csdonudevlc
Miembro muy activo
Mi actual mujer, fue el clásico rollete de verano, ambos somos de distintas ciudades y coincidiamos en el mismo pueblo en vacaciones. Con ella tuve mis primeras experiencias sexuales ( las que no se olvidan) Ambos vimos la evolución y el desarrollo de nuestros cuerpos al crecer y vernos de año en año. Perdimos la virginidad el uno con el otro. No éramos novios, por lo cual, durante el año éramos libres, y cada uno tuvimos nuestros escarceos. Ella, aparte de tres o cuatro morreos típicos de discoteca, sólo se acostó con un compañero suyo de trabajo. Me costó convencerla que me lo contara todo.
Salieron a cenar para celebrar justamente el cumpleaños de él, mi chica, dos compañeras más y el susodicho. Cenaron en un restaurante y después estuvieron en un pub. Las otras dos compañeras se retiraron algo antes del cierre, en el mismo coche, se quedaron solos mi chica y el compañero, con la excusa de que habían bebido bastante y él no quería conducir demasiado, le propuso a mi chica dormir en su casa que estaba mucho más cerca, y no tener que arriesgar hasta la casa de ella. Mi chica aceptó. Su casa resultó ser un apartamento de una sola habitación con cama de matrimonio, y en el comedor había una mesa con dos sillas y un pequeño sofá de dos plazas.
Me contó mi chica, que después de haber estado un largo rato hablando y tomando alguna cerveza más, él, muy caballero, le ofreció dormir a ella en la cama y él se quedaría en el incómodo sofá, mi chica no lo vio justo y con la boca pequeña le propuso compartir cama. Fue ella la que primero se metió en la cama quedándose con una camiseta interior y en bragas, y él con pijama. Una vez acostados y con la luz apagada se dieron las buenas noches cada uno mirando al lado contrario. No pasaron ni tres minutos cuando él muy sutilmente rozó con sus pies los de mi chica, ella no aparto los suyos y él seguía acariciando y entrelazando los pies de ambos, al ver que ella no oponía resistencia, se giró y le empezó a acariciar las piernas, muslos, subió hacía arriba, le acariciaba la espalda, y ya pasó a más y le pasó el brazo por delante buscando las tetas ( ella me confesó que estaba muy nerviosa y a la vez se notaba ya bien mojada), se arrimó más a ella y le preguntó si podía besarla, ahí ella dió media vuelta y empezaron a besarse, el siguió sobándole las tetas, ella lo abrazaba, luego el fue bajando la mano hasta el interior de las bragas y ya pudo comprobar lo mojado que tenía el coño ( ella seguía tímida y avergonzada ) se comieron las bocas mas apasionados, ahora fue ella la que bajó su mano hacia la entrepierna de él. Me confesó que se llevó la sorpresa de encontrar una polla fina y de poco tamaño, también mojada por bastante líquido preseminal, le pajeó brevemente porque él le quitó la mano y se contrajo como si se aguantara de no correrse. Él le dijo, espera, voy a coger preservativo, encendió la luz, se levantó a una cómoda que había frente a la cama y de un cajón sacó una caja de preservativos y con manos temblorosas sacó uno. Me dice ella que él intentaba hacer movimientos intentando ocultar su polla, pero aun así ella pudo verle y no le encajaba el cuerpo con una polla así de pequeña. El volvió a la cama y sentado en el borde abrió y se puso el condón, se giró, la destapó a ella, le acarició de nuevo los muslos, pasó sus dedos por el coño brillante y mojado, le quitó la camiseta, dejándola desnuda y expuesta a su vista, deteniéndose descaradamente en sus tetas redondas y con areolas grandes y rosadas que llaman la atención, se tumbó sobre ella en posición del misionero, ella separó las piernas y sin esfuerzo ninguno hundió su pequeña polla, que mi chica comparó cómo poco más que un dedo corazón, estuvo dentro de ella y sin moverse mientras se besaban ,medio minuto, luego no serían ni diez embestidas cuando el gimió y se corrió. Muy avergonzado, rojo cómo un tomate le pidió perdón, que nunca le había pasado, poniendo excusas... ella dijo que no pasaba nada, el se levantó y fue al baño, mi chica se puso de nuevo la camiseta y bragas, se tapó, el volvió, se puso el pijama, volvió a disculparse y se dieron las buenas noches. Al día siguiente me contó que el estaba muy distante, avergonzado. Bajaron a un bar a desayunar y la llevó a su casa. A raíz de aquella noche , él se distanció mucho.
