Reencuentro con Elena

Capítulo 40

Al día siguiente me levanté, dándome una ducha y desayunando para ponerme a trabajar, por la tarde me llamó Elena.

-Javi, ¿nos podemos ver esta noche?
-Claro, voy a por ti. ¿A dónde quieres ir?
-No sé, es para hablar una cosa, si quieres damos un paseo por mi pueblo.
-Vale, me parece bien, ¿a qué hora me paso?
-¿Qué te parece sobre las 10?
-Genial. ¿Quieres que cenemos juntos?
-No, voy a cenar en casa de mi abuela, luego iré a mi casa, recógeme allí.
-Vale.

Me quedé un poco extrañado, no sabía de qué quería hablar. Imaginaba que era del tema de la otra pareja, pero no sabía muy bien qué iba a pasar.

Llegó la hora de nuestra quedada, así que fui su casa, esperando en el coche. La vi salir y salí del coche, me dio un beso y dijo de dar un paseo cogidos de la mano.

-¿Todo bien?
-Sí, claro.
-¿De qué querías hablar?
-Pues verás, he estado hablando con mi hermana.
-¿Y qué tal? (dije algo nervioso por si Noelia le hubiera podido contar algo).
-Pues bueno, seguía en su línea, pero poco a poco la he ablandado y hemos empezado a hablar.
-Vale, ¿de qué habéis hablado?
-Pues de lo que pasó el otro día. Le he estado intentando sacar por qué está así.
-¿Y bien?
-Pues me ha estado contando que va detrás de un chico, pero él no le hace caso.
-Vaya...
-Y bueno, por eso anda con ese humor...
-Ya veo.
-Me ha dicho que lleva varias semanas intentando algo con él, pero él pasa de ella, incluso le insinuó un trío con su amiga del otro día, pero tampoco.
-Bueno, si rechaza algo así, sus razones tendrá, ¿no?
-Sí, eso he pensado. Pero la he visto desanimada cuando me lo contaba, así que le he dicho que lo siga intentando si tanto quiere estar con él, pero que tampoco se obsesione y le agobie.
-Ajam...
-Y bueno, le he dicho que, si necesita algo de ayuda en el tema, que me dijera, que yo le ayudaría en lo que pudiera. Me ha dicho que vale, que me consultaría si lo necesitaba.
-Que bien...
-¿Sabes? Si ese chico no quiere estar con ella, que le den, él se lo pierde. Mi hermana es buena chica, a pesar de su carácter a veces...
-Ya...
-También hemos hablado del tema de la intimidad. Le he pedido por favor que nos dejara intimidad cuando se la pidiera, igual que yo se la daré cuando me la pida. Si quería hacer eso el otro día, solo me lo tenía que haber dicho, nos hubiéramos ido al coche o algo.
-¿Y qué ha dicho?
-Que vale, que lo hablaríamos para ponernos de acuerdo.
-Bien...
-¿Estás bien? Te noto un poco seco...
-¿Eh? Ah... Nada, es que mi jefe me está metiendo prisa con el trabajo últimamente y bueno... estoy un poco hasta los huevos....
-Bueno, no pasa nada, ya pasará.

Sí, del trabajo... Lo que estaba era hasta los cojones de Noelia, se le había metido entre ceja y ceja follar conmigo y hasta que no lo consiguiera, no iba a parar. Y ahora tenía hasta a mí propia chica en contra, con su ayuda para seducirme, obviamente sin ella saber que era yo. Como me mordí la lengua cuando dijo que le dieran a ese por no hacerle caso, que su hermana era buena chica. Estaba deseando decirle lo que realmente era, pero me contuve, porque sabía que no le sentaría bien y que mis formas no serían las mejores. Incluso puede que no me hubiera creído y encima sería yo el que pudiera haber salido escaldado de aquello.

Seguimos paseando y me llevó a un parque, a la zona más oscura y me paró para empezar a besarme. Estábamos solos y al darse cuenta de esto, empezó a meterme mano, tocándome el culo y sobándome el paquete.

