El Fruto Prohibido. ( Continuación - 331 )
Un poco más tarde salíamos los cuatro a la calle, con Celia agarrada al brazo de David, mientras que Carmen y yo íbamos agarrados de la mano; cruzamos la avenida y en frente, a unos pocos metros, teníamos ese restaurante al que habitualmente íbamos y en el que Celia y David solían comer casi todos los días laborables. También allí comíamos u organizábamos cenas con clientes, y éramos conocidos por el personal del negocio que ya nos trataban con cierta familiaridad.
Mientras íbamos para allí Carmen preguntó a Celia:
----- ¿ Que tal los peques ?
----- Bien, creciendo.
----- Deben estar preciosos.
Y sonriendo con orgullo de madre, le respondió:
----- Si que lo están. Andrew ya está gateando y se pone de pié; dentro de nada ya camina el solo.
----- Si, se agarra a tu dedo y toma carretera... ----- dijo David.
Y Celia añadía:
----- Y además te indica a donde quiere ir.
----- Dentro de poco habra que atarle a las patas de la mesa. ----- decía David.
----- Uhhhhhh... lo que le encanta revolver. ----- añadía Celia.
Y nos reímos los cuatro...
----- ¿ Y Natalia ? ----- preguntó Carmen.
----- Bien, aunque últimamente anda algo ñoña, y a veces tiene celos de su hermano. ----- le respondió celia.
----- Ayyyyy... pobrecilla. ----- dijo Carmen.
----- A veces pregunta por ti.
----- No me digas...!!!! ----- exclamó Carmen. ----- Así que se acuerda de mi.
----- Uyyyy... que si se acuerda; y tu no eres Carmen; eres su amiga Carmen.
----- Ayyyyyy... que encanto de niña... Me encantaría verla.
----- Bueno, algún día los traeremos por aquí. ----- dijo David.
----- Si, cuando mis padres no puedan ir a recogerles al cole y a la guardería. ----- comentó Celia
----- Hoy como tenemos el lio que tenemos, los abuelos se encargan de ellos. ----- dijo David.
----- Vaya chollo que tenéis... ----- les dije.
----- Uhhhhh... pero chollo total, si no fuera por ellos no se como nos íbamos a organizar. ----- aclaró Celia.
Y luego añadió:
----- Además van a ser abuelos otra vez.
----- ¡¡ Como !!! No me digas que... ----- dijo Carmen.
Y riendo...
David hacía el gesto del colgado
a la vez que Celia Celia le aclaraba:
----- No, yo no. Mi hermana.
----- ¿ Tu gemela ?
----- Si, la misma, Eva. Por fin lo han conseguido.
Tanto Carmen como yo les pedimos que les diesen nuestras felicitaciones.
Así llegamos al restaurante, y según entramos, tras ser recibidos con cordial familiaridad, David reclamó la reserva diaria que tenía, pero pidiendo que añadieran dos comensales más, a lo que le respondieron que sin problema.
Nos llevaron a una mesa situada en un lateral de la sala y justo al lado del ventanal, y allí tomamos asiento. Celia y David se sentaron juntos, mientras que Carmen y yo lo hacíamos en el otro lado frente a ellos.
----- Aquí hacemos la cena de Navidad, ya tenemos reserva hecha. ----- comentó Celia.
----- Genial... ----- respondí.
----- Nos han hecho un buen presupuesto. ----- dijo David.
Y con un gesto de complicidad le hacía un gesto positivo...
Entonces Carmen comentó:
----- Esa noche, Inma y yo estrenaremos esos modelitos que nos hemos comprado hace poco.
----- Buen detalle... ----- le dijo Celia.
----- Nos quedan como un guante, yo lo compré en negro e Inma en dorado.
----- ¿ Pero son iguales ? ----- le preguntó Celia.
----- Si, el mismo modelo con el mismo corte; solo cambia el color de la tela.
Y haciendo un gesto le dijo:
----- Ya estoy deseando veros a las dos.
Carmen se rió con un gesto divertido...
----- ¿ Donde los comprasteis ?
----- En una tienda de modas que conocemos por el centro, y que tienen unos precios más o menos aceptables.
----- Pues ya me diréis donde que lo mismo un día me acerco a echar un vistazo.
