Reencuentro con Elena

Leyendo los comentarios...

popcorn 3D.png
 
Hola, buenas noches.
Me parece correcto. Estamos aquí para leer y disfrutar el trabajo de otros, y como mucho comentarlo. No para opinar sobre los demás. Posiblemente me haya pasado y te pido disculpas por ello.

Por mi parte asunto zanjado.

Saludos y gracias.

Hotam
Sin ningún tipo de problemas.
De todas formas no me he cabreado, aunque si me había sorprendido un poco. Pero no pasa nada.
 
Lo dijo quien lleva días diciendo que el "pobre" Javi debería romper la amistad con esos que no le merecen por ser malos amigos. Un poco radical.

Tomo el relevo de @Hotam , aunque yo sí que busco polemizar, pero con respeto, educación y argumentación. Polemizar no significa atrincherarse y ver al otro como alguien equivocado o incluso tu enemigo, significa debatir o discutir opiniones contrapuestas, exponer argumentos, escuchar los del otro y reflexionar. Eso significa polemizar para una persona adulta, lo de atrincherarse, sentirse ofendido y atacar o salir con el rabo entre las piernas no es de persona adulta. Y el mejor ejemplo es el propio Javi, no ha "escuchado" a Irene, solo le interesaba cómo sería recibido su mensaje, pero no ha querido, ni ahora, ni antes, escuchar lo que hay detrás de las palabra de Irene, Mario, Valentina, Sofia ... Javi es víctima de un Javiercentrismo infantil.

Por mi parte asunto candente y que da para mucho debate.

Saludos y gracias al autor por traernos estas situaciones tan ... polémicas.
Pues te vas a quedar solo, porque yo no voy a entrar en las polémicas.
Es tu opinión, pues ya está. Yo no soy como tú, que te gustan estas cosas.
 
Última edición:
Tú te lo pierdes, el tema es superinteresante para comentar y conocer los argumentos de unos y otros, tanto tuyo como de cualquier otro lector, como hemos visto en la cantidad de comentarios que ha suscitado la "deriva" y malas decisiones de Javi.
Javi hace precisamente eso, evita las polémicas, evita enfrentarse a Andrea, evita compartir con sus amigos cosas relevantes que le pasan ¿Por miedo a lo que le digan? Y lo hace del peor modo posible, encerrándose en sí mismo, no afrontando las situaciones con franqueza y no solo de palabra, echándole valor para enfrentarse a situaciones en las que no sabe como saldrá, porque lo plantea como un dilema entre vencedores y vencidos. Por eso enseguida, ante cualquier comentario, se pone a la defensiva y cierra los oídos, porque comete el error de ver cada cuestión como un dilema en el que la victoria del otro es mi derrota, ya sea Irene, Valentina, Andrea, Noelia, Sofía o su Santa Madre.

Al final la conclusión es que con gente como Javi no se puede hablar y que van a la suya sin importarles realmente nadie más que ellos, aunque ellos mismos crean que se preocupan por otros o que se procuran de no hacer daño, cuando se procuran de no hacer daño es por interés propio, porque cuando no tienen interés propio, no tienen problema en producir daño.

Respecto a tu comentario, a través de este y otros comentarios has dejado muy claro que no son las polémicas lo que te molesta, porque tú también eres capaz de generar comentarios polémicos a sabiendas, sino tener que debatir, pero te recomiendo que reflexiones sobre lo que eso significa, rehuir el debate y vivir en la trinchera, como nos demuestra Javi una vez tras otra, no parece algo muy provechoso, aunque el crea que le va bien así y son los demás los que están en su trinchera. Debatir no es una sucesión de opiniones, para debatir hay que estar dispuesto a escuchar, y contraponer tú mismo lo que escuchas a lo que piensas. Debatir es someter tus opiniones a una prueba de stress y descubrir su solidez o si sería conveniente hacer cambios, pero claro eso significa varias cosas, respecto a las creencias propias y respecto hacia dónde quiere ir cada uno.

Muchas gracias a @Keranos por ofrecernos la oportunidad de comentar estas complejas cuestiones a través de los "personajes" y las situaciones que nos expone. El amor, la amistad, la familia, la propia idea sobre uno mismo, el sexo, el compromiso, la sinceridad, etc., etc. todo esto está presente alrededor de Javi ... y de nosotros mismos.
Hola, estoy totalmente de acuerdo contigo,para los que seguimos el relato desde el principio, por cierto felicitaciones al autor,si os acordáis, ya hace muchos capítulos, cuando si hermano va a casa de su madre con Elena, que hace Javi?; en vez de afrontar los hechos y aclarar todo,que pase lo que tenga que pasar, que hace?, se mete en su habitación y no quiere saber nada.Hay demuestra que es un cobarde.
 
Capítulo 698

La semana empezó de manera dura, al igual que se desenvolvió ese domingo. No porque pasara nada más aparte de eso, pero yo lo veía como algo muy grave. Esas palabras me hicieron daño de verdad y también lo hizo la manera que tuvieron de decirlas, con esa frialdad y pasando a mirar la televisión después como si la cosa no fuera con ellos. Aunque quizá fuera así habiendo tomado esa decisión de romper la amistad que teníamos. Había hecho algo grave, sí, pero tampoco veía que fuera para acabar una amistad en la que nos considerábamos como familia. Intenté hablar con Mario por mensaje, porque sabía que él estaría más abierto que Irene a hacerlo, pero no me llegó a contestar. Le puse que no podían hacerme esto, que éramos como familia y que habíamos vivido muchas cosas como para acabar así. Le mandé aquello bien temprano por la mañana, dejándome en visto no mucho más tiempo después. Ya de noche vería que me puso un mensaje en el que decía que ya no había vuelta atrás. Ninguno de los dos me bloqueó ni nada por el estilo, pero todo estaba dicho y era prácticamente lo mismo, porque me sacaron de sus vidas.

No sé si ellos le contaron algo a Sofía o a alguien más, o si por otra parte ató cabos cuando tomé la decisión de salirme de los grupos que teníamos en común. En el grupo grande de amigos de mi ciudad apenas participaba, ni por WhatsApp ni presencialmente, porque cada vez los veía menos. Y en el que teníamos de manera más cercana para los amigos más íntimos me parecía que sobraba. Ya no me sentía parte de aquella amistad que nos unía a todos, por eso me acabé saliendo de ambos grupos. El caso es que Sofía se puso rápidamente en contacto una vez hice aquello. No es que fuera al momento, pero tampoco transcurrieron horas, pasando a bombardearme con mensajes preguntándome qué pasaba para haberme salido de los dos grupos, en especial del que estábamos los más allegados. Le puse que estaba trabajando y que hablaríamos más tarde, en la hora del almuerzo si le parecía.

Me sorprendió bastante cuando se presentó a la hora que yo debía salir de trabajar. La encontré en recepción, sentada en una de las dos sillas que había, esperándome con cara de preocupación. Le pregunté qué hacía ahí y ella se levantó rápidamente, con gesto de nerviosismo, haciéndome un gesto con la cabeza para que saliéramos fuera. Cogí mi abrigo y salimos, empezando a andar juntos, aunque como a los 20 metros me paró para darme un abrazo muy fuerte. No sabía cuánto necesitaba ese abrazo hasta que me lo dio, apretándole yo con la misma fuerza con la que lo hacía ella. Hasta me llegué a emocionar por el sentimiento que le puso y por cómo al menos la tenía a ella. Tras ese abrazo, se separó de mí y me agarró la cara con ambas manos para decirme que no pasaba nada y que todo se iba a solucionar. Yo no podía decir nada, agarrándose ella a mi brazo para decirme que teníamos que ir a comer a algún sitio tranquilo para que pudiéramos hablar tranquilamente.

