El Talismán

En esta segunda parte, es verdad que habrá dolor y sufrimiento, pero quizás no en la forma en que os lo estáis imaginando. Lo que está por venir tiene matices que aún no se han revelado por completo. Además, hay aspectos de su pasado que todavía desconocemos. No le perdáis la pista.
 
EL TALISMÁN. SEGUNDA PARTE: BALADA TRISTE DE TROMPETA.

Durante unas vacaciones en el Caribe, Julia se sumerge en una profunda reflexión sobre su pasado reciente y el viaje de evolución personal y emocional que ha recorrido. El entorno paradisíaco, con sus playas de arena blanca y aguas turquesas, le ofrece el espacio perfecto para conectar consigo misma y valorar la vida que ha ido construyendo. En este idílico lugar, redescubre el placer de disfrutar del tiempo libre al lado de Liam, quien se ha convertido en un pilar fundamental en su vida, brindándole apoyo y alegría.


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Capítulo 15: Los vigilantes de la playa.

Julia, acostumbrada a una vida enfocada en el trabajo, redescubre el valor del tiempo libre y la relajación. Con el respaldo de Liam, empieza a explorar nuevos lugares y actividades al aire libre, como la fotografía y el baile, superando miedos y enriqueciendo su vida personal.

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En esta segunda parte, es verdad que habrá dolor y sufrimiento, pero quizás no en la forma en que os lo estáis imaginando. Lo que está por venir tiene matices que aún no se han revelado por completo. Además, hay aspectos de su pasado que todavía desconocemos. No le perdáis la pista.
Mientras terminen juntos, no pasa nada.
Ella está claro que es una chica con un pasado que le ha marcado, pero seguro que con Liam a su lado, saldrán adelante.
 
En el primer capítulo de esta segunda parte, se presenta una pista crucial sobre Liam. Es un detalle clave que, si no lográis descifrar y dejáis pasar por alto, os advierto que no seguiré con el relato. Os lo pongo en bandeja, pero tenéis que estar atentos y descubrirla por vosotros mismos. ¡Es el momento de afinar la mirada y no dejar escapar ni el más mínimo detalle!
 
EL TALISMÁN. SEGUNDA PARTE: BALADA TRISTE DE TROMPETA.



Capítulo 15. Los vigilantes de la playa.

Abril 2011.

Julia.


Desde mi llegada a los Estados Unidos, me he sumergido completamente en el estudio y el trabajo, dedicando cada día, de lunes a domingo, a cumplir con mis responsabilidades. Nunca me he permitido un respiro, ni siquiera para disfrutar de un rato de ocio. Sin embargo, logré reservar algunas horas semanales para entrenar en el gimnasio de mi residencia en Long Island, un pequeño escape que se convirtió en mi único tiempo personal. Al mismo tiempo, tampoco me esforcé por cultivar amistades, lo que resultó en la falta de compañía para compartir momentos de relajación. Ante este panorama, decidí que lo mejor era enfocar todo mi tiempo libre en el trabajo, creyendo que así llenaría los vacíos en mi vida.

Todo comenzó a cambiar cuando invité a Sophie a mi casa en Long Island, por insistencia de Lola. Inicialmente, pensé que sería solo una tarde, pero lo que comenzó como una visita casual se transformó en un fin de semana completo. Fue la primera vez que pasé un fin de semana entero sin dedicar ni un minuto al trabajo. Seguí el consejo de Lola y dejé que Sophie organizara esos días exclusivamente para mí. Aquel fin de semana fue una revelación; descubrí por primera vez lo que significaba disfrutar de mi tiempo sin sentir la presión de ser productiva, y me sorprendió lo mucho que me gustó. Sentí una libertad y una paz que no había experimentado antes.

Después llegó Liam, y con él, la verdadera revolución de mis momentos de ocio. Se convirtió en una fuente inagotable de ideas para disfrutar los fines de semana. Desde el principio, se instaló en mis residencias; durante la semana vivíamos en mi residencia de Nueva York, que ahora también era suya, y los fines de semana nos retirábamos a Long Island. En esos primeros fines de semana, la prioridad era simplemente disfrutar el uno del otro. Nuestro mundo se reducía a los confines de nuestra intimidad: hacíamos el amor en la cama, en el baño, en la piscina, en la playa, en el jardín... Exploramos cada rincón de la casa, escondiéndonos como dos adolescentes para evitar ser descubiertos por el personal de servicio, aunque sospecho que ellos ya lo sabían y respetaban esos momentos. Entre cada encuentro amoroso, nos zambullíamos desnudos en el mar de nuestra playa privada, o en la piscina cubierta si el clima no permitía disfrutar del exterior.

Con Liam a mi lado, finalmente aprendí a relajarme y a disfrutar de mi tiempo libre. Esperaba con ansias la llegada del viernes para dedicarle el fin de semana completo. Cada fin de semana con Liam se convirtió en una aventura llena de emociones y nuevas experiencias. Juntos exploramos encantadores pueblos costeros, descubrimos parques naturales llenos de vida y belleza, y probamos deliciosos platos en acogedores restaurantes. A la par de nuestras escapadas, también encontramos momentos de calma y conexión, disfrutando de nuestra mutua compañía, compartiendo risas, conversaciones profundas y un sinfín de recuerdos entrañables. Liam me presentó a sus amigos, y yo a Lola y a mis socias, que también se habían convertido en mis amigas. Así, nuestro círculo social se amplió, añadiendo nuevas capas de alegría y conexión a nuestras vidas.

Nuestros fines de semana se volvieron una mezcla perfecta de diversión, descubrimiento y amor. Liam se convirtió en mi cómplice en la búsqueda de la felicidad en cada momento libre. Aprendimos a equilibrar el trabajo y el ocio, priorizando nuestra alegría y creando recuerdos inolvidables en el proceso.

Liam también se convirtió en mi maestro en varias áreas. Me enseñó a usar una cámara fotográfica, algo que al principio me resultó extremadamente complicado, pero que con su paciencia fui dominando poco a poco. También me enseñó a bailar, algo que disfrutaba enormemente; resultó ser un bailarín excepcional. En el ámbito íntimo, fue un guía cuidadoso y apasionado, mostrándome niveles de placer y conexión que jamás había experimentado. A cambio, yo le enseñé español, a petición suya, ya que deseaba expresarme su amor también en mi idioma. Fue maravilloso compartir con él mi lengua y mi cultura, y verlo esforzarse por comunicar sus sentimientos en español.

Así, Liam se convirtió en mi compañero en el aprendizaje, el crecimiento y el disfrute de todas estas actividades, enriqueciendo nuestras vidas y fortaleciendo nuestro vínculo con cada nueva experiencia compartida. Con él, he descubierto que la vida puede ser un viaje constante de descubrimiento y placer, siempre y cuando estemos dispuestos a abrirnos a nuevas posibilidades.

-Julia, es fundamental que empieces a respetar tus horarios laborales, tal como lo hacen tus empleados y socias. No puedes seguir dedicando tantas horas al trabajo sin tomarte descansos adecuados. El equilibrio entre el trabajo y el descanso es crucial para tu bienestar y productividad. Si sientes que la carga de trabajo te está sobrepasando, considera la posibilidad de contratar personal adicional para compartir las responsabilidades. Recuerda que la vida no se trata solo de trabajar; también es importante encontrar tiempo para disfrutar y recargar energías. Es esencial que te cuides a ti misma, te permitas momentos para descansar, relajarte y participar en actividades que te aporten felicidad y vitalidad. Tu bienestar personal es clave para tu éxito profesional y tu satisfacción general.

-No estoy del todo segura de cómo aprovechar mi tiempo libre. A diferencia de ti, que tienes pasatiempos y actividades que disfrutas, yo no tengo algo similar en lo que me pueda sumergir. Me encuentro aburrida y un poco perdida cuando no estoy trabajando. No sé muy bien cómo llenar esos momentos de ocio y me resulta difícil desconectar del trabajo.

-¿Qué te parece si nos apuntamos a un gimnasio? Así podríamos hacer ejercicio juntos y disfrutar de nuestra compañía en el proceso.

-Ya tenemos un gimnasio en Long Island.

-Pero solo lo utilizamos los fines de semana. Además, creo que sería más divertido ir a un gimnasio con más gente.

-Entiendo lo que dices, pero un gimnasio mixto no me resulta del todo cómodo, Liam. No me siento a gusto con tantos hombres alrededor. Me parece una buena idea, pero creo que buscaré uno que sea exclusivamente para mujeres.

-Julia, recuerda que me comprometí a ayudarte a superar tus miedos y a apoyarte en lo que necesites. Podríamos probar un gimnasio mixto, y con el tiempo te acostumbrarás a las miradas. Además, estaré a tu lado en todo momento, lo que te dará una mayor sensación de seguridad y confianza. Estoy seguro de que, con mi apoyo, podrás sentirte más cómoda y disfrutar de la experiencia.

Decidimos aventurarnos juntos al gimnasio y, aunque al principio me sentía nerviosa, comencé a ir vestida con las mismas mallas y tops ajustados que solía usar en mi gimnasio privado de Long Island. Estas prendas, que dejaban el ombligo a la vista y mostraban el piercing que Sophie me regaló, eran cómodas para hacer ejercicio, pero sabía que tendría que acostumbrarme a las miradas de los demás. Afortunadamente, me di cuenta de que muchas de las otras chicas en el gimnasio también usaban ropa similar, lo que me hizo sentir menos fuera de lugar. Con el tiempo, me fui adaptando a la dinámica del gimnasio mixto y empecé a sentirme más segura y confiada.

Mis nervios iniciales empezaron a disminuir a medida que me familiarizaba con el entorno. Las miradas de los demás resultaron ser mucho menos intimidantes de lo que había imaginado. Al observar la diversidad de cuerpos y niveles de habilidad en el gimnasio, me sentí inspirada para aceptar y amar mi propio cuerpo. El ambiente positivo y alentador del gimnasio transformó las miradas en simples interacciones humanas, en lugar de fuentes de incomodidad.

El gimnasio se convirtió en un espacio donde no solo me ejercitaba, sino también donde fortalecía mi confianza y superaba mis miedos. Fue una experiencia transformadora que me recordó la importancia de superar los límites autoimpuestos y permitirme disfrutar plenamente de la vida, sin preocuparme tanto por lo que los demás pudieran pensar.

Además, descubrí que Liam tenía algunas dificultades con los aparatos del gimnasio, y a menudo tenía que corregirlo para evitar posibles lesiones. Con el tiempo, me convertí en su entrenadora personal improvisada. Le enseñé la forma correcta de realizar los ejercicios, le brindé consejos sobre técnica y le proporcioné un programa de entrenamiento personalizado. Este nuevo rol no solo me permitió ayudar a Liam a mejorar su técnica, sino que también fortaleció nuestra conexión y complicidad. Nos apoyábamos mutuamente en nuestro camino hacia una vida más saludable y activa, y fue gratificante ver cómo Liam progresaba y ganaba confianza bajo mi guía. Este proceso me recordó la importancia de apoyarnos mutuamente en nuestros esfuerzos por crecer y superar desafíos.

Además del gimnasio, comenzamos a dedicar dos días a la semana a una academia de baile, algo a lo que inicialmente me resistía. Liam empezó a enseñarme pasos básicos de baile en Long Island, pero él insistía en que fuéramos a una academia para tener una formación más formal y completa. Aunque al principio era reacia a la idea, pronto empecé a disfrutar del baile y de la oportunidad de aprender algo nuevo junto a él.

-Puedo enseñarte a bailar yo mismo, pero creo que sería mucho más beneficioso para ti si te inscribes en una academia de baile. Allí no solo aprenderás de profesionales, sino que también tendrás la oportunidad de practicar con diferentes personas, lo que te ayudará a mejorar y ganar confianza más rápido.

Lo miro con una mezcla de sorpresa y duda.

-¿Bailar con otros? Nunca me lo había planteado así. La verdad, no me entusiasma la idea. ¿Y tú no estarás conmigo? Lo que realmente quiero es bailar contigo, compartir esos momentos juntos. Eso es lo que lo hace especial para mí.

-Estaré a tu lado, Julia, no te preocupes -dice Liam con una sonrisa tranquilizadora-. Pero en una academia de baile, también es normal que bailemos con otras personas. Yo practicaré con otras mujeres, y tú con otros hombres. Es parte del aprendizaje y de la experiencia. Sé que puede sonar un poco incómodo al principio, pero es algo natural en ese entorno.

Me quedo pensativa mientras él continuaba.

-Entiendo que estés acostumbrada a tu círculo cercano, pero creo que sería muy positivo para ti empezar a interactuar con personas fuera de nuestro círculo. El baile no solo es una forma de aprender movimientos, también es una oportunidad para abrirte y perder ese temor a relacionarte con desconocidos. Además, te dará una sensación de libertad y confianza que puede ser transformadora.

-¿Y si no me siento preparada? -pregunto, un poco inquieta.

-Podemos ir poco a poco. Si quieres, incluso podemos consultarlo con Isabella o Lola, así tendrás otras perspectivas. Estoy seguro de que podrán darte un buen consejo y quizás te sentirás más tranquila con sus opiniones. Lo importante es que sepas que no estás sola en esto, y que estaré ahí para apoyarte en cada paso.

-Me parece una excelente idea, Liam. Ves, Julia, te dije que Liam era una buena elección. Escúchalo, al final disfrutarás bailando, aunque no siempre tu pareja de baile sea Liam.

Y, como era de esperar, Lola tenía razón. Su consejo siempre ha sido acertado y su perspicacia nunca deja de sorprenderme. Ella había visto lo que yo no podía ver en ese momento: que ir a una academia de baile no solo me permitiría mejorar mis habilidades, sino que también sería una excelente oportunidad para ampliar mis horizontes y superar mis reservas. Su capacidad para anticipar lo que sería mejor para mí, incluso cuando no estaba tan segura, siempre ha demostrado ser valioso. A veces, lo que necesito es precisamente escuchar esa voz sabia y experimentada que me guía hacia experiencias que, al principio, parecen desafiantes, pero que terminan enriqueciéndome en formas inesperadas.

En el primer día de clases, me resistí a cambiar de pareja de baile. La idea de bailar con alguien que no fuera Liam me resultaba incómoda y, por eso, preferí mantenerme a su lado durante toda la sesión. Sin embargo, en el segundo día, me vi obligada a bailar con otra mujer debido a que había más alumnas que alumnos y algunas parejas se formaban con dos mujeres. Aunque al principio me sentía incómoda, la experiencia no fue tan mala como temía.

Fue solo el tercer día cuando me animé a bailar con el profesor de baile, convirtiéndose en mi pareja en esa ocasión. Este fue un paso significativo para mí, ya que era la primera vez que bailaba con un hombre que no fuera Liam. Aunque estaba algo nerviosa al principio, esta experiencia resultó ser liberadora.

A partir de ese momento, las cosas empezaron a fluir con mayor facilidad. Me sentí más relajada y capaz de concentrarme en los movimientos y en el disfrute del baile, sin preocuparme demasiado por quién era mi pareja. La dinámica de la academia me ayudó a superar mis reservas y a disfrutar plenamente del proceso de aprendizaje, abriéndome a nuevas experiencias y personas en el camino.

Junto a Liam, empecé a explorar un mundo de actividades al aire libre que nunca había considerado. Aprendí a valorar la majestuosidad de la naturaleza y a encontrar paz en la serenidad de los parques nacionales y los bosques. Liam, con su profundo conocimiento de la fauna y la flora, me enseñó sobre la vida silvestre y el medio ambiente, lo que enriqueció aún más nuestras experiencias al aire libre.

Al principio, adaptarme a dormir en tiendas de campaña y cocinar en fogatas fue un desafío. Sin embargo, con el tiempo, me volví más hábil en estas actividades y empecé a disfrutarlas. Incluso compré mi propia mochila y equipo de camping, preparándome mejor para nuestras futuras aventuras juntos.

Gracias a Liam, descubrí un universo de actividades y pasatiempos que me sacaron de mi zona de confort y me permitieron vivir de una manera más plena. Aprendí que la vida no se limita al trabajo y al lujo; a veces, las experiencias más simples y naturales pueden ser igual de gratificantes y emocionantes.

Mi primera experiencia en un parque nacional con Liam fue un verdadero descubrimiento. Pude poner en práctica lo que había aprendido sobre fotografía en un entorno completamente nuevo para mí, ya que nunca había ido de campamento cuando era niña. Estaba acostumbrada a alojarme en lujosos hoteles con amplias suites y camas cómodas, por lo que dormir en una dura colchoneta dentro de una pequeña tienda de campaña, en la que apenas cabíamos, fue bastante incómodo. Ni siquiera podíamos ponernos de pie adecuadamente, pero a pesar de estas dificultades, compartir esos momentos con Liam y formar parte de su pasión me hizo sentir increíblemente afortunada. La experiencia me enseñó a valorar la belleza y la simplicidad de la naturaleza, y a apreciar cada momento que pasamos juntos en nuestras aventuras.

En una de nuestras salidas fotográficas, mientras Liam me ofrecía consejos expertos sobre cómo capturar la mejor iluminación natural y la importancia de ajustar la abertura del diafragma y la velocidad del obturador, una atracción creciente hacia él comenzó a hacerse más evidente. La forma en que hablaba con tanta pasión y conocimiento sobre la fotografía me cautivaba. Sin poder contener mis sentimientos, me acerqué a él, colocando mi mano suavemente en su nuca. Entonces, interrumpí sus explicaciones con un beso apasionado.

Nuestros labios se encontraron en un contacto ardiente, y el beso se transformó en un juego sensual de lenguas entrelazadas. En ese momento, todo lo demás se desvaneció, y solo quedó el deseo compartido que ambos sentíamos. Fue una manifestación pura y profunda de la conexión que habíamos construido, intensificando aún más el vínculo que teníamos.

-Liam, quiero que estemos juntos de una manera más íntima. Deseo sentirte dentro de mí, compartir ese momento profundo y especial contigo.

Liam y yo nos entregamos a un encuentro cargado de pasión y deseo, en el que nuestras emociones y cuerpos hablaron por sí mismos. Sin necesidad de palabras, la urgencia y el fervor nos llevaron a despojarnos rápidamente de nuestra ropa, quedando completamente desnudos. Liam se recostó mientras yo me posicionaba sobre él, sintiendo su erección pulsar contra mi entrada. Sus besos y caricias en mis pezones provocaron una ola de sensaciones intensas, haciendo que mis pechos se endurecieran y que un gemido de placer se escapara de mis labios. Anhelaba sentirlo dentro de mí en ese mismo instante.

Tomé su miembro con mi mano, introduciéndolo lentamente en mí, disfrutando cada centímetro del contacto íntimo. Nos movíamos en perfecta sincronía, mis movimientos armonizados con el ritmo de su boca, que acariciaba mis senos y me conducía a un estado de éxtasis. Era una experiencia exquisita, un deleite indescriptible. Deseaba que me poseyera con toda su fuerza y pasión.

En un momento, Liam comenzó a mover su pelvis, embistiéndome desde abajo con intensidad y potencia. La sorpresa y excitación de esta nueva dimensión de placer me transportaron a un estado de paraíso. Lo abracé con fuerza, buscando una conexión más profunda, mientras él respondía con mayor vigor. Mi cuerpo se entregó al orgasmo, sumido en un gozo tan abrumador que perdí la noción de todo a mi alrededor. Me sentía completamente inmersa en el placer, en un estado de éxtasis absoluto.

Tras unos instantes, me retiré para recuperar el aliento. Liam me miraba con una sonrisa, consciente de la intensidad de lo que acabábamos de experimentar. Sin intercambiar palabras, solo con la mirada, nos entendimos. Me puse a cuatro patas, y él comenzó a penetrarme desde atrás. Después de unos segundos, aumentó el ritmo con embestidas profundas, mientras me agarraba el cabello con una mano y con la otra, masajeaba uno de mis pechos. El segundo orgasmo fue aún más intenso que el primero, dejándome temporalmente desconectada mientras me recuperaba, tumbada boca arriba. A pesar de mi agotamiento, la persistencia y entrega de Liam me llevaron a experimentar una nueva oleada de placer.

Sumidos en un estado de completa entrega, agotamiento y éxtasis, mi cuerpo finalmente llegó a su límite. Reconociendo esto, le pedí a Liam que llegara al clímax. Con una sonrisa, me preguntó si ya no podía continuar, y admití que estaba al borde de no poder seguir.

Siguiendo sus indicaciones, le abracé con mis piernas, permitiendo que sus embestidas se prolongaran hasta que, finalmente, llenó mi interior con su cálida y satisfactoria liberación. En cuanto acabó de llenarme, se salió y me regaló un último orgasmo mientras lamía mi sexo, saboreando su propio semen. Era uno de los momentos más morbosos de nuestros encuentros íntimos. En ese momento, mientras me recuperaba de ese último orgasmo, supe con absoluta certeza que deseaba compartir el resto de mi vida con este hombre maravilloso.

Después de nuestro intenso encuentro, permanecimos abrazados en ese pequeño espacio, con mi cabeza descansando sobre su pecho. En ese momento íntimo y sincero, sin más preámbulo, compartí con Liam mi deseo de casarnos.

-Liam, quiero que nos casemos.

-¿De verdad quieres casarte? Creo que estamos bien como estamos. ¿Qué cambiaría si nos casamos?

-Claro que estamos bien, cariño, y no cambiaría nada esencial entre nosotros. Pero para mí, casarnos representa algo más profundo. No quiero ser solo tu compañera, tu amiga especial, tu amante o tu novia. La idea de ser tu esposa me llena de emoción, de llevar con orgullo tu apellido y de que pongas una alianza en mi dedo. Quiero compartir el resto de mi vida contigo de una manera formal y comprometida. Me imagino nuestro futuro juntos, construyendo una vida en común con todos los sueños y esperanzas que compartimos. ¿Qué opinas?

Liam se quedó en silencio, y mi corazón comenzó a latir más rápido. La falta de respuesta me llenó de una inquietud creciente; empecé a temer que tal vez mis palabras habían sido demasiado impulsivas, y que él no estaba tan seguro de dar este paso como yo. La incertidumbre me envolvió mientras esperaba su reacción, preguntándome si había sobrepasado un límite o si nuestras perspectivas para el futuro realmente coincidían. Sin pronunciar palabra, Liam se levantó abruptamente y comenzó a rebuscar en los bolsillos de su mochila con una expresión de concentración en el rostro. Sus movimientos eran rápidos y decididos, como si estuviera buscando algo específico, y su silencio aumentó mi ansiedad. Cada segundo que pasaba sin que dijera nada parecía estirarse interminablemente, mientras me preguntaba qué podría estar buscando y qué significaría su comportamiento para nuestra conversación. El temor y la intriga me envolvieron mientras observaba sus movimientos con creciente inquietud. Cada gesto de Liam, cada pequeño cambio en su expresión, parecía cargar el aire con una tensión palpable. Mi mente corría a mil por hora, preguntándose qué podría estar ocurriendo y qué implicaciones tendría para nosotros. La incertidumbre se hacía más intensa con cada segundo que pasaba sin que él hablara, dejando que mis pensamientos se desbocaran mientras trataba de descifrar el motivo detrás de su inesperada búsqueda.

Con una pequeña cajita en las manos, Liam volvió a mi lado y se arrodilló frente a mí, su rostro iluminado por una mezcla de nerviosismo y esperanza. Con movimientos cuidadosos, abrió la cajita, y ante mis ojos se desplegó una espléndida sortija de diamantes, que brillaba con una elegancia deslumbrante. La luz que reflejaba en los diamantes parecía simbolizar no solo la belleza de la joya, sino también el profundo significado de su gesto. Mientras sus ojos se encontraban con los míos, el ambiente se cargó de una emoción palpable, haciendo que el momento se sintiera aún más especial. No podía creer lo que estaba presenciando.

Con una voz temblorosa, pero cargada de profunda emoción, Liam comenzó a hablar. Cada palabra parecía estar impregnada de significado y sentimientos intensos. Sus labios se movían con una mezcla de nerviosismo y ternura, y sus ojos brillaban con una sinceridad que iba más allá de las palabras.

-Julia, desde el instante en que nuestras miradas se cruzaron, supe que había encontrado a alguien verdaderamente especial. Has iluminado mi vida de formas que jamás imaginé, mostrándome lo que es el amor verdadero y la felicidad genuina. Eres mucho más que una compañera; eres mi socia en cada aventura, mi confidente en cada desafío, y la razón de mis sonrisas diarias. No puedo concebir un futuro sin ti a mi lado, y sinceramente, no quiero hacerlo. Por todo lo que hemos compartido y lo que aún nos espera, te pregunto con todo mi corazón: ¿Te casarías conmigo? ¿Aceptarías ser mi esposa y compartir cada capítulo de nuestras vidas, en un viaje continuo de amor y compañerismo?

Las lágrimas de pura felicidad comenzaron a deslizarse por mis mejillas mientras asentía con la cabeza, con el corazón latiendo con una intensidad que apenas podía controlar. Con una voz temblorosa y cargada de emoción, respondí entre sollozos de alegría:

-Sí, Liam, ¡sí! Por supuesto que quiero casarme contigo. Eres el hombre con el que siempre he soñado, y no puedo esperar para convertirme en tu esposa. Desde el primer día en que nos conocimos, supe que había encontrado a alguien excepcional, y ahora, aquí estamos, listos para dar este hermoso paso juntos. Estoy emocionada y llena de alegría por lo que nos depara el futuro.

Nos envolvimos en un abrazo cargado de alegría y emociones desbordantes, sintiendo cómo nuestras almas se entrelazaban en un instante perfecto. En ese cálido y tierno momento, entendimos que estábamos listos para comenzar esta nueva y emocionante aventura juntos.

-Pero, si ya tenías decidido hacerlo, ¿cuándo pensabas pedírmelo? -pregunté, sorprendida y emocionada.

-La verdad es que esperaba al momento adecuado, y pensaba hacerlo de una manera especial -respondió Liam con una sonrisa-. Quería estar preparado para ese instante. Quería que fuera perfecto, que reflejara todo lo que siento por ti y lo importante que eres en mi vida. Pero, sobre todo, quería estar vestido.

Nos miramos el uno al otro y estallamos en carcajadas, dándonos cuenta de que, en medio de este momento tan significativo, ambos estábamos completamente desnudos. Era una escena inesperada, pero llena de complicidad y diversión, donde el amor y el humor se entrelazaron de manera perfecta.

Entre risas, Liam continuó:

-Supongo que la emoción y el entusiasmo nos hicieron olvidar que no estábamos vestidos. Pero eso solo muestra que el amor no se fija en formalidades ni en atuendos; estamos conectados a un nivel mucho más profundo.

-Bueno, supongo que este es un momento tan bueno como cualquier otro para hacerlo oficial. ¡Nos casaremos desnudos si hace falta! -respondí riendo, dejándome llevar por su contagioso sentido del humor.

Nos abrazamos aún más fuerte, disfrutando del momento y de nuestra desnudez compartida. A partir de ese instante, la propuesta de matrimonio se convirtió en un recuerdo inolvidable, lleno de risas y complicidad. Continuamos riendo y abrazándonos, celebrando la certeza de que nuestro amor era tan profundo y sincero que podía superar cualquier sorpresa, incluso una propuesta de matrimonio inesperada y sin ropa.

Finalmente, en un hermoso día soleado, celebramos nuestra boda en Long Island. La ceremonia civil tuvo lugar en nuestro jardín, decorado con flores blancas y rosas en arreglos delicados. El sol brillaba suavemente, creando un ambiente íntimo y acogedor.

Nosotros en el centro del jardín, bajo un elegante arco de madera adornado con guirnaldas florales. Llevaba un vestido blanco sencillo pero elegante, con un diseño atemporal que fluye suavemente con la brisa. Ese fue el primer vestido diseñado exclusivamente por Sophie, un verdadero reflejo de su talento y creatividad. Liam, en un traje gris claro, relajado y feliz a mi lado. Ambos sonrientes, y radiantes miradas llenas de amor.

Alrededor de nosotros, están nuestros seres queridos. Los amigos más cercanos de Liam y su familia se encuentran a un lado con quienes me sentí instantáneamente aceptada y querida, especialmente por sus maravillosos padres. Mientras que Sophie, Isabella, mis socias, ahora amigas y el personal de servicio están presentes, todos vestidos con trajes apropiados y sonriendo con alegría. El ambiente es cálido y lleno de amor, con todos compartiendo este momento especial.

Las sillas blancas dispuestas en filas con los invitados, todos observando con emoción. En el fondo, una mesa con una selección de bocadillos y bebidas, preparada para el pequeño banquete que seguirá a la ceremonia.

La ceremonia fue breve pero conmovedora, llena de palabras sinceras y votos personales. Después de intercambiar anillos y darse el primer beso como pareja casada, nos rodean de abrazos y felicitaciones, celebrando el inicio de nuestra vida juntos con la calidez y el cariño de nuestros seres queridos.

En ese día tan significativo, mis pensamientos también se dirigieron hacia Pilar y Luis. No pude evitar desear que estuvieran aquí para compartir con nosotros este momento tan especial. A pesar de la felicidad que nos envolvía, sentí una punzada de tristeza al reconocer que no les había brindado la atención y el tiempo que realmente merecían. Este día no solo marcó el comienzo de una nueva etapa en mi vida, sino que también me recordó la importancia de valorar a todos aquellos que han sido parte de mi camino.

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Marzo 2011.

En una playa del Caribe


¡Qué manera tan maravillosa de disfrutar nuestra luna de miel! Bajo el cálido sol de una idílica playa caribeña, Liam y yo nos entregamos por completo a estos momentos de pura felicidad. Con nuestras alianzas recién estrenadas, nos permitimos relajarnos y dejarnos llevar por el placer del sol, el baile y, por supuesto, sexo, mucho sexo.

La tranquilidad que nos proporciona nuestra elección de equipos de trabajo confiables es incalculable. Sabemos que nuestros negocios siguen funcionando sin problemas gracias a ellos, lo que nos da la libertad para dedicarnos plenamente el uno al otro durante estos días tan especiales.

Hoy, en nuestro primer día de luna de miel, me encuentro en un territorio nuevo: sin móvil, sin portátil, totalmente desconectada. Fue una decisión de Liam, quien insistió en que esta era la única manera de disfrutar de unas vacaciones auténticas, liberándonos de las ataduras del trabajo y la tecnología. Aunque al principio me resultó difícil adaptarme, ahora comprendo y aprecio su perspectiva.

La idea de pasar dos semanas completas sin móvil me parecía impensable. Siempre había estado al tanto de mis responsabilidades empresariales y de las últimas noticias financieras, incluso durante los fines de semana. Pero aquí estamos, relajados en nuestras tumbonas bajo el sol caribeño, deleitándonos con la serenidad que nos rodea. Aunque ocasionalmente he sentido el impulso de buscar mi móvil en el bolso, estoy empezando a acostumbrarme a estar sin él.

La ausencia de mi móvil me ha permitido sumergirme completamente en el presente, disfrutar de la belleza del entorno y conectar de manera más profunda con Liam. Sin la constante distracción de notificaciones y exigencias digitales, podemos dedicar nuestra atención completamente el uno al otro y a las maravillas que nos rodean.

En lugar de preocuparme por el móvil, me enfoco en conversar con Liam, escuchar el sonido relajante de las olas, sentir la suave brisa tropical acariciando mi piel y admirar la exuberante vegetación. Cada momento se vuelve más valioso al estar completamente presente en él.

Mientras observo a Liam sumido en su lectura, me encuentro inmersa en una reflexión. Es curioso cómo mi atención se centra en algo aparentemente sencillo, pero que evoca recuerdos y sensaciones tan intensas: un libro en papel. Al entregarle el libro a Liam, una tentación irresistible me lleva a abrirlo y acercarlo a mi nariz. Inmediatamente, un aroma familiar y reconfortante llena mis sentidos. El dulce olor de las páginas impresas me envuelve, evocando momentos pasados y emociones que creía olvidadas. Es un placer redescubrir lo bien que huelen los libros.

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Nunca antes había disfrutado de unas verdaderas vacaciones. Estas son, de hecho, las primeras vacaciones auténticas que he tenido en mi vida. Aunque, para ser honesta, hubo un breve periodo de descanso cuando cumplí 15 años; pasé dos semanas en la playa con mis padres. Sin embargo, no guardo gratos recuerdos de esa experiencia. Así que, en esencia, puedo decir que esta es mi primera verdadera escapada, una oportunidad para desconectarme y sumergirme plenamente en el descanso y la relajación que siempre he deseado.

Aunque tengo una playa privada en Long Island, nunca había experimentado un disfrute tan pleno en la playa como el que estoy viviendo ahora con Liam. Recuerdo que también pasé un día maravilloso en la playa con Sophie, pero lo que siento ahora es aún más especial.

Es realmente hermoso ver cómo las personas que han llegado a mi vida han tenido un impacto tan significativo en mi bienestar y felicidad. Tener a Sophie, Lola, Isabella y, por supuesto, a Liam a mi lado ha enriquecido mi vida de maneras que nunca había imaginado. Han sido mis pilares, ofreciendo amor, amistad y apoyo en momentos cruciales. Cada una de ellas ha aportado algo único a mi vida, y me siento inmensamente agradecida por su presencia.

Sophie, con su presencia y cercanía, me ha mostrado la verdadera importancia de tener una amiga íntima y confiable. Sus momentos de alegría y complicidad han sido un pilar en mi vida, haciéndola indispensable para mí.

Lola, por su parte, ha sido una figura esencial en mi camino. Su profesionalidad y apoyo constante me han permitido superar numerosos desafíos, ofreciéndome perspectivas valiosas y una guía que ha marcado una diferencia significativa.

Isabella, con su apoyo incondicional, ha sido un pilar fundamental en mi vida. Su amistad me ha dado fuerzas en momentos difíciles y me ha recordado la importancia de tener personas que están siempre presentes, sin importar las circunstancias.

Y, por supuesto, Liam, quien ha conquistado mi corazón de una manera que nunca imaginé. Su amor y su cuidado han sido reveladores, mostrándome la verdadera belleza del compromiso y ayudándome a dejar atrás mis antiguas reservas sobre el amor. He aprendido que el amor no solo existe en mi vida, sino que también cree en mí y en nuestra conexión.

El amor y la amistad que he encontrado en Liam y en “las chicas” han transformado mi perspectiva y abierto puertas a nuevas experiencias. Cada uno de ellos ha enriquecido mi vida de formas profundas, y ahora no puedo imaginar mi existencia sin su presencia y apoyo.

Estoy inmensamente agradecida a cada uno de ellos por su constante apoyo, amor incondicional y la influencia positiva que han tenido en mi vida. Son verdaderos tesoros y su presencia se refleja en mi felicidad y en la manera en que valoro cada momento especial.

Sin embargo, no puedo atribuirlo simplemente a la suerte o la casualidad. Estoy convencida de que alguien me ha guiado hacia ellos.

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A pocos metros de donde estamos, un socorrista vigila la playa desde su puesto elevado. Es un joven musculoso y atractivo, y no puedo evitar pensar que debe ser bastante popular entre las huéspedes del hotel.

Mientras lo observo, no puedo evitar que mi mente se desplace hacia recuerdos de Loísa, mi amiga de la escuela. Me viene a la mente esos días en la playa de un pequeño pueblo del Mediterráneo en la Costa Dorada. Aunque el recuerdo de esos días no es particularmente destacable, sé que Loísa había viajado al Caribe con su familia, y me pregunto si, por casualidad, podrían haber visitado esta misma playa.

Con una sonrisa, llamo la atención de Liam hacia el socorrista en el puesto de vigilancia.

-Liam, ¿has visto al chico que está en la torre de vigilancia? Es realmente atractivo.

-¿Qué chico? -me pregunta Liam sin apartar la vista de su libro.

-El socorrista, el que está arriba. ¿No te parece guapo?

-No lo sé, no le he prestado mucha atención. -Liam finalmente levanta la vista y lo observa con curiosidad.

-Es que no puedo dejar de pensar en algo que me contó mi amiga Loísa sobre los hombres de piel morena.

-¿Sobre los hombres de piel morena? ¿Qué te dijo tu amiga? -Liam cierra el libro, interesado en escucharme.

-Hace algunos años, Loísa estuvo de vacaciones en una playa muy parecida a esta durante el verano. Allí, se enrolló con un socorrista de piel negra.

-¿Se involucró con el socorrista? ¿Era muy atractiva tu amiga?

-Sí, lo era. Más esbelta que yo, y a aparentaba mayor de lo que realmente era, por lo que solía atraer a chicos mayores, como el socorrista. Cuando me contaba sobre su experiencia, mencionó que, en su opinión, muchas de las cosas que se decían sobre los negros eran ciertas.

-¿Y qué es lo que decía exactamente?

-Loísa comentaba que, según su experiencia, la reputación de los hombres de origen africano era bastante precisa. Me contó que, en su caso, el socorrista no solo era atractivo, sino también muy bien dotado. Por eso, no puedo evitar pensar en eso cuando veo al socorrista de hoy.

Liam se giró hacia mí con un interés evidente, sus ojos reflejaban una mezcla de curiosidad y expectación. Noté que su atención estaba completamente enfocada en lo que estaba a punto de decir, lo que indicaba que estaba realmente interesado en conocer el comentario que Loísa había hecho sobre las personas de etnia negra. La seriedad de su expresión mostraba que no solo quería escuchar la anécdota, sino entender el contexto y las implicaciones de lo que mi amiga había compartido.

-Loísa me comentó que existe un estereotipo sobre las personas de etnia negra, que dice que suelen tener un tamaño de pene más grande.

-¿Cómo puedes creer en eso? Es solo un estereotipo sin fundamento.

-Lo sé, pero no puedo evitar que lo que dijo mi amiga haya quedado en mi mente.

-¿Y tú qué opinas al respecto?

-No estoy segura. Solo conozco tu pene y el de Ángel, y no he tenido suficiente experiencia para hacer una comparación.

-¿Y el de Ángel, te pareció grande? ¿Te gustaría comparar con el socorrista? -me pregunta, señalando al joven en la torre de vigilancia.

-En aquel entonces, el de Ángel me parecía bastante grande, pero ahora creo que el tuyo es aún mayor. No, no necesito probar otros para saber cómo son; con el tuyo estoy muy, pero muy satisfecha. Aunque al ver al socorrista, recordé lo que me dijo mi amiga. Ella tenía algo más de experiencia que yo en ese momento, pero todavía me quedé con la duda y tenía curiosidad por si tú podrías aclarármela.

-¿Y por qué crees que yo podría aclararlo?

-Bueno, supongo que en el vestuario del gimnasio te has visto con otros hombres y habrás tenido la oportunidad de comparar.

-No, no ando observando a otros en el vestuario. Además, a mí no me interesan los hombres.

-Lo sé, cariño, solo estaba bromeando. No necesito hacer comparaciones, estoy muy contenta con lo que tenemos. Sé que el tuyo es más que suficiente, y creo que Loísa tenía razón en su suposición.

Liam me observa con una mezcla de comprensión y curiosidad, tratando de desentrañar el origen de mi inquietud. Su mirada refleja un intento sincero por entender qué me ha llevado a plantear esta cuestión, y aunque su expresión denota sorpresa, también muestra una disposición a escucharme y considerar mi perspectiva. Su actitud abierta y empática demuestra que está dispuesto a abordar el tema con la paciencia y el respeto que merezco, buscando comprender las razones detrás de mis dudas y preocupaciones.

-¿Por qué crees que tu amiga Loísa tenía razón?

-Pues, porque mi única referencia sois tú y Ángel. Aunque el de Ángel estaba bien, el tuyo es claramente más grande. Además, según Loísa, el socorrista con el que salió también tenía un tamaño superior al promedio. No es muy científico sacar conclusiones basadas solo en dos casos, pero de las dos personas de origen africano que tengo conocimiento, ambos lo teneis un tamaño más grande. Así que sí, parece que Loísa tenía razón en parte.

-Entiendo tu curiosidad, pero no deberías basarte en estereotipos o comparaciones superficiales. Cada persona es única, y no se puede generalizar en base a su origen étnico.

-Tienes razón, Liam. No debería permitir que esas ideas preconcebidas influyan en mi percepción. Lo más importante es nuestra conexión y lo feliz que soy contigo.

-Sí, exactamente. No dejes que esos pensamientos te perturben. Lo que realmente importa es nuestra relación y cómo nos sentimos el uno con el otro. No necesitamos compararnos con nadie más. Además, ¿no soléis decir que el tamaño no importa?

-Ja, ja, ja. Eso es lo que dicen las mujeres que no han probado algo como lo que tú tienes y se conforman con lo que tienen.

-Entonces, si mi pene fuera más pequeño, ¿me querrías menos?

-¡No! ¡Por supuesto que no! No deberías pensar en eso.

-Entonces, tal vez las mujeres que dicen que el tamaño no importa tienen razón. Cuando dos personas se aman y deciden compartir su vida, el tamaño del pene, realmente no es lo más importante. Lo que cuenta es el amor y la conexión que tengan entre ellos.

Quedo pensativa tras las palabras de Liam, y al reflexionar sobre lo que acaba de decir, me doy cuenta de que tiene toda la razón. Su perspectiva me hace ver las cosas desde un ángulo más claro y sensato. A veces, me dejo llevar por estereotipos y comparaciones superficiales, pero al final, lo que realmente importa es la conexión auténtica y el amor que compartimos. El tamaño del pene, en realidad, no define nuestra relación ni nuestra felicidad.

-Me has dejado sin palabras, Liam. No puedo contradecirte. En una pareja que se ama verdaderamente, lo que importa no es el tamaño del miembro viril, sino el tamaño del corazón. El tuyo es amplio y generoso, rebosante de amor y comprensión. Fue precisamente ese gran corazón el que me atrajo hacia ti y me hizo enamorarme tan profundamente. En nuestra relación, hemos aprendido que lo fundamental es la conexión emocional, la confianza y el apoyo mutuo. El tamaño del pene no define el amor que compartimos; lo que cuenta es la calidad e intensidad de nuestros sentimientos. Y en eso, Liam, tu corazón es verdaderamente grande, casi tanto como tu pene.

Ambos no podemos contener la risa y estallamos en una carcajada compartida, disfrutando de este momento de complicidad. La risa nos envuelve, liberando toda la tensión y reafirmando lo afortunados que somos de tenernos el uno al otro. Es una de esas risas contagiosas y genuinas que solo se dan en los momentos más auténticos y especiales, y que nos hace sentir aún más conectados y felices.

. . . . . . . . . . .

-¡Hola! ¿Están disfrutando de la playa?

-¡Hola! Sí, estamos pasando un tiempo maravilloso. El clima es ideal, y el agua está increíblemente refrescante. ¿Cómo te va con tu trabajo de socorrista? Debe ser bastante emocionante estar aquí todos los días y velar por la seguridad de los bañistas.

-Me alegra saber que lo están pasando bien. Mi trabajo como socorrista es realmente emocionante y gratificante. Me dedico a asegurarme de que todos estén seguros y disfruten de la playa sin preocupaciones. Es fundamental estar siempre alerta y listo para cualquier eventualidad. Si necesitan algo o tienen alguna pregunta sobre la playa, no duden en decírmelo. Estoy aquí para ayudarles en lo que necesiten.

Mientras el socorrista y Liam conversan, yo me apoyo en la hamaca, usando mis gafas de sol para disimular mi curiosidad. Intento observar discretamente la entrepierna del socorrista, esperando ver algún indicio de su tamaño. Sin embargo, los bañadores amplios y holgados hacen que sea casi imposible notar cualquier detalle.

Decido levantarme un poco para ver mejor, lo que hace que mis pechos desnudos queden a la vista de manera evidente. Espero que este gesto sutilmente provocativo atraiga la atención del socorrista y pueda percibir algún cambio en su estado. Con un poco de expectativa, observo detenidamente.

Me doy cuenta de que, efectivamente, algo parece haberse alterado en su bañador. Sin embargo, al dirigir mi mirada hacia él, noto que sigue conversando con Liam sin prestarme atención. Esto me deja intrigada, ya que parece que mi gesto no ha tenido el efecto deseado en su atención, pero sí en su físico.

La situación me desconcierta, preguntándome qué podría haber causado la erección si no fue mi exhibición. ¿Podría ser simplemente una reacción involuntaria o hay algo más en juego?

-Soy Liam, y ella es Julia.

-Encantado, soy Alex. ¿Están aquí de vacaciones?

-En realidad, estamos de luna de miel. Acabamos de casarnos. -Digo mientras levanto mi mano izquierda para mostrar mi alianza con una sonrisa.

-¡Qué bien! Muchas felicidades y que disfruten al máximo su luna de miel. Es un momento muy especial.

-Gracias, Alex. -Respondemos al unísono, sonriendo con gratitud.

Alex, el socorrista, nos observa con una mirada amigable y entusiasta. Su genuino interés en nuestra celebración hace que el ambiente sea aún más agradable. Mientras seguimos disfrutando del día, nos sentimos afortunados de compartir este momento tan significativo con alguien que se muestra tan amable y considerado.

-¿Te has dado cuenta de lo simpático que es el socorrista?

-Sí, y también bastante guapo, ¿no crees?

-No estoy seguro, Julia. No sé si lo consideraría guapo.

-Creo que le gustas.

-¿Qué? ¿Cómo dices eso?

-Mientras hablaba contigo, en ningún momento apartó la vista de tu bulto en el bañador tan ajustado, y ni siquiera le echó una mirada a mis tetas. Creo que está claramente interesado en ti.

-¿De verdad? ¿Qué quieres decir exactamente?

-Sí, parece que le atraes. Estaba tratando de ligar contigo de una manera bastante evidente, pero cuando notó que yo estaba consciente de su interés, se detuvo. Y cuando mostré mi anillo, dejó de insistir.

-Vaya, no me había dado cuenta de eso.

Liam alza la vista hacia Alex, su expresión cambiando brevemente al captar el mensaje implícito en lo que le acabo de decir. Sin embargo, rápidamente vuelve a sumergirse en su libro, como si nada hubiera sucedido, buscando refugio en la lectura. Mientras tanto, yo sigo inmersa en mis pensamientos, reflexionando sobre la inesperada situación y el impacto que ha tenido en mi ánimo. El sol brilla intensamente sobre nosotros, pero mi mente está ocupada con la curiosa revelación sobre el socorrista y el giro inesperado en nuestro día.

-Mañana nos moveremos un poco más lejos -dice Liam después de unos minutos.

-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que si te ven hablando con él, la gente piense que también eres gay?

-No es eso exactamente -responde Liam-, pero si realmente le gusto, no quiero que piense que estoy provocándolo o llamando su atención de alguna manera. Prefiero dejar claro que estoy aquí con mi esposa y que no tengo interés en los hombres.

-Sí, es mejor no darle lugar a malentendidos o a falsas esperanzas. Pero, ¿qué pasaría si fuera una mujer?

-Con una mujer sería lo mismo. Estoy contigo y no quiero provocar a nadie.

-¿Pero si fuera una mujer, no pondrías distancia?

-Una mujer no intentaría ligar conmigo, estando tú delante.

-Alex no lo intentará más; ya le hemos dejado claro nuestra situación. Pero aún así, quieres cambiar de lugar. ¿De qué tienes miedo, Liam? ¿No quieres que la gente piense algo que no eres?

-En realidad, es por ti, Julia. No me gustaría que te sintieras incómoda al ver que un hombre se fija en mí.

-¿Por qué debería incomodarme? Sé que muchas mujeres se fijan en ti, Liam. Atraes miradas, y ambos lo sabemos. No me siento incómoda con eso; incluso me enorgullece ver cómo te miran con deseo. Pero también me he sentido orgullosa al ver que atraes la atención de otros hombres. Mostrarle mi alianza a Alex no era para alejarlo, sino para que no se hiciera ilusiones. Pero, sinceramente, no me importa si sigue admirándote. Parece que a ti sí te molesta. Y si fuera una mujer, no estarías tan preocupado ni pensarías en alejarte. Así que no me digas que es por mí; es por ti. Al final, tú también tienes tus inseguridades.

-Puede que tengas razón, Julia. No me siento cómodo con el deseo sexual de otro hombre. Es una sensación extraña.

-Sabes, yo también he notado miradas libidinosas de algunos hombres. ¿Lo has notado?

-Sí, lo sé, y no me molestan si eso es lo que quieres saber.

-Me alegra saberlo, porque también he notado que algunas mujeres me miran con deseo.

-Tampoco me molesta, Julia. Tienes un cuerpo espectacular, y es natural que atraigas esas miradas, aunque no lo provoques. Además, entre mujeres es diferente.

-¿Diferente? ¿Por qué? No soy lesbiana; no me atraen las mujeres. Según tú, debería sentirme incómoda con las miradas de otras mujeres. Pero tienes razón en algo: entre mujeres es diferente. Aprecio la belleza femenina y lo expreso. Reconozco que Sophie es muy atractiva y le digo que me gusta, sin temor a que piense que estoy coqueteando. Ella también me dice lo guapa que estoy y no me molesta en absoluto. Pero los hombres tienen problemas para reconocer la belleza masculina, por miedo a que piensen que les estás tirando los tejos. Alex es guapo, lo sabes, y no le será difícil ligar con otros hombres. Pero tú eres incapaz de admitirlo. No hace falta que se lo digas a él; ya sé que aún no estás preparado para eso. Pero cuando te digo que alguien me parece guapo, puedes reconocerlo sin miedo a sentirte menos viril. Los hombres aún tienen mucho que evolucionar.

-Vaya, Julia, no dejas de sorprenderme. ¿De dónde has sacado todas estas conclusiones con tu poca experiencia?

-De Lola, Liam. Ella me ayudó a replantear todo lo que creía hasta entonces. Durante los días que estuve alejada de ti, Lola y yo tuvimos largas conversaciones donde ella me mostró cuán equivocada estaba con mis prejuicios. Me enseñó a enfrentar mis miedos y cuestionar mis creencias. Y mira, siguiendo su técnica, mañana nos quedaremos en este mismo lugar y en los días siguientes también. Verás cómo en poco tiempo, las miradas de Alex dejan de molestarte.

-Sí, Julia, Alex es muy atractivo, y tienes razón. Ya me había fijado, pero no me atreví a confirmarlo cuando tú me lo dijiste.

-Porque temías que al reconocerlo, te sintieras menos viril, ¿verdad?

-Sí, así es, Julia. Me has pillado.

-¡Hombres! ¿Quién os entiende?



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La historia de Julia, continúa en:

Capítulo 16: Recién casados. No molestar.


Este capítulo explora la sanación emocional, las relaciones complicadas y el crecimiento personal de Julia, quien sigue lidiando con las sombras de su pasado mientras busca alcanzar una plenitud auténtica.


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Me sorprende que Liam tenga problemas para decir que un hombre es guapo, supuestamente tenía bastante vida social.

Pero también no deja de sorprender los comentarios tan genéricos que tiene Julia para con los hombres. A veces suena como si los considerara inferiores. Ya hasta parece misandria.
 
Me sorprende que Liam tenga problemas para decir que un hombre es guapo, supuestamente tenía bastante vida social.

Pero también no deja de sorprender los comentarios tan genéricos que tiene Julia para con los hombres. A veces suena como si los considerara inferiores. Ya hasta parece misandria.
Bueno, yo tampoco te puedo decir si un hombre es guapo o no, porque no me va eso y no me fijo.
 
De momento, parece que la cosa va bastante bien entre los dos. Pero es evidente que van a aparecer dificultades porque si no ya habría acabado.
Y Quizás las complicaciones no vayan a ser como pensaba de que aparezca alguien para torpedear la relación y si tenga más que ver con las inseguridades de Julia y algo malo que no ha contado que le pasó en el pasado y que Liam le ayudara a superar.
 
¿Pero nadie ha visto la pista sobre Liam?
Te refieres a que es de origen africano?
Lo que se diría Afroamericano?
No habias hecho mención a su aspecto, más allá de sus ojos azules, y que es un hombre atractivo.
Supongo que Isabella también tiene los mismos orígenes que Liam, de ahí que nos preguntaras qué tenían en común ambos.
 
A ver. A parte de que le gusta la fotografía y es un experto bailador, lo único que he visto es que tiene origen Africano. No hay nada más que me haya parecido especial.
 
EL TALISMÁN. SEGUNDA PARTE: BALADA TRISTE DE TROMPETA.



Capítulo 16: Recién casados, no molestar.

En una playa del Caribe.

Marzo 2011.

Julia.


Desconectarnos por completo de los dispositivos electrónicos nos ofrece una liberadora sensación de libertad y resulta fundamental para nuestra relajación durante este merecido descanso. En el segundo día de nuestra maravillosa luna de miel, experimentamos nuevamente una mañana tan encantadora como la anterior. Iniciamos el día con sesión de sexo salvaje antes de dirigirnos a uno de los pintorescos restaurantes del complejo para disfrutar de un desayuno exquisito. Luego, nos encaminamos hacia la playa, deseosos de repetir la experiencia del día anterior.

Al llegar a la playa, nos dirigimos al mismo lugar que habíamos visitado el día anterior. Mientras nos acomodamos, Liam percibe la presencia de Alex y decide acercarse para saludarlo. La conversación entre ellos se vuelve animada, disfrutando de una camaradería auténtica, antes de continuar con nuestras actividades playeras. Liam también está superando barreras personales durante nuestras vacaciones, y esto nos alegra.

Alex resulta ser una persona increíblemente amable y generosa. Nos sorprende al ofrecernos mostrar algunos rincones escondidos que están fuera del alcance de los turistas, ya que tiene el día libre al día siguiente. Agradecemos sinceramente su oferta y le decimos que consideraremos la propuesta y la discutiremos entre nosotros. La idea de explorar estos lugares poco conocidos en compañía de un local nos entusiasma, ya que promete una experiencia auténtica y única de la zona. Le prometemos una respuesta pronta y le expresamos una vez más nuestro agradecimiento por su generosidad y disposición para compartir su conocimiento con nosotros. Sin embargo, nuestra principal intención sigue siendo disfrutar del tiempo juntos y de nuestra conexión, sin preocuparnos por expectativas adicionales.

Nos sumergimos en una conversación llena de risas y complicidad, compartiendo momentos especiales. Nos abrazamos y nos adentramos en el agua, disfrutando de la refrescante sensación del mar. El sol cálido acaricia nuestra piel mientras nadamos en las aguas cristalinas. Tras refrescarnos y dar un paseo por la orilla, tomados de la mano, regresamos a nuestras hamacas para relajarnos con nuestras bebidas, disfrutando de un tiempo de tranquilidad absoluta.

Mientras caminaba por la playa con los pechos al aire, noto las miradas de otros paseantes. Estas miradas ya no me incomodan como solían hacerlo; Sophie tuvo un papel fundamental en esto, enseñándome a vivir y a vestir con libertad, sin preocuparme por las opiniones ajenas. También soy consciente de las miradas que atrae Liam, con su físico tonificado y su bañador ajustado, que sin duda capturan la atención.

La atmósfera serena de la playa y el sonido relajante de las olas nos envuelven mientras disfrutamos de nuestra intimidad. Cada momento es un recordatorio de lo afortunados que somos de tenernos el uno al otro en este viaje tan especial. Nos entregamos al placer de simplemente estar juntos, disfrutando del tiempo sin prisas y dejando que cada instante pase con calma.

En ese momento, Liam deja a un lado su lectura, impulsado por la curiosidad de explorar más y compartir esta experiencia única con nosotros.

-Julia, hay algo que siempre he querido preguntarte. Recuerdo ese día en el que saliste apresuradamente de mi apartamento, y me he preguntado muchas veces qué pasó por tu mente en ese momento. Me hubiera gustado tener la oportunidad de explicarte lo que sentía y de hablar contigo sobre mis emociones. Nunca entendí por qué te fuiste sin darnos la posibilidad de conversar, de esclarecer lo que estaba sucediendo entre nosotros.

Mis pensamientos vuelven aquel día en el que descubrí a Liam y a Sophie en su apartamento. Recuerdo cómo, en ese instante, me sentí como una novia engañada y traicionada. La sensación de desilusión y dolor fue tan intensa que, sin poder contener mis emociones, salí corriendo de allí. La traición que sentí en ese momento me hizo actuar de manera impulsiva, sin darme la oportunidad de entender lo que realmente estaba pasando. Me inundaron sentimientos de furia y tristeza, y me fui sin haber tenido la chance de enfrentar la situación, de hablar con Liam o de aclarar lo que había sucedido.

-Me dolió profundamente encontrar a Sophie en tu apartamento, especialmente después de que me habías asegurado que no tenías novia. Fue un golpe muy duro para mí, ya que había ido allí con la intención de aclarar nuestros sentimientos. Estaba dispuesta a darte una oportunidad, Liam. Desde que te conocí, me habías transmitido una sensación de confianza y seguridad que rara vez experimentaba. Tu presencia me hacía sentir segura y me animaba a abrirme contigo de una manera que no había hecho ni siquiera con mis socias, a quienes conocía desde hacía años.

Sin embargo, al encontrarme con Sophie, me sentí completamente descolocada. La traición que percibí en ese momento me hizo sentir engañada y profundamente herida. La sorpresa y el dolor me abrumaron, y, en ese estado de confusión y desilusión, salí corriendo, decidida a no volver a verte. La intensidad de la traición que sentí en ese instante marcó un punto de no retorno para mí, y me dejó con la firme determinación de protegerme y no permitir que me lastimaran nuevamente.

-Sin embargo, resulta que Sophie estaba allí solo como amiga, brindándome consuelo en un momento difícil. Ella estaba intentando aliviar mi dolor y hacerme sentir acompañado, ya que yo también estaba atravesando un mal momento. Creía que te había causado daño y no sabía cómo comunicarme contigo para aclarar la situación. La presencia de Sophie no era más que un gesto de apoyo y compañía en medio de mi confusión. Ella estaba allí para ayudarme a sobrellevar el dolor y el desconcierto que sentía, no para traicionarte. Su intención era simplemente estar a mi lado en un momento en que me sentía perdido y herido, y ofrecerme el consuelo que necesitaba.

-Lo entiendo, cariño, Sophie me lo explicó más tarde. Sin embargo, en ese momento, lo que sentí fue como un angustioso dejavu. La situación parecía repetir patrones del pasado, y no estaba dispuesta a atravesar nuevamente el mismo sufrimiento. Para protegerme, busqué refugio en mi trabajo y pasé los fines de semana en Long Island, alejándome de cualquier recuerdo doloroso. Establecí una regla firme para no recibir llamadas ni tuyas ni de Sophie en el trabajo, con el objetivo de mantenerme concentrada y proteger mi espacio emocional. Era una forma de darme distancia y tiempo para sanar, sin tener que enfrentar de inmediato las emociones y las complicaciones que surgieron.

-Reconozco que te llamé al trabajo en varias ocasiones. Sin embargo, cada vez que lo hacía, me respondían con la misma información: que te habías tomado unos días de permiso y que no sabían cuándo regresarías. A pesar de mis insistencias, nunca me proporcionaron un número de teléfono donde pudiera comunicarme contigo directamente. Esta falta de información me hizo sentir aún más desesperado y frustrado, ya que no podía encontrar una manera efectiva de llegar a ti y resolver las cosas. La imposibilidad de contactar contigo solo agravó mis sentimientos de confusión y desamparo en ese momento.

-Solo estaban siguiendo mis instrucciones. Había tomado la decisión consciente de alejarme de ti y de no contestar ninguna llamada, esperando que, eventualmente, te cansarías de intentar y me olvidarías. Este alejamiento me proporcionó un respiro temporal de la situación dolorosa en la que me encontraba. Me sumergí en mi trabajo, buscando refugio en las tareas y responsabilidades diarias que me mantenían ocupada y distraída.

Sin embargo, a veces hay una brecha entre lo que nuestra mente decide y lo que nuestro corazón realmente siente. Intentar olvidarte no fue una tarea sencilla, y en varias ocasiones me encontré tentada a devolverte las llamadas. A pesar de esos deseos, la voz de la razón prevalecía, manteniéndome firme en mi decisión de no retomar el contacto.

Lola, además de ser mi terapeuta, se convirtió en una confidente de gran confianza. Compartía con ella todas las situaciones y pensamientos que experimentaba, y era evidente que notaba la seriedad de mi estado emocional. Conscientes de la profundidad de mi angustia, decidió tomar medidas drásticas para ayudarme a superar este difícil momento y encontrar una manera de sanar.

. . . . . . . . . . . .

Long Island

Abril 2010.

-
Julia, siento que estás experimentando un retroceso en el progreso que habíamos logrado hasta ahora. Parece que lo sucedido con Liam te ha afectado más de lo que me has contado, y estás enfrentando un bloqueo emocional considerable. Es crucial que abordemos esto de inmediato, ya que no estás avanzando en absoluto.

-Lola, te aseguro que he superado por completo la situación con Liam. No tengo intención de mantener ninguna relación o contacto con él.

-La situación no estará realmente resuelta hasta que tengas una conversación directa con Liam y ambos aclaren lo que sienten el uno por el otro.

-Liam ahora está en una relación con Sophie. Creo que esto debería ayudar a despejar muchas de tus dudas, ¿no lo crees?

-¿Has considerado hablar directamente con Sophie? Tal vez podrías llamarla y tener una conversación franca con ella para entender mejor la situación.

-No, Lola, no considero esa opción en absoluto.

-Entonces necesitamos encontrar otra solución, ya que parece que te estás escondiendo de nuevo y me estoy quedando sin opciones para ayudarte.

-Quizás cometí un error al intentar superar mis miedos. Como puedes ver, cada vez que decido confiar un poco, termino enfrentando situaciones complicadas.

Así, las sesiones continuaban día tras día sin mostrar avances significativos, y la situación no mejoraba. La frustración de Lola creció con cada sesión, al ver que mis indecisiones y bloqueos persistían sin resolver. Finalmente, agotada por la falta de progreso y consciente de que necesitábamos un cambio drástico, Lola decidió tomar una medida radical. Su determinación de romper el ciclo estancado se convirtió en un paso necesario para buscar una solución que pudiera finalmente desbloquear mi situación y avanzar hacia una resolución efectiva.

-Julia, he tomado la decisión de viajar a Nueva York.

-¿De veras? ¿Y qué tienes planeado hacer en Nueva York?

-Creo firmemente que necesitamos encontrarnos en persona. La comunicación a través de la pantalla no está dando los resultados que necesitamos, y es fundamental que te vea cara a cara. Tengo que ayudarte a liberarte de esa jaula de oro que te mantiene atrapada en Long Island. Estoy dispuesta a hacer todo lo necesario para sacarte de ahí, incluso si eso significa tener que hacerlo a la fuerza, literalmente arrastrándote fuera de allí si es necesario.

-Lola, sinceramente no es necesario. Estoy haciendo todo lo que puedo y me estoy esforzando, tú lo sabes.

-Julia, desde lo de Liam, no has logrado avanzar. Siento que no puedo ayudarte adecuadamente desde aquí.

-Lo lamento mucho, probablemente tengas razón y no puedo seguir adelante por mi cuenta. Sin embargo, no creo que sea necesario que vengas personalmente. Estoy segura de que podrías encontrar alguna otra solución.

-Bueno, en realidad se me ocurre otra solución, aunque no estoy segura de que te guste.

-¿Qué solución tienes en mente?

-¿Has considerado invitar a Sophie a tu casa?

-¿Sophie? ¡No! No deberíamos considerar invitar a Sophie, Lola. Ella es la novia de Liam.

-No puedes estar completamente segura de eso a menos que hables directamente con ella.

-Seguramente me mentiría, igual que Liam. ¿Qué tal si invito a una de mis socias en lugar de Sophie? Ellas han estado a mi lado durante más tiempo y me conocen mejor.

-No, Julia, tienes que elegir entre Sophie o yo.

-Lola, me estás poniendo en una situación muy difícil al pedirme que elija entre Sophie y tú.

-Entiendo que esto te resulta incómodo, pero si no tomas una decisión, la tomaré yo.

-No me sentiría cómoda con Sophie, Lola.

-En ese caso, buscaré el primer vuelo disponible desde Madrid hacia Nueva York.

-No puedo pedirte que hagas eso. Entiendo que tienes otros pacientes que necesitan tu atención, y no sería justo que los abandonaras.

-En este momento, mi prioridad eres tú. Si es necesario, tomaré las medidas necesarias para transferir a mis otros pacientes a colegas de confianza.

-Pero, ¿por qué tiene que ser Sophie necesariamente?

-Porque Sophie podría ofrecerte información valiosa sobre Liam, ya que parece conocerlo bien. Ella podría aclarar la naturaleza de su relación y desmentir cualquier malentendido que puedas tener sobre ellos.

-Lola, por favor, dame un poco de tiempo. Reflexionaré sobre esto y te daré una respuesta definitiva en unos días.

-Tienes dos días, Julia. El próximo vuelo sale en dos días, así que ese es el tiempo que tienes para tomar una decisión.

.

Playa del Caribe.

Marzo 2011.

-
Cuando conocí a Lola, tuve la impresión de que comprendía tu situación mejor que tú misma. Me pregunto, ¿fue ella quien te sugirió que llamaras a Sophie?

-En realidad, Lola me obligó a hacerlo. En ese momento, no sentía ninguna simpatía hacia Sophie y la veía más como una rival que como una aliada.

-Sin embargo, acabaste accediendo a llamarla.

-Sí, después de pensarlo detenidamente, accedí a la sugerencia de Lola. Elegí contactar a Sophie porque no quería causar inconvenientes en la agenda de Lola, y sabía que era la única opción viable. Aunque me atreví a pedirle el número de teléfono a Williams, a pesar de la insistencia de Lola, nunca encontraba el valor para llamarla. Finalmente, cedí a la presión de Lola y decidí hacer la llamada, aunque no esperaba que Sophie aceptara mi invitación. Para mi sorpresa, Sophie aceptó sin reservas, y ese momento resultó ser un punto de inflexión que cambiaría mi vida para siempre.

Sophie irrumpió en mi vida como un torbellino, alterando mi mundo de maneras inesperadas. La Sophie que llegó esa tarde a Long Island era radicalmente diferente de la ejecutiva y responsable que conocía de la empresa de su padre. Aunque inicialmente tenía mis reservas sobre ella, establecimos una conexión inmediata y una atracción sexual mutua que surgió de manera espontánea y natural. El sexo entre nosotras fluyó con una facilidad que nunca había anticipado, y me sorprendía cómo, en su presencia, me sentía completamente cómoda y sin inhibiciones. Lo que antes me habría escandalizado, ahora me parecía natural.

Es verdad que, con Lola, había tenido muchas conversaciones sobre sexualidad que me ayudaron a desafiar los prejuicios que había acumulado durante años, en parte debido a la influencia de mosén Senante. A pesar de todo, nunca había considerado la posibilidad de tener una relación sexual con otra mujer. Y, para ser honesta, no me atraen otras mujeres. Eres tú quien satisface todas mis fantasías y deseos, aunque debo admitir que, de vez en cuando, siento una ligera nostalgia por Sophie.

Después de ese fin de semana, en el que Lola, Sophie e Isabella me animaron a darle una oportunidad al amor, comenzaron a surgir los primeros cambios visibles en mi vida. Decidí tener una conversación sincera contigo, donde compartiríamos nuestros sentimientos auténticos el uno con el otro.

Ese lunes, al ingresar a mi oficina vestida con una falda negra justo por encima de las rodillas, una blusa blanca con algunos botones desabrochados que dejaban ver mi sujetador a través de la tela, medias y zapatos de tacón, además de mi nuevo peinado y labios pintados, Olivia apenas me reconoció.

. . . . . . . . . . . .

Abril 2010.

-
¡Señorita Gracia! ¿Es usted? Casi no le reconozco. ¿Qué ha hecho para cambiar tanto?

-He decidido hacer algunos cambios en mi vida, Olivia. ¿Qué opinas de mi nueva apariencia?

-¡Se ve maravillosa, Señorita Gracia! Realmente parece una persona completamente diferente.

-De alguna manera, me siento diferente. Me siento como una persona nueva. Olivia, a partir de ahora, me gustaría que nos tratáramos de manera más cercana. ¿Te parecería bien tutearme, si no te resulta incómodo? Después de tanto tiempo conociéndonos, creo que es hora de dejar atrás la formalidad, ¿no crees?

-Claro, Señorit… Julia, si eso es lo que prefieres. Aunque me tomará un poco de tiempo acostumbrarme.-

Perfecto. ¿Podrías comunicar al equipo que se reúna conmigo en mi despacho, por favor?

-Por supuesto, Julia. Les informaré de inmediato.

Diez minutos después, las cinco nos encontrábamos sentadas alrededor de la mesa de reuniones en mi despacho. Las cuatro estaban entusiasmadas, no dejaban de elogiar mi cambio de estilo. Me comentaban lo mucho que les gustaba cómo me veía y expresaban su alegría por el paso que había dado, señalando lo bien que me favorecía.

Les agradecí sinceramente por sus palabras, sabiendo que venían del corazón. Aunque desde el principio había mantenido una cierta distancia con ellas, siempre había sentido su aprecio genuino. Sus comentarios me reconfortaban y me hacían sentir que, a pesar de las barreras previas, había un sincero vínculo de admiración y apoyo entre nosotras.

-Quiero expresar mi profunda gratitud a las cuatro por los halagos que me habéis dedicado. Además, quiero mostrar mi agradecimiento por la confianza y lealtad que siempre habéis demostrado, así como por el esfuerzo que habéis brindado a la empresa desde sus inicios. Siempre he considerado que esta empresa es tan vuestra como mía, ya que os habéis implicado en ella desde el principio de la misma manera que yo.

-Durante varios días, he estado reflexionando sobre cómo podría recompensar vuestra dedicación y esfuerzo. Como resultado de esta reflexión, he decidido transformar la estructura de la empresa de Sociedad Unipersonal a Sociedad Limitada.

-¿Eso significa que vas a dar entrada a nuevos socios en la empresa?

-Sí, exactamente. Más específicamente, a socias. He decidido compartir la propiedad de la empresa con cada una de vosotras. Cada una recibirá un 5% de las acciones. Quiero reconocer vuestra valiosa contribución y fortalecer nuestro vínculo como socias.

-¿En serio, Julia? Eso representa una gran cantidad y no estoy segura de si podremos asumirlo financieramente.

-No os preocupéis por el aspecto financiero. No se trata de pagar, sino de reconocer el esfuerzo y la lealtad que me habéis demostrado. No necesitaréis realizar ningún pago por vuestra participación. Nuestros abogados ya están trabajando en la documentación necesaria y espero que esté completa durante esta semana. Estoy emocionada por esta nueva etapa y las oportunidades que nos esperan. Juntas, seguiremos construyendo un futuro próspero para nuestra empresa. Sin embargo, quiero aclarar que seguiré liderando la corporación; esta es una de las dos condiciones fundamentales.

-Claro, Julia, reconocemos y valoramos el papel fundamental que has desempeñado en el crecimiento y éxito de la empresa. Estamos de acuerdo en que debes seguir liderándola. ¿Y cuál es la segunda condición?

-Las acciones que recibiréis serán vuestras mientras sigáis vinculadas a la empresa. Sin embargo, si decidís dejarla, las acciones serán recompradas por la empresa para evitar su comercialización. En términos operativos, seguiremos tomando decisiones juntas como socias, pero cada una recibirá su parte correspondiente en el reparto de ganancias. Quiero que os sintáis parte activa y beneficiadas del éxito de la empresa.

-Apreciamos tu consideración, Julia, y valoramos tu generosidad hacia nosotras. Estamos de acuerdo en que este cambio refleja equidad y reconocimiento por nuestro trabajo.

-¡Sigamos trabajando unidas para alcanzar nuevos éxitos y hacer crecer nuestra empresa a niveles aún mayores! No hay límites para lo que podemos lograr como equipo. ¡Estamos haciendo historia!

Además, he reflexionado sobre el veto al personal masculino y he decidido levantarlo. A partir de ahora, los nuevos empleados serán seleccionados en base a su valía profesional, sin importar su género, siempre y cuando todas estemos de acuerdo. Es importante valorar el talento y la capacidad de cada individuo sin prejuicios de género, y estoy segura de que esta decisión contribuirá a crear un ambiente más inclusivo y diverso en nuestra empresa.

-Nunca nos ha parecido bien ese veto, Julia. Estamos de acuerdo en levantarlo y seleccionar a los nuevos empleados por su valía profesional, sin importar su género. Es un paso importante hacia una mayor igualdad y justicia en nuestra empresa.

-Entonces, eso es todo en cuanto a los asuntos de la empresa. Ahora me gustaría tener una reunión más relajada e informal con todas vosotras, si disponéis de un momento libre.

-Claro, Julia, después de la generosidad que has mostrado al hacernos este regalo, no podemos negarte nada.

-Desde que nos conocimos en la universidad, siempre supe que erais las mejores y que quería que formarais parte de mi empresa, incluso antes de que esta existiera. Durante el ejercicio que nos asignaron en segundo año, os elegí como mi equipo y, de paso, os contraté para formar parte de la empresa que acabábamos de crear. Desde entonces, las cuatro habéis desarrollado una amistad en la que yo no he estado presente. No os culpo por ello, ya que fui yo quien estableció esa barrera y no considero necesario explicar mis motivos en este momento. Pero ahora mi vida está experimentando cambios, y me encantaría que, si así lo deseáis, a partir de ahora me incluyáis en vuestros encuentros y celebraciones. Me encantaría consideraros como mis amigas, ya que tampoco cuento con muchas en mi vida. Entiendo que puede llevar tiempo establecer una conexión más profunda después de haber mantenido cierta distancia, pero estoy dispuesta a hacer el esfuerzo necesario.

-Estaremos encantadas de contar contigo, Julia. Siempre hemos deseado poder compartir más momentos juntas, pero debido a la barrera que tú misma estableciste, nunca nos atrevimos a invitarte. Sin embargo, hoy tenemos algo especial que celebrar, ¿no creéis? Sería maravilloso brindar juntas después del trabajo. ¿Te apuntas, Julia?

-¡Estoy emocionada de poder unirme a vuestro grupo de amigas! Muchas gracias por incluirme, significa mucho para mí.

-A partir de ahora, seremos un equipo aún más fuerte, tanto en el ámbito laboral como en nuestras vidas personales.

Sonreí emocionada y asentí con entusiasmo. Me sentía feliz de estrechar lazos con mis compañeras y abrirme a nuevas experiencias. Aquella tarde, salimos del trabajo y nos dirigimos a un acogedor bar cercano. Mientras brindábamos por nuestra amistad y los nuevos comienzos, me sentía agradecida por tener a estas mujeres valiosas en mi vida. Sabía que juntas podríamos enfrentar cualquier desafío y seguir creciendo tanto personal como profesionalmente.

. . . . . . . . . . . .

Marzo 2011.

-Tu gesto hacia tus socias fue verdaderamente generoso. No creo que muchos otros CEO hubieran tomado esa decisión.

-Quería expresarles mi agradecimiento por estar a mi lado desde el principio, y consideré que ese gesto era una forma de compensar toda la lealtad que me habían mostrado.

. . . . . . . . . . . .

Abril 2010.

-Durante la mañana, recibí una llamada de Sophie, en mi número personal.

-Julia, ¿estás en tu despacho? Tu secretaria me acaba de informar que estás fuera y no tiene información sobre tu regreso.

-¿Eso te ha dicho? Vaya, luego hablaré con ella al respecto. Sí, estoy en mi despacho. ¿Qué ocurre, Sophie?

-Es necesario que nos reunamos personalmente, en compañía de mi padre, para abordar una propuesta de carácter empresarial que nos gustaría presentar a tu empresa. ¿Sería factible concretar un encuentro hoy mismo para discutir en detalle los aspectos de la propuesta?

-Claro, no tengo compromisos agendados para hoy. Me encantaría saber más sobre la propuesta que deseas presentar. ¿Podrías adelantarme algunos detalles para que pueda prepararme mejor?

-Podemos discutirlo en persona, Julia. ¿Sería posible tener una reunión en este momento? Podemos llegar en 30 minutos.

-Claro, adelante. Os espero en mi despacho dentro de 30 minutos. Aviso a mis socias.

. . . . . . . . . . . .

Marzo 2011.

-La propuesta inicial era que Williams quería vender la empresa, ya que, si no podía dejarla en manos de Sophie para que la dirigiera contigo, ya no estaba tan interesado en mantenerla. Entre Sophie y yo, logramos convencerlo de que se desprendiera únicamente del 50% de la empresa, de modo que aún mantuviera su vínculo con la compañía que él mismo había creado. Fue en ese momento cuando estableció la condición de que aceptaría la propuesta si tú asumías la dirección de la empresa, ya que tenía plena confianza en que con tu liderazgo, la compañía tendría un futuro prometedor.

Durante esa intensa semana, Williams, Sophie y nosotras cinco nos sumergimos en jornadas maratonianas de negociación. Desde el primer momento, mis socias demostraron su total implicación en las conversaciones, asumiendo su papel como nuevas propietarias de la empresa.

Tras haber acordado los términos de la venta y contar con el respaldo de Sophie y nuestra aceptación, la transacción estaba lista para concretarse. Solo faltaba tu confirmación para formalizar todo el proceso.

Durante esa misma semana, nos reuníamos a través de videoconferencias Lola, Sophie, Isabella y yo. Durante esos encuentros, compartíamos nuestras experiencias del día, mi progreso en las conversaciones con Williams y los avances en la compra-venta de su empresa. Y también hablábamos de ti, Liam, y de cómo nos iba afectar nuestra posible relación, si no aceptabas.

-¿Hablasteis de mí?

-Tú eras la pieza fundamental para que la operación se concretara. Si te hubieras negado a dirigir la empresa, Williams habría buscado otro comprador y habría vendido el 100% de su empresa, lo cual probablemente habría tenido consecuencias desastrosas. Nuestra propuesta era la mejor oferta para él y para nosotros.

-Y a pesar de ser una pieza fundamental en todo esto, nunca me involucrasteis en las negociaciones. Siento que podría haber aportado algo valioso, ¿no te parece?

-Comprendo por completo tu sensación de exclusión, y te aseguro que se abordó a fondo tanto en las reuniones matutinas con Williams y mis socias, como en las conversaciones nocturnas con Lola y las chicas. Mis socias y Williams, en particular, fueron fuertes defensores de que participaras en las negociaciones. Sin embargo, en las reuniones nocturnas, Lola, Isabella y Sophie expresaron opiniones contrarias y no estaban convencidas de incluirte en las negociaciones. Ellas conocían mis sentimientos hacia ti y pensaron que ninguno de los dos, nos sentiríamos cómodos estando presente en esas discusiones. Les di la razón y decidí no incluirte en las negociaciones. Si sientes frustración, dirígelas hacia mí, ya que fui yo quien tomó la decisión de excluirte.

Sin embargo, quiero que entiendas que mi intención no era excluirte ni menospreciar tu participación. Fue una decisión difícil de tomar, y lo hice pensando en tu bienestar y en el impacto que podría tener en nuestra relación. Quería protegerte y protegerme de posibles tensiones y conflictos que podrían surgir durante las negociaciones.

El viernes por la mañana estaba programada la firma del contrato entre Williams de AIS y yo misma en representación de M&J. La firma tendría lugar en mi despacho, donde se formalizaría el acuerdo entre ambas partes. Durante la tarde, nuestro objetivo era asegurar tu aceptación al nombramiento, ya que, sin tu aprobación, toda la venta y los acuerdos alcanzados hasta ese momento serían inválidos. Entendíamos que la noticia podía tomarte por sorpresa, Liam, ya que las negociaciones se habían llevado a cabo sin tu participación previa. Además, Sophie nos había informado de que estabas pasando por un período de desmotivación y considerando la posibilidad de dejar la empresa y la ciudad para embarcarte en un nuevo proyecto por tu cuenta. Estas noticias me inquietaron, interpretando que quizás habías dejado de esperarme y querías distanciarte. Sin embargo, Sophie me aseguró que había intervenido para evitar que tomaras decisiones precipitadas, alentándote a esperar y escuchar la propuesta de los nuevos socios antes de decidirte. En última instancia, recaía en mí la responsabilidad de convencerte y obtener tu aceptación, y también de utilizar mis habilidades de seducción para reconquistarte en caso de que hubieras dejado de sentir lo mismo por mí.

Planificamos cuidadosamente mi reencuentro contigo. Durante ese proceso de preparación, recibí consejos de Lola, Sophie e Isabella, quienes me ayudaron a elegir la vestimenta adecuada, a trabajar en mi comportamiento y a perfeccionar mi manera de comunicarme contigo, para conseguir mis dos objetivos.

Mientras esperaba en el despacho, la ansiedad me invadía. Estaba extremadamente nerviosa y no podía dejar de pensar en cómo sería nuestro encuentro. Lo que sucediera en ese despacho en los próximos minutos sería determinante tanto para el futuro de la empresa como para mi vida emocional. Era consciente de la importancia de ese momento y de las implicaciones que tenía para ambas áreas de mi vida. Te necesitaba sentado en ese sillón, y te necesitaba instalado en mi vida, y ninguna de esas cosas las tenía garantizadas. La incertidumbre me invadía mientras esperaba en ese despacho, sin saber qué decisiones tomarías ni qué rumbo tomaría nuestra relación, si es que había alguna.

-Cuando entré y te vi frente al ventanal, no pude reconocerte de inmediato. La imagen de la persona que estaba allí, con el teléfono en la oreja, no se parecía en nada con la Julia que había conocido en el pasado y que, en cierto sentido, estaba intentando dejar atrás.

-Había cambiado tanto desde la última vez que nos vimos, que no era de extrañar que no relacionaras a esa persona enérgica y segura de sí misma con la Julia que conociste en el pasado. Pero en realidad, no estaba hablando por teléfono. Era consciente de mi propio nerviosismo y se me ocurrió hacer esa pantomima como una forma de distraerme y encontrar un poco de calma en ese momento tan importante. No sabía exactamente cómo reaccionar ante nuestro reencuentro y pensé que esa pequeña actuación podría ayudarme a controlar mis emociones y transmitir una imagen de seguridad.

-Y la sorpresa fue enorme cuando te volviste hacia mí. A pesar de lo cambiada que estabas, te reconocí al instante.

-Sí, ja ja ja, noté claramente la expresión en tu rostro. En ese momento, no sabía si debía salir corriendo del despacho o acercarme para abrazarte y llenarte de besos.

-Pero al final no hiciste ninguna de las dos cosas.

-Me quedé sin saber qué hacer, las piernas me temblaban y no me respondían. Sophie, notando mi indecisión, se acercó rápidamente y me dio un empujón. Te sorprendiste cuando Sophie me dio un besito en los labios. Me transmitió palabras de ánimo y apoyo. Traté de aparentar seguridad al sentarme en la cabecera de la mesa, aunque en realidad no me sentía tan segura como aparentaba.

Cuando finalmente me senté, pude percibir la sorpresa en tus ojos. Me preguntaba si te alegrabas por verme o si simplemente te sorprendía mi cambio. Mi corazón latía con fuerza mientras buscaba las palabras adecuadas para iniciar nuestra conversación. Sabía que este encuentro era crucial para el futuro de nuestra relación y para el éxito de la empresa.

-En ese momento, comenzaste a esforzarte por convencerme de que aceptara.

-Entre las cuatro, habíamos preparado un guion que Sophie y yo debíamos utilizar para intentar convencerte, pero me di cuenta de que no estaba teniendo el efecto esperado. Estabas mostrando una gran resistencia y nuestros argumentos se estaban agotando rápidamente. Al final, como último recurso, decidí intentar llegar a tu corazón. Con una sonrisa en mi rostro, te tomé la mano suavemente, buscando transmitirte calma y conexión emocional.

-Y con ese gesto lograste derribar todas mis barreras.

-Aún tengo presente tu respuesta en aquel momento.

-“Solo por ver esa sonrisa tuya, firmaría cualquier papel que me pusieras delante”.

-Curiosamente, al final resultó que fue mi sonrisa la que te convenció, superando todos los argumentos que habíamos preparado.

-No puedo evitar rendirme ante tu seductora sonrisa, Julia. Es simplemente irresistible.

-Después, cuando nos encontramos a solas, también había ensayado todo lo que quería decirte sobre mis sentimientos, pero noté que estabas indeciso, tal vez con miedo de decir o hacer algo que pudiera lastimarme y que resultara en mi desaparición nuevamente. Vi que titubeabas al intentar decirme algo. Contemplé tu vulnerabilidad y me conmovió profundamente. En ese instante, dejé de lado la razón y seguí lo que mi corazón me pedía. Sin pensarlo dos veces, te besé, a pesar del temor de ser rechazada.

A medida que nuestros labios se encontraron, todos los miedos y las dudas se desvanecieron. En ese beso, encontré la confirmación de que había un fuerte vínculo entre nosotros, un lazo que trascendía cualquier obstáculo o incertidumbre. Fue un beso cargado de emotividad y pasión, un momento que selló nuestra unión y abrió las puertas a un nuevo capítulo en nuestra historia.

-Nunca se me pasó por la cabeza rechazarte. Al contrario, tenía la esperanza de que nuestro reencuentro fuera el inicio de algo especial entre nosotros.

-En ese momento, Liam, me invadió el temor de que hubieras seguido adelante. Después de tanto tiempo sin tener contacto, el miedo de que hubieras pasado página se apoderó de mí, a pesar de las esperanzas que Sophie había alimentado en mi corazón. Pero no dejaba de preguntarme si todavía había un lugar para mí en tu vida.

-Y gracias a Sophie, estamos aquí, en este momento, recién casados.

-Sí, gracias a Sophie, Lola e Isabella, ahora estoy casada con el hombre más maravilloso del mundo.

-¿Qué papel ha desempeñado Isabella en todo esto?

-Isabella, con la aprobación de Lola, se ofreció a ayudarme en esta situación. Me brindó su número de teléfono personal para que pudiera contactarla en cualquier momento, ya sea de día o de noche. Y así lo hice, porque a pesar de los cambios positivos que había experimentado con Sophie, aún necesitaba apoyo para caminar por mi cuenta. Llamaba a Isabella cada vez que necesitaba hablar y ella siempre estaba disponible para mí. Tenía un desafío que quería superar y le pedí ayuda para vencer mi temor a utilizar el transporte público, algo que aún me resultaba difícil. Durante algunos días, Isabella me acompañó en el metro, primero juntas y luego en diferentes áreas del vagón, hasta que finalmente logré viajar sola.

Ahora tanto Sophie como Isabella se han convertido en dos grandes amigas para mí, y no puedo imaginar mi vida sin ellas. Pero déjame contarte un secreto: cuando ofrecieron su ayuda, no lo hicieron por mí, lo hicieron por ti.

-No entiendo.

-Es sencillo. Ellas se dieron cuenta de lo enamorado que estabas de mí, algo que nunca antes habían presenciado. Te veían sufrir día a día, sumergiéndote en una tristeza y depresión cada vez más profunda. Estaban realmente preocupadas por ti. Por eso, cuando se les presentó la oportunidad, decidieron ayudarme porque sabían que, ayudándome a mí, realmente te estaban ayudando a ti. Son verdaderas amigas, que se preocuparon enormemente por tu bienestar.

-Siempre las he considerado mis mejores amigas, y después de lo que me has contado, mi aprecio hacia ellas se ha multiplicado.

-Yo también, Liam. Las valoro muchísimo y les estaré siempre agradecida.

Nos damos un tierno beso y volvemos a recostarnos juntos en la tumbona. Liam retoma su lectura mientras yo me sumerjo en mis pensamientos de aquel día.

Fue una jornada intensa, llena de emociones. Después de finalizar la firma con Liam, estaba programada una conferencia de prensa que había generado gran expectación en los medios. Era el momento en el que la enigmática CEO de M&J se presentaría en persona ante el mundo. Me sentía confiada de poder cumplir con las expectativas.

Durante la conferencia, expuse las novedades y proyectos futuros de M&J y AIS, captando la atención de los asistentes. Sin embargo, pronto percibí que los periodistas mostraban un mayor interés en mi vida personal que en los detalles empresariales. Decidí compartir el protagonismo con mis socias, permitiéndoles responder a las preguntas y expresar su visión.

En medio del bullicio y las cámaras, aproveché la oportunidad para alejarme discretamente junto a Liam. Fue en esa noche tan especial cuando, dejando a un lado mis prejuicios, nos entregamos el uno al otro en una conexión íntima y apasionada. Exploramos todas las formas posibles de amarnos, compartiendo momentos de profunda entrega y conexión. Finalmente, exhaustos y enredados en un abrazo, nos rendimos al cansancio, sintiendo la paz y la plenitud en nuestros corazones mientras caíamos rendidos en la cama.

Fue un día repleto de emociones y momentos inolvidables que quedaron grabados en nuestra historia juntos. Así es como nuestra historia continúa, llena de amor, amistad y la certeza de que juntos podemos conquistar el mundo.

Al salir de mis pensamientos, mi mirada se dirige hacia Liam, quien permanece sumido en su lectura. En mis sueños más optimistas, nunca hubiera imaginado que estaría aquí, disfrutando de estos momentos junto a alguien tan extraordinario como él. Mi mayor deseo es que esta felicidad se mantenga constante y eterna. No obstante, en medio de esta dicha, una sombra del pasado continúa acechándome, y soy consciente de que eventualmente tendré que enfrentarla, ya que me he estado preparando para ese momento.

Como Liam ha señalado en más de una ocasión, todavía hay una tristeza latente en mis ojos que no logro ocultar del todo. Aunque trato de mantenerme positiva y disfrutar del presente, sé que no puedo evitar confrontar las sombras que arrastro. En este momento de serenidad y conexión con Liam, la realidad de mi pasado sigue presente, y aunque confío en que encontraré el coraje para enfrentar mis demonios, la preocupación por cómo afectará mi felicidad me acompaña.



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La historia de Julia continúa en:

Capítulo 17: Sombras del pasado.


Julia recibe en su despacho a Sophie en una visita informal que refleja su cercanía y complicidad. Durante la charla, Julia le confiesa a Sophie que carga con un peso emocional del pasado que aún no ha compartido con Liam, y Sophie le ofrece su apoyo.

Boda.jpegRecién casados.jpegJulia y Liam en la playa.jpegLuna de miel.jpegLiam e Isabella.jpg
 
Última edición:
Está claro que hay algo del pasado que le trastorna y tiene que dejar atrás definitivamente.
Con la ayuda de Sophie y sobre todo de Liam, lo conseguirá.
En los próximos capítulos sabremos que es ese acontecimiento que le causó eso.
 
Supongo que habrá algo más que no sabemos. Por que lo que ha contado, lo ha vivido mucha gente y no tiene porque ser tan traumático.

Es por eso que creo que a su entorno se le escapa que Julia tiene algún trastorno que le hace sobrereaccionar demasiado, y eso le puede pasar de nuevo si no es tratada.
 
EL TALISMÁN. SEGUNDA PARTE: BALADA TRISTE DE TROMPETA



Capítulo 17: Sombras del pasado.

Oficinas de M&J International en M&J Tower.

Marzo 2011.

Julia.


-Julia, tienes una visita. La señorita Johnson está aquí para verte.

-¿Sophie ya llegó? Por favor, Olivia, hazla pasar de inmediato. Estoy deseando hablar con ella.

Sin esperar a que le den permiso, Sophie entra directamente en mi despacho con su característico aire de determinación y energía. Su presencia inunda la habitación de inmediato, y no puedo evitar sentir una mezcla de sorpresa y alivio al verla.

-Gracias, Olivia. Puedes dejarnos solas ahora.

Olivia asiente con una sonrisa comprensiva y abandona el despacho, cerrando la puerta con cuidado para preservar nuestra privacidad. Su salida transforma el ambiente en un espacio más íntimo, donde puedo concentrarme plenamente en Sophie y en la conversación que vamos a tener.

Sophie y yo intercambiamos miradas llenas de complicidad antes de compartir un beso suave y lleno de ternura. Aunque somos conscientes de la necesidad de mantener la discreción, en ese instante no podemos evitar manifestar nuestro afecto mutuo. Al separarnos del beso, nos sumergimos en nuestra charla, disfrutando de la cercanía que nos brinda este momento de conexión privada.

-Julia, no puedo evitar decir que tienes un culito muy atractivo.

-¡Oye! Este culito le pertenece a Liam.

-Julia, ¿realmente crees que Liam se molestaría con esto? No quiero causar problemas ni tensiones entre ustedes.

-Sabes bien que disfruto de tus caricias, y Liam está completamente al tanto de nuestra conexión. Él entiende lo mucho que nos queremos y cómo mostramos nuestro afecto.

-Y además, yo lo descubrí primero. Creo que tengo derecho a disfrutar de ello también.

Nos entregamos a un beso más profundo, sintiendo la calidez de nuestro contacto. Al separarnos, lo hacemos con suavidad, deshaciendo el abrazo con una mezcla de ternura y complicidad. La atmósfera queda impregnada con el eco de nuestro afecto, mientras mantenemos la mirada y nos preparamos para continuar con nuestra conversación.

-Vaya, vaya, parece que nos hemos mudado a una oficina nueva.

-Sí, lo has notado. Como hemos crecido tanto, tuvimos que hacer algunas reformas y añadir unas plantas adicionales a nuestras instalaciones. Ahora, tanto M&J como AIS estamos en el mismo edificio. Aunque cada empresa tiene su propio espacio, compartimos algunas áreas comunes como las zonas de descanso y el comedor. Es un cambio interesante, pero creo que será beneficioso para todos.

Compartir estas áreas comunes no solo facilita una mayor interacción y colaboración entre las empresas, sino que también promueve un ambiente de trabajo más dinámico y cohesionado. Este tipo de interacción puede ser muy beneficioso, ya que fomenta el intercambio de ideas, fortalece las relaciones laborales y enriquece la experiencia diaria de los empleados. Además, al estar en contacto frecuente con colegas de diferentes empresas, se pueden descubrir nuevas oportunidades de negocio y sinergias que pueden ser ventajosas para el crecimiento y éxito de ambas organizaciones.

-Julia, eres realmente inteligente. Siempre consideras todos los aspectos.

-Agradezco mucho tus palabras, Sophie, pero no soy la única persona inteligente aquí. Cada uno de nosotros aporta algo valioso al equipo.

-Desde aquí, la vista de Manhattan es impresionante.

-Sí, esta vista es realmente espectacular. Desde esta altura, Manhattan se despliega ante nosotros como una vibrante jungla de cristal, con sus rascacielos brillando en el horizonte. Aunque, si soy sincera, prefiero las vistas más relajantes, como las que ofrece Central Park, esta panorámica urbana tiene un encanto único. Es fascinante ver cómo la ciudad se extiende en todas direcciones, con su mezcla de arquitectura moderna y su energía incesante.

Mientras conversamos, me acerco a la ventana y, con un gesto hacia el exterior, señalo la vista panorámica que se extiende ante nosotros. Desde este punto, el perfil de la ciudad se despliega majestuoso, con un horizonte que se alza repleto de imponentes rascacielos. La silueta de Manhattan, con sus torres de vidrio y acero, se recorta contra el cielo, creando un contraste impresionante que resalta la grandeza y la energía vibrante de la metrópoli. La vista es un espectáculo urbano que combina la sofisticación de la arquitectura moderna con la dinámica y el bullicio característico de la ciudad que nunca duerme.

-Mucho ha cambiado desde que adquiriste la mitad de AIS, Advanced IT Solutions.

-Así es. Desde mi primera conferencia de prensa y mi presentación ante los medios, la transformación ha sido notable. Tras los anuncios sobre los cambios en mi empresa y la adquisición de una parte de AIS, comenzamos a recibir una avalancha de clientes de diversas ubicaciones. La estrategia de diversificación de M&J al asociarnos con AIS fue muy bien recibida por los analistas.

-La clave de todo esto es tu habilidad para generar confianza en los medios financieros. Tus predicciones económicas han demostrado ser increíblemente precisas. Además, tienes una base de seguidores muy amplia que observa cada uno de tus movimientos, buscando emular tu éxito.

-También los proyectos e ideas de Liam han sido ampliamente aceptados. Fue toda una novedad, incluir la IA en cada nuevo proyecto y ahora, cada vez más empresas están adoptando el software de AIS para gestionar sus operaciones. El crecimiento y éxito de la empresa son prueba de la confianza que numerosas organizaciones han depositado en sus soluciones. Siempre tuve fe en que, bajo el liderazgo de Liam, la empresa crecería. En mi caso, me encuentro constantemente impartiendo conferencias en diversos círculos económicos y recibiendo solicitudes de entrevistas de medios de comunicación. Incluso el prestigioso The Wall Street Journal ha mostrado interés en que contribuya con una columna semanal en sus publicaciones.

-Julia, tu popularidad ha alcanzado niveles extraordinarios. Te has consolidado como una auténtica autoridad en el campo de las finanzas.

-A veces, esos momentos de fama pueden ser agotadores y afectan mi desempeño laboral. No obstante, tengo la suerte de contar con socias competentes que mantienen el funcionamiento de la empresa sin problemas, incluso cuando no estoy presente. Por cierto, ¿te apetecería tomar un café?

-¡Claro que sí!

-Podemos ir a la sala de descanso o a la cafetería del edificio, pero si prefieres, podemos disfrutar del café aquí mismo. Estaremos más cómodas y tranquilas.

-Aquí en tu despacho está bien. ¿Ya no te traes el café de casa?

-Ja, ja, ja, eso es algo del pasado.

-Y hablando de crecimiento, ¿cómo va el proyecto de la sede europea de M&J?

-El proyecto avanza a buen ritmo. Dada la rapidez con la que hemos crecido, decidimos que era esencial establecer una sede en Europa y separarla de la sede de Nueva York. Así que optamos por Madrid como el centro operativo para gestionar toda nuestra cartera de clientes en el viejo continente. Actualmente, tenemos un equipo trabajando sobre el terreno, realizando las gestiones necesarias para que todo salga según lo planeado.

Y puedo anticiparte que pronto habrá novedades importantes. Estamos ultimando detalles cruciales que potenciarán nuestra presencia en Europa y fortalecerán nuestras relaciones con clientes y socios en la región. La sede en Madrid no solo nos permitirá ofrecer un mejor servicio, sino que también será clave para nuestras futuras estrategias de expansión en el mercado europeo.

-¿Cómo va todo con Liam?

-Es evidente cómo me siento con Liam, ¿verdad? Cada día que pasa, descubro nuevas cualidades en él que me hacen enamorarme aún más. Su amabilidad, inteligencia y dedicación son solo algunas de las razones por las que mi amor por él sigue creciendo. Compartimos momentos maravillosos, riendo, conversando y disfrutando de nuestra compañía mutua. Nuestra conexión es tan profunda que me siento realmente afortunada de tenerlo en mi vida. Además, tengo que agradeceros a vosotras, mis queridas amigas, porque sin vuestro apoyo y aliento, no estoy segura de si hubiera tenido el valor de entregarme a Liam.

-Siempre supe que estabais destinados el uno para el otro. Para mí, habría sido un verdadero fracaso si no hubierais terminado juntos. Además, debo admitir que el apellido te queda muy bien. Combina a la perfección con el color de tus ojos y realza aún más tu encanto.

Mientras me señala el letrero en la puerta, que ahora muestra mi nuevo nombre, J.G. Brown, "Chief Executive Officer", no puedo evitar sentir una mezcla de emoción y orgullo.

-Me pregunto qué representa esa "G" en tu nombre.

-Me encanta llevar el apellido Brown porque simboliza mi profunda conexión con Liam y cómo me siento unida a él en todos los aspectos de mi vida. Sin embargo, también valoro mi apellido de soltera y no quiero olvidarlo. La "G" en mi nombre representa Gracia, mi apellido de origen, y me ayuda a mantenerme conectada con mis raíces y mi historia personal. Gracia es la Julia del pasado, mientras que Brown es la Julia del presente. Al combinar ambos, me siento como una fusión de mi historia y mi futuro, creando una identidad que abarca tanto mi legado familiar como mi nueva vida con Liam. Por eso, ahora soy Julia Gracia Brown, una amalgama de mi pasado y mi presente.

-Acabo de estar con Liam, y él también está entusiasmado con su nuevo despacho.

-¡Claro! Su oficina es casi una réplica de la mía. Es como si hubieran diseñado los espacios pensando en la sincronización perfecta entre nosotros. Ambos despachos tienen un diseño elegante y funcional, lo que refleja nuestro estilo y la importancia que le damos al trabajo. Me alegra ver cómo Liam se adapta a su nuevo entorno con tanto entusiasmo; realmente encaja bien en su papel, y estoy segura de que este nuevo espacio le proporcionará la inspiración y el confort que necesita para seguir alcanzando grandes logros.

-Julia, eres consciente de que Liam te ama profundamente, ¿verdad?

-Sí, definitivamente. Él me lo demuestra cada día con sus acciones y palabras. Su amor es evidente en cada gesto y en cada momento que compartimos.

-Sin embargo, Liam me ha comentado que hay algo que te inquieta y que aún no has querido compartir con él.

-¿De verdad te ha dicho eso?

-Sí, Liam me mencionó que hay una preocupación que llevas contigo, algo de tu pasado que prefieres mantener en privado. Siente que esto te está afectando y que, de alguna manera, te impide ser completamente feliz.

-También me lo ha dicho en varias conversaciones con él.

-Parece que está preocupado por ti y quiere ayudarte a superar cualquier obstáculo que esté interfiriendo en vuestra relación. Julia, quiero que sepas que no estoy aquí para presionarte ni para reclamarte nada. Simplemente quiero comentarte que Liam me ha expresado su preocupación sobre algo que te está afectando, y quiero ofrecerte mi apoyo si decides hablarlo conmigo. Entiendo que hablar de tu pasado puede ser difícil, pero compartir tus inquietudes con Liam podría ser muy beneficioso. La apertura y la confianza son clave en cualquier relación sólida, y estoy segura de que Liam estaría más que dispuesto a escucharte y apoyarte en lo que necesites.

La comunicación sincera y el compartir tus temores pueden fortalecer aún más vuestra conexión, permitiéndole a Liam entender mejor tu situación y brindarte el apoyo que mereces. Tanto él como yo estamos aquí para ti, dispuestos a ayudarte en lo que necesites. ¿Has hablado sobre esto con Lola o Isabella? A veces, hablar con amigos cercanos también puede ofrecerte una perspectiva valiosa y el respaldo que necesitas.

-Hasta ahora, no les he contado nada a Lola o Isabella. Aunque ambas son excelentes profesionales y han percibido que algo no está del todo bien. En realidad, Sophie, hay algo importante que necesito compartir con vosotras, algo que he estado posponiendo durante mucho tiempo. Sin embargo, te agradecería si pudieras mantener esto en confidencia y no mencionárselo a Liam todavía. Prefiero hablar con él personalmente cuando esté lista para hacerlo.

-Puedes confiar en mí, no le comentaré nada a Liam. Estoy aquí para escucharte y apoyarte en lo que necesites. Si decides compartir lo que te preocupa, estaré encantada de ayudarte a procesarlo y a encontrar una solución. Tu confianza en este momento es fundamental, y respetaré plenamente tu decisión de hablar con él en el momento que consideres adecuado.

Oye, te ves increíble con ese conjunto de falda y blusa.

-¡Gracias! La verdad es que se debe a que tengo la suerte de contar con la mejor estilista de Nueva York. Ella sabe exactamente cómo realzar mi estilo y hacerme sentir segura y elegante.

-¡Ja, ja, ja! Bueno, al menos aspiro a serlo. Siempre hago todo lo posible por ofrecerte las mejores sugerencias y consejos para que siempre luzcas increíble. Pero también tengo que decirte que tú misma tienes un gusto impecable, Julia. Tu elegancia es innegable, y es evidente que sabes cómo realzar tu propio estilo con una gracia natural.

-Mi elegancia realmente se debe a tu increíble habilidad para seleccionar y combinar la ropa que elijo. Si no fuera por ti, no tendría ni idea de cómo llevar las piezas adecuadas de la manera correcta. Estoy muy impresionada con tus crecientes habilidades profesionales. Aún conservo el vestido de novia que diseñaste para mí; tiene un valor sentimental inmenso. Estoy segura de que cuando te conviertas en una figura célebre en el mundo de la moda, ese vestido se convertirá en una auténtica joya, un testimonio de tu talento y de nuestra amistad.

-¡Ja, ja, ja! Si lo dices tú, la CEO de M&J, con toda tu visión y éxito, no tengo dudas de que así será. ¡Gracias por creer en mí y en lo que puedo lograr! Oye, aún no me has contado nada sobre tu luna de miel. Estoy tan curiosa por saber cómo fue. ¿Cómo te lo pasaste? ¿Qué lugares visitasteis? Estoy segura de que fue una experiencia increíble. Me encantaría escuchar todos los detalles y cómo te sentiste durante ese tiempo especial. ¡Cuéntamelo todo!

-Tienes razón, hemos estado tan absorbidos con la mudanza que casi no hemos tenido la oportunidad de ponernos al día. Sin embargo, debo contarte que nuestra luna de miel, aunque no fue particularmente espectacular en términos de eventos, fue realmente especial para nosotros. Pasamos la mayor parte del tiempo relajándonos en la playa, disfrutando del sol y el mar. Nos encantaba caminar por la orilla, tomados de la mano, compartiendo risas y conversaciones profundas.

Las noches estrelladas fueron mágicas; nos sentábamos juntos bajo la luz de la luna, hablando de nuestros sueños y aspiraciones, y disfrutando de la tranquilidad del lugar. Fue un tiempo para desconectar de las preocupaciones diarias y reconectar el uno con el otro de una manera más íntima. Aunque no hubo grandes aventuras ni actividades extravagantes, el viaje nos permitió fortalecer nuestro vínculo y disfrutar de la compañía del otro en un entorno hermoso y sereno. En resumen, fue un viaje perfecto para nosotros porque nos permitió acercarnos más, relajarnos y reafirmar nuestro amor en un ambiente idílico.

-Tienes razón, Julia. Al escucharte hablar con tanta emoción y detalle, puedo casi visualizar lo especial que fue vuestra luna de miel. Es realmente inspirador ver cómo te brillan los ojos al recordar esos momentos con Liam. Lo vuestro es un amor que contagia, una conexión tan auténtica que se siente en el aire. Deseo de todo corazón que esa chispa que tenéis nunca se apague y que vuestro amor no solo perdure, sino que crezca y se fortalezca cada día.

-Gracias por tus palabras, Sophie. Estoy realmente feliz de compartir este momento especial en mi vida contigo. Tu apoyo y alegría al verme feliz junto a Liam significan mucho para mí, y aprecio tu deseo sincero de que nuestra felicidad perdure.

-Oye, veo que esa blusa que llevas no es transparente, pero definitivamente deja claro que has decidido no usar sujetador hoy. Se nota por cómo se mueven tus pechos con cada paso que das. ¿Te sientes cómoda así?

-¡Sophie! ¿La misma persona que se declara enemiga número uno de la ropa interior ahora me hace esta pregunta? Vamos, no finjas sorpresa, ¡fuiste tú quien me sugirió dejar de lado el sujetador! Y, sinceramente, me siento genial así. Puede que algunas personas lo vean como algo atrevido o inapropiado, pero he llegado a un punto en mi vida en el que quiero liberarme de todas esas restricciones, tanto físicas como mentales, que me impuse durante tantos años. Ahora quiero sentirme cómoda en mi propia piel, ser yo misma, y disfrutar de la libertad de vestir y pensar como mejor me parezca. No voy a mentir, gran parte de esta inspiración vino de ti, Sophie. Has sido un ejemplo de autenticidad y confianza, y eso me ha motivado mucho a ser más fiel a mí misma.

-Lo sé, cariño, y me alegra ver que has dejado atrás esas ideas anticuadas que te limitaban. Es increíble verte más liberada y segura de ti misma, eligiendo lo que te hace sentir realmente cómoda y feliz. Pero quiero que sepas que no hay ninguna presión de mi parte para que sigas mis pasos. Yo he estado mucho tiempo viviendo así, sin sujetador, y ya estoy más que acostumbrada a las miradas o comentarios que eso puede generar; simplemente no me afectan. Pero tú apenas estás empezando a explorar esta forma de vestir y de ser, y quiero asegurarme de que te sientas bien y segura en todo momento. Sé que algunas miradas o actitudes pueden ser incómodas, incluso inapropiadas, y no quiero que sientas que debes lidiar con eso solo porque yo lo hago. Por eso te pregunté, porque quiero estar segura de que te sientes cómoda y a gusto con las posibles reacciones que puedas recibir.

-Al principio, debo admitir que las miradas me incomodaban un poco. Era difícil no sentirme observada o juzgada, y eso me afectaba más de lo que quería reconocer. Sin embargo, decidí que no iba a permitir que esas miradas determinaran cómo me siento conmigo misma o cómo decido presentarme ante el mundo. Me hice un compromiso personal de no prestarles atención y, con el tiempo, he aprendido a ignorarlas completamente. Ahora, me siento mucho más empoderada, enfocada en mi propia comodidad y seguridad, en lugar de preocuparme por las opiniones ajenas.

Además, tengo la suerte de contar con el apoyo incondicional de Liam. Desde el principio, él siempre me ha animado a ser fiel a quien soy y a desarrollar mi personalidad sin restricciones. Nosotros compartimos esa misma filosofía de vida, donde la libertad y la autenticidad son lo más importante. No permitimos que las presiones sociales o las expectativas externas nos dicten cómo debemos vivir o cómo debemos vernos. Él incluso comparte mi perspectiva sobre el tema de llevar sujetador: lo ve como una elección personal que no debería estar condicionada por normas sociales arcaicas. Esta conexión que tenemos nos ha fortalecido mucho como pareja y nos ha permitido crecer juntos, apoyándonos mutuamente en nuestras decisiones y en nuestro camino hacia una vida más auténtica y libre.

-Ja, ja, ja, eso es cierto, a pocos hombres les gusta el sujetador, -responde Sophie con una sonrisa pícara-. Pero, en el caso de Liam, no se trata solo de una preferencia superficial; se nota que tiene un profundo respeto por las decisiones y la autonomía de quienes le rodean. Es algo que cualquiera puede ver claramente en la manera en la que te apoya. Aun así, reconozco que a veces puedo haber ejercido cierta presión sobre ti, quizás sin darme cuenta del todo.

-No te preocupes, Sophie. Aprecio todas tus ideas y sugerencias; siempre las recibo con los brazos abiertos. Pero quiero que sepas que al final del día, las decisiones sobre mi vida y mi forma de ser son solo mías. Me gusta tener la libertad de elegir lo que me hace sentir cómoda y auténtica. Me inspiras a probar cosas nuevas, y en ese sentido te estoy muy agradecida. Sin embargo, nunca he sentido que estuviera obligada a hacer algo solo porque tú lo sugirieras. Tengo muy claro que soy yo quien decide cómo quiero vivir y mostrarme al mundo.

-Me hace feliz saber que mi manera de ser y de actuar te ha influido de manera positiva. A la vez, también he aprendido mucho de ti, Julia. Tienes una forma única de enfrentar los desafíos y un equilibrio admirable entre tu vida profesional y personal. Me has enseñado mucho sobre la importancia de la determinación y la autenticidad.

De repente, mi móvil vibra con un mensaje. Lo miro y sonrío antes de decir:

-Liam me acaba de mandar un mensaje. Ya va camino al restaurante. Sophie, ¿te gustaría unirte a nosotros en el restaurante para almorzar? A Liam le encantará que te unas a nosotros. Estoy segura de que nos lo pasaríamos genial los tres juntos.

Sophie sonríe, pero niega con la cabeza.

-De verdad, me encantaría, Julia. Siempre es un placer compartir tiempo con vosotros dos. Pero ya me comprometí con algunas chicas del curso para una comida de trabajo. Nos han pedido unos diseños importantes en la escuela, y necesitamos reunirnos para coordinar todos los detalles y finalizarlo todo antes de la próxima semana. Es un proyecto que requiere mucha dedicación, así que lamentablemente no podré acompañaros esta vez. ¡Pero estoy segura de que pronto tendremos otra oportunidad para reunirnos!

-Entiendo perfectamente, Sophie. No te preocupes, sé que tienes tus propios compromisos y responsabilidades. Pero la próxima vez que vengas a visitarnos, asegúrate de traer un hueco libre para quedarte a comer con nosotros. Será genial compartir más tiempo juntos y ponernos al día.

-Por supuesto, Julia, la próxima vez me quedaré a comer con vosotros, ¡eso seguro! Pero por ahora, necesito marcharme. Tengo que reunirme con las chicas del curso y ponerme manos a la obra con esos diseños.

-Lo entiendo, Sophie. Sé que tienes un montón de cosas en tu agenda y que necesitas concentrarte en tus proyectos. Pero no te preocupes, la próxima vez que nos veamos, estoy segura de que podremos pasar mucho más tiempo juntas, charlando y poniéndonos al día. Me alegra mucho que hayas pasado por aquí. ¡Gracias por tomarte el tiempo para venir! Mantengámonos en contacto y, por supuesto, que tengas un día muy productivo y lleno de inspiración. ¡Hasta pronto, Sophie!

Nos despedimos con un cálido abrazo y un beso en los labios.

-Hasta luego, Sophie. Siempre serás bienvenida aquí, no dudes en venir cuando quieras. Me alegra mucho haber pasado este rato contigo, y espero que nuestra próxima reunión sea igual de agradable, con más tiempo para charlar y disfrutar juntas. ¡Cuídate mucho y que te vaya genial en tus proyectos!

-Hasta luego, Julia. Te quiero mucho.

-Y yo a ti, Sophie, lo sabes perfectamente.

. . . . . . . . . . . .

Al llegar al restaurante, me encuentro con Liam, quien ya está esperándome en la mesa que hemos reservado para nuestros almuerzos diarios. Mientras me acerco, siento las miradas curiosas de otros comensales. A estas alturas, he aceptado que mi elección de ropa puede llamar la atención; como nunca llevo sujetador, una práctica que adopté gracias a Sophie, a veces, depende de que ropa lleve, se notan más mis pezones. Sin embargo, ya no me preocupa. He aprendido a vestirme de acuerdo a mi estilo y a no dejar que las opiniones ajenas me afecten. Como Sophie solía decir, "Yo me visto como quiero y me desnudo con quien yo quiero". Este lema me ha dado la confianza para ser auténtica y disfrutar de mi vida sin restricciones.

Lo único que realmente me importa es la forma en que me mira mi hombre, y siempre logro sorprenderlo. Al acercarme a la mesa, lo veo embobado, su mirada fija en mí con admiración. Me alegra saber que mientras él esté enfocado en mí, no prestará atención a otras. Nos damos un beso lascivo cargado de pasión, un gesto que no pasa desapercibido y que provoca algunas miradas curiosas. Me siento a su lado con una sonrisa cómplice, disfrutando de la conexión única y especial que compartimos.

-Cariño, algún día vas a causar una lesión cervical en alguien en el restaurante con la forma en que te miran. ¿No has notado cómo se distraen al verte caminar? -dice Liam con una mezcla de diversión y preocupación.

-Así es, y también noto cómo me miran tanto hombres como mujeres. ¿Te sientes celoso?

-No, para nada. En realidad, me llena de orgullo verte recibir miradas de admiración. Eso solo hace que te quiera más. Me encanta que tengas el coraje y la audacia de vestirte como te apetece. Nunca imaginé que desarrollarías una actitud tan segura y empoderada. Eres una mujer increíble, que no se deja intimidar por nadie ni por nada. Me inspiras a ser mejor cada día, a seguir tus pasos y a apoyarte en todo lo que haces. Eres mi compañera ideal, mi alma gemela, mi todo.

-Antes, solía disfrazarme cada día antes de salir de casa, siguiendo un conjunto de reglas estrictas sobre cómo debía verme. Ahora, en cambio, me he liberado de esas restricciones y me permito ser quien realmente soy. Me siento mucho más a gusto conmigo misma; me veo más auténtica y segura. He aprendido a abrazar mi individualidad y a vestirme de una manera que refleja mi verdadera esencia, en lugar de conformarme con las expectativas de los demás.

En ese momento, un camarero se acerca con una botella de champán y dos copas, interrumpiendo nuestra conversación con un toque de sofisticación.

-¿Hay algo especial que estemos celebrando hoy?

-¿No recuerdas qué día es hoy? Es el aniversario de nuestro primer encuentro. Hace exactamente un año que nuestras vidas se cruzaron por primera vez.

-¡Es cierto! No había recordado la fecha exacta, pero ahora que lo mencionas, claro, nos conocimos en tu despacho. Ese momento fue realmente especial, y todavía lo tengo presente con claridad.

-De hecho, nuestro primer encuentro fue en el ascensor del vestíbulo. ¿Te acuerdas de esa primera vez? Fue allí donde nuestras miradas se cruzaron por primera vez.

-No me gusta recordar ese primer encuentro; debo admitir que fui bastante desagradable contigo. No entiendo cómo lograste mantener la amabilidad hacia mí, a pesar de mi comportamiento tan desafortunado. Me siento muy avergonzada por cómo me comporté en esos días, aunque debo justificarme diciendo que no estaba en mi mejor estado emocional en ese momento.

-Recuerdo que en aquellos días te costaba levantar la mirada; siempre estabas mirando al suelo, y cuando te cruzabas con alguien, apartabas la vista rápidamente. Pero ahora, al verte acercarte a la mesa con la cabeza erguida, la mirada firme y esa sonrisa seductora, mientras tus tacones hacían eco en el restaurante y tus tetas se movían con gracia, es evidente que has transformado por completo tu presencia. El tiempo parece haberse detenido; todos en el restaurante han girado la cabeza para admirarte. Algunos lo han hecho con curiosidad, otros con admiración, y todos con deseo. El poder que irradias al entrar en una habitación es innegable, Julia. Eres única y capturas la atención de todos a tu alrededor. La chica tímida del ascensor parece una versión lejana y pasada de ti. Has crecido y te has convertido en una mujer segura, empoderada y fascinante. Es asombroso cómo has evolucionado en tan poco tiempo.

Liam me mira con un orgullo palpable, y al tomarme de la mano, su gesto demuestra cuánto le encanta la mujer en la que me he convertido. Sus ojos reflejan un profundo aprecio y admiración, y en ese instante, siento que me ve no solo como su compañera, sino como alguien verdaderamente especial.

-¿Y cuál de todas estas versiones de mí es tu favorita? -le pregunto con una sonrisa juguetona, queriendo saber qué aspecto de mi evolución le gusta más.

-No necesitas preguntar, Julia. Lo que realmente me cautivó no fue tu apariencia física, sino lo que percibí en tu interior incluso antes de que ocurriera esa transformación. Mi amor por ti habría permanecido inalterado, incluso si no hubieras cambiado. Sin embargo, no puedo negar que ahora te ves más seductora y atractiva. Antes solías pasar desapercibida, pero ahora, tu presencia despierta admiración y pasión en quienes te rodean. Tu belleza exterior es innegable y cautivadora, pero lo que realmente me enamoró fue tu alma hermosa. Aun así, debo admitir que, si no hubieras experimentado esa transformación, nuestra historia podría no haberse desarrollado como lo hizo.

Mantengo el silencio, reflexionando sobre las palabras de Liam. Tiene razón. Mi evolución personal fue significativamente influenciada por Lola, Sophie e Isabella. Gracias a su apoyo y a su aliento, pude acercarme a Liam.

-Sí, tienes toda la razón, Liam. Nuestra historia se forjó en gran medida gracias a la valiosa intervención de “las chicas”, quienes me empujaron a dar ese crucial paso hacia ti. Si no hubiera sido por ellas, es posible que estuviéramos en esta misma situación: tú enamorado de mí, y yo enamorada de ti, pero separados.

-Julia, no importa cómo llegaste hasta aquí. Lo que realmente importa es que te encontré y que te amo por quien eres en este momento. Cada etapa de tu vida te ha llevado a ser la persona maravillosa que eres ahora, y eso es lo que valoro profundamente.

Una cálida sonrisa se dibuja en mi rostro, y su mirada amorosa me llena de una profunda sensación de seguridad y gratitud.

-Gracias, Liam. No solo agradezco todo lo que me has dado, sino también cómo has contribuido a mi crecimiento personal. Has sido una parte fundamental de mi vida y me has mostrado lo que significa el amor verdadero. Mi amor por ti va más allá de lo que las palabras pueden expresar, y me siento inmensamente afortunada de tenerte a mi lado.

-Julia, necesito saberlo con sinceridad: después de todo este tiempo juntos, ¿eres realmente feliz a mi lado?

-Liam, soy genuinamente feliz contigo, pero entiendo por qué te preocupas.

-No es necesario que me digas nada que no quieras. Puedo ver la felicidad en tu rostro cada vez que te miro, pero también noto que hay algo que te preocupa. Hay una sombra en tu mirada que me hace pensar que hay algo en tu pasado que te atormenta. No puedo ignorar que esta preocupación puede estar afectando tu bienestar y, en consecuencia, nuestra relación. Me duele verte así. Quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo, y si hay algo que te impide alcanzar una felicidad completa, eso también me afecta a mí. No tienes que enfrentar tus miedos o sanar tus heridas sola. Si algo te atormenta, si hay heridas que necesitas sanar, estoy dispuesto a estar a tu lado en este proceso de sanación.

Liam me lo ha mencionado varias veces, y cada vez que lo hace, me quedo en silencio, sin saber qué decir. Él tiene razón; hay una sombra del pasado que me atormenta, algo que nunca he compartido con nadie. Me quedo callada nuevamente, sin saber cómo responder. No estoy segura de si estoy lista para revelar mi pasado, pero sé que es un paso necesario, uno que he estado posponiendo durante mucho tiempo. Como bien dice Liam, no podré alcanzar una felicidad completa hasta que me libere de esta carga.

-Te veo triste de nuevo, Julia. Esa sombra del pasado que te atormenta, ¿verdad?

-Sí, sé que has hablado con Sophie sobre esto, Liam.

-Lo siento, Julia. Espero que no te haya molestado.

-No, Liam, no me molesta. Entiendo que te preocupes por lo que me atormenta, y tienes toda la razón al decir que debo afrontarlo. No es fácil para mí hablar de esto, pero quiero compartirlo contigo. Hay un aspecto de mi pasado que me afecta de manera profunda, algo que he guardado en silencio durante años. Este peso ha sido una carga constante en mi vida, y ha influido en cómo me siento y en mi bienestar emocional. Reconozco que mantener este secreto ha sido agotador y que ha afectado mi felicidad y tranquilidad. Ahora, siento que estoy en un punto en el que necesito soltar esa carga. Estoy lista para enfrentar y compartir este dolor, con la esperanza de que, al hacerlo, pueda encontrar la liberación y sanar. Sé que puedo contar contigo para apoyarme en este proceso.

Al ver la comprensión y el cariño en su mirada, me siento reconfortada y segura de que estoy tomando la decisión correcta. Liam toma mi mano con suavidad y me dice con ternura:

-Julia, estoy aquí para ti, sin importar lo que necesites. No tienes que pasar por esto sola. Estoy dispuesto a escucharte y a apoyarte en cada paso del camino. Lo que sea que te preocupe, enfrentémoslo juntos.

Las palabras de Liam me envuelven en una cálida sensación de esperanza. Siento que, al tener su apoyo, no estoy sola en este proceso y que puedo enfrentar mis miedos con más valentía. Su disposición para caminar a mi lado me da la confianza necesaria para confrontar y superar lo que me atormenta.

-Sin embargo, Liam, debo decirte que voy a tener que viajar a España pronto.

Liam me observa en silencio, con una intensidad que hace que sienta como si pudiera leer cada uno de mis pensamientos. Su mirada penetrante me hace sentir vulnerable, como si no pudiera ocultarle nada.

-Sé que vas a España para la nueva sede de M&J Europe en Madrid, Julia. Eso ya me lo habías mencionado. Pero parece que este viaje también está vinculado con la tristeza que veo en tus ojos. Hoy, en particular, percibo una profunda tristeza en ti. ¿Es posible que este viaje esté relacionado con tu pasado de alguna manera?

-Sí, Liam, tienes razón. Este viaje es crucial para mí; necesito ir a España para confrontar esos recuerdos que me han estado atormentando. Entiendo por qué te preocupas al verme así. También siento que debo ofrecer una explicación a ti y a “las chicas”. Estoy pensando en llamarlas y proponerles que vengan a pasar un fin de semana en Long Island. Así podré compartir mis sentimientos con ellas y recibir el apoyo que sé que necesitaré en este proceso.

Liam me mira con una comprensión profunda y me dice con firmeza:

-No te preocupes, yo me encargaré de todo. Coordinaré con las chicas para que puedan venir y apoyarte en este momento.

Su apoyo incondicional me llena de gratitud y alivio. Le respondo con una sonrisa cálida:

-Gracias, cariño. Realmente aprecio todo lo que haces por mí. Saber que estás a mi lado y que puedo contar con tu apoyo me brinda una gran tranquilidad.

-Julia, sabes que siempre puedes contar conmigo. Si, como presiento, enfrentarte a esto te lleva a revivir momentos dolorosos del pasado, quiero que sepas que no te dejaré caer. Estaré contigo en cada paso del camino, dispuesto a ofrecerte todo el apoyo que necesites. Y me atrevo a hablar en nombre de “las chicas”: ellas también están aquí para ti, pase lo que pase.

-Liam, eres un ser maravilloso. No tienes idea de cuánto te amo.

. . . . . . . . . . . .

Mansión de Julia y Liam en Long Island.

Abril 2011.

Viernes.


Me encuentro en el salón principal, acompañada por Liam, Sophie e Isabella. He solicitado a Gabriela que no nos interrumpan.

-Bueno Julia, estoy intrigada por saber qué es eso que nos tienes que contar.

-En primer lugar, quiero agradeceros por haber venido. También quería deciros que lo que tengo que contaros es algo que nunca he compartido con nadie antes. Es la primera vez que me atrevo a hacerlo y no estoy segura de cómo esto nos afectará a nosotros Liam, y también a vosotras, mis amigas.

Liam, que está a mi lado, me toma la mano para darme valor.

-Cariño, sea lo que sea, sé que necesitas hablarlo y sacarlo a la luz, porque mantenerlo oculto sí te está afectando. Y quiero que sepas que no vas a estar sola en esto, estaré aquí contigo para apoyarte en todo momento.

Sophie e Isabella asienten con determinación, dejando claro que están aquí para apoyarme en todo lo que necesite.

-Gracias de corazón, pero en este proceso sé que debo enfrentarlo en solitario. Es algo que debo resolver por mí misma, pero no puedo negar que necesitaré todo vuestro apoyo. Vuestra presencia y cariño significan el mundo para mí, y sé que contaré con vosotros. Recordar esa parte de mi vida no es una experiencia agradable para mí.

Liam me mira con comprensión y asiente con cariño. Sophie e Isabella también expresan su apoyo incondicional. Sé que no estoy sola, aunque la carga del pasado sea mía.

. . . . . . . . . . . .

-¿Han oído hablar de Calzados Villalba? Tal vez no, porque su fama no ha llegado tan lejos. Aunque hace tiempo exportaron a Estados Unidos, eso ocurrió hace muchos años. En España, sin embargo, tuvieron una gran reputación y aún la conservan. Los zapatos de Villalba del Conde eran realmente únicos. Se destacaban por la calidad de sus materiales, siempre utilizando las mejores pieles disponibles. Cada par de zapatos era el resultado de un trabajo minucioso y detallado, con diseños exclusivos y la particularidad de ser todos cosidos a mano. Su dedicación a la artesanía y la excelencia les otorgó una distinción que sigue siendo apreciada en España.

Actualmente, los productos de Calzados Villalba del Conde se han vuelto bastante raros en el mercado. Todo iba bien hasta hace unos años, en que la situación ha cambiado drásticamente. Las decisiones que han tomado para reducir costos han tenido un impacto negativo en la calidad del producto. En lugar de utilizar los materiales de alta gama que solían caracterizar a la marca, ahora optan por alternativas más económicas que no cumplen con los estándares de calidad anteriores.

Además, han reducido la inversión en la formación del personal, lo que ha deteriorado la parte artesanal del proceso de fabricación. Esto ha resultado en una disminución significativa del prestigio de la marca, que alguna vez fue sinónimo de excelencia. La falta de inversión en calidad y en la formación de los artesanos ha llevado a una notable caída en las ventas.

Como resultado de estas decisiones erróneas, la empresa ha acumulado una gran deuda y ahora se enfrenta a serios problemas financieros. Cuando una empresa llega a este punto crítico, a menudo recurre a varias estrategias para intentar salvarse, pero ninguna garantiza el éxito. Estas estrategias pueden incluir la venta de activos, la reestructuración de la deuda, la búsqueda de inversionistas externos, o incluso, en los casos más extremos, la declaración de quiebra. ¿Sabéis lo que suelen hacer en estos casos para intentar revertir la situación?

-Te llaman a ti.

-Sí, Sophie, me llaman a mí, o más específicamente a M&J, como su última tabla de salvación. La llamada ya se ha producido, y hemos recibido una solicitud de ayuda. Nuestra sede en Madrid tenía instrucciones de informarme cuando esto sucediera. Me gustaría tomar el mando de esta situación personalmente.

-Julia, ¿tienes alguna conexión personal con esa empresa, o con su historia, que esté relacionada con tu pasado de alguna manera?

-La empresa en sí no tiene una conexión directa con mi pasado, pero la familia Villalba sí. Sus propietarios están vinculados a mi historia personal de manera significativa.

-¿Entonces tu propósito es presentar un plan para reflotar la empresa?

-¿Reflotarla? No, Liam, no es exactamente eso. Mi objetivo no es simplemente revitalizar la empresa, sino más bien tomar el control de ella. Aunque los actuales propietarios creen que voy para ofrecerles una solución para salvarla, mi verdadero propósito es arrebatársela y asumir el control total. Pero antes de entrar en detalles, es mejor que empecemos por el principio.


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La historia de Julia continua en:

Capítulo 18: Chicas malas.

Julia, con voz temblorosa y mirada distante, comienza a desmenuzar los fragmentos de su doloroso pasado ante Liam y sus amigas, quienes escuchan en silencio, profundamente impactados por cada palabra.
Sombras del pasado.jpegJulia, Liam, Isabella.jpegEl universo sobre mi.jpegCalzados Villalba.jpeg
 
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