----- Oye, pues un día que vayamos a ir te damos un toque y te vienes.
----- ¿ Contigo y con Inma ?
----- Claro, así entre las tres nos ayudamos a decidir.
Según hablaban, David me hacía discretamente gestos divertidos...
Entonces les cortó la conversación, y mirando a celia le dijo:
----- Hoy le apuntas tres horas extra a Carmen.
----- Claro, sin problema. ----- le respondió.
Carmen miró un tanto sorprendida
mientras que Celia me miraba y decía:
----- Si el adjunto no se opone....
Hice un gesto y respondí:
----- El adjunto no dice nada porque si dice algo va a ser peor.
Y todos nos reímos...
Mientras que Celia aclaraba:
----- Hoy a lo largo de la mañana, David y yo lo comentamos por que esperamos que la reunión dure como dos horas más de la jornada, pero te regalamos una hora más como agradecimiento por el buen trabajo que está haciendo.
----- Muchas gracias. ----- respondió Carmen con gesto de agradecimiento.
----- La verdad es que estamos muy satisfechos por como estáis funcionando tu y Arantxa, y lo bien que os coordináis.
----- Y Angela también... ----- apuntó Celia.
----- También, también... ----- respondió David.
Para luego añadir:
----- Estamos muy contentos con las tres y lo bien que gestionáis vuestro trabajo.
Justo en aquel momento nos trajeron las cartas y nos pidieron disculpas porque se habían retrasado un poco, lo cual entendimos ya que tenían el restaurante a tope...
Nos pusimos a mirar las diferentes ofertas, y al final David propuso en menú que Celia y yo aceptamos, mientras que Carmen se decantó por una sopa de verduras y luego unas acelgas rehogadas con salsa de soja.
Durante la comida, David, Celia y yo estuvimos hablando en inglés la mayoría del tiempo, mientras que Carmen no se enteraba de nada, solo recurríamos al castellano para apuntarle algún detalle o darle alguna instrucción... Celia le pidió disculpas y se justificó diciéndole que estábamos tratando algunos temas del cliente que eran confidenciales, lo cual Carmen entendió perfectamente.
Así fue pasando el almuerzo, que las chicas remataron con un postre dulce, mientras que David y yo lo hicimos con un té, tal y como ordenaba nuestra flema británica...
Un poco más tarde y viendo que ya era la hora, Celia pidió la cuenta y la abonó con una tarjeta vip de la empresa, porque ya podíamos decir que éramos una mediana empresa en crecimiento. Tras ello, salimos de nuevo a la calle y tomamos el camino de regreso.
Según llegamos y entramos, David y yo nos fuimos directos a nuestro despacho, mientras que Celia se fue al suyo. Una vez allí nos pusimos a mirar unos papeles que llevaríamos a la reunión, y ha realizar una ultima revisión en nuestras respectivas carpetas... Carmen a su vez, se dirigió hacia su mesa, donde relevó a Arantxa para que esta pudiera irse a almorzar allí al lado, en la sala de descanso. Poco después se pasó por nuestro despacho, donde me entregó un par de carpetas que le había dejado Arantxa para mí y que contenían aquellas copias que le había encargado.
Y así fue pasando el tiempo, en una sensación de impaciencia e incertidumbre que eran típico en los preámbulos de una reunión importante...
Y como cinco minutos antes de la hora acordada, Celia, David y yo nos fuimos a la sala de juntas donde esperamos a que llegasen esos clientes con quienes nos íbamos a reunir y rematar la jornada laboral, quienes fueron recibidos por Carmen y fue ella misma quien los llevó hasta nosotros.
Tras las presentaciones y comentarios cordiales, tomamos asiento unos frente a otros y dimos comienzo a la reunión donde cada parte fuimos exponiendo nuestros puntos de vista y analizando las diferentes situaciones y propuestas que se presentaban, hubo momentos en que las negociaciones se endurecían, pero en todo momento quedaba claro que ambas partes teníamos voluntad de llegar a un acuerdo. Y así tras muchos tira y afloja, y algunos a ver si te pillo, o te pillo yo a ti; mientras que Carmen, al lado de Celia, iba tomando nota de todo aquello que le indicábamos. Y así fue que tras dos horas de dura negociación llegamos a un principio de acuerdo y firmamos un protocolo de pre contrato.
