El Fruto Prohibido. ( Continuación - 334 )
La verdad es que me sentía un tanto extraño al estar allí hablando tranquilamente con Marisa, como si no hubiese ocurrido nada entre nosotros, y sentía como que toda la energía negativa que nos envolvía se había disuelto. En esos momentos todo lo que me transmitía Marisa era positivo y sentía como que había una energía especial en el ambiente que nos alimentaba a los dos.
Y así fue que le continué confesando sobre lo ocurrido aquella noche en que se inició nuestro desencuentro.
----- Si te rechacé aquella noche en mi casa fue porque ya tenía claro lo que sentía por Carmen y lo que ella ya significaba para mi. Así, en medio de todo, fue que me vino un aire de cordura y me dije: Pero que hago, que estoy haciendo.
----- Si, recuerdo que me dijiste que Carmen no se merecía eso...
Afirmé con gestos mientras que ella añadía:
----- Eso te honra; aunque como mujer me jodió, en cambio admiré tu lealtad hacia ella... Aunque me sentía despreciada, también te vi inalcanzable; y eso no lo pude soportar, me sentí herida en mi ego.
Hice un gesto y le respondí:
----- La culpa de todo la tuve yo, nunca debí permitir que se iniciase eso.
Me miró durante unos segundos en silencio, y a continuación me comentó:
----- Ya en mi casa y en medio del cabreo que tenía te maldije, y sobre todo maldije a Carmen, y también me peguntaba a mi misma: ¿ Que tendrá esa cabrona que no tenga yo ?
Sonreí y le dije:
----- Toda mujer tiene su encanto, solo necesita ser capaz de verlo y saber como explotarlo.
Entonces me miró con cierta ternura y me dijo:
----- ¿ Tu crees que tengo encanto ?
Tras hacer un gesto afirmativo le respondí:
----- No solo lo creo, lo afirmo... Y es más, no solo tienes encanto, también tienes presencia y clase, además de ser una hembra de alto calibre.
----- ¿ De verdad lo crees ?
Y haciendo gestos afirmativos, le respondí:
----- Si alguien tiene dudas, que me pregunte a mi.
Sonrió con cierta satisfacción y me preguntó:
----- ¿ Sabe algo Carmen ?
----- ¿ De que ?
----- De lo que ocurrió entre nosotros.
Hice un gesto negativo y le respondí:
----- No, no sabe nada.
----- Yaaa...
Y tras unos segundos, añadió:
----- Seguro que lo intuye.
Me encogí de hombros y le respondí:
----- No creo.
Ella sonrió, y con un gesto de complicidad me dijo:
----- Es más lista de lo que piensas; por eso nos ha dejado solos para que hablásemos.
La verdad es que aquella afirmación me sorprendió y me dejó pensativo durante unos segundos; y al final le comenté:
----- Siempre me dijo que tuviera cuidado contigo.
Me miró sorprendida
y me preguntó:
----- ¿ Por que te dijo eso ?
----- A esa le gustas un montón... me decía.
----- ¿ De verdad te decía eso ?
Le respondí con un pronunciado gesto afirmativo; y tras sonreír me comentó:
----- Pues razón no le faltaba.
----- No, no le faltaba... ----- añadí.
Me miró con cierto aire de duda, y me preguntó:
----- ¿ Se lo contarás alguna vez ?
Me encogí de hombros y le respondí:
----- No lo se, pero no creo que lo haga...
----- ¿ Por que ?
----- Porque creo que eso debe quedar entre nosotros y nadie más.
Sonrió a la vez que hacía gestos afirmativos; y tras ello agarró de nuevo mi mano...
Así pasaron unos segundos, hasta que al final me dijo en tono de confesión:
----- Danny, que bien me siento hablando contigo. Muchas gracias por haber venido.
----- La verdad es que tuve muchas dudas sobre venir o no; pero al final fue Carmen quien me convenció para que viniera.
Sonrió de nuevo y dijo:
----- Ay que maja.
Y yo continué:
----- Y me alegro de ello, porque también me siento bien hablando contigo; pero lo mejor es echar fuera toda la negatividad.
Ella afirmaba sonriendo, y al final me dijo:
----- Me das otro abrazo.
----- Claro que si.