Me llevó a uno que no quedaba muy lejos, pero que efectivamente era tranquilo, pidiendo que nos dieran una mesa apartada. A pesar de que le dije que no tenía mucho apetito, ella pidió por los dos, forzándome a que comiera, cosa que llevaba varias horas sin hacer. Me contó que al ver cómo había salido de ambos grupos y con la respuesta que le puse, se puso en contacto con Irene, mandándole un mensaje en el que ella le dijo que no tenía nada que hablar del tema. Lo intentó con Mario y él si le dijo de manera breve lo que pasó el domingo. Ella no lo podía creer, pero Mario no le dio más detalles, diciéndole que estaba trabajando. Así que me pidió más detalles a mí después de que empezáramos a comer. Puso una de sus manos sobre las mías y me dijo que sabía que era duro para mí, pero que tenía que informarle para saber qué había pasado, ya que ellos no querían hacerlo. Y le informé. Le conté con detalle todo lo que había pasado en casa de ambos, no pudiendo creerlo ella. Sabía de sobra lo enfadados que estaban ambos, sobre todo Irene, pero no pensaba que fuera para acabar así, diciéndole yo que pensaba lo mismo.

Mi amiga se puso muy triste, pero sacó fuerzas diciendo que no me preocupara, porque ella no me iba a abandonar de esa manera. También comentó que iba a hablar con ellos para hacerles entrar en razón, cosa a la que me negué de primeras por pensar que le podía traer problemas a ella también. Dijo que le daba igual y que no quería que nuestro grupo se rompiera. No quería eso bajo ningún concepto y empezó a pensar cómo hacerlo para acercarse a ellos sin que sospecharan nada y poder así empezar a apaciguarlos con la idea de hacerles entrar en razón de que no era para ponerse así. Le agradecí mucho que se preocupara tanto por mí después de las que había liado, poniéndose ella sería al decirme que los amigos estaban para eso, para apoyarse en esos momentos y que le parecía una estupidez muy grande lo que Irene y Mario estaban haciendo. Le volví a decir que no se enfadara con ellos y que llevara cuidado para que no saliera ella también escaldada de aquello.

Nos despedimos después de acabar de comer y marcharnos a una cafetería para tomarnos un café, sacando ella otros temas de conversación para tratar de levantarme el ánimo. Cuando nos despedimos, yendo ya de camino a la academia, le di otro fuerte abrazo, dándole también las gracias por haber venido a verme y a decirme todas las cosas buenas que me dijo. Quedamos en que hablaríamos de seguido para ver cómo me iba, aunque le dije que no hacía falta, pero ella consideraba que sí que lo hacía después de este palo que me había llevado, porque se me notaba en la cara que no lo había encajado bien. La tarde transcurrió con cierta normalidad dentro del trabajo, aunque ya casi acabando recibí algunos mensajes de Ángela, preguntándome cómo estaba, porque Sofía la había llamado y habían estado hablando. Al igual que hice con Sofía, le dije que podíamos hablar cuando llegara a casa si le parecía bien, pareciéndole a ella perfecto.

Como Sofía se puso insistente hasta tal punto que me dijo que quería que le mandara una foto de la cena para asegurarse de que seguía comiendo y tal, me pasé por un local de comida rápida para comprar algo y llevarlo a casa, donde me encontré a Andrea y por suerte no a Noelia. Cuando llegué, mi compañera de piso me preguntó por qué había comprado comida rápida, si ella había preparado la cena. Le dije que me apetecía y se ve que me notó mi estado de ánimo, por lo que pasó a preguntarme si me encontraba bien, porque llevaba un par de días que ni saludaba y me notaba mala cara. De primeras le dije que no me pasaba nada, pasándome por la cocina para coger algunos utensilios para la cena, parándome a echarle un ojo a lo que había preparado ella, teniendo buena pinta en realidad, aunque me acabé llevando lo que había comprado yo, con la idea de cenar en mi habitación para evitar cualquier mínima oportunidad de que saliera algún tema de conversación que tuviera que ver con Noelia.

-Javi, ¿seguro que estás bien? -insistió Andrea desde el sofá.
-Sí. Estoy bien.
-¿Necesitas algo?
-No -dije encarando el pasillo para irme a mi habitación.
-Vale...
-Bueno, sí. Sí que necesito algo.
-¿El qué?
-Necesito que respetes mi espacio. Y si te digo que no quiero a Noelia aquí, tienes que cumplirlo. Si no lo haces te vas a tener que ir.

Vi que puso cara de sorpresa, aunque tampoco me fijé mucho, porque volví a retomar mi camino para ir a mi habitación y poder cenar tranquilamente allí, aunque tampoco es que tuviera muchas ganas. Hasta le hice una foto a lo que iba a comer y mientras lo hacía, para enviárselas a mi amiga Sofía, aunque me veía una cara horrible en esa foto. Ella celebró que le enviara eso, deseándome buen provecho, y quedando en que hablaríamos al día siguiente, porque ella fue la que informó a Ángela de lo que había pasado, prefiriendo dejarme espacio para hacerlo tranquilamente con ella y para dejarme cenar y descansar tranquilo también. Cené y Ángela me preguntó si estaba ya disponible para hablar, llamándola yo mientras terminaba. No se demoró mucho en pregúntame cómo estaba, diciéndole yo que ahí iba. Ella no me preguntó qué había pasado, porque ya lo había hecho Sofía, ahorrándome ese mal trago. Ángela me contó que también tenía en mente hablar con ellos para rebajar ese enfado y tratar de que recapacitaran, aunque como hice con mi otra amiga, le dije que no hacía falta, por si también se enfadaban con ellas, aunque otra razón que le di era que no quería que se pensara que había acudido a ellas para que les convencieran.

Hablamos durante horas, siendo en realidad ese tema de conversación muy breve, porque Ángela ya lo conocía todo y tan solo me preguntó cómo me encontraba yo. Sabía que me sacaba temas de conversación para levantarme el ánimo y yo se lo agradecía, aunque ella se hacía un poco la loca diciendo que estábamos hablando como casi todos los días. Nos contamos nuestras cosas del trabajo y cómo cada vez ella se sentía más integrada, pero que no le pedía el cuerpo salir como hacía aquí. Pero al menos ya no se sentía tan sola y eso era algo bueno. También comentó algo de venir algún fin de semana suelto para ver a la familia y para verme a mí también, porque por lo que habíamos hablado me veía con ganas y creía que necesitaba tener amistades cerca, sobre todo con esto último que había pasado. Le dije que podía aguantar hasta Navidad para lo que quedaba, aunque ella decía que echaba de menos a mucha gente, sugiriéndome que tal vez podría hacerle una visita en el puente de diciembre. El problema era que era un puente que caía entre semana y no al iniciar o acabarla, por lo que tenía trabajo tanto el lunes como el viernes. Ángela dejó caer que estaría bien que me cogiera ese viernes libre y que me fuera casi toda la semana, pero era algo complicado con los exámenes finales, además de que ella no tendría esos días festivos como yo y tendría que ir a trabajar. Cortamos la conversación a una hora prudencial para que pudiéramos descansar bien, dándole de nuevo las gracias por preocuparse tanto por mí. Aquel día no me fui tan mal a la cama con esos acercamientos por parte de Ángela y Sofía.

