Al acabarse la botella de vino, Pedro abre inmediatamente otra. Sabe perfectamente lo que está haciendo y no quiere ver a Maribel con la copa vacía. Jorge observa, atento al detalle mientras ella ríe con las ocurrencias de Pedro. Tras volver a llenar las copas, Pedro saca unas aceitunas y pregunta
“Maribel ¿te gustan las banderillas? Son un poco picantes”
“Uy a mí me encanta lo picante”
“¿Quieres decir la comida picante?”
“Yo he dicho lo picante, tu verás como lo interpretas”
Se baja las gafas de sol un poco y le mira por encima de ellas, sonriendo
Pedro se ríe…
“Fíjate, Maribel que mi primera impresión es que tu eras seria y formal…. Pero me estás sorprendiendo hoy mucho. Empezando por tu bañador“
“¿te gusta?”
“Me encanta, te sienta fenomenal”
“gracias, a Jorge le parecía demasiado atrevido”
“te hace parecer irresistible, y tremendamente sexy”
“¿te parezco sexy?”
“Me pareces un mujer de bandera, Jorge es un hombre muy afortunado de tenerte. Eres guapa, divertida, inteligente y muy muy sexy… lo tienes todo… si no estuvieras casada y con tu marido delante, te estaría tirando los tejos ahora mismo”
Maribel mira a Jorge y se ríe.
“A mi marido no le importa que me los tires y que coquetee contigo ¿verdad que no Jorge?”
Pedro y Jorge miran los dos a Jorge, sonriendo. Están de pie, uno frente al otro, con Jorge sentado en la parte trasera a un metro y medio.
“Bueno, claro, yo.. esto… lo que a ti te haga sentir bien, cariño, ya sabes que no soy celoso”
“¿lo ves? No es celoso”
“Eso es ser un hombre moderno y cabal. Los celos son enfermizos. Y total… por un poco de coqueteo…”
“Vamos a confirmar si es celoso o no Pedro….”
Maribel se adelanta el medio paso que le separa de Pedro y poniéndose ligeramente de puntillas se agarra con una mano a su cintura y le besa brevemente en los labios.
Luego se separa y vuelve a su posición anterior y mira a Jorge sonriendo.
“¿a que no te ha dado celos cariño?
Jorge no sabe que cara poner
“No”
“¿lo ves Pedro? Por un piquito no le dan celos. ¿jugamos a ver hasta donde llega?”
Se vuelve a adelantar, se pone de puntillas y acerca su cara a la de Pedro, pero se para para quitarse las gafas de sol y quitárselas a Pedro. Se miran a los ojos durante un instante que a Jorge se le hace eterno. Luego acerca sus labios a los de Pedro y los besa brevemente separándose unos centímetros después. Se vuelven a mirar y fijamente. Pedro le agarra la nuca, acariciándola. Ella se vuelve a acercar y junta sus labios con los de Pedro de nuevo, pero esta vez su lengua entra en la boca de él que gira la cabeza ligeramente para facilitar el beso. Ambos se besan con los ojos cerrados durante unos segundos luego se separan y ella vuelve a besarle brevemente pero con una intensidad que refleja la excitación que empieza a tener. Muerde los labios de Pedro un instante y luego le besa agarrándole con al nuca y pegando su pecho al de él. Pedro también la atrae hacia su cuerpo y el beso se vuelve apasionado de verdad.
Desde su sitio, Jorge nota su erección imparable mientras nota los signos de excitación de los dos, que conoce bien, especialmente los de su mujer. Se coloca una toalla estratégicamente encima para que no se le note el bulto.
Tras un largo minuto de juego de lenguas entre ambos, Maribel separa sus labios, agarrando la cara de Pedro con las palmas de las manos le vuelve a besar y a morder el labio inferior y finalmente se separa, se junto a Pedro de pie y mira a su marido sonriendo. Tiene los pezones duros como una piedra, como si quisieran romper la fina y semi transparente tela del bañador, ya casi seca.
“¿te han dado celos?”
Jorge esta vez intenta sonreir.
“en absoluto”
“y ahora que tengo con qué comparar, debo decir que besa mejor que tu, lo siento cariño”
Pedro sonríe a ambos
“¿eres una mujer de un solo hombre?
“hasta hoy, si”
“¿nunca has sentido curiosidad?”
“la verdad, es que si. Ponme más vino”
Pedro rellena su copa
“Aprovechando que mi marido dice que no es celoso, igual es cosa de quitarme esa curiosidad ¿no?”
“Sin duda Maribel”
“Lo que pasa es que no me acabo de creer yo lo de que no es celoso…vamos a tener que seguir viendo si es verdad”
Ella se acerca a Pedro otra vez se planta de espaldas a él mirando a Jorge. Agarra una mano de Pedro y se la pone en la cintura y luego girando el cuello le da un beso en la boca. Después agarra la mano de Pedro y la sube a su pecho, haciendo que se lo acarie.
Ambos miran a Jorge
“¿tu crees que le está dando celos?”
Jorge observa a su mujer, relajada dejando que ese tipo le sobe un pecho ante sus ojos mientras sonríe. Se la nota incluso excitada, algo que él que la conoce bien detecta en gestos sutiles de su boca, des su ojos y de como reacciona.
Maribel retira la mano y Pedro amasa el pecho de Maribel con toda naturalidad. Ella vuelve a girar el cuello y le vuelve a besar.
Después se echa mano al tirante del bañador y se lo baja hasta el codo. Aparta con delicadeza la mano de Pedro y deja su pecho derecho al descubierto. Pedro retoma el masaje, pero esta vez directamente sobre la piel desnuda de Maribel, que refleja sin duda su excitación por la dureza del pezón, por la ligera hinchazón de la areola. Pedro la acaricia, pellizca ligeramente el pezón y aprieta el pecho con cuidado mientras le besa el cuello a Maribel.
“Tienes un pecho maravilloso”
“¿has visto Jorge? Le gustan mis tetas”
“Siempre te he dicho que las tienes perfectas, pero nunca me has hecho caso” contesta Jorge
Maribel se separa de Pedro, se baja la otra tira del bañador y se lo baja hasta la cintura luciendo sus dos pechos desnudos.
“¿qué opinas Pedro? ¿te gustan?”
“mmm me encantan”
Estira la mano y acaricia ambas delicadamente.
“lo dicho, tu marido es un hombre afortunado por poder ver y tocar algo así todos los días.”
“Bueno, hoy tu también puedes… ¿verdad Jorge?”
“Tu lo decides, Maribel”
“pues eso, hoy tu también puedes ver y tocar”
Pedro se inclina y las besa, luego las lame y finalmente succiona ambos pezones durante un instante, primero uno y luego el otro.
Luego se incorpora y la besa apretando su cuerpo contra el suyo agarrándola por el culo con ambas manos, de tal manera que el bañador se desliza entre las nalgas, convirtiéndose en tanga.
El beso dura más de un minuto en el que la respiración de ambos se acelera y Jorge ve a Maribel frotarse literalmente contra Pedro, levantando una de sus piernas para abrazar las piernas de Pedro por detrás.
La erección de Jorge es máxima y la polla le palpita viendo a su mujer así.
Finalmente dejan de besarse, con la respiración visiblemente alterada.
Maribel se separa un poco y baja la mano al bañador de Pedro buscando su pene y lo agarra a través de la tela.
“Ufff que grande” dice bajando la vista para comprobar lo que el tacto le está indicando. Agarra con la mano el pene duro de Pedro a través de la tela, lo recorre de arriba abajo “qué barbaridad”
“¿solo conoces una no? Le pregunta Pedro
“hasta ahora, si”
“¿quieres verla?”
“claro”
Maribel suelta el lazo que sujeta el bañador a la cintura de Pedro y mete la mano mientras le besa de nuevo. Su mano se mueve dentro del bañador masturbándolo lentamente.
Terminado el beso, Pedro se baja el bañador dejando su polla, grande y dura, a la vista.
Maribel se muerde el labio inferior, mirándola con deseo.
