Finca La Salceda

A Anita la van a poner calentita.!!
A ver cómo van enlazando las historias y los personajes. Gracias
 
Pedro-José Alfredo Aguirre de la Flor Martín-Fitzgibbons

Toda la puta vida incapaz de meter todos esos nombres en los formularios de la matrícula de la universidad, del Colegio de Abogados… Una maldición que le persigue desde la infancia y que a la vez le da conciencia de clase. Es como si las familias más pudientes de España hubieran pactado hacer obscena demostración de su opulencia acumulando nombres.

Toda la familia tenía varios nombres además de sus apellidos compuestos. Todos tenían en su círculo más íntimo un alias. El de algunos era directamente un nombre de perro, como el Fifi que adjudicaron a su hermana Rafaela, o el Pitu que se quedó su hermano Pelayo.

El, era Pedro para los amigos y Pedo en casa para los hermanos y los padres. Pedo como él mismo se puso al empezar a hablar siendo incapaz de pronunciar su nombre correctamente. Pedo, porque las carcajadas que causó al resto de la familia y al servicio doméstico hicieron imposible de borrar aquel mote.

Había nacido entre algodones en una familia “de bien” de las que se casaban entre iguales, tenían muchos hijos y medraban a base de chanchullos, amistades en el régimen y viejas fortunas menguantes que mejoraban ocasionalmente a base de algún pelotazo. Era el menor de 8 hermanos y entre su inteligencia natural y el tener que buscarse las mañas para salir adelante entre tanta chavalería, se podía decir que era un tipo realmente listo.

Aunque la fortuna familiar era abundante, el patriarca dirigió a toda la prole con mano firme con una educación severa en la que se esperaba que todos fueran titulados superiores para poder vivir por sus propios medios. Era consciente de que los tiempos estaban cambiando y que el patrimonio acumulado se iba desgastando irremediablemente.

Siendo el pequeño de los ocho, a Pedro le tocaron las vacas más flacas. Para cuando terminó la carrera, se puso a trabajar, aunque bien enchufado por su padre, que de paso, le sugirió una novia conveniente, de buena familia para que a través del matrimonio pudiera mejorar su fortuna y su status social.

La escogida fue Blanca, hija de un conocido empresario de la confección que a medida que se iba enriqueciendo, se introducía en la sociedad pudiente a través de los matrimonios de sus hijas y de las donaciones benéficas.

Para Pedro, aquello resultó una mera transacción comercial. Era consciente de las ventajas que le aportaba el enlace y sabía que todo lo que tenía que hacer era mantener las apariencias, como había visto hacer a su padre toda su vida. Una cosa es lo que la gente ve desde fuera, es decir, una familia feliz y modélica, y otra es la vida sexual y afectiva de todo hombre de buena familia. Su padre había tenido varias queridas, y él había adoptado ese modelo con entusiasmo desde la adolescencia, compaginando novias “formales” de familia bien con golfillas de clase inferior con las que de verdad despertó sexualmente, empezando con la hija de la portera de casa de sus padres, una jaquetona peliroja 10 años mayor que él a la que se habían follado todos los varones de la familia Aguirre, don Bernardo, el patriarca, incluido.

Blanca era una mujer con una figura espectacular, de modelo de pasarela. Cualquier cosa que vistiera le quedaba bien. Estaba delgada y el pecho pequeño, perfecto. Por sus ojos azules, su cara pecosa y su pelo rubio, tenía apariencia de extranjera. Tenía una buena conversación, buen sentido del humor y mucho don de gentes. Era de esas mujeres que sabe estar en todas las situaciones. Para Pedro era la compañera perfecta para lucir en sociedad.

La boda se celebró por todo lo alto y como todas la anteriores de la familia Aguirre tuvo su momento de gloria en el Hola, para gran placer de la familia de Blanca, que por primera vez se veía reflejada en la revista icónica del corazón. Todo un triunfo social para un tipo que había empezado vendiendo copias falsas de polos de marca en los mercadillos y que ahora tenía incluso un avión privado.

Blanca trabajaba en la fundación creada por su padre y organizaban exposiciones de arte moderno. Tres veces en semana iba a Pilates y luego al Spa de su gimnasio, el más lujoso de Madrid. Pedro trabajaba en un bufete de abogados de prestigio en el que iba ascendiendo muy rápidamente a base de mucho trabajo, mucho instinto y un punto de buena suerte, en parte, gracias a los contactos que iba haciendo a través de su suegro, que atraían nuevos y atractivos clientes al despacho de abogados, por lo que se convirtió en socio de la firma siendo aún muy joven.

Su vida matrimonial resultó tan modélica como esperaban los cánones sociales. Salidas semanales con amigos en restaurantes de moda, actos benéficos, inauguraciones de los negocios del padre de Blanca y abono en la ópera. En la temporada de caza, monterías cada mes. Los veranos, en la mansión y el yate del suegro en Mallorca. Los domingos Golf para él e hípica para ella en el Club de Campo. Entre semana apenas se veían nada más que para cenar algunos días por las largas jornadas laborales de Pedro.