Los siguientes días fueron también amargos, aunque no tanto como la mitad de ese domingo y ese lunes. El único cambio para bien que había era que tanto Ángela como Sofía estaban muy encima de mí, preguntándome todos los días cómo me encontraba en varias ocasiones. Algunos días hablábamos durante unos pocos minutos y otros sí que hablábamos durante un buen rato. Parecía que hasta se turnaban, aunque alguna que otra vez coincidía que una me preguntaba cuando estaba en llamada con la otra, por lo que hicimos un par de llamadas a tres. En cada una de las ocasiones que charlábamos les daba las gracias por estar tan preocupadas por mí para no dejarme solo, porque sabían que en la ciudad donde vivía ahora no tenía gran cosa. Pensé en varias ocasiones en verme con Daniela para tener compañía de manera más presencial, pero nuestros horarios eran bastante diferentes y nos iba a resultar difícil.

Ella estaba muy ocupada con sus estudios, no diciéndome nada de apuntarse a la academia por el momento y cuando yo podía al salir de trabajar, Valentina ya estaría con ella en casa al vivir ahora ambas juntas. No quería que Valentina pensara cosas que no eran, aunque la realidad era que no tenía la más mínima intención de hacer nada de nada, porque no tenía ganas en absoluto. Estaba muy bajo de ánimo aún y no tenía ganas ni de verme con nadie para eso. Aunque tampoco es que tuviera muchas candidatas últimamente por diferentes motivos. Aunque no me esperaba que fuera ella la que me contactara a finales de semana, porque algún día me dejé caer por la cafetería en la que solía trabajar Daniela, para tomarme un café y reponer así fuerzas por lo que me estaba volviendo a costar dormir de manera adecuada. El viernes noche me escribió preguntándome si estaba bien, cosa que me sorprendió muchísimo, porque no se me ocurría cómo se podía haber enterado de mi estado de ánimo para preguntarme directamente eso. Hasta pensé que tal vez había hablado con Irene, pero fue ella misma la que descubrió la forma de averiguarlo al decirme que me había visto un par de veces en la cafetería bastante cabizbajo.
 
Jajajaja, de nuevo, si es que no ha pasado algo muy grave recientemente, qué te noten cabizbajo o de mala cara, pareciera que lo hace adrede para que lo noten así. En este caso para que los que lo conocen le pregunten. Me imagino a Javi entrando a la cafetería arrastrando los pies y mirando al suelo, vamos que se habrán girado todos 😂

Fue un poco cortante, pero al menos por fin le dio el ultimátum a la hdp de Andrea. Espero que capte el mensaje. Aunque hasta ahora no sé si Noelia le miente o es que se puso en modo estúpida y no le preguntó nada de lo que Javi acusa.

Nadie es perfecto. Javi necesita ayuda, comete errores, y las cosas que hace puede alejar a la gente, pero tampoco hay que actuar como él, sino caen en el juego.
Otra vez, no soy machista, pero lo de Mario denota a un tipo sin personalidad, ni voluntad, es un Ken manejado a control remoto, un despojo del que Irene hace y deshace, un adorno. Da hasta cosa. Cortar palitos con tu amigo sólo por no chismearte sus problemas?

En todo caso, hubieran hecho como hasta ahora. Alejarse poco a poco hasta cortar contacto, más sano para todos. Pero no, Irene quiso hacer daño.

Espero Javi actúe tan machito como hace cuando su madre lo presiona, y cuando ellos quieran acercarse de vuelta, los mande a la mrd las primeras veces al menos.
 
No, no es un mal tipo, en un mal tipo hay maldad, pero maldad consciente. Un mal tipo hace el mal sabiendo que hace daño, busca hacer daño y disfruta del daño que causa porque eso le reafirma así mismo. Javi cuando se revuelve y ataca en una discusión, no es más que un caniche inseguro que se siente amenazado.
Lo más cruel de Javi es que él quiere ser un buen tipo, quiere considerarse apreciado por sus amigos, quiere que la persona que ama vea en él a alguien de confianza con quien compartir intimidad y un cierto compromiso, quiere que la convivencia con su compañera de piso sea buena, quiere que sus alumnos progresen y aprueben, creo, en definitiva, quiere que los demás tengan una buena consideración, lo vean guapo, fuerte y buen tipo. Pero acaba haciendo daño y lo peor es que a veces no parece consciente, y si no es consciente poco puede hacer. El deseo, el capricho y la propia inseguridad, parecen más fuertes que su intención de ser buen tipo y su compromiso para con los demás.

Ya sabéis aquello de que para ser un buen tipo no basta con querer serlo, igual que para estar sano no basta con desear la salud.

Da rabia ver a un tipo que desea ser buen tipo, pero que a veces no parece consciente de la repercusión de sus actos en los demás.
La libertad significa hacerse cargo de las consecuencias de tus actos, de lo contrario es puro capricho y puro instinto.

Lo que ya no sé es si Javier será capaz de progresar y madurar, o su vida se convertirá en más de lo mismo, una sucesión de momentos placenteros alternados con encontronazos incómodos, tratando de parecer un buen tipo y atractivo a los demás, al menos en el envoltorio.

En fin, habrá que seguir leyendo ...
Hola, buenos días.

Estoy de acuerdo, no es un mal tipo, su problema es otro. No sabría decir cual, porque el personaje está de psicólogo, pero opciones hay para elegir: inseguridad, no se hace responsable de sus actos, no es consecuente con sus decisiones, se deja gobernar por su polla, oculta la verdad, tiene arranques de ira, no se controla... no sé cual de todos, o cuales, pero posibilidades, tiene un montón.

Saludos y gracias.

Hotam

PD Luego leo el capítulo de hoy.
 
Capítulo 699

-Estoy bien.
-No lo parecías las dos veces que te he visto esta semana. Estabas sentado, con tu cara echada sobre una de tus manos mientras te pasabas varios minutos removiendo el café. Más de lo que deberías, pero era porque estabas muy pensativo.
-Empanado más bien, por eso necesitaba esos cafés. ¿Y dónde estabas tú? Porque no me percaté ninguna vez de que estuvieras por ahí... -dije a pesar de no estar muy pendiente de nada en el momento en realidad.
-He hablado con el personal de la cafetería para ver si nos podían reservar una mesa que estuviera apartada para estar más tranquilas. A veces cuando hay lío por allí nos cuesta escucharnos.
-Am... Por eso no te he visto entonces. Claro, acostumbrado a verte en la zona más céntrica...
-Claro. Ahora estamos en una esquina y estamos más tranquilas.
-Veo un poco tontería que os reunáis ahí. ¿No tenéis una cafetería en la oficina para estar más tranquilas sin tanto ruido? O en una sala de reuniones que podáis acomodar...
-Ya sabes por qué lo hacemos así. De esa manera estamos todas más relajadas, como si estuviéramos fuera del trabajo y así se rinde mejor, porque no hay tanto estrés.
-Bueno, será así si lleváis haciendo esto mucho.
-A mí me gusta así. Y a las demás también, porque también tienen sus momentos de charla cuando acabamos.
-Entonces muy bien.
-En serio, ¿estás bien?
-Claro.
-¿Entonces? ¿Por qué tan pensativo?
-No es nada. No te preocupes.
-Sé que algo te pasa. Te conozco bien. Esa cara no es por nada. Y tampoco me has hablado en toda la semana. Me ha resultado raro con lo cercano que has estado desde que nos hemos vuelto a ver.
-Sí que me conoces bien, ¿eh?
-Jejejeje, sí.
-Pues sí, algo hay.
-Claro. Pero si me pones tantas excusas es porque no quieres hablarlo.
-Es que... En fin. He tenido una bronca con mis amigos muy grande. Bueno, ya no los puedo llamar así de hecho.
-¿Con quién?
-Con Irene y Mario.
-¿Ya no sois amigos?
-Eso parece.
-Vaya... Cuánto lo siento. ¿Pero qué ha pasado para que terminéis así? ¿Has hecho algo?
-Bajo mi punto de vista, no es para ponerse como se han puesto. Les he explicado lo que pasa, pero no me creen.
-Es por lo de la chica morena, ¿no? Lo que me contaste a mí.
-Exactamente.
-Mira -dijo después de tomarse un par de minutos para escribir-, ¿te parece si quedamos mañana para cenar y me cuentas todo más tranquilamente? -escribió dejándome impresionado por lo que me puso.
-Mmm, vale. Si tú quieres, me parece bien.
-Pues mañana te recojo sobre las 9 de la noche.
-¿Me recoges?
-Sí.
-¿Dónde vamos a cenar?
-Eso da igual. ¿Puedes? ¿Te parece bien?
-Sí. No tenía ningún plan.
-Pues mañana nos vemos a esa hora. Descansa, ¿vale?
-Vale.

