Continuo mi historia
Como decía, una vez en casa, pasamos a la acción, nos desnudamos rápidamente, ella se puso de rodillas y comenzó a chuparme la polla mientras hacía el movimiento de meter y sacar el plug sin llegar a hacerlo del todo. Ya he comentado que me encanta cuando me masturba o me la chupa mientras me mete el dedo para hacerme un masaje prostático, pero esto es otra dimensión, por lo que no tardé demasiado en correrme en su boca.
A continuación se tumbó en la cama y se abrió de piernas en una clara invitación para que le comiera su empapado chochito, lo que me puse a hacer con gran entusiasmo mientras hacía con su plug lo mismo que ella me había hecho a mi, jugar con ese movimiento de metesaca en su culito. Fui sintiendo como iba creciendo su excitación que se desencadenó en un orgasmo brutal mientras me apretaba la cabeza con sus piernas.
Cuando se relajó, me tumbe a su lado y comencé a acariciarla mientras ella me cogía la polla, que volvía a animarse, iniciando un movimiento de lenta masturbación hasta alcanzar la erección completa.
Entonces se incorporó, se dio la vuelta, se puso a cuatro patas me miró y me dijo “Rómpeme el culo, fóllamelo ya” y no lo dudé un segundo. Con sumo cuidado, le extraje el plug, mientras permanecía con el mío dentro, me apliqué lubricante y se la metí despacito y con mucho cuidado, resultándome la penetración mucho más fácil que en otras ocasiones.
Estuve embistiendo un buen rato mientras no paraba de decirme una y otra vez que le follase bien duro el culo hasta que en un movimiento final se la clavé hasta el fondo y me corrí.
En definitiva, nuestro estreno con los plugs anales ha sido de lo más excitante y satisfactorio. Ahora solo me resta atreverme con el plug más grande, pero no creo que tarde.
Al terminar me dijo que tenía más sorpresitas de la tienda de juguetes eróticos y esta noche no vienen a dormir nuestros hijos así que se viene fiesta de la buena.