Follaban dos o tres veces a la semana, siempre con delicadeza y procurando que ella disfrutase lo máximo posible. Para Pedro, Blanca no era su pareja favorita para el sexo. Demasiado convencional. A él le gustaba follar de otra manera, pero consciente de la importancia de esa faceta en la estabilidad conyugal, se esmeraba mucho en hacer las cosas bien con ella.

Blanca por su parte si consideraba su vida sexual plenamente satisfactoria. Pedro la hacía disfrutar, la trataba con mucho cariño y tenía la sensación de que la cuidaba en la cama más que subirse encima de ella y vaciarse en su interior, como le contaban sus amigas que hacían sus maridos. Pedro se tomaba su tiempo en convencerla con largos preliminares que hacían que se excitase mucho Y sobre todo, le comía el coño haciéndola gozar muchísimo. Por lo que contaban sus amigas, no era nada frecuente que un marido fuera tan aficionado a esa práctica. Se consideraba afortunada y consideraba a su marido el mejor amante del mundo.

Que la naturaleza no quisiera que tuvieran descendencia, no le preocupó a ninguno lo más mínimo.

Pedro, por su parte, follaba todos los días de la semana, fuera con su mujer, o con otras mujeres. Tenía varias amantes a las que visitaba regularmente, incluyendo a una a la que le financiaba un piso en Vallecas por el que pasaba lunes y jueves al final de la jornada laboral. En ocasiones, le echaba dos polvos a la amante y luego follaba con Blanca al volver a casa. Su potencia sexual, era extraordinaria. Podía follar literalmente hasta que quisiera. Su polla de 19cm con un grosor notable aguantaba la erección incluido después de eyacular y si se le bajaba con cuatro caricas propias o ajenas, se ponía a tono de inmediato. Y por si fuera poco, controlaba su eyaculación casi a voluntad. Era el macho perfecto para cualquier mujer ardiente.

En realidad, a pesar de su activa y variada vida sexual con su mujer, sus amantes, era una forma de desahogarse a falta de poder ejercer su verdadera pasión más íntima: follarse a la mujer de otro. Eso le producía una excitación espectacular, precisamente por hacerlo en presencia del marido o novio, haciéndole ver que era con su consentimiento. La sensación de poder que le daba disfrutar de la hembra de otro le encendía sobremanera y le empujaba a humillar a ambos mientras tenían sexo, antes y después. Que la pareja encajase esa humillación verbal era esencial. Su sumisión era el mayor premio para Pedro.

Había follado a muchas mujeres delante de su pareja y con algunas parejas mantenía una relación iniciada hace muchos años, pero nunca era bastante. Siempre quería más.
 
Ding
“cornudo ¿te has corrido?”
“no”
“asi me gusta”

Entra un nuevo vídeo

En primer plano la Tablet con el rostro de Maribel.
La polla de Pedro dura en primer plano
Se oye como golpea la Tablet con su polla. Plas. Plas. Ritmicamente
“que ganas tengo de darle pollazos en la cara a tu mujer delante de ti”

La polla de Jorge crece instantáneamente

“¿se te ha puesto dura cornudo?
“ya te digo”
“mándame un vídeo para que lo vea”
Jorge se la saca y se graba

Manda el vídeo

“Eres un perro de cuidado, cornudo. Si hasta te babea la polla”
“sin parar”
“no te corras”
"lo intento, pero me muero de ganas de correrme"
 
Me encanta el morbo de este relato. Gracias por compartir
 
Cuando Miguel y Ana terminaron su polvo mañanero, se ducharon y bajaron a desayunar. Entraron en el salón cuando todos los demás estaban ya sentados alrededor de la mesa. En cuento los vieron, los recibieron con una ovación cerrada, aplaudiendo, gritando bravos, silbando y por supuesto riendo. “Menudo polvazo” “bravo, bravo, bravo” “Así se folla, así se folla”. Ana se puso colorada inmediatamente tapándose la cara con las manos, mientras Miguel miraba para todas partes de cara en cara sin saber que hacer.

Pedro se puso de pie aplaudiendo. “Si señor, enhorabuena a la pareja que mejor ha amanecido hoy. ¡ qué energía ¡ ¡ qué manera de disfrutar la vida. Estoy seguro que habéis inspirado a más gente esta mañana….”

Se sentaron en los dos huecos libres que les habían dejado y Miguel preguntó “pero ¿tanto ruido hemos hecho?” Se volvió a montar la algarabía de antes brevemente, hasta que alguien les dijo “desde mi habitación, que es la más alejada de la vuestra se os oía perfectamente, como si os tuviera allí mismo”. Ana se tapaba la cara avergonzada de nuevo “¡ qué vergüenza” “¿por qué? La que preguntaba era Rocío, una de sus compañeras de clase “ a mi me parece estupendo que no os cortéis un pelo… para un finde que tenemos sin padres…” “cierto” dijeron varios más. “Además, a mí me ha puesto muy cachonda” Comenzaron los gritos y vítores de nuevo y miradas se volvieron a la pareja de la chica que estaba con la taza de café en la mano sin saber que decir “bueno, es cierto” ¿y” risas, codazos… contestó Rocío en su lugar “que aquí mi amigo decía que si se oía tanto que no se atrevía a hacer nada”. Carcajadas, más risas y algún “buuuh” por parte ellas y un “flojo, flojo, flojo” a coro por parte de los chicos.

