Reencuentro con Elena

Irene se enfurruña porque Javi no se queda para así intentar ayudar a que se reconcilien, un segundo después le dice a Ángela que hable a Javi para que se vaya con ella, muy lógico todo.

Javi no para de decir que Elena no ha tenido ningún gesto con él, pero sí los ha tenido, ella le ha llamado y ofrecido planes muchas veces. Y parece que se nos pasa por alto que ella al enfadarse con el jefe pidió el traslado a la ciudad de Javi, lo que pasa aquí es que Javi se cree el super novio que lo intenta todo por alguien que no le quiere, cuando está a cada rato tonteando con cualquier chica con la que habla, y le sigue ocultando absolutamente todo lo que tiene que contarle, y una vez que ella le descubre en esos secretos se hace el víctima.

Javi no le dice nunca a Elena que queda con Ángela, Elena descubre que Javi está con Ángela, Elena piensa que Javi está liado con ella. Es súper sencillo y en realidad lo único k no hacen es follar y darse besos. Si le sumas lo que ya dije anteriormente de que nunca le has afeado ninguna de las conductas de ella con su jefe o con su ex y esas cosas pues lo normal es que ella, que siempre t ha dicho lo que le parece mal piense que ella siempre ha actuado bien, aunque no sea así, y el ultimátum sinceramente es lo mas normal del mundo, por aquí se pedía que para seguir con Elena tenia que decirle que se fuera de la empresa del jefe.
Elena ya eligió a Javi sobre su jefe, y lo que quiere es que él la elija sobre Ángela.
 
De pequeño pasaba días de verano en la sierra cordobesa con mi abuelo.Me enseñó a liar los cigarrillos que él fumaba, cuando se le apagaba , siempre le acercaba el mechero y el me apartaba la mano diciendo: “Ande vas…sigarro que se ta pague no lo huelvas a ensender y muje que hallas querio no la huelvas a quere por muy guena que halla sio.”
 
"Irene mencionó que a lo mejor le estaba dando la razón a Elena con eso de que Ángela estaba demasiado en mi vida"
"las chicas le habían informado de lo que había pasado y al parecer le habían pedido que me llamara para que yo no estuviera solo"
Tan consecuentes como siempre 😂

Lo mismo he pensado, y creo que ha sido recurrente este tipo se situaciones a lo largo del relato. :rolleyes:
 
Hugo soltó una frase en la dijo que Ángela salía de nuevo al rescate, dándole yo la razón y diciendo lo curioso que era cómo una amiga se preocupaba tanto por mí en comparación a Elena, que se suponía que era algo más.
El único comentario que haré es que esta frase refleja un pensamiento orientado a los prejuicios que elude cualquier análisis del contexto y la realidad, tanto propio como de las otras implicadas en la frase. Colocar a las personas en categorías, y no ver más allá, ignorando la complejidad de estas personas y sus circunstancias, y la complejidad de las relaciones y sus circunstancias, es un error muy frecuente porque las categorías, y los "debería" que implican, es un recurso fácil para tener una visión simplificada de nuestra vida. Renunciar a entender al otro y su complejidad, o incluso renunciar a entenderse a uno mismo y nuestra complejidad es, sencillamente, no hacerse cargo de las circunstancias, y ya sabemos, si no salvamos a nuestras circunstancias no nos salvamos nosotros.
Y esto vale tanto para Javier, como para Elena, que se dedican a poner clichés al otro porque les es más fácil poner al otro en una categoría y asignarle automáticamente lo que debería hacer, él es un infiel compulsivo y ella es una celosa patológica.
Y a partir de ese error de categorizar, ninguna decisión es meditada ni comprende el contexto, cada uno está enrocado en la categoría que ha asignado al otro, y le exige "deberías" al otro en función de esa categoría que le ha asignado.
En realidad él tiene problemas para el control de su impulsividad y ella tiene problemas para gestionar su inseguridad, si fuesen capaces de hablar sobre eso con sinceridad y ayudarse tendrían una oportunidad, pero entonces serían unos personajes completamente distintos. Mientras tanto, ante esta manifiesta incompetencia, iremos descubriendo cómo caminan por ese mundo a ciegas, cuando vas a ciegas, o aprendes a moverte en la oscuridad o encuentras a alguien que te guíe.

