31
Al día siguiente. Lunes.
Cristina
Entré en el autobús y estaba lleno. “Como no” pensé negativamente. Me había levantado desanimada y de malhumor, de lunes. El día anterior, Alberto y Sara habían llegado casi a las 12 de la noche, bastante borrachos, riéndose en alto. Se habían metido en la ducha donde los escuché follar y luego se acostaron en la cama de Sara durmiéndose los dos muy rápido.
Estaba claro que tras el almuerzo con la familia de Alberto, habían salido con los amigos de él o ella y ni me habían avisado. Esto me sentó fatal. Hoy pensaba hablar con Sara muy seriamente.
Cuando entré en la oficina noté que me cambiaba el humor. Primero fue al ver a Carlos, que sonriente y cariñoso, me dio los buenos días y se interesó por mi fin de semana, y yo por el suyo. Se notaba que había tenido un buen finde. Luego, con Héctor lo mismo, me saludó sonriente y lo mismo, preguntándome por el finde. Le dije de tomar un café:
- El finde bien en líneas generales
Héctor me miró extrañado y le dije:
- Nada, que ayer me aburrí un poco en casa
- Ah
- ¿Y tú?
- Ayer tuve almuerzo familiar en casa de mis tíos
- ¿Sí? Que guay, me encantaban ese tipo de reuniones
- ¿Ya no…?
- No, ya no, desde hace mucho
Se me quedó mirando preocupado. Se le notaba con ganas de preguntarme pero cambié de tema:
- ¿Y no has quedado con Mónica?
Entonces se le cambió el semblante de preocupado a resplandeciente y dijo:
- Un poco
- ¿Solo un poco?
- Bueno, o un mucho jeje
Me encantaba verlo sonreír así, me alegraba muchísimo verlo feliz. Le tiré más de la lengua:
- Cuenta, cuenta
- No, bueno, quedamos el viernes
- ¿Salisteis?
- Fuimos al cine
- Que guay
- Sí, mucho
- ¿Y qué más?
- Y el sábado lo pasamos juntos, y ayer por la tarde
- Jajaja, un poco dice jajaja
- Mi escuadra me va a matar (riéndose)
Estuvimos bromeando un rato más y luego nos pusimos a trabajar. Sí, me había cambiado el humor.
Al rato llegó Carlos y le dijo a Héctor:
- ¿Te vienes a una reunión?
- ¿De qué?
- Unas especificaciones de un nuevo programa
- Ah
- Vente y te enteras de primera mano
- Bien
Entonces Carlos me miró y dijo:
- Tardaremos bastante ¿Te quedas pendiente del teléfono?
- Claro
- Y para el desayuno no lo esperes, lo siento…. Nosotros tomaremos algo durante la reunión
Eso no me gustó nada, me encantaba desayunar con Héctor pero asentí.
Cuando llegó Mónica preguntó:
- ¿Y Héctor?
- En una reunión, va a tardar
- Oh
Sonreí, a la pobre le había hecho poca gracia no ver a su chico.
Susana no llegó ese día, otro más que se inventaría alguna excusa. Así que fuimos a desayunar Mónica y yo solas. Y allí le pregunté:
- Bueno ¿Qué tal con Héctor?
Ella se rio y dijo:
- ¿Tanto se nota?
- Jajaja, un poquito mucho jajaja
- Jajaja, es que es… es mi primer amor, me enamoré de él con 14 años jiji
- ¿Sí?
- Mi héroe
- ¿Cómo?
- Yo lo pasaba muy mal en el cole, y mi hermano también, nos tenían discriminados porque no éramos de aquí, y nos insultaban, y a Jaime incluso le pegaban, pero Héctor siempre nos defendía, pero como es tan poquita cosa, se llevaba los palos e insultos, pero siempre salía a defendernos, siempre
- Oh
- Y eso que yo lo trataba fatal, siempre estaba enfadada y lo pagaba con él, pero Héctor siempre sonreía y bromeaba, y un día, me di cuenta que estaba coladita por él
- Jo, que bonito
- No, si él no sabía nada jajaja, nunca se entera de nada
- Eso me lo creo
- Mi hermano también se enamoró de él
Aquí la miré sorprendido. Mónica siguió:
- Pero Héctor no es gay y se enfadaron
- ¿Héctor se enfadó porque su amigo era gay?