-Javi... llevamos varios días sin...
-¿Qué quieres, hacerlo aquí?
-Bueno, no está mal. Mira, ven aquí (dijo tirándome de la mano para ir a una zona donde había plantas).
-¿Qué te parece aquí?
-No sé, Elena...
-No me digas que te da cosa... ¿O no te acuerdas de la vez que me tocaste en el parque de tu ciudad...? Jajaja, o de cuando hemos usado el vibrador con nuestros amigos delante...
-Sí, sí me acuerdo...
-¿Estás bien? Te noto raro, Javi. ¿Pasa algo?
-Sí, o sea, no. Es que estoy cansado y un poco mosqueado con lo del trabajo. No me apetece ahora mismo hacer nada. Prefiero seguir paseando contigo.
-Bueno, no pasa nada (dijo sonriendo y girando la cabeza).

Me acerqué cogiéndola de la cara para darle un beso. Ese gesto era mi punto débil. Pero estaba bastante cabreado con lo de Noelia y no tenía ganas de nada, así que nos fuimos siguiendo con el paseo. Seguimos hablando de algunas cosas, pero nada más del tema de Noelia, ni siquiera del tema de la otra pareja, no quería meterle presión ni estar todo el tiempo que estuviera con ella hablando de cosas que no nos podrían haber bien. Al cabo de un rato llegamos a su casa, nos despedimos, quedando para ir allí el sábado para estar por la tarde juntos y pasar la noche, dijo que avisaría a su hermana para que no pasara lo de la otra vez y poder hacer lo que queramos. Le di un beso y me monté en el coche para regresar a casa.

Cuando llegué a casa me acosté, mirando al techo sin poder dormir, dándole vueltas a lo que había hecho Noelia. Me sentía como en una olla a presión, a la que le faltaba poco para estallar. Pensé en hablarle para preguntarle qué estaba haciendo, pero lo descarté enseguida, seguro que la situación le daría más morbo, también descarte lo de hablar en persona, porque ya me esperaba cualquier cosa. Así que intenté seguir una nueva estrategia, evitarla a toda costa, y si no podía, evitar quedarme a solas con ella. Y actuar con normalidad, como si nada de esto estuviera pasando o hubiera pasado algo entre nosotros.

El viernes fue un día normal, me estaba intentado mentalizar de llevar esa estrategia a cabo, pero temía que pudiera venirme arriba si la veía para pedirle explicaciones. Me puse a trabajar para no estar pensando en eso todo el tiempo. Llegó la noche y me escribió Elena.

-Mi amor...
-¿Qué pasa mi vida?
-Quiero estar contigo...
-Yo también, tengo muchas ganas de que llegue mañana.
-¿Estarás muy ocupado mañana?
-No, lo he dejado todo preparado para estar libre todo el día.
-Genial, pues vente mañana sobre las cuatro, que mi madre va a andar por aquí por la mañana y luego nos vamos a casa de mi abuela a comer, pero yo me vengo cuando acabe y ella ya se queda allí.
-Vale, ¿estaremos solos?
-Sí, mi hermana me ha dicho que irán a casa de su amiga.
-Genial. Pues mañana a las cuatro me tienes allí.
-Qué ganas. Te voy a reventar mañana.
-:oops:
-Jajajaja.

Me levantó el humor esa conversación y las ganas que tenía Elena, pero sabía de sobra que Noelia iba a aparecer, pero yo tenía un plan, ignorarla todo lo he pudiera y no caer en sus provocaciones. Me fui a dormir contento, con muchas ganas de estar con Elena.

Al día siguiente me levanté con mensajes de Mario.

-¿Te vienes a echarte una cerveza?
-¿A qué hora?
-Sobre las 2 o así.
-Vale, ¿quién más va?
-Nada, sólo Irene, tú y yo.
-Mario, no me jodas, ¿eh?
-Que no, coño. Que vamos a echar una cerveza en el bar y ya está.
-Vale, a las 2 voy para allá.

Llegué al bar sobre la hora, echándole la mano a Mario y dándole dos besos a Irene. Empezamos a hablar de varias cosas, hasta que, como esperaba, sacaron el tema.
 
Capítulo 41

I: ¿Cómo va la cosa?
M: Eso, ¿te ha dicho algo ya?
J: Que va. Pero no os hagáis ilusiones, no creo que quiera.
I: Qué lástima tío, con las ganas que tenía de reventarte...
J: A ver si el que te iba a reventar hubiera sido yo... (me medio arrepentí cuando dije eso, porque me recordó a lo que le dije a Noelia en su día y lo que trajo esa maldita conversación).
I: Anda... no será para tanto...

