El Fruto Prohibido. ( Continuación - 328 )
Tras decirme eso, agarré suavemente sus hermosas tetas
y comencé a masajeárlas con suavidad y ternura, tomándolas por la base del seno y presionando con los pulgares aquellos hermosos pezones que las coronaban, y que bien erguidos comenzaban a endurecerse, además de mostrarse muy apetitosos pasa ser lamidos y saboreados...
Mientras tanto, ella fue bajando su mano por mi torso hasta que llegó al slip; una vez allí, apartó la goma de la cintura y metió su mano, con la que avanzó por el interior hasta llegar a mi miembro...
el cual ya iba ganando en tamaño y dureza. Lo agarró con fuerza y lo apretó entre sus dedos; después me lo agitó con unos suaves meneos.
Y así fue que susurró:
----- Uhhhhhmmmmm... como me gusta esta cosota.
----- Es para ti... ----- le susurré.
Y tras soltar un profundo suspiro, puso más ímpetu en esos meneos que me aplicaba; yo a su vez, agarré una de sus tetas y me fui acercando; tras darle con la punta de la lengua unos golpecitos a ese pezón que la coronaba y lamerlo suavemente, fue que agarré ese estupendo seno y me lo llevé a la boca como si de un goloso manjar se tratase...
mientras que ella seguía soltando largos y profundos suspiros.
Y en medio de ello, me iba susurrando:
----- Ay mi amor... que rico es esto que me haces.
----- Tu si que estas rica... ----- le respondía.
Y fue de esta manera que comenzamos un juego de caricias y toqueteos con los que nos fuimos recorriendo casi por completo, en medio de profundos y apasionados besos
con los que literalmente nos devorábamos la boca; lo cual nos iba calentando y excitando sin parar.
Fui saboreando sus ricas tetas
saltando de una a otra, lamiendo, mordisqueando y succionando golosamente aquellos duros pezones que las coronaban, mientras que ella no paraba de gemir y jadear en medio de largos y profundos suspiros; y sin parar de pedirme más y más, apretándome por la nuca contra sus hermosos senos, e incitándome a que se los devorase.
De pronto, bajé mi mano y fui directo a su pelvis; avancé un poco, y echando su tanga hacia un lado, metí la mano por dentro y agarré ese estupendo coño con que estaba dotada, el cual se lo fui acariciando con suavidad y ternura, disfrutando de ese maravilloso tacto que me transmitía. Aunque lo mantenía rasurado, se notaba que necesitaba un nuevo repaso con la cuchilla...
----- Uhhhhhmmmm...!!! Que coño tienes... es divino. ----- le susurré.
----- Para ti mi amor, es para ti y solo para ti. ----- me respondió.
Acto seguido, pasé mi dedo por toda su raja que ya comenzaba a mostrarse humedecida por todos esas humedades que manaban de su interior; y así en medio de este juego, mis dedos se iban impregnando de esas sus esencias internas. Y en un momento dado, fue que con les pulgar le presioné su erguido clítoris, lo cual provocó que soltase un profundo jadeo.
Tras ello me pidió:
----- Dios mi amor... metemela, metemela ya...
E insistió:
----- La quiero dentro Diooosssss... no esperes más.
Y así fue que separé sus piernas y me coloqué en medio; tras ponerme en posición, agarré mi ya bien erguido y duro miembro, y lo fui acercando hasta colocarlo en la entrada de su ardiente coño. Comencé a empujar, y poco a poco se lo fui introduciendo hasta el final del tronco, a la vez que notaba esa agradable sensación de percibir como el húmedo interior su vagina se iba adaptando a la forma y tamaño de todo esto que le iba metiendo, mientras que ella la iba recibiendo en su interior con leves gemidos y jadeos, a la vez que susurraba...
----- Diooosssss... mi amor... Que bien me entra.
Acto seguido, besé suavemente sus labios con un sensual beso
cargado de ternura; y agarrándome a sus estupendas tetas
y comencé a agitarme frotando mi pelvis contra la suya, deslizando de esta manera mi duro y erguido falo
en su encharcado interior.
Poco a poco fui aumentando el ritmo de mis embestidas poniendo más ímpetu en las mismas, mientras que ella no paraba de gemir y susurrar, pidiendo me más y más, dejándome la iniciativa a mi.
----- Dioooossssss... me vas a matar. ----- susurró.
Mientras que yo continuaba poniendo más y más ritmo en mis embestidas, con las que deslizaba mi miembro en su ardiente y encharcado interior, provocando un rítmico choooffff.... choooffff...
----- Uhmmmm.... que ruidito hace. ----- susurró.
Y el verla tan excitada, me ponía aún más burraco de lo que ya estaba, y de esa manera la iba penetrando
hasta lo más profundo que era capaz de llegar, mientras que ella se agarraba a mis brazos para moverse y agitarse acorde con mi ritmo...
Buuffffff,,,,!!!! He de reconocer que Carmen era una hembra de alto calibre y que cuando se calentaba y se ponía a copular desatada, era una máquina incansable que me obligaba a poner todas mis dotes en estos menesteres, para poder estar a la altura y dejarla saciada y satisfecha, tal y como merecía.
Además, al ser multiorgásmica no paraba de gemir y jadear en todo momento, mostrando el placer que le provocaba y del que no paraba de pedir más y más... Por lo que con toda seguridad podía afirmarse que Ernesto, en el cuarto de al lado, se debía estar enterando de este magnífico polvazo que estábamos echando, y con el que seguramente le estábamos provocando unas buenas dosis de envidia en su interior.
Seguramente que nos estaría maldiciendo por haberle invitado a esta nuestra fiesta de placer y lujuria; pero era una fiesta muy exclusiva y limitada a solo dos participantes, que éramos Carmen y yo...
