El Talismán

Supongo que en unos minutos llegará un nuevo capítulo de la víbora y la falsa.
Y yo a sufrir casi tanto que cuando mí Sevilla ha tirado algunas de las 3 tandas de penalties que nos llevaron a la gloria en la Europa League.
Aunque ahí era para ser muy feliz y aquí es para enbajonarme.
 
Supongo que en unos minutos llegará un nuevo capítulo de la víbora y la falsa.
Y yo a sufrir casi tanto que cuando mí Sevilla ha tirado algunas de las 3 tandas de penalties que nos llevaron a la gloria en la Europa League.
Aunque ahí era para ser muy feliz y aquí es para enbajonarme.

Estoy en ello. A ver si Isabella quiere participar.
 
EL TALISMÁN. PRIMERA PARTE: LA MUCHACHA DE LOS OJOS TRISTES.


Capítulo 12. La Playa.

Abril 2010.

Long Island. Mansión de Julia.

Julia.


Cuando me despierto, noto que el brazo de Sophie descansa suavemente sobre mi cuerpo. Con cuidado, me aparto para no perturbar su sueño y me levanto lentamente. Dirigiéndome hacia el baño con la intención de darme una ducha, cambio de planes en el último momento. Sin vestirme, me encamino hacia la piscina y me sumerjo en sus aguas frescas. Mientras nado, no puedo dejar de reflexionar sobre lo que ocurrió anoche con Sophie. Me sorprende aún más que haya sido yo quien tomó la iniciativa. Parece que una nueva versión de mí misma está emergiendo, una Julia más audaz y segura. Siento una mezcla de emoción por explorar nuevas experiencias y de incertidumbre sobre mis propios deseos sexuales.

Sophie llega a la piscina tan desprovista de ropa como yo, y se desliza en el agua con gracia. La observo nadar hacia mí, y al llegar, abro los brazos para recibirla. Nos encontramos en el agua, y con una sonrisa cómplice, nos abrazamos con ternura. Nuestros cuerpos se funden en un cálido abrazo mientras nos besamos, el agua envolviéndonos en una sensación de libertad y conexión.

-Buenos días, preciosa. Me has dejado sola esta mañana.

-Te estaba esperando, sabía que vendrías.

-¿Cómo te sientes?

-Si soy sincera, ha sido una de las experiencias más intensas y gratificantes de mi vida. Pero ahora no puedo dejar de pensar en algo: estoy enamorada de Liam, me atrae muchísimo, y al mismo tiempo, también te deseo a ti. ¿Qué está pasando conmigo, Sophie? ¿Soy lesbiana? ¿Bisexual? ¿Qué soy?

-Julia, no te preocupes por las etiquetas. Eres una persona que explora y disfruta libremente de su sexualidad. No te pongas límites ni clasificaciones. ¿Es esta tu primera experiencia con una mujer?

-Sophie, es mi primera vez en todo.

-¿De verdad? ¿Nunca has estado con un hombre? Vaya, entonces, ¿aún eres virgen?

-Se podría decir que sí.

-Si cuando yo te digo que aún eres una niña, no voy muy equivocada. Estás experimentando el sexo como si fueras una adolescente. Algo que tenías que haber hecho a los 16 años. Es normal que surjan dudas después de lo de anoche, pero contesta a unas preguntas. ¿Te gusto?

-Sí, Sophie, me gustas mucho.

-Y tu a mí también, Julia. Eres una persona maravillosa. Pero dime, ¿sientes deseo por mí?

-Sí, definitivamente te deseo.

-¿Entonces, sientes que estás enamorada de mí?

-No estoy segura. En este momento, creo que no.

-¿Y en cuanto a Liam, ¿sientes que estás enamorada de él?

-Sí, eso es algo en lo que tengo absoluta certeza.

-Veo que en cuanto a Liam no tienes dudas. Así que no permitas que surjan dudas sobre tus deseos sexuales. Es completamente normal sentir atracción por otras personas y tener deseos de estar con ellas, ya sean hombres o mujeres. Sin embargo, Liam es el hombre con quien sientes una conexión especial, el que parece ser tu pareja ideal. Lo que ocurrió anoche entre nosotras fue una experiencia sexual, pero con Liam, será algo mucho más profundo y significativo. Cuando estés con él, experimentarás una conexión única que te ayudará a aclarar todas tus dudas y a entender mejor lo que realmente sientes.

-Tienes razón, Sophie, parece que aún soy una niña indecisa.

-No te preocupes, es parte del proceso de descubrirte a ti misma. ¿Tienes hambre? ¿Deberíamos ver si ya está listo el desayuno?

-Sí, la verdad es que tengo bastante hambre. Vamos a comprobar si ya está todo preparado.

Hoy es un día radiante, con un clima casi veraniego. Decido que sería perfecto disfrutar del desayuno al aire libre, así que le pido a Gabriela que nos lo sirvan en la mesa del jardín. Mientras ella se encarga de preparar el desayuno, nos vestimos para el día. Como Sophie no tiene ropa adecuada para estar en casa, le ofrezco que elija algo de la ropa que compramos ayer. Ella se muestra agradecida y comienza a probarse las prendas. Yo opto por ponerme mi chándal gris, el que uso habitualmente cuando estoy en casa, para sentirme cómoda y relajada.

-¿Pero qué estás haciendo con esa ropa, Julia? ¿De todo lo que compramos ayer no tienes algo más adecuado que ese chándal que parece sacado de una película de Rocky? Quítatelo ahora mismo y ponte algo que te favorezca.

Le hago caso y me entrega unas mallas negras y un top del mismo color, que deja visible mi ombligo.

-Mucho mejor así. Más actual.

Me siento más cómoda con esta ropa y como dice Sophie, más actual. Más acorde con mi nueva imagen. Sophie se ha puesto unas mallas negras parecidas a las mías y un top rosa.

-Sophie, ¿necesitas un sujetador? Se te notan bastante los pezones. Si quieres, puedo prestarte uno para que estés más cómoda.

- Julia, yo casi nunca uso sujetador; simplemente no es lo mío. Y si te soy sincera, dejar que se noten los pezones ha sido totalmente intencionado... lo he hecho para provocarte.

-¿Provocarme, dices? Bueno, debo admitir que lo estás logrando.

- Es un truco que utilizo cuando quiero despertar el deseo en alguien, y te aseguro que con Liam funciona de maravilla. Si alguna vez quieres encenderlo, prueba a ponerte algo que marque los pezones o la rajita del coño. Te garantizo que se volverá loco por follarte. A veces, insinuar es mucho más poderoso que mostrarse completamente desnuda.

- Así que ahora estás usando ese truco conmigo, ¿eh? ¿Es tu manera de decirme que quieres llevarme a la cama?

-¿Tan obvia he sido? Ja ja ja. En realidad, mi intención era mostrarte uno de los recursos que tenemos las mujeres cuando queremos despertar el deseo de nuestra pareja, especialmente cuando necesitan un poco de estímulo. Son nuestras armas de seducción, y créeme, Julia, tú tienes un verdadero arsenal a tu disposición. Si las empleas de manera correcta y en el momento adecuado, podrías tener a cualquier hombre rendido a tus pies.