Nos dimos las buenas noches y dejamos ahí la conversación. Me quedé pasmado con la propuesta de Valentina de vernos al día siguiente para cenar. Es la típica situación en la que te propones algo y te cuesta y sin embargo te viene cuando estás a otras cosas. Aunque no pensaba que fuera a haber ningún acercamiento como el que tenía en mente días atrás, ya que aún seguía sin ánimo. Y eso que llevaba ya varios días sin hacer nada de nada. Me tenía bastante despistado el comportamiento de Valentina, porque decía que no me hiciera ilusiones con nada y ahora me salía con esto. Aunque seguramente lo que pasaba era que se preocupaba por mí y simplemente quería brindarme un poco de apoyo, teniendo que ver que estuviera yo tan amable con ella desde que se disculpó conmigo por las maneras con las que vino el día de mi cumpleaños seguramente.

Estuve dándole alguna vuelta a ese tema en lo que miraba el móvil, aunque ya no tenía mucha cosa que ver al haberme salido de los dos grupos que más miraba en ocasiones como esa. Ahora miraba los de la tienda, viendo lo que se montaba para jugar, lo que la gente compraba y vendía, viendo varias cosas que me gustaban, pero es que no me apetecía nada jugar. Deseaba que fuera de otra manera y poder disfrutar de ese juego que tanto me gustaba, pero entre que no tenía mucho tiempo y que no me apetecía por mi estado de ánimo, no llegaba a dar ningún paso más en él. Algo de lo que me di cuenta era de que no tenía ningún mensaje de Noelia. Ni llamadas perdidas. Y eso me extrañaba a más no poder. Sabía que seguía viniendo por casa, porque en un par de ocasiones notaba su presencia pese a no verla al volver de casa del trabajo. Su olor, o alguna cosa suya, como algún material de clases delataban que había estado por allí, aunque no me importaba tanto, porque no me estaba molestando.

Quizá se había dado cuenta por fin de lo que había ocasionado y había decido dejarme en paz, aunque lo dudaba enormemente. Pensando un poco en ello, me acordé de lo que le dije a Andrea a principios de semana. Lo hice tan de pasada y con tan poca gana, que no le di importancia a los detalles de que Noelia no terminara de aparecer por casa de la misma manera en la que lo hacía las últimas semanas, al igual que tampoco me percaté de cómo Andrea estaba más cercana por así decirlo al buscarme para consultarme alguna que otra cosa, para preguntarme si estaría para el almuerzo o la cena, interesándose por si me apetecía algo en especial, sacando temas de conversación en los momentos que compartíamos juntos. Incluso me preguntaba cómo me encontraba de vez en cuando, aunque no me decía que me veía mala cara ni nada, como solía hacer el resto de la gente con la que me relacionaba.

El sábado, al levantarme, no hice gran cosa tampoco. Seguía sin ganas de hacer mucho, aunque ese plan con Valentina me tenía más contento. Mis amigas me preguntaron, como todos los días, cómo me encontraba y también se interesaban por lo que iba a hacer ese día, esperando ya ellas que no hiciera mucho tampoco. Ambas se alegraron muchísimo cuando les conté el plan que tenía para la noche, aunque no hicieron ningún comentario como los que cabría esperar al ser la quedada con Valentina. También encontré mensajes de Hugo, diciéndome que estaba muy perdido, porque hacía días que no me veía por el gimnasio, contándole yo que no me apetecía mucho. Pasó a sugerirme vernos por la noche para salir un poco, porque también me notó que algo me pasaba por mis respuestas, o eso creía yo. Le conté que ya tenía plan y que tendría que ser para otra ocasión, pareciéndole a él bien con tal de que saliera un poco y me despejara.

Andrea se fue a casa ese fin de semana, aunque me dejó preparado algo para el almuerzo sin que yo se lo pidiera. Me gustó ese gesto y así se lo reflejé en un mensaje que le dejé en WhatsApp. Aunque ella no me contestaría hasta pasado un buen rato, porque se fue el viernes por la tarde y era muy temprano como para que estuviera despierta. Lo que más me seguía extrañando era que no había mucho rastro de Noelia. No apareció en todo el día y tampoco me mandó ningún mensaje ni llamada. Parecía que volvía la calma, dentro de lo que había. Por la tarde pensé en salir para comprarle algo a Valentina por la proposición de cenar juntos. No quería ir de vacío y sabía que esos gestos le gustaban. De primeras pensé en llevar una botella de vino, pero lo descarté por si se pensaba que la quería emborrachar o algo. Así que al final opté por un surtido de chocolates de varios sabores. Seguro que eso no fallaba, al igual que tampoco lo haría que fuera bien vestido, con unos vaqueros más formales, una camisa y un jersey, aunque se ajustaba demasiado a mi cuerpo, pareciendo que lo había lavado mal y había encogido un poco.

Me arreglé bien para nuestra quedada, porque quería darle buena impresión y hasta me eché algo de colonia. Ella me dijo por mensaje que me preparara y que me avisaría con el claxon de su coche. Efectivamente, unos minutos después lo oí y salí de casa, con el abrigo puesto y la bolsa con lo que compré, porque no tenía ni idea de dónde íbamos a ir. Al entrar en el coche la situación fue un poco incómoda, porque ambos dudamos de cómo saludarnos. Nos dimos las buenas noches, pero dudamos en si darnos dos besos o no. Al final lo acabamos haciendo, llegándome el olor tan bueno de su perfume, viendo que también iba arreglada y con un maquillaje un poco más marcado, aunque los detalles los vería después al llevar ella también un abrigo. Me gustaba verla sonriente, aunque no dije nada, porque fue ella la que rompió el hielo preguntándome cómo estaba, aunque no me quiso agobiar, prefiriendo dejar el tema de conversación principal para después, por lo que hicimos el recorrido con bastante silencio.

Al final Valentina tenía como plan cenar en el chalet que tenía a las afueras de la ciudad, donde ya habíamos estado en varias ocasiones el verano pasado. Conforme salíamos de la ciudad y encarábamos el camino de tierra al coger uno de los primeros desvíos ya sabía a dónde íbamos y la verdad es que me entraron muchas ganas de volver allí. Ambos estábamos cortados y no fue hasta que llegamos y ella entró, aparcando en ese porche que tenía cubierto para aparcar ahí algunos coches que ya dije que me alegraba volver a ese lugar. En cuanto nos bajamos notamos el frío que hacía, siendo además húmedo por lo que había estado lloviendo aquel día, aunque estaba todo muy bonito pese a estar tan empapado. Ella dijo de entrar rápidamente, aunque le pedí permiso para verlo todo, porque me apetecía y quería volverlo a ver. Ella dudó un poco, pero al final le pareció bien, yendo primero a la casa para dar las luces de todo el recinto desde el cajetín que había en la entrada. Fuimos en silencio, refunfuñando ella un poco al ser gran parte del recorrido sobre tierra, porque se manchó un poco los bonitos botines que llevaba. Aunque le dije que podía esperar, que no tardaba nada, pero decidió acompañarme igualmente.
 
