El Fruto Prohibido. ( Continuación - 336 )
Cuando me cambié de ropa salí del cuarto y también me fui para la cocina donde se encontraba Carmen comiendo algo de fruta; yo a su vez miré aquellas espinacas con gambas que le habían sobrado a Ernesto y decidí que las iba a cenar. Y la verdad es que le habían salido bastante bien.
Ernesto que continuaba en el salón, cuando terminó de cenar se vino con nosotros, se trajo todos los enseres que había utilizado y los fue lavando en el fregadero y mientras lo hacía me preguntó:
----- ¿ Que tal están esas espinacas ?
Hice un gesto positivo
y le respondí:
----- Genial, están de vicio.
Sonrió y comentó:
----- Veo que te han gustado.
Tras hacer otro gesto positivo
le respondí:
----- No te conocía facetas en la cocina, tu siempre fuiste de sentarte a mesa puesta.
El se rió
y me comentó:
----- Así me las prepara Rocío, y fue de ella de quien aprendí.
----- Para que veas como te cuida... ----- le dijo Carmen.
Ernesto la miró y le dijo:
----- Nunca lo he dudado; pero a veces se pone muy pesada con las comidas y el tratamiento.
----- Si es que tienes una mujer que vale su peso en oro. ----- le dijo Carmen.
----- Eso siempre lo ha sabido... ----- le respondió.
----- Pues deberías cuidarla más.
----- ¿ Y es que no lo hago ?
----- Supongo que si, pero como te digo, deberías cuidarla más.
----- Ahhhggg... ¿ Por que me decís eso ?
----- Porque a ti hay que atarte en corto, pero que muy en corto.
Ernesto la miró sorprendido
y dijo:
----- ¿ A mi ?
----- Si, a ti...
----- Ayyyy... pero Carmencita... ¿ Tan mala imagen tengo para vos ?
Y haciendo gestos afirmativos, Carmen le respondió:
----- Ya conozco lo golferas que eres.
Ernesto se partió de risa
y trató de excusarse:
----- Ayyy... nooooo...!!! La vida es corta y hay que divertirse.
----- Uyyyyy.... si llegas a dar conmigo, menuda diversión te iba a dar.
Ernesto no paraba de reírse...
a la vez que le decía:
----- Pero que mal concepto me tenés...
----- Pésimo.... ----- le dijo Carmen.
Entonces Ernesto puso una expresión de lamento y dijo:
----- Ayyyy... que dura es la vida... Por que no habré tenido la suerte de dar con una mujer como vos...
Carmen alzó la mirada, y partiéndose de risa...
le respondió:
----- Si, si... menuda suerte; si das conmigo te ibas a enterar tu bien lo que es una mujer echada palante...
Ernesto se echó las manos a su pecho, y alzando la mirada al techo fue que dijo:
----- Ayyyy... mira que me querés mal, Carmencita... Con lo que yo te quiero a vos.
----- Ya, ya... Hay amores que matan.
Ambos se partían de risa...
mientras que yo les miraba divertido. Pero vi que ya era el momento de cortar aquella dinámica y así intervine al preguntarlñe a Ernesto:
----- ¿ A que hora te sale el tren ?
----- Pues así como a las once y media... ----- me respondió.
----- Buuufffff...!!! no podré llevarte, me pillas trabajando.
----- No te preocupés, ya me pillaré un taxi y asunto resuelto. Pero si que hay un problema.
----- ¿ Que problema ?
----- ¿ Como hago con la llave ? ¿ A quien querés que se la deje ?
----- No hay problema porque el viernes por la mañana viene Ewa, la chica que limpia, se la dejas a ella.
----- Ah si, es verdad...
Luego puso una expresión de morbo y comentó:
----- Está hermosa esa polaca.
Yo me reí...
y Carmen le dijo:
----- Joder, también te interesa la polaca...
----- Ay nooooooo....!!!! Ya me advirtió mi hermano que eso es terreno vetado.
----- Y bien que hizo... ----- le dijo Carmen.
Ernesto se rió...
y a continuación comentó:
----- Aunque no me importaría tener algo, porque está vistosa la muchacha... ¿ Cuanto tiempo lleva limpiando para vos ?
----- Aún no lleva un año... ----- le respondí.
Y a continuación le aclaré:
----- Antes venía una prima suya, Kathya, que la contrató Keiko cuando vinimos para aquí; pero va a hacer un año que se marchó porque le salió trabajo en una cadena de hoteles y me recomendó a Ewa.
----- Ah que bueno. Se ve que le tenés confianza.
----- Totalmente; es muy trabajadora y muy eficiente.
----- Bastante... ----- me dijo Ernesto.
Y ya cambiando de conversación nos dijo a continuación:
----- Entonces mañana me voy con ustedes a su trabajo... ¿ no ?
Carmen y yo nos miramos fugazmente y le respondí:
----- Si quieres y te apetece, pues adelante.
----- Claro que me apetece.
----- Pero hay que madrugar... ----- le advertí.
----- Si, lo se, y no hay problema en ello.
Hice un gesto y le respondí:
----- Pues nada, tu mismo y adelante.
Y Ernesto nos aclaró:
----- Quiero verles en su ambiente de trabajo y como gestionan su negocio; y además ayudaré en lo que pueda.
Yo me reí...
mientras que Carmen le respondía:
----- Uy si te quedas conmigo ya verás que tareas te voy a dar.
Ernesto puso una expresión risueña y le dijo:
----- Será un placer ponerme a tus ordenes.
Carmen torció el gesto y le dijo:
----- A ver lo que tardes en arrepentirte de semejante afirmación...
Y los tres nos reímos...
----- Ya te pondré tareas... ----- le dijo Carmen.
----- Bueno, pero que no sean complicadas.
Tras terminar de cenar, Carmen iba a fregar los enseres que habíamos utilizado pero le dije que ya lo hacía yo. Entonces me comentó que se iba a dormir porque se encontraba cansada; yo le dije que también me iba a retirar pronto, en cuanto acabase con aquellos enseres, pero que antes me daría una ducha rápida.
Entonces me miró y me dijo:
----- ¿ Te importa si me la doy yo antes ?
----- No, claro que no.
Y así fue que me quedé allí un rato más con Ernesto y nos pusimos a hablar sobre su regreso a Sevilla.
----- Así yo no puedo seguir. ----- me confesó.
----- ¿ Que no puedes seguir ?
----- De esta manera, yo necesito volver a ser el Ernesto de siempre.
----- ¿ Y que te impide serlo ?
Resopló y me respondió:
----- Esta mujer que tengo... No me deja vivir.
le miré un tanto sorprendido...
y le dije:
----- ¿ Como que no te deja ?
----- No hermano, no me deja...
Hice gestos negativos y le respondí:
----- Te quejas de vicio...
----- Si, de vicio... Ya me gustaría verte a vos padeciendo el control severo que me hace.
----- Eso es porque está preocupada por ti.
Ernesto hizo un gesto y me respondió:
----- A mi que me deje vivir a mi aire y a mi manera.
Hice gestos negativos y le comenté:
----- Ernesto, tu problema es que quieres vivir como cuando andabas por la veintena y ya no puede ser; el tiempo va pasando y nos hacemos mayores... Tu ya estás avanzado en la cuarentena, pronto alcanzarás la cincuentena.
Me miró con una expresión de no estar de acuerdo y me dijo:
----- Lo peor que hice en mi vida fue casarme, y casarme con Rocío.
----- Anda no digas sandeces.
----- Que si hermano, creéme... Debería haber hecho como vos.
Me reí...
y le pregunté:
----- ¿ Y que he hecho ?
----- Pues que no te has atado a una mujer de por vida; y eso demuestra que eres un hombre inteligente.
----- No me digas.
----- Lo afirmo, vivís sin ataduras y con total libertad.
Yo me partía de risa...
A la vez que le decía:
----- Eres la hostia Ernesto, la hostia en verso.
Y bajando la voz me dijo:
----- Yo que vos aprovechaba una de esas marchas moteras que hace Carmen y me cobraba ese favor que le hiciste.
Me reí aún más...
y le respondí:
----- Yo no soy tan golfo como tu.
----- No hermano, eso es porque vos no sos consciente de ello, pero andás perdiendo facultades; y cuando te des cuenta ya será tarde y no habrá remedio.
Yo me partía...
a la vez que le iba respondiendo:
----- Anda deja ese tema... Con Carmen estoy bien surtido; con ella me llega y me sobra.
----- Ahhhggggg....!!!! Siempre ponen dientes a quien no sabe morder.
Me reí aún más
y le pregunté:
----- ¿ A que viene eso ?
----- Pues viene a que si yo llego a tener una mujer tan cañón como es Carmen y en frente una vecina tan explosiva como esa...
Se quedó en silencio como medio retándome con su mirada y conteniendo la risa...
----- ¿ Que ? ----- le pregunté.
----- Pues que vería lo que iba a tardar en taladrarlas a las dos...
No paraba de reírme con sus ocurrencias...
Pero ya tratando de poner un poco de cordura, fue que le dije:
----- Ernesto, entiendo a Rocío.
me miró un tanto sorprendido...
y me preguntó:
----- ¿ Que es lo que le entendés ?
----- Que no se fíe de ti; le has hecho muchas.
Me miró con cierta decepción durante unos segundos, y me dijo:
----- Ay hermano, esto si que no me lo esperaba de vos.
----- Se honesto y reconoce que has sido muy golferas y que te aguantó muchas.
Me miraba con el semblante serio, a la vez que me respondía:
----- No te creas todo lo que te haya contado.
----- A ver Ernesto, no es que me haya contado... Yo mismo vi lo que pasó aquella noche durante la Feria, y no me lo niegues; tu mismo me pediste que te cubriera y te escabulliste. Allí la dejaste sola.
----- No la dejé sola, estaban sus hermanas y estabas vos también.
----- No Ernesto; aquello no fue correcto por tu parte.
Entonces me miró con el semblante serio y me dijo:
----- Mejor dejémoslo acá porque vamos a terminar mal y no tengo ganas.
El quería dejarlo ahí porque sabía que no me iba a convencer con sus argumentos; pero si me quedé con las ganas de estamparle en la cara el hecho de que había dormido con Lucrécia en mi casa... Pero prudentemente preferí dejarlo pasar.
----- Voy a ver si terminó Carmen ya.
----- Ah bien.
----- Y si terminó me doy esa ducha y me voy a dormir porque lo necesito ya.
----- bueno, entonces mañana me llamás cuando haya que levantarse.
----- Si claro, pero te recuerdo que va a ser bastante temprano.
----- No hay problema.
Primero nos dimos un apretón de manos, y para quitar esa tensión que se había generado con la última conversación, también nos dimos un abrazo.
Continuará..........................................................