Me reí para quitarle importancia y no picarla por si pasaba algo similar.

M: Oye, que me voy a poner celoso... Jajaja.
I: Si te encantaría ver como me folla...
M: Joder que si me gustaría...
I: También es una lástima por Elena, es una chica muy mona, aunque muy cortada.
J: ¿Te gustan las chicas?
I: Sí, soy bi.
J: Ah, no lo sabía... La verdad es que es lo mejor, así disfrutas al 100%.
I: ¿Tú también eres bi?
J: No, soy hetero, pero bueno, soy abierto en ese tema, no es que me deje follar ni me folle a un tío, pero no me importa participar en un trío y tal...
I: Interesante...
M: Pues sí, he tenido suerte con ella, porque bi y liberal, ya te imaginas que varios tríos han caído.
J: Lo imagino.
M: Pero no ha surgido nada con ninguna pareja aún, por eso nuestro interés por vosotros, os vemos monos, os gusta jugar... Sólo os falta ese empujoncito.
I: Entonces eres como Mario, hetero, pero un morboso...
J: Sí, eso es, jajaja.
I: Uff, un trío con vosotros dos tiene que ser la polla.
M: Dos pollas para ser más exacto, jajaja.
J: Puede, pero mientras esté en pareja, no me veo haciendo estas cosas.
I: Qué mala suerte...

Seguimos hablando de otras cosas, hasta que eran las 3 y media, así que me despedí de ellos, dejándolos allí. Me fui hacia casa de Elena, tenía bastantes ganas, ya que me apetecía bastante estar con ella y llevábamos bastante sin hacer nada. Cuando llegué, llamé a la puerta y me abrió, saltando encima mía para darme besos por toda la cara. Me encantaba cuando hacía eso. Nos fuimos al salón para sentarnos en el sofá y estar un rato hablando con la tele de fondo, aunque las caricias y los besos abundaban, hasta que pasado un rato se sentó encima mía, como solía hacer, con una pierna a cada lado de mis muslos, apoyando su culo en ellos, para mirarnos a los ojos y darme besos cogiéndome la cara con sus suaves manos mientras yo le acariciaba la espalda, muslos y culo. Estuvimos así un rato, hasta que se acercó a mi paquete, dejando caer su peso sobre él. Los besos se hacían más intensos y empezaba a moverse para restregarse conmigo, provocando mi erección. Después empezó a besarme en el cuello con mucha sensualidad, provocando algunos escalofríos en mí, los cuales me encantaban y me encendían mucho, lo que causaba que mi erección fuera a más.

-Mmm... qué duro estás ya...
-Cuando me besas en el cuello estando así sentada encima mía, es de lo que más me enciende...
-Ah, ¿sí?
-Sí...
-¿Que más te enciende?
-Que me beses en los labios...
-Mmm... ¿qué más?
-Cuando me sonríes como tú ya sabes...
-Jeje... ¿algo más?
-Este culito (dije mientras le daba una palmada).
-Mmm... (dijo soltando un dulce gemido).
-Y estas tetas (dije tocándole las tetas por debajo de la sudadera, jugando con sus pezones).
-Ajam...
-Tu coñito (dije empujando sus caderas contra las mías para que su coño se apretara contra mi erección).
-Uff...
-Toda tú, mi vida. Me encantas.
-Te quiero, Javi... (dijo para empezar a besarme sensualmente con lengua).

A los pocos segundos escuchamos como se abría la puerta de su casa, ella se bajó de mí rápidamente para quedarse sentada a mi lado.

-Joder... (dijo mientras me tapaba la erección con las faldillas de la mesa).

Se trataba de Noelia. Yo ya no estaba ni sorprendido

N: Hola.
E: Hola. ¿No ibas a estar con tu amiga?
N: Sí, si vengo de allí, pero se encontraba mal y la he dejado, porque se ha acostado para ver si se le pasa...
E: Ah, bueno...
N: ¿Molesto?
E: No, no. Tranquila.
N: ¿Qué hacéis?
E: Veíamos la tele.
N: ¿Me puedo quedar con vosotros? Estoy harta de estar encerrada en mi habitación.
E: Vale...