-Javi, ¿seguro que estás bien? -insistió Andrea desde el sofá.
-Sí. Estoy bien.
-¿Necesitas algo?
-No -dije encarando el pasillo para irme a mi habitación.
-Vale...
-Bueno, sí. Sí que necesito algo.
-¿El qué?
-Necesito que respetes mi espacio. Y si te digo que no quiero a Noelia aquí, tienes que cumplirlo. Si no lo haces te vas a tener que ir.

Vi que puso cara de sorpresa, aunque tampoco me fijé mucho, porque volví a retomar mi camino para ir a mi habitación
Hola, buenos días.

Bueno, debe ser lo primero con cierta lógica que hace Javier en muchos capítulos. No creo que Andrea sea culpable de todos sus problemas, pero al menos de una parte sí. Habrá que ver que pasa a partir de ahora.

Por cierto, que con el drama que pasó por la muerte de la pobre Amaya, veremos como sobrelleva perder a sus otros amigos, los que se supone que eran amigos y no conocidos...

Saludos y gracias.

Hotam.

PD. Sí, lo de hoy no lo leeré hasta la noche.
 
Ya sabemos como termina esa cena. :salido1:

Valentina es admirable en muchos aspectos, pero en esta situación, habría esperado de ella algo más de amor propio. :rolleyes:

Como va esta historia, ya sería hora de cambiar título, "Desventuras de una polla inmadura".

Aportes???.:aplausos1:






Mientras, en una aislada mesa de aquel bistró, una nerviosa Irene intenta hilar corazón y cerebro al ver acercarse a su invitada...Hola E..
 
Última edición:
Tranquilos todos: Valentina solamente quiere " hablar ' con Javi.
Porque se lo lleve a cenar a su casa de las afueras, vayan a estar solos, y ella se haya puesto guapísima para la ocasión...
Ya pensáis que pretende tener sexo con Javi.
Es que acaso ninguno de vosotros ha invitado a una chica a cenar, en un lugar precioso y tranquilo, (con habitaciones a vuestra disposición). Con la única intención de interesaros por su trabajo y su estado de ánimo??...😜
 
Capítulo 700

El otoño había hecho su presencia en el jardín, aunque con lo que había llovido últimamente, lo veía muy vigoroso. Pocas flores quedaban, pero se notaba que seguía siendo cuidado. No llegué a entrar en el pequeño invernadero que había, pero se podía ver un poco su interior desde fuera. También fuimos hasta la parte de la piscina, impresionándome un poco al verla vacía. Parecía incluso más grande así, contándome ella que lo hacía todos los años cuando quedaba poco para entrar en invierno, porque no era nada fácil cuidar de tanta agua durante todo el año. Y finalmente fuimos hasta las canchas, estando cubiertas con una lona para proteger el suelo del mal tiempo. No tardamos mucho en volver para entrar dentro y resguardarnos, porque Valentina tenía mucho frío. Tiritaba y hasta tenía la nariz un poco roja. De vuelta, le pasé el brazo por encima e incluso le dije que le podía dejar mi abrigo, pero se apartó diciendo que no hacía falta, que en nada íbamos a entrar.

Cuando llegamos al porche interior nos limpiamos los zapatos con una manguera para no ensuciar nada, secando bien las suelas con el felpudo que había en la entrada. Así, entramos dentro, donde Valentina puso rápidamente la calefacción, quitándose el abrigo, dejándome ver ahora sí, lo guapa que iba. No iba como en otras tantas ocasiones la había visto, porque no llevaba ni siquiera un vestido, cosa que me dejaba bastante claro que no tenía intenciones de nada más que de cenar para charlar esa noche. Pero eso no quitaba que estuviera guapa, porque llevaba puesto un jersey de cuello vuelto, de color crema, el cual le realzaba mucho las curvas de sus pechos. Hasta podía notar el sujetador que llevaba puesto, no por el color, sino por lo ajustado que era, que permitía intuir las copas. También llevaba unos vaqueros ajustados y acababa con unos botines de color chocolate, como he descrito previamente.

Le volví a decir que estaba muy guapa, sonriendo ella de manera algo tímida, aunque pasó a decirme rápidamente que le gustaba cómo iba vestido. Le comenté que ya sabía que le gustaría y que por eso lo hice. Entre los dos pusimos la mesa pese a que Valentina no quería que yo hiciera nada, porque decía que era su invitado. Comenté que no me importaba y que me hacía más un favor con eso de invitarme que de no querer que le ayudara. Así que la pusimos y ella metió en el horno la carne que dejó preparada hacía unas horas. Empezamos con unos entrantes típicos y una ensalada mientras se hacía. Los primeros minutos fueron muy silenciosos. Hasta incómodos podría decir, porque se notaba que aún era temprano para estar así después de lo que había pasado, aunque ella se esforzó en romper el hielo diciendo que no hacía falta que hubiera traído nada, aunque le gustó el gesto igualmente, sobre todo al ver de qué se trataba.

Sonreí al ver cómo dejaba de comer para coger la caja y ver qué contenía al darle la vuelta y leer todo lo que llevaba. Poco a poco empezamos a charlar un poco para contarnos cómo nos iba en lo que nos acabábamos los entrantes y la ensalada. Nos contamos acerca de nuestro trabajo y también ella me pidió disculpas por aquello de ponerme a alguien vigilándome. No le di importancia, porque ya lo había hecho antes con su exmarido y no me parecía tan raro que lo hubiera hecho conmigo, en especial después de decirle que me hubiera gustado seguir con ella. No se lo dije con esas palabras. De hecho, omití gran parte de lo que pensaba, pero le dije que eso era agua pasada. También me preguntó por qué le dije precisamente eso en lo que pensaba, lo de seguir con nuestra relación cuando me juntaba mucho con la chica con la que le engañé. No entendía cómo le podía decir eso y estar tanto tiempo con ella.

Le empecé a contar lo especial que era Ángela para mí, cuánto nos conocíamos y cómo se esforzó por hacerme más llevadero algo en lo que ella había tenido algo de culpa. A Valentina no parecían convencerle mucho mis explicaciones, siguiendo sin verlo normal. Pasó a preguntarme directamente qué habría hecho si hubiera vuelto con la intención de darme otra oportunidad. Me pilló bastante desprevenido esa pregunta y le dije era algo que sabía que no iba a pasar. Me pidió que respondiera la pregunta sin escaquearme y le dije que iba en serio con eso de continuar nuestra relación. Le dio la risa, preguntándome si no veía lo contradictorio que era querer eso y decir que no estaba enamorado de ella, como le reconocí en nuestro reencuentro. Respondí diciendo que eso no quitaba que la quisiera de verdad, como tantas veces le había dicho, recalcando que ese sentimiento por ella sí que era real, por si se pensaba otra cosa.

Tras eso pasó a preguntarme si ese sentimiento seguía ahí cuando parecía que mis intenciones era iniciar una relación con Ángela por la cara que llevaba el día que iba a declarar lo que sentía por ella y también por la cara que llevaba al salir del lugar. Le transmití que era lo que había vivido con ella era real y que fueron unas semanas fantásticas, sobre todo las últimas, desde que acordamos ser pareja. Y también me gustaron las previas a esas a pesar de las fuertes broncas que tuvimos en diferentes ocasiones. Seguí diciendo que ella era una mujer increíble y que aprendí mucho de ella durante todo el tiempo que nos estuvimos viendo, pero que nuestro trato cortó de raíz, cosa que ya sabía yo que iba a pasar. Le volví a decir que lo último que quería era hacerle daño, pero también consideraba que se merecía saber la verdad, especialmente después de todo lo vivido con su exmarido. Además de eso, le recordé que en mi previa relación había escondido muchas cosas debajo de la alfombra y que todo fue mucho peor una vez se destapó. No quería tampoco que eso volviera a pasar, optando por ser honesto desde el minuto uno.