Se pone en cuclillas y la mira, masturbándola lentamente.
Mira a su marido y sonríe pícara.
“que grande… y que dura”
Vuelve a mirarla, masturbándola lentamente
“¿te gusta Maribel?”
“Si”
“¿puedo?”
“Puedes hacer lo que tu quieras preciosa”
Maribel acerca la cara a la polla de Pedro, saca la lengua y la lame una vez.
Mira a Pedro que resopla por la sensación de la lengua húmeda y caliente en su miembro.
Maribel vuelve a sacar la lengua y esta vez recorre todo el tronco de la polla desde los huevos hasta el frenillo.
Pedro cierra los ojos y vuelve a soplar.
“ufff”
“¿te gusta?”
“Me encanta”
Maribel repite el lametón una tercera vez, de forma lenta, constante lame de abajo a arriba, pero esta vez abre los labios y succiona el miembro de Pedro hasta la mitad, luego lo deja salir casi del todo y vuelve a tragarlo buscando esta vez llegar más dentro
Pedro cierra los ojos.
Resopla
“joderr, que bueno”
Maribel animada por la reacción empieza a mamar a ritmo constante.
Jorge mira como su mujer hace esa espléndida mamada que él conoce tan bien desde hace más de treinta años pero que ha sido el único que la ha disfrutado. Le excita verla dedicada a darle placer a Pedro y como él reacciona disfrutando como solo él sabe que lo está haciendo. Le palpita la polla y siente un calor insoportable en la misma dentro del bañador y tapado por la toalla, así que aparta la toalla y se baja el bañador para liberarla. No puede evitar llevar la mano para agarrásela, pero no se atreve a masturbarse porque sabe que se correría en un segundo
Maribel continúa concentrada en dar placer a Pedro. Su boca masturba esa polla con maestría, en cuclillas, agarrándose a los muslos de él, sin tocarla con la mano.
Pedro emite sonidos guturales, gemidos, gruñidos, está disfrutando de lo lindo.
Maribel la suelta de golpe y la polla se queda mirando al cielo en un angulo de unos treinta grados, palpitando, mientras ella mira a Pedro lamiendo sus huevos y agarrando la polla con la mano derecha y masturbándola lentamente.
“¿sigo?”
“si tu quieres…”
“¿Y si nos vamos a comer a la casita los tres para estar tranquilitos”?
“¿es eso lo que quieres?”
"si, pero antes vamos a acabar lo que hemos empezado"
Maribel se gira hacia Jorge por primera vez en varios minutos y le ve masturbándose lentamente mientras la mira
“¿lo ves? No es celoso”
Pedro se gira y ve a Jorge polla en mano
“Yo creo que hasta le gusta lo que está viendo”
“¿te apuntas Jorge?” le pregunta su mujer.
Jorge se levanta sin contestar, se quita el bañador y se pone de pie al lado de su mujer
Ella le agarra la polla dura con una mano sin soltar la de Pedro con la otra.
Las mira las dos sonriendo
Luego engulle de nuevo la polla de Pedro con decisión y retoma la mamada intensa anterior, sin dejar de masturbar a su marido de forma bastante chapucera, puesto que toda su atención está concentrada en Pedro.
Pedro se apoya donde puede disfrutando de la mamada espectacular de Maribel.
“joder, que bien la chupas, es increíble, no pares joderrrr”
Maribel mira como puede a Pedro mientras pajea a Jorge torpemente.
Jorge le aparta la mano a Maribel y empieza a masturbarse él solo.
Maribel agarra con una mano la base de la polla de Pedro y con la otra acaricia sus huevos.
En apenas unos treinta segundos Jorge se acerca a su mujer y empieza a eyacular abundantemente “joder, joderrr, me corro, me corro….”
Maribel recibe el primer chorro en el cuello, que escurre lentamente en sus pechos. Los demás, a medida que pierden potencia, caen en el pecho primero y después en el suelo.
Maribel de repente para su felación.
Se levanta, se baja el bañador rápidamente y se pone de espaldas a Pedro inclinada hacia delante, en dirección a su marido, que observa la escena, desnudo y con la polla ya morcillona.
“Vamos, métemela”
Pedro se acerca desde atrás, mete la polla entre sus nalgas y la empuja lentamente dentro de Maribel.
Jorge observa como el miembro de él desaparece dentro de su mujer
Ella suspira, gime levemente “si, así, vamos”
Cuando la tiene toda dentro, Pedro empieza a bombear. Al principio con bastante ternura y cuidado.
“Diosss que grande, me encanta, no pares, vamos”
Pedro animado por Maribel empieza a embestirla con ganas haciendo que cada impacto con sus nalgas suene.
“Así, fuerte, no pares”
Pedro aumenta el ritmo y empieza con unas embestidas implacables y repetidas que hacen que el pecho de Maribel se bambolee con fuerza. El semen de Jorge escurre por sus pechos con los bamboleos y se esparce por el suelo del barco. Ella cierra los ojos, se muerde el labio inferior y en apenas unos segundos tiene un intenso orgasmo que hace que le tiemble todo el cuerpo y tenga que agarrarse para no perder el equilibrio.
Pedro le da unos segundos y vuelve a la carga con el mismo ritmo implacable. Maribel gime lo más bajo que puede, pero no puede reprimirse por el placer que le producen y que desemboca en un segundo orgasmo aún más intenso que el primero.
De nuevo Pedro le da una pausa y de nuevo retoma el ritmo de martillo pilón de inmediato. Maribel pierde las fuerzas, le cuesta mantenerse de pie recibiendo las embestidas. Las piernas apenas la sostienen y tras un par de minutos pide una tregua
“para, que me estoy agotando”
Pedro la mira sonriente. Está con toda la piel brillando del sudor que le produce el esfuerzo que está haciendo. La hace girarse, la besa y de la mano la lleva a la colchoneta de la parte trasera del barco.
“túmbate"
Maribel obedece tumbándose boca arriba, con las piernas separadas.
Pedro se coloca entre ellas, las agarra por los tobillos y las levanta.
Despues coloca su miembro entre los labios de la vulva de ella. Maribel lo dirige a su vagina y empieza de nuevo el tren de embestidas implacable. Maribel siente la penetración más profunda, la vagina más dilatada y un placer desconocido hasta ahora. Siempre ha disfrutado del sexo con Jorge, pero esto está a otro nivel. No sabe si es la polla de Pedro o que simplemente folla mejor, pero lo que está viviendo es nuevo y la está haciendo disfrutar muchísimo, no puede tener bastante
Pedro sigue empotrando literalmente a Maribel en la colchoneta. Suda profusamente y jadea como un toro.
Jorge mira, se masturba su polla fláccida, sin sentir placer físico pero con un nivel de morbo tan intenso como esperaba.
Maribel mira a Pedro a los ojos, que le mantiene la mirada y la sonríe
“¿te gusta?”
“Me encanta, sigue, sigue”
Durante unos diez minutos la monta con fuerza y ritmo constante, provocándole a Maribel tres orgasmos más, durante los cuales Pedro no afloja el ritmo esta vez. Ella se sujeta el pecho con las manos, porque lo tiene dolorido de los constantes vaivenes.
Empieza a sentir un poco de fricción en la vagina y recuerda que no se ha puesto lubricante, como suele hacer con su marido en cada penetración… la excitación le ha hecho olvidarse.
“Jorge, cielo, dame mi bolso”
Jorge se sorprende de la petición, pero trae el bolso de su mujer inmediatamente.
“tu no pares” le dice a Pedro, que obedientemente continúa bombeando rítmicamente.
Maribel busca en el bolso con la mano, a ciegas y saca un tubo de lubricante.
“Jorge ponme de esto que no quiero que me escueza todo luego”
Pedro saca la polla lentamente, brillante y durísima
Jorge quita el tapón del tubo y echa un poco en la vagina de Maribel, que Pedro mantiene lo más horizontal posible sujetando las piernas de ella.
El líquido transparente penetra algo en la vagina de ella, dilatada y enrojecida y Pedro acaba de empujarlo dentro con su miembro. Bombea dos o tres veces despacio y cada vez que su polla sale fuera sale más brillante y mojada. Después empieza otra vez con el ritmo de embestidas fuertes y rítmicas que ahora emiten un sonido como de líquido al batirse.
Jorge se sitúa detrás de Pedro y observa sus huevos golpear contra el ano de su mujer rítmicamente. Se inclina a un lado y al otro viendo la dilatación de su vagina y el lubricante rebosando de la misma. Le excita sobremanera la escena, el placer de ambos y la realización de su fantasía más salvaje y poco a poco su polla vuelve a coger consistencia pudiendo masturbarse otra vez.
Maribel tiene un nuevo orgasmo, casi el más intenso de todos los que ha tenido hasta ahora. Jadea sin parar, se tapa la cara con las manos, se ríe, jadea, vuelve a reír…. “Dioss, que fuerte”
“¿paro?”
“oye ¿tu no acabas nunca o qué?
“¿quieres que termine?”
“es que no tengo costumbre yo … me da miedo que me escueza”
“¿cómo quieres que termine?”
“dentro, vamos, dámelo”
Pedro empieza a embestir otra vez, pero claramente de forma diferente. No es el martillo pilón con el que ha estado machacando la vagina y la vulva de ella, es más sutil, más buscando sus propias sensaciones. Jorge lo detecta, lo ve claro, se está masturbando con su vagina buscando su placer y olvidándose del de ella, para variar. Con los ojos cerrados, ambos brazos a cada lado de ella la folla con intensidad, más que con fuerza y tras un minuto concentrado en sus propias sensaciones empieza a gruñir lentamente.
“uff grrr”
“Grrr”
Maribel le agarra la cara con las manos
“Así, así, vamos dámelo”
“joderr siiiiii”
Maribel siente un calor intenso en su interior. Baja las manos y agarra las nalgas de Luis atrayéndole hacia ella.
“Eso, es, vamos, dámelo todo”
Pedro sigue gruñendo sin dejar de moverse, pero cada vez más despacio.
Entonces Pedro se derrumba sobre ella, jadeando.
Ella le acaricia el pelo empapado de sudor
Le hace mirarla y le besa
“Gracias”
“¿Por?”
“está claro ¿no? Por el mejor polvo de mi vida” y se ríe.
“El mejor polvo de mi vida” resuena en la cabeza de Jorge y consigue que su erección sea completa de nuevo.
Pedro se incorpora, sin salir de dentro de Maribel.
Luego la saca lentamente y se levanta
Maribel queda con las piernas abiertas, el sexo dilatado, enrojecido y con un gran goterón blanco escurriendo de su interior y hacia el ano.
La excitación de Jorge es otra vez máxima
Se coloca entre las piernas de ella.
Maribel abre los ojos y le ve, excitado, empalmado y masturbándose con furia
“Vamos, mi amor, ahora tu”
Jorge se arrodilla entre las piernas de su mujer, mueve su polla desde el ano de ella hacia arriba y recogiendo el goterón blanco y espeso que le escurre, la mete dentro de su vagina.
La sensación es totalmente diferente, parece otro coño. Está dilatado, no prieto como él lo conoce. La lubricación provocada por el semen de Pedro y el lubricante utilizado es extraordinaria. Su miembro escurre hacia dentro donde nota un calor que tampoco es el habitual. Ella le recibe cansada, saciada de sexo, sudorosa y oliendo a otro hombre. El olor del semen de Pedro le llega a Jorge a la nariz cuando mira hacia abajo y ve su polla salir blanquecina embadurnada del semen del amante de su mujer. La excitación le puede, se tumba sobre ella y empieza a embestir con fuerza y a jadear casi de inmediato. En apenas medio minuto gruñe dos veces y se vacía dentro de su vagina. Ella le acaricia el pelo y le susurra al oído “así, así mi amor, umm que rico, eso es, quédate a gusto”
Mientas lo dice piensa que es la primera vez en su vida que ha tenido que fingir placer practicando sexo con su marido.