- No, no, lo he expresado mal. Héctor se acojonó y a mi hermano se le rompió el corazón, y al poco nos volvimos a mudar
- Oh
- Héctor intentó volver a hablar con mi hermano por correo pero Jaime ya no quería saber nada de él
- Ah
- Y de mí pasó totalmente, ni un correo me envió el mamón
- Porque no sabía de tu interés por él ¿No?
- No tenía ni idea
- Jeje
- Y mi primer día aquí, cuando lo vi, se me iba a salir el corazón por la boca jiji
- ¿No sabías que trabajaba aquí?
- Sí
- ¿Entonces?
- Es que… volví a esta ciudad hace unos meses, en septiembre. No lo busqué, ya lo tenía casi olvidado
- Ah
- Pero un día, en el centro de FP lo vi contigo, estabais en secretaría
- Ah, iríamos a arreglar algunos papeles de la beca
- No lo sé, pero lo encontré más guapo aún jiji
- Jeje
- Y te odié
- ¿A mí? ¿Por qué?
- Pensé que erais pareja pero luego, aquí, me enteré de lo de tu novio bombero y menuda alegría me llevé jiji
- Jajaja
- En el centro pregunté y me dijeron lo de las prácticas, y donde la estaba haciendo él y eché la beca aquí
Me miró satisfecha. Me reí:
- Vaya, te lo has currado
- Sí, pero es aún más tonto que de pequeño, lo que me ha costado que me hiciese caso
- Jajaja
- ¿Tú te puedes creer que…?
Y de pronto se calló. La miré y negó con la cabeza:
- ¿Qué pasa?
- Nada, nada
- ¿Qué no me puedo creer?
Ella miró alrededor y dijo bajito:
- Era virgen ¿Te lo puedes creer?
La miré sorprendida, sorprendida de que me contara eso y del hecho en sí, pero luego, pensándolo un poco, no era tan sorprendente, era un chico tan tímido que lo veía posible. Mónica siguió:
- No se lo digas ¿Eh? Pero es que me parece tan… tan… sorprendente, porque está bueno
Me reí y ella me miró enfadada:
- ¿No te lo parece?
- Mmmm no es feo, no
- Está bueno, y…
Miró de nuevo alrededor y dijo:
- Y funciona de maravilla en la cama
- Jajajaja
- Que sí, de verdad, que nos hemos pasado el fin de semana sin salir de la cama
Ahora me explicaba bien la sonrisa de Héctor. Dije:
- Me alegro mucho por vosotros
- Sí, y yo más jajaja
“Vaya, vaya con Héctor” pensé contenta. Se merecía pasárselo bien y que una chica lo quisiera de esa forma.
Carlos
Tras la reunión le dije a Héctor que volviera solo y fui a la zona donde estaba el despacho de Carmen. La vi de pie con un portátil en la mano hablando con dos chicas. Me acerqué y, al verme, me sonrió ampliamente. Se despidió de las chicas y vino a mí para darme dos besos:
- Carlos, cariño ¿Qué haces por aquí?
- Hola, Carmen, ¿Cómo estás?
- Muy bien ahora que te veo (guiñándome un ojo)
La miré, estaba guapísima, con una camisa con algo de escote y una falda ejecutiva ajustadísima. Me dijo:
- ¿Y tú como estás?
- Bien, bueno, aún flipando por lo de ayer
- Jajaja, yo también, cariño
- Venia por si querías tomar un café
- Ay, cariño, no puedo, me meto en una reunión (mostrándome el portátil)
Entonces me hizo un gesto y caminó varios pasos para cruzar una puerta. Entré y ella me cogió y me besó en la boca ardientemente. Cuando paramos tras unos pocos segundos, dijo:
- Mmmm me moría de ganas por besarte
- Yo también
- ¿Qué te parece si mañana vienes a cenar a casa?