El desayuno siguió con alguna broma más y Pedro les preguntó si les apetecía bañarse en las pozas del río. “Está fresquita, pero es el agua más limpia que habéis visto, merece la pena. Al final todos dijeron que si y se organizó el plan. Se irían andando, porque la senda era muy bonita, pero llevarían bebidas y comida en el todoterreno de Pedro. El camino hasta las pozas era muy malo y solamente un todo terreno podría recorrerlo.

Una hora más tarde, se fueron andando por un camino que les indicó Pedro “no tiene pérdida”. El se quedó atrás con la comida y las bebidas y le pidió a Miguel y a Ana que le echasen una mano, algo a lo que accedieron encantados.

Cuarto de hora más tarde iban en el coche por el camino. Pedro conducía con Miguel a su lado. Ana iba detrás. Llevaba un vestido ajustado que marcaba su figura y con minifalda, con un bikini debajo. Mientras avanzaban Pedro no dejaba de mirar a Ana por el retrovisor, estratégicamente colocado con ese fin. Ana se dio cuenta enseguida y sus miradas se cruzaron. Pedro sonreía.

Al principio se puso algo nerviosa. ¿por qué la miraba tanto? ¿Sería verdad que se había excitado oyéndolos follar? La idea le pareció al principio vergonzante, pero después de unos segundos, empezó a verle su lado morboso. Le daba morbo la imagen que le vino a la mente. Pedro excitado, desnudo y masturbándose mientras ella tenía sexo con Miguel. Empezó a notar un poco de humedad en su sexo.

Pedro se dio cuenta del cambio en la mirada de Ana y en su lenguaje corporal. Dejó de estar tensa, se había relajado y ahora le sonreía con cierta picardía. Miguel mientras tanto estaba ajeno a la situación preguntando algo sobre la superficie en hectáreas de la finca.

Llegaron tras unos 20 minutos de trayecto y comenzaron a bajar las neveras y bolsas hasta el río. Unos 30 minutos más tarde llegaban los que habían bajado andando, sudorosos pero alegres.

El lugar era idílico. Una pradera entre encinas junto al río al que se accedía por una gran losa de piedra que casi parecía una playa. Salir y entrar del agua era muy sencillo. Ante ellos había una gran poza de aguas transparentes. Una pequeña cascada le daba un toque de río de montaña al lugar.

No tardaron en quitarse la ropa y quedarse en bañador para empezar a disfrutar del agua tras las correspondientes bromas y salpicándose entre ellos. El agua estaba fresca, como había dicho Pedro, y los pezones de ellas se marcaron de inmediato en sus bañadores y bikinis.

Después de refrescarse, una nube pasajera ocultó el sol y la mayoría decidió cambiarse para comer secos, puesto que tenían algo de frío. Ana se ocultó bajo una toalla sujetada por Miguel y se quitó el bikini y se puso su trajecito ajustado sin nada debajo. Le encargó a Miguel que colgase su prenda de baño en un árbol cercano al sol, para ponérsela luego.

Comieron, bebieron y rieron hasta que la nube se apartó y decidieron que era hora de volver a bañarse. Ana fue a buscar su bikini, y descubrió que la parte de arriba no estaba. Alguna ráfaga de viento se la había llevado. Miguel y ella estuvieron buscándola un rato, ayudados por varios otros, pero no lo lograron. A Ana le daba mucha rabia y regañaba a Miguel todo el rato: “pero ¿cómo lo has colgado? ¿no sabes hacer un nudito?” Miguel no sabía dónde meterse. “Lo siento Ana, de verdad, no se qué he hecho, me da rabia que te quedes sin bañarte ahora” “¿Qué dices? Yo no me voy a quedar sin bañarme …. “ en ese momento se puso las braguitas del bikini, que llevaba en la mano y sin pensárselo se sacó el vestido por la cabeza quedándose en topless. Dobló el vestido y lo guardó en la bolsa y con los brazos en jarras y luciendo sus tetazas sin ninguna vergüenza, dijo “que ¿nos bañamos?”

Miguel estaba cortado, no sabía que decir. En aquella época el topless había empezado en la costa española, pero eran pocas las que se atrevían a practicarlo. Los chicos se miraban entre ellos. Pedro sonreía, mucho más pequeñas que las de su amiga en solidaridad con Ana. Dos más las imitaron.

Pedro notaba que su polla se estaba despertando, incapaz de mirar tantas tetas, especialmente las de Ana, que le tenían fascinado.
 