Cuando por fin terminamos del todo, y tras despedir a nuestra contra parte, los cuatro nos fuimos felicitando por el trabajo realizado y el éxito alcanzado. El día había sido duro pero muy fructífero. Así, según salimos de la sala todo eufóricos, David propuso que nos fuéramos a tomar una copa para celebrarlo; entonces mir´mi reloj y vi que quedaba menos de un cuarto de hora para las siete, mientras que Carmen me recordaba esa visita al hospital que teníamos pendiente. Así que declinamos la invitación y quedamos en que la tomaríamos al día siguiente.
Cada unos nos fuimos a nuestro respectivo lugar para ir recogiendo nuestras cosas; así fue que recogí mi portátil y mi carpeta, e ir poniendo fin a tan ajetreada jornada con la que iniciamos la semana...
Y una vez que recogí todo, me despedí de David tras haber comentado algunos detalles de la reunión.
Salí del despacho y me dirigí hacia la mesa de Carmen que estaba hablando con Angela y Arantxa. Al llegar las saludé a la vez que indiqué a Carmen que nos marchábamos. me respondió que si, pero que esperase un momento que tenía que darle unas instrucciones a Angela. Le hice un gesto positivo y me fui a la puerta a esperarla allí.
Poco después, mientras se ponía el abrigo, se despidió de sus compañeras y tras agarrarnos de la mano salimos a buscar el coche; dejé mi portátil y mi carpeta atrás en el maletero, mientras que Carmen dejó también su carpeta. Acto seguido dejé mi abrigo sobre el asiento trasero, mientras que Carmen continuó con el suyo puesto. tras tomar nuestros respectivos asientos y ajustarnos los cinturones, puse el coche en marcha y salimos a la calle, donde puse rumbo a la autovía.
Durante el trayecto Carmen no paraba de hablar y comentar, pero yo iba atento a la carretera, sumergido en mis divagaciones y a penas atendía a lo que estaba diciendo; es más, es que a penas la escuchaba porque me sentía cada vez más inquieto y un nerviosismo se iba apoderando de mi interior.
Muchas incertidumbres se desataban en mi ante el hecho de verme de nuevo con Marisa tras todos los desencuentros que habíamos tenido, y me preguntaba que era lo que íbamos a hablar...
Carmen debió notarme ausente, porque hubo un momento en que me dijo:
----- Ehhhh... ¿ Que pasa ? ¿ Es que no me escuchas ?
Hice un gesto, pero no le respondí; pero ella insistió y entonces le dije:
----- Es que me invaden dudas.
----- ¿ Que dudas ?
----- No se si es buena idea el ir a verla.
----- ¿ Y por que no va a serlo ?
----- Yo que se... Es que no se de que voy a hablar con ella.
----- Ella sabrá, digo yo... Porque es ella quien dijo que quiere hablar contigo... ¿ No?
Hice un gesto afirmativo y le respondí:
----- Eso fue lo que me dijo su hija.
----- Pues seguramente que querrá agradecerte lo que hiciste por ella.
Hice un gesto como de suposición y continué atento a la conducción, mientras que mi incertidumbre iba in crescendo por momentos.
Y en esas, Carmen me preguntó:
----- ¿ Que fue lo que os ocurrió ?
Buuufffff....!!!!
aquella pregunta hizo que me sintiese como arrinconado, porque me quedé en blanco, y así de pronto no supe que responder, porque la verdad obviamente no se la podía decir...
Pero Carmen insistió y le respondí:
----- Baaaahhhh... no merece la pena recordarlo.
----- Si vale, no lo merece... ¿ Pero que os ocurrió ? ¿ Por que dejasteis de hablaros ?
Buuuffff....!!!!
cada vez me sentía más arrinconado; pero al final torcí el gesto y le respondí:
----- Es que ni recuerdo exactamente lo que ocurrió; así que debió ser una tontería... Los humanos a veces por tonterías nos ponemos cabezones y no damos el brazo a torcer; y así no hay manera de entenderse.
Carmen no debió quedar muy convencida con mi respuesta, pero ya no insistió más con el tema.
Continuará................................................................