Le expliqué que esa forma tan repentina de dejar de vernos y pasar Ángela a ocupar mucho tiempo en mi vida, hizo que hubiera como una transición. Le volví a recordar lo importante que era esa chica para mí y lo bien que me conocía. Reconocí que estaba muy a gusto a su lado y que poco a poco pasaron cosas que me hizo verla de otra manera, como ese detalle de contarme algo tan importante para ella que muy pocas personas conocían, aunque no le di tantos detalles a ella. Ese acercamiento cada vez era mayor y me hizo replantearme las cosas. Valentina no quería mucha más información, porque ya conocía lo que había pasado, pero sí me hizo una pregunta, y fue que si estaba enamorado de ella y si me había roto el corazón. Le respondí que era muy pronto para decir algo así, porque de hecho, no habíamos iniciado una relación. No parecía conforme con mi respuesta, por lo que le dije que no, que no estaba enamorado de ella, pero que la quería mucho. Para que lo terminara de entender, le conté que los sentimientos que tenía por Ángela eran muy parecidos a los que tenía por ella cuando estábamos juntos y que sí, me llevé un palo con su marcha a Francia y con algún comentario en el que comentaba que no tenía nada que le atara aquí fuertemente, como una relación.

Ahora sí que fue suficiente para Valentina, quien se fue a ver cómo iba la carne en lo que llevaba también el bol de la ensalada y el plato de los entrantes. La verdad es que no esperaba que me hubiera incomodado un poco esa conversación, porque me recordó mucho a la noche de mi cumpleaños, al momento en el que ella vino y me empezó a recriminar muchas cosas. También me recordó a mi reacción a tal momento, en el que la invité a irse de casa de malas maneras. No quería que la cosa volviera a ese punto, porque quería llevarme bien con ella y no estar como el perro y el gato todo el tiempo. Pero seguía resentida. Se le notaba, por eso sacaba ese tema de conversación que de hecho ya hablamos esa noche, pero se ve que necesitaba aclarar alguna que otra cosa, o más bien conocer algún detalle de todo lo ocurrido desde que nos dejamos de ver. La noche había empezado fuerte, y eso que aún no habíamos tocado el tema de conversación principal de la noche, la ruptura de amistad entre Irene, Mario y yo, porque la idea de esa cena era precisamente tratar ese tema.

No tardó mucho en volver después de haberme quedado en mi mundo, perdido entre mis pensamientos, oyéndose tan solo la música tan agradable que puso para acompañar a la cena. No había escuchado mucho jazz desde que Valentina se fue de mi vida y ahora lo volvía a hacer, y en su casa. Regresó con un plato en cada mano y se volvió a sentar para que pudiéramos continuar cenando. Le dije que me gustó mucho lo que habíamos comido antes, pero es que esa carne tenía una pinta increíble. Y olía de maravilla. Ella me agradeció las palabras con esa típica media sonrisa suya y empezamos a cenar. Empezamos en silencio, pero luego se interesó por el tema que concernía a mis amigos. Le estuve contando todo lo que ocurrió, desde lo que pasó en la noche de mi cumpleaños hasta lo del domingo anterior, en donde decidieron terminar nuestra relación de amistad. Por suerte, ahora Valentina no me metía caña por así decirlo, porque con la conversación de antes sí que la notaba más encendida. Ahora, sin embargo, estaba más preocupada, aunque ella se mantenía positiva y decía que seguro que no era para tanto, pero yo no lo veía tan así. Ya había tenido peleas con Irene por una u otra cosa, pero no como ésta.

-Por lo que veo, tú también andas enfadado con ellos.
-¿Yo? ¿Por qué lo dices?
-No te has puesto el reloj que te regalaron ellos. Siempre te lo ponías cuando te arreglabas.
-Ah... Es que... No. No estoy enfadado con ellos.
-¿Entonces? ¿Por qué no lo llevas?
-Irene hizo un comentario. Ya te he dicho que esta vez ha sido la más dura. Dijo que se arrepentía mucho de haberme regalado ese reloj. Porque me lo regalaron ellos, ya lo sabes. Fue un regalo importante por parte de Irene para Mario. Y nos unimos mucho cuando mi ex me dejó. Tanto, que me lo regalaron en una de las noches que empecé a salir después de estar encerrado bastante en casa.
-¿Por eso no lo llevas?
-Ajá.
-¿Se lo has devuelto?
-No. Está en mi casa. Pero se lo voy a devolver.
-¿De verdad?
-Sí.
-¿Por qué?
-Porque ella... Ellos no quieren ser mis amigos ya. El valor que tiene para ellos es mucho más grande que el que tuvo hasta que dijo eso. No me parece bien que me lo siga quedando cuando me ha dicho eso.
-¿Ya no quieres ser su amigo?
-Yo no he dicho eso. Claro que quiero serlo, pero con esas palabras que me dijo veo que esto ha sido un golpe muy duro para ella y si le he hecho ese daño, quizá no merezca tenerlo.

Valentina se quedó en silencio, siguiendo con la cena, tal y como hice yo, aunque luego dijo que la llamaría para hablar con ella, cosa a la que me opuse. Le expliqué que eso ya lo habían hecho mis amigas y que no quería que nadie más diera la cara por mí. Algo desconcertada me preguntó si tenía algo en mente para redirigir la situación, diciéndole yo que no, que no tenía nada planeado, pero que por el momento dejaría pasar un poco el tiempo y ya intentaría ver qué podía hacer para volver a sus vidas. Ahí quedaron los temas feos de conversación, volviendo a los más cotidianos, interesándose ella por eso de que ahora daba clases de otras asignaturas. Fue algo que empezamos a hacer acabando de cenar, siguiendo ya sentados en el sofá del salón después de que ella me arrastrara hacia allí agarrándome de un brazo por insistirle yo en ayudarla a limpiar lo que habíamos usado, pero ella era cabezona con eso y no quería.

De la misma manera que continuamos con esa conversación, también lo hicimos con el vino. Ambos teníamos una copa de la que bebíamos, tal y como hicimos durante la cena. La notaba acalorada, porque la veía colorada y había momentos en los que se abanicaba con la mano o se pasaba el pelo por detrás de la oreja. Pero es que era normal con la calefacción aún puesta y con ese jersey que llevaba, aunque no hice ningún comentario. Charlamos y charlamos mientras nos bebíamos el vino que quedaba y comíamos chocolate del que llevé, el cual le encantó. Me seguía haciendo gracia las caras que ponía y el silencio que guardaba mientras lo degustaba. Me recordó a varios momentos meses atrás en los que estábamos muy bien y en los que disfrutábamos mucho. Verla con los ojos cerrados mientras saboreaba lentamente ese dulce me recordaba a los besos que nos dábamos como pareja. Por eso me fui acercando a ella hasta que posé mis labios sobre los suyos. Ella dio un respingo, apartándose rápidamente, llegando a coger aire de la impresión.

-Perdona, me he dejado llevar. Pero es que estás muy guapa y... Da igual, mejor me voy -me disculpé.
 
Bueno, el primero en caer ante los encantos de Valentina ha sido él ... jejeje
Sí claro, Javi no se folla a las feas. Ahora bien, es increíble lo de este chaval porque donde pone el ojo.... zas!!! follada al canto. Así es normal que no madure y siga cometiendo los mismos errores una y otra vez.
 
