El Fruto Prohibido. ( Continuación - 335 )
Carmen también se iba a venir con nosotros, pero al salir le indiqué que se quedase con Marisa ya que a penas la había visto. Hizo un gesto como de no entenderme,


pero se quedó allí haciéndole compañía junto con las otras dos amigas, Blanca y Esther, mientras que Sofía y yo nos íbamos a esa sala donde tomamos asiento y nos pusimos a charlar.
----- ¿ Que tal la ves ?----- me preguntó.
----- Pues la veo bien... ----- le respondí.
----- Verdad que si... ----- dijo sonriendo.
----- La verdad es que la veo mejor delo que esperaba. ----- le comenté.
Sonrió, y con una expresión cómplice me dijo:
----- No sabes lo mucho que celebro el que os hayáis reconciliado.
Entonces la miré con el semblante un tanto serio y le dije:
----- No cumpliste con lo pactado.
----- ¿ Lo pactado ? ¿ Que fue lo pactado ?
----- Que no le dirías nada al respecto.
Yo mantenía el semblante serio mientras que ella esbozaba una sonrisa; se agarró a mi brazo y me dijo:
----- Ay si, tienes razón. Perdóname.
También esbocé una sonrisa y con un gesto le dí a entender que estaba perdonada; y entonces se justificó:
----- Es que no me pude contener; lo deseaba tanto que se lo acabé pidiendo.
Sonreí y le dije:
----- Bueno, ella misma me dijo que antes de que se lo pidieses ya lo tenía decidido.
----- Si, eso mismo me dijo a mí.
----- ¿ Te contó algo más ? ----- le pregunté.
----- ¿ Sobre que ?
----- Sobre nuestras diferencias.
Hizo un gesto arqueando las cejas y me respondió:
----- A ver, solo me dijo que hubo cierto tonteo entre vosotros y que ella se acabó enfadando contigo, pero no me quiso concretar más.
Buuufffff....!!!!



al oír eso sentí un gran alivio por dentro...
----- ¿ Fue así ? ----- me preguntó.
----- Bueno, si te lo dijo así, pues está bien...
Y justo en ese momento vino Carmen a la sala acompañada de las otras dos amigas de Marisa; nos contaron que las habían echado de la habitación porque ya le traían una nueva compañera a Marisa.
Entonces aproveché ese momento para pedirle a Carmen que nos marchásemos ya.
----- Así sin despedirnos... ----- me dijo.
----- Buuufffff....!!!! hemos tenido un día completo, y estoy cansado.
----- Ya... también lo estoy yo.
Entonces miré a Sofía y le dije:
----- ¿ Nos despides tú ?
----- Claro que si.----- me respondió.
Y sin más nos fuimos despidiendo cordialmente de ella y de las otras dos amigas; y así nos marchamos tomando de nuevo el ascensor y bajando al hall; de allí fuimos al parking donde nuevamente tomamos el coche...


Y antes de ponerlo en marcha, Carmen agarró mi brazo, y apretando unas sonrisa puso una expresión cómplice y me dijo:
----- ¿ Que tal ?
Hice un gesto y ella continuó:
----- No ha sido para tanto... ¿ verdad ?
Hice otro gesto y le respondí:
----- No, no lo ha sido.
----- ¿ Como te sientes ?
----- Me siento bien, y además siento también que hice lo correcto.
----- Claro que lo hiciste; además me alegro que te hayas reconciliado con ella.
Hice gestos afirmativos mientras que ella me decía:
----- No ves como yo tenía razón.
Le hice otro gesto afirmativo a la vez que ponía el coche en marcha, y tras maniobrar salimos del hospital y tomamos rumbo a mi casa.
Durante el trayecto Carmen iba hablando, pero yo no la escuchaba porque iba pensando y analizando todo lo ocurrido durante la visita y lo que hablé con Marisa...



También me entraba cierta incertidumbre sobre como sería nuestro trato a partir de ahora; de entrada suponía que seríamos buenos vecinos, pero no tenía claro que distancia mantendríamos entre los dos...


Al sentirme tan callado, Carmen me preguntó:
----- ¿ Que te pasa que vas tan callado ?
Hice un gesto y le respondí:
----- Estoy asimilando lo ocurrido.
Ella sonrió y me dijo:
----- A que te sientes bien después de haber venido...
Yo le respondí afirmando con un gesto, y ella me dijo:
----- ¿ Verdad que mereció la pena venir ?
Hice otro gesto afirmativo y le respondí:
----- Si, tenías razón.
Ella sonrió y me comentó:
----- Yo la he visto bastante bien.
----- Si, yo también la he visto mejor que lo que esperaba.
Carmen alzó la mirada al techo del coche y dijo:
----- Ayyyyy... Que tía más loca.
----- Bueno, digamos que estaba eufórica, se descontroló y no supo parar a tiempo. ----- argumenté.
Carmen sonrió de nuevo, y tras acariciar mi pierna fue que me dijo:
----- Ay cariño, que orgullosa estoy de ti.
----- Gracias, pero no es para tanto. ----- le respondí.
----- Como que no; si es que vales mucho.
Hice una mueca divertida...

y le dije:
----- No sigas que me lo voy a creer.
Ella se rió


y comentó:
----- Me alegra el que os hayáis reconciliado.
----- No me gusta estar a mal con nadie... ----- le respondí.
La verdad es que no me sentía nada cómodo con este dialogo; percibí que no se atrevía a preguntármelo, pero notaba que quería saber lo que nos había ocurrido a Marisa y a mí, y que fue lo que nos distanció.
Pero Carmen seguía comentando, aún a pesar de que yo me mantenía ausente ante su diálogo.