A mí me excitó su historia y a la vez me sentía rabioso, y eso que soy un morboso más, que fantaseo con otros follando a mi chica.
Salieron a cenar para celebrar justamente el cumpleaños de él, mi chica, dos compañeras más y el susodicho. Cenaron en un restaurante y después estuvieron en un pub. Las otras dos compañeras se retiraron algo antes del cierre, en el mismo coche, se quedaron solos mi chica y el compañero, con la excusa de que habían bebido bastante y él no quería conducir demasiado, le propuso a mi chica dormir en su casa que estaba mucho más cerca, y no tener que arriesgar hasta la casa de ella. Mi chica aceptó. Su casa resultó ser un apartamento de una sola habitación con cama de matrimonio, y en el comedor había una mesa con dos sillas y un pequeño sofá de dos plazas.
Me contó mi chica, que después de haber estado un largo rato hablando y tomando alguna cerveza más, él, muy caballero, le ofreció dormir a ella en la cama y él se quedaría en el incómodo sofá, mi chica no lo vio justo y con la boca pequeña le propuso compartir cama. Fue ella la que primero se metió en la cama quedándose con una camiseta interior y en bragas, y él con pijama. Una vez acostados y con la luz apagada se dieron las buenas noches cada uno mirando al lado contrario. No pasaron ni tres minutos cuando él muy sutilmente rozó con sus pies los de mi chica, ella no aparto los suyos y él seguía acariciando y entrelazando los pies de ambos, al ver que ella no oponía resistencia, se giró y le empezó a acariciar las piernas, muslos, subió hacía arriba, le acariciaba la espalda, y ya pasó a más y le pasó el brazo por delante buscando las tetas ( ella me confesó que estaba muy nerviosa y a la vez se notaba ya bien mojada), se arrimó más a ella y le preguntó si podía besarla, ahí ella dió media vuelta y empezaron a besarse, el siguió sobándole las tetas, ella lo abrazaba, luego el fue bajando la mano hasta el interior de las bragas y ya pudo comprobar lo mojado que tenía el coño ( ella seguía tímida y avergonzada ) se comieron las bocas mas apasionados, ahora fue ella la que bajó su mano hacia la entrepierna de él. Me confesó que se llevó la sorpresa de encontrar una polla fina y de poco tamaño, también mojada por bastante líquido preseminal, le pajeó brevemente porque él le quitó la mano y se contrajo como si se aguantara de no correrse. Él le dijo, espera, voy a coger preservativo, encendió la luz, se levantó a una cómoda que había frente a la cama y de un cajón sacó una caja de preservativos y con manos temblorosas sacó uno. Me dice ella que él intentaba hacer movimientos intentando ocultar su polla, pero aun así ella pudo verle y no le encajaba el cuerpo con una polla así de pequeña. El volvió a la cama y sentado en el borde abrió y se puso el condón, se giró, la destapó a ella, le acarició de nuevo los muslos, pasó sus dedos por el coño brillante y mojado, le quitó la camiseta, dejándola desnuda y expuesta a su vista, deteniéndose descaradamente en sus tetas redondas y con areolas grandes y rosadas que llaman la atención, se tumbó sobre ella en posición del misionero, ella separó las piernas y sin esfuerzo ninguno hundió su pequeña polla, que mi chica comparó cómo poco más que un dedo corazón, estuvo dentro de ella y sin moverse mientras se besaban ,medio minuto, luego no serían ni diez embestidas cuando el gimió y se corrió. Muy avergonzado, rojo cómo un tomate le pidió perdón, que nunca le había pasado, poniendo excusas... ella dijo que no pasaba nada, el se levantó y fue al baño, mi chica se puso de nuevo la camiseta y bragas, se tapó, el volvió, se puso el pijama, volvió a disculparse y se dieron las buenas noches. Al día siguiente me contó que el estaba muy distante, avergonzado. Bajaron a un bar a desayunar y la llevó a su casa. A raíz de aquella noche , él se distanció mucho.
A mí me excitó su historia y a la vez me sentía rabioso, y eso que soy un morboso más, que fantaseo con otros follando a mi chica.