En el último cumple de la clase de mi hijo estuve haciendo la cuenta mentalmente y me calzaría a exactamente el 63% de las mamás de sus compis de clase. Vale, me he inventado el porcentaje, pero a unas cinco o seis, seguro: la que no es majísima, tiene un culo delicioso, una espalda fuerte de crossfit (me enfervorecen las tías robustas) o lanza sonrisitas con miradas muy raras. Incluso a una me la follaría porque me cae mal.
Si lo de las sonrisitas acaba siendo algo, ya lo escribiré por ahí, supongo.