Nos pusimos a ver la tele, pero la película que estábamos viendo era bastante mala. Elena quería seguir jugando y me empezó a sobar el paquete. Yo la miré de reojo y ella estaba sonriendo mientras se mordía ligeramente el labio. Puse mi mano sobre la suya para que parara, pero eso le envalentonó más, intentando colar su mano por mis vaqueros, consiguiéndolo, aunque no pasaba del pubis por lo apretado que lo tenía. Empezó a acariciarlo y empujó su mano hasta llegar a la base de mi polla. Le pasé mi brazo por sus hombros, acercándola a mí para darle un beso en la frente. A los pocos minutos se levantó para ir al baño.

-Que acaramelados, ¿no? (dijo Noelia con tono para pinchar).

Me mantuve callado sin decir nada.

-¿Te ha contado la conversación que tuvimos?

Seguí callado sin hacerle caso. Entonces recibí unos mensajes de Elena. El primero me decía que me desabrochara el cinturón y los vaqueros, el segundo era una foto de ella desnuda que se acaba de tomar en el baño. Mientras, Noelia se acercó a mí.

-Te estoy hablando.
-Sí, me ha contado la conversación que tuvisteis.
-¿Y qué te parece?
-Guay.
-¿Guay? Sabes de que se trata de ti, ¿no?
-¿Quién sino?
-¿Y te parece bien?
-Me da igual, Noelia.
-Ah, genial. Ya le pediré consejo...

Me quedé callado y me desabroché disimuladamente el cinturón y el botón del vaquero. Elena volvió y se sentó a mi lado, como estábamos antes de que se fuera. Por la situación y la foto que me envió, tenía la polla bastante dura. La abracé como lo hice antes y ella empezó a meter mi mano por mis pantalones, ahora con más facilidad, empezó a acariciarme la polla suavemente para después empezar a pajearla suavemente sin que se notara mucho el movimiento. Estuvo así durante un rato mientras yo suspiraba de vez en cuando. Deslicé mi brazo por su espalda, para meter mi mano dentro de sus leggings y braguitas, para tocarle el culo. Estuvimos así hasta que acabó la película, yo sobándole el culo y ella masturbándome ligeramente, parando de vez en cuando, pero sin dejar que se me bajara la erección. Una vez acabó la película, habló Elena.

E: Oye, Noelia, ¿vas a ir a casa de la abuela?
N: Sí, pero luego para cenar...
E: ¿Por qué no vas antes? Así pasas más tiempo con ella, que sabes que se acuesta nada más cenar...
N: Es que estoy ahora mismo a gusto aquí, además, va a empezar otra película.
E: Va, ve y les haces compañía, puedes ver allí la película con ellas...
N: ¿Por qué tanta insistencia?
J: Porque queremos follar.

Elena me miró con los ojos como platos en plan "¿Qué coño haces?" y Noelia se me quedó mirando con cada de sorprendía con la boca abierta. En ese momento me gustó lo que hice, sentía que estaba dando un golpe sobre la mesa en el tema que había entre Noelia y yo, como si con eso le hiciera ver que me daba absolutamente igual lo que hiciera, que viera que pasaba de ella. Entonces sin decir nada se levantó para irse y cerrar la puerta de la calle de un portazo.

-Javi, ¿estás loco?
-Elena, nos ha interrumpido justo cuando íbamos a empezar y encima te pones juguetona durante toda la película...
-Jiji...
-Tengo los huevos que me van a estallar.
-Hala... Pero tío... Has sido muy bruto.
-¿Qué más da? Más bruta fue ella haciendo el trío aquí con nosotros en la habitación de al lado y gritando como si la estuvieran matando...
-Eso es verdad... pero Javi, me ha dado vergüenza, jajaja.
-Vergüenza dice, pues no te daba ninguna antes mientras me la meneabas estando tu hermana a dos metros de nosotros... Jajajaja.
-Jajajaja, pero bueno... A ver, en mi defensa diré que estoy muy cachonda y llevamos una semana sin follar...
-Pues eso se arregla ahora mismo...
-Venga, vamos a mí habitación... (dijo mientras se levantaba).
-Sí, hombre... (dije cogiendo del elástico de los leggings para traerla hacia a mí, tirándola encima mía).
-Pero bueno, ¿qué te pasa?
-Que te voy a follar aquí mismo.
-Ah, ¿sí?
-Sí, mira, ven aquí (dije incorporándola para quitarle la sudadera).
-Mmm...