-No me veo de esa manera, Sophie. No me interesa tener a los hombres a mis pies ni jugar a ser una seductora para conquistar a cualquiera. Lo único que quiero es tener a Liam en mi vida, de una forma auténtica y sincera. No necesito un arsenal de estrategias; solo quiero ser yo misma con él.

-Date tiempo, Julia. Poco a poco irás descubriendo más sobre ti misma. Puede que no te des cuenta ahora, pero tienes una sensualidad y un magnetismo natural que se escapan por cada uno de tus poros. Liam fue el primero en percibirlo, ¿recuerdas? Aquel día en el bar de Boston, cuando te soltó el pelo y te miró como si hubiera encontrado un tesoro oculto. Quedó completamente fascinado por la mujer que tenía frente a él, viendo algo especial que quizá tú aún no has descubierto del todo.

-¿Liam te lo ha contado?

-Liam y yo somos buenos amigos, y nos contamos todo. Bueno, al menos todo lo que se puede contar. Él me habló de ese momento en el bar de Boston, cuando descubrió a la Julia que había estado oculta bajo ese disfraz de inseguridad. Esa Julia que ni tú misma conoces por completo, porque llevas años escondiéndote. No te has dado cuenta de cómo tu cuerpo ha cambiado y de la mujer en la que te has convertido. Tienes una belleza natural que pocos poseen: un aire tímido, una mirada nostálgica y una sonrisa que resulta tremendamente seductora. Incluso ahora, sin una gota de maquillaje, estás preciosa. Y tu cuerpo es espectacular, puedo decirlo con certeza porque lo he disfrutado. Pero, en realidad, lo mejor de ti no es tu físico; tu verdadero atractivo va mucho más allá de eso.

Tu inteligencia y astucia son evidentes, lo has demostrado al crear tu empresa desde cero y llevarla al éxito. Tienes un carácter fuerte cuando es necesario, como cuando Liam me contó el enfrentamiento que tuviste con ese empresario en Boston. Eres generosa y tienes un corazón agradecido; lo vi en los detalles que has tenido conmigo, incluso cuando apenas nos conocíamos. Además, eres humilde y respetuosa con los demás. Ayer mismo me diste una lección de humildad cuando me hiciste ver que no debería presumir tanto con la tarjeta delante de personas que, como dijiste, nos hacen la vida más fácil.

Has tenido muchas oportunidades de actuar de otro modo, como cuando pudiste haberte quedado con el negocio de Mia por una suma irrisoria. En lugar de eso, decidiste arriesgar tu propio prestigio para ayudarla a salir adelante, y te aseguro que te lo agradecerá toda la vida. También he visto cómo tratas a tu personal de servicio, con tanto respeto y consideración, y he notado la admiración que sienten por ti. Te adoran, Julia. Para ellas, eres más que una jefa; eres casi como parte de su familia.

Dices que no tienes amigos, pero si te lo propusieras, te sería muy fácil hacerlos. Anoche, Emily, Madison y Leah quedaron encantadas contigo y con ganas de volver a verte. Y, sobre Liam, ¿qué te puedo decir? Jamás lo había visto así. Lleva años defendiendo su soltería, y desde que te conoció, ha cambiado por completo. Has logrado transformarlo. No te das cuenta aún del impacto que tienes en los demás, del poder que tienes para influir y cambiar vidas.

No estoy segura de si debería contarte esto, pero como te mencioné antes, Liam me comparte casi todo. Me confesó que se excitó mientras bailaba contigo. Estaba un poco avergonzado, temía que tú lo hubieras notado.

-Oh, sí que lo noté. Era imposible no darse cuenta. Pero decidí no decir nada para no ponerlo en una situación incómoda.

-Ja ja ja, claro, seguro que lo notaste; tiene un buen paquete.

-Ja ja ja, sí, definitivamente. La verdad es que yo también me excité.

-¿En serio? Es completamente normal, si estaban bailando tan pegados, lo raro sería que no sintieras ninguna excitación. Lo que me contó Liam es que, cuando volvió a la habitación, no lograba disminuir la erección y tuvo que masturbarse en la ducha.

-Y yo... yo también me masturbé. Estaba muy… muy excitada.

-Pero él se masturbó pensando en ti.

-Y... y yo también me masturbé pensando en él.

Me quedo en silencio, reflexionando sobre lo que Sophie acaba de revelarme. La idea de que Liam se masturbaba pensando en mí mientras yo hacía lo mismo pensando en él me deja sin palabras.

-Hoy está haciendo un día casi veraniego, y me imagino disfrutando de una playa desierta, tomando el sol completamente desnuda, contigo a mi lado.

-¡Deseo concedido!

-¿Cómo dices?

-Tengo una playa privada a solo cien metros de aquí. No habrá nadie que nos moleste.

-¿En serio? ¿Y no pensabas decírmelo?

-Deja de quejarte y vámonos. Voy a recoger un par de toallas. Imagino que no querrás un bañador.

-¡Claro que no! Y tú tampoco te atrevas a ponerte uno.

-Ni se me había pasado por la cabeza.

-Perfecto. Estoy deseando pasar un gran rato contigo. Ve a por las toallas, yo te espero aquí.

Mientras me dirijo hacia la casa para recoger las toallas, me da un suave azote en el trasero, una acción juguetona y provocativa que me hace sonreír.

Una pasarela de madera nos conduce a través de las dunas, desembocando en una playa de fina arena de uso exclusivo. Sophie y yo extendemos las toallas bajo el sol y nos desnudamos sin prisa. Después de tantas veces mostrando mi cuerpo durante este fin de semana, ya no siento ninguna timidez al desnudarme nuevamente.

No puedo evitar admirar el cuerpo de Sophie, que sigue siendo un espectáculo impresionante. A pesar de lo que ella pueda decir sobre mi físico, sus pechos son sumamente tentadores y me dan ganas de acariciarlos cada vez que los veo. Siento su mirada llena de deseo mientras recorre mi cuerpo con atención.

De repente, Sophie se echa a correr hacia el agua con una risa alegre, su entusiasmo contagioso

-Vamos a refrescarnos, Julia. Estar al sol nos ha puesto bastante calientes.

La sigo rápidamente, y nos lanzamos al agua corriendo, salpicándonos y riendo como dos niñas juguetonas. Nos sumergimos en el mar, nadando y buceando con energía durante un buen rato. En un momento, Sophie emerge justo frente a mí, me sorprende con un beso fugaz y luego se da la vuelta, dejando que me quede pegada a ella.

Con el agua subiendo hasta nuestro cuello, la rodeo con mis brazos, abrazándola por la cintura. Sophie toma mis manos y las guía hacia sus pechos, un gesto que me sorprende y me excita al mismo tiempo.

-He notado cómo me has estado mirando los pechos, Julia. No necesitas pedir permiso para tocarlos. Si en algún momento te apetece hacerlo, siéntete libre de hacerlo siempre que quieras.

Las palabras de Sophie me encienden por completo. Me siento abrumada por una oleada de excitación que crece con cada toque. Sus pechos, que no dejo de acariciar, son una fuente constante de placer para mí. Siento una conexión intensa con sus pezones, que aprisiono entre mis dedos pulgar e índice, disfrutando cada pequeño estremecimiento que provoca en ella. Cada rincón de su cuerpo me excita de una manera profunda y completa. La sensación de su piel contra la mía y el calor de su cuerpo avivan mi deseo, haciéndome anhelar explorar cada centímetro de su ser.

-Creo que es mejor que salgamos del agua, Sophie. La temperatura aún está bastante fría y ya estamos empezando a sentirnos heladas.

Regresamos hacia las toallas, y me acomodo boca abajo para disfrutar del calor del sol mientras me seco. Sophie hace lo mismo, pero elige tumbarse de medio lado, observándome con una sonrisa.

-¿Nunca te han dicho que tienes un culito que está para comérselo? ¿En serio? Bueno, en realidad, creo que voy a hacer justamente eso.

Ella empieza a acariciarme las nalgas suavemente con su mano, un gesto que envía una ola de placer por todo mi cuerpo. Luego, se incorpora lentamente y se acerca a mí para comenzar a darme besitos delicados y apasionados. Sus labios se posan suavemente en mi piel, explorando con ternura cada rincón mientras me envuelven en una sensación de calidez y deseo.

-Ja ja ja, me estás haciendo cosquillas, Sophie.

Siento esa sensación de risa y ternura recorriendo mi cuerpo.

-¿Cosquillas, dices? Pues prepárate, porque esto va a ser otra cosa. Ahora voy a disfrutar de cada rincón de ese culo tuyo, y estoy segura de que no te harán cosquillas, sino que te van a encantar.

Ella empieza a darme mordiscos suaves, casi juguetones, mientras emite unos gruñidos juguetones como si fuera un animal travieso. Cada mordisco provoca una mezcla de sorpresa y deleite en mí, y no puedo evitar reírme sin parar.

- ¡Ja ja ja, para, Sophie, para, ja ja ja!

No puedo dejar de reírme, es demasiado divertido.

Siento cómo, con una delicadeza intensa, me abre las nalgas con las manos y comienza a recorrer mi piel con la lengua. Su toque es suave pero decidido, y el calor de su lengua en esa zona tan íntima provoca una mezcla de sensaciones que me hacen estremecer.

-¿Qué... qué estás haciendo? ¡Joder Sophie! ¿Qué es lo que me estás haciendo?

-¿Prefieres que pare ahora?

-No, por favor, no pares. Sigue así.

-Entonces deja de quejarte y simplemente disfruta, perrita. Sumérgete en el momento y deja que el placer te envuelva.

Sophie continúa lamiendo mi ano con una habilidad y un deseo tan intensos que nunca había experimentado algo así. No tenía idea de que se pudiera sentir tanto placer en esa zona, pero ella lo hace parecer tan natural y exquisito.

Mientras sigue con sus lamidas, introduce su mano por debajo de mi cuerpo y comienza a explorarme con dos dedos en mi vagina. Cada movimiento es perfectamente sincronizado con sus caricias en mi ano, creando una combinación de sensaciones que me lleva a un estado de éxtasis. Me arqueo ligeramente para permitirle una mayor penetración en mi sexo, entregándome por completo al placer que me está brindando.

-Si sigues así, Sophie, me voy a correr. ¡Qué placer tan intenso! No creo que pueda soportarlo mucho más. La forma en que me estás tocando y explorando me está llevando al límite.

-Quiero verte llegar al clímax. Vamos perrita, déjate llevar y córrete para mí. Estoy deseando ver cómo te entregas completamente al placer, así que no te contengas.

Sus palabras me encienden aún más, y siento cómo el orgasmo se aproxima, inundando mi cuerpo con una oleada de placer. Mi cuerpo comienza a temblar mientras grito de éxtasis, entregándome por completo a la sensación. Estoy experimentando un orgasmo abrumador, casi bestial, mientras Sophie continúa lamiendo mi ano y estimulándome con sus dedos en mi vagina.

Cada onda de placer me recorre, haciendo que mi cuerpo se estremezca y se retuerza en una explosión de sensaciones interminables. Finalmente, me desplomo sobre la toalla, con la respiración entrecortada y agotada. Sophie se recuesta tranquilamente en su propia toalla, y yo, aún temblando de satisfacción, me acerco a ella. La abrazo y le doy un beso profundo, cargado de una mezcla intensa de amor, deseo y agradecimiento, sin estar completamente segura de qué emoción predomina.

Gracias, Sophie, gracias de verdad. No tienes idea del placer inmenso que me acabas de brindar. Quiero devolverte el favor de alguna manera. Estoy completamente dispuesta a complacerte.

-Continúa besándome, cariño, mientras me haces una paja. Hazme sentir cada momento, cada caricia, mientras me entrego a tí.

Sigo sus indicaciones y me entrego por completo a la experiencia. Sus besos se vuelven cada vez más irresistibles, y me dejo llevar por la sensación de calidez que me proporciona. Mientras continuamos besándonos con fervor, comienzo a acariciar su clítoris con delicadeza, alternando entre suaves caricias y mordisquitos juguetones en sus pechos y pezones.

Cada toque y cada beso parecen intensificar el placer que estamos compartiendo. No pasa mucho tiempo antes de que ella empiece a entregarse al clímax, su cuerpo temblando de satisfacción y deseo. Es evidente que también está muy excitada, y el ritmo acelerado de sus reacciones solo aumenta la conexión intensa entre nosotras.

Nos quedamos tendidas en las toallas, ambas inmersas en un estado de relajación y satisfacción tras los intensos orgasmos. El sol sigue calentando nuestras pieles, y el suave murmullo de las olas proporciona una banda sonora serena que acompaña nuestro descanso.

-¿En qué me estás convirtiendo, Sophie? Yo nunca he sido así.

-¿Así como?

-Así de atrevida. Hace un mes, ni siquiera me habría atrevido a meterme en la piscina desnuda, ni siquiera estando sola. Y ahora, me quito la ropa en cualquier momento. Me estás pervirtiendo, Sophie.

-Ja ja ja. Te lo advertí, si te unías a mí, te iba a mostrar un lado diferente de ti misma. ¿Tienes alguna queja?

-¿Queja? Para nada. Me encanta esta nueva Julia que estoy descubriendo.

-Esta Julia que está emergiendo siempre ha estado dentro de ti. Solo necesitabas el impulso adecuado para dejarla salir.

-Y ese impulso lo has dado tú.

-No solo yo, Julia. También Lola ha jugado un papel importante en esto.

-¿Lola? ¿Qué tiene que ver ella con todo esto?

-Fue Lola la que diseñó el plan para sacarte de casa todo el día, y de paso, renovarte por fuera. Me dijo que, si te veías distinta por fuera, también te verías distinta por dentro, y saldría la verdadera Julia que estaba oculta. Yo solo he sido el brazo ejecutor.

-¿Y entonces, lo de tener sexo conmigo fue cosa de Lola?

- Oh, no, eso fue cosa completamente mía. Desde el momento en que te vi desnuda en la piscina, supe que no podía dejar pasar la oportunidad de estar contigo. Lola no tenía idea de lo que iba a suceder. Su plan era para esa noche; ella quería que te pusieras algo sexy y te llevara a un pub para que experimentaras cómo los hombres te miran con deseo, para que fueras perdiendo el miedo a ser observada. Por eso te elegí ese primer vestido; mi intención era que te sintieras deseada. Pero al verte con él puesto, me di cuenta de que podrías atraer a alguien más, y yo quería que esa noche fueras solo para mí.

-Algún día me pondré ese vestido, porque realmente me gustó cómo me veía con él. Antes solía pensar que ese tipo de ropa era exclusivo para mujeres que buscaban sexo, que eran unas putas, y que, si una chica se viste como una puta, es que es una puta, y entonces la gente asume que eso les da derecho a hacerte lo que quieran, incluso violarte.

Pero ahora he entendido que no debería haber ninguna asociación entre cómo te vistes y cómo te tratan. Cada persona tiene el derecho de vestirse como quiera, sin que eso defina su carácter ni le condicione su valor. Usar ropa sexy no tiene nada que ver con el consentimiento o el valor de una persona. Es solo una forma de expresión personal, y estoy aprendiendo a apreciar eso sin prejuicios.

-Tienes toda la razón, Julia. La sociedad a menudo asume que las mujeres que eligen vestirse de una determinada manera están invitando al acoso, pero eso no es verdad. Cuando yo salgo de fiesta, me gusta vestirme de manera sexy, pero la ropa que me pongo, no es un cartel de, “haz conmigo lo que quieras”. Es fundamental que entendamos que cada persona tiene derecho a vestirse como quiera sin que eso implique un consentimiento implícito para el acoso o la agresión. La responsabilidad siempre recae en quienes eligen acosar o violar, no en quienes eligen su forma de vestir.

-También solía tener ideas bastante equivocadas sobre el sexo. En mi mente, el sexo siempre debía estar vinculado a una relación de pareja y al amor. No entendía la posibilidad de tener una experiencia sexual sin un compromiso emocional. Por eso, cuando Liam me besó, me asusté y decidí irme de su casa; no quería que pensara que era una persona promiscua, que se acuesta con el primero que le da un beso. Ahora me doy cuenta de que, en realidad, tenía un deseo intenso de estar con él, pero mis propios prejuicios sobre el sexo y las relaciones me impidieron disfrutar del momento. Me lamento por no haberme quedado y haberme dejado llevar por mis sentimientos.

-¿Y ya no piensas así?

-Como puedes ver, ya no es así.

-Lo he visto y, honestamente, lo he disfrutado mucho. Lola ha hecho un trabajo excelente contigo.

-Así es. Este mes ha sido revelador en muchos aspectos. Hemos profundizado en mis creencias y Lola me ha mostrado cómo estaba equivocada en muchas de ellas. También hemos hablado extensamente sobre el sexo, mis sentimientos, el amor, la amistad, Liam, mi trabajo y mis planes futuros. Cada conversación y cada experiencia me han llevado a una comprensión más profunda de mí misma y de lo que realmente quiero en la vida. Lola ha jugado un papel crucial en este proceso de cambio. Ahora siento que estoy completamente preparada para enfrentar mi nueva vida con una visión más clara y abierta.

-Me alegra escuchar eso. A mí también me gustaría verte más a menudo. Siento que puedo aprender mucho de ti y realmente disfruto tenerte como amiga. Y Lola me ha impresionado mucho; no solo es una gran profesional, sino que también es muy atractiva. Por cierto, ¿sabes si tiene pareja?

-No estoy segura, nunca le he preguntado sobre su vida personal; nuestras conversaciones siempre giran en torno a mí. ¿Por qué lo preguntas? ¿Te gusta Lola?

-Hay algo en ella, no sabría decir exactamente qué es, pero tiene algo que me atrae. Me encantaría tener la oportunidad de conocerla en persona y ver si esa impresión que tengo se confirma.

Una notificación en mi móvil me avisa de que Isabella se acaba de identificar en la puerta de entrada.

-Isabella ya ha llegado. Vamos a ir a recibirla.

Llegamos al porche justo cuando Isabella está saliendo de su auto. Gabriela se ocupa de estacionarlo en el garaje mientras nosotros nos dirigimos a darle la bienvenida.

-Hola, Isabella. Quiero presentarte a Julia

-Hola, Julia. Liam me ha hablado mucho de ti, y estaba deseando conocerte en persona. Muchas gracias por invitarme a comer. Como no sabía tus preferencias, he traído tres variedades diferentes de vino para que puedas elegir la que más te guste.

-Bienvenida, Isabella. Te agradezco mucho que hayas aceptado mi invitación, y también el gesto del vino. Aunque no tenías que traer nada, es muy amable de tu parte. Solo quería mencionarte que yo no bebo alcohol, pero agradezco el detalle.

-Pero has tenido una excelente idea, Isabella. Si no hubieras traído el vino, tendríamos que conformarnos con agua o cola, ya que Julia no tiene bebidas alcohólicas en casa. Así que tu gesto ha sido muy acertado y bienvenido.

-Mis disculpas, debería haber supuesto que a vosotras os gusta acompañar las comidas con vino. No volverá a suceder; a partir de ahora, siempre habrá vino y otras bebidas disponibles en la casa, ya que espero que vengais más a menudo. Mientras Gabriela se encarga del vino, os puedo ofrecer un café, té o un refresco.

-Con este día tan cálido, me apetecería una cerveza bien fría, pero un refresco también está perfecto, Julia.

-¿Y tú, Isabella?

-Un refresco estará bien, gracias, Julia.

Nos acomodamos en la mesa del jardín, disfrutando del ambiente al aire libre, mientras una de las chicas se encarga de servirnos las bebidas.

-Sé que Liam te ha hablado de mí, y de mi dificultad para relacionarme con la gente. Liam también me habló de ti. Por lo visto fuisteis pareja en la universidad.

-Si, pero fuimos una pareja algo especial, ya que ninguno nos guardamos fidelidad. Así que fue mejor que quedáramos como amigos. Y seguimos siendo buenos amigos. Pero Liam, desde vuestro viaje a Boston, no es el mismo. Ni cuando éramos novios, lo había visto tan enamorado de alguien.

Mira Julia, no sé si lo sabes, pero soy psicóloga. Y quiero ayudar a Liam y también te quiero ayudar a ti, pero sé que ya estás recibiendo ayuda profesional, y no sería ético por mi parte inmiscuirme sin el conocimiento y el permiso de Lola, y siempre que tu me lo permitas claro. Por eso he venido aquí, para conocerte a ti y para pedirte permiso para hablar con Lola.

También he de decirte que la Julia que me describió Liam, es muy diferente a la Julia que estoy viendo.

-Ah, eso es obra mía, aunque fue idea original de Lola. Estás viendo a la nueva Julia. Hoy es el primer día de su nueva vida.

- Me alegra mucho ver que has comenzado a cambiar para mejor. Aunque puede que mi ayuda ya no sea tan necesaria como antes, sigo interesada en tu evolución y en cómo estás manejando todo. Me gustaría hablar con Lola para discutir cómo podría continuar apoyándote, siempre y cuando estés de acuerdo con ello.

-No, no me importa en absoluto. Sin embargo, antes que nada, voy a llamarla para asegurarme de que esté de acuerdo con la idea.

-Claro Julia.

Llamo a Lola desde mi teléfono y le explico la propuesta de Isabella. Tras escucharme, Lola encuentra la idea bastante acertada y está interesada en hablar con Isabella de inmediato. Me pide que le pase el teléfono para poder conversar con ella y coordinar los detalles directamente.

-Isabella, he hablado con Lola y está de acuerdo con la propuesta. La tengo al teléfono en este momento. Si quieres, puedes hablar con ella ahora

- Perfecto, muchas gracias, Julia! Isabella se aparta de nosotras para hablar con Lola de forma más privada.

Sophie y yo aprovechamos el tiempo para charlar sobre diversos temas mientras Isabella continúa su conversación con Lola.

Cuando Isabella termina la conversación, media hora después, me devuelve el teléfono.

-Gracias, Julia. Lola desea hablar contigo ahora.

Dime, Lola.

-Julia, Isabella está realmente interesada en continuar con tu caso, así que le he dado autorización para colaborar conmigo y contigo. Me ha parecido una profesional excelente, y estamos en sintonía en cuanto al enfoque para tratar tus fobias. Pero, por supuesto, la decisión final es tuya. Te recomiendo aceptar su oferta, ya que tenerla cerca podría ser muy beneficioso para ti, especialmente para coordinar sesiones cuando yo no pueda estar disponible.

-Sí, Lola, me parece una excelente idea.

-Perfecto. Te dejo para que puedas disfrutar con tus nuevas amigas. Nos conectamos mañana.

-Claro, Lola. Hablamos esta noche.

Justo cuando termino la conversación, nos informan de que la comida está lista. Nos dirigimos a la mesa y, mientras nos sentamos, Sophie se encarga de seleccionar el vino para acompañar la comida.

-Lola y yo hemos llegado a un consenso respecto a tu diagnóstico, Julia, y también en cuanto a la metodología a seguir. Creo que has tomado una excelente decisión al confiar en una profesional como ella. Me ha informado que me enviará tu expediente por correo para que pueda seguir de cerca tu evolución. Quiero que sepas que, con el consentimiento de Lola y el tuyo, estaré disponible para asistirte en lo que necesites. Puedes contar conmigo para apoyarte en todo lo que esté a mi alcance.

-Muchas gracias, Isabella. Confío plenamente en Lola, y si ella confía en ti, yo también lo haré.

-Julia, ¿por qué no te animas a probar una copita de vino? No te hará daño.

-No, Sophie, ya sabes que no bebo alcohol.

-La Julia de antes no bebía, pero esta nueva versión debería al menos darle una oportunidad al vino.

-¿Nunca has probado el alcohol, Julia?

-Bueno, la última vez que lo hice, el día no terminó bien para mí.

-Julia, creo que sería útil que le contaras a Isabella lo que te ocurrió con Ángel, tu novio de la adolescencia. Dado que ahora va a seguir tu caso, debería conocer ese aspecto de tu historia.

-Sí, tienes razón.

Y mientras comemos, le cuento a Isabella la traición de mi novio Ángel, con mi amiga Loísa.

Recordar ese episodio tan desagradable de mi vida, siempre me altera y me pone triste. No puedo evitar que aún me duela al recordarlo.

Isabella se da cuenta de mi estado y me tranquiliza.

-Cálmate, Julia, ya ha pasado un tiempo desde aquello -me dice Isabella con voz suave y reconfortante.

-Lo sé, Isabella, pero cada vez que lo recuerdo, me invade una profunda desazón. Sophie, creo que voy a aceptar esa copa de vino después de todo.

-¡Excelente decisión, Julia! Veo que sigues abriéndote a nuevas experiencias. Este vino está realmente bueno -responde Sophie con una sonrisa alentadora.

-Creo que ese es uno de los motivos por los que aún no me he decidido sobre qué hacer con Liam. Mi miedo es que vuelvan a traicionarme como lo hicieron Ángel y Loísa. Mi novio y mi mejor amiga, juntos, traicionándome de esa manera. Liam ya tiene antecedentes de infidelidad; me confesó que fue infiel cuando eráis novios, y tú también me lo has confirmado. Con ese historial, es difícil confiar en él.

-Entiendo tu preocupación, y es válida -dice Isabella-. Desde esa perspectiva, parece que no hay razones para confiar en él. Pero te diré algo desde mi propia experiencia. Yo también le fui infiel, pero eso no ha definido cómo actúo en mis relaciones. En nuestra juventud, tanto Liam como yo teníamos muchas ganas de experimentar, y nos gustábamos más por la atracción física que por el verdadero amor. Lo que sentíamos no era el tipo de amor profundo que uno espera en una relación duradera, sino una atracción que también experimentábamos con otras personas.

-¿Nunca sentiste que eso podía afectar tu capacidad de confiar en alguien más? -pregunto, aún procesando lo que dice.

-Para nada. En mi caso, la infidelidad no me afectó porque me di cuenta de que no estaba enamorada de él. Lo mismo pasó con Liam: él se sintió culpable y me confesó su infidelidad. Aunque yo ya había sido infiel y lo había ocultado, no me sentí herida ni decepcionada. Me di cuenta de que no estaba enamorada de él y que nuestra relación era más una amistad con beneficios que un verdadero noviazgo.

-Entonces, ¿os seguís viendo para tener encuentros íntimos?

-Sí, ocasionalmente quedamos para eso, pero también hacemos cosas normales de amigos, como ir al cine o salir a bailar. Y no soy la única con la que Liam se encuentra para esos encuentros. La clave es que mantenemos una relación de amistad, sin reproches, y eso ha funcionado para nosotros.

Al pronunciar esas palabras, Isabella dirige su mirada hacia Sophie, buscando una reacción o confirmación. Sophie, sintiendo el peso de la conversación, asiente lentamente, como si estuviera reflexionando sobre lo que Isabella acaba de decir.

-Sí, también he tenido encuentros íntimos con él, y Julia ya está al tanto de eso. Liam mantiene relaciones con varias mujeres, muchas de las cuales estarían encantadas de tener algo más serio con él. Aunque no conozco a ninguna de ellas en particular, estoy segura de que no le faltan opciones. Sin embargo, Liam siempre ha defendido su soltería con firmeza. Le he aconsejado en numerosas ocasiones que busque una relación más estable y deje atrás las aventuras, pero él nunca ha hecho caso. Está convencido de que está feliz así y prefiere mantener su estilo de vida sin compromisos.

-Sin embargo, desde que te conoció, Julia, Liam ha cambiado. Ha hablado mucho de ti desde el primer día que os conocisteis. Me llama con frecuencia para pedirme consejos sobre cómo actuar contigo, cómo ofrecerte seguridad y confianza. Recuerdo una conversación en particular, el día que ibais a Boston, donde me di cuenta de que estaba profundamente enamorado de ti, aunque él no lo admitió. No quería enfrentarse a la realidad de que eso significaba renunciar a su querida soltería.

-Lola también me comentó algo similar, pero ambos evitábamos reconocerlo. Parece que ni él ni yo queríamos aceptar que estábamos enamorados.

-Pero la realidad es que estáis enamorados el uno del otro. Liam está sufriendo mucho sin saber nada de ti. Está convencido de que también estás enamorada de él. Necesita verte, decirte que te ama, y escuchar que tú también le amas. Ambos lo necesitáis.

-Sophie tiene razón y te está dando buenos consejos como amiga. Como profesional, entiendo tus temores y tus miedos de repetir el pasado. Nadie puede garantizarte que todo saldrá bien, pero hay que arriesgarse. Si te detienes ante cada miedo, nunca avanzarás. La vida está llena de riesgos, y es a través de esos riesgos que realmente vivimos. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que podría haber sido. No puedes obtener algo sin arriesgarte.

-¿Cuándo fue la última vez que recibiste un "te quiero", un abrazo, un beso o un gesto de cariño? Todo eso es esencial para nuestra felicidad y bienestar. Liam te ama, no dudes de eso. Deja que te quiera, Julia.

-Mi corazón está de acuerdo con todo lo que decís, pero cuando pienso en lo que pasó con Ángel, mi mente me dice lo contrario. ¿Y si Liam no puede dejar a sus otras “amigas”? No sé a quién hacerle caso.

-Sigue a tu corazón, Julia, porque el corazón sigue caminos que la razón no logra comprender. Escucha lo que realmente sientes. Y puedes confiar en Liam. El amor lo está cambiando.

-Reflexionaré sobre lo que me habéis dicho. Creo que tenéis razón en que debo intentarlo, porque si no lo hago, podría lamentarlo el resto de mi vida. Este vino está muy bueno. Sophie, ¿podrías servirme un poco más?

- Claro, Julia, pero te aconsejo que te moderes. No estás acostumbrada al alcohol, y no es el mejor aliado para tomar decisiones importantes.

Después de terminar la comida, continuamos conversando durante un rato. Sophie nos revela su verdadera pasión: la moda. Nos cuenta cómo, desde pequeña, siempre ha estado fascinada por el diseño y la creación de ropa.

-Me encantaría diseñar ropa femenina y establecer mi propia marca. Aunque mi verdadera pasión siempre ha sido la moda, estudié economía porque era lo que mi padre deseaba. Él esperaba que tomara las riendas de la empresa familiar algún día. Sin embargo, me doy cuenta de que no me veo a mí misma dirigiendo ese negocio.

Cuando conocimos a Liam, mi padre rápidamente vio en él al candidato ideal para heredar la empresa. Desde entonces, no dejaba de intentar que saliera con él, con la esperanza de que nos casáramos y así él tendría un sucesor adecuado para su legado. Nunca me he atrevido a contarle la verdad sobre mis verdaderos deseos y mi sueño de ser diseñadora de moda.

Ahora, más que nunca, estoy decidida a seguir mi verdadera pasión y lanzar mi propia línea de ropa. Me siento atrapada entre lo que se espera de mí y lo que realmente deseo hacer. Estoy esperando el momento adecuado para enfrentar esta verdad y seguir el camino que siempre he soñado.

-¿Qué verdad, Sophie?

-Ah, Isabella, parece que tú tampoco lo sabías. Aunque he tenido encuentros esporádicos con Liam, la verdad es que mi atracción real es hacia las mujeres. A excepción de Liam, no me siento atraída por ningún otro hombre. Mi padre no tiene ni idea de esto y sigue con la esperanza de que entre Liam y yo surja algo.

-¿No crees que deberías decírselo antes de que se entere por otra persona?

-Sí, definitivamente. Después de estos dos días con Julia, observando cómo lucha por salir de una situación en la que no se siente cómoda, me he dado cuenta de que es el momento de ser honesta con mi padre. Debo decirle la verdad sobre mi verdadera vocación y mi orientación sexual. No sé cómo lo tomará, pero cuanto antes se lo diga, mejor. Además, estoy decidida a seguir mi sueño de crear mi propia marca de moda. A través de tu experiencia, Julia, me estoy dando cuenta de que también necesito ser fiel a mí misma.

-Sophie, si alguna vez necesitas financiación o asesoramiento, mi empresa está dispuesta a ofrecerte ayuda gratuita.

-Gracias, Julia. Aprecio mucho tu oferta, pero primero necesito hablar con mi padre para aclarar la situación.

-Bueno, Julia y Sophie, me temo que debo irme. Ya se me está haciendo tarde.

-Yo también tengo que irme. Quiero hablar con mi padre esta misma tarde. Gabriela y otra chica del servicio, les traen los vehículos a Sophie y a Isabella. Esta me abraza al despedirse.

-No dejes de llamarme Julia, si no lo haces, lo haré yo. Te deseo lo mejor en tu nueva vida, porque quiero verte triunfar.

-Te llamaré Isabella, gracias por todo. Por favor no digáis nada a Liam de que habéis estado conmigo, aún no.

Sophie se acerca con una sonrisa y, sin previo aviso, me da un beso cálido y prolongado en los labios. La intensidad del beso refleja tanto la amistad profunda que compartimos como el agradecimiento mutuo.

-Ahora depende de ti, Julia. Nosotras hemos hecho todo lo que podíamos para ayudarte a ver las cosas con más claridad. Recuerda mantener siempre la cabeza en alto, mirar al frente y caminar con paso firme y decidido, sin miedo. Esa es la esencia de la nueva Julia. Pero no dejes que Liam se te escape. Y si por alguna razón se atreve a traicionarte o engañarte, te prometo que seré yo misma quien se encargue de cortarle los huevos.

-¡Ja ja ja! Gracias, chicas. De verdad, habéis sido de gran ayuda. Vuestras palabras han tenido un gran impacto en mí, y prometo tener en cuenta todo lo que me habéis dicho. Espero que podamos vernos pronto y seguir compartiendo momentos como este.

Las dos me sonríen con complicidad y siento una ola de cariño por estas nuevas amigas que han aparecido en mi vida justo cuando más lo necesitaba. Sé que no estoy sola en este camino y que, pase lo que pase con Liam, tendré a mi lado a personas que me apoyen.

Se suben a sus autos y, desde el porche, las observo alejarse por el camino hacia la verja. Como bien dice Sophie, ahora me toca a mí tomar las riendas de mi vida. Y no quiero esperar más. Decido que es hora de empezar de inmediato. Llamo a Gabriela, mi ama de llaves, y le digo que necesito hablar con ella.

Gabriela es la jefa de servicio de la residencia. De las cuatro empleadas que trabajan aquí, ella es la que tiene más responsabilidad. Contamos con una cocinera principal, dos mujeres encargadas de la limpieza, y una joven que asiste a la cocinera y se ocupa de servir la mesa. Gabriela es quien selecciona al personal cuando hay alguna vacante, asegurándose siempre de que todo el equipo funcione a la perfección. Además, es la única que vive en la residencia. Las demás, al finalizar su horario de trabajo, regresan a sus hogares con sus familias.

Gabriela, sin embargo, no tiene familia en Estados Unidos. Está ahorrando para traer a su marido desde su país de origen, y yo le he ofrecido quedarse en mi casa para que pueda reducir gastos y ahorrar más rápido. Siempre he pensado que, para vivir sola, quizás tengo demasiadas empleadas, pero todas ellas me hacen sentirme menos sola y sé que cada una de ellas necesita este trabajo.

Gabriela llega al salón con su rostro sereno y profesional, siempre dispuesta a escuchar. Me quedo mirándola un instante, pensando en lo afortunada que soy de tener personas así a mi alrededor. Es hora de hacer algunos cambios y dar los primeros pasos en mi nueva vida.

-Dime, Gabriela, ¿cómo va lo de tu marido? -le pregunto, tratando de abordar el tema con delicadeza.

-Ya tengo todo el papeleo burocrático hecho -me responde con un suspiro de resignación-, pero para que me aprueben la solicitud necesito un contrato de trabajo para él. Hasta ahora no he conseguido que nadie quiera hacerle uno.

-Justo de eso quería hablar contigo -le digo, viendo una oportunidad-. Estoy pensando en contratar a alguien que se encargue del mantenimiento de las dos residencias, es decir, de la jardinería, las reparaciones menores, y esas cosas que van surgiendo. ¿Crees que tu marido podría hacerse cargo de todo eso?

Gabriela me mira con ojos sorprendidos, y un brillo de esperanza asoma en su expresión.

-Mi marido es la persona perfecta para ese puesto, Julia, pero... es un hombre, y tú no quieres trabajar con hombres.

-Sí, lo sé -admito-, pero ya es hora de que algunas cosas cambien. Si a tu marido no le importa tener a una mujer como su jefa, yo puedo ofrecerle ese contrato de trabajo que necesita. Además, podrían instalarse en la antigua casa de invitados en el ala norte mientras arreglan las cosas y buscan una vivienda propia.

Los ojos de Gabriela se llenan de emoción. Parece no poder creer lo que está oyendo.

-¡Julia! ¿Lo dices en serio? -me pregunta, incrédula pero con una sonrisa empezando a dibujarse en su rostro.

-Claro que sí, Gabriela. Mañana mismo les diré a mis abogados que te llamen y les des los datos para que preparen el contrato y puedas presentarlo lo antes posible -respondo con convicción.

-¡Gracias, Julia, muchas gracias! -exclama Gabriela, visiblemente emocionada-. No sabes lo que esto significa para nosotros.

-Lo sé, Gabriela, y me alegra poder ayudar. Es hora de hacer algunos cambios por aquí.

Gabriela asiente, aún emocionada, y se retira con un brillo en los ojos. Me quedo pensativa, sintiendo que este es solo el primer paso de muchos que quiero dar en mi nueva vida.

A las 11 en punto, me preparo para mi sesión habitual con Lola. Me siento frente al escritorio, ajusto la iluminación para verme bien en la cámara, y tomo aire antes de iniciar la llamada. Al conectarnos, me recibe con su habitual sonrisa cálida, que me da la confianza necesaria para hablar con franqueza.

Le cuento detalladamente cómo ha sido mi fin de semana con Sophie, la conversación que tuvimos con Isabella, y todas las emociones que surgieron a lo largo del día. Le hablo de las revelaciones inesperadas, de las risas y de los momentos más tensos, como cuando abrí mi corazón sobre mi pasado con Ángel. Lola escucha con atención, asintiendo en silencio y haciendo pequeñas anotaciones.

-Me alegra escuchar que estás abriendo tu mundo a nuevas experiencias y personas -comenta finalmente-. Veo mucho progreso en ti, Julia.

Después de un breve silencio, Lola añade con seriedad:

-Y dime, Julia, ¿qué has decidido hacer respecto a Liam? -pregunta Lola con una voz que refleja tanto curiosidad como expectativa.

Respiro hondo antes de responder, tomando un momento para ordenar mis pensamientos.

-Voy a seguir vuestro consejo -respondo con firmeza-. Las tres me habéis dicho lo mismo: que debo dejar atrás mis miedos y darle una oportunidad al amor. Y por primera vez, siento que todo será diferente. Mi corazón me da una certeza que antes no tenía, una confianza que me estaba faltando. Algo ha cambiado en mí.

Antes tenía una forma rígida y estructurada de ver el mundo. Todo lo analizaba desde un prisma de incertidumbre y desconfianza, como si siempre esperara que algo saliera mal. Pero ahora, algo ha cambiado en mi interior, como si hubiera dado la vuelta a todo lo que creía saber. Es como si el mundo se hubiera vuelto del revés y, desde esta nueva perspectiva, todo se ve mucho más claro y comprensible. De repente, las piezas del rompecabezas de mi vida parecen encajar solas, sin necesidad de forzarlas. Siento que, por fin, el universo ha decidido ponerse de mi lado, alineando los astros para darme una oportunidad de encontrar la paz.

Soy consciente de que existe la posibilidad de equivocarme, de que las cosas no salgan como espero. Sé que puedo volver a perder y caer, pero hay algo en el aire, algo que late en lo más profundo de mi ser, que me susurra que esta vez es diferente. Es como si la vida me estuviera diciendo suavemente que es mi turno de ser feliz, de sentirme en paz conmigo misma. Y no puedo dejar pasar esta oportunidad; sería como dejar ir la promesa de algo hermoso.

Con esta nueva sensación floreciendo en mi corazón, puedo sentir cómo la tristeza y las penas que he cargado durante tanto tiempo comienzan a desvanecerse. Y mientras las veo marcharse, no siento amargura, sino una dulce liberación. Las despido con una sonrisa sincera, con la esperanza de no volver a encontrarlas jamás en mi camino. Es un adiós y un nuevo comienzo.

Todo parece ponerse en su lugar, como si el universo conspirara a mi favor para ofrecerme un nuevo destino. Y me encuentro pensando que cuando una puerta se cierra, no solo otra se abre, sino que se abre un camino más amplio, iluminado y fácil de transitar que cualquier otro que haya conocido antes. Pero esta vez, no es solo una puerta: es un gran ventanal, fuerte y sólido, con vistas despejadas al vasto mar, que se abre hacia un horizonte prometedor. Es un futuro repleto de posibilidades, esperando a ser explorado. Y, por primera vez, me siento preparada para atravesarlo con confianza y esperanza.

-Es una elección muy sabia, Julia. Has dado un gran paso al decidir seguir adelante con esto. Ahora es momento de relajarse y descansar; necesitas recuperar energías. Mañana nos pondremos manos a la obra para planear tu reencuentro con Liam. Hay mucho por hacer y queremos que sea un momento especial, sin presiones, donde puedas sentirte cómoda y segura. Será el inicio de una nueva etapa y, para eso, necesitamos preparar cada detalle con calma y claridad.

.

Esta noche me voy a la cama con una sensación de alivio y renovación, como si hubiera cerrado un capítulo importante de mi vida y estuviera a punto de abrir uno completamente nuevo. Siento que estoy lista para enfrentarme a este nuevo ciclo con una ilusión renovada y una esperanza firme en un futuro diferente. Es el momento de dejar atrás todo lo que me ha retenido, todo lo que no me hacía feliz, y comenzar a abrazar los nuevos retos personales que me esperan.

Ahora es mi turno de darme el espacio que merezco para sentirme bien, para cuidar de mí misma y de mis deseos. Con esta nueva perspectiva, mi corazón está más abierto que nunca para recibir a Liam en mi vida de una manera sincera y auténtica. Estoy dispuesta a arriesgarme, a vivir plenamente y a dejar que el amor, la confianza y el cambio se conviertan en los nuevos pilares de esta etapa. Es un futuro repleto de posibilidades, esperando a ser explorado. Y, por primera vez, me siento preparada para atravesarlo con confianza y esperanza.



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La historia de Julia, continúa en:

Capítulo 13: Bésame tonto.

Liam, descontento con su carrera y afectado por la ausencia de Julia, busca nuevas oportunidades. Aunque Sophie le sugiere que tenga paciencia, Liam está decidido a abandonar la empresa y olvidarse de Julia.

Julia y Sophie desayunando.jpegJulia y Sophie 1.jpegJulia y Sophie 2.jpegJulia y Sophie.jpegPuede ser.jpeg
 
Voy a ver antes una peli romántica que termine bien para al menos irme a dormir contento y luego veré el martirio que me van a proporcionar estás dos, hasta que la señorita deje de marear la perdiz y vaya con su amor.
 
Voy a ver antes una peli romántica que termine bien para al menos irme a dormir contento y luego veré el martirio que me van a proporcionar estás dos, hasta que la señorita deje de marear la perdiz y vaya con su amor.

Si te saltas la escena de sexo en la playa, lo demás te gustará, creo.

Que coño, no te saltes nada, leetelo todo y sufre un poquito mientras ellas lo gozan. 😂
 
Primero voy a ver nightlife, una peli alemana con un poco de todo, romanticismo, líos con la mafia, persecuciones y todas esas cosas.
Y luego lo leeré seguro, aunque se que en el principio me cabreare con su deslealtad con Liam, pero supongo que al final se acordarán del pobre Liam al que tienen olvidado.
Yo soy el y me largo bien lejos y que les den a las 2.
 
Pero no dejes que Liam se te escape. Y si por alguna razón se atreve a traicionarte o engañarte, te prometo que seré yo misma quien se encargue de cortarle los huevos.

Madre mía. Hay que ser cínica para decir esto. Y que es lo que están haciendo las 2 si no traicionar a Liam?
Como bien adelantas en el próximo capítulo, la verdad es que Liam se debe ir bien lejos.
Para ahogar las penas, que se venga a Sevilla conmigo y nos pegamos una juerga en la Alameda, que por allí hay buen material y se olvida de la traición de la falsa y la víbora.
Aunque por el título del capítulo, me da que será la propia Julia la que irá a por el y empezará, por fin, la historia de amor, aunque creo que Julia no se merece a Liam.
PD: Voy a terminar de ver la peli, que aquí si hay amor sincero sin tradiciones con su mejor amiga.
 
Puede que el método sea poco ortodoxo, pero la intención de Sophie es abrir la mente y el cuerpo de Julia a nuevas experiencias. El objetivo es que Julia se decida a darle una oportunidad a Liam.
Si, de acuerdo... La rubia juguetona se ha dado el gustazo de repasar a gusto a la empresaria, pero las dos lo han pasado bien.
Liam y Julia llegarán al amor, en gran parte gracias a Sophie... Es eso una traición?. Y más cuando no hay relación ni compromiso alguno.
Amigo Carlos:
No preguntes si a nosotros nos gustaría que en la vida real, tal o cual... Ésto es un relato erótico, aquí las normas son otras.
 
Puede que el método sea poco ortodoxo, pero la intención de Sophie es abrir la mente y el cuerpo de Julia a nuevas experiencias. El objetivo es que Julia se decida a darle una oportunidad a Liam.
Si, de acuerdo... La rubia juguetona se ha dado el gustazo de repasar a gusto a la empresaria, pero las dos lo han pasado bien.
Liam y Julia llegarán al amor, en gran parte gracias a Sophie... Es eso una traición?. Y más cuando no hay relación ni compromiso alguno.
Amigo Carlos:
No preguntes si a nosotros nos gustaría que en la vida real, tal o cual... Ésto es un relato erótico, aquí las normas son otras.
Pues iba a volver a preguntarlo 🤣🤣🤣
 
A mí lo que me molesta es que yo quería que su primera experiencia fuera con Liam.
Además, que queréis que os diga, una vez que empiecen la relación yo no pongo la mano en el fuego porque estás 2 vuelvan a hacer algo a sus espaldas, aunque creo que eso ya no va a volver a pasar.
Lo que si parece es que Sophie está interesada en Lola y quizás nazca una historia de amor ahí.
Por otra parte, según el avance del próximo capítulo, Liam se quiere ir de la empresa y alejarse de ellas, así que ya puede correr Julia para evitarlo. Es lo que tiene que mientras la señorita se lo pasa en grande con la gran amiga de Liam. Sophie ( para tener amigas así no hace falta tener enemigos), el está sufriendo en solitario y viendo que el cree que no quiere saber nada de él, pues Liam está decidido a irse.
Supongo que Julia lo evitará y se declararán su amor.
 
Yo creo que subestimaron a Liam, y tomaron sus propias acciones sin tomarlo en cuenta.

Liam se enamoró de Julia por como era, y ahora le están dando otra. Quizás hubiera sido una experiencia para recordar todas sus vidas, si tomaban ese camino de descubrimiento juntos.

Me hace recordar cuando le compré el anillo de compromiso a mi ahora esposa. Su entonces mejor amiga escogió su anillo e hizo comprarle ese a su novio, y nos convenció a hacer lo mismo. En ese momento lo tomé como algo sin mucha relevancia, pero después sentí que nos perdimos de algo muy importante, de descubrir ese camino juntos, sin tenerlo ya preparado.

En fin, es mi apreciación.
 
Pues según el avance del próximo capítulo, Liam está decidido a irse, demostrando que tiene carácter y personalidad, así que ya puede correr Julia, antes de perderlo para siempre.
De todas formas, creo que va a llegar a tiempo.
 
Os advertí que debíais tener la mente abierta para leer estos capítulos, y os vuelvo a aconsejar que la mantengáis así, porque Sophie tiene una forma muy particular y única de expresar su afecto, y a veces puede ser desconcertante. La historia de Julia es mucho más profunda y compleja de lo que parece a simple vista, va más allá de la simple historia de amor que se presenta en la primera parte. No os quedéis solo en las escenas de sexo, ya que hay matices, emociones y experiencias que van más allá.

Carlos, no se trata de ser el primero en la vida de alguien; lo que realmente importa es ser el último, aquel que permanece.
 
Os advertí que debíais tener la mente abierta para leer estos capítulos, y os vuelvo a aconsejar que la mantengáis así, porque Sophie tiene una forma muy particular y única de expresar su afecto, y a veces puede ser desconcertante. La historia de Julia es mucho más profunda y compleja de lo que parece a simple vista, va más allá de la simple historia de amor que se presenta en la primera parte. No os quedéis solo en las escenas de sexo, ya que hay matices, emociones y experiencias que van más allá.

Carlos, no se trata de ser el primero en la vida de alguien; lo que realmente importa es ser el último, aquel que permanece.
Mientras respete la relación sentimental que se va a producir entre Liam y Julia, que haga lo que quiera.
 
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