A ver cómo acaba el fin de semana de Javier ... y el de Elena ... y el de Ángela ...
 
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El único comentario que haré es que esta frase refleja un pensamiento orientado a los prejuicios que elude cualquier análisis del contexto y la realidad, tanto propio como de las otras implicadas en la frase. Colocar a las personas en categorías, y no ver más allá la complejidad de estas personas y sus circunstancias, y la complejidad de las relaciones, es un error muy frecuente porque las categorías, y los "debería" que implican, es un recurso fácil para tener una visión simplificada de nuestra vida. Renunciar a entender al otro y su complejidad, o incluso renunciar a entenderse a uno mismo y nuestra complejidad es, sencillamente, no hacerse cargo de las circunstancias, y ya sabemos, si no salvamos a nuestras circunstancias no nos salvamos nosotros.
Y esto vale tanto para Javier, como para Elena, que se dedican a poner clichés al otro porque les es más fácil poner al otro en una categoría y asignarle automáticamente lo que debería hacer, él es un infiel compulsivo y ella es una celosa patológica.
Y a partir de ese error de categorizar, ninguna decisión es meditada ni comprende el contexto, cada uno está enrocado en la categoría que ha asignado al otro, y le exige "deberías" al otro en función de esa categoría que le ha asignado.
En realidad él tiene problemas para el control de su impulsividad y ella tiene problemas por un sentimiento de inseguridad, si fuesen capaces de hablar sobre eso con sinceridad y ayudarse tendrían una oportunidad, pero entonces serían unos personajes completamente distintos. Mientras tanto, ante esta manifiesta incompetencia, iremos descubriendo cómo caminan por ese mundo a ciegas, cuando vas a ciegas, o aprendes a moverte en la oscuridad o encuentras a alguien que te guíe.

A ver cómo acaba el fin de semana de Javier ... y el de Elena ... y el de Ángela ...
Jolines, que bien hablas!!! Realmente tienes algo del gran filósofo Aristóteles, el estagirita.
 
Capítulo 847

Estaba despampanante cuando me abrió la puerta, yendo bastante maquillada, con su pelo bien alisado y con un vestido acorde al plan que teníamos. Le dije que estaba guapísima, piropeándome a mí ella también al ir bien vestido, respondiéndole yo que tenía que darle las gracias a quien me había enseñado a vestir así, siendo ella esa persona.

Entre risas me hizo pasar, en donde saludé a su madre mientras ella cogía su bolso y su móvil, que dejó cargando. Estuvimos hablando un poco en lo que ella volvía, explicándole yo el plan que teníamos, diciéndonos una vez apareció su hija que lo pasáramos bien. Nos despedimos de ella y salimos de allí, pensando yo que quizá debí haber llevado el coche viendo los tacones tan altos que llevaba puestos, aunque ella dijo que no importaba.

Para remediarlo, le propuse ir a un sitio que no estuviera muy lejos de su casa si ella lo veía bien, no teniendo problema y diciendo que conocía un sitio en el que podíamos cenar y que no quedaba muy lejos, por lo que fuimos para allá.

Tenía en mi cabeza que esa noche iba a ser diferente, sobre todo cuando vi que al final no podía salir con mis amigos, pero me encontré en una noche muy buena en la que compartí una cena con Ángela, en donde no parábamos de hablar, con ella riendo mucho. La veía contenta y eso me ponía contento a mí también.

No pasaban desapercibidas las miradas de muchos hacia ella, no pareciendo importarle a mi amiga. Y eso que no iba especialmente provocativa, ya que su vestido no tenía escote y la falda no era tan corta como en otras ocasiones, pero es que estaba guapa a rabiar.

Estaba seguro de que despertaba envidia en muchos, aunque en realidad estaban equivocados, porque no tenía en mente hacer nada con ella, ni tampoco ella se insinuaba lo más mínimo. Probamos el plato de cada uno, como también lo hicimos con el postre, marchándonos una vez acabamos para ir a algún sitio y tomarnos algo, yendo esta vez a un sitio que conocía yo.

Previamente a salir del restaurante al que fuimos, le mandé un mensaje a Mario para preguntarle cómo iban y por dónde estaban al final. Todo parecía marchar bien, aunque no quería estar mucho tiempo mandando mensajes, tanto para no descuidar a Ángela, como para no arriesgarnos a que Elena se enterara de lo que estaba pasando al poder ver a Mario escribir.

Todo iba según lo planeado, estando ellos muy alejados de nosotros y teniendo en mente ir a un pub que estaba a las afueras de la ciudad, mientras que nosotros estuvimos en uno más céntrico en el que estuvimos un rato y bailamos un poco de hecho, pero tampoco estuvimos hasta muy tarde. Sería la una de la madrugada cuando dijimos de recogernos, acompañándola yo a su casa y despidiéndonos con un buen abrazo, dándole las gracias por proponerme ese plan improvisado con tal de que estuviera distraído.

Ella me dijo que no tenía por qué agradecerlo, porque también disfrutaba mucho de pasar tiempo junto a mí. Quedamos en que hablaríamos por llamada durante los próximos días, aunque eso fue algo que se volvió costumbre, por lo que contaba con ello.

Volví a casa de mis abuelos dando un paseo, estando con el ánimo bastante alto por el día tan bueno que había pasado. Hasta me senté en uno de los bancos que había en la plaza de enfrente para no encerrarme tan pronto. No había ni un alma en la calle en realidad, tan solo yo en esa plaza iluminada con farolas de luz naranja, en donde me crie jugando con mi hermano y más niños que vivían por allí.

Siempre me daba nostalgia andar por allí cuando era de noche y se encendían esas luces, por eso acabé encerrándome, porque a la vez que me gustaba recordar eso, me ponía un poco triste por no poder experimentarlo más, aunque ya en la cama me pasaba lo mismo, pero en esta ocasión era con Elena. Era un sentimiento muy parecido al que tuve en la plaza recordando tantos momentos vividos ahí de pequeño y de adolescente.

Repasaba mucho los buenos momentos de nuestra relación, pero de vez en cuando se me venía alguno malo, sobre todo los vividos en esas últimas semanas, aunque ya no éramos pareja, supongo que sería por la cercanía de éstos, pero aquello empañaba los recuerdos previos.

También me preguntaba mucho si ella habría pasado un día tan bueno como el que había pasado yo, pensando que sí al haber comido con su madre y su abuela y al haber pasado la tarde con todos, cenando con ellos y también tomándose algo, aunque ella ya no bebiera. No me iba a quedar con las ganas de saberlo, pensando en preguntarle a mis amigos al día siguiente.

Al día siguiente me volví a levantar yo el primero, como venía siendo lo usual al quedarme allí en esos tiempos. Caía una lluvia muy fina y el tiempo no animaba mucho a salir a la calle, aunque a mí me hubiera gustado salir a correr un poco, pero no pude hacerlo, porque no llevé tanta ropa como para poder cambiarme de nuevo al volver de hacer ejercicio.

Lo que sí hice fue hacer algo de tiempo mirando la tele y el móvil para ir luego a comprar el desayuno, siendo otra de las costumbres que pillé al dormir por allí. Así que cogí un paraguas y me puse en camino, paseando, sin prisa, porque en realidad no hacía tan mal tiempo, solo que caía agua.

Al volver, desperté a mi madre, aunque ya lo estaba, porque al parecer le desperté al llegar y cerrar la puerta. Le conté que había traído el desayuno, por lo que se encargó de ir levantando a todos para que lo pudiéramos tomar. Fue un día bastante tranquilo el que pasé con ellos durante todo el tiempo. Me sirvió también para distraerme y la verdad es que estuvo muy bien, pues hacía bastante tiempo que no pasaba un día completo por allí.

Le mandé un mensaje a Mario para ver si estaba disponible para hablar y me dijo que sí, pero que Elena había dormido en su casa y que iba a pasar ese día también con ellos. Así que pensé que sería mejor que habláramos más tarde, aunque me dijo que Sofía estaba de camino a su casa, que iba a pasar unos días allí, por si quería hablar con ella, porque sabía de sobra que quería que me contaran cómo había ido.

Así que eso hice, mandándole un mensaje para ver si estaba disponible para hablar, llamándome ella como respuesta. Nos saludamos, interesándose ella también por cómo me había ido a mí el día anterior. Le conté todo, desde que estuve con Mario y con Hugo, como ella ya sabía, hasta que pasé a por Ángela y todo lo que hicimos, pareciéndole muy bien todo lo que le contaba.

Ahora me tocaba a mí preguntar, por lo que lo hice, interesándome por cómo les había ido a ellos la tarde junto a Elena. Me contó que encontraron a Elena un poco desanimada, como lo estaba yo por así decirlo, aunque mencionó que haber visto a su madre y a su abuela le había venido bien. Antes de que siguiera, le pregunté si había comentado algo acerca de su hermana, diciéndome Sofía que no, pasando a preguntarme por qué quería saber de ella con lo que había pasado.

Le expliqué que llevaba mucho sin saber de ella. La poca información que me llegaba era en cuentagotas por parte de Elena, haciendo algunos comentarios como alguna vez que había quedado con su padre para comer juntos, o cuando no lo hacían porque estaba desanimada. Eso era lo único que sabía de ella y pensaba que a ellas les podía haber contado algo más, aunque no era así por lo que me decía mi amiga.

Siguió contándome que vieron la película y que eso la animó un poco, haciéndolo aún más cuando fueron a cenar. Me estuvo contando a dónde fueron, lo que estuvieron cenando y todo con detalle. Mencionó que Elena estuvo callada durante gran parte del tiempo, limitándose a observar, aunque luego ya sí que participaba más en la conversación.

Como también lo hizo cuando salieron a tomar una copa, aunque ella no se pidió nada con alcohol, como ya suponía yo. Bailó un poco con ella y con Irene, aunque no lo hizo con los chicos, apartándose un poco cuando cada pareja bailó con la suya.

Mi amiga se lamentaba de que no pudiéramos estar los dos al mismo tiempo y como habíamos estado en otros tiempos, explicándole yo que eso iba a estar complicado, diciendo ella que ya lo veía, pero no podía dejar de lamentarse por ello. Me explicó también que iba a pasar unos días en casa, con su familia, porque le apetecía bastante, pero que le podía llamar si necesitaba hablar con alguien, aunque dijo que ella misma lo haría de por sí.

También me contó que Hugo se volvería en un par de días, así que podía quedar con él en persona para tomar un café y tener así también compañía, pareciéndome bien. Como iba a estar por mi ciudad, me dijo que me haría una visita de vez en cuando para hacerme algo de compañía, que seguro que me vendría bien. Y ahí dejamos la conversación, porque estaba a nada de llegar a su casa, diciéndole yo que se lo pasara bien y que saludara a su familia de mi parte.

El resto del día siguió tranquilo, aunque cuando estaba por irme a casa, me llamó Ángela por si quería tomarme un café con ella. Eran un poco pasadas las 6 de la tarde, teniendo yo pensado irme de allí para llevar sobre las 8 y tener tiempo de preparar algunas cosas, de lavar la ropa que llevé y de poder hacerme la cena a una hora decente, pero no iba a hacerle el del feo a esa proposición, por lo que me despedí de la familia, dándome mi madre un abrazo muy fuerte y diciendo que me llamaría todos los días, como venía haciendo siempre, sobre todo ahora que estaba en ese duelo en el que la cosa entre Elena y yo no prometía.