Le empecé a comer las tetas mientras ella soltaba gemiditos dulces. Después le di algún azote mientras ella lanzaba algún gritito.

-Joder, Javi, como me estás poniendo...
-¿Sí?
-Sí...
-¿Quieres mi polla?
-Sí, me la quiero comer ya.

Entonces se puso de rodillas y sacó mi polla para empezar a comérsela, yo le cogía del pelo, para empujarle la cabeza, hincándole mi polla en su garganta. Empecé a moverle la cabeza para que se tragara mi polla, produciendo sonidos guturales. Le tiré del pelo hacia atrás, sacándole la polla de la boca para que respirara.

-¿Así te la quieres comer?
-Sí... Me encanta...

Después repetí el proceso, estando así durante unos minutos. Elena estaba muy cachonda.

-Ven, que ahora me toca a mí.

Retiré un poco la mesa hacia atrás y la levanté para apoyarla en la mesa. Le quité los leggings y las braguitas, dejándola completamente desnuda y le empecé a comer el coño. Ella jadeaba mientras me acariciaba la cabeza. Empezó a gemir a los pocos minutos mientras le temblaban un poco las piernas. Entonces me separé.

-¿Te gusta como te como el coño?
-Sí, me encanta. Nadie me lo come como tú...

Me levanté, quitándome la sudadera y echándola al sofá. Le di la vuelta y la puse apoyada en la mesa con el culo un poco en pompa, dirigí mi polla hacia su coño, acariciándole su raja. Ella jadeaba, hasta que se la empecé a meter y apreté para meterla de golpe, sin mucho problema, porque ella estaba bastante mojada y estábamos lubricados por nuestras babas. Dio un gemidito de sorpresa, entonces empecé a metérsela a buen ritmo.

-Ahhh, Javi... Así...

Empezaba a gemir cada vez con más fuerza. Yo mantenía el mismo ritmo, haciendo ruido por el choque de mis caderas con su culo. Entonces vi una sombra que venía desde fuera del salón, Noelia seguía allí.
 
Capítulo 42

Parecía que le daba morbo vernos y oírnos follar, porque no era la primera vez que nos espiaba adrede. Estuve a punto de parar, pero entonces me di cuenta de que le podía demostrar como podía follarla a ella para que le doliera más el no poder tener eso conmigo. Así que aceleré el ritmo, haciendo más ruido con el choque de nuestros cuerpos, empezando a jadear más fuerte, mientras Elena se agarraba a la mesa con fuerza y de las embestidas, ésta se iba moviendo. Elena empezó a gemir de manera que casi estaba gritando y se encogía un poco.

-Javi, para, que me corro... (dijo con voz bastante alta, casi gritando).

Paré para que no se corriera todavía, sentándome en el sofá, tirando de ella para traerla hacia a mí.

-Madre mía, me vas a matar, mi amor...
-Pues acabamos de empezar
-Mmm...

La puse sentada encima mía, como estábamos antes de que viniera Noelia, y le clavé la polla, cogiéndola del culo para controlar la penetración. Empecé a moverla hacia arriba y hacia abajo con mis manos y después hacia delante y hacia detrás con toda la polla metida en su coño, variando entre ambas maneras. Ella gemía cada vez más alto, pero llevaba cuidado para que no se corriera aún, bajando la intensidad cuando empezaba a gritar. Mientras estábamos así, miré de reojo al marcó de la puerta y podía ver parte de una silueta. Notaba como teníamos los ojos de Noelia clavados en nosotros.

Después cogí a Elena, entrelazando mis brazos entre sus piernas, agarrándola del culo para follarla mientras estaba de pie, con ella rodeándome el cuello con sus brazos. Controlaba que no se corriera, gracias a sus gemidos todo el tiempo, aminorando el ritmo cuando éstos iban a más. Quería que Noelia viera como su hermana chorreaba conmigo y lo que se estaba perdiendo. Hasta ese punto estaba de cansado de sus numeritos, que ya quería hasta hacerle daño, poniéndole la miel en los labios.

Al rato, tumbé a Elena en el sofá boca arriba y se la metí, pero ahora con más cariño, mientras le besaba el cuello. Ella estaba con los ojos cerrados y ronroneando mientras me acariciaba el pelo y la espalda. Le estaba dando un respiro, porque le estaba dando bastante duro. No terminaba de entender como yo estaba durando tanto, porque estaba cachondísimo por ver a Elena tan entregada y tan bajo mi control. Supuse que era por estar controlando que ella no se corriera, haciendo breves paradas y por querer que Noelia viera todo eso. Empecé a acelerar el ritmo, y ella sus gemidos y jadeos.

-Por dios, Javi... Qué manera de follar...

Cuando noté que estaba cerca, paré para levantarme y ponerla como antes, apoyada en la mesa, con el culo medio en pompa, la movía como a una muñeca, ella se dejaba llevar. Entonces se la volví a meter y le empecé a dar duro, notando que a los dos minutos ya estaba a punto de correrse, entonces aceleré más el ritmo mientras ella gritaba.

-Javi, ¡me corro! No puedo más...

Y empezó a temblar mientras se encogía, yo seguí dándole, intentando aguantar para no correrme yo, quería que lo soltara todo, que chorreara y pusiera el suelo lleno de su corrida. Y así lo hizo, empezó a chorrear, sacando yo mi polla y estimulándole el clítoris desde atrás. Se podía oír como todo ese flujo salía de su cuerpo y caía al suelo, parecido a como cuando dejas caer agua al suelo desde una altura grande. Le fallaban las piernas y se encogía cada vez más, perdiendo el equilibrio mientras gritaba, pero la cogí con mis brazos, abrazándola para que no se cayera, esperando que dejara de chorrear, para sentarme en el sofá y ponerla encima mía, abrazándola mientras ella estaba hecha un ovillo. Temblaba mucho, con varios espasmos mientras respiraba muy fuerte, tenía los ojos cerrados y muy apretados. Yo le acariciaba los muslos, y la espalda para tranquilizarla. Tenía la polla durísima por como habíamos follado, estaba esperando que se recuperara para acabar yo.

Una vez se recuperó, la puse de rodillas en el suelo, igual que en nuestra primera vez, ella estaba con sus manos apoyadas en sus muslos, mirándome a los ojos con la lengua fuera, con cara sonriente. Estaba sudada por el polvazo que acabábamos de echar, con unas chapetas rojas en las mejillas. Estaba muy mona. A los pocos segundos me empecé a correr, pero salió tan fuerte, que le cruzó toda la cara, llegándole al pelo, le llené toda la cara desde la frente hasta la barbilla, aun así, le cayó bastante en la lengua, ya que fue una corrida muy abundante. Se tragó lo que le cayó en la lengua, relamiéndose, cogiendo un poco de lo que tenía en los labios y volviendo a tragar. Después cogió mi polla y la agarró para chupar el glande, sacando hasta la última gota, mientras me pajeaba suavemente. Cuando paró me tumbé en el sofá, estaba hecho polvo, ella se tumbó encima mía.

-Madre mía, Javi... sí que estabas cargadito...
-Te lo he dicho, que tenía los huevos a reventar...
-Un día de estos me vas a matar, tengo el coño que me palpita...
-¿Te he hecho daño?
-No, que va, todo lo contrario, me moría de placer...
-Joder, como te he puesto la cara...
-Ya ves, si me ha llegado hasta el pelo...
-¿Vamos a ducharnos?
-Sí, pero espera que me limpio la cara y un poco el suelo con papel.

Cogió un poco de papel que había encima de la mesa y se limpió la cara y luego con más papel limpió como pudo el suelo.

-Esto hay que limpiarlo con la fregona. Joder, como lo he puesto todo...
-Sí, hoy te has corrido muy bestia.
-Cariño, si me follas así, ¿qué esperas? Jajaja.
-Es que estaba muy cachondo, niña...
-No hace falta que lo jures, jajaja.
-Va, vamos a fregar esto y nos vamos para la ducha, que lo mismo ahí también...
-Eh... Relájate que me vas a romper el coño. Esta noche seguimos, jajaja.
-Jajajaja, si es que te veo así y me pongo malo. Y con esas chapetas en más mejillas, estás para comerte.
-¿Tengo chapetas?
-Sí, estás muy mona.

Recogimos bien todo lo que habíamos liado y cuando acabamos la cogí en brazos para llevarla a la ducha, entre risas y algún azote. Cuando salimos del salón no vimos nada, supuse que Noelia se habría ido. Una vez nos duchamos, nos fuimos al salón para relajarnos un poco. Elena se quedó dormida en mi pecho. Entonces recibí un mensaje de Noelia.