- ¿Qué? Claro
- Acostamos a Daniel, cenamos y luego podríamos hacer cositas (mientras me daba unos golpecitos con sus dedos en mi paquete)
- S… sí, claro (dije tontamente)
Carmen me volvió a besar y luego salió de la habitación. Nos despedimos en la puerta y la vi marcharse mirando ese hipnótico culo, un culo que había visto desnudo y había tocado, algo que aún me costaba creer. Carmen giró la cabeza y me miró guiñándome de nuevo un ojo. Me derretía por ella “que mujer, que mujer, y sigue queriendo acostarse conmigo, no me puedo creer mi suerte” pensé sin apartar la vista de ella.
Silvia
Vi llegar a Carlos. Iba con una sonrisita tonta y supe de dónde venía. “Acaba de estar con esa zorra” pensé con rabia. Lo seguí mirando. Iba tan en su mundo que ni se fijo que yo estaba allí. Vi como se sentaba en su mesa y se quedaba sonriendo sin hacer nada. Entonces lo vi claro. “Joder, ya se la ha tirado” y noté como aumentaba mi rabia pero inspiré para calmarme “Déjalo, tiene derecho a algo de sexo, él más que nadie, y ojalá sea solo sexo, ojalá sea solo eso”. Me levanté y fui a su despacho.
Al verme se sorprendió y se levantó:
- Silvia ¿Qué haces aquí?
- He estado esta mañana en el médico con Gema
Vi como se ponía tenso y se alarmaba. Le sonreí para tranquilizarlo y le dije:
- Todo bien, era una revisión
- Ah, vale
- Está ya casi recuperada
- Cuanto me alegro
Nos quedamos mirándonos. Estaba esperando a ver si me decía nada pero solo dijo:
- ¿Algo más?
- Eso digo yo
- ¿Qué?
- ¿No tienes nada que contarme?
- No sé de qué hablas
- Carlos, que lo tienes dibujado en la cara
Me miró sin entender y dije:
- Has tenido sexo
Él abrió mucho los ojos e iba a protestar pero al final se rio:
- Mierda, tanto se me nota
- Para mí eres transparente
Se rio nervioso. Le dije:
- Ya sé con quien, no te entiendo ni sé que atractivo le ves
Carlos puso mala cara y dijo:
- Silvia, no empecemos
- No, no, no voy a empezar nada, déjame terminar
- Vale
- No lo entiendo pero vale, lo asumo… Y espero que solo sea sexo
- ¿Qué más va a ser?
- Esa tía te quiere enganchar, Carlos
- Jajaja
- ¿Te ríes?
- Más bien ella debería temer eso por mi parte, que sea yo el que quiera…
- No, Carlos, no entiendes como piensa esa mujer, es una manipuladora nata y…
- Silvia
- Vale, vale… Que espero que te hayas divertido mucho, te lo mereces
- Gracias
Entonces sonreí y dije:
- Y no eres el único que ha mojado este finde
Carlos me miró sorprendido y dijo:
- ¿Ha venido Antonio?
- No, tonto, no me refería a mí
- Ah
- Me refería a esos dos (señalando con la cabeza a la sala de los chicos)
- ¿Cris y Héctor…?
- Nooooo, ya quisiera Héctor jajaja
- ¿Entonces?
- Héctor y Mónica, obviamente
- Anda ya
- Pero ¿Tú es que no tienes ojos?
- He estado con Héctor y no he visto nada…
- Arghhh, que hombre éste… Pero si está clarísimo
- ¿Te lo han dicho ellos?
- Noooo, se les ve en la cara y como se miran, joe, mira la cara de Héctor, sonriendo como un tonto, como tú
Carlos se rio y miró a la sala. Dijo:
- Lo veo como siempre, concentrado en su trabajo
- Ufff, hombres, no os enteráis de nada
- jeje
Nos volvimos a quedar mirándonos y él dijo:
- Bueno, y ¿Por qué has venido?
- Para verte y contarte
- ¿Lo de Gema?
- Claro
- Pero me lo podías haber contado por teléfono
- Y…
- ¿Qué?
- Ayer noche volví a tener bronca con Antonio
- ¿Por Gema?
- Porque me echa en cara que me pongo histérica
- Pero no es verdad
- No lo sé… Quiere que vaya el sábado para allá
- Y tú no quieres
- Obviamente
- Silvia, me quedo con Gema, lo sabes
- Lo sé, ese no es el problema
Carlos
Suspiré. No entendía porqué me contaba de nuevo todo esto. Ella quería ir con su marido pero a la vez no quería irse por su hija, y estaba llevándolo fatal. Me preguntó:
- ¿Has quedado esta noche con… con esa?
