buffff que bien lo debeis pasar y que pena no haber tenido ocasión de observarla mmmmMi mujer se conecta a un chat y hace lo que le dicen los tíos, que se desnude, se masturbe, que enseñe el culo... Yo detrás mirando me pongo a mil
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buffff que bien lo debeis pasar y que pena no haber tenido ocasión de observarla mmmmMi mujer se conecta a un chat y hace lo que le dicen los tíos, que se desnude, se masturbe, que enseñe el culo... Yo detrás mirando me pongo a mil
Cuéntanos qué chat es ese que desde que quitaron el de pajis estamos un poco perdidos.Mi mujer se conecta a un chat y hace lo que le dicen los tíos, que se desnude, se masturbe, que enseñe el culo... Yo detrás mirando me pongo a mil
Ah, vale. Alguna vez entro a alguno de esos pero son un enorme campo de nabosEs un chat aleatorio de cam, hay alguna pareja y casi ninguna mujer, ella encuentra rápido a alguien morboso que le gusta
Mmm que buena pinta
Un buen reto....... Y unos pezones divinos.El otro día plantee un reto a mi pareja el cuál pensaba que no iba a hacer.
Puse como identicador de llamada varias fotos suyas, algunas en topless. Le propuse que iba a ir al peluquero y que iba a dejar el móvil en el mostrador dónde él, un muchacho joven, deja los utensilios y le reté a que llamara. Así lo hice, dejé el móvil boca abajo en el mostrador y me senté dispuesto a qué me cortará el pelo. Sentía el morbo de la situación,aunque estaba casi seguro de que no llamaría, me lo había dicho. A los pocos minutos, mi móvil empezó a sonar. Mire mi reloj y vi que era ella. Mi corazón se aceleró, mi excitación se elevó hasta lo imposible. Le dije al peluquero que me llamaban y que si me dejara coger el teléfono. Lo cogí, le di la vuelta y allí apareció, a pantalla completa la foto de mi pareja con los pechos al aire y la parte de abajo de un bikini blanco. Fue un instante en el que el peluquero pudo disfrutarla. Fue increíblemente morboso y estoy deseando volver a repetirlo.
Os dejo la foto que salió pero con la cara tapada.
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Impresionante super morbosoHola. Hace unos días os conté nuestra primera experiencia exhibicionista con un invitado con el que habíamos quedado para jugar expresamente a eso. Pues hoy voy a continuar relatando un poco lo que fue aconteciendo a continuación.
Después de los nervios iniciales que hacían que mis manos y las manos del invitado temblaran como las de unos bebés (y eso se notaba cuando cogíamos nuestros respectivos vasos) lo que hacía que mi mujer se descojonara de la risa porque la hacía sentirse segura de sí misma; después de comprobar que el invitado sabía estar, sabía comportarse y sabía mantener el adecuado respeto; después de mantener una buena conversación, normal, de varios temas incluido el tema que teníamos ante nuestros ojos; después de la desinhibición que va inundando el ambiente poco a poco gracias a las cervezas...es mi mujer la que propone dar un paseo por las calles de la población en la que estábamos y hacernos unas fotos para archivar en mi fototeca particular (porque sabe que me encanta y además a eso habíamos ido).
Y ahí llega la siguiente sorpresa para el invitado y para mi...
La soltura de mi esposa, su atrevimiento, su naturalidad, abriéndose de piernas para cada pose cual si de una actriz erótica se tratara, dejando ver su sexo totalmente abierto a escasos centímetros de los ojos del invitado que, lógicamente, veía mucho más de lo que él se había imaginado antes de iniciar el viaje para la cita. Es importante que recordéis que las tetas se le veían sin problema ya que llevaba una camisa totalmente transparente.
Yo, por mi parte, aprovechaba a disparar fotos a lo loco, sin darme tiempo a mi mismo ni siquiera a enfocar debido a los nervios, lo que hizo que gran parte de las fotos salieran movidas (si os fijáis, se ve claramente el desenfoque en alguna).
Mi mujer consiguió transmitirme una sensación totalmente contradictoria. Por un lado estaba regalándome un espectáculo exhibicionista tal y como lo habíamos hablado muchas veces y yo había soñado como una gran fantasía que nunca pensé pudiera llegar a hacerse realidad y, por otra parte, estaba haciéndome sentir envidia del invitado, de la suerte que tenía. Me hubiera gustado en aquel momento poder estar leyendo sus pensamientos y sus sensaciones.
En definitiva, fue algo tan emocionante que no encuentro las palabras adecuadas para poder trasmitir en este relato lo que sentí.
Por su parte, el invitado, con el que seguimos en contacto, me contó que la experiencia fue tremendamente positiva y mucho más de lo que se esperaba.