-Eres un cabrón.

La dejé en visto y dejé el móvil en la mesa. Me relajé mirando la tele mientras Elena dormía sobre mi pecho. Mientras veía la tele pensé en responderle a Noelia, pero recordé el plan de pasar de ella. Bastante espectáculo le había dado ya dejándonos ver como follábamos.

A la media hora, Elena se despertó.

-Me he quedado dormida...
-Sí, has estado una media hora durmiendo.
-Mmm... Es que después de lo que hemos hecho, la ducha y estando aquí calentita contigo...
-Mejor, así coges fuerzas para esta noche.
-Jeje... ¿Quieres más?
-Contigo siempre.
-Mmm...
-¿Quieres que usemos las cositas que compraste?
-Claro... ¿Qué me vas a hacer?
-No... ¿Qué me vas a hacer tú?
-¿Yo?
-Claro, anoche me dijiste que me ibas a reventar y antes te he reventado yo...
-Am... Pues no sé, ya veremos... (dijo mientras reía y se mordía el labio).

Por la noche fuimos a tomarnos algo a un bar y dimos un paseo, pasando por la casa de María, pero desde lejos. Pudimos ver a Noelia, María y el chico con el que estuvieron habiendo el trío en la puerta hablando.

-Míralos, ¿habrán hecho otro trío? Jajaja
-Joder con tu hermana...
-Bueno, la otra tampoco se queda atrás...
-No, si ya...

Entonces vimos como el chico se iba y Noelia cruzaba los brazos.

-¿Será ese el chico que pasa de ella?
-Puede ser, pero se han acostado y tal, ¿no?
-Sí, pero ella a lo mejor quiere algo más...

Entonces se me pasó por la cabeza si Noelia quería algo más que folleteo conmigo, pero lo descarté, porque siempre que hablábamos era para hablar de sexo.

Seguimos paseando, perdiendo de vista a Noelia y a su amiga.

-Oye, ¿tú has hecho algún trío?
-¿Eh? (dije aún embobado en mis pensamientos).
-Pues eso...
-Pues sí, he hecho uno, tampoco es que me hayan salido más oportunidades.
-¿Pudiste con más dos? Aunque viendo como me follas a mí, seguro que sí.
-No, si éramos dos tíos y una tía.
-¿Cómo? (dijo mirándome con cara de sorpresa).
-¿Qué pasa?
-Pues que no te imagino así...
-Así... ¿Cómo?
-Pues con otro tío... Jajajaja.
-A ver, no follamos entre nosotros...
-Ya, pero no sé... No me lo imagino...
-Estuvo bien.
-¿Cómo acabó la chica?
-¿Tú qué crees? Jajaja
-Jajajaja.
-El otro tío era un poco bestia... La tenía más grande que yo y se la metía en la boca y en el coño sin delicadeza, de hecho, la chica le apartaba a veces con algún manotazo...
-Vaya... Ojalá ser tan abierta como tú para el sexo y poder probar.
-No pasa nada, Elena, cada uno es como es.

Se puso de puntillas para darme un beso mientras pasaba sus brazos por mi cuello.

-Vamos a mi casa...

Llegamos a su casa volviendo a paso normal, disfrutando del paseo, abrazados, yo dejándole caer ni brazo por sus hombros y ella abrazándome por la cintura. Cuando llegamos, vimos la luz del salón encendía al entrar. Elena me hizo una señal con la mano para que esperara, al ver quien era, me dijo que me acercara. Eran Noelia y María.
 
Capítulo 43

-Elena, necesitaba hablar una cosa importante con María en persona y no teníamos otro sitio y en la calle hace frío.
-Tranquila, no pasa nada. Os dejamos solas.

Nos fuimos a la habitación de Elena y nos pusimos una película en su portátil, viéndola tumbados en su cama.

-Joder, a ver si se van ya, que tengo unas ganas...
-Podemos empezar en silencio...
-Me da corte que nos escuchen, y más que sea mi hermana con su amiga. Además, contigo no puedo ser silenciosa... Jajaja.
-Bueno, a ver si es rápido y podemos empezar.

