El Fruto Prohibido. ( Continuación - 287 )
Acto seguido regresé de nuevo al cuarto; Carmen seguía en la cama y me miró con una cara como de esperar una explicación por mi parte, pero yo no soltaba prenda. Así que me senté sobre mi lateral dándole la espalda, y tras unos segundos fue que me preguntó:
----- ¿ Bueno que ?
----- ¿ Que de que ? ----- le dije.
----- Que tal te ha ido, jodeeerrrrr... ¿ Que va a ser si no ?
----- Psssstttt... Que luego hablará con Rocío.
----- Yaaaaa... eso y nada es lo mismo.
----- ¿ Y que quieres que haga ? Si lo dice, pues que hable.
----- Pues eso, dedícate a la asesoría matrimonial.
----- Venga ya... Deja de tocarme la moral. ----- le respondí.
----- No, si ya te la toca otros, pero tu no quieres darte por enterado.
----- Vale Carmen, vale ya... Vamos a dejarlo aquí por hoy.
Ella no me respondió, solo hizo una mueca de ironía y apretó los labios.
Tras unos segundos en silencio, fue que me dijo:
----- ¿ Está despejado el camino ?
----- ¿ Que camino ? ----- le pregunté.
----- El camino hasta el baño...
----- Pues supongo que lo estará... ¿ Por que ?
----- Porque quiero ir. ¿ Se habrá acortado ya Ernesto ?
Me encogí de hombros y le respondí:
----- Pues supongo que si.
----- Anda, sal a ver.
La verdad es que no la entendía, y así le dije:
----- ¿ Que quieres que vea ?
----- Que quiero ir al baño para asearme, y si éste ya no anda por ahí, pues me voy así desnuda; porque como comprenderás...
Tras hacer una mueca la miré y salí del cuarto.
Y al salir vi que la puerta del cuarto de Ernesto estaba medio abierta; entonces me acerqué y le dije:
----- Oye, te cierro del todo la puerta y así no te molestamos. es que nos vamos a levantar ya mismo.
----- Ok hermano, no hay problema. ----- me respondió.
Según cerré la puerta regresé al cuarto y le dije a Carmen:
----- Camino despejado.
De inmediato se echó hacia su lado, salió de la cama y se fue corriendo hacia el baño.
Mientras tanto yo terminé de vestirme y acto seguido me puse a hacer la cama y a recoger y ordenar el cuarto. después me fui para la cocina y me puse a comer un poco de fruta junto con un zumo de mango.
Pasado como un cuarto de hora salió Carmen del baño envuelta en una toalla, y calzando unas chanclas mías que tenía por allí, las cuales le quedaban un poco grandes ya que yo calzaba unos números más que ella.
----- Voy a vestirme. ----- me dijo sobre la marcha.
Poco después regresó ya vestida, justo cuando yo estaba terminando mi fruta y mi zumo.
----- Come algo. ----- le dije.
----- ¿ Que has comido tú ? ----- me preguntó.
----- Un poco de fruta y también me he tomado un zumo. ----- le respondí.
----- Pues voy a hacer lo mismo. ----- me dijo.
Le indiqué el frigorífico y le dije:
----- Ahí tienes, todo tuyo.
Y allí la dejé mientras me iba al baño a echarme un poco de agua por la cara, y al verme en el espejo me di cuenta de que me hacía falta un afeitado. Pero la verdad es que no me apetecía echarme espuma y pasarme las cuchillas; así que agarré la maquinilla eléctrica y me fui dando unas cuantas pasadas, hasta quedar presentable.
Una vez que estuve aseado y perfumado, me fui hacia el cuarto y desde la ventana me puse a mirar la calle. Vi que hacía una mañana soleada, pero se notaba el ambiente fresco de otoño. Y así pasé varios minutos mirando la calle y pensando que hacer con Ernesto para que sus problemas con Rocío no me golpeasen de rebote.
Y así estuve divagando, hasta que a mis espaldas, la voz de Carmen me hizo regresar a la realidad.
----- ¿ Me llevas a casa ? ----- me dijo.
Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no me había percatado de su presencia.
----- Si, claro... ----- le respondí.
Entonces me abrazó por detrás poniendo sus manos sobre mi pecho y apretándolo, a la vez que apoyaba su cabeza sobre mi espalda.