Le dije que sin problema y de camino le di las gracias por estar tan pendiente y por preparar para comer lo que más me gustaba, además de hacer también un postre elaborado. Cuando recogí a Ángela, me dio un beso en la mejilla, preguntándome cómo había dormido, diciéndole que bien y haciéndole la misma pregunta a ella. También durmió bien, comentando que le había encantado el día que pasamos juntos al cenar y al salir un poco por ahí. También me preguntó si sabía algo de los demás, contándole lo que me dijo Sofía, pareciéndole a ella todo bien.

En realidad, no tardamos mucho en despedirnos, llevándola yo a su casa de vuelta y despidiéndonos bien antes de que se bajara del coche, con un abrazo y un beso en la mejilla. Me dijo adiós con la mano antes de entrar y me marché de allí para volver a casa. De camino estaba un poco pensativo, porque me había dado la sensación de que Ángela se quedó con las ganas de decirme algo antes de bajar del coche, pero no me dijo nada.

Pensaba que estaba todo bien hablado al respecto, pero al parecer ella estaba con algo dentro que no dejaba salir. También pensé bastante en lo que me dijo Sofía de cómo fue el día anterior con Elena, estando también con el ánimo bajo, aunque fue a mejor a medida que pasó tiempo con ellos.

Me costaba creer que estuviera triste con el cabreo que se pilló conmigo, aunque quizá era más decepción que otra cosa al no ceder en su ultimátum. Lo que más claro tenía en ese momento era que tenía que hablar con Ángela acerca de ese detalle que percibí cuando nos despedimos, pensando que lo mejor sería hablarle en cuanto llegara a casa.
 
Realmente Elena será tan antisocial que busca a los amigos de su ex para salir?, que la llame a Yolanda o a las de su colegio. Pero que pesadita se pone.

Por otro lado, sería interesante que Elena les proponga tener algo a Mario e Irene y esta caradura la rechace. Yo no entiendo como Elena hasta ahora no le ha sacado en cara a esa hipócrita que se haya follado a su ex en vez de haberla buscado, ya que supuestamente la quiere mucho.

Es que parece que no tienen sangre en las venas.
 
Me ha llegado al corazón lo considerado del protagonista, procurando que Elena quedase a salvo y no sufriese por su plan con su amiga Ángela. Y luego con ese genuino interés por si Elena lo ha pasado tan bien como él (DCI).

También me preguntaba mucho si ella habría pasado un día tan bueno como el que había pasado yo, pensando que sí al haber comido con su madre y su abuela y al haber pasado la tarde con todos, cenando con ellos y también tomándose algo, aunque ella ya no bebiera. No me iba a quedar con las ganas de saberlo, pensando en preguntarle a mis amigos al día siguiente.

Hombre, si el jefe de Elena no fuera un gilipollas, sino un tipo educado, atento, empático y guapo, centro de atención de las mujeres, y Elena hubiese salido a cenar y bailar con él, disfrutando de una estupenda velada y sin nada más en la mente, pues seguro que habría tenido un día tan bueno como Javier, pero estando de sujetavelas en un pub viendo cómo bailan abrazadas las dos parejas, o siendo la quinta en una mesa de cuatro mientras cenan, pues no se yo, lo mejor debió ser el cine sentada en su butaca a oscuras, tampoco hay que ser muy espabilado para entender la diferencia de las dos situaciones, creo yo, y más conociendo un poco a los dos personajes.

Nota del comentarista.
DCI. Dicho Con Ironía.
 
Última edición:
El papel de "los amigos" es bien curioso, las últimas referencias a ellos han sido para reforzar la posición de Javier con expresiones del tipo: "... le harían ver su error." "Pareciéndoles bien lo que yo había pensado." etc., etc.. Solo un comentario velado por parte de Hugo en referencia a la "rescatadora" Ángela, usado para reforzar la defensa que de ella hace Javier ante cualquiera que la cuestione, ya sea Elena, Hugo o el Papa de Roma.

Desconocemos, por supuesto la realidad de las interacciones de "los amigos" con Elena, como es natural en esta historia al estar narrada en primera persona. Imagino que también debe parecerles bien lo que les exponga Elena porque de lo contrario en quien estaría buscando apoyo sería en Yolanda, y no en quienes la cuestionasen.
Pero en fin, todo puede ser, cuando hay un fin detrás hasta lo más absurdo se puede hacer que suceda.

P.D.
Hugo, como yo, también se ha dado cuenta de lo lista que es Ángela.
 
Última edición:
Parece que últimamente es Ángela, la que está muy " enganchada " a Javi. Cuando surge cualquier plan con Javier, lo deja todo para ir con él.
Es importante el detalle de quedar por la tarde para tomar café, cuando ya se habían despedido. Da la impresión, que Ángela tiene necesidad de pasar tiempo con nuestro héroe, y cuando a alguien le ocurre eso, es que está empezando a sentir algo, o que ya lo sentía antes.
 
RCE 20241015.png

Era bueno el comentario. ;):cool:
 
Era bueno el comentario. ;):cool:
¿De donde has sacado eso? Fue eliminado porque no pasó el Control de Calidad. La primera frase era ingeniosa y acertada, pero la segunda no reforzaba la idea con la contundencia requerida. La tercera ya era un desvarío. No estaba a la altura.
 
¿De donde has sacado eso? Fue eliminado porque no pasó el Control de Calidad. La primera frase era ingeniosa y acertada, pero la segunda no reforzaba la idea con la contundencia requerida. La tercera ya era un desvarío. No estaba a la altura.
A más comentarios como ese. :cool:
 
El único comentario que haré es que esta frase refleja un pensamiento orientado a los prejuicios que elude cualquier análisis del contexto y la realidad, tanto propio como de las otras implicadas en la frase. Colocar a las personas en categorías, y no ver más allá, ignorando la complejidad de estas personas y sus circunstancias, y la complejidad de las relaciones y sus circunstancias, es un error muy frecuente porque las categorías, y los "debería" que implican, es un recurso fácil para tener una visión simplificada de nuestra vida. Renunciar a entender al otro y su complejidad, o incluso renunciar a entenderse a uno mismo y nuestra complejidad es, sencillamente, no hacerse cargo de las circunstancias, y ya sabemos, si no salvamos a nuestras circunstancias no nos salvamos nosotros.
Y esto vale tanto para Javier, como para Elena, que se dedican a poner clichés al otro porque les es más fácil poner al otro en una categoría y asignarle automáticamente lo que debería hacer, él es un infiel compulsivo y ella es una celosa patológica.
Y a partir de ese error de categorizar, ninguna decisión es meditada ni comprende el contexto, cada uno está enrocado en la categoría que ha asignado al otro, y le exige "deberías" al otro en función de esa categoría que le ha asignado.
En realidad él tiene problemas para el control de su impulsividad y ella tiene problemas para gestionar su inseguridad, si fuesen capaces de hablar sobre eso con sinceridad y ayudarse tendrían una oportunidad, pero entonces serían unos personajes completamente distintos. Mientras tanto, ante esta manifiesta incompetencia, iremos descubriendo cómo caminan por ese mundo a ciegas, cuando vas a ciegas, o aprendes a moverte en la oscuridad o encuentras a alguien que te guíe.

A ver cómo acaba el fin de semana de Javier ... y el de Elena ... y el de Ángela ...
O lo que viene a ser el mundo visible y el mundo inteligible...
 
Parece que últimamente es Ángela, la que está muy " enganchada " a Javi. Cuando surge cualquier plan con Javier, lo deja todo para ir con él.
Es importante el detalle de quedar por la tarde para tomar café, cuando ya se habían despedido. Da la impresión, que Ángela tiene necesidad de pasar tiempo con nuestro héroe, y cuando a alguien le ocurre eso, es que está empezando a sentir algo, o que ya lo sentía antes.

Así parece, desde que Javier ha expresado su intención de marcar distancio con Elena, y el no verlo tan afectado, pudo darle señales de que no estaba tan enamorado como creía.

Esto pudo dejar la puerta abierta a Ángela, sabemos la cantidad de amor que tiene para entregar, y considerando que los últimos capítulos han sido un constante ciclo de situaciones exponiendo la abismal diferencia entre el trato de Elena y Ángela, no sería extraño que Javier le correspondiese si llega a declararse.

Algo notó Javier al despedirse, una intención de Ángela de decirle, confesarle algo, si es así, lo mejor, sería una declaración de amor hacia él, y bueno, lo peor, que está enterada de lo que sucedió entre Elena y "sus amigos" la pasada noche que se quedó a dormir con ellos. :oops::eek:;)
 
Última edición:
Así parece, desde que Javier ha expresado su intención de marcar distancio con Elena, y el no verlo tan afectado, pudo darle señales de que no estaba tan enamorado como creía.

Esto pudo dejar la puerta abierta a Ángela, sabemos la cantidad de amor que tiene para entregar, y considerando que los últimos capítulos han sido un constante ciclo de situaciones exponiendo la abismal diferencia entre el trato de Elena y Ángela, no sería extraño que Javier le correspondiese si llega a declararse.

Algo notó Javier al despedirse, una intención de Ángela de decirle, confesarle algo, si es así, lo mejor, sería una declaración de amor hacia él, y bueno, lo peor, que está enterada de lo que sucedió entre Elena y "sus amigos" la noche que se quedó a dormir con ellos. :oops::eek:;)
Claro, "los amigos" la vieron decaída y quisieron subirle la autoestima.
 
Capítulo 848

-¿Qué pasa, Javi? -preguntó extrañada cuando descolgó la llamada.
-Pues es que... Antes me ha parecido notar algo.
-¿Antes? ¿Cuándo?
-Cuando nos hemos despedido.
-Pues.... No sé. ¿Qué piensas?
-No lo sé, por eso te llamo, para preguntarte. Me ha dado la sensación de que querías decirme algo, pero al final no te has atrevido o algo.
-¿Lo has notado?
-Pues sí. Ángela, ¿qué pasa?
-No pasa nada, tranquilo. Es que no te lo quería decir porque...
-Así no me estoy tranquilizando, ¿sabes? -dije al ver que se quedaba callada.
-Es que no quiero que malpienses.
-¿Malpensar? ¿El qué?
-No quiero que te pienses algo que no es. Y también es porque parece que le estoy dando la razón a Elena otra vez.
-¿Me lo puedes decir y así te digo lo que opino?
-Te iba a proponer irme a vivir unos días contigo, porque he visto que te vendría bien tener a alguien cerca estos días. Lo he notado mucho, es que tu ánimo no tiene nada que ver cuando hemos hablado por teléfono y cuando hemos estado pasando tiempo juntos. Me di cuenta la semana pasada y ésta igual. Creo que te vendría bien tener a alguien con quien socializar para que te distraigas un poco, pero no te lo quería decir por eso que te he dicho, porque a lo mejor pensabas que me iba a aprovechar, o que Elena tiene razón.
-¿Eso era?
-Claro. No sabía cómo decírtelo sin que pensaras otra cosa.
-Pero ya hemos hablado eso, ¿no?
-Sí, pero es que a lo mejor te parecía que me estaba aprovechando o algo.
-¿Aprovechando? ¿De qué?
-Déjalo, soy tonta. Creía que podrías ver que Elena tiene razón en eso de que yo soy el problema.
-No. No lo veo así. Me parece genial que salga de ti hacer eso.
-Pues era eso.
-Vale, pues me quedo más tranquilo, porque me había imaginado otra cosa.
-Yo te quiero mucho, Javi, pero como un gran amigo. Y estoy segura de que a ti te pasa lo mismo conmigo.
-Sí. Así es.
-Además, con todo esto que está pasando, lo que más necesitas es tener tranquilidad en ese aspecto, no meterte en otra relación, si es que al final decides por completo cerrar la puerta de Elena.
-Eso es verdad. No me parece lo más sensato hacer eso.
-Aunque ahora que lo pienso...
-¿Qué pasa?
-Pues que quizá te pueda traer problemas.
-¿Por qué?
-¿Y si va Elena a tu casa y ve que estoy viviendo contigo? ¿Y si se le escapa a Irene o algo así?
-Pues es algo destacable, sí.
-¿Tú quieres que me vaya unos días allí contigo?
-La verdad es que cuando estoy contigo me noto mejor de ánimo, eso es verdad. Me distraigo, me lo paso muy bien... Pienso que me sumaría mucho. Desde que se fue Andrea me siento un poco solo. Pero no quiero que te veas como un instrumento para ayudarme a pasar este mal trago tampoco.
-Tranquilo, no voy a pensar eso.
-¿Tú te quieres venir a vivir conmigo? ¿Y tu madre?
-A ver, si te lo he dicho, es porque pienso que te vendría bien, y claro que lo he considerado. Creo que estaría bien, sería como cuando íbamos a la universidad. Pienso que puede ser divertido hacer vida juntos, aunque con tu trabajo no nos veríamos mucho en realidad, pero bueno, para comer, cenar y entre medias un rato también. Y mi madre, pues... No sé, es que en principio van a ser unos días, entonces no creo que tengamos mucho problema. Además, así podría estar un poco pendiente de mi hermana, que ya sabes lo cabraloca que es. Creo que a mi madre le va a parecer bien la idea también.
-Pues entonces ya está decidido.
-¿Y los problemas que te he dicho que pueden aparecer?
-No creo que haya problemas. No veo a Elena viviendo por aquí, si te soy sincero. Y pues ya les diremos a los demás que tengan cuidado. ¿Sabes? Creo que antes de nada voy a decirle a Elena de quedar para hablar.
-¿Se lo vas a contar?
-Pues sí. Le voy a decir que estoy cansado de todo lo que está pasando y que viendo que ella no pone de su parte, yo no voy a poner por los dos.
-Pero espera, ¿ya lo has decidido? ¿Por qué no lo piensas bien antes de decir eso y de quedar con ella? No quiero que te arrepientas tampoco de algo que puedas decirle. Creo que me he venido un poco arriba con esto a lo mejor.
-No lo creo. Pero si te quedas más tranquila, voy a pensarlo estos días y le diré de quedar el sábado. Tomaré una decisión depende de lo que pase. Si veo que ella me llama, que pone interés, que se disculpa por lo de ese estúpido ultimátum y que está abierta a que la cosa cambie de verdad, pues seguiremos intentándolo. Si nada de eso pasa y cuando vaya a hablar con ella sigue en el mismo plan, pues le diré lo que te acabo de decir.
-Pase lo que pase, yo solo quiero que estés bien.
-Lo sé. Y te lo agradezco mucho, porque siempre has estado haciendo lo posible para que sea así, dándome buenos consejos y estando muy pendiente de mí en general para que esté bien. Eres de lo mejor que tengo en mi vida, de verdad.
-Ay, gracias. Jo...
-Así que en estos días pensaré lo que quiero, aunque ya me he dado cuentas de varias cosas y creo que mi decisión no va a cambiar mucho, al menos que ella me ofrezca una disculpa sincera, cosa que también dudo que pase.
-Bueno, lo suyo es que estés tranquilo y no hagas nada en caliente, que eso es lo peor. Intenta tomarte todo con calma esta semana.
-Vale.
-Ya te iré llamando estos días, aunque no quiero agobiarte tampoco.
-Tranquila, no lo haces.
-Lo que tengo seguro es que no te voy a sacar este tema para no condicionarte ni nada parecido. Quiero que tomes la decisión tú, y solo tú, que para eso es tu relación.
-Tranquila, de verdad.
-Vale, pues te dejo por aquí. Cena bien y descansa, ¿vale?
-Sí. Y tú también.
 
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