Suavemente la apreté entre mis brazos, a la vez que acariciaba su espalda y ella apoyaba su cabeza contra mi pecho.
Estuvimos así unos segundos, hasta que nos separamos y puso su mano sobre mi mejilla; nos miramos a los ojos
Y se arrancó en confesión:
----- Ahora mismo te besaría en los labios con todo placer...
La miré sorprendido...
y continuó:
----- Pero me contengo y no lo hago por respeto a Carmen.
Sonreí e hice un gesto afirmativo y cómplice a la vez:
----- Nos lo damos en la mejilla y ya está... ----- le respondí.
Ella sonrió, e intercambiamos ese par de besos.
----- Nunca olvidaré lo que hiciste por mi, ----- me dijo después.
----- Solo quiero que a partir de ahora te centres y no te vuelvas a descontrolar. ----- le respondí
----- Si, si... A partir de ahora todo será diferente.
Y le comenté:
----- Aún tienes mucho que dar y mucho por lo que luchar; tienes una hija estupenda que te necesita y a la que te debes dedicar.
----- Lo haré, lo haré...
A continuación agarró mi mano y me dijo:
----- Te lo prometo.
Sonreí con un gesto de agradecimiento y le dije:
----- Eso está bien, pero sobre todo debes prometertelo a ti misma.
----- Si claro, esa es mi primera promesa.
Y a continuación, fue que me confesó:
----- Sofía estuvo conmigo en todo momento, en cuanto le permitieron verme. Me contó como había sido todo y que gracias a ti pudieron agarrarme a tiempo, que hiciste un gran trabajo dijeron los doctores... Y después...
Se quedó en silencio como dudando y le pregunté:
----- ¿ Que pasó después ?
Me miró y me respondió:
----- Me dijo que no te dijera nada, pero tengo que decirtelo...
----- ¿ Decirme el que ?
----- Me pidió que me reconciliara contigo.
Hice un gesto y dije:
----- Jodeeeeeerrrr... Mira que le dije que no te dijera nada.
----- No te enfades con ella, por favor. ----- me pidió.
----- No, descuida. ----- le respondí.
Y a continuación me aclaró:
----- Tampoco fue necesario que me lo dijera, porque cuando lo supe todo yo misma decidí que iba a intentar reconciliarme contigo, me lo prometía a mi misma.
Yo sonreí y ella continuó:
----- Pero tuve mis dudas.
----- ¿ Tus dudas ?
Y haciendo gestos afirmativos me respondió:
----- Dudaba sobre si ibas a estar receptivo y te ibas a prestar a ello.
Hice un gesto de evidencia y le dije:
----- Pues ya ves que si.
Entonces la miré, y tras poner mi mano sobre su hombro, añadí:
----- Ya estamos reconciliados... ¿ no ?
----- Por mi parte si. ----- me respondió.
Entonces sonreí y le dije:
----- Por la mía también.
Nos apretamos la mano y le dije:
----- Fuera todo lo malo y lo negativo.
----- Fuera, fuera... Y fuera para siempre. ----- respondió.
Justo en ese momento regresaba Carmen con las amigas de Marisa; a las cuatro se las veía sonrientes y con cordialidad, además de buen rollo entre ellas.
----- Ya estamos aquí... ----- dijo Sofía al entrar.
Me puse en pié, y Carmen dijo:
----- Supongo que os habréis dicho todo lo que os teníais que decir.
----- Claro que si. ----- dijo Marisa sonriendo.
----- ¿ Y que tal ? ----- le preguntó Sofía.
Marisa me miró con complicidad y le respondió:
----- Hemos enterrado para siempre todo lo negativo, y ya estamos reconciliados.
Yo hacía gestos afirmativos, mientras que Sofía exclamaba:
----- Que bueno...!!!! Y que feliz me hace oír eso.
Carmen me miraba sonriendo con complicidad.
La verdad es que en ese momento, allí en la habitación con todas las amigas presentes, como que no me sentía cómodo...
y tampoco con libertad.
Así que poniendo la siguiente excusa, fue que dije:
----- Me voy a salir porque ya estamos mucha gente aquí, y a ver si nos van a dar otro toque de atención...
----- Si, si... ----- dijo Sofía.
Y según salía, fue que me dijo:
----- Me voy contigo; vamos a una sala que hay aquí al lado.
Continuará.............................................................................................