Carlos Sevillista
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Y hablando de la Historia a mí Pedro no me gusta un pelo, veremos si no se acuesta con la novia de Miguel.
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Además justo nos vamos incorporando tras las vacaciones.No, hombre. Lo que pasa es que últimamente estoy en otras cosas. Pero sí que lo estamos siguiendo. Si no no habría likes.
Cómo logras generar morbo con el relato! FelicidadesAna se sorprendió por haber verbalizado así de espontáneamente su deseo. Si, es cierto, que quería ver a Pedro desnudo mirándolos, que quería ver su excitación e incluso que quería ver como eyaculaba mientras lo hacía con su chico. Pero de pronto se había dado cuenta de que no se lo había dicho a Miguel. ¿se iba a enfadar?
Pedro se sorprendió al oir la voz de Ana invitándole a entrar. Dudó un instante, pero abrió la puerta y cruzó al otro lado. Caminaba desnudo, con la polla a tope, pero sin masturbarse, luciendo su polla tiesa y caminando lentamente hacia ellos, sonriendo.
Ana le vio entrar y sintió un calor tremendo en su pecho, le excitaba mucho ver aquel tiarrón tan empalmado mirándola. Miguel, siguió follando a Ana, pero había bajado la intensidad de las embestidas al oir la invitación de Ana. No tenía ni la más remota idea de que Ana quisiera follar con gente delante, nunca se lo había dicho. Sin embargo la situación le hizo excitarse de golpe. Sintió el mismo calor en el pecho al ver la erección de Pedro acercándose a ellos así que empezó a empujar de nuevo con todas sus fuerzas. Ver como su novia excitaba así al otro le ponía muy burro.
Ana se fijó en la polla de Pedro. Era visiblemente más grande que la de Miguel, en longitud y en grosor. El glande estaba parcialmente oculto por el prepucio y se asomaba húmedo y brillante en la punta. La polla de Miguel estaba circuncidada, no tenía prepucio y su forma era diferente, menos espectacular. En realidad, tenía la medida media, pero es que Pedro jugaba en otra liga.
El mirón se acercó hasta estar a un metro y medio de la pareja, a los pies de la cama, mirando a Ana de frente. Ahí paró, separó ligeramente las piernas y empezó a pajearse lentamente y en silencio, mientras miraba a Ana a la cara y observaba sus tetazas bambolearse con la follada que le estaba metiendo su novio.
Ana gemía cada vez más fuerte mientras Miguel la embestía implacable desde atrás. No llevaban ni 15 embestidas cuando notó que un nuevo orgasmo llegaba imparable “fuerte, fuerte, no pares” y unos segundos más tarde empezó a gemir otra vez “ohhhh siiii, asíiii”. De nuevo una oleada de placer inmenso la dominó por completo quitándole las fuerzas y el control de su cuerpo. Miguel tuvo que parar cuando notó que le flojeaban los brazos y que caía sobre los codos primero y sobre su pecho después, quedando finalmente boca abajo en la cama.
Ana se tomó unos segundos para recuperar el resuello. Tenía el corazón latiendo a toda velocidad y aún notaba pequeños reflejos del placer del orgasmo en su vientre que le invitaban a no moverse. Cuando pararon, se incorporó, se puso boca arriba con las piernas abiertas, ofreciendo a Pedro la visión de su sexo dilatado, empapado y bien abierto y le dijo a Miguel “ahora así”. Miguel se metió entre sus piernas y la volvió a penetrar “despacio” le pidió ella. Pedro se quedó un minuto viendo los huevos de Miguel chocando contra el culo de Ana, pero luego se puso a un lado, apenas a un metro de la pareja.
Ella miraba su polla y luego su cara mientras su novio la seguía follando lentamente “ven” le dijo. Y Pedro se acercó.
Ella extendió la mano, buscando su polla. Pedro le la facilitó la tarea al acercarse todo lo necesario.
Ana se la agarró y quedó fascinada con el grosor y el tamaño de la polla de Pedro. Estaba durísima, caliente, extrañamente viva. Tenía una textura diferente a la de Miguel, más venosa, más potente. Quería pajearla, sobarla.
Miguel miraba como su novia le agarraba la polla a su amigo y sintió una excitación creciente. Le daba muchísimo morbo verla jugar con la polla de otro mientras la follaba. Nunca lo había pensado pero verla darle placer a otro hombre le resultaba muy morboso. Siguió follándola despacito mientras la veía familiarizarse con la polla de Pedro, que le parecía enorme a él. La excitación fue creciendo a medida que la paja de Ana era más firme, más decidida y más orientada a darle placer a Pedro que a satisfacer su curiosidad como hembra que prueba otra polla diferente. De repente, notó que no podría evitar correrse de inmediato con un orgasmo intensísimo. Ana dejó de mirar la polla de Pedro y le miró a la cara a Miguel al notar como su polla palpitaba dentro de su coño. Le sonrió y con la otra mano le acarició la cara “así mi amor, asi” sin dejar de pajear a Pedro al mismo tiempo. Miguel se vació con la polla bien dentro de Ana y aún estuvo metiendo y sacando su polla unos instantes mientras esta perdía fuerza y el condón empezaba a pesarle por la eyaculación que llenaba la punta.
Finalmente, se la sacó, se quitó el condón y se quedó mirando como Ana seguía pajeando a su amigo, desnuda, abierta de piernas, con su coño dilatado, enrojecido, rezumando flujo y abierto. Pedro entonces se acercó un poquito más y extendió la mano hacia el coño de Ana.
“¿puedo?”
Ella no dudó ni un instante. “si”. Ni miró a su novio buscando su aprobación.Al rozar sus dedos el clítoris de Ana, reaccionó con un gemido.
Se empezaron a masturbar el uno al otro durante varios minutos. Pedro demostró una maestría con los dedos que Ana desconocía por completo. Las caricias parecían tener un patrón aleatorio pero muy estructurado, logrando subir un punto más su placer y excitación, acercándola a un orgasmo, pero sin dejarla alcanzarlo. La masturbaba mejor que ella misma. Era como ir subiendo un peldaño tras otro por una escalera de placer, pero sin una velocidad o dirección predecibles. Sabía que se iba a correr, pero no quería hacerlo aún. Ana iba notando tantas diferencias en como la manipulaba Pedro su sexo, en como era su miembro…. Esta exploración de sensaciones con un hombre distinto la estaba fascinando cada vez más. No quería parar, quería más y más y su excitación parecía no tener límites. Era una sensación nueva y la quería vivir toda.
Entonces, se giró hacia su derecha y buscó la polla de Pedro con su boca.
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