----- ¿ Que hacemos hoy ? ----- me preguntó.
Me encogí de hombros y le respondí:
----- Lo que quieras... Lo dejo en tus manos.
----- Pues de momento llévame a casa, que me quiero dar una buena ducha.
----- También te la puedes dar aquí. ----- le dije.
----- Ya... Pero no he traído ropa con que cambiarme. ----- me respondió.
Entonces fue que le comenté:
----- Deberías traerte ropa para aquí y guardarla ahí en los cajones del armario junto con la mía para cuando la necesites.
Entonces me hizo dar la vuelta y ponerme justo frente a ella; puso su mano sobre mi mejilla y sonriendo se fue acercando, hasta que me dio un pico en los labios.
Y a continuación me dijo en tono de confesión:
----- Llevaba tiempo esperando a que me dijeras esto.
Puse una expresión de sorpresa y le dije:
----- ¿ Y por que no me lo dijiste tú ?
Apretó los labios, y con una expresión de complicidad me dijo:
----- Porque quería que saliera de ti.
Entonces nos fuimos acercando de nuevo, y terminamos uniendo nuestros labios en un cálido y sensual beso.
Y tras ello me dijo:
----- Nos vamos ya...
Le indiqué la puerta y le cedí el paso.
Cuando ya estábamos en el recibidor a punto de abrir la puerta para marcharnos, me indicó hacia el cuarto de Ernesto y me comentó:
----- ¿ Que hacemos con este ?
Me encogí de hombros y le respondí:
----- De momento que duerma; y me temo que se va a pegar un sueño largo. Luego cuando se despierte que se lo monte a su aire.
----- Lo mismo te llama.
----- Seguramente... Pero hoy tenemos el día para nosotros dos y sin nadie más.
Ella sonrió, y nuevamente besó mis labios...
En cuanto salimos y cerramos la puerta, tomamos el ascensor y bajamos al garaje, donde agarramos el coche y salimos a la calle. Una vez fuera fue que pusimos rumbo a su barrio.
Durante el trayecto me comentó:
----- El próximo fin de semana tengo una marcha motera.
La miré un tanto sorprendido
y le dije:
----- Anda... ¿ Y eso ?
----- Mi hermana y mi cuñado me han pasado el aviso y me han pedido que me apunte.
----- ¿ Y vas a ir ?
----- Pues claro... hace tiempo que no participo en una marcha de esas.
----- ¿ Y a donde vais ?
----- A la zona de Albarracin, entre Cuenca y Teruel. ¿ Por que no te vienes ?
----- Quita, quita... de ninguna manera. ----- le respondí.
----- Joder tío, como eres.
----- Ya sabes que las motos y yo como que no; que no congeniamos...
Y tras un par de segundos añadí:
----- Aún me acojono cada vez que recuerdo aquel día que me llevaste por El Escorial y Zarzalejo.
Ella se rió...
y me dijo:
----- Anda exagerado, que no fue para tanto.
----- No que vaaaaaa... Se me ponen de corbata cada vez que lo recuerdo.
Ella se partía de risa...
y me dijo:
----- Pues le diré a Inma que se apunte.
----- O mejor díselo a Ernesto; seguro que se apunta.
----- Si hombre, y una mierda... ----- me respondió.
Yo me reí...
y ella me siguió comentando:
----- Vamos hombre, ya lo que me faltaba.
Y yo me seguía riendo...
----- Mejor te lo quedas para ti solito todo el fin de semana... ----- me dijo.
----- Si no hay más remedio... ----- dije en tono de resignación.
Entonces puso una expresión de complicidad y me comentó:
----- A ver si vas a terminar con Angela y sus amigas.
la miré con una expresión divertida y le respondí:
----- Pues no estaría mal, porque a falta de pan...
----- A falta de pan... ¿ Que ?
----- Pues eso, que nos quedan las cuarentonas y cincuentonas.
Según se mordía el labio inferior, me dio una palmada en el hombro y me dijo:
----- Anda golfo, que al final te vas a hacer más golfo que tu amigo.
Me reí...
y negando con la cabeza le respondí:
----- Uffff...!!!! eso es inalcanzable.
Continuará...................................................................................