El tiempo pasaba y no había ningún indicio de que se hubieran ido, así que Elena empezó a pasar su mano por mí paquete, acariciándolo.

-No puedo más... (dijo bajándome los pantalones y los boxers para empezar a pajearme y a chuparme la polla).

Yo me acomodé y me dejaba hacer, Elena me la estaba comiendo de manera muy sensual, teniendo cuidado al metérsela profundamente para no hacer mucho ruido. Cuando llevábamos así un rato, Noelia llamó a la puerta sin llegar a entrar.

-Elena, ya nos vamos.
-Mmm... Vale, vale (empezó a decir con mi polla en su boca).

Oímos como se cerraba la puerta de su casa.

-Joder, por fin.
-Un poco más y no te la sacas de la boca... Jajaja.
-¿Se ha notado que...?
-Un poco, pero si no lo ha visto, no creo que se haya dado cuenta...

Empezó a chupar con más ganas, haciendo sonidos guturales mientas yo jadeaba. Después se levantó para coger las cuerdas y la mordaza.

-Mierda, no veo la mordaza...
-No pasa nada.

Entonces vino hacia la cama, desnudándome y atándome de las muñecas al cabecero y de los tobillos a las patas de la cama. Yo me mantenía en silencio, ella se puso sobre mí, apoyada sobre sus brazos, a mí altura para darme besos por la cara, con sus labios rozándome a penas la piel. Poco a poco se fue desnudando mientras me acariciaba y besaba por todo el cuerpo de la misma manera. Mi piel se erizaba por el contacto tan suave. Subió de nuevo hasta mi cara para besarme en los labios y después en el cuello. Me retorcía por la manera en la que lo estaba haciendo, muy sensual. Sabía que me volvía loco cuando me besaba en el cuello y ella lo aprovechaba, dejando caer su cuerpo sobre el mío, quedando mi polla apretada entre nuestros cuerpos, mientras seguía besándome el cuello y me daba algún mordisco. Me estremecía cada vez más mientras se me aceleraba la respiración de la excitación.

-Shhh... Tranquilo...
-Elena, no puedo cuando me besas así el cuello...
-Pues vas a tener que aguantar...
-Pfff....

Siguió besándome el cuello durante unos segundos, hasta que fue bajando por mi pecho, dando besitos y mordisquitos, jugando con mis pezones, siguiendo por mi vientre, caderas, rodeando mi polla, para después irse a mis mulos. Yo estaba con los ojos cerrados, estaba disfrutando mucho aquello. De nuevo subió a mi cuello, mientras me agarraba suavemente la polla, empezó a besarme con más ganas en el cuello. Yo empezaba a gemir y eso que apenas me estaba tocando la polla. Mi pecho se inflaba, subiendo y bajando rápidamente. Al ver como estaba, paró, apoyándose sobre sus brazos para mirarme a los ojos. Entonces poco a poco se movía, apoyándose en sus rodillas, poniéndose sobre mí cara, sujetándose al cabecero, puso su coño sobre mi boca y se empezó a mover hacia delante y hacia atrás suavemente. Yo se lo empecé a comer, lamiéndole la raja mientras ella empezaba a gemir.

Estuvimos así unos minutos hasta que se empezó a mover más rápido y yo se lo comía con más ganas, notando como se mojaba y como le daba algún espasmo. Sus gemidos iban a más, empezando a casi gritar entonces empezó a temblar mientras gritaba mi nombre, se estaba corriendo, pudiéndolo notar en el cambio de sabor, aunque sin llegar a chorrear. Se echó hacia atrás para quedarse tumbada encima de mí. Me empezó de nuevo a besar el cuello, haciéndome estremecer mientras notaba su respiración agitada y como seguía temblando ligeramente. Entonces me empezó a pajear, para después poner su coño sobre mi polla, apretándola contra mi cuerpo y empezar a moverse como lo había hecho antes. Después se bajó para empezar a chuparme la polla a buen ritmo, pero sin metérsela entera en la boca, estando así durante unos minutos, para luego comerme los huevos mientras me pajeaba.

Después de unos minutos variando entre mi polla y mis huevos, se subió encima mía para meterse la polla, soltando un gemido. Empezó a botar a buen ritmo, haciendo ruido con nuestros cuerpos. Ella se apoyaba en mi pecho, y me miraba mordiéndose el labