El Fruto Prohibido. ( Continuación - 400 )
Nos fuimos cambiando de ropa y también nos perfumamos. Carmen se aplicó un discreto maquillaje, mientras que yo me hice un rápido afeitado con la máquina eléctrica, para la cual tuve que llevar un adaptador ya que en todo el Reino Unido y en Irlanda los enchufes son trifasicos.
Opté por un atuendo medio sport, con unos pantalones de paño grueso en color azul oscuro, una camisa también gruesa y un jersey de rugby con franjas horizontales verdes y blancas que había comprado en una de mis visitas a Dublín; por encima me puse un anorak de plumas en tonos azules y en los pies unos zapatos de cuero.
Carmen a su vez se puso un vestido en color negro, tal y como era habitual en ella, con el que lucía sus estupendas piernas que esta vez las cubrió con unas medias también en color negro, pues le avise´que la noche estaría bien fría...



Su pelo se lo recogió hacia un lado con un prendedor en tonos dorados. Y en los pies se puso unos botines negros de medio tacón que le cubrían el tobillo; y por encima se puso un grueso abrigo también negro.
En cuanto estuvimos listos nos hicimos un gesto, tras el cual salimos del cuarto y por el pasillo nos dirigimos hacia los ascensores, donde tomamos el primero que llegó y que nos bajó hasta el vestíbulo.
Al salir del ascensor Carmen me hizo un gesto cómplice apretando una sonrisa y arqueando las cejas, al cual le respondí de la misma manera; tras lo cual nos acercamos y nos dimos un pico en los labios...
Acto seguido, agarré su mano mientras que ella me preguntaba:
----- ¿ Y bien ? ¿ A donde vamos ?
----- A Covent Garden; un lugar que te va a gustar ----- le respondí.
Sonrió y me dijo:
----- Seguro que si.
Y a continuación me preguntó:


----- ¿ Y como vamos ?
----- Tenemos que tomar el metro aquí a la vuelta; así que ve preparando tu Oyster card...
Según salimos del hotel, Carmen se agarró a mi brazo y tras resoplar comentó:
----- Joder, vaya frío.
Hice un gesto de evidencia y le respondí:
----- Ya te lo dije... Es lo natural aquí; estamos más al norte.
----- Ya veo, ya.
Estaba comenzando a anochecer y me dijo:
----- Y también anochece antes por lo que veo.
----- Claro, aquí se respeta la hora del meridiano de Greenwich.
Caminamos por aquella calle hasta el final, justo donde se juntaba con High Street Kensigton, y tras doblar hacia la derecha enseguida llegamos a la estación de metro... Tras pasar nuestras tarjetas accedimos al andén.
Mientras esperábamos, Carmen me miró y me preguntó:
----- ¿ Sabes como debemos ir ?
Sonreí y le respondí:
----- Claro que lo se; tu tranquila y déjame a mi.
----- Es que estoy en tus manos, porque aquí estoy gtotalmente perdida y no me entero de nada.
Me reí...


mientras que ella se agarraba con fuerza a mi brazo. Entonces le fui explicando el trayecto que íbamos a realizar para llegar a nuestro destino.
Y cuando terminé, se acercó y nos dimos otro pico en los labios...
----- Cuanto vales mi amor... ----- me dijo ----- Si es que contigo me tocó la lotería.
Me reí ante ese comentario suyo...

Y justo en ese momento llegaba el convoy que nos convenía y que tomamos... Así fuimos hasta Earl´s Court, distante a dos paradas y donde cambiamos a otra línea que ya nos llevaba directamente a Covent Garden. Por suerte no venía muy lleno el vagón y pudimos sentarnos, con lo cual haríamos cómodamente el trayecto.
Una vez que tomamos asiento y el convoy se ponía en marcha, Carmen agarró mi mano y me preguntó:
----- ¿ A cuantas estaciones está ese sitio ?
Consulté mi plano de bolsillo y le respondí:
----- Son siete paradas... Pero tranquila, esto va rápido y llegamos enseguida.
Y allí íbamos los dos haciendo en trayecto con alguna que otra mirada cómplice más algún comentario.
En esas Carmen me dijo:
----- Picadilly.
----- Estamos en pleno centro. ----- le respondí.
----- Uaaaauuuhhhh... Que guay...
----- Ya estamos cerca de Covent Garden. ----- le aclaré.
Me miró, y apretando una sonrisa me dijo:
----- Quiero ir a Picadilly, siempre soñé con ir a ese sitio.
----- Después de cenar ya iremos por allí. ----- le respondí.
Hizo un gesto de euforia y agarrando mi brazo se apretó contra mi, a la vez que me decía:
----- Pero como no te voy a querer; si me cumples todos los deseos.
Así nos acercamos y nos besamos suavemente en los labios...
Cuando nos separamos vi que una chica que estaba sentada justo en frente de nosotros nos miraba sonriendo; le comentó algo a otra chica que estaba sentada a su lado y me guiñó un ojo...
Sonreí y le hice un gesto positivo...
----- ¿ Que ocurre ?
Me preguntó Carmen, que no se había percatado de nada y se lo expliqué.
----- Anda que jodidas... ----- me comentó
Y me reí...

Pasamos dos paradas más y por fin llegamos a Covent Garden. Me puse en pié; agarré a Carmen de la mano y tirando la puse también en pié.
----- ¿ Es aquí ? ----- me preguntó.
Le respondí con un gesto afirmativo.
Abandonamos el vagón y ya en el andén nos agarramos de la mano y fuimos avanzando hacia la salida a través de unas escaleras mecánicas que nos llevaban hacia el vestíbulo... Una vez allí pasamos de nuevo nuestras tarjetas por el torno para que nos aplicase el correspondiente descuento; y tras ello salimos por fin a la calle.
Ya fuera agarré de nuevo a Carmen de la mano y le indiqué que debíamos ir calle abajo; así caminamos como unos sesenta metros y entramos por fin en Covent Garden.
----- Esto es Covent Garden. ----- le dije.
Carmen abrío sorprendida los ojos...

y mirando alrededor dio una vuelta sobre si misma, a la vez que mantenía su boca abierta con una expresión de asombro mientras contemplaba aquel entorno.
Luego me miró y me dijo:
----- Me encanta.
Sonreí, y haciendo un gesto positivo

le respondía:
----- Sabía que te iba a gustar.
----- Pero totalmente... Y me recuerda a la Plaza Mayor en Madrid.
Sonreí de nuevo y le respondí:
----- Es que puede decirse que estamos en la Plaza Mayor de Londres.
----- Que pasada...!!! ----- exclamó.
Entonces se abrazó a mi, y buscando mi boca la unió a la suya en un cálido y sensual beso...
Tras el cual me dijo:
----- Gracias mi amor... muchas gracias por traerme a este sitio.
Sonreí, y tras poner mi mano sobre su mejilla fue que le dije:
----- Te lo mereces.
Me dio otro beso en los labios...

Y tras mirar de nuevo alrededor me preguntó:
----- ¿ Tenemos tiempo ?
Miré mi reloj y le respondí:
----- Aún tenemos como veinte minutos para llegar a la hora de la reserva.
Sonrió con una expresión risueña y me dijo:
----- Es que me encantaría dar una vuelta a toda esta plaza.
----- Vamos, pues... ----- le respondí.
Agarrados de la mano comenzamos a recorrer el perímetro de Covent Garden, justo por el lado contrario a donde se ubicaba el restaurante donde íbamos a cenar esa noche... Y así le iba indicando cuales eran esos rincones de la plaza que íbamos viendo, y en los nos parábamos mientras le contaba algún apunte histórico relacionado con el lugar.
Así le mostré el antiguo convento de Saint Paul, en cuyo huerto se construyó lo que hoy es la plaza.
----- Ahhhh... por eso se llama Covent Garden este sitio... ¿ no ? ----- me comentó.
----- No exactamente... ----- le respondí.
Y a continuación le expliqué que hasta el siglo XVI hubo una abadía en el lugar y que fue disuelto por el rey Enrique VIII, quien entregó las tierras a un conde y este las convirtió en un jardín, creando aquí la primera plaza pública de Londres.
Después le mostré el viejo mercado que hoy es una galería comercial, para terminar mostrandole también el Museo de Carruajes, que está justamente al lado del restaurante donde íbamos a cenar.
Miré mi reloj, y viendo que ya era la hora indicada, le dije a Carmen que ya debíamos ir al restaurante; así nuevamente nos agarramos de la mano y recorrimos esos pocos metros que nos separaban del mismo.
Y justo frente a la entrada nos paramos y le dije:
----- Aquí es.
Ella miró sorprendida y me dijo:
----- ¿ Es este el restaurante ?
Hice un gesto afirmativo con su toque de complicidad...
Entonces sonrió de manera risueña y exclamó:
----- Guaaaauuuuhhhh....!!!! Que buena pinta que tiene.
----- Veo que te gusta.
----- Ya lo creo... Es que no me lo imaginaba así.
----- Vamos pues... ----- le dije.
En la entrada nos recibió una señora ya cincuentona, que amablemente nos sonrió y nos dio las buenas noches.
Respondimos al saludo, y tras darnos la bienvenida nos preguntó si teníamos reserva.
----- Si, tenemos una reserva para cenar a esta hora... ----- le respondí.
Sonriendo me preguntó a nombre de quien estaba la reserva y le di el mio. Miró un libreto que tenía sobre un atril, y buscando lo encontró rápidamente.
----- Si, aquí está... ----- me indicó
A continuación hizo una seña a un camarero que se acercó de inmediato, y le indicó a que mesa nos debía llevar.
Así fue que nos llevaron a una pequeña mesa redonda preparada para dos comensales, y que estaba ubicada justo al lado del ventanal, lo cual nos permitía ver el ambiente que había en el exterior.
Antes de tomar asiento, Carmen se quitó su abrigo y yo mi anorak, los cuales entregamos al camarero para que los pusiese en un perchero que teníamos justo al lado.
Acto seguido le di las gracias y le pedí que nos trajese una carta en cuanto le fuera posible.
----- Enseguida, señor... ----- me respondió.
En cuanto nos sentamos se acercó una camarera que nos traía unos biscotes de pan tostado junto con unas pequeñas porciones de mantequilla, detalle que le agradecí.
Carmen miraba un tanto sorprendida y me preguntó:
----- ¿ Y esto ?
Sonreí y le respondí:
----- Aquí es tradición recibir al cliente con un poco de mantequilla.
----- ¿ Y eso por que ?
----- Digamos que es como un detalle de cortesía y también para que vaya haciendo hambre, o vaya calmando el que ya trae.
Carmen se rió...

y me comentó:
----- Es todo un detalle.
Hice un gesto afirmativo, y justo en ese momento nos traían la carta.
Continuará...........................................................