Capítulo 701

Me levanté para salir de allí, aunque no tenía ni idea de cómo volver a casa, además de que estaba bebido por la cantidad tan alta de vino que habíamos tomado con la tontería, pero tampoco fue algo de lo que me tuviera que preocupar, porque Valentina tiró de mí para sentarme de nuevo y agarrar mi cara con fuerza para comerme la boca con ansia. Estaba muy desconcertado con eso, porque no esperaba para nada que fuera a pasar algo así. Simplemente me dejé llevar, seguramente más desinhibido por el alcohol, aunque tampoco iba borracho. Al parecer ella también tenía ganas en el fondo por cómo siguió aquel beso que empezó de una manera bastante distinta. Nos empezamos a liar en el sofá, con ella murmurando de forma empalagosa, aunque sus manos no se despegaban de mi cara. Las mías recorrían su cuerpo, buscando sus curvas y sus zonas erógenas.

Nos despegamos y me quedé apreciando cómo ella me miraba con unos ojos vibrantes, aunque algo entornados, pasando después a mirar después sus labios, con todo el maquillaje corrido por el morreo que nos acabábamos de dar. Me volvió a agarrar la cara con fuerza para besarme de la misma manera, aprovechando yo para ponerla sobre mí y empezar a tocar su culo, el cual amasaba y apretaba. Mi erección se disparó rápidamente y ella lo notó, lanzando un gemido pequeño y sensual a la vez que se apretaba contra ella. No podía más. Necesitaba follarla, por eso me puse de pie, con ella agarrándose a mi cuerpo, empezando a andar yo como podía para ir hacia las escaleras y empezar a subirlas, aunque tenía que pararme varias veces, porque entre que no veía y el alcohol que llevaba encima era fácil caerse. Me agarraba a la barandilla y subía lentamente, hasta que llegamos al dormitorio principal, lugar en el que había estado varias veces junto a ella.

Nos echamos sobre la cama, besándonos con mucha intensidad hasta que me puse a desnudarla. Le desabroché los vaqueros mientras nos seguíamos comiendo la boca con ansia, aunque cuando fui a quitárselos me acordé de que llevaba aún sus zapatos. Me separé de ella, viendo como quedaba bocarriba, con sus ojos cerrados y relamiéndose. Le quité rápidamente los botines para encontrarme con sus delicados pies envueltos en unas medias negras. Seguí tirando del pantalón hasta quitárselo, viendo que llevaba unos panties negros que tampoco le duraron mucho más, dejándola con unas braguitas muy sexy, con algo de bordados, aunque no transparentaban nada. Después fue el turno del jersey, que me fue mucho más fácil de quitar, para dejarla así en ropa interior solamente. Ella se dejaba hacer, teniendo pinta de que le gustaba lo que estaba pasando por las sonrisas que ponía, aunque mantenía sus ojos cerrados.

No me demoré mucho tampoco en quitarle si ropa interior, empezando por su sujetador, abrazándome ella para besarme de nuevo, aunque me despegué para seguir, encontrándome sus tetazas desparramadas, poniéndome mucho verlas así, aunque más me pondría volver a ver su culo y su pubis cubierto por una fina y tupida capa de bello bastante oscuro. Tan solo lo miré durante unos segundos, porque me lancé a comérselo de inmediato. Ella rio fuerte de primeras, como si le hiciera cosquillas, pero rápidamente empezaría a gemir, acariciando mi cabeza y empujándola por momentos a medida que se acercaba a su orgasmo. No tardó mucho en tenerlo. Diría que no llegó ni a los 5 minutos, porque sus gemidos empezaron a crecer en volumen hasta que llegó un punto en el que dio un grito muy fuerte y alto, que desembocó en una serie de fuertes espasmos que la dejaron engarrotada por unos instantes. Poco a poco se empezó a relajar mientras yo seguía saboreando sus fluidos y besaba sus muslos. Tiró de mí sin abrir sus ojos para besarme con mucha pasión, entrelazando sus piernas con mi cuerpo, aunque pasados unos segundos me dijo que se lo hiciera ya.

Deseaba hacerlo y hasta me dolía la polla de lo que me apretaban los pantalones por la erección que tenía, pero había un detalle importante: no tenía condones. En ningún momento vi la posibilidad de acabar así, por lo que no terminé de echarme ninguno. Pensaba que iba a tardar mucho más en llegar a ese momento, llegando a tener incluso dudas de que pudiera pasar de verdad. Y ahora me encontraba con el problema de no poder seguir por no tener ninguno. Y ella tampoco tenía, porque se lo dije y comentó que no ha comprado ni tampoco tenía allí, cosa que me hizo pensar que ella no tenía intención de acabar así, aunque el final fue bastante diferente. Sabía cómo era ella con ese tema, pero me sorprendió mucho cuando me dijo que daba igual, pero que se la metiera cuanto antes. Yo en ese momento no estaba para pensar mucho y me desnudé en segundos para encajarme entre sus piernas y metérsela aprovechando lo mojada que estaba.

Aunque la noté apretadita, como siempre. Valentina lanzó un gemido de gusto que me encantó, aunque yo no me quedé atrás, porque lancé uno parecido. Empecé a moverme lentamente, aunque recordé cómo le gustaba a ella, empezando a hacerlo con más rapidez. Pero ella me pedía más. Me encendía mucho que me lo pidiera pese a no ser muy explícita. La empecé a follar con contundencia mientras la besaba de manera salvaje. Ella se abrazaba a mis caderas con sus piernas y me clavaba las uñas en la espalda, arañándome al tirar hacia abajo alguna vez. Me despegué de ella unos instantes para apoyarme sobre mis brazos y ver bien su cara, aunque también pude ver cómo botaban sus tetas y eso aceleró mucho mi orgasmo. Le dije, casi ordenándole, que abriera sus ojos y me mirara. En cuanto lo hizo me empecé a correr, mirando fijamente esos ojazos azules, aunque luego le miré las tetas. Valentina se volvió a correr a grito limpio, haciendo fuerza con su cabeza hacia atrás mientras yo apuraba los últimos coletazos de mi orgasmo, llenándola bien al llevar varios días sin descargar.

Me derrumbé sobre ella, pudiendo notar cómo vibraba su cuerpo, aunque me acabé echando a su lado. Esta vez pasaron unos minutos hasta que hubo algún movimiento. Y fue ella quien lo hizo al empezar a besarme de nuevo una vez se recuperó. Poco a poco bajó por mi cuerpo hasta llegar a mi polla para comérmela. Era una Valentina casi irreconocible por cómo se comportaba, aunque es verdad que conforme nos hicimos pareja se animaba a hacer más cosas. Pero ahí estaba ahora, comiéndomela sin condón y después de hacerla follado a pelo y haberme corrido dentro de ella. Lo hacía con ganas, con ansia más bien, pero se tomó su tiempo para darme placer. Mi polla no tardó nada en volver a ponerse dura. Ella chupaba y se la hincaba en la garganta para coger aire después, jugando con mis huevos para tomarse un breve descanso y continuar con la mamada. De pronto la paró y se montó sobre mí para follarme como más me gusta, habiéndosela metido del tirón antes al dejar caer su cuerpo de manera brusca.

