Me encanta lamer chupar succionar los coños, tragarme sus jugos e impregnarme de su olor, me han tocado de varias formas colores y sabores, pero uno que me excitaba y me encantaba darle lengua era el de una chica que conocí por mi trabajo, desde que la vi me gusto de cara y cuerpo, casi siempre usaba jeans y se le marcaba bastante la raja lo que me ponía al mil, era rubia, y rubia natural porque la mata de pelos del coño era rubia, una noche que me llevo a la casa saliendo del trabajo, me acuerdo que traía una mini bastante corta y al manejar se le subía más, tenía unas piernotas que ya después de que la puse en cuatro vi que tenían un poco de celulitis pero independiente de eso, las tenía demasiado blancas y lo curioso es que si se alteraba por reírse o enojarse gritar etc. Se le ponían muy rojas, la cara los brazos también, esa noche que iba dispuesto a todo y que mi mujer no estaba en la ciudad, aprovechando que llevaba minifalda empecé a besarla y las manos parecían tentáculos , cuando llegue al coño, lo sentí bastante abultado y entre más lo acariciaba más se inflamaba y más babeaba, así que la acomode en el asiento y yo me acomode entre sus piernas para empezar a mamarsela, por la luz de inglés farol pide ver qué tenía unos labios bastante gruesos, una mata bastante poblada de pelos rubios y rizados, la abrí un poco más y empecé mi labor, creo que sin mentirlws estuve como una hora y media mamandole la pepa, no me cansaba de chuparle esos labios que cuando los vi de nuevo estaban más colorados que la cabeza de mi cipote, pero demasiado colorados y contenta fricción parecía que iba a sangrar, para no alargar, creo que se a ento como cinco venidas en mi boca, que ya no la sentía, así que la voltee, la puse de cuatro y me la empecé a cojer, era una imagen super cachonda y morbosisima ver cómo esa almejota se abria para tragarse mi rabo.