Y mi mujer se sintió bien y muy satisfecha de haberme regalado un sueño. Y los sueños ni son fáciles de regalar ni tienen por qué tener punto final porque pueden tener continuación...
Y, como siempre, ahí os dejo el documento gráfico. Ojalá os guste todo esto.
Para comenzar juegos de exhibición te aconsejo empezar en la playa, donde es mas natural exhibirse con pequeños bikinis, con pequeños descuidos y con topless. Podéis hacerlo en alguna playa alejada de vuestro círculo de amigos pero os aseguro que hacerlo con gente conocida cerca es mucho mas morboso.Quisiera realizar juegos exhibicionistas con mi pareja, pero ella es muy reservada. Que me aconsejan para insitarla a exhibirse. como podría comenzar??
que pasada de sesion de fotos, y que suerte el invitado, yo tambien estoy detras de hacer algo de este estilo, es supermorboso, os animo a que sigais deleitandonos con otra sesion de estas parejaHola. Hace unos días os conté nuestra primera experiencia exhibicionista con un invitado con el que habíamos quedado para jugar expresamente a eso. Pues hoy voy a continuar relatando un poco lo que fue aconteciendo a continuación.
Después de los nervios iniciales que hacían que mis manos y las manos del invitado temblaran como las de unos bebés (y eso se notaba cuando cogíamos nuestros respectivos vasos) lo que hacía que mi mujer se descojonara de la risa porque la hacía sentirse segura de sí misma; después de comprobar que el invitado sabía estar, sabía comportarse y sabía mantener el adecuado respeto; después de mantener una buena conversación, normal, de varios temas incluido el tema que teníamos ante nuestros ojos; después de la desinhibición que va inundando el ambiente poco a poco gracias a las cervezas...es mi mujer la que propone dar un paseo por las calles de la población en la que estábamos y hacernos unas fotos para archivar en mi fototeca particular (porque sabe que me encanta y además a eso habíamos ido).
Y ahí llega la siguiente sorpresa para el invitado y para mi...
La soltura de mi esposa, su atrevimiento, su naturalidad, abriéndose de piernas para cada pose cual si de una actriz erótica se tratara, dejando ver su sexo totalmente abierto a escasos centímetros de los ojos del invitado que, lógicamente, veía mucho más de lo que él se había imaginado antes de iniciar el viaje para la cita. Es importante que recordéis que las tetas se le veían sin problema ya que llevaba una camisa totalmente transparente.
Yo, por mi parte, aprovechaba a disparar fotos a lo loco, sin darme tiempo a mi mismo ni siquiera a enfocar debido a los nervios, lo que hizo que gran parte de las fotos salieran movidas (si os fijáis, se ve claramente el desenfoque en alguna).
Mi mujer consiguió transmitirme una sensación totalmente contradictoria. Por un lado estaba regalándome un espectáculo exhibicionista tal y como lo habíamos hablado muchas veces y yo había soñado como una gran fantasía que nunca pensé pudiera llegar a hacerse realidad y, por otra parte, estaba haciéndome sentir envidia del invitado, de la suerte que tenía. Me hubiera gustado en aquel momento poder estar leyendo sus pensamientos y sus sensaciones.
En definitiva, fue algo tan emocionante que no encuentro las palabras adecuadas para poder trasmitir en este relato lo que sentí.
Por su parte, el invitado, con el que seguimos en contacto, me contó que la experiencia fue tremendamente positiva y mucho más de lo que se esperaba.
Y mi mujer se sintió bien y muy satisfecha de haberme regalado un sueño. Y los sueños ni son fáciles de regalar ni tienen por qué tener punto final porque pueden tener continuación...
Y, como siempre, ahí os dejo el documento gráfico. Ojalá os guste todo esto.
Comparto la idea de la playa, pero hay muchísimas maneras.Quisiera realizar juegos exhibicionistas con mi pareja, pero ella es muy reservada. Que me aconsejan para insitarla a exhibirse. como podría comenzar??
Muy morboso, si, me gustan mucho esos juegos pero no a mi mujer.Hola todos.
Nuestras primeras experiencias fueron en casa. Justo delante de nuestro edificio empezaron las obras de un nuevo bloque de pisos. A medida que fueron construyendo vimos que estabamos al alcance de la vista de los obreros, así pues,una mañanita le dije a mi chica "follamos delante de la ventana?" ella nerviosa me dijo que ni hablar, pero con el paso de los dias se lo volví a proponer, esta vez en el comedor delante de las puertas de vidrio que dan paso a la terraza, eso sí, lo hariamos con las cortinas puestas, que nos permitían ver y no ser vistos (o eso pensamos). Ok, perfecto, nos tiramos al suelo y yo prefiero que ella me monte, de esta manera tiene mejor perspectiva, y como soy un "putilla", sabía porque la conozco, que se excitaria y de rebote a mi más, pues su manera de cabalgar cachonda de verdad, varía, las tetas se le ponen como piedras, sus culetazos son más violentos e incluso restriega su coño en mi pubis hasta correrse. Así fueron las dos o tres primeras veces.
