Sería largo de narrar, pero haciendo un resumen, a mi ama le encantaban las fustas, los arneses y atarme hasta casi inmovilizarme, así que un día combinó todo, al llegar del gym me estaba esperando, vestida como solo ella sabía y yo entendía, y en cuanto la vi supe que algo iba a pasar. Me dijo que me quitara la ropa, toda menos el slip, que me diese la vuelta. Me vendó los ojos y susurrando a mi oído me dijo que abriese la boca, echase los brazos hacia atrás y no digera nada. Así que obedecí. Lo primero que sentí fue la bola en mi boca, luego el descorrer de las correas y por último mis manos atadas a la espalda, en ese momento ya estaba empalmado y sometido a sus deseos. Lo siguiente fue sentir sus manos recorriendo de abajo arriba y de arriba abajo todo mi cuerpo, el calor de su cuerpo pegado a mi espalda y la aspereza de la fusta siguiendo el mismo recorrido de sus manos. Y cuando su exploración de mi piel terminó, decidió que era el momento de explorar mas adentro, así que tras el frío del lubricante en el perímetro de mi ano, ella se empleó a fondo con su arnés, sometiendo mi voluntad hasta casi perder el control. En fin, toda una experiencia que se repitió varias veces.