Parece que Ana está despertando. Creo que a Miguel le van a poner de trofeo en la pared de la finca, como una cabeza de ciervo.
 
Ding
“¿te has corrido cornudo?”
“no”
“seguro que se te ha puesto tiesa cuando te he preguntado, cacho perro”
“si”
“eres un cornudo de primera y te mereces ver como empotro a la puta de tu mujer”
En ese momento Jorge escucha la puerta de su casa cerrándose.
“te dejo, que llega”
“escucha cornudo: esta noche tienes que follarla ¿lo entiendes?”
“si, lo intentaré, pero con lo salido que estoy… no voy a durar nada”
“de eso se trata perro, pero fóllatela, no me decepciones”

Jorge cierra la sesión lo más rápido posible mientras Maribel se mira en el espejo de la entrada descubriendo que ha ido mostrando más canalillo del que le gusta enseñar.

“Hola cielo, ya estoy en casa”
“si, ya termino, estoy cerrando el portátil”

Se levanta del escritorio desde el que teletrabaja y sale al pasillo. La ve preciosa en y se fija en el escotazo que trae. “Ole mi niña que tetas más ricas tiene”. Ella se acerca por el pasillo como si estuviese desfilando por una pasarela y se planta ante él con los brazos apoyados en las caderas “¿te gusta lo que ves?”.
“me encanta”
“me he comprado bañadores para Mallorca. ¿quieres verlos?”
“claro
“Siéntate en el salón y ponme un blanco fresquito que te voy a hacer un pase de modelos”

Jorge obedece. Abre una botella de blanco frío y sirve dos copas y mete la botella en la cubitera, con hielos. La noche promete, esto acaba en polvo fijo, aunque sea corto… Coloca todo en el salón y va a su dormitorio donde llama a la puerta y pregunta a través de la puerta: “la top model quiere algún caprichito más además del blanco frío?”
“nada especial, siéntate y dime si te gustan”.

Vuelve al salón y se sienta en el centro del sofá tras servir dos copas de vino.

A los dos minutos aparece Maribel con un bikini negro puesto. Le queda de escándalo.
Desfila imitando a las modelos. Hace giros, Hace gestos, Sonríe, se deja ver desde diferentes ángulos.

Jorge se fija en su cuerpo aún firme, en sus curvas y como le resalta sus preciosas tetas.
“¿qué te parece?”
“que no entiendo por qué no te pones bikini siempre…”
“porque no creo que me quede tan bien como tu dices”
“¿pero tu te has visto?”
“Si, y esta vez si me gusto, que para eso llevamos meses de dieta amor. ¿Y la braguita solo me quedará bien?
“seguro ¿es que vas a hacer topless?”
“quien sabe”
Maribel se gira quedándose de espaldas a Jorge.

Se quita la parte de arriba del bikini y se la lanza a Jorge que la coge al vuelo.
Luego se gira para quedar de frente a su marido, tapándose las tetas con las manos.
“me queda bien así?”
“a ver cielo, tal y como estás, no se si estás en topless o no, bueno, si, lo se porque tengo la parte de arriba, pero que no veo nada”.
Ella se contonea hasta su marido y de pronto se destapa los pechos, poniendo los brazos en jarras y dando un par de giros.
“Wow, me encanta” dice Jorge.

Ella le mira como por encima del hombro, posando de costado, mostrando su pecho de perfil.
Se fija en el bulto del pantalón.
“cariño creo que no sabes ni de que color es el bikini, solo miras mis tetas”.

Se acerca
Le besa ligeramente en la boca
Y le agarra el bulto sobre el pantalón
“mmmmm me encanta que te siga poniendo burro”
“me pones burrisimo”.
Recupera su parte de arriba y se bebe el vino de un trago.
Luego va del salón y sin dejar de darle la espalda.

“Siguiente modelito”

La polla de Jorge palpita dentro del pantalón. Está excitadísimo.

Aparece en el salón de vuelta al cabo de 5 minutos.

Nuevo numerito de la modelo, esta vez con un bañador blanco espectacularmente sexy: le hace las piernas largas, tiene escote por la espalda hasta el culo y apenas le tapa el pecho por los lados marcando los pezones perfectamente. Incluso cree que se transparenta la tirita de vello púbico moreno que ella se cuida con tanta dedicación.

“madre mía que mujerón tengo, te van a entrar hasta los socorristas”
“anda anda, maridito, que eres un público muy facilón”
Se acerca haciendo que posa en varias posturas, incluyendo poner el culo en pompa agarrada a otro sillón o a la mesa, cerca de su cara. No es un tanga, pero Maribel no luce tanto trozo de culo fuera del bañador desde hace muchos años.

“¿te gusta?”
“me encanta”
“es solo para ti, porque no me lo podría poner en la playa o una piscina pública”
“por qué?
“no tiene forro, se transparentará en cuanto se moje”
“mejor, que te miren, ya sabes que me encanta que te miren y te deseen”
Maribel nota que se le humedece su sexo con la conversación.