----- A ver si se centra y tiene suerte.
----- ¿ Suerte en que ? ----- le pregunté.
----- Que conozca a alguien y rehaga su vida.
----- Pues si, aunque para eso tendrá que calmar el chip.
Y así llegamos por fin a mi barrio; tras dejar el coche en el garaje y recoger nuestras respectivas cosas, tomamos el ascensor y subimos a mi apartamento.
Al abrir la puerta cedí el paso a Carmen; y cuando ya entramos en el salón, allí estaba Ernesto sentado en el sofá y cenando mientras veía la televisión.
----- Heyyy... Ya llegaron...!!!! ----- exclamó al vernos.
----- Si, ya estamos aquí por fin. ----- le respondí.
----- Hola Ernesto. ----- le dijo Carmen.
----- Hola hermosura... ----- le respondió.
A continuación le comentó tras mirarla de arriba abajo.
----- Estás bien elegante.
----- Vistosa que es una.
----- Eso sin duda...
Tras ello, nos miró a ambos y nos preguntó:
----- ¿ Y que tal les fue ?
----- Bien... ----- le respondí.
----- ¿ Como se encuentra la vecina ?
----- Va mejorando. ----- le respondió Carmen.
Luego nos miró, y con expresión pícara me preguntó:
----- Bueno hermano... ¿ Como acordaron el pago por los favores prestados ?
El solo empezó a reírse...


Pero Carmen se puso seria y le dijo:
----- No Ernesto, por ahí no.
Luego Carmen me miró y me dijo:
----- Voy al cuarto a cambiarme.
Le hice un gesto de aprobación

a la vez que Ernesto le decía:
----- Ay Carmencita, para que te cambiás... si así estas espectacular.
Carmen manteniendo el semblante serio le respondió:
----- Anda, anda... que conmigo no te da resultado.
Y según se retiró Carmen, Ernesto me miró y me dijo:
----- ¿ Que le ocurre ? ¿ Por que anda tan arisca conmigo ?
Me encogí de hombros y le respondí:
----- Y yo que se... Será que anda cansada; hoy hemos tenido un día agotador en el trabajo.
----- Si hermano, ya se les ve en la cara.
Y a continuación me comentó:
----- Me he preparado de cena unas espinacas con gambas.
----- Ya veo.
----- Me han sobrado y están ahí en la cocina; comelas si querés porque están bien buenas.
----- Bueno, ya veré. Yo también voy a quitarme esta ropa y a ponerme algo más cómodo.
Y tras ello le pregunté:
----- ¿ Que tal te ha ido hoy ?
Hizo un gesto y me respondió:
----- Pues pillé un pasaje en el AVE en una oferta para el próximo viernes por la mañana. Así que me marcho en cinco días.
Sonreí y me dijo:
----- Hey... ¿ Que pasa ? ¿ Acaso te alegrás de perderme de vista ?
Y riendo



le dije:
----- No, hombre no; no es eso.
----- ¿ Entonces que es ?
Y tras arquear las cejas le respondí:
----- Parece que Rocío se ha salido con la suya.
Me miró que se le salían los ojos y me dijo:
----- Ahhhggggg....!!!! Hermano... no me digás eso, no me seás tan cabrón.
Yo me reía




mientras que él me seguía recriminando:
----- No me esperaba eso de vos.
Entonces le dije que iba a cambiarme de ropa.
Me fui al cuarto, y según entré, Carmen estaba en bragas mientras se ponía una camiseta. Y al cerrar la puerta fue que le dije:
----- Ernesto se marcha el viernes.
Me miró toda sorprendida...



y me dijo:
----- ¿ De verdad ?
Y haciendo gestos afirmativos le dije:
----- Que si, que se va.
----- Dioooosssssss.... por fin, por fin.
----- Ehhhh... baja la voz no te vaya a oír.
Agarró unos pantalones de chandal para ponerselos, mientras que me decía:
----- Cariño, me encuentro cansada, que si no echaba contigo esta noche un buen polvazo para celebrarlo.
Me reí...




y le respondí:
----- Mira que eres jodida.
Una vez que acabó de vestirse, abandonó el cuarto a la vez que me decía que se iba a la cocina a cenar algo.
Continuará.........................