La miré con mala cara:
- No, no he quedado con Carmen
- ¿Quieres venirte a cenar?
Suspiré, sabía que me esperaba con el eterno debate de Silvia. Asentí y dijo:
- Y… ¿Te puedo pedir un favor?
- Claro
- ¿Podrías hablar con Antonio?
- ¿Para qué?
- Para explicarle mi postura, que lo entienda, de ti lo entenderá
- Silvia, por favor, me pones en un compromiso
- Que va, tú dile lo difícil que es para mí separarme ahora mismo de mi hija, que ya me gustaría a mí ir pero que no puedo
- Pero ¿Por qué me metes en esto?
- Porque los dos te respetamos
Meneé la cabeza, en menudos líos me metía. Le dije:
- No te prometo nada
- Me contento con que lo intentes
Y sonrió satisfecha. Se levantó y dijo:
- Ven a la hora que quieras
- Vale
- Gracias, Carlos, me voy a ver si trabajo algo
- Sí, vale
Y la vi despedirse de los chicos e irse. Me fijé en su culo, le quedaban muy bien esos vaqueros.
Cristina
Llegué a casa y saludé. Escuché que me respondía Sara desde el salón. Pasé por la puerta y la vi tumbada en el sofá viendo la tele. Dejé mis cosas en mi cuarto y fui a la cocina donde vi que habían almorzado y se habían dejado todo en la mesa, ni siquiera lo habían metido en el fregadero. De pronto, recordé todo el mal rollo de esa mañana y fui rápido al salón donde le dije:
- Sara, tenemos que hablar
Ella me miró sin moverse. Le dije:
- Estoy cansada
- ¿De?
- ¿De? Joe, Sara, no hacéis más que ensuciar y no limpiáis nada
Ahora se incorporó y me miró extrañada:
- ¿Qué?
- ¿Qué? Habéis almorzado y lo habéis dejado todo en la mesa para que yo la recoja y limpie
- Ah, no, jiji, no, es que a Al le dio un calentón y nos fuimos a la cama jiji, y luego se nos olvidó, perdona, cari
Eso me alteró más. Le dije:
- ¿Y ayer? Me dejasteis todo el día sola
- No podías venir al almuerzo, ya lo sabes
- ¿Y por la tarde? ¿Y por la noche?
- Es que llamaron los amigos de Al y…
- Y ni os acordasteis de mi
- No es eso, cari
- Y luego llegáis borrachos, folláis en la ducha y a mí que me parta un rayo
- Eso fue...
- Ya lo sé, otro calentón
- Sí, cari
- Me tenéis como a vuestra chacha y vuestra putilla, solo para limpiar y para el sexo cuando os viene en gana
Ahora Sara se levantó y fue hacia mi diciendo:
- Eso no es verdad, Cris, nosotros te queremos mucho y…
- Ya, me queréis mucho pero solo para el sexo, luego para lo demás solo me tenéis como chacha
- Pero…
- ¿Cuándo fue la última vez que cogiste una escoba?
- Pero es que tú siempre dices que no te importa limpiar
- No me importa limpiar, pero aquí vivimos 3 y solo una limpia y los otros dos ensucian y son descuidados, que había que ver ayer como estaba tu cuarto, casi dos horas tardé en limpiarlo
- Oh, Cris, lo siento, no lo había pensado
- ¿Y sabes cuándo fue la última vez que follé a solas con Alberto? Hace semanas y tú te lo follas cuando te da la gana
- Pero es que estamos aquí solos y nos calentamos
- Y luego, por la noche, solo quieres tríos
- Claro, los tres mejor, sabes que…
Me fui enfadada, Sara no me quería entender. Me encerré en mi cuarto. Una hora después llamó Sara:
- Cari ¿Puedo pasar?
- ¿Qué quieres?
Sara entró y se sentó en mi cama diciendo:
- Ya he limpiado los platos
No le dije nada. Luego ella continuó:
- He estado pensando sobre lo que me has dicho
- ¿Y?
- Tienes razón, no ayudamos nada en casa pero eso va a cambiar, de verdad
- Ya
- Sí, también limpiaremos Al y yo, pero de la comida mejor te encargas tú ¿Vale? Sabes que somos desastre en eso jeje
Asentí aún seria. Ella continuó:
- Y sobre lo de ayer, lo siento, es que se nos fue de la cabeza
- Ya, como tantas veces
- Lo siento, de verdad, entiendo tu enfado y si no quieres que Al y yo follemos cuando no estés, no follaremos
- No es eso, sabes que no me importa pero también me gustaría tener mis momentos con Alberto
- Lo sé, pero es que cuando tú estás aquí, yo también y me jode no estar con vosotros, solo es eso
- Pero…
- Si tú y Al coincidís solos, me parece genial que te lo folles pero si estamos los tres, creo que deberíamos follar los tres, me da muy mal rollo si os escucho y tenerme que aguantar, me siento excluida
- Ya
- Pero sabiendo que no me gusta escucharos follar sin participar, lo de anoche estuvo muy feo por mi parte, hice justo lo que no me gusta que me hagáis, lo siento
La miré un poco arrepentida de mi enfado. Sara siguió:
- Y como me porté mal, me autocastigo y esta noche te lo follas tú sola
La abracé y le dije:
- No, Sara, no te quiero castigar, es solo que quiero que sepas estas cosas
- Vale, vale, lo he captado ¿Me perdonas?
- Claro
Me dio un pico, y luego otro, y luego un beso intentando meterme la lengua. Me aparté y ella me dijo:
- Nunca hemos follado solas
Asentí. Sara dijo:
- Algún día podríamos probarlo, podría estar bien
No dije nada. En realidad era algo que no me atraía en absoluto. Entonces, ella se levantó y dijo:
- Anda, vamos a preparar la cena, hoy te ayudo
Y fuimos a la cocina. Allí me ayudó poco pero algo hizo. Y cuando ya casi habíamos terminado, me dijo:
- Este finde voy al pueblo
- Ah, vale
- Llevo mucho sin ir y mi madre está muy pesada
- Ya
- Pensaba llevarme a Al pero que se quede aquí contigo
- ¿Sí?
- Sí, y te lo follas a todas horas jeje
- Lo intentaré jeje
Y la miré sonriendo, eso sí que me había alegrado totalmente el día.
Héctor
Mónica gemía sin parar encima de mí mientras yo le cogía las tetas y jugaba con sus pezones. Cada vez se movía más rápido arriba y abajo, cercana al orgasmo, cuando, de pronto, escuchamos unos fuertes golpes en la puerta de su habitación.
Nos quedamos parados mirando la puerta. Se repitieron los golpes y Mónica se levantó, se puso una camiseta y salió fuera cerrando la puerta tras de sí. Me quedé esperando unos minutos hasta que Mónica volvió a entrar cerrando la puerta. Se sentó en la cama. La miré con curiosidad porque estaba roja y con cara rara. Dijo:
- Jo, me acaban de abroncar porque soy muy ruidosa follando y no la dejo estudiar
- ¿Sí?
- No… no me había dado cuenta, pero me ha puesto un audio que ha grabado con su móvil desde su habitación y, jo, que corte ¿Por qué no me has dicho nada?
- No sé, me gusta
- Pero si doy gritos y digo guarradas a voces, que vergüenza
Y se cubrió la cara con sus manos. Entonces me dijo:
- Me ha cortado el rollo
- No te preocupes
- Jo
La miré sonriendo. Le dije:
- ¿Salimos a tomar algo?
- Sí, mejor
Nos empezamos a vestir y dijo:
- Me ha dicho que no paramos de follar y así no hay quien estudie
- Algo de razón tiene
- Todo es por tu culpa, tonto
- ¿Por mi culpa?
- Me pones demasiado cachonda jiji
Le di un beso que se transformó rápidamente en un morreo hasta que ella me empujó diciendo:
- ¿Ves? No empieces que si no, no salimos, tonto
Le sonreí y seguimos vistiéndonos. Era verdad porque si nos quedábamos los dos solos no podíamos evitar follar.