“eres un cerdo”
“si. Y a ti te gusta, porque eres un poco guarrilla”
“¿te gusta que sea guarrilla?”
“Me vuelve loco”
“Demuéstramelo”
Jorge se abre el cinturón, se baja la cremallera y libera su polla durísima
“mira, putita, mira como me has puesto”
Maribel se planta de pie con los brazos cruzados mirándole a los ojos fijamente. Está muy seria.
“¿me acabas de llamar putilla?”.

“es cariñoso, cielo, un juego…”
“calla”
“no te enfades, mi amor”
“a la madre de tus hijos…”
“pero Maribel, que es una forma de hablar, un juego sexual…”
“me has degradado”
“no, mi amor” Jorge se intenta poner de pie para darle un beso, para abrazarla, para intentar que se le pase el enfado.
“me has degradado”
“cariño yo…”
“Yo creía que me considerabas tu zorra”
Le mira sonriendo
Mientras se baja la tira del bañador de un hombro primero y del otro después dejando sus tetazas al descubierto.
“vas a tener que disculparte”
“si mi amor”

Maribel se baja el bañador y se queda desnuda.
Se acerca a su marido y le dice “siéntate en suelo”
Jorge obedece, dejándose caer hasta el suelo, con la espalda apoyada en el sofá
Maribel se sube al sofá de rodillas dejando la cabeza de su marido en medio
Luego le coloca su sexo delante de la boca. El inclina la cabeza hacia atrás y saca la lengua.
“cómeselo a tu zorra”
“encantado”
Saca la lengua más y empieza a recorrer los labios mayores con ella notando como el cuerpo de Maribel se estremece con el contacto.
Ella se regula la presión y le indica el ritmo óptimo
Jorge obedece
La excitación de ella es evidente y aumenta muy rápido. No quiere que Jorge dicte el ritmo del cunnilingus, lo quiere a su manera y a su velocidad. Y quiere un orgasmo rápido para poder luego cabalgar a su marido hasta correrse unas cuantas veces sobre su polla ahora que la tiene tan dura.

Nota su orgasmo crecer dentro de ella y se deja llevar, acelerando el ritmo al que se frota contra la boca de su marido mientras se acaricia los pechos ella sola, primero suave, luego amasándoselos, estrujándoselos. El efecto es rápido y en menos de un minuto alcanza un sonoro orgasmo que la hace estremecerse por completo.

Jorge nota como ella se corre y como le presiona la boca fuertemente con su coño empapado mientras alcanza el orgasmo. Luego se queda quieta un instante y después se levanta y le ordena “bájate el pantalón y siéntate en el sofá”. Jorge obedece.
Tras poner las rodillas por fuera de los muslos de él, se empieza a frotar contra su polla dura. Ella se la agarra metiendo una mano entre sus muslos y se la coloca para finalmente empalarse con el miembro duro de su esposo.
La nota dura, palpitando dentro de su coño. Queta
“hola” le dice sonriéndole.
El la besa. Notando como la vagina de ella le abraza con su calor y su humedad.
Le empieza a palpitar la polla sin poder evitarlo.
“mmm que rico el palpitar de mi maridito”
De pronto Jorge empieza a jadear.
Ella le mira sorprendida “no irás a correrte ¿no?”
“Ahhhhhh “ gime Jorge como contestación.
Maribel nota el calor de su semen dentro de sus entrañas, una sensación que ha tenido desde siempre y que adora, pero como culminación del placer, no antes de haber empezado a follar siquiera….
Por su mente pasa la sensación de frustración, de ira, de rabia

Pero mirando a su marido teniendo su orgasmo, le invade la ternura
“eso es mi amor, dámelo todo”
Y se mueve suavemente por primera vez, aunque nota que la polla de Jorge pierde dureza en su interior.
El gime unas pocas veces más hasta que articula un “lo siento, no se que me ha pasado”

“no pasa nada mi amor, esta noche cuando nos acostemos, me compensas ¿vale?”
“prometido”
Ella deja que la polla de él salga de su cuerpo y una gran cantidad de semen sale de su vagina escurriendo sobre la polla de su marido.
Lo mira, con la polla morcillona, casi fofa, pringado de semen hasta los muslos.
Se pone de rodillas y empieza a lamerlo, a succionar su pene blando y a limpiar su su escroto, sus muslos y vientre mientras él la mira alucinado.
Luego se incorpora y le besa compartiendo parte del semen que acaba de lamer con su dueño.
“me debes una follada de verdad y lo sabes….”.

Dos horas más tarde, tras cenar, Maribel se está lavando los dientes.

Jorge saca el móvil y escribe a Pedro
“Ya me he corrido”
“joder no te habrás hecho una paja”
“no”
“cuenta”
“ha venido con ganas de sexo”
Y le cuenta la escena a Pedro.
“no he durado nada”
“normal, eres un cornudo pichafloja”
“ahora ya sabe que necesita otras pollas mejores que la tuya, para empezar la mía”

Ding
Entra una foto de la polla de Pedro dura y venosa.

La polla de Jorge se pone dura al instante

Deja el móvil y se desnuda.
Entra en el baño desnudo, con la polla a tope
“Quieres que te folle zorra”

Maribel se gira y lo ve sin dejar de cepillarse los dientes. “mmmmm, siii”
 
Miguel y Ana cogidos de la cintura caminan hacia la entrada de la Casa Grande con Pedro andando detrás de ellos. Andrés les sigue unos cuantos pasos más atrás y Martina se adelanta al grupo con una carrerita para abrirles la puerta.

La Casa Grande de La Salceda es inconfundible por el torreón, desde el que salen dos alas formando una gran L en la que el torreón está en el ángulo. La torre, de origen medieval ha servido de punto de partida para las numerosas reformas que ha vivido a lo largo de la historia. Las dos alas se construyeron a la vez a mediados del siglo XIX, pero se han reformado con tiempos diferentes, por lo que su aspecto es distinto. El ala noble, donde están los dormitorios, las cocinas y el salón principal, están más al día, aunque con estética de los años 70, cuando se hizo la última reforma. El otro ala, contiene varios salones y unos cuantos dormitorios, que apenas se han tocado en 100 años y en algunas dependencias necesita reparaciones urgentes.

Martina les guía por todas las habitaciones explicándoles que todo está en buen orden de uso en el ala noble y que pueden venir en cualquier momento, pero que para el tema de comidas necesita que la avisen el día antes para preparar la compra y traer personal de servicio para los días que sea necesario. La inspección de la casa les lleva bastante tiempo y tanto Miguel como Ana se fijan en muchos detalles y van tomando algunas notas en el móvil de él. Cuando terminan con el interior, salen a la gran terraza delante del torreón donde se encuentra la piscina, lista para usarse en cualquier momento. Andrés les guía por los jardines y les enseña el mirador del cortado, un templete techado a cinco minutos caminando y que se asoma a un pequeño acantilado desde el que se divisa el arroyo que cruza la finca de norte a sur y que pasa a los pies de la Casa Grande.

Cuando regresan, Martina ha preparado unos platos de jamón, lomo y queso en la terraza y preguntan qué desean beber. Mientras abre una botella de vino, Pedro se fija en las tetas de Martina. Le encantan las tetas grandes y flaneras, que vibren al caminar y al moverse su propietaria. Está pensando “como me gustaría meter la polla entre esas tetas para que me hiciera una cubana la vaquita esta…” cuando Ana le pregunta dónde está el plano de la finca. Miguel le dice que se lo ha dejado en el coche, en una carpeta en el asiento trasero. Andrés se levanta y se ofrece a ir a buscarlo mientras van comiendo algo. Al abrir la puerta trasera del coche encuentra enseguida la carpeta sobre el asiento, pero le llama la atención otras dos cosas que hay sobre el mismo: un tanga y un sujetador. Es ropa interior de encaje, de color verde oscuro, parece cara, muy diferente a la ropa interior de mercadillo que usa Martina. Mira a ambos lados para comprobar que nadie le ve y coge el tanga con ambas manos admirando el encaje que a la vez es casi transparente. Luego se lo acerca a la nariz y nota su polla ponerse morcillona de inmediato. Está húmedo y revela la excitación de su propietaria en el momento de quitárselo. Lo deja como lo encontró, agarra la carpeta y se va lentamente a la Casa Grande, preguntándose porqué la nueva propietaria se ha quitado las bragas en el coche en el que iba con su marido y el abogado.
 
Última edición:
Maribel termina de cepillarse los dientes sin prisas mirando a su marido por el espejo

Lleva un camisón de seda y un tanga nada más. Su melena rubia está recogida en una coleta. El movimiento de limpiar el cepillo hace que se balanceen sus tetas libremente.

Jorge está detrás de ella mirándola y masturbándose lentamente.

Cuando termina de recoger el cepillo, Maribel abre un cajón y saca el lubricante. Se gira, y se lo ofrece a Jorge. “Ponte esto”.

Luego se quita el camisón y el tanga, se pone mirando al espejo y apoyando las manos en el lavabo, se inclina hacia delante y mira a su marido a los ojos “ahora fóllame como un hombre”

Jorge se echa un chorro de lubricante en la polla y se lo frota con la mano masturbándose lentamente. Después se acerca y coloca su capullo en la vulva de Maribel. El contacto con la polla de su marido la hace morderse el labio inferior “despacito, que tienes que lubricarme por dentro”

Jorge empuja despacio y ve como desaparece el glande dentro de ella. Luego la saca otra vez y vuelve a meterla, notando como entra mucho mejor. Tras repetir el movimiento dos o tres veces la mete un poco más. “despacio cielo” ruega Maribel mirándole a los ojos.
“¿Quieres que te folle?”
"Si”
“pídemelo zorra”
“Fóllame”
“otra vez”
“Fóllame”
Jorge empuja a tope metiendo toda su polla dentro de su mujer y ella reacciona con un respingo y un gemido sin apartarle la mirada
“bruto”
“te encanta zorra, no te quejes”
“Fóllame”
Jorge empieza a bombear con fuerza pero sin prisas
La mira a la cara mientras la agarra por las caderas estudiando su reacción a cada embestida
Ella aguanta las embestidas mirándole fíjamente a los ojos
“así, así, dame fuerte”
Jorge le empieza a dar más duro
“así, así, fuerte, fuerte” pide ella
Maribel no deja de mirarle, le sonríe, le muestra sus expresiones de placer mientras la folla. Sus tetas bailan al ritmo de las embestidas hacia dlante y hacia atrás o chocando entre ellas.
Se suelta de una mano y se las acaricia ella sola, se las amasa, se pellizca el pezón de uno de sus pechos.
Las embestidas se van acelerando
Se vuelve a apoyar con ambas manos en el lavabo pero ahora baja la cabeza
Jorge deja de verle la cara
De pronto suelta sus caderas y le agarra la coleta.
“No dejes de mirarme zorra”
Ella sube la cabeza, vuelve a mirarle
Nunca le ha agarrado la coleta así follando pero siente mucha excitación con la tensión de su pelo y la fuerza con la que le obliga a mantener la cabeza erguida.
A Jorge le excita cuando nota lo sumisa que se ha puesto Maribel
“¿Te gusta zorra?”
“sí, sí, sí” empieza a jadear notando el orgasmo que no tardará en llegar
“toma puta” exclama él dándole un sonoro cachete en la nalga derecha.
Ella deja escapar un gritito apagado
Jorge lo interpreta como que le ha gustado y repite
Vuelve a darle un cachete en la nalga mientras la folla con fuerza y le sujeta la coleta con la mano izquierda.
Maribel siente el picor del cachetazo y le excita aún más. Está a punto de correrse
“me corro, me corro, no pares”
Jorge arremete aún más fuerte y en unos segundos ve la cara de su mujer cambiar
La boca abierta, buscando aire y a la vez gimiendo
Los ojos en blanco
Las piernas le empiezan a temblar.
El placer de ella siempre le excita mucho, así que Jorge sabe que ahora se va a correr él enseguida.
Mientras las contracciones del la vagina de Maribel se van espaciando, él empieza a follarla más despacio.
Se concentra en sus propias sensaciones, notando su glande comprimido dentro de la vagina de ella. Maribel abre los ojos otra vez, le mira jadeando, sonriente.
“vamos mi amor, lléname de leche”
El le suelta la coleta, la vuelve a agarrar por las caderas y tras 7 u 8 movimientos descarga su semen dentro de su mujer sintiendo un orgasmo largo e intenso.

Maribel se gira, le abraza y le besa. Juegan con sus lenguas mientras el semen de Jorge escurre entre sus muslos. Se quedan así un par de minutos, abrazados, acariciándose la cara el uno al otro. Sonriéndose.
“¿te ha gustado? Pregunta él.
“mucho, te has portado como un hombre”
“y tu como una zorra sumisa”
“¿eso te ha gustado?”
“Si”
“pues ya sabes, tendrás que aprender a sacar a la puta que llevo dentro”

Se arrodilla delante de Jorge y con una mano se lleva a la boca la polla morcillona para succionarla por completo hasta apoyar la nariz en el vello púbico de él. Luego la saca, la lame y se pone otra vez de pie. Le besa, le mete la lengua en la boca. “vamos a dormir anda, que mañana es día laborable”.
 
Joder como me gustan estos relatos, continua porfa
 
El baño de la tarde en las pozas del río estuvo amenizado por un balón inflable con el que estuvieron jugando en el agua. Hicieron un círculo y se trataba de pasarse el balón sin que lo capturase dos que estaban dentro del círculo. Si lo capturaban, el que lo hubiera perdido tomaba su lugar en el centro y ellos pasaban al exterior. Para compensar un poco la diferencia de estatura entre chicas y chicos, las chicas podían usar ambas manos, los chicos solamente una.

Irremediablemente el hecho de que cuatro chicas estaban en topless estaba marcando el juego y tenía a todos los chicos bastante excitados. Alguno estaba con las rodillas algo dobladas para que no se viera la erección que tenía.

Ana y Rocío eran las más desinhibidas. Saltaban a por el balón sin cortarse e incluso rozaban con sus pechos desnudos el cuerpo de los chicos y chicas en su afán por alcanzar el balón. Pedro había sentido las tetas de ana frotarse contra su pecho dos veces y tenía la polla durísima cuando le volvió a caer la pelota hacia él. Ana saltó antes y sus tetas rozaron su cara primero y, en la caída todo su pecho. Notó sus pezones durísimos contra su piel mientras ella caía pecho con pecho escurriendo por delante de Pedro hasta que notó su polla dura rozar su sexo brevemente. Sintió una excitación instantánea, igual que Pedro. Miguel, que estaba al otro lado del círculo no lo vió, pero estaba ya excitado también de ver las tetas de Ana a la vista de todo el mundo y rozándose con todo el mundo. Estaba deseando volver a la casa para follarla.

La temperatura del agua no les dejó estar mucho rato y pronto empezaron a ir saliendo algunos quejándose del frío. Ana estaba al lado de Pedro cuando otra vez rozó su miembro duro bajo el agua contra su culo. Estaba realmente cachonda intrigada por cómo de grande sería aquella polla tan dura. Para pensar en otra cosa se lanzó al agua y de dos brazadas cruzó hasta el otro lado hasta Miguel. Le rodeó con los brazos el cuello y también con sus piernas rodeó el cuerpo de su chico. Al acercar su pubis al vientre de él, notó que también tenía una buena erección. Le besó y le dijo “tu vas a tener que esperar un ratito ¿no?” riéndose. Se salió y estuvo charlando con las otras chicas en la orilla mientras Miguel, Pedro y algún otro seguían en el agua, ya solos y esperando que se les bajase la erección, para lo que tuvieron que dar la espalda al grupo, ya que las cuatro chicas que se habían quitado la parte de arriba estaban ahora tomando el sol luciendo sus pechos y sus duros pezones al sol.

Al cabo de un rato, el sol empezó a perder fuerza y Pedro volvió a tomar el mando y recomendó que los que iban andando, debían iniciar la marcha de regreso para poder llegar con luz. Igual que a la ida pidió a Ana y a Miguel que le ayudasen con las neveras y demás. Como empezaba a refrescar, Ana se puso la minifalda y luego se quitó la braguita mojada del bikini y por arriba se puso la blusa que había traído, también sin nada debajo. Era una blusa fina, blanca y sus pezones oscuros y bien duros se transparentaban y marcaban en la tela mientras Pedro no podía parar de mirarlos mientras iban y venían con bolsas y neveras y cargaban el coche. Saber que Ana no llevaba nada debajo de la falda y la blusa excitaba a ambos chicos.

Ya en el coche, Miguel se sentó como copiloto al lado de Pedro y Ana se colocó detrás. Y de nuevo, vio las miradas de Pedro por el retrovisor. Recordó la excitación de Pedro en el agua y de nuevo le empezó a parecerle morbosa la situación. Le excitaba provocar a aquel tío y hacerlo delante de Miguel, así que decidió dar un paso más y empezó con un juego para poner cachondo a su chico y, de paso a su amigo. Llamó la atención de Miguel para que la mirase y cuando se giró le mostró un pecho desnudo para excitarle. Por supuesto, Pedro también lo vió. Al rato volvió a llamar la atención de Miguel y al girarse ella separó las piernas in instante, cosa que por supuesto Pedro vio a través del retrovisor. Repitió ambos juegos alguna vez más durante el trayecto y en una ocasión se sacó ambos pechos de la blusa.
 
Ding
“Buenos días cornudo”
“Buenos días”
“¿Sigue la zorra pasando hambre de polla porque te corres enseguida?”
“que cabrón eres…. anoche le di lo suyo”
“anda ¿y eso?”
“¿te acuerdas de la foto que me mandaste?”
“claro”
“me la puso durísima”
“porque eres un cornudo maricón y te excitan las pollas, cacho perro”
“me planté delante de ella así y meneándomela le dije que si quería que la follase como una zorra”
“¿y?”
“que quiso … jejejej”
“bien, hay que darle sexo a la zorra que si no se frustra. ¿No se cabreó porque la llamases zorra?”
“al contrario”
“menuda zorra tienes cabrón, que ganas tengo de follármela hasta por las orejas”
“Joder que calor va a hacer hoy, estoy deseando que lleguen las vacaciones”
“a donde vais de vacaciones cornudo”
“a Mallorca”
“no jodas”
“¿por?”
“yo veraneo en Mallorca”
“¿a si? ¿dónde?”
“al norte”
“joder, nosotros vamos al norte”
“yo estoy del 5 al 25”
“pues nosotros del 6 al 15”
“¿Dónde váis?”
“a unas casas por el interior, a unos dos kilómetros del puerto”
“El Racó de Miquel?”
“joder ¿como lo sabes?”
“Son de mi suegro ¿has cogido la de la piscinita perro?”
“si”
“perfecto, es la mejor….. joder que casualidad, lo vamos a pasar de cojones”
“¿¿¿???”
“ya te lo contaré que ahora tengo prisa cornudo”
 
Gracias por comentar y por aportar vuestros likes.
Uno escribe con la mejor intención, lo cuelga aquí y espera que os guste, pero si no me lo contáis... no me entero de si gusta o no gusta.
Ayer, después de subir el último trozo, me plantee seriamente dejar de escribir la historia, ya que me daba la impresión de que no le gustaba a casi nadie.
le gusta a todo el mundo lo que pasa es que son unos vagos y no se quieren molestar,,,,,con lo poco que cuesta
gracias por contarnosla
 
No, hombre. Lo que pasa es que últimamente estoy en otras cosas. Pero sí que lo estamos siguiendo. Si no no habría likes.
 
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