge se queda sorprendido. Ha leído esa expresión muchas veces, le excita siempre. Incluso la ha oído en los vídeos que le manda Pedro y en las pajas que se hacen por videollamadas. Pero oírlo en vivo y en directo, delante de él, que se lo digan a la cara es totalmente nuevo. Su polla se despierta y se mueve en la silla inquieto.
“¿Ya se te ha puesto dura cabrón?” Pedro se ríe en voz baja mirándole a los ojos
“No tienes remedio”
Jorge está un poco incómodo al ver que es como un libro abierto para Pedro.
“No te preocupes hombre, que ya te he dicho que yo respeto. Respeto tu morbo, respeto a tu mujer y solo vamos a hacer lo que decidamos que queremos hacer. Y si decidimos al final que no hacemos nada, pues cada cual a lo suyo y ya está. ¿Me explico?”
“Totalmente”
“Bien. Vamos al tema. ¿Qué has traído?”
Jorge alarga la mano hacia Pedro. Bajo ella hay un sobre mediano de color marrón, que no permite ver que hay en su interior.
Pedro lo coge, lo abre y mira en su interior sin sacar el contenido.
“Es el tanga que llevaba en la foto que te mandé ayer”
“¿Usado?”
“Si, sin lavar”
“Hay otro más”
“Si, uno limpio”
Pedro deja el sobre sobre la mesa.
“¿tienes prisa cornudo?”
“No”
“Bien, vamos a acabar los cafés y luego veo con detalle lo que me has traído. Aquí no puedo. Por respeto”
Mientras toman los cafés, Pedro le pregunta más sobre Mallorca. Jorge le indica que llevan años visitando la isla, que suelen ir al norte porque les gusta más y que apenas tienen amistades por allí y que este año no coincidirán con ellos demasiados días. Cuando terminan el café, Pedro deja unas monedas sobre la mesa.
“¿Vamos?”
“Vale. ¿A dónde?”
“Vamos a mi coche”
Ambos bajan por las escaleras mecánicas hacia el parking del centro comercial. Pedro lleva en la mano el sobre marrón. Tras bajar dos pisos y cruzar una sección bastante llena de coches, llegan a otra donde solo se ve un coche aparcado en la lejanía. “Ese es el mío, ahí no nos molestará nadie”.
El vehículo es un SUV de marca premium de color negro con cristales tintados. Pedro pulsa un llavero y el coche responde encendiendo los 4 intermitentes.
“Mejor nos sentamos detrás, por las lunas tintadas”.
Entran cada uno por un lado del vehículo.
Pedro vuelve a abrir el sobre, volcando esta vez el interior sobre su mano.
Mira ambos tangas, uno negro y otro gris.
Pedro deja el gris entre ambos con delicadeza.
Luego coge el negro con las dos manos y lo extiende mirándolo con detalle, primero por un lado, luego por el otro.
Después cogiéndolo con una mano se lo acerca a a la nariz.
“Joder que bien huele el coño de la zorra”
Mantiene el tanga frente a su nariz unos instantes más
Y luego saca la lengua y lo lame
“Que rico sabe su coño, quiero comérselo entero”
Jorge tiene la polla dura inmediatamente
Sin mirarle siquiera Pedro le pregunta
“Ya la tienes dura ¿a que si cornudo?”
“Si”
“Sácatela”
“¿Aquí?”
“Venga perro, que estás deseando”
Jorge obedece. Se abre la cremallera y se saca la polla dura mientras Pedro le mira sin dejar de oler el tanga de Maribel.
“Que perro eres” dice riendo Pedro.
“Eres un cerdo ¿Te excita lo que te he traído?”
Pedro suelta el tanga entre ambos en el asiento y se desabrocha la hebilla del cinturón y la bragueta sin prisas.
Se abre el pantalón y exhibe un bulto enorme contenido dentro de un boxer elástico
“Mira cornudo, mira cómo me pone el aroma de mi zorra”
Jorge mira y se acaricia la polla dura
“¿Quieres verla?”
Si
“Tendrás que pedirlo ¿no?” mientras le pregunta se baja el pantalón, exhibiendo aún más el bulto que forma su polla dura dentro de la ropa interior.
“Por favor, quiero ver la polla que te pone la zorra de mi mujer”
“Muy bien cornudo, así me gusta”
Pedro levanta el culo del asiento y se baja el boxer liberando su gran polla erecta
Luego se la agarra y la bambolea en el aire exhibiéndola.
“¿Has visto cornudo?
Jorge está alucinando. Le parecía grande en las videollamadas y las fotos, pero ahora que la ve en directo le parece aún mayor. Es una polla espectacular, venosa, dura, recta, gruesa, larga y con el prepucio dejando asomar un glande rosado, brillante de líquido.
Pedro empieza a masturbarse despacio. Sacando el glande mojado una y otra vez.
Mira a Jorge y ve su cara de excitación y como se está acariciando su polla mientras le mira.
“te gusta ¿eh perro?”
“joder si”
“quieres tocarla ¿verdad?”
“Joder no se… es que yo”
“Vamos puto perro, estás deseando”
Jorge extiende la mano y se la agarra
La siente dura, caliente, palpitante, gruesa y larguísima, podría poner sus dos manos para masturbarla…
“¿te gusta cornudo?”
“Juer si, menuda polla tienes, me encantaría ver a Maribel gozándola. Es más grande de lo que parecía por la cam. Y la tienes durísima”
“Vamos, cáscamela cornudo”
Jorge empieza a menearla, torpemente.
Pedro le corrige con gestos poco a poco.
“Muy bien cornudo, ya vas aprendiendo”
Mientras Jorge le masturba, pedro se lleva el tanga sucio a la nariz y la boca a ratos
“Dime que quieres que le haga con esta polla a tu mujercita”
“Quiero que te la chupe, que le de lametones desde los huevos hasta la punta”
“Mmm bien cornudo, sigue”
“Quiero que le folles la boca hasta que tenga arcadas, que le des pollazos en la boca una y otra vez”
Pedro empieza a jadear poco a poco
De pronto ve que Jorge se masturba también a la vez que él.
“Para puto perro, no te des. Tendrás placer cuando yo diga”
Jorge para su paja y sigue con la de Pedro.
“¿por qué me has traído un tanga limpio?”
“para frotártelo por la polla y así cuando se lo ponga yo sabré que ha estado en contacto con tu rabo”
Pedro suelta una carcajada
“Pero que cornudazo eres, cabrón. Vamos hazlo”
Jorge sigue. Está excitado. Cada vez más. La situación de dominio de Pedro, masturbarle, la potencia de su polla enorme…. Está deseando masturbarse él y además le excita notar que Pedro está experimentando placer con su mano.
“Venga cabrón, frótame por la polla el tanga ese”
Jorge obdece, para la paja y le frota la escasa tela por el tronco de la polla y los huevos.
“Cuando la veas que se lo pone, ya sabes, saca una foto para mandármela, so perro”.
“Claro”
“¿Quieres comerme la polla cornudo?”
Jorge no contesta
“Creo que lo estás deseando cabrón, no te cortes”
Jorge duda.
Mira la polla de Pedro. Por una parte, lo desea, por otra nunca se le ha pasado por la cabeza algo así.
“Vamos cornudo, cómeme el rabo”
“No. Eso no”.
“Vale, vale…. No te voy a forzar, pero escúchame, llegará el momento en el que tu serás el que me pidas que te deje comerme la polla. Vamos acábame la paja fuera del coche”
“Pero que dices”
“Vamos fuera del coche, abre por tu lado, ahí no nos puede ver nadie”
Jorge abre la puerta y sale. Efectivamente al otro lado hay una pared y nadie puede verles.
Pedro sale por la misma puerta, desnudo de cintura para abajo.
“Desnúdate, quiero correrme en tu polla”
Jorge duda, pero se quita los pantalones mientras ve a Pedro masturbándose con fuerza y acercándose a él.
Se pone a unos centímetros, haciéndose una paja intensa y apuntando su polla a la de Jorge.
Unos segundos más tarde le avisa “Prepárate cabrón”
Y enseguida empieza a manar leche en abundancia de su polla
“Toma perro, toma leche para tu puta”
El semen de Pedro es espeso y abundante. El primer chorro le impacta en el vientre, pero un reguero cae directamente sobre la polla de Jorge. El segundo chorro llega un segundo después impactando en el mismo sitio, y el tercero le sigue de cerca. Su vello púbico y su polla se cubren de semen calienta que gotea en el suelo y en sus zapatos. Cinco, seis y siete. Jorge cuenta los chorros que salen de la polla de Pedro a intervalos regulares. Jorge nota el calor de la eyaculación de Pedro en su miembro. Los grumos espesos escurren por la gravedad, pero todo su miembro está cubierto del líquido blanquecino y le transmiten su calor.
Pedro gruñe suavemente mientras termina de correrse “toma leche, toma”
Hasta que deja de manar semen de su polla
“Ahora ya puedes pajearte cabrón”
Jorge obedece, tremendamente excitado y deseando liberar su tensión con un orgasmo. Empieza a masturbarse con decisión sintiendo el esperma de Pedro ahora en su mano y entre sus dedos. Lo usa como lubricante, generando un ruido de chapoteo que le excita aún más. Pedro se aparta para evitar que le salpique y sigue meneándosela divertido, sonriente. Jorge no tarda ni 20 segundos en correrse gimiendo y lanzando su eyaculación sobre el suelo, donde se mezcla con la de Pedro, que se ríe “Bien cornudo, te has corrido en cuanto te ha tocado mi leche, puto perro”.
Pedro abre el coche por la puerta delantera y saca un paquete de toallitas húmedas. “Toma cabrón, límpiate”.
“¿Te ha gustado cornudo?”
Jorge está confuso, todo un torbellino de sensaciones nuevas le atormentan. Pero ha vivido una excitación brutal y ha disfrutado todo lo que ha ocurrido.
Decide sincerarse.
“Si”.
“Lo sabía. Me has hecho disfrutar. Ahora tenemos que conseguir que yo me folle a Maribel y así disfrutamos de verdad los tres”
“Sabes que me encantaría”.
“Lo voy a lograr. Pronto me voy a follar a Maribel delante de ti cabrón. Antes de lo que te imaginas va a ser mi puta.”
Jorge sonríe. “Ojalá”.