Qué delicada era para unas cosas y qué burra era haciendo eso. Lanzó un gemido alto y me empezó a follar, siguiendo con el recital de gemidos en lo que me montaba con mucha velocidad. Botaba por momentos, pero se centraba más en hacerlo como sabía que me gustaba, gimiendo cada vez más alto y empapándome los bajos. Yo agarraba su culo y sus tetas, pellizcando incluso sus pezones, notándome muy cerca de acabar de nuevo, por eso la paré y la puse a cuatro. Ahí fue cuando la reventé de verdad, porque era la postura que más le gustaba a ella. Daba cada grito cuando mi glande llegaba al final de su coño que daba casi miedo. Parecía poseída, pero yo no podía parar teniéndola así mientras veía rebotar sus tetas en el reflejo del espejo. La agarraba de las caderas con las dos manos, pero cambié una de ellas de sitio al agarrar su pelo y tirar hacia atrás con firmeza, irguiendo ella su espalda. Ya no pude aguantar más y me empecé a correr, haciéndolo ella también, seguramente al notar mi orgasmo. Era una locura cómo temblaba Valentina, sobre todo sus piernas. Sus gemidos se volvieron agudos, aunque seguían siendo muy altos, pero se fueron apagando poco a poco, hasta que pasaron a ser lastimeros, casi sollozos.

Ahí acabó una gran noche para los dos, viendo yo imposible que pudiera terminar así, sobre todo con la reacción que tuvo cuando le di un simple pico. Y ahí estábamos, habiendo follado como locos, sudorosos y extasiados, conmigo abrazándola desde atrás cuando me eché sobre la cama para recobrar el aliento, al igual que hacía ella después de haberse derrumbado sobre la cama. Su cuerpo tardó en dejar de temblar. Me encantaba ver sus piernas moverse de esa manera. Poco a poco su respiración se fue relajando, al igual que cesaban esos espasmos y temblores, quedando relajada hasta tal punto que se quedó dormida. Y yo también me acabé durmiendo, porque llevaba una mala racha de sueño y había bebido mucho alcohol, además de que habíamos tenido una cena algo copiosa y hacía calor en la casa. También era algo tarde, siendo más de las 2 de la mañana cuando acabamos. Todo aquello, más la intensa sesión de sexo que acabábamos de tener fue más que suficiente como para que cayera dormido enseguida.

Me desperté horas después, siendo ya de día, solo en la cama. Podía oír la ducha correr, sabiendo ya dónde estaba Valentina. Yo me desperecé y me quedé tumbado sobre la cama, bocarriba pensando en lo que había pasado. Estaba flipando bastante por cómo se desenvolvió la parte final de la noche. Fue un poco como una montaña rusa, empezando la cosa no tan bien como yo esperaba cuando la conversación giró alrededor de nosotros y de lo que había puesto fin a nuestra pasada relación. En realidad, veía normal que estuviese aún a la defensiva un poco, pero sí es cierto que me incomodó un poco entablar esa conversación. Más que la que tenía que ver con el tema de mis amigos. Que también me resultaba algo difícil hablar de ello, pero no tanto como esa parte inicial. Me gustó mucho cómo Valentina se preocupó por mí por las caras que ponía o por los comentarios que hacía, llegando a prestarse para hablar con Irene e intentar poner paz.

Pero no esperaba acabar como lo hicimos. Sí, era lo que tenía en mente, pero pensaba que íbamos a tardar mucho más, o que directamente, no se iba a dar la situación al ser ella tan firme en sus decisiones, porque ya me dijo que no me hiciera ilusiones con absolutamente nada. Como prueba de no esperar acabar así fue que no llevé condones, porque poniéndome en situación sabía que ella lo querría así, sobre todo al saber de sobra que me estaba viendo con más chicas, aunque la verdad es que últimamente no era tan así, pero seguro que desconfiaba de mí en ese aspecto dijera lo que dijera. Estaba muy sorprendido con ese detalle de dejarse llevar hasta tal punto como para prescindir de cualquier protección. Embarazada no se iba a quedar, eso ya lo sabíamos, pero ella era escrupulosa y sus ganas dejaron de lado ese detalle. Estaba seguro de que el vino que bebimos la noche pasada tenía mucho que ver para haber acabado así, pero también es evidente que algo de ganas tenía que tener.

No tardó mucho en volver a la habitación, envuelta en una toalla, al igual que su pelo. Entró en silencio, sentándose en la cama muy despacio para coger algo del cajón de su mesita. Yo cerré mis ojos, haciéndome el dormido, aunque cuando vi que estaba de espaldas a mí, me acerqué a ella un poco y puse mi mano en su costado, dándole un susto al reaccionar ella dando un respingo. Hasta se levantó de la cama para apartarse de mí, dándose la vuelta para mirarme. Le di los buenos días y ella también lo hizo, aunque de manera algo tímida. Cogió sus cosas y salió de la habitación, diciéndome que mejor me dejaba intimidad y que me podía dar una ducha si quería. No me dio tiempo ni a responderle, porque salió de la habitación a toda prisa. Y eso que lo intenté, pero ella hablaba tan rápida y atropelladamente que no pude comunicarme con ella. Me parecía muy raro que se comportara así, porque parecía que no nos conocíamos de nada, cuando habíamos estado juntos.

Pero le hice caso, con la idea de darme una ducha, levantándome, viendo que era una hora muy prudente, porque no llegaba a las 10 de la mañana. De hecho, le quedaba mucho. Cogí mi ropa y me la llevé al baño, donde encontré toallas y demás. Cuando acabé me vestí con la misma ropa que llevaba el día anterior, porque no llevaba otra, bajando para buscar a Valentina, dándome un buen olor a café. Al llegar a la cocina encontré una cafetera y algo de fruta y tostadas, así que desayuné, entrando Valentina desde fuera para decirme que tenía que atender una llamada importante, haciéndolo mientas tapaba el micrófono de su móvil. Se volvió a salir fuera de la casa y yo acabé de desayunar, recogiendo lo que había usado y dándome cuenta de que todo lo usado la noche anterior estaba ya fregado y colocado. Era una situación bastante rara, porque me daba la sensación de que era como si no nos conociéramos de nada. Como si fuera un ligue de ella de una noche, al cual le presta poca atención después de haber hecho lo que tenía que hacer con él.

La esperé sentado en el sofá del salón mientras miraba el móvil, teniendo un mensaje de Sofía en el que me decía que quería pasarse por mi casa para verme si no estaba ocupado. No tenía ni idea de qué iba a pasar con Valentina, por eso no le respondí directamente, poniéndole que le respondería más tarde para no dejarla en visto. Valentina no tardó mucho en aparecer, diciéndome que me llevaba a casa, que tenía una reunión importante. Me extrañó que tuviera una un domingo, pero supuse que sería una emergencia o algo por el estilo, así que me levanté y cogí mi abrigo para irnos de allí. De día estaba todo bastante bonito pese al día gris que hacía, con una llovizna muy fina, por lo que tuvimos que ir a paso ligero al coche. Pero una vez entramos y nos pusimos el cinturón, Valentina se quedó quieta, mirando al frente mientras agarraba el volante con las dos manos. La miré, pero ella no reaccionaba y me parecía raro, porque si tenía prisa lo más normal era que arrancara para irnos, pero no lo hacía.
 
Lo contacta después de los cuernos, le repite 50 veces que no se haga ilusiones sin que le pregunten, lo lleva a su casa de campo a cenar con vino, y dice que flipa por como acabó todo.

Estas son las cosas por las que no se sabe que creer y que no. Mucho de lo que dice parece como una terapia de auto convencimiento, o auto engaño, parecido a uno que se medica por problemas mentales. No sé, quizá esté exagerando.
 
Lo veis... Gente de poca fé!!!.
Valentina sólo quería charlar un rato con Javi, todas las señales así lo indicaban.
Y ahora me diréis:
"Es que se han acostado juntos otra vez "
Acaso no es esa una de las mejores y más esenciales formas de comunicación entre las personas?.
Hablar, tener sexo etc... Son formas de enviarse mensajes, o no? 😜
 
Para ver este contenido necesitaremos tu consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de uso de cookies.
Esta ha sido la despedida definitiva de Valnetina. El último
Para ver este contenido necesitaremos tu consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de uso de cookies.
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo