El Talismán

EL TALISMÁN. SEGUNDA PARTE. BALADA TRISTE DE TROMPETA.


Capítulo 27: El mago de Oz.

Long Island.

Abril 2011.

Julia.


Mientras aprovechamos la pausa para comer, tanto Liam como “las chicas” demuestran su preocupación por mi estado emocional. A pesar de que no les permití interrumpirme mientras narraba mi historia. Ahora parecen querer expresar la preocupación que tenían pero que callaron en ese momento. Me doy cuenta por sus gestos de cuanto se preocupan por mi y por cuanto he pasado. Sus acciones reflejan su empatía y deseo de brindarme apoyo. Aprecio profundamente su consideración y su voluntad de estar ahí para mí. Después de un momento de reflexión decido compartir mis sentimientos actuales con ellos.

-Resulta complicado para mi compartir todos estos detalles. El fallecimiento de mis padres representó el golpe más doloroso que recibí, y aún no he logrado superarlo por completo. Al traer esos recuerdos a la superficie, después de haberlos mantenido ocultos en lo más profundo de mi durante tantos años, he experimentado el mismo dolor que sentí aquellos días, lo cual me ha dejado paralizada emocionalmente. Sin embargo, ahora tengo la fortuna de teneros a vosotras a mi lado, así como a Liam. Ahora cuento con personas que me quieren, y me brindan consuelo y alivio. Algo que en aquel momento habría necesitado y que lamentablemente no tuve.

-Comprendo lo difícil que debe ser revivir esos recuerdos dolorosos y compartirlos con nosotras. Abrirte de esta manera es un acto valiente y demuestra cuanto confías en nosotras. Es completamente natural sentirte abrumada al hablar sobre experiencias tan dolorosas como la pérdida de tus padres. No hay un camino fácil para superar esas emociones y es normal sentirte bloqueada en este momento. Es importante recordar que el proceso de sanar y superar el dolor lleva tiempo. Al compartir tus sentimientos con nosotras, estás dando un paso importante hacia adelante. Tener a personas que te cuidan, te apoyan y te reconfortan, como Liam y nosotras, pueden marcar una gran diferencia en tu proceso de sanación. Aunque no podemos cambiar el pasado estamos aquí a tu lado en el presente, y ayudarte a enfrentar lo que sea necesario. Recuerda que es normal sentirte vulnerable al hablar de tus emociones y está bien pedir el apoyo que necesitas. Continuaremos aquí para escucharte y apoyarte.

Las palabras de Isabella me provocan que derrame algunas lágrimas, al mismo tiempo que Liam me rodea con un abrazo que brinda el consuelo y el apoyo que anhelo profundamente.

-Esta situación me recuerda lo afortunada que soy de teneros a mi lado en este momento. Vuestra presencia y apoyo significan mucho para mí, y me están ayudando a sobrellevar esta carga emocional que he llevado durante tanto tiempo. Saber que tengo a alguien como Liam, quien me acompaña de manera incondicional, así como a vosotras que, junto con Lola, me ofrecéis comprensión y consuelo, es un regalo que valoro profundamente. Es reconfortante saber que, a diferencia del pasado ahora tengo un círculo de personas que se preocupan por mi bienestar. Vuestra amistad y apoyo están ayudando a llenar un vacío que existía en mi pasado. Aunque no podemos cambiar el pasado, puedo encontrar consuelo en saber que estoy rodeada de amor y empatía en el presente.

-¿Deseas continuar Julia? o prefieres tomar un descanso y terminar de recuperarte.

-Sí, deseo continuar. En realidad, no falta mucho y el dolor ya no es tan agudo. Puedo continuar sin dificultades.

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Zaragoza

1998-2000.

Julia.


Unos días después, recibí una llamada de Isabel informándome de que oficialmente me había convertido en heredera de mis padres. Esto significaba que ahora tenían acceso a los fondos de la cuenta corriente y podían solicitar el cobro tanto de las pólizas como de la indemnización.

Mientras tanto, yo me había estado preparando. Cada mañana, después de desayunar, dedicaba una hora a hacer ejercicio por la urbanización. Tras todo lo que había ocurrido desde mi cumpleaños, casi no había comido y había perdido mucho peso. Sin embargo, siempre había tenido una predisposición a engordar por lo que decidí que de ahora en adelante estaría más pendiente de mi peso, ya que no deseaba volver a ser “la Cerdita”. Mi objetivo era evitar llamar la atención por ser gorda. Por lo que el ejercicio diario y una dieta equilibrada, se convirtieron en mis aliados, para conseguir mantenerme en el peso ideal.

Me compré un scooter y conseguí una plaza en un centro de Bachillerato de alto nivel. Al principio tuvieron ciertas reticencias debido a que el curso ya estaba avanzado. Sin embargo, superé las expectativas al realizar una prueba de nivel que demostró mi habilidad y compromiso para ponerme al día rápidamente si me esforzaba. Las clases en este centro eran pequeñas con un máximo de 15 alumnos, lo que permitía un mejor aprovechamiento del tiempo de estudio.

Después de mis rutinas de ejercicios matutinos, asistía a las clases, y por la tarde trabajaba en perfeccionar mi inglés con una profesora particular. Incluso después de la cena continuaba estudiando repasando lo aprendido durante el día hasta que el cansancio me vencía y me quedaba dormida. Logré aprobar todas las asignaturas de primer año con las notas más altas del centro, a pesar de haberme unido a mitad de curso.

A punto de cumplir los 17 años, Pilar y Luis se ofrecieron a organizar una fiesta y hasta consideraron invitar a mis compañeras de clase. Sin embargo, yo no había establecido amistades cercanas. Desde el primer día dejé en claro que no tenía intenciones de formar lazos con nadie y prefería mantenerme solitaria. Fui lo suficientemente arisca y desagradable para que mi mensaje fuera comprendido y nunca más nadie intentó acercarse a mí. Agradecí a Pilar y a Luis por ese amable gesto, aunque en ese momento no me sentía animada para celebrar ninguna fiesta. Ya había decidido que nunca más iba a celebrar mi cumpleaños. Lo que hubiera podido ser una celebración familiar llena de alegría y sorpresas, para mí era volver a revivir todo lo que me pasó un año atrás. Nunca más celebraría mi cumpleaños.

A medida que se acercaba mi cumpleaños, mi estado emocional empeoraba, y una sensación de tristeza se apoderaba de mí, sin poder deshacerme de ella. El día de mi cumpleaños, le pedí a Pilar que preparara un bocadillo para mí, ya que no volvería hasta la cena. Tomé la moto y me dirigí hasta el cementerio donde planeaba pasar el día con mis padres. Aunque ya no estaban físicamente, los contaba todo lo que me sucedía como si estuvieran presentes. Les hablaba de Pilar y de Luis y de lo bien que me estaban cuidando, así como de mis aspiraciones de estudiar eh Harvard. Sentía que me escuchaban atentamente.

Mientras devoraba el bocadillo que Pilar había preparado mi mirada se posaba en un símbolo que los de la funeraria habían grabado en la lápida además de mi dedicatoria. No le había prestado atención hasta ese momento, pero enseguida interpreté su significado. Era una M y una J entrelazadas por el ampersand, que a su vez formaba parte tanto de la M como de la J. M&J. En ese instante una idea se forjó en mi mente. Sentada ahí, rodeada por el silencio del cementerio y el recuerdo de mis seres queridos, tome la decisión de fundir las alianzas que llevaba colgadas en una cadena de oro, y transformarlas en ese mismo símbolo. Sería una forma de tenerlos siempre cerca de mi corazón, como una especie de talismán que me recordara su presencia y su amor. La idea me pareció reconfortante, como si hubiera encontrado una manera de llevar su legado de una forma tangible y significativa. En ese momento, sentí una conexión más profunda con mis padres, como si estuvieran de acuerdo con mi elección desde algún lugar más allá del tiempo y el espacio.

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-Un momento Julia, ¿nos estás diciendo que el logotipo de tu empresa, el mismo que llevas siempre contigo, en realidad representa a tus padres?

-Claro Sophie, se trata de mis padres, Manuel y Julia. Antes de dejar España opté por fusionar sus alianzas y crear este colgante con el diseño original que se encuentra en su lápida. De esta manera siempre los tendría cerca de mi corazón. Cuando creé mi empresa decidí usarlo como logotipo para que me diera suerte. Antes de regresar a casa esa tarde, decidí pasar por una joyería para hacer mi encargo. Les mostré el símbolo utilizando una foto que había tomado de la lápida de mis padres. A los pocos días recibí la noticia que el trabajo estaba terminado y que podía ir y recogerlo. Desde entonces lo he llevado siempre conmigo, como un recordatorio tangible de su presencia y amor en mi vida.

Esta pequeña pieza de joyería se convirtió en un tesoro incalculable para mí. Cada vez que lo veo, lo toco por su superficie y siento su forma, me llena de una sensación reconfortante muy cercana a mis padres. Es como si llevara un pedacito de ellos conmigo a cada paso que doy. Desde aquel día en el cementerio y la decisión que tomé, el colgante se ha convertido en un faro de fuerza y consuelo en mi vida. No importa a lo que me enfrente, siempre sé que tengo su apoyo en espíritu a mi lado. Su memoria me impulsa a seguir adelante y a hacer frente a cada desafío con determinación y coraje. A medida que el tiempo avanza, el símbolo se ha convertido en parte de m identidad en un recordatorio constante de mi historia y lo que significan para mí. No solo es una pieza de joyería, si no un lazo que une mi pasado y mi presente y me recuerda que siempre llevo conmigo el amor de mis padres.

-Vaya Julia, esa es una historia muy emotiva y significativa. Fusionar las alianzas de tus padres y convertirlas en el logotipo de tu empresa es un hermoso tributo y una manera de mantenerlos cerca. Es un recordatorio constante, de su amor y tu compromiso hacia tus objetivos. Tu logo tiene una historia poderosa detrás y seguro que les habría llenado de orgullo a tus padres.

-Pero es más que un simple símbolo o un logotipo, es un auténtico talismán. Cuando lo sostengo en mi mano, siento la presencia de mis padres, como si su energía fluyera a través de mí. Ellos me aconsejan y guían en silencio. A lo largo de los años, cuando me enfrentaba a momentos difíciles o me faltaba la determinación para continuar, el colgante me brindaba la fuerza que necesitaba para seguir adelante. Mis padres eran quienes me impulsaban hacia mi objetivo. Este talismán ha sido mi fuente de energía y fortaleza. Y eso no es todo, en momentos de indecisión, simplemente con tocar el colgante, era como encender una luz en mi mente, y enseguida tenía claridad sobre que camino seguir. Cuando Lola me propuso trabajar fuera de mi despacho, valorando entre diversas opciones, fue el colgante quien dirigió mi elección hacia vuestra empresa, Sophie. Ahora entiendo por qué. Fue allí donde os conocí a ti, Sophie y a Liam. Mis padres me llevaron hacia ese camino. No fue casualidad, ellos os eligieron. Y sin duda no se equivocaron.

-Julia, me sorprende un poco ya que recuerdo que no dabas mucha importancia a las supersticiones.

-Mi compromiso con el colgante y lo que representa, se ha vuelto parte integral de mi vida. No importa si es considerado una superstición o no Liam, lo que cuenta es la fuerza y la conexión que siento cuando lo tengo cerca. Mis padres siempre fueron una guía para mi y a través de este colgante, de este talismán, siento que su influencia perdura y me impulsa a seguir adelante.

-Es curioso lo que mencionas, Julia. En mi experiencia, he escuchado a pacientes hablar sobre talismanes que le brindan suerte. Aunque soy escéptica en cuanto a esas creencias, no descarto la posibilidad, de que haya algo de verdad en esas historias.

-Entendido Julia. Ahora ya tenemos claro el significado de M&J. Algo que siempre ha sido un misterio para nosotros. Pero te hemos interrumpido. Si deseas continuar, por favor sigue adelante.

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En el siguiente curso, se me presentaba el reto de combinar el segundo año de bachillerato con la preparación para ingresar en Harvard. Obtener admisión en Harvard, no es sencillo ya que no solo depende de los resultados que obtengas en las pruebas. Afortunadamente todo el proceso se puede realizar a través de su sitio web. Una vez te has registrado como usuario, se debe completar la solicitud, que incluye una serie de preguntas relacionadas con tu historial académico, actividades extracurriculares, personalidad e intereses particulares. Una vez que el registro está confirmado se abre la oportunidad de presentar el expediente académico y las cartas de recomendación de profesores. Además, se debe abonar la tasa de inscripción correspondiente. Esta etapa de preparación, para entrar en Harvard era algo más que simplemente que rellenar un formulario. Cada pregunta y respuesta, era una oportunidad para mostrar quien era yo y a lo que aspiraba lograr. Cada detalle de mi trayectoria académica y cada experiencia extracurricular, que había elegido eran piezas importantes del rompecabezas que formaban mi perfil como solicitante.

A medida que completaba la solicitud, reflexionaba sobre mi recorrido hasta ese momento. Recordaba mis logros, mis desafíos ya superados y las pasiones que me había guiado. No solo estaba postulando para una universidad, estaba compartiendo mi historia y mis sueños con el comité de admisiones. Cada palabra y elección era una manera de presentarme ante ellos de la forma más autentica posible. A pesar de que el proceso era exigente y requería tiempo, cada minuto invertido se sentía como un paso hacia mi objetivo. Cada respuesta era cuidadosamente redactada, cada pequeño detalle que añadía a mi perfil, me acercaba un poco más a la posibilidad de estudiar en una institución tan prestigiosa como Harvard. Sabía que la competencia era feroz, pero estaba dispuesta a esforzarme al máximo para alcanzar mi meta.

Adicionalmente, se realizan entrevistas personales, las cuales también pueden llevarse a cabo en línea, y otras pruebas diseñadas para evaluar el nivel de inglés. Todos estos preparativos, ocupaban cada hora de mi día, pero mi motivación era tan grande, que no me importaba. A pesar de dormir poco, no sentía cansancio alguno. Mi determinación y entusiasmo, superaban cualquier obstáculo. Después de finalizar el bachillerato y haber cumplido con todos los requisitos, incluidas las pruebas de admisión para Harvard, solo quedaba esperar la respuesta. Y la respuesta llegó a través del correo electrónico, precisamente en el día de mi 18 cumpleaños, un regalo que superaba todas mis expectativas. Había sido admitida. Me acababa de convertir en una estudiante de Harvard.

Los días siguientes se convirtieron en un torbellino de actividades, mientras me organizaba pidiendo permisos, tramitando la visa estudiantil, el pasaporte y buscando alojamiento. Finalmente llegó el día que había estado esperando. La víspera de mi partida, visité el cementerio para despedirme de mis padres. En esta ocasión, Pilar me acompañó al cementerio y como la vez anterior esperó por mi en el aparcamiento. Sin embargo, esta vez no derramé lágrimas. La tristeza todavía estaba presente, un sentimiento que se había instalado en mí, de manera permanente, pero no lloré. Llevé conmigo un paño para limpiar la lápida y un ramo de flores. Algunos días antes, le había solicitado a los que montaron la lápida, que añadieran una nueva inscripción. Julia Gracia Moreno, con la fecha de mi partida, porque en ese día, dejaba de existir en España, para renacer en Estados Unidos. La Julia que alguna vez fui, no se asemejaría en nada a la que estaba por convertirme. Acompañando esta inscripción, había publicado una esquela mortuoria en la prensa local. En Villalba se daría por sentado que había fallecido, y ese era precisamente mi propósito. Quería estar muerta para todo el mundo.

Dado que desde Zaragoza no hay vuelos a Estados Unidos, tuve que viajar a Madrid para partir. Desde el incidente en el autobús, no me sentía cómoda viajando en transporte público, y Luis amablemente se ofreció a llevarme hasta el aeropuerto de Madrid. Pilar también nos acompañó. Nos despedimos antes de pasar el control. Cuando nos abrazamos no pude evitar emocionarme y derramar algunas lágrimas. Aunque nuestra convivencia había sido breve, ya que me dediqué principalmente a estudiar, había llegado a apreciarlos mucho y sentía que me habían brindado un hogar. Me preguntaba cuántos jóvenes en circunstancias similares a las mías habrían sido acogidos por ellos. Al no tener hijos propios, habían decidido ayudar a aquellos menores huérfanos. Conmigo habían hecho un trabajo excepcional. Siempre los llevaré en mi corazón. Sin embargo, esos abrazos y esas muestras de cariño, serían los últimos que experimentaría durante muchos años.

Viajé en vip, porque me hubiera sido imposible compartir asiento con otras personas en clase turista, y aun así me tomé un tranquilizante, que me hizo hacer el viaje semidormida. La Universidad de Harvard, ofrece apartamentos para compartir con estudiantes originarios de otros países y otras etnias. Pero yo no estaba interesada en compartir mi vida con nadie y conseguí un apartamento para mi sola, y como podía pagármelo, decidí contratar una asistenta para que me hiciera la limpieza y la comida. Tenía que dedicar todo mi tiempo a estudiar y no podía perderlo con esas nimiedades. Después de algunas entrevistas, contraté a Gabriela, quien con el tiempo se convirtió en alguien de confianza, que me cuida y atiende mis necesidades de forma muy eficaz.

A pesar de tener claros mis objetivos, y como alcanzarlos, era crucial pasar desapercibida por los demás. No podía permitirme ser el centro de atención no deseada en la universidad, por lo que debía evitar ganar ni un gramo de peso adicional. Tampoco quería destacar como una chica atractiva. Sabía que mi cuerpo había cambiado y necesitaba evitar mostrar cualquier rasgo que pudiera atraer la mirada de los demás, especialmente de los hombres. Tenía que volverme invisible. Elegí usar ropa que ocultara cualquier característica que pudiera resultar llamativa o sugerente. Renuncié a usar vestidos, faldas, maquillaje, peinados elaborados, tacones, joyas. A pesar de haberme sometido a una cirugía ocular, seguía usando gafas sin graduar, las menos favorecedoras que pude encontrar. Con todas estas precauciones, logré envolverme en una capa de invisibilidad. Estaba segura que los chicos dirigirían sus miradas hacia otras chicas más atractivas y seductoras. Tampoco me uní a ninguna hermandad o fraternidad, a pesar de los intentos iniciales para atraerme. Después de varias negativas, dejaron de insistir y pude centrarme en lo que realmente me importaba. De esta manera empezó mi vida universitaria en Harvard. El resto de la historia, más o menos, ya la conocéis.

Durante mi tiempo en Harvard, vivía enfocada en mis estudios y metas académicas. Mi capa de invisibilidad me permitió pasar desapercibida entre la multitud y evitar cualquier atención no deseada. Evitaba las actividades sociales y me concentraba en mis clases y proyectos. A pesar de la exigencia académica, sentía que estaba en mi elemento, rodeada de conocimiento y oportunidades. Con el tiempo, logré cumplir mi sueño y graduarme con honores eh Harvard y obtener mi título. Fue un logro que me llenó de orgullo y satisfacción.

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-Uf, cariño, entiendo que tu historia es realmente dura, y lamento mucho todo lo que has pasado. Reconozco que incluso yo me siento afectado. Comparto tu sufrimiento tanto como si fuera propio. Sin embargo, quiero que sepas que ahora estás rodeada de personas que te aman, me tienes a mí, a Sophie y a Isabella, y siempre estaremos contigo. Los días de sufrimiento han llegado a su fin. Mi propósito es asegurarme que encuentres felicidad en cada uno de tus días y que puedas dejar atrás ese doloroso pasado. Este es el compromiso que hago contigo en este mismo momento. Te amo profundamente y no permitiré que vuelvas a ser lastimada.

-Aprecio profundamente tus palabras y el amor que compartes. Es reconfortante sentir tu empatía y comprensión. Tu disposición para compartir mi sufrimiento y estar a mi lado, significan mucho para mí. Sé que tengo a personas increíbles, como tú, Sophie e Isabella en mi vida y eso me brinda una fortaleza muy valiosa. Tu compromiso de cuidarme y hacerme feliz es un regalo precioso que no puedo expresar con palabras. Es un consuelo saber que tengo a alguien tan amoroso y dedicado a mi lado. Tu amor es un faro de esperanza y estoy agradecida por tenerte a mi lado. Te amo profundamente y valoro cada día que compartimos juntos.

-Julia, ahora que conocemos tu historia, ¿Qué planeas hacer a partir de aquí? Antes mencionaste la idea de buscar venganza. ¿Podrías explicarnos en qué consiste ese plan?

-A lo largo de estos años, mi único propósito ha sido vengarme de aquellos que nos causaron daño. No obstante, estas personas tienen una gran influencia y llegando incluso a tener controlados jueces, médicos, la policía y hasta en el mismo clero. Comprendí que, para enfrentarme a individuos tan poderosos, necesitaba igualar o superar su poder y eso implicaba tener más dinero que ellos. Fue cuando aparecí en la lista Forbes, como una de las 10 mujeres más ricas de EE.UU., cuando sentí que había alcanzado el nivel de poder necesario para llevar a cabo la venganza que había esperado durante tantos años. Así que regresé a España con una determinación renovada. Curiosamente, mi plan me lo había inspirado mosén Senante, y consistía en adquirir la empresa de calzado y posteriormente cerrarla. En un lapso de tiempo sobre cuatro o cinco años, al no tener trabajo habría una emigración masiva hacia otros lugares con más posibilidades. Con el tiempo, el pueblo quedaría habitado mayormente por personas mayores. A medida que la gente abandonara el pueblo o falleciera, tenía en mente comprar las casas desocupadas y demolerlas.

En tan solo unos pocos años, Villalba del Conde no sería más que un conjunto de ruinas, reducido a escombros que el viento arrastraría con indiferencia. Para entonces, cuando el nombre del pueblo hubiera sido borrado de todos los mapas y su memoria se desvaneciera como el eco de una historia olvidada, sabría que mi venganza se habría consumado por completo. Sería en ese preciso instante, cuando no quedara nada de lo que una vez fue, que sentiría la satisfacción de haber cumplido mi propósito. Solo entonces, al haber destruido todo lo que simbolizaba el dolor y la injusticia que me arrebató a mis padres, me sentiría finalmente en paz, lista para reunirme con ellos en el lugar donde el sufrimiento ya no existe, y donde los ecos de la destrucción no podrían alcanzarnos jamás.

-Sin embargo, no seguiste adelante con ese plan. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión?

-A pesar de tener todos los recursos a mi disposición, me di cuenta de que había algo esencial que me faltaba: valor.

-¿Valor? -repite, intrigado Liam, esperando una explicación más profunda.

- Durante años, viví en un aislamiento social que yo misma había creado. Me encerré en una burbuja de soledad que me protegía del mundo exterior, pero que al mismo tiempo me despojaba lentamente de habilidades esenciales que se consideran parte natural de la vida, como el simple acto de relacionarme con los demás sin sentir un nudo de terror en el estómago. Llegó un punto en el que el solo hecho de enfrentarme a otras personas me paralizaba de miedo, convirtiéndome en una prisionera de mi propio pánico. Esa incapacidad de conectar me limitaba en todos los aspectos, especialmente en uno que se volvió crucial: la fábrica.

Sabía que, para poder quitarles la fábrica, tendría que enfrentarme a algo que me asustaba tanto como el rechazo: Los Villalba. No podía estar segura de que aceptarían venderme la fábrica, y la posibilidad de tener que hacer una oferta irrefutable me llenaba de angustia. No solo temía que me rechazaran, sino que también me aterraba la idea de que, incluso si aceptaban, tal vez no estaría preparada para lo que venía después.

Sin embargo, no llegué a ese punto crítico. Antes de enfrentarme al desafío de hacer una oferta o de ponerme cara a cara con mis enemigos, algo cambió. A veces, no es la batalla externa la que marca el fin de una etapa, sino la interna. Enfrenté mi miedo de manera silenciosa y solitaria, y aunque no tuve que hacer esa oferta temida, el camino hacia la confrontación me reveló algo más profundo: mi propio proceso de recuperación y lucha no estaba en la fábrica, sino en mí misma.

-¿Qué ocurrió entonces? -pregunta con el rostro entre líneas de curiosidad.

-Cuando por fin sentí que había llegado el momento adecuado, decidí tomar un jet privado rumbo a Madrid. La simple idea de viajar en un vuelo comercial, rodeada de extraños, era impensable debido a mi ansiedad. Necesitaba control total sobre mi entorno, al menos en ese aspecto. Al aterrizar en la capital, alquilé un coche y me dirigí a un hotel cercano al aeropuerto. Sabía que necesitaba tiempo para descansar, para adaptarme al desfase horario, y, sobre todo, para ordenar mis pensamientos. Todo parecía bajo control. Cada paso estaba planeado minuciosamente, como si con eso pudiera acallar el torbellino emocional que llevaba dentro.

A la mañana siguiente, me levanté temprano. La determinación que había cultivado durante años me impulsaba hacia adelante. Mi plan era claro: ir a Villalba del Conde y llevar a cabo la venganza que tanto tiempo había anhelado. Esa pequeña localidad, testigo de tantos capítulos oscuros en mi vida, sería el escenario final donde todo llegaría a su desenlace.

Con el coche listo, emprendí el viaje. El paisaje pasaba ante mí en una sucesión de imágenes borrosas, pero yo apenas lo notaba. Estaba concentrada en mi misión, en el objetivo que me había marcado como una obsesión implacable. Sin embargo, a medida que los kilómetros se deslizaban bajo las ruedas del coche, algo en mi interior comenzó a tambalearse. Las dudas, que había logrado mantener a raya durante tanto tiempo, empezaron a surgir, como una marea silenciosa que poco a poco me cubría.

-¿Dudas? -interrumpe Liam, aún más intrigado.

- Comencé a imaginar cómo reaccionarían Sergio, Elena, Miguel, Paco y Loísa al verme aparecer después de tantos años de ausencia. ¿Qué expresiones tendrían en sus rostros? ¿Sorpresa, miedo, desprecio? A medida que esos pensamientos se agolpaban en mi mente, mi ansiedad, siempre al acecho, comenzó a golpearme con una intensidad que me tomó por sorpresa. Cada escenario que mi imaginación construía hacía que mi respiración se volviera más rápida y superficial. Pensé en mis limitadas habilidades sociales, en cómo el aislamiento que había cultivado durante tanto tiempo me había dejado incapacitada para enfrentarme a los demás de manera normal. La sola idea de estar frente a ellos, de ver sus ojos clavados en mí, me aterraba de tal forma que sentí como si el mundo se encogiera a mi alrededor.

El coche, que hasta ese momento se había desplazado de forma casi automática, obediente a mis manos en el volante, comenzó a sentirse como una jaula. El pánico me golpeó con tanta fuerza que me vi obligada a detenerme en el arcén, incapaz de seguir adelante. Todo en mi cuerpo se rebelaba, exigiéndome huir. Me faltaba el aire. Era como si el oxígeno a mi alrededor hubiera desaparecido de repente, y mi pecho, apretado por una garra invisible, no pudiera expandirse para respirar. Los latidos de mi corazón se volvieron ensordecedores, el único sonido que podía percibir en medio de ese caos interno.

Mi mente giraba en un torbellino de pensamientos. ¿Cómo podría enfrentarme a Sergio, con su mirada fría y calculadora? ¿Y a Elena, quien siempre había disfrutado del sufrimiento ajeno? Miguel y Paco, cómplices en tantas cosas, y Loísa... Loísa, con la traición aún viva en mi memoria, esa mezcla de amor y odio que jamás había podido resolver. El solo hecho de pensar en estar frente a ellos me paralizaba. ¿Qué les diría? ¿Cómo actuaría? No tenía respuestas, solo miedo.

El volante se sentía resbaladizo bajo mis manos sudorosas. Sentía el impulso de volver atrás, de regresar al hotel, de esconderme de nuevo en la seguridad del anonimato, pero sabía que no podía. Tenía que seguir adelante, aunque cada fibra de mi ser me gritara que huyera.

-¿Y qué hiciste?

- Después de varios minutos en los que el mundo pareció detenerse a mi alrededor, logré, poco a poco, calmarme. Cerré los ojos y me obligué a respirar profundamente, inhalando y exhalando con lentitud, como si cada bocanada de aire fuera un ancla que me ayudara a volver a la realidad. Poco a poco, el caos en mi mente comenzó a disiparse, y los latidos de mi corazón, que hasta hacía unos momentos habían retumbado en mis oídos, fueron reduciendo su intensidad. Sin embargo, aunque mi respiración había vuelto a un ritmo más regular, el miedo seguía allí, latente, como una sombra oscura que se resistía a marcharse.

Ese momento de calma me permitió pensar con más claridad, y fue entonces cuando lo entendí con una certeza demoledora: no estaba lista para enfrentarme a todos ellos. El mero hecho de imaginar sus rostros, las miradas cargadas de historia y resentimiento, había sido suficiente para desmoronar mi confianza. ¿Cómo podría entonces soportar estar frente a ellos en carne y hueso? Me sentía frágil, vulnerable, como si el peso de los años y las cicatrices emocionales aún fuera demasiado para cargar.

El tiempo que había pasado apartada del mundo no me había fortalecido como creía; más bien, me había debilitado de una manera que no había anticipado. Pensaba que el silencio, el aislamiento, la distancia, me habían dado el control y la fuerza necesarios para regresar y reclamar justicia. Pero ahora, con el coche detenido en medio de la nada y la carretera extendiéndose interminable frente a mí, la verdad se me revelaba con una brutalidad desgarradora. Todo el coraje que había acumulado a lo largo de los años parecía desvanecerse ante la realidad de enfrentarme a mis fantasmas del pasado.

El miedo había dejado una huella profunda, una marca que no podía ignorar. Mis manos aún temblaban ligeramente sobre el volante, y aunque mi cuerpo ya no estaba en estado de pánico, sentía que algo se había roto dentro de mí. Había subestimado el impacto emocional de regresar a Villalba del Conde, y ahora me daba cuenta de que, por mucho que deseara completar mi venganza, aún no estaba preparada para enfrentar lo que venía con ella.

Derrotada antes de comenzar, cambié de sentido consciente de que mi planteamiento había sido erróneo. No estaba dispuesta a rendirme, no en ese momento. Mientras respirara, estaría dispuesta a continuar luchando hasta lograr lo que buscaba, mi ansiada venganza. Sin embarga sabía que necesitaba replantearme el enfoque. Era hora de elaborar una nueva estrategia, una que me permitiera avanzar con determinación hacia mi objetivo sin ceder ante la derrota.

Decidí tomar un tiempo para reflexionar. Regresé a Madrid y me hospedé en el hotel Ritz. Cerré le puerta de mi suite y me sumí en una profunda introspección. Era evidente que la estrategia inicial no me conduciría hacia la victoria que buscaba. Recordé como mis padres solían brindarme buenos consejos cuando me enfrentaba a decisiones difíciles en el pasado, y a menudo resultaban efectivos. Siguiendo mi instinto, tomé el colgante que llevaba y que me conectaba con ellos, como solía hacer en momentos de reflexión. En ese instante parecía que la solución se presentaba ante mí, como si mis padres me estuvieran aconsejando una vez más.

El consejo era muy simple, si carecía de habilidades sociales, debía adquirirlas. Debía superar mi temor a interactuar con los demás y aprender a relacionarme. Debía perderles el miedo a los Villalba. Me di cuenta de que, para lograr un cambio real y positivo, tenía que dejar atrás mis miedos y trabajar en mi misma. Con este nuevo enfoque en mi mente, me dispuse a embarcarme en un camino de autodescubrimiento personal sabiendo que al hacerlo, honraría a mis padres. Decidí que había llegado la hora de enfrentar mis miedos a relacionarme con los demás y adquirir las habilidades sociales que tanto me faltaban. Reconocí que mi aislamiento social había sido una defensa, pero también me había limitado de muchas formas.

Estaba lista para romper esas barreras y comenzar un proceso de transformación. Después de investigar por internet y hacer muchas llamadas, encontré a Lola, una especialista en mi problema. Y aquí tengo que decir que también el colgante ejerció su magia. Fueron mis padres, a través del colgante, los que eligieron a Lola por mí. Concerté una cita con ella para el día siguiente. Durante esa primera consulta, le expliqué mi situación y lo que necesitaba. Aunque no compartí nada sobre mi pasado o mis planes de venganza, Lola pudo diagnosticar mi fobia rápidamente y me hizo saber que era más común de lo que pensaba. Lola era una experta en tratar este tipo de trastornos, así que confié en ella desde el principio.

Durante la siguiente semana, tuve sesiones diarias con Lola. Al principio utilizó esas sesiones para recopilar información y entender mejor mi situación. Acordamos que cuando regresara a Estados Unidos, las sesiones continuarían en línea, pero me comprometí a seguir sus recomendaciones con disciplina. Gracias a Lola mi vida dio un giro inesperado. Ella me ayudó a superar mis miedos y fobias, lo que me permitió conectarme con personas como vosotras, que han tenido un impacto significativo en mi vida.

Lola me enseñó a no huir de mis problemas, sino a enfrentarlos con valentía. Me mostró que no hay vergüenza en admitir cuando algo me supera y que, en esos momentos, lo más importante es pedir ayuda. A través de su apoyo, comprendí que no todo se puede resolver en soledad, y que buscar el consejo o el respaldo de alguien no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Me ayudó a entender que enfrentar las dificultades con la cabeza en alto, y rodearse de quienes te pueden guiar, es parte del crecimiento personal.

-Entonces, te sientes ahora lista para regresar. ¿Sigues considerando la opción de causar la destrucción del pueblo? Julia, en una ocasión me compartiste la idea de que un gran poder, conlleva una gran responsabilidad. Comprendo tus motivaciones y no te estoy juzgando, pero ¿no consideras que privar a tantas personas de sus medios de subsistencia, sería injusto?

-Tus observaciones son muy acertadas, Sophie. Lola no solo me brindó herramientas para socializar, si no también infundió en mi el valor necesario para enfrentarme a cualquier situación que surja. Además, me guió en el camino de la inteligencia emocional, el cual ha sido fundamental para reconocer mis propios sentimientos e identificar el de los demás. Pero quizá lo más significativo es que Lola me enseñó a creer en el poder del amor. En mi vida, Lola ha sido mara mí, como El Mago de Oz, transformando mi camino de manera sorprendente.

Todas estas enseñanzas, sumadas a haberos conocido, han desencadenado una reformulación profunda de mis perspectivas. Me di cuenta que el deseo de venganza estaba dominado por el odio que sentía hacia todo el pueblo. Yo no quería ser así. Nunca he odiado y gracias a Lola y a su terapia, la idea de venganza ya no es central en mi pensamiento, pero sí lo es la búsqueda de justicia. Lola desempeñó un papel fundamental al mostrarme el camino hacia la autenticidad y la aceptación al igual que El Mago de Oz, guió a Dorothy hacia la realización de sus deseos.

Reconozco que no es equitativo que todo un pueblo pague por los actos de unos pocos. Sin embargo, es esencial que se haga justicia por lo que mis padres y yo hemos vivido. Cada encuentro y experiencia me ha llevado a reconsiderar mis objetivos y valores. Entiendo que la justicias es más que una simple retribución, es un equilibrio que honra la verdad y el respeto por la debilidad humana. Mi enfoque se centra en lograr esa justicia de manera constructiva sin afectar a personas inocentes en el proceso. Mi determinación sigue firme en esta dirección y estoy segura que lograré obtener esa justicia que busco para mí y para mis padres. Aunque el camino puede ser desafiante, mi resolución es sólida y guiada por la convicción de que todos merecemos un trato justo y una oportunidad de sanación.

En Madrid, mi búsqueda de justicia no se limitó solo a las sesiones con Lola. También tomé medidas adicionales para asegurarme de que los responsables se enfrentaran a las consecuencias de sus acciones. Contraté los servicios de una abogada con amplia experiencia, una detective especializada en el seguimiento y buscar información sobre personas. Nos reunimos las tres en mi hotel, junto con la delegada de M&J international en España, para planificar nuestra estrategia. A la detective le di una lista de personas a las que debería investigar a fondo, lo quería saber todo de esas personas. Mi objetivo era obtener información exhaustiva sobre sus acciones y antecedentes pasados y presentes. Por otro lado, ordené a la abogada que rastreara por los juzgados para que intentara averiguar casos de agresión sexual archivados en la comarca. Estaba segura de que no había sido la única víctima y que otros casos podían haber sido archivados. Además mi abogada también debería investigar al tribunal que llevó mi caso de violación. Quería asegurarme de que no hubiera influencias indebidas o irregularidades que afectaran el proceso legal.

Paralelamente, la delegada de M&J en España, se encargaría de ofrecer nuestros servicios a Calzados Villalba. Sabía que tarde o temprano, solicitarían nuestra ayuda, brindándonos accesos a sus cuentas y exponiendo sus vulnerabilidades. Deberían dedicarse por completo a esta misión que yo coordinaría desde mi despacho en M&J Tower.

Durante el último año he recibido informes regulares de los avances de estas investigaciones. Ahora tengo un conocimiento completo sobre ellos y sus acciones. Estos esfuerzos no solo representan mi búsqueda de justicia personal, sino también un intento de prevenir futuras injusticias y abusos por parte de estos individuos.

Ahora me encuentro completamente preparada para llevar a cabo el propósito para el cual me he estado preparando durante todos estos años. Mi determinación es más fuerte que nunca, respaldado por el conocimiento, las habilidades y el apoyo que he adquirido en este camino. Estoy lista para enfrentar las verdades ocultas, desafiar la corrupción y luchar por la justicia. No solo por mí, sino por todas las víctimas que han sufrido en silencio y merecen que se escuche su voz.

-Julia, cariño, entiendo tus razones y reconozco que enfrentarte a tu pasado es esencial para que puedas ser la persona que estás destinada a ser. Siempre he notado que una sombra de tu pasado, te ha impedido alcanzar la plenitud de la felicidad, y quiero que sepas que estaré a tu lado en cada elección que hagas. Sin embargo, me gustaría ir contigo en este viaje ya que también siento un poco de temor.

-De que tienes miedo, cielo.

-Tengo miedo, Julia. Miedo de que vuelvan a hacerte daño, de que te hundas otra vez en esa tristeza profunda. Me aterra la idea de perderte y no ser capaz de ayudarte a salir de ese abismo otra vez. No quiero quedarme de brazos cruzados mientras te enfrentas sola a todo esto -me dice con la voz cargada de emoción, sus ojos fijos en los míos, buscando transmitir la sinceridad de sus palabras-. Por favor, déjame acompañarte en este viaje, no solo físicamente, sino emocionalmente también. Estaré esperándote en el hotel cuando regreses, listo para apoyarte en lo que necesites, para sostenerte si sientes que te estás derrumbando. No quiero que te enfrentes a esto sola, y necesito asegurarme de que, pase lo que pase, estés bien.

Expreso mi gratitud abrazando y besando a Liam por el apoyo incondicional que me está brindando. Sus brazos cálidos me envuelven mientras siento su amor y apoyo sincero. En ese abrazo encuentro consuelo y fortaleza para seguir adelante en este camino. Le doy un suave beso agradeciéndole con gestos lo que sus palabras significan para mi en ese momento.

-Lo que me has dicho significa mucho para mi también. Gracias mi amor. Entiendo que estás conmigo y valoro profundamente tu apoyo. No obstante, no tienes por qué sentir miedo. Esta es una tarea que debo enfrentar sola. He trabajado duro para fortalecerme y enfrentarme a mis miedos. Ahora sé como lidiar con ellos y estoy decidida a hacerlo. Ya no soy la misma Julia que ellos conocieron. Gracias a ti, a Lola y a vosotras, “chicas”, soy más fuerte que nunca. Además, no estaré verdaderamente sola. Siento a mis padres junto a mi y su presencia me dará la fuerza que necesito.

Le digo, mientras beso el colgante en señal de conexión con mis padres.

-Sin embargo, Liam tiene razón, Julia. No es prudente que intentes enfrentarte a esta situación por tu cuenta -dice Isabella con un tono serio, buscando captar toda su atención-. Este no es el tipo de desafío que puedes resolver en solitario, por muy fuerte o decidida que seas. A veces, contar con el apoyo adecuado es lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Rodearte de personas que te entiendan y te respalden no solo te hará sentir más segura, sino que también te dará una perspectiva más clara para tomar las decisiones correctas.

-Tampoco estaré completamente sola, Isabella. Tengo un equipo en Madrid, que ha crecido con más profesionales para apoyarme las 24 horas del día. Llevan más de un año trabajando en mi caso, y casi todo está perfectamente planificado. Además, Sophie podría acompañarme al menos hasta Madrid -digo con calma, mostrando una seguridad calculada.

-¿Acompañarte yo? -pregunta Sophie, levantando una ceja-. ¿Y por qué solo hasta Madrid?

-Porque Lola está interesada en conocerte -respondo con una leve sonrisa-, y creo que tu también podrías estarlo.

-Oh, ¿y cómo sabes eso? ¿Te lo ha dicho? -Sophie intenta disimular su curiosidad.

-No, pero me pregunta mucho por ti, y le he prometido que vendrías conmigo.

Liam, observando la conversación, frunce el ceño, claramente confundido por el giro que había tomado la charla.

-Perdonad, chicas, pero me siento un poco perdido en toda esta conversación -interrumpe Liam, esperando una explicación.

Un estallido de risas responde a su comentario, llenando la sala con un ambiente ligero y relajado.

-Son asuntos de mujeres, cariño. Los hombres no siempre entendéis estas cosas -respondo, dándole una suave palmada en el hombro.

-Ah, claro -dice Liam, asintiendo con una sonrisa, aunque todavía un poco desconcertado, lo que provoca otra ronda de risas.



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FIN DE LA SEGUNDA PARTE.



La historia de Julia continúa en:

EL TALISMÁN. TERCERA PARTE. ¡QUIERO VIVIR!


Julia viaja a España dispuesta a reclamar la justicia que se merece.


Julia 17 años.jpegJulia en Harvard.jpegEl talismán.jpegEl talismán (Diseño orgininal).jpeg
 
No me parece justo que vaya Sophie y no Liam, pero bueno.
PD: Me estoy planteando, por unos días cambiar mi avatar por mí nuevo ídolo DODDIE LUKEBAKIO El crack.
 
Al final acerté en lo del nombre de la empresa y por fin va a cobrar venganza, aunque no me parece bien que no quiera que vaya Liam.
 
Al final acerté en lo del nombre de la empresa y por fin va a cobrar venganza, aunque no me parece bien que no quiera que vaya Liam.

¿Tienes miedo de que Julia se enrolle con alguien, estando ella sola?

Ahora que ha perdido los miedos, podría pasar.
 
¿Tienes miedo de que Julia se enrolle con alguien, estando ella sola?

Ahora que ha perdido los miedos, podría pasar.
No, tengo miedo de que ese miserable de Sergio y sus secuaces le hagan algo malo otra vez.
Ya no tengo ninguna duda de que lo de Liam y Julia es imparable y nada los puede separar.
Por cierto, por mucho que haya perdido sus miedos, Julia está profundamente enamorada de Liam y eso no me lo planteo.
 
No, tengo miedo de que ese miserable de Sergio y sus secuaces le hagan algo malo otra vez.
Ya no tengo ninguna duda de que lo de Liam y Julia es imparable y nada los puede separar.
Por cierto, por mucho que haya perdido sus miedos, Julia está profundamente enamorada de Liam y eso no me lo planteo.

¿y no crees que va sobradamente preparada para enfrentarse a los Villalba?
 
¿y no crees que va sobradamente preparada para enfrentarse a los Villalba?
A ver. Ya no es la misma Julia. Ahora es una mujer más fuerte y poderosa y si creo que está preparada.
Pero no entiendo porque no quiere que vaya Liam y si Sophie ( aunque está muy claro que es para que conozca a Lola y surga algo entre las 2).
 
EL TALISMÁN. TERCERA PARTE. ¡QUIERO VIVIR!


En esta tercera parte de la historia, Julia emprende un viaje profundo de autodescubrimiento y justicia, enfrentando de manera implacable las sombras de su pasado. De regreso en España, se encuentra cara a cara con personajes que marcaron su vida, especialmente con Loísa, una amiga de juventud cuya traición la hirió profundamente.

A medida que Julia confronta figuras de poder corruptas e implicadas en encubrimientos y abusos, su fuerza y determinación en la búsqueda de justicia quedan al descubierto. Estos enfrentamientos se vuelven duros y llenos de tensión, ya que Julia expone sus crímenes con pruebas contundentes y, en algunos casos, ofrece una salida a través de la redención, siempre y cuando estos responsables asuman las consecuencias y se comprometan a reparar el daño.

Simultáneamente, Julia trabaja en el desarrollo de proyectos sociales que aspiran a crear un cambio significativo en su comunidad, centrados en la lucha contra el acoso escolar y la violencia de género. Estos proyectos son reflejo de su transformación y su compromiso hacia un futuro más justo.

Este proceso de lucha externa y de sanación interna lleva a Julia a profundizar en temas como el perdón, la justicia y la lealtad, explorando su propia identidad y fortaleciendo sus relaciones. Lo que comienza como una misión de venganza se convierte en un camino de autodescubrimiento, donde Julia no solo busca justicia, sino también la paz consigo misma.



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Sigue la historia de Julia:

Capítulo 28: Come, reza, ama.

En la vibrante ciudad de Madrid, Julia se permite ser vulnerable y explorar nuevas facetas de su personalidad. A través de encuentros casuales y conversaciones sinceras, comienza a sanar las heridas del pasado y a construir un futuro más prometedor.
 
No creo, pero espero que no se te ocurra que Julia le vaya a ser infiel a Liam.
Mucho me temo que Liam va a seguir en un papel secundario y ahora van a cobrar protagonismo los que más rabia me dan, Los Villalba.
 
Me refiero a papel secundario en el relato.
En la vida de Julia es lo más importante para ella, eso lo tengo claro.
 
Se nos viene cosas muy interesantes a Julia, de superación personal.
Julia actual no es la misma Julia de niña, a pasado por mucho y a evolucionado personalmente, su venganza va a ser de una forma no pensada, además descubrirá que Louisa y Angel también fueron usados y manipulados por Sergio y que nunca la traicionaron de forma consciente.
 
EL TALISMÁN. TERCERA PARTE. ¡QUIERO VIVIR!



Capítulo 28: Come, reza, ama.

Julio, 2011.

Julia



Después de aquel intenso fin de semana en el que me desnudé emocionalmente ante Liam, Sophie e Isabella, supe que debía abrirme de la misma manera con Lola en los días siguientes. La carga de mis sentimientos necesitaba ser compartida, y en esta ocasión, conté con el inestimable apoyo de Liam. Él estuvo a mi lado, listo para tomar el relevo de mi relato cada vez que mi voz se quebraba por la emoción.

Revivir mi historia una vez más fue un proceso profundamente conmovedor, aunque esta vez no me afectó tanto como la primera. La presencia de Liam me brindó una sensación de seguridad y confort que no había experimentado antes. Su apoyo incondicional y su disposición para intervenir cuando yo me sentía abrumada me hicieron sentir menos sola en medio de la tormenta de emociones. Con cada palabra que compartía, sentía que el peso que llevaba en el pecho se aliviaba un poco más, y la conexión que establecíamos se volvía cada vez más fuerte. Esta vez, no solo estaba compartiendo mi dolor, sino también permitiendo que la empatía de Lola y el respaldo de Liam crearan un espacio seguro donde pudiera sanar poco a poco.

. . . . . . . . . . . .

Decidimos que una vez que Sophie concluyera su curso en la New York School of Applied Design, emprenderíamos nuestro viaje a Madrid. Inicialmente, contemplamos la alternativa de un vuelo comercial, dado que había superado mi aprensión por los medios de transporte públicos, y yo misma comenzaba a sentirme a gusto con la idea de viajar como una persona normal. No obstante, Sophie me compartió su entusiasmo por experimentar un vuelo en jet privado, y yo no encontraba motivo para negarle ese deseo. Después de todo, ella había desempeñado un papel fundamental en encontrar mi felicidad junto a Liam. Me resultaba inconcebible rechazar cualquier petición que pudiera hacerme. Sophie era mi debilidad y contribuir a su alegría resultaba una tarea sencilla y gratificante. Además, como ella misma señaló, "tú eres alguien sumamente reconocida; nunca podrás viajar como una persona normal". En ese sentido, tenía razón, ya que era impensable que transcurriera una semana sin que mi imagen apareciera en los medios o en la televisión, dada la constante demanda de mis opiniones sobre la actualidad económica.

-Julia, entiendo que prefieras el vuelo comercial, pero considerando que es mi primer viaje a Europa, ¿qué te parece si exploramos la opción de un jet privado? Tengo muchas ganas de experimentar tener una azafata a nuestra disposición, y el costo extra podría ser asumible para ti. Sabes que, siendo millonaria, no necesitas conformarte con esos asientos incómodos.

M&J ya disponía de un jet que lo utilizaban sobre todo mis socias, cuando tenían que viajar por EE. UU., pero no tenía suficiente autonomía para viajes a Europa.

-Sophie, si optamos por la categoría VIP en un vuelo comercial, los asientos serán cómodos y disfrutaríamos de privacidad.

-Vamos, Julia, dame ese capricho. ¿Para qué tengo una amiga millonaria si no puedo darme estos lujos? ¡Ja ja ja!

-Realmente sabes cómo aprovecharte de mí, ¿eres consciente de que no puedo negarte nada? Y tienes razón, ¿de qué sirve el dinero si no lo utilizamos para hacer felices a aquellos a quienes queremos? Puedes encargarte de organizarlo como prefieras, y no es necesario que escatimemos en gastos.

.

Es la última noche que compartimos antes de la partida. Liam comienza a acariciarme con ternura los pezones, generando una respuesta inmediata de erección. En medio de la penumbra, nuestras miradas se encuentran con una intensidad que refleja la mezcla de emociones que ambos estamos experimentando. Cada caricia suya es como una melodía que despierta todos mis sentidos, creando un vínculo aún más profundo entre nosotros.

Cesa sus caricias en mis pechos y cambia su atención hacia mis nalgas tensas. Sus dedos exploran suavemente mi zona anal y luego siguen el contorno de los labios delicados de mi feminidad. La excitación me envuelve de manera intensa, haciéndome sentir un frenesí interior. Decido tomar su mano y guiarla hacia mi área más íntima, que está húmeda y, como sabe bien, perfectamente depilada. Sus caricias se posan en mi clítoris y se adentran en mí con sus dedos hábiles. El placer me hace gemir y, entre susurros, le pido que profundice aún más. Pronto, una intensa oleada de placer me recorre, como si una corriente eléctrica me hubiera alcanzado, y experimento un orgasmo liberador que se propaga por todo mi cuerpo. Mis movimientos se vuelven frenéticos mientras alcanzo mi clímax, y finalmente me quedo quieta, respirando con suavidad para recuperar el aliento.

Me acomodo a su lado y reposo mi cabeza en su regazo. Deslizo mi mano hacia su miembro y comienzo a acariciarlo suavemente desde la base hasta la punta. Luego, acaricio con delicadeza sus testículos. Poco después, con un movimiento lento y circular de mi lengua, empiezo a lamer su glande. Mi boca lo envuelve, generando una respuesta intensa en él. Recorro cada centímetro de su erección, humedeciéndola con mi saliva. Mis labios llegan incluso a sus testículos, y luego, en un momento de intensidad, me deslizo completamente hacia abajo, incorporando su longitud en mi boca.

Al notar cómo lo envuelvo con mi boca, su excitación crece significativamente. Le resulta estimulante observar cómo lo recibo completamente, después lo libero lentamente, y hasta morder ligeramente la punta antes de volver a introducirlo. Se le escapan suspiros intensos. Continúo con la acción, prolongando cada instante, hasta que percibo que estamos acercándonos al punto de no retorno. Reconociendo esto, detengo mis acciones y cambio mi posición a cuatro patas. La atmósfera está cargada de sudor. Liam se incorpora y se coloca tras de mí.

Liam se acerca más, y puedo sentir el roce de su piel contra la mía. Su miembro, ahora endurecido por el deseo, se desliza en mi entrada, llenándome por completo. Un gemido escapa de mis labios mientras lo recibo, y la sensación de plenitud es abrumadora. Cierro los ojos, entregándome a las sensaciones que nos unen.

El placer crece a medida que sus embestidas se vuelven más rápidas y profundas. Mis gemidos se mezclan con los suyos, llenando la habitación con una sinfonía de pasión desenfrenada. Estamos en sintonía, dos almas que se encuentran en el punto álgido de la lujuria compartida.

Después de tomarnos un breve respiro, nos dejamos llevar por la pasión una vez más. Exploramos nuevas caricias mientras él me penetra en la posición clásica del misionero. Finalizamos conmigo encima, sintiéndome completamente unida a él. Puedo sentir cada centímetro de su miembro dentro de mí mientras llegamos juntos a un punto de éxtasis.

A medida que el placer crece, nuestras respiraciones se aceleran y nuestras manos se entrelazan. Las sensaciones se intensifican a medida que llegamos al límite, y puedo sentir cómo su cuerpo responde a mi proximidad. El clímax se avecina, y nos entregamos a él con total abandono.

Los espasmos del placer nos recorren a ambos mientras compartimos un momento de éxtasis profundo. Nuestros cuerpos se entrelazan en un abrazo apasionado, y puedo sentir su liberación en cada rincón de mi ser. Estamos unidos en esta explosión de sensaciones, conectados en cuerpo y alma en un acto que trasciende las palabras.

Después de la intensa experiencia que compartimos, Liam, como de costumbre, busca limpiarme con su lengua. Sin embargo, en esta ocasión, su gesto se encuentra con una sonrisa juguetona por mi parte, y decido detenerlo suavemente, disfrutando de la complicidad entre nosotros.

-Hoy no, Liam. Deseo conservar tu esencia en mi interior, quiero llevarme una parte de ti conmigo.

Le dirijo una mirada llena de significado, transmitiendo mis deseos con un simple gesto. Liam parece entender mi intención, y una sonrisa cálida se forma en sus labios. Posteriormente, caemos en un sueño profundo, conscientes de que esta es nuestra última noche compartida por un tiempo, hasta que el destino nos reúna nuevamente.

. . . . . . . . . . . .

Después de desayunar, recogemos a Sophie en su apartamento y Liam nos lleva hasta el aeropuerto en el Bentley, antes de ir al trabajo. En el aeropuerto JFK nos damos un interminable abrazo lleno de besos. Es la primera vez que vamos a estar separados desde que estamos juntos y me cuesta separarme de él. Cuando alguno de nosotros hemos tenido algún viaje de negocios, siempre nos hemos organizado para hacerlo en el día y estar de vuelta por la noche. Si el viaje era más duradero, acomodábamos nuestras agendas, para viajar juntos, y no pasar la noche separados.

Pero esta vez, era diferente, porque era un viaje de varios días, y a pesar de su interés inicial de acompañarme, esta vez decidí que debía viajar sola. No era un viaje más, era un viaje hacia mi pasado para cerrar heridas que permanecían abiertas, y que solo lo podía hacer yo. Liam insistió varias veces en querer acompañarme hasta que se quedó convencido que a pesar de que era lo que yo más deseaba, era un viaje que tenía que hacerlo sola. Me iba a enfrentar a situaciones complicadas y no quería tener a nadie que controlara mis emociones. Pasara lo que pasara, solo yo lo tenía que solucionar, y estaba sobradamente preparada para ello.

-Este viaje es ineludible, ambos somos conscientes de ello. Pero eso no hace que sea más fácil dejar atrás lo que compartimos aquí. Me duele pensar en estar separada de ti. Sé que también será difícil para ti, -admití con sinceridad-. Pero recordemos que esta separación es temporal. Cuando nos reunamos nuevamente, nuestra unión será aún más sólida.

-Tienes toda la razón,- responde con gratitud. -No quiero que esta distancia debilite lo que tenemos, sino que nos recuerde lo mucho que dependemos el uno del otro.

-Gracias por ser tan increíblemente comprensivo y por amarme de esta manera.- le digo con gratitud en mis palabras y en mis ojos.

. . . . . . . . . . . .

En el interior del jet, nos da la bienvenida la tripulación, compuesta por el piloto, el copiloto y dos asistentes de vuelo. El ambiente es amplio y opulento, prácticamente un hogar en el aire. El espacio incluye una sala con una televisión de 50 pulgadas, un espacio de trabajo, un baño espacioso con una ducha de hidromasaje y un dormitorio principal con una cama doble. Además, cuenta con acceso a internet y teléfono, lo que nos permite mantenernos conectados con quien deseemos.

Mientras el jet nos acoge con su lujo y comodidad, una sensación de anticipación y determinación se cierne en el aire. Nos sumergimos en el entorno que nos rodea, cada detalle contribuye a crear una experiencia única en este vuelo. La tripulación atenta y el entorno sofisticado parecen fundirse en una declaración de elegancia y poderío.

Había decidido traer el Audi para viajar a Villalba del Conde, un símbolo de mi libertad y audacia. Podría haber optado por alquilar un vehículo y conducirlo personalmente, ya que disfruto mucho conduciendo. Sin embargo, quiero sentirme empoderada en Villalba del Conde, que sepan que estoy regresando como una Julia muy transformada. No tengo intención de pasar desapercibida. La capa de invisibilidad ha quedado atrás, y pienso ser muy visible en cada sentido. Decidida a hacer una entrada memorable, quiero que mi regreso a Villalba sea inolvidable, que el cambio que he experimentado sea palpable para todos. La Julia que regresa es más segura, más confiada, y está decidida a marcar una diferencia.

El motor del jet ruge suavemente, marcando el inicio de nuestra travesía. Con cada segundo que pasa, siento la determinación crecer dentro de mí. Mientras nos elevamos en el aire, también lo hace mi espíritu. No seré invisible, seré audaz, vibrante e implacable. Este viaje no solo es un cambio de ubicación, es una declaración de quién soy y de las innumerables maneras en que estoy dispuesta a enfrentar mi pasado.

Sophie no puede resistir la tentación de explorar cada rincón del avión, y casi tenemos que obligarle para que tome asiento, permitiéndonos finalmente dirigirnos hacia la pista de despegue. Una vez en el aire, Sophie decide llamar a Isabella en una videollamada, mientras le describe con entusiasmo el interior del avión y todas las comodidades que ofrece. No puedo evitar sonreír al verla tan feliz.

-Julia, este avión es prácticamente más espacioso que mi propio apartamento, y se siente el lujo en cada rincón.-comenta mientras lleva su copa de champán francés a los labios.

Mientras disfrutamos de nuestro vuelo, Sophie continúa maravillada por la opulencia que nos rodea. Con una sonrisa, responde a mi mirada de complicidad y añade.

-Este es un verdadero oasis de confort en el aire, Julia.

-Es tu elección, Sophie, y espero que disfrutes de todo. Afortunadamente, no estás a cargo de mis finanzas, o podrías dejar mi cuenta en cero en un abrir y cerrar de ojos.- Bromeo con una risa cómplice mientras disfruto de la conversación.

Sophie ríe con complicidad ante mi comentario y replica en tono juguetón.

-Bueno, Julia, tal vez deberías considerar darme acceso a tus finanzas. Sería una forma efectiva de hacer realidad todos mis caprichos.

Sophie me mira con una expresión de preocupación en el rostro y continúa.

-No estarás molesta, ¿verdad, Julia? Me dijiste que...

-Estaba haciendo una broma, Sophie. Sabes que no puedo enojarme contigo. Te debo mucho, y nunca podré agradecerte lo suficiente. Así que, si gastar mi dinero te hace feliz, estaré encantada de que lo hagas.- le respondo con una sonrisa sincera, reafirmando nuestra complicidad y gratitud mutua.

-No me tientes Julia, que mi capacidad de gasto puede ser impresionante, más te vale que escondas tus tarjetas cuando esté cerca, porque no respondo de mis actos.

-Bueno por ahora, disfrutemos de este viaje y lo que nos depare el futuro.

. . . . . . . . . . . .

Madrid.

Madrid es la capital de España y de la Comunidad de Madrid, con una población de 3,3 millones de habitantes, siendo la ciudad más poblada del país y la segunda de la Unión Europea. Su PIB nominal es de 133.129 millones de euros, representando el 12% del PIB nacional y destacándose como la principal área metropolitana en actividad económica de España.

Como capital, Madrid alberga las sedes del Gobierno, las Cortes Generales y el Tribunal Supremo, así como la residencia oficial de los reyes y el presidente del Gobierno. En términos económicos, es la cuarta ciudad más rica de Europa en PIB per cápita y concentra el 50,1% de los ingresos de las principales empresas españolas.

A nivel internacional, Madrid es sede de importantes organizaciones y ferias, y cuenta con museos de renombre como el Museo del Prado y el Museo Reina Sofía, que están entre los más visitados del mundo. Su historia se remonta a asentamientos visigodos y musulmanes, siendo incorporada al Reino de León en el siglo XI y designada como sede de la Corte por Felipe II en 1561, manteniendo la capitalidad desde entonces.

(Fuente: conocipedia)

. . . . . . . . . . . .

Al llegar al Hotel Ritz, nos instalamos en la suite real que voy a compartir con Sophie. El resto del día lo aprovechamos para descansar y adaptarnos al cambio de horario. Llamo a Lola para informarle que hemos llegado y acordamos encontrarnos al día siguiente. También hago una llamada a Liam para contarle que el viaje transcurrió sin inconvenientes y para expresarle cuánto lo extraño desde que partimos. La distancia física no hace más que aumentar la sensación de añoranza que siento por él.

Al día siguiente, Lola llega justo a tiempo para el desayuno. Cuando llega a la suite, mi primera reacción es abrazarla con fuerza y durante un buen rato. No habíamos tenido un encuentro en persona en más de un año, y en ese lapso, había experimentado una profunda transformación, una metamorfosis que le debía por completo a la persona que tenía entre mis brazos en ese momento, tratando de expresarle toda mi gratitud. Mis ojos se llenan de emoción, y no puedo evitar que se humedezcan ante la intensidad de lo que siento.

-Oye, Julia, que no me das ni tiempo para respirar.- menciona con una sonrisa.

Soltamos una risa compartida mientras Lola comenta con humor.

-Parece que me estás aplastando con tanto cariño, Julia.

La atmósfera relajada y la cercanía entre nosotras hacen que el reencuentro sea realmente especial.

-Lo siento, Lola, perdona. Es que me emociona tanto verte.- le digo con una sonrisa y una disculpa sincera por mi efusividad.

Lola asiente con una sonrisa comprensiva y responde.

-No tienes que disculparte, Julia. También he estado deseando este encuentro. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Pero, Julia, no vas a ponerte a llorar, ¿verdad?

-No, Lola, es que me llena de felicidad verte. Tienes un lugar muy especial en mi corazón. Sin ti, nunca habría salido del lugar oscuro en el que me encontraba. Y ahora, aquí me tienes, no me parezco en nada a la última vez que nos vimos, ¿lo recuerdas? Y todo eso es gracias a ti.- le digo con gratitud, recordando el apoyo inquebrantable que Lola me brindó en mi proceso de transformación.

Lola me mira con ternura y toma mi mano con afecto.

-No tienes que agradecerme. Tu también has luchado mucho por salir de ahí, Julia. Tu determinación y fuerza interior son lo que te han llevado hasta aquí. Aunque hay que reconocer que alguna vez me lo has puesto difícil.

Nuestro reencuentro se llena de emociones y complicidad, y mientras compartimos historias y risas, siento un profundo agradecimiento por tener a Lola como amiga, alguien que ha sido una parte esencial de mi viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal.

-Y, ¿quién es esta joven que tenemos aquí?- pregunta con una sonrisa curiosa.

Casi me había olvidado de Sophie, que estaba a un lado esperando su turno.

-Perdona Lola, que tonta soy, te estoy acaparando para mi y casi me olvido de Sophie. Aquí tienes a Sophie, como te prometí.

Sophie y Lola se abrazan con ganas y la conversación fluye de manera natural. Llevan tiempo esperando conocerse personalmente y ahora por fin, tendrán oportunidad de comprobar si entre ellas puede surgir algo más que una simple amistad.

Mientras observo a Sophie y Lola interactuar, no puedo evitar sonreír ante la posibilidad de que surja una conexión especial entre ellas. Las miradas cómplices y las risas compartidas sugieren que la química está creciendo, y mi deseo más sincero es que encuentren la felicidad en esta nueva relación.

Recuerdo el día en que conocí a Liam y cómo, a pesar de nuestras dudas iniciales, la chispa del amor finalmente nos unió. Esa experiencia me enseñó que a veces, las conexiones más significativas pueden surgir cuando menos lo esperamos.

Le pido al mayordomo que nos sirva el desayuno para tres e invito a Lola para que se una a nosotras. A pesar de haber desayunado previamente, acepta con gusto, comprendiendo que es una oportunidad para ponernos al día y disfrutar de un tiempo juntas.

-Mirad, si no conocéis Madrid, quiero ser vuestra anfitriona.

Como bien sugiere Lola, se convierte en la anfitriona perfecta para mostrarnos los mejores lugares de Madrid. Recorremos los lugares más emblemáticos de Madrid, hasta acabar agotadas en área de la Plaza Mayor, donde el aire se llena del delicioso aroma de los calamares fritos, algo completamente desconocido para mí. Lola nos lleva a un bar que, según ella, sirve los mejores bocatas de todo Madrid. Tomamos asiento en una terraza y, sin consultarnos, Lola solicita al camarero tres bocadillos de calamares y tres cañas.

Mientras disfrutamos de los deliciosos bocadillos de calamares y las cañas en el bar que Lola nos recomendó, me sumerjo en la conversación sobre las curiosidades y la historia de Madrid que ella comparte. Me siento agradecida por esta oportunidad de aprender más sobre mi país natal, algo que ha estado ausente en mi vida debido a mis compromisos y viajes constantes. En ese momento, me doy cuenta de que, a pesar de ser española, me siento como una extranjera en mi propio país.

Sophie, Lola y yo compartimos risas y anécdotas, y a medida que la tarde avanza, siento que me estoy reencontrando con una parte de mí misma que había estado olvidada. La idea de planificar unas vacaciones en España junto a Liam se ha vuelto aún más atractiva, y la perspectiva de explorar mi tierra natal con él me llena de emoción y anticipación.

Tras la comida, Lola nos guía a un lugar más tranquilo, donde podemos disfrutar de un relaxing cup of café in Plaza Mayor.

-Pero, Lola, el café suele ser estimulante, no precisamente relajante…

-No te preocupes, Julia, solo es una broma típica que hacemos los madrileños.

-¡Ah! Vaya.

-Julia, quiero que sepas que comprendo profundamente las razones que te han llevado a emprender este viaje. Creo firmemente que es un paso esencial en tu proceso de sanación. Enfrentarte a tu pasado es fundamental para poder dejarlo atrás y, al hacerlo, podrás superar los obstáculos que se interponen en tu camino hacia la recuperación.

Este viaje no solo es una oportunidad para reflexionar sobre tus experiencias, sino también para empoderarte y salir victoriosa de este desafío. Quiero que sepas que te apoyaré en cada paso de este camino. Puedes contar conmigo en todo momento; si en algún instante sientes la necesidad de hablar o necesitas orientación, no dudes en llamarme. Estoy a tu disposición para ofrecerte el respaldo profesional que necesites. Podemos trabajar juntas para que este proceso se convierta en una experiencia de crecimiento y transformación positiva en tu vida.

-Te agradezco mucho, Lola, pero creo que no necesitaré esa ayuda. No obstante, estaré encantada de mantenerte informada sobre cómo evoluciona todo.

La tarde ha volado sin que apenas nos diéramos cuenta, y Lola nos guía hasta La Latina, un barrio rico en historia situado en una parte del Madrid de los Austrias. Recorremos varias terrazas y bares, probando sus deliciosas tapas, incluyendo los famosos huevos estrellados de Casa Lucio. Finalmente, decidimos tomarnos una copa por Malasaña.

En Malasaña, la vida nocturna se despierta y nos sumergimos en la bulliciosa escena. La música, las risas y la atmósfera relajada nos envuelven por completo. Mientras saboreamos nuestras copas, Lola nos cuenta sobre la época de la Movida Madrileña, de la cual Sophie y yo apenas habíamos escuchado hablar.

En el lugar, noto que Lola no puede apartar la vista de la pista de baile mientras sigue el ritmo de la música con sus movimientos de cadera. Le hago una señal a Sophie para que la invite a bailar, pero parece indecisa. Finalmente, Lola toma la iniciativa al ver la vacilación de Sophie y le extiende la mano.

-¿Te gustaría bailar conmigo, Sophie?

Sophie no contesta, pero se deja llevar. Yo me quedo de pie en la barra, tomando mi copa y observando como entrelazan sus brazos para moverse al compás de la música.

Estoy tan fascinada viendo cómo bailan que no me doy cuenta de que alguien se acerca hasta donde estoy apoyada en la barra.

-Disculpa, me encanta la música que están tocando. ¿Te gustaría bailar conmigo?

Su súbita aparición me toma por sorpresa y no puedo evitar dar un respingo.

-¿Co…como?

-Lo siento, no era mi intención asustarte. Soy Diego, y te preguntaba si te gustaría bailar conmigo.

Siento que mis alarmas se activan, mis sentidos se agudizan y me percato de que estoy en una situación potencialmente peligrosa. Busco la mirada de mis amigas en busca de ayuda, pero se encuentran distraídas. Me empiezo a sentir abrumada y sé que debo encontrar una forma de salir de esta situación inesperada y fuera de mi control.

. . . . . . . . . . . .

Esa reacción podría haber sido la mía hace un año, pero la Julia de hoy ha decidido actuar de manera diferente. Con una sonrisa renovada, dirijo mi mirada hacia el hombre que me ofrece su mano para bailar y le devuelvo la sonrisa mientras nuestros ojos se encuentran en un instante que parece suspendido en el tiempo.

-Claro, me encantaría bailar contigo, Diego. Por cierto, me llamo Beatriz, pero todos me llaman Bea.

Con esa presentación, nos dirigimos a la pista de baile, donde la música vibrante nos envuelve. Comenzamos a movernos al ritmo de la melodía, dejándonos llevar por la energía que llena el ambiente.

-Por tu acento, veo que no eres española, ¿verdad? ¿Eres estadounidense? -me pregunta, con curiosidad en su voz.

-Vaya, no creí que se notara tanto. Sí, soy estadounidense de adopción, pero nací en España. La verdad es que apenas hablo en español, así que no me había dado cuenta de que mi acento estadounidense era tan evidente. Actualmente, vivo y trabajo en Estados Unidos; tengo un pequeño negocio en Nueva York que me permite llevar una vida cómoda.

A pesar de la conexión que se va formando entre nosotros, decido no revelar mi verdadera identidad. Quiero pasar desapercibida y disfrutar de esta nueva experiencia. Diego es un buen bailarín, aunque no llega a la altura de Liam, pero tiene un buen ritmo y se desenvuelve bien en la pista, lo que me hace sentir cómoda.

-Bailas muy bien, Bea -me elogia, con una mirada que refleja aprecio por mis movimientos.

-He tenido un buen maestro -respondo, sonriendo levemente al recordar a Liam que me enseñó a bailar.

-¿Y qué hace una chica como tú en un lugar como este? -pregunta con interés, buscando entenderme mejor.

-No estoy sola; estoy aquí con mis amigas -le aclaro, girando la cabeza hacia ellas para señalarlas. Justo en ese momento, mis ojos se detienen en Lola y Sophie, que se están acercando y se besan en los labios.

Me quedo paralizada, sorprendida por la escena que se despliega ante mí. La reacción es instantánea, y Diego se detiene también, ambos observando la situación con una mezcla de sorpresa y curiosidad. La pista de baile se convierte en un escenario donde la espontaneidad de mis amigas capta toda nuestra atención, y un torrente de emociones recorre mi mente mientras trato de procesar lo que estoy viendo.

-Wow, la chispa ha prendido y ha provocado un incendio.

-Parece que tus amigas están pasando un buen rato -comenta Diego con una sonrisa cómplice.

-Es increíble, estamos viendo cómo surge una nueva relación en tiempo real -comento, asombrada por la situación.

-¿Estás sugiriendo que acaban de declararse?- pregunta, sorprendido.

-Sí, creo que sí. Esto hay que celebrarlo. Vamos Diego, te invito a una copa, ellas ya se acercarán cuando quieran.

Me voy con Diego a la barra, esta vez soy yo la que lo lleva de la mano.

Pedimos nuestras copas en la barra y Diego, amablemente, me cede un taburete que se acaba de quedar libre. Al sentarme y cruzar las piernas, mi corto vestido deja a la vista casi la totalidad de mis piernas. Estoy segura que ya ha descubierto el color de mi tanga. Mis sandalias de alto tacón, muestran mis uñas perfectamente cuidadas y pintadas de rojo igual que las de mis manos y combinadas con mi carmín. Muestro una imagen sexi y Diego no pierde ocasión de admirar mis piernas, de la misma manera que no puede evitar mirar mis pezones, que se marcan a través de la tela del vestido ajustado que llevo sin sujetador. Diego se da cuenta que le he pillado en sus miradas.

-Disculpa Bea, no quería ser grosero, pero no he podido evitarlo.

-No te preocupes Diego, lo entiendo y no me molesta, pero prefiero que me miren a los ojos. Y tú ¿estás solo o has venido con alguien?

-He venido con mi socio y sin embargo amigo. Estamos de celebración, tenemos una empresa de climatización, y hoy hemos firmado un importante contrato con una multinacional para la instalación y mantenimiento de sistemas de climatización en su nueva sede en España.

-Oh, que bueno, y ¿cómo se llama esa multinacional?

-M&J Internacional.

Casi me atraganto con mi bebida, cuando oigo el nombre de mi empresa.

-Si seguro que la conoces, Bea, tiene su sede central en Nueva York.

-Pues no, no me suena.-le contesto mientras con mi mano oculto mi colgante para que no reconozca el logo.

Debido al espectacular crecimiento que habíamos tenido en el último año, mis socias y yo habíamos decidido separar Europa y construir en Madrid lo que sería la futura sede europea de M&J Europe. En realidad ya han empezado las obras preparando y allanando el terreno. Y por lo que me acabo de enterar, también tenemos la climatización. Precisamente uno de los motivos de este viaje, es poner la primera piedra del que será el edificio más alto de Madrid. Habíamos nombrado un equipo que se estaba encargando de todas las gestiones necesarias para llevar a cabo esta obra.

-¿Y Dónde está tu socio?

Me señala una pareja que en un rincón oscuro no dejan de besarse y acariciarse.

-O sea, que, para celebrar ese contrato, habéis venido a ligar. ¿No es así? Pues parece que tu socio y amigo, ha tenido más suerte que tú.

-No creo, estoy con la chica más guapa de todo el local.

-Pero estoy casada, no tienes nada que hacer conmigo.- mientras le enseño mi alianza.

-El que estés casada no impide que podamos hablar, pero si te sientes incómoda…

-No, no, por favor, no me malinterpretes, está siendo muy agradable hablar contigo, pero entiendo que has venido con otras intenciones y a lo mejor estás perdiendo el tiempo conmigo.

-No estoy perdiendo el tiempo, me siento muy a gusto hablando contigo y si no te molesta, podemos seguir conversando, te prometo que no voy a intentar nada. Déjame hacerte compañía, al menos, hasta que vengan tus amigas, para que no estés sola ¿Puedo invitarte a otra copa?

-De acuerdo, y así me cuentas algo más de ti.

Seguimos charlando en una animada conversación donde hablamos un poco de todo. Tiene buena conversación y se puede hablar de cualquier tema. Se le ve culto y está muy informado de la actualidad. En verdad que estoy pasando un rato muy agradable con su charla.

Lola y Sophie se acercan a la barra donde nos encontramos Diego y yo, charlando animadamente.

-¿Hola?- saludan Lola y Sophie, casi a la vez.

-Chicas, este es Diego, me ha estado haciendo compañía. Ellas son Lola y Sophie.

Se dan dos besos entre ellos.

-Felicidades chicas. Ya me ha contado Bea, que os acabáis de hacer pareja, creo que soy el primero en felicitaros.

-¿Bea?- preguntan mirándome extrañadas. Les hago un gesto con la cabeza para que sigan con la mentirijilla.

-Bea, vuestra amiga.

-Ah, sí claro, es que entre nosotras la llamamos Be.- Me miran con complicidad mientras me aguanto la risa.

-Bueno, pues ya me retiro, os dejo que seguro tenéis cosas que contaros. Adiós Bea, ha sido un placer pasar estos momentos contigo.- mientras me da dos besos de despedida.

-Adiós Diego, para mi también ha sido un placer. Y deseo que os vaya bien con esa multinacional.

-Seguro que sí. Gracias Bea.

Diego se va mientras Lola y Sophie se me quedan mirando con gesto interrogativo.

-¿Bea? ¿En serio?

-Luego os lo explico chicas, ahora creo que tenéis algo que contarme ¿no?

-Creo que ya nos has visto Julia, Lola y yo nos hemos enamorado y hemos decidido intentarlo.

-Estoy muy contenta chicas, esto hay que celebrarlo.

Nos damos un abrazo las tres, mientras les beso a las dos.

-Vámonos a la suite, a bebernos el champán más caro que tengan.

Salimos de local hacia el hotel. Lola y Sophie van cogidas de la mano, sin ocultar su relación. Por el camino me interrogan sobre Diego.

-Se acercó para invitarme a bailar y como me pareció un chico guapo y amable, pues acepté, además me apetecía bailar y Diego lo hacía bastante bien.

-¿Y lo de Bea?

-Es que quería ocultar mi verdadera identidad y solté alguna mentirijilla.

-Pero Julia, ¿no tuviste miedo de estar a solas con él?

-No Lola, y me ha servido para afianzar mi confianza en mí misma, y confiar más en la gente, sobre todo en los hombres. Diego en ningún momento se ha sobrepasado, ni ha invadido mi espacio. Ha sido muy amable y se ha ofrecido a hacerme compañía mientras vosotras estabais bailando. Y algo muy importante, ha hecho que me reconcilie con el género masculino. Me he dado cuenta que no todos los hombres son como Sergio, que hay muchos más que son como Liam o como Diego.

-Pues sí, Julia y me alegro que hayas dado este paso. Esto casi es el punto final de la terapia. En cuanto soluciones lo que tienes pendiente de tu pasado, creo que ya no me necesitarás como terapeuta, aunque siempre me tendrás como amiga.

Entre risas, abrazos y felicitaciones, nos bebemos la botella de champán. Antes hemos hecho una videollamada con Liam e Isabella a quienes les damos la buena noticia, y brindamos con ellos.

-Lola, ¿Por qué no te quedas a dormir en la suite? Podéis usar el dormitorio principal, yo puedo dormir en el de invitados.

-Sería abusar de tu hospitalidad, Julia.

-Abusa, Lola, abusa. Mira que carita te está poniendo Sophie.

Se gira hacia Sophie, que la está mirando con cara suplicante para que acepte mi invitación.

-Venga Lola, acepta la invitación, hazlo por mí.

Lola se acerca a Sophie y le besa en la boca.

-Está bien Julia, gracias, aunque no tengo pijama.

-Te puedo prestar el mío, que no lo voy a usar, pero no creo que lo necesites.

Nos despedimos hasta mañana, pero mientras Lola va al baño, Sophie viene hacia mí, y me abraza.

-Estoy muy ilusionada con Lola y creo que puede funcionar, nos hemos entendido a la primera. Yo por mi parte voy a hacer todo lo posible para que mi relación con Lola salga adelante. Te estoy muy agradecida Julia, sé que me trajiste a Madrid por Lola. Y te estaré eternamente agradecida por eso.

-No me lo agradezcas Sophie, estaba en deuda contigo, te lo debía. Solo deseo que os vaya bien. Estoy segura de que seréis muy felices juntas. Tu felicidad también es importante para mí.

. . . . . . . . . . . .

Cuando estoy en la cama, le hago una videollamada a Liam, quiero hablar a solas con él.

-Hola Julia, cariño.

-Hola cielo, tenía ganas de estar contigo a solas. ¿Te pillo en mal momento?

-No, no tranquila. Oye que bien lo de Lola y Sophie ¿no?, yo me alegro mucho por Sophie, creo que ya se merecía encontrar a alguien y espero que Lola sea ese alguien.

-Liam, te voy a echar mucho de menos. Tantos años durmiendo sola y ahora no me acostumbro. Es que mi cama no es lo mismo sin ti.

-Julia, ¿ya estás en la cama?

-Sí, en la cama, desnudita y sola. Aunque hoy podía haberme traído un tío a la cama.

-¿Cómo?

-Que he ligado en el bar de copas, Liam, me ha entrado un tío y he estado bailando con él. Era muy guapo y muy agradable. Si hubiera querido, me lo hubiera traído a la cama.

-¿Y por qué no lo has hecho? ¿No estás cachonda?

-Claro que estoy cachonda Liam, por eso te voy a echar de menos. Pero no me voy a traer un tío a la cama para calmar mi calentura, eso solo lo hago contigo. Bueno, y también con mi amiguito de 20 cms.

-¿Te lo has llevado?

-No es como estar contigo, pero al menos tengo algo para introducirme en mi coñito y que no se sienta huérfano.

-Julia.

-Qué, cielo.

-Quiero verlo.

-¿Qué quieres ver?

-Como lo haces. Quiero ver como lo haces con esa polla de goma.

-¿De verdad? No sé, me da un poco de vergüenza.

-Ya lo hemos hecho otras veces.

-Sí, contigo, pero no separados, si no participas no es lo mismo.

-Podemos hacerlo los dos, tú con tus 20 cms, mientras yo me toco hasta que me corra.

-¿Aun estás en el despacho?

-Sí pero estoy solo, ya se han ido todos. Bueno están los de seguridad. Pero solo tengo que cerrar la puerta por si acaso y lo hacemos a la vez. Venga, será una bonita experiencia. ¿Te animas cariño?

-Uf, si ya estaba cachonda, solo pensarlo hacerlo así, me ha puesto guarra de verdad. Venga, prepárate, que quiero ver cómo te pajeas.

-Y yo quiero ver como te metes esa polla en tu coño hasta el fondo.

Veo como Liam se levanta del sillón donde está sentado y se desnuda totalmente. Aunque no hacía falta que se desnudara del todo, a mí me gustaba verlo así, desnudo, marcando sus pectorales, que, con el color de su piel, aun se resultan más atractivos. Yo ya estaba desnuda y solo hice apartar la sabana y así desnuda, fui a buscar el consolador que estaba en la maleta. Al pasar por el dormitorio principal, paro tras la puerta, escuchando como Lola y Sophie, dan rienda suelta a sus deseos. Sonrío con una sonrisa cómplice.

Vuelvo a mi habitación. Liam ya tiene su miembro totalmente erecto.

-Hey, no te aceleres, que vas a acabar antes que yo. Descansa un poco, mientras me pongo a tono.

-Imagina lo que te haría si estuviera a tu lado ahora.- Me dice Liam.

Me acuesto en la cama desnuda, me abro de piernas y comienzo a frotarme el coño.

-Me masturbo mientras te lo imaginas tú.- Le contesto.

El énfasis, por supuesto, está en mi clítoris erecto, pero siento que también necesito algo dentro. Así que tomo el consolador, y me lo meto entero en el coño. Él ya no dice nada, pero ninguno apartamos la vista de la pantalla, viéndonos como nos masturbamos.

Liam está desnudo, en el sofá de su despacho. Veo la gran polla de Liam erguida y negra, y como la está frotando vigorosamente.

-Te extraño, sabes …

-Yo también te extraño.- Le respondo.

Empujo el consolador dentro de mi coño más profundo y comienzo a follarme con fuerza, con mis dedos masajeando el clítoris, y todo el tiempo sin quitar los ojos de Liam y su polla.

-¡Si estuviera a tu lado, dejaría que me follaras muy, muy duro ahora! ¡Estoy tan cachonda!

Liam jadea frente a mí en la cámara. Es tan estimulante verlo masturbarse conmigo que no puedo evitarlo y tengo que explotar en mi orgasmo.

-¡Voy a acabar!- Grito, y luego estallo muy fuerte, dejando que todo mi cuerpo se libere y disfrute del orgasmo.

Liam aún no ha terminado, aunque obviamente es muy especial. Decido darle un espectáculo.

-Espera Liam, que esto no ha acabado, aguanta un poco.

Me saco el consolador del coño y como el suelo de la habitación está totalmente cubierto por una alfombra, me dirijo al amplio baño, donde con ayuda de la ventosa lo sujeto en el suelo. Voy a reproducir la misma escena de Boston, pero esta vez para mi marido como espectador. Vuelvo a por el portátil y lo coloco para que se vea bien en pantalla.

-Disfruta cariño, esto va dedicado a ti.

Como en Boston, me coloco en cuclillas encima el consolador y me voy dejando caer hasta que me siento empalada por él. Inicio el sube y baja ganando en velocidad a medida que el pene artificial, lubricado por mis jugos, se desliza con más suavidad y penetra más profundamente en mi castigado coño. Mis pechos rebotan al ritmo de la fuerte penetración que yo misma me impongo. En ningún momento aparto la vista de la cámara, quiero transmitirle a Liam que este acto es exclusivamente para él, para provocarle ese orgasmo que ya está retrasando.

-Córrete cuando quieras cielo, échame tu semen en mi cara, ya sabes que me encanta.

Liam lanza un grito al tiempo que veo como lanza sus chorros de semen que por desgracia no van a parar a mi cara. Disfruta claramente de su orgasmo, que aún más fuerte porque está muy estimulado al verme introducirme el consolador profundamente en mi coño. Yo también tengo otro orgasmo intenso al mismo tiempo que él.

-Uf, cariño, ha sido bestial. Esto tenemos que repetirlo.

-Sí mi cielo, ha sido casi como si estuvieras aquí conmigo.



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La historia de Julia continúa en:

Capítulo 29: Reencuentro en el pasado.


Este capítulo explora los sentimientos encontrados de Julia al enfrentarse a su pasado, y a la aparición de Loísa que la lleva a cuestionar sus creencias y a tomar una decisión que podría cambiar el curso de su futuro.

Liam y Julia.jpegJulia y Sophie.jpegJulia, Sophie y Lola.jpegSophie y Lola.jpegPongamos que hablo de Madrid.jpeg
 
No me ha gustado absolutamente nada la aparición del tal Diego y menos que a Liam no le moleste que se lo haya podido llevar a la cama.
No me gusta nada lo que puede pasar, aunque yo confío en que Julia no.le va a ser infiel. Pero me quedo preocupado con que al final lo vaya a ser, aunque a Liam no le importe. No me gusta nada de nada que pueda pasar.
 
La primera vez lo he leído rápido y con mucho miedo, pero al releerlo otra vez, he visto que Julia ni se plantea estar con otro hombre y eso me tranquiliza.
Ahora ya si que llega el momento de la verdad y se verá las caras con su mala ex amiga Loisa y la basura con patas de Sergio. Espero que los 2 paguen las consecuencias.
 
La primera vez lo he leído rápido y con mucho miedo, pero al releerlo otra vez, he visto que Julia ni se plantea estar con otro hombre y eso me tranquiliza.
Ahora ya si que llega el momento de la verdad y se verá las caras con su mala ex amiga Loisa y la basura con patas de Sergio. Espero que los 2 paguen las consecuencias.
Bueno, debo confesar que la contestación de Liam me ha confundido. No sé si lo dijo en serio o en broma. Como no le importa que se enrolle con Sophie, quizás tampoco lo haga con los demás, mientras lo ame a él. Quien sabe.
 
Bueno, debo confesar que la contestación de Liam me ha confundido. No sé si lo dijo en serio o en broma. Como no le importa que se enrolle con Sophie, quizás tampoco lo haga con los demás, mientras lo ame a él. Quien sabe.
A mí también me ha sorprendido, la verdad. Menos mal que es la propia Julia la que no creo que sea de esas.
 
EL TALISMÁN. TERCERA PARTE. ¡QUIERO VIVIR!


Capítulo 29. Reencuentro en el pasado.

Julio 2011.

Madrid.

Julia.


Lola no nos deja desayunar en el hotel y nos conduce a disfrutar de un desayuno de chocolate con churros en la conocida Chocolatería San Ginés, que goza de cierta reputación en Madrid.

Para Sophie, es una novedad la idea de desayunar churros, mientras que para Lola es una costumbre diaria. Nos revela que, debido a su proximidad a la consulta, siempre elige churros para desayunar, aunque no necesariamente con chocolate. En mi caso, este desayuno me hace reflexionar sobre todo lo que he perdido en la vida. Lola empieza a notar que algo me está afectando y se muestra preocupada por mi estado de ánimo.

-Julia, ¿te sientes bien? He notado que tu expresión ha cambiado cuando has entrado aquí.

-Estoy bien, Lola. Simplemente, estos olores me han hecho revivir recuerdos del pasado. Cuando mis padres estaban vivos, solíamos desayunar chocolate con churros en la churrería del pueblo todos los domingos antes de ir a misa. Recordar esos momentos con ellos me trajo un poco de nostalgia, pero estoy bien, Lola. Así que, vamos a disfrutar de este desayuno. No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que disfruté de un buen chocolate con churros.

-No te preocupes, Julia. Entiendo lo que sientes. A veces, los recuerdos pueden ser poderosos.

Sophie se siente un tanto desconcertada al principio con el churro, pero decide seguir nuestro ejemplo y enseguida aprende a sumergirlos en el chocolate y a comerlos sin hacer un desastre. Mientras disfrutamos del desayuno, les cuento a mis amigas mis planes para el día de hoy.

-La última vez que estuve en Madrid, organicé un equipo de profesionales con el objetivo de recopilar información sobre todas las personas involucradas de alguna manera en mi experiencia pasada y empezar a idear un plan de actuación. Ahora, este equipo ha crecido con la incorporación de más profesionales, y estamos en la fase final de planificación. No queremos dejar ningún aspecto al azar, hemos calculado todos los detalles minuciosamente. Contamos con la colaboración de muchas personas comprometidas. El dinero, como se sabe, puede influir tanto para el bien como para el mal, pero en mi caso, lo utilizaré en busca de justicia. Tendré una reunión con mi equipo durante toda la mañana, y nos encontraremos para comer en el hotel. Después, viajaré a Zaragoza para visitar a mis padres antes de dirigirme a Villalba del Conde.

-Me parece genial, Julia. Mientras tú tengas tu reunión, nosotras aprovecharemos la mañana para explorar Madrid.

-La suite está a vuestra disposición para toda la semana, y todos los gastos ya están cubiertos.

-No es necesario, Julia. Lola amablemente me ha invitado a su casa, así que creo que optaremos por esa opción.

-Como queráis, chicas, pero yo no dejaría pasar la oportunidad de disfrutar de la suite.

-Sophie, creo que sería apropiado aceptar la generosa oferta de Julia y aprovechar la suite.

-De acuerdo, Lola. Aprovechemos la suite.

-Nos decimos adiós con afectuosos abrazos y besos.

El equipo original, compuesto por tres mujeres que contraté hace más de un año, había crecido con la incorporación de expertos en diversas áreas. A pesar de que ya habíamos cerrado todos los detalles, aún necesitaba algunos documentos y herramientas que me proporcionaron en ese momento. Revisamos minuciosamente el plan y la hoja de ruta. Habían alquilado un apartamento que habían convertido en nuestro centro de operaciones. Cualquier pregunta o duda que surgiera, podía resolverse de inmediato. Todo estaba meticulosamente planeado, y no había margen para errores.

Disfrutamos de un almuerzo las tres en el restaurante del hotel, mientras Sophie comparte con entusiasmo sus experiencias y descubrimientos en Madrid. Lola siente un profundo amor por su ciudad y lo comparte con cualquiera que esté dispuesto a escucharla.

Tras el almuerzo, llega el momento de las despedidas.

-Espero sinceramente que encuentres la sanación que estás buscando, Julia, y quiero que sepas que siempre puedes contar con mi apoyo, como amiga y como profesional. Tengo mucha fe en ti, pero si en algún momento te sientes abrumada, sin importar la hora, no dudes en llamarme; siempre estaré disponible para ti.

-Aprecio mucho tu apoyo, Lola, y, por supuesto, te mantendré informada. Me siento más fuerte que nunca, y en gran medida, es gracias a ti. Ya no siento miedo.

- Julia, tengo plena confianza en que superarás todo esto porque te conozco profundamente. Aunque a veces puedas parecer frágil, has demostrado una y otra vez que eres una persona increíblemente fuerte y decidida. A lo largo de tu vida has enfrentado muchos desafíos, y a pesar de todo, aquí estás, avanzando con una valentía admirable.

Sé que en tu interior tienes un corazón puro, lleno de sinceridad y bondad. No dejes que el dolor ni el deseo de venganza empañen ese corazón tan noble. Sé que buscarás justicia, pero recuerda, Julia, que el perdón también puede ser un paso hacia la sanación, tanto para ti como para los demás. Es un gesto poderoso que puede liberar las cargas más pesadas.

Confío en que serás capaz de tomar las mejores decisiones, con equilibrio y sabiduría. No olvides que perdonar no es olvidar, sino encontrar la paz que tanto mereces. Cuando volvamos a encontrarnos, deseo con todo mi corazón que esa tristeza que hoy se refleja en tus ojos haya desaparecido, y que en su lugar solo quede la luz de una mujer que ha encontrado la paz interior.

-Puedes estar segura de eso, Sophie. Este es el último paso en mi proceso de transformación, y lo siento en cada parte de mí. Todo lo que he vivido me ha traído hasta aquí, y aunque ha sido doloroso, ahora sé que era necesario para llegar a ser quien soy hoy. He aprendido a enfrentar la oscuridad, a soltar lo que ya no me sirve y a encontrar la fuerza en medio del caos.

Ya no volverás a verme triste. He dejado atrás esa parte de mí que se aferraba al dolor, a las pérdidas y al miedo. Ahora camino hacia adelante con determinación, con una nueva perspectiva y un corazón lleno de esperanza. Lo que viene a partir de este momento es una nueva etapa, una en la que la tristeza ya no tiene lugar. Estoy lista para lo que sea que la vida me depare, y lo enfrentaré con la seguridad de que soy más fuerte y más resiliente de lo que jamás pensé.

Sophie, puedes confiar en mí. He renacido.

. . . . . . . . . . . .

Zaragoza

Zaragoza es una ciudad y municipio de España, capital tanto de la provincia del mismo nombre como de la comunidad autónoma de Aragón. Situada en la Comarca Central, cuenta con un régimen legal especial por ser la capital aragonesa. Según los datos oficiales del INE, es el quinto municipio más poblado del país, con 682.513 habitantes, detrás de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

La ciudad se encuentra a orillas de los ríos Ebro, Huerva y Gállego, así como del Canal Imperial de Aragón, en el corazón del valle del Ebro. Parte de su territorio está ocupado por la reserva natural dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro.

Zaragoza ostenta varios títulos honoríficos, como Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal, en reconocimiento a su resistencia durante los Sitios de Zaragoza en la Guerra de la Independencia. Estos títulos están representados en su escudo mediante sus iniciales. La ciudad celebra sus fiestas principales en honor a la Virgen del Pilar el 12 de octubre, y su patrón es San Valero, cuya festividad se conmemora el 29 de enero. Entre el 14 de junio y el 14 de septiembre de 2008, Zaragoza fue sede de la Expo 2008, coincidiendo con el bicentenario de los Sitios y el centenario de la Exposición Hispano-Francesa de 1908.

(Fuente: Conocipedia).




Julio 2011.

Julia.


Después de despedirme de Lola y Sophie, pongo rumbo a mi primera parada, Zaragoza, donde están mis padres, los biológicos y los de acogida. Cuando llego, tres horas después de abandonar Madrid, voy directa hacia la urbanización donde viven Luis y Pilar. Me hubiera gustado avisarles, pero hace años que no tengo su teléfono. Desde que me fui de aquí, no sabía nada de ellos. Yo no había tenido comunicación con ellos, y ahora me arrepentía de no haberlo hecho. Tengo la esperanza de que sigan viviendo en esa urbanización, y que aún me recuerden.

Llego a la urbanización y avanzo lentamente para evitar hacer ruido mientras me acerco a la casa donde viven. La casa parece estar igual que en mi recuerdo, con evidentes signos del paso del tiempo, pero también muestra el cuidado que han puesto en ella. Estos son indicios claros de que sigue habitada.

Cruzo la cerca y me acerco a la puerta de entrada. Mis nervios me hacen temblar mientras presiono el timbre. Escucho pasos acercándose y una voz que grita algo que no logro entender. La puerta se abre, y me encuentro con Pilar, quien me mira como si intentara reconocerme. A pesar de los signos del tiempo en su rostro, sigue estando igual que cuando me fui.

-Pilar… hola… soy…

-¡JULIA! Dios mío, eres tú, Julia.

Pilar me envuelve en un abrazo cálido mientras llama a su esposo.

-¡LUIS, VEN RÁPIDO, ES JULIA!

Se escucha una voz al fondo.

-¿Julia? ¿Qué Julia?

-Pero que Julia va a ser, hombre, nuestra Julia.

Luis se asoma por el pasillo y nos mira con sorpresa.

-¿Julia? Eres tú, Julia, pero…

Luis también me abraza. Estoy tan emocionada que todavía no he podido decir una palabra. Me invitan a entrar.

-Pero no te quedes parada en la puerta, entra, querida, que tienes muchas cosas que contarnos.

Entramos en el salón, y me bombardean con un montón de preguntas que apenas tengo tiempo de responder. Les cuento sobre mis años en Estados Unidos, les hablo de mi empresa, de mi esposo Liam (del que les muestro algunas fotos de él). También les hablo de mis nuevas amigas, y como me han ayudado a superar mis miedos. De repente, Pilar se levanta y regresa con una caja llena de revistas.

-Julia, no creas que no hemos tenido noticias tuyas. Sabemos que eres una figura famosa y una persona de gran influencia.

Me quedo sorprendida cuando comienza a sacar de la caja revistas y periódicos, en las que he aparecido en portada, empezando por la más reciente de Time, donde se me reconoce como la persona más influyente de Estados Unidos en el último año. Pilar continúa sacando más revistas de la caja, mostrándome portadas y artículos que destacan mi influencia y logros en Estados Unidos. La sorpresa y gratitud me invaden al darme cuenta de cuánto han estado pendientes de mis logros.

-Mira, Julia, que una española haya tenido éxito como empresaria en Estados Unidos, es comprensible que en España se te haya prestado atención.

Sabía del interés que los medios españoles habían mostrado por mi persona y de sus intentos por concertar una entrevista conmigo. Siempre rechacé esas propuestas, ya que no deseaba tanta notoriedad en España. Sin embargo, a pesar de mi resistencia, parece que la prensa española seguía informándose sobre mi carrera a través de agencias, y reproduciendo los artículos de revistas extranjeras. Bueno, creo que les debo una entrevista y un buen reportaje cuando regrese a Madrid. Pero por ahora, prefiero que no sepan que estoy en España, ya que eso podría arruinar mis planes. Lo último que necesito es un grupo de paparazzi persiguiéndome día y noche. Oficialmente, estoy en Europa en un viaje de negocios.

-¿Y cómo te va en la empresa, Luis?

-La empresa está en su mejor momento Julia y está en pleno crecimiento con unas grandes expectativas. Por eso hemos decidido venderla y aprovechar los años que nos quedan para hacer esas cosas que siempre vas dejando para cuando tengas tiempo. Pues yo creo que ya me he ganado mi tiempo. Seguramente aprovecharemos para visitar esos lugares a los que siempre hemos querido viajar pero que siempre hemos ido posponiendo. Estamos negociando con un comprador y si llegamos a un acuerdo favorable, me desharé de ella.

-Es una excelente decisión, Luis. Disfrutad ahora que aún sois jóvenes. Si os decidís viajar a Nueva York, solo decidme las fechas y no os preocupéis por nada más. En cuanto a las negociaciones, mi empresa y yo somos expertas en este tipo de operaciones. Puedo asesorarte e incluso encargarme de las negociaciones en tu nombre. Y si las negociaciones no llegan a buen puerto, estaré dispuesta a hacerte una buena oferta. Por cierto, ¿habéis tenido a más chicas de acogida después de mí?

-No Julia, nos retiramos del programa, tú fuiste la última. Nosotros no pudimos tener hijos, pero si hubiéramos podido nos gustaría haber tenido una hija como tú. Has sido lo más parecido a una hija que hemos tenido, por eso decidimos no seguir con el programa de acogida.

Las palabras de Pilar y Luis me conmueven profundamente.

-Huy, si casi se me olvida, os he traído unos regalos.

De mi maleta, saco dos paquetes y les entrego uno a Luis y otro a Pilar.

-Pero para que nos traes nada Julia.

-Son solo pequeños detalles, Pilar, como muestra de mi agradecimiento por todo lo que hicisteis por mí.

El regalo de Luis es un reloj de oro personalizado con su nombre grabado en la esfera, y para Pilar un collar de perlas, con broche de oro, también con su nombre grabado.

-Julia, esto es demasiado, te habrá costado una fortuna. No deberíamos aceptar…

-No, Luis, por favor, no los rechacéis. Vosotros me acogisteis en el peor momento de mi vida y me brindasteis el consuelo que necesitaba. Actuasteis como mis padres recién perdidos, y lo hicisteis de manera excepcional. En ese momento, no supe corresponderos como os merecíais, y después de todo este tiempo, he querido mostrar mi agradecimiento y mi cariño de forma personal. Estos regalos es una forma de expresar mi gratitud y afecto hacia vosotros. Es muy importante para mi que los aceptéis.

-Muchas gracias Julia, claro que aceptamos tus regalos.

Me dan un abrazo cada uno en señal de agradecimiento.

En ese instante, Pilar y Luis intercambian miradas como si tuvieran algo que quisieran decirme, pero no se atreven.

-Julia, hay algo que debemos contarte. -Pilar me lo dice con seriedad.

-Claro, Pilar, ¿qué sucede? -Les miro expectante, preocupada por su expresión seria.

-Nos tienes que perdonar Julia, pero en ese momento no sabíamos que hacer, y tu número español ya no funcionaba y no sabíamos cómo ponernos en contacto contigo.

-Entiendo la situación, Pilar. Fue un período difícil para mi. ¿Qué sucedió exactamente?

-A los pocos días de que te fueras a Harvard, alguien vino preguntando por ti.

-¿Preguntando por mí? ¿Pero quién sabía que vivía aquí? No tenía amigos y nunca le dije a nadie dónde vivía.

-Una chica, decía que era de tu pueblo. Al principio, no quisimos decirle nada. Sabíamos lo reservada que eras con tus asuntos y pensamos que no teníamos derecho a revelar tu paradero sin tu permiso. Pero ella insistió, insistió mucho. Decía que era muy importante hablar contigo, y me lo decía casi llorando. Que llevaba mucho tiempo buscándote. En serio, Julia, me dio mucha pena y le dije que te habías ido a Estados Unidos. Te juro que no le dije más, a pesar de su insistencia. Al final, desistió, pero se quedó muy afectada con la noticia.

-Entiendo, Pilar. Fue una situación complicada. ¿Recuerdas algo más sobre esa chica o por qué estaba tan decidida a encontrarme?

-Era una chica joven, pero no la conocíamos de nada. Solo insistía en hablar contigo y parecía desesperada. No sabíamos qué pensar en ese momento, pero no quisimos darle más información sobre ti. Después de eso, nunca volvimos a saber de ella. Anoté su nombre y número de teléfono en un papel, por si algún día decidías contactarla tú misma o querías saber quién era.

-¿Tienes ese papel o recuerdas el nombre de la chica y su número de teléfono? Podría ser importante saber quién era y por qué quería hablar conmigo en ese momento.

-Debería estar por aquí en algún lugar. Permíteme buscarlo, y te lo daré si lo encuentro.

Pilar se dirige a un cajón del mueble del salón y regresa con una pequeña carpeta que contiene varias tarjetas. Rebusca entre los papeles hasta encontrar el papel en cuestión.

-Aquí está, toma.

Tomo el papel con manos temblorosas, anticipando lo que podría encontrar. Cuando lo leo, siento un vuelco en el corazón que confirma mis sospechas.

-Loísa Villalba.

-¿La conoces Julia?

-Sí, la conozco, Pilar. Es alguien de mi pasado. Hace tiempo fuimos amigas, pero me traiciono con mi novio. No sé porque me buscaba.

-Entonces Julia, ¿Hicimos bien en no decirle tu paradero?

-Sí, sí, Pilar, lo hicisteis muy bien. Siento no haberme puesto en contacto con vosotros. La verdad es que estaba tan concentrada en mi carrera que no he pensado en nadie. Y Loísa era en ese momento la persona con la que menos quería hablar. Pero no logro comprender porque me buscaba y porque era tan importante hablar conmigo. Gracias por proteger mi privacidad en ese momento.

-Tampoco a mí me lo dijo, pero esa chica se fue de esta casa llorando Julia. A mi me dio mucha pena. Si dices que erais amigas y te traicionó con tu novio, quizá estuviera arrepentida y quisiera pedirte perdón.

Era una posibilidad que nunca me había planteado. Pero tampoco he sabido hasta ahora que me había estado buscando.

-Comprendo, Pilar. Tal vez tenía buenas intenciones, pero no sé qué pensar. A pesar de eso, agradezco tu preocupación y comprensión.

-Es comprensible que te sorprenda esta situación, Julia. A veces, la vida nos reserva sorpresas inesperadas. Si alguna vez decides hablar con Loísa, asegúrate de hacerlo cuando te sientas preparada y segura de que es lo que deseas. Lo más importante es que tomes decisiones que sean mejores para ti y tu bienestar.

Esta noticia me ha tomado por sorpresa. Mi equipo ha recopilado una gran cantidad de información sobre Loísa, incluso sé dónde va a estar mañana por la mañana. A pesar de creer que tenía un conocimiento completo de su vida, me doy cuenta de que todavía hay mucho que desconozco. Debo compartir esta información con mi equipo para que puedan investigar más a fondo. Además, tengo la intención de hablar con Lola, ya que confío en que pueda ofrecer alguna perspectiva o teoría sobre esta situación.

-Creo que ya he abusado bastante de vuestra hospitalidad, tengo que irme ya.

-¡Espera un momento! ¿A dónde tienes planeado ir a dormir?

-Tengo reserva en el Gran Hotel, Pilar. Estaré bien ahí.

-No Julia, ¿Dónde vais a estar mejor que aquí? Te quedas a dormir en nuestra casa, que también es la tuya Julia. Aún está tu habitación tal como la dejaste.

-Pilar, de verdad, no quiero ser una molestia.

-Anda, anda, que tú no eres una molestia. Ya te hemos dicho que eres como nuestra hija. Además, después de los regalos que nos has dado, no vamos a permitir que te vayas a un hotel. Puedes llamar para cancelar la reserva.

-Da igual, Pilar. Ya es demasiado tarde para cancelar la reserva del hotel. Pero la verdad es que me hace ilusión volver a quedarme en mi antigua habitación.

-Pues claro que sí Julia. Anda, ves haciendo la cama mientras te hago algo de cenar.

-¡Gracias, Pilar! Eres muy amable. Estoy deseando cenar algo y descansar.

Así que finalmente acepto la hospitalidad de Pilar y Luis y me quedo a dormir en su casa. Pilar se pone manos a la obra en la cocina para prepararnos algo de cena, y mientras tanto, yo voy a la habitación que solía ser la mía en busca de las sábanas y todo lo necesario para preparar la cama. Aunque ha pasado mucho tiempo, la habitación permanece igual que cuando me fui. Los recuerdos fluyen mientras organizo la cama para la noche.

Finalmente, nos reunimos en la cocina para disfrutar de una cena preparada con cariño por Pilar. La calidez y la familiaridad del momento me llenan de gratitud y me hacen sentir como si hubiera vuelto a casa. Pasamos una agradable velada compartiendo historias y recuerdos, y me siento realmente afortunada de haberlos encontrado de nuevo después de tanto tiempo. Pese a los años de separación, su cariño y apoyo hacia mí siguen siendo inquebrantables, y me hacen sentirme que soy parte de su familia.

-Oye, pues debe ser verdad que tienes que tener mucho dinero porque estos regalos te han tenido que costar una fortuna.

-Soy asquerosamente rica Pilar, ya lo habrás leído en las revistas.

-Sí, claro que lo he leído, lo malo es que están en inglés y no me entero de nada.

-¿Y entonces porque las compras si no las leéis?

-Por ti Julia, las compramos porque sales tú en ellas.

-Pilar, eres un amor. Gracias por el cariño que me has brindado estos años. -Le digo con gratitud.

-¿Cuáles son tus planes para este viaje, Julia? ¿Te quedarás mucho tiempo por aquí?

-Solo voy a quedarme una noche aquí, Pilar. Quiero regresar a Villalba del Conde, tengo algunos asuntos pendientes que necesito resolver desde que me fui. Pero antes quería veros y por eso he hecho esta parada. Y también quiero visitar a mis padres.

-Qué lástima, Julia, me hubiera gustado que te quedases más tiempo.

-Te prometo que volveré a veros antes de partir, y a partir de ahora, estaremos más en contacto.

Hablamos sobre la comida y algunos detalles más sobre mis planes para el viaje.

. . . . . . . . . . . .

Me emociona la idea de volver a usar mi antigua habitación. Aunque habían pasado muchos años desde que me fui de casa de Pilar y Luis, la habitación seguía igual que la recordaba, como si el tiempo se hubiera detenido en ese lugar. Ahí seguía el escritorio donde tantas horas pasé preparándome para ingresar en Harvard. Lo veía todo tan lejano ahora.

De inmediato, me pongo en contacto con mi equipo y les proporciono la información sobre Loísa. Les insto a investigar más a fondo y a mantenerme informada sobre cualquier desarrollo.

Luego, a través de una videoconferencia, comparto la información que Pilar me proporcionó sobre Loísa con Liam y las chicas. Les cuento lo que sé sobre su búsqueda y la sorpresa de descubrir que ella había estado tratando de encontrarme. Observo sus reacciones y estoy ansiosa por escuchar sus opiniones y consejos sobre cómo proceder en esta situación.

Todas escuchan atentamente la historia sobre Loísa y parecen pensativas. Después de un breve momento de silencio, Lola toma la palabra.

-Julia, esto me sorprende, pero creo que en realidad refuerza mi percepción sobre Loísa. Este nuevo giro de los acontecimientos me hace pensar que hay mucho más en ella de lo que inicialmente imaginé.

-¿Qué es lo que imaginaste, Lola? Me gustaría saber qué ideas o pensamientos han cruzado por tu mente.

-Mira, Julia, he escuchado esa grabación en la que narras lo que consideras una traición en numerosas ocasiones, y he sido testigo de la profunda emoción que sientes al recordar las experiencias que viviste con Loísa. Ahora, sumando lo que acabamos de descubrir, que ella te estuvo buscando, creo que puedo afirmarlo con confianza: Loísa no te traicionó. Más bien, creo que ella fue otra víctima en el juego retorcido de Sergio y su deseo de venganza, no solo contra ti, sino también contra Ángel y la propia Loísa. Es fundamental entender que, en esta historia, no todos los personajes son lo que parecen, y a menudo hay más matices y complejidades que lo que la superficie sugiere.

Es la primera vez que Lola menciona esa posibilidad, y no puedo evitar sentirme escéptica. Sus palabras resuenan en mi mente, pero es difícil aceptar la idea que plantea. Me siento atrapada entre la curiosidad y la duda, cuestionando todo lo que creía saber hasta ese momento. ¿Realmente es factible lo que propone? La incredulidad se apodera de mí mientras reflexiono sobre las implicaciones de esta conversación.

-Lo siento, Lola, pero eso me parece sumamente improbable. No tengo dudas de que había una conspiración en marcha, pero creo que Loísa debió arrepentirse de su participación y, por eso, intentó buscarme para disculparse. Esa es la perspectiva que Pilar sostiene, y es exactamente lo que yo pienso también. Aunque aprecio que estés tratando de ver las cosas desde otro ángulo, me resulta difícil imaginar que Loísa haya sido inocente en todo esto. Su comportamiento, no lo sugiere. La idea de que realmente quería enmendar las cosas parece demasiado optimista en este contexto.

Lola y yo seguimos inmersas en un intenso debate sobre la posibilidad de que Loísa hubiera sido otra víctima del plan manipulador de Sergio. Ella expone argumentos sólidos, resaltando las circunstancias en las que Loísa había actuado, mientras yo permanezco escéptica. A pesar de los puntos que Lola plantea, mis dudas persisten, alimentadas por la traición que sentí en su momento. Me cuesta imaginar que Loísa, con toda su energía y determinación, pudiera haber sido manipulada tan fácilmente. Mientras discutimos, intento encontrar un equilibrio entre la lógica de Lola y mis propias experiencias, buscando entender cómo alguien que compartió tantos momentos conmigo podría haber estado tan enredada en una trama de engaño.

-Escucha, Julia, estoy segura de que Loísa tuvo que hacer un esfuerzo considerable para encontrarte, y estuvo muy cerca de lograrlo. ¿Te imaginas la de pasos que tuvo dar para localizarte? ¿De verdad crees que todo eso fue solo para pedirte perdón? Te recomiendo que consideres la posibilidad de hablar directamente con ella. Tener una conversación sincera podría abrirte los ojos a nuevas perspectivas y aclarar muchas dudas. Antes de tomar cualquier decisión en su contra, dale la oportunidad de explicarse y compartir su verdad. Es posible que su situación no sea tan simple como parece, y esa charla podría ayudarte a entender mejor lo que realmente sucedió. A veces, la comunicación es el primer paso para sanar viejas heridas y reconstruir la confianza.

Todas coincidieron en que la propuesta de Lola era fundamental. Era esencial que hablara con Loísa antes de tomar cualquier decisión contra ella.

-¿Qué te dice el talismán, Julia?

La pregunta de Liam me toma por sorpresa, ya que al formularla, parece otorgar un nivel de credibilidad a lo que había compartido sobre las propiedades mágicas del colgante. Es como si estuviera reconociendo que hay algo más allá de lo tangible, un significado más profundo que puede estar presente en un simple accesorio. Su curiosidad me hace reflexionar sobre la conexión que tengo con este objeto y cómo, a través de él, puedo compartir una parte de mi historia. Me pregunto si Liam está realmente interesado en entender no solo el colgante, sino también lo que representa para mí. ¿Será que está empezando a ver la importancia de los pequeños detalles en nuestras vidas?

-Mi colgante, de alguna manera, parece susurrarme que debería darle una oportunidad a Loísa. Su mensaje resuena en mí, recordándome los consejos de mis padres cuando estaban vivos, quienes siempre me instaban a no apresurarme en juzgar a las personas, a abrirme a la posibilidad de entender sus motivos antes de formarme una opinión. Sin embargo, a pesar de mi deseo de haberlo hecho en aquel entonces, nunca tuve la oportunidad de hablar con ella. Ahora, con el descubrimiento de que Loísa me estuvo buscando, me siento abrumada por una mezcla de emociones. La incertidumbre me envuelve; no sé si alegrarme por su esfuerzo o sentirme traicionada por las circunstancias. Esta situación me deja en un dilema profundo, y me encuentro atrapada entre el deseo de resolver nuestro pasado y el miedo a lo que pueda surgir de esa conversación. ¿Realmente puedo confiar en ella? ¿Podría ser una oportunidad para sanar viejas heridas?

Mis pensamientos se entrelazan en un torbellino de emociones y dudas que no puedo controlar. Me pregunto cómo es posible que hubiera transcurrido tanto tiempo sin tener noticias de Loísa, y ahora, de repente, surge la posibilidad de que ella no fuera la persona que había imaginado. Esta revelación me desconcierta. Lola tiene razón; no puedo dejarme llevar por mis impresiones iniciales sin antes entender realmente la situación. Antes de tomar cualquier decisión apresurada, es crucial que tenga una conversación honesta con Loísa. Necesito escuchar su versión, conocer sus motivos y abrirme a la posibilidad de que su vida y sus decisiones fueran más complejas de lo que había creído. La idea de enfrentar a Loísa me llena de ansiedad, pero también de esperanza; tal vez, al hablar, puedo descubrir una nueva perspectiva que me permita cerrar viejas heridas y sanar. Sin duda, ese diálogo podría ser el primer paso hacia una reconciliación o, al menos, hacia una comprensión más profunda de su historia y la mía.

-Julia, recuerda que una vez te dije que debías escuchar más a tu corazón. Estoy segura de que en este momento, tu corazón te está susurrando lo mismo que nosotras y lo que dice tu colgante. El perdón no solo es un acto hacia los demás; también es un regalo que te haces a ti misma. Permitir que el resentimiento se desvanezca puede ayudarte a sanar esas heridas profundas que llevas contigo. Es fundamental que tengas eso presente, Julia. Tomar el camino del perdón puede ser un paso valioso hacia tu propio bienestar y paz interior. Así que, antes de tomar decisiones drásticas, tómate un momento para escuchar lo que sientes realmente. A veces, las respuestas que buscamos están dentro de nosotros, y la clave para avanzar puede ser tan simple como abrir nuestro corazón a la comprensión y a la posibilidad de un nuevo comienzo.

-Siempre me habéis ofrecido consejos valiosos y, sin excepción, habéis tenido razón en cada ocasión. Así que he decidido que, otra vez, os haré caso. Le daré una oportunidad a Loísa para que me cuente su versión de la historia. Quiero escucharla, comprender su perspectiva y saber qué ha estado sucediendo en su vida. Solo después de eso tomaré una decisión sobre si merece mi perdón o si debo dejarla en el pasado. Sé que cada encuentro y cada conversación puede revelarme nuevas verdades, y estoy dispuesta a abrirme a esa posibilidad. La vida está llena de matices, y quizás, al escuchar su historia, pueda encontrar la claridad que necesito para sanar y seguir adelante.


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La historia de Julia continúa en:

Capítulo 30: Cuestión de justicia


Este capítulo narra la confrontación de Julia con el Doctor Gómez, quien estuvo involucrado en un encubrimiento de abusos sexuales. Julia, como víctima, busca justicia y ofrece al doctor la posibilidad de redimirse a través de una nueva misión.

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