No lo se, pero seguramente que nos acompañó con algún solitario...
para no quedarse a dos velas mientras nosotros nos lo estábamos pasando divino.
Tras unas cuantas embestidas más, en las que puse toda mi potencia invadiendo su encharcado interior, fue que a Carmen le llegó un profundo orgasmo que casi la dejó sin respiración; y poco después me llegó a mi, con lo que fui bombeando chorros de abundante semen en su interior que se iban mezclando con sus jugos internos, dejándole dentro una buena muestra de mi semilla y ADN.
Así agotado, me dejé caer sobre ella, que me acogió en medio de sus brazos; y así fue que nos abrazamos con fuerza y ternura a la vez, mientras que nos besábamos
con toda pasión y sentimiento, poniendo colofón a ese maravilloso polvazo que acabábamos de echar.
----- Buuuufffff....!!!! Demoledor, ha sido demoledor... ----- susurró.
Yo respondía con gestos afirmativos, mientras apoyaba mi cabeza en su hombro, mientras que ella me la acariciaba por la nuca,
----- Como te quiero Danny... como te quiero mi amor... ----- me decía.
----- Yo también te quiero y cada vez más... ----- le respondí.
Y nuevamente unimos nuestros labios en otro cálido y sensual beso
mientras aún continuabamos acoplados, con mi sexo encajado en el suyo.
Cuando nos separamos, puso su mano sobre mi mejilla y me dijo:
----- Eres lo mejor que me ha ocurrido. No he conocido a nadie mejor que tu.
Yo quería responderle de la misma manera, pero hubo algo que me detuvo... No se el que, pero algo me decía que ella no era lo mejor que había conocido; y no quería mentirle... Y así solo me limité a sonreír y besar nuevamente sus labios.
Después de estar un poco más con tiernas caricias y cálidos besos, fue que me pidió:
----- Anda mi amor, deja que vaya al baño a lavarme.
Y así, lentamente me fui echando hacia un lado hasta que nos desacoplamos; luego ella se echó hacia su lateral de la cama, y tras ponerse en pie se fue hacia la puerta del cuarto. Miró hacia fuera inspeccionando el exterior, y en cuanto se aseguró de que tenía vía libre, rápidamente salió directa hacia el baño.
Unos minutos más tarde, cuando regresó aseada, yo ya estaba medio dormido; y al meterse de nuevo en la cama, se acercó y se abrazó a mí... Yo la acogí en mis brazos y la apreté con ternura, a la vez que uníamos de nuevo nuestros labios en otro cálido beso
cargado de ternura y sensualidad... Y así, después de besarnos unas cuantas veces, fue que ambos no tardamos en caer rendidos ante los brazos de Morfeo...
La verdad es que esa noche dormí muy a gusto y de tirón abrazado a Carmen.
Unas horas después nos despertó la alarma de mi reloj...
Casi de inmediato me incorporé y me senté en mi lateral de la cama; me sentía con sueño, pero tras estirarme y soltar un buen bostezo fue que me espabilé, y encendí la luz de la lampara que tenía sobre la mesilla.
En vista de que Carmen ni se había inmutado, la agarré por el hombro y se lo fui agitando suavemente.
----- Vamos, despierta... ----- le dije.
Abrió levemente los ojos pero volvió a cerrarlos; así que le insistí:
----- Despierta, hay que levantarse.
Entonces se estiro, y tras un bostezo fue que medio susurró:
----- Jodeeerrrr... ¿ Ya es la hora ?
----- Si, ya es... y el deber nos llama.
----- Vaya putada.
Sonreí y le dije:
----- Venga, levántate ya, que yo me voy al baño a darme una ducha rápida.
----- Vale mi amor...
----- Pero no te vayas a quedar dormida.
----- No, no... descuida. me levanto ya.
----- Hoy preparas el desayuno.
----- Si mi amor... ----- me respondió.
Y así si más, me fui al baño para darme esa ducha que me acabase de espabilar. Seguún entré, me quité el slip y entré en la bañera; tras cerrar la mampara abrí el agua y la fui regulando a la temperatura que me gustaba. Tras haberme mojado me fui enjabonando con un poco de gel que eché sobre una esponja.
Cuando ya me estaba aclarando al quitarme toda esa espuma que tenía por encima, fue que entró Carmen, aún en bragas y sujetador.
----- Me voy aseando si no te importa... -----me dijo.
Le respondí con u gesto afirmativo.
Según terminé de aclararme, abrí la mampara y le pedí que me acercase mi toalla de baño.
----- ¿ Cual es la tuya ? ----- me preguntó.
----- La blanca, como siempre. ----- le respondí.
Y según me la entregaba me comentó.
----- La azul es de Ernesto, supongo.
----- Supones bien.
Entonces me miró y me dijo:
----- Ten cuidado no te equivoques y la uses por error.
Me reí...
y le respondí:
----- No descuida que no me equivoco. ¿ Por que me lo dices ?
----- Por si te contagia y te vuelves como él.
Ahí si que me réi casi a carcajadas...
----- Pero mira que eres jodida... ----- le dije.
----- Si, si... ----- me respondió.
Me fui secando, y en cuanto terminé y me envolví en esa misma toalla por la cintura, salí de la bañera y pude ver que ella estaba aún ante el espejo mientras se ponía algo de maquillaje...
----- Enseguida termino, cariño... ----- me dijo.
----- Tranquila... ----- le respondí.
Entonces, me pasé la mano por la cara y comprobé que me hacía falta un afeitado; pero como el tiempo ya se echaba encima, fue que decidí dármelo con la máquina eléctrica.
Continuará...............................................................................