La cuarta le pedí que se pusiera unos taconazos que le compré (me encantan, lo sé son incómodos pero son para lo que son..). Ella me monta, recordad las cortinas estan puestas, yo abro un poco, muy poco una de ellas, para testear su reacción. Un bufido de aprobación me confirma que hemos traspasado el umbral, ella ve a los obreros y observa (me lo comenta) que hay alguno que entre paletada y paletada de cemento, mira de reojo. Eso la enciende aún más, sus tetas puntiagudas me lo confirman.
De pronto ella retira del todo la cortina, no estamos cerca pero tampoco lo suficientemente lejos. El obrero deja de hacer su trabajo, ella sigue con el suyo mirandolo descaradamente, sus tacones se me clavan en los muslos como espuelas, se está preparando la corrida.Se muestra encantada y cachonda, excitadísima moviendo sus caderas adelante y atrás, yo sufro y jadeo pues se me lleva por delante y se corre largamente, sin dejar de mirar al albañil...Cierra las cortinas y me morrea....Y esta es una de tantas que ya os contaré poco a poco...Saludos!
A mi me encantan estos juegos, en en alguna ocasión lo hemos hecho, en terrazas de hotel, y una vez en una azotea de un edificioHola todos.
Nuestras primeras experiencias fueron en casa. Justo delante de nuestro edificio empezaron las obras de un nuevo bloque de pisos. A medida que fueron construyendo vimos que estabamos al alcance de la vista de los obreros, así pues,una mañanita le dije a mi chica "follamos delante de la ventana?" ella nerviosa me dijo que ni hablar, pero con el paso de los dias se lo volví a proponer, esta vez en el comedor delante de las puertas de vidrio que dan paso a la terraza, eso sí, lo hariamos con las cortinas puestas, que nos permitían ver y no ser vistos (o eso pensamos). Ok, perfecto, nos tiramos al suelo y yo prefiero que ella me monte, de esta manera tiene mejor perspectiva, y como soy un "putilla", sabía porque la conozco, que se excitaria y de rebote a mi más, pues su manera de cabalgar cachonda de verdad, varía, las tetas se le ponen como piedras, sus culetazos son más violentos e incluso restriega su coño en mi pubis hasta correrse. Así fueron las dos o tres primeras veces.
La cuarta le pedí que se pusiera unos taconazos que le compré (me encantan, lo sé son incómodos pero son para lo que son..). Ella me monta, recordad las cortinas estan puestas, yo abro un poco, muy poco una de ellas, para testear su reacción. Un bufido de aprobación me confirma que hemos traspasado el umbral, ella ve a los obreros y observa (me lo comenta) que hay alguno que entre paletada y paletada de cemento, mira de reojo. Eso la enciende aún más, sus tetas puntiagudas me lo confirman.
De pronto ella retira del todo la cortina, no estamos cerca pero tampoco lo suficientemente lejos. El obrero deja de hacer su trabajo, ella sigue con el suyo mirandolo descaradamente, sus tacones se me clavan en los muslos como espuelas, se está preparando la corrida.Se muestra encantada y cachonda, excitadísima moviendo sus caderas adelante y atrás, yo sufro y jadeo pues se me lleva por delante y se corre largamente, sin dejar de mirar al albañil...Cierra las cortinas y me morrea....Y esta es una de tantas que ya os contaré poco a poco...Saludos!
Tremendamente morboso y excitanteHola. Hace unos días os conté nuestra primera experiencia exhibicionista con un invitado con el que habíamos quedado para jugar expresamente a eso. Pues hoy voy a continuar relatando un poco lo que fue aconteciendo a continuación.
Después de los nervios iniciales que hacían que mis manos y las manos del invitado temblaran como las de unos bebés (y eso se notaba cuando cogíamos nuestros respectivos vasos) lo que hacía que mi mujer se descojonara de la risa porque la hacía sentirse segura de sí misma; después de comprobar que el invitado sabía estar, sabía comportarse y sabía mantener el adecuado respeto; después de mantener una buena conversación, normal, de varios temas incluido el tema que teníamos ante nuestros ojos; después de la desinhibición que va inundando el ambiente poco a poco gracias a las cervezas...es mi mujer la que propone dar un paseo por las calles de la población en la que estábamos y hacernos unas fotos para archivar en mi fototeca particular (porque sabe que me encanta y además a eso habíamos ido).
Y ahí llega la siguiente sorpresa para el invitado y para mi...
La soltura de mi esposa, su atrevimiento, su naturalidad, abriéndose de piernas para cada pose cual si de una actriz erótica se tratara, dejando ver su sexo totalmente abierto a escasos centímetros de los ojos del invitado que, lógicamente, veía mucho más de lo que él se había imaginado antes de iniciar el viaje para la cita. Es importante que recordéis que las tetas se le veían sin problema ya que llevaba una camisa totalmente transparente.
Yo, por mi parte, aprovechaba a disparar fotos a lo loco, sin darme tiempo a mi mismo ni siquiera a enfocar debido a los nervios, lo que hizo que gran parte de las fotos salieran movidas (si os fijáis, se ve claramente el desenfoque en alguna).
Mi mujer consiguió transmitirme una sensación totalmente contradictoria. Por un lado estaba regalándome un espectáculo exhibicionista tal y como lo habíamos hablado muchas veces y yo había soñado como una gran fantasía que nunca pensé pudiera llegar a hacerse realidad y, por otra parte, estaba haciéndome sentir envidia del invitado, de la suerte que tenía. Me hubiera gustado en aquel momento poder estar leyendo sus pensamientos y sus sensaciones.
En definitiva, fue algo tan emocionante que no encuentro las palabras adecuadas para poder trasmitir en este relato lo que sentí.
Por su parte, el invitado, con el que seguimos en contacto, me contó que la experiencia fue tremendamente positiva y mucho más de lo que se esperaba.
Y mi mujer se sintió bien y muy satisfecha de haberme regalado un sueño. Y los sueños ni son fáciles de regalar ni tienen por qué tener punto final porque pueden tener continuación...
Y, como siempre, ahí os dejo el documento gráfico. Ojalá os guste todo esto.
El otro día plantee un reto a mi pareja el cuál pensaba que no iba a hacer.
Puse como identicador de llamada varias fotos suyas, algunas en topless. Le propuse que iba a ir al peluquero y que iba a dejar el móvil en el mostrador dónde él, un muchacho joven, deja los utensilios y le reté a que llamara. Así lo hice, dejé el móvil boca abajo en el mostrador y me senté dispuesto a qué me cortará el pelo. Sentía el morbo de la situación,aunque estaba casi seguro de que no llamaría, me lo había dicho. A los pocos minutos, mi móvil empezó a sonar. Mire mi reloj y vi que era ella. Mi corazón se aceleró, mi excitación se elevó hasta lo imposible. Le dije al peluquero que me llamaban y que si me dejara coger el teléfono. Lo cogí, le di la vuelta y allí apareció, a pantalla completa la foto de mi pareja con los pechos al aire y la parte de abajo de un bikini blanco. Fue un instante en el que el peluquero pudo disfrutarla. Fue increíblemente morboso y estoy deseando volver a repetirlo.
Os dejo la foto que salió pero con la cara tapada.
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Mmm,que buena esta...me la ha puesto duraEl otro día plantee un reto a mi pareja el cuál pensaba que no iba a hacer.
Puse como identicador de llamada varias fotos suyas, algunas en topless. Le propuse que iba a ir al peluquero y que iba a dejar el móvil en el mostrador dónde él, un muchacho joven, deja los utensilios y le reté a que llamara. Así lo hice, dejé el móvil boca abajo en el mostrador y me senté dispuesto a qué me cortará el pelo. Sentía el morbo de la situación,aunque estaba casi seguro de que no llamaría, me lo había dicho. A los pocos minutos, mi móvil empezó a sonar. Mire mi reloj y vi que era ella. Mi corazón se aceleró, mi excitación se elevó hasta lo imposible. Le dije al peluquero que me llamaban y que si me dejara coger el teléfono. Lo cogí, le di la vuelta y allí apareció, a pantalla completa la foto de mi pareja con los pechos al aire y la parte de abajo de un bikini blanco. Fue un instante en el que el peluquero pudo disfrutarla. Fue increíblemente morboso y estoy deseando volver a repetirlo.
Os dejo la foto que salió pero con la cara tapada.
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Que morbosoEl pasado domingo, cogimos el tren entre Paris y Burdeos, ella con vestido corto ajustado de estilo jersey, medias de esas que sujetan solas, tacones altos. En el tren ella se pone casi siempre por la parte del pasillo central. Un poco màs lejos habia un hombre que estaba sentado tambien por el lado del pasillo pero por el otro sentido, o sea miraba hacia nosotros. Ella iba con las piernas cruzadas y se dio cuenta que el hombre miraba bastante hacia ella, tenia el vestido que se habia subido un poco (un poco mucho) y se veia claramente que llevaba medias. Ademàs, ella sacaba medio pie y tenia el zapato colgando de la puta del pie. Fue bastante excitante, duro todo el viaje, un poco màs de dos horas... Por desgracia, el angulo no permitia que el hombre pueda ver entre sus piernas, seguramente que hubiera estado encantado.
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