Capítulo 727
-Qué guapa estás -le dije en cuanto le abrí la puerta.
-Muchas gracias, jeje -respondió dándome dos besos y entrando.
Colgué su abrigo en la entrada y la hice pasar, preparando un café para cada uno rápidamente y volviendo con ella para sentarme a su lado en el sofá y poder así hablar tranquilamente.
-Bueno, ¿qué te cuentas?
-Pues eso me pregunto yo también, que estás muy cambiado.
-Uff... ¿Tanto se me nota?
-¿Pero tú es que no tienes espejos, o qué? Jajajaja.
-A ver, sí. Pues claro que he cambiado, pero todo el mundo me lo dice de manera exagerada.
-Yo creo que es por la barba. Es que así tan larga... Pareces otro.
-Tú sin embargo, sigues igual de guapa. Y muy elegante, como siempre -dije al ver que venía con la misma ropa con la que nos vimos antes.
-Ya sabes que me gusta ir bien vestida.
-Para eso has estudiado moda, ¿no?
-Sí, bueno... Jajajaja.
-¿Sabes que tengo una amiga que estudió conmigo en la carrera y que ahora está trabajando en Francia para una revista de moda?
-Ah, ¿sí?
-Pues sí. También le gusta ese mundo y se lanzó a la aventura.
-Pues luego me la presentas.
-Claro. ¿Y qué haces aquí? Te hacía mucho más lejos, en tu ciudad, que dijiste que andabas mucho por allí la última vez que nos vimos.
-Pues sí. Bueno, en realidad estoy que voy y que vuelvo. Ahora estoy por aquí porque mi hermano ha entrado en la universidad este año y como estaba en mi casa, pues me he venido con él una temporada para echarle una mano, que siempre ha estado muy mimado y le ayudo a hacer las cosas para que aprenda.
-Anda, no sabía que tuvieras un hermano.
-Pues sí. Está un poco acojonado con la universidad.
-Bueno, a muchos les pasa.
-¿Y tú? ¿Qué haces aquí?
-Es una larga historia.
-Tengo tiempo -decía para beber de su café.
-Me vine a vivir aquí el verano del año pasado. Y no lo hice solo. Creo que eso ya lo sabes.
-Ajá.
-Pero todo salió mal. Supongo que también lo sabes.
-Sí. Algo me dijeron.
-Volví a principios de este año y desde entonces aquí estoy. En la casa en la que viví cuando iba a la universidad.
-¿En serio? Jajajaja.
-Vaya. Hablé con un amigo para ver si la tenía en alquiler, porque ya era suya cuando vivía aquí y resultó que sí.
-Qué bien. ¿Y a qué te dedicas?
-Pues doy clases en una academia. De inglés y de algunas asignaturas más.
-Qué guay, eres profe.
-Pues sí, jajaja. ¿Y tú?
-Yo escribo para una revista también, como tu amiga. También tengo mi blog... Estoy muy contenta.
-Eso está genial.
-Javi, mmm...
-Dime.
-¿Te puedo preguntar por qué rompisteis Elena y tú?
-¿No lo sabes?
-No.
-¿No has hablado con ella?
-¿Cómo lo voy a hacer si se cambió de número?
-Es verdad.
-No hay ni rastro de ella. Ni por redes sociales ni nada. No entiendo qué le pasa.
-La razón por la que ella y yo rompimos fue... Pues por terceras personas.
-¿Terceras personas? Uy... Ya me hago a la idea.
-¿Sí? -dije impresionado.
-¿Cómo no lo voy a hacer? Si lo sufrí yo misma también.
-¿Cómo?
-Fue por Irene y Mario, ¿no? Ya decía yo que esos juegos que os traíais... Era cuestión de tiempo que algo así pasara.
-No, no. No fue por ellos, ¿eh?
-Ah, ¿no? -decía apurada.
-Pues no. Que también hacíamos nuestros juegos, ¿sabes? Pero siempre estaba todo bajo control y teníamos cuidado.
-Entonces estoy perdida.
-Fue su hermana.
-¿Noelia?
-Sí. La hija de su madre estaba obsesionada conmigo y hasta que no nos separó, no paró.
-¿Qué dices, Javi? -preguntó sin dar crédito.
-Lo que oyes. Si te empiezo a contar las de putadas que me hizo estando emparejado, nos dan las uvas.
-¿Pero, Noelia?
-Qué sí, Laura. No sabes...
-Me has dejado... Yo es que la conozco... Bueno, llevo sin verla bastante ya, pero la veía mucho en su día, porque solía quedar con Elena para hacer trabajos y para estudiar juntas.
-Pero claro, en esos tiempos Noelia era muy pequeña.
-También es verdad.
-Fliparías si hubieras tratado con ella cuando yo la conocí.
-Oye, ¿y por qué te saliste del grupo no hace mucho? Lo vi así de refilón y me extrañó.
-Ah... Pues porque me he enfadado con algunos.
-¿Sí? ¿Con quién?
-Pues con Irene y Mario precisamente.
-No me digas... ¿Por qué?
-Por relacionarme con quien no debo.
-Vaya, hombre... Pues ten más cuidado, ¿no?
-Ya. Oye, Laura...
-Dime.
-Que se me viene a la mente la fiesta de Halloween del año pasado.
-¿Sí? ¿Por qué?
-¿Por qué va a ser?
-No sé...
-Pues porque nos pillaste follando.
-¿A quién? ¿A Elena y a ti?
-Claro.
-Mmm, me parece que te confundes.
-De hecho, estoy bastante seguro de que eras tú.
-Qué va.
-Joder, Laura, que era tu maquillaje. Nadie más lo llevaba tan currado.
-Vaaaaale, era yo. ¿Contento?
-Jajajajaja. Me dio mucho morbo que nos vieras.
-¿Pero qué dices, Javi? Jajajaja.
-Pues la verdad.
-Qué tonto... Jajajaja.
-Estaba muy cachondo en ese momento que nos pillaste, pero cuando te vi por allí me puse mucho más. Lástima que te fueras...
-Pues claro que me fui. ¿Qué querías que hiciera? ¿Unirme?
-No hubiera estado mal...
-Jajajaja -reía alto mientras me daba un palmetazo en el brazo.
-Hubiera sido interesante que hubieras entrado, porque eres muy guapa y estás muy buena también. A lo mejor te podrías haber tocado mientras nos mirabas -dice acercándome a ella darle un beso.
Pero Laura se retiró de manera brusca, quedándose bastante cortada.
-Javi, es que tengo novio.
-Ah... Perdona. Creía que no con eso que me has dicho de que estabas viviendo con tu hermano.
-Ya, es que él también está viviendo conmigo.
-Tampoco me has dicho nada antes... No sé, siempre has estado muy misteriosa con ese tema, también en su día cuando nos dijiste que tenías pareja, pero no nos hablaste nada de él.
-Bueno... Es que...
-¿Hay algún problema?
-No, bueno... Es que él es...
-¿Quién? -pregunté sin saber por dónde iba.
-Alejandro.
-Alejandro... Jajajajajajaja -reí con ganas, aunque ella no lo hacía, poniendo de hecho un gesto serio-. No me jodas que me lo estás diciendo en serio.
-Pues sí -decía molesta.
-¿Pero qué haces tú con ese?
-Oye, un poco de respeto.
-El mismo que él te tiene a ti. Seguro.
-¿Qué quieres decir?
-Nada. Tú sabrás.
-No, ahora me lo cuentas.
-Pues que no sé cómo puedes estar con ese tío sabiendo lo que le hizo a tu amiga. Que tú misma echabas pestes de él. Y ahora resulta que estás con él.
-Ya, pero la gente cambia. Mírate a ti...
-Bueno, puede, pero no sé... Ese chico... Pero oye, que si estás contenta con él, pues muy bien. Pero luego no te extrañes si te encuentras la sorpresa. Es alguien muy egoísta. ¿Te ha hecho ya la de pirarse cuando habéis discutido por algo? ¿Te apoya cuando tienes problemas?
-Mmm, sí. Claro.
-No te veo muy convencida.
-Discutimos como todas las parejas. No sé qué hay de raro en eso.
-Yo solo te advierto de lo que me encontré en él. Que a tu amiga la estaba engañando con su hermana.
-¿Con Noelia?
-Sí. Y con otras tantas... Pero con Noelia tenía algo más serio por así decirlo.
-¿Pero qué cojones me estás contando, Javi?
-Joder, pues lo que sé. La misma Noelia me lo dijo. Y él también, que hablé seriamente con él por un problema que hubo hace ya bastante.
-Pero no tiene por qué ser así conmigo.
-Puede. ¿No has notado algún comportamiento raro en él? ¿Tenéis alguna amiga cercana en común con la que se vea o algo?
Laura abrió mucho los ojos de repente, aunque no dijo nada.
-Parece que te has dado cuenta -seguí.
-Pero... No puede ser.
-¿Has notado más cambios en él? ¿Está más frío? ¿No habláis tanto las cosas?
-Últimamente...
-Pues ahí lo tienes.
-No, no puede ser -repitió.
-Te aseguro que sí.
-Parece que te diviertes con esto.
-A ver, no estoy triste, desde luego, porque esta conversación te ha hecho abrir los ojos. Tú mereces algo mejor.
-Una vez vi algo...
-¿El qué?
-Como si hubiera besado con alguien. Pero yo no soy una persona celosa y confíe en él.
-Pues está claro que no deberías haberlo hecho.
-Joder, tampoco tienes pruebas para decir esas cosas.
-¿4 años de infidelidad a su primera novia no te parece suficiente?
-Pero eso fue hace ya mucho.
-Y sin embargo se sigue comportando de la misma manera por lo que me dices.
-No ha sido siempre así. Solo en estos últimos meses, desde verano.
-Porque ya se ha cansado de ti.
-Joder... Ahora estaba con sus amigos supuestamente.
-O no.
-¿Por qué metes leña al fuego?
-Porque quiero echar un polvo contigo.
-Así solo demuestras que estás a su altura.
-La diferencia es que yo estoy soltero y él no. Yo no debo fidelidad ni exclusividad a nadie. Él sí. Y sé que te gusto. Al menos lo hacía antes de que empezara una relación, porque te acercaste a mí.
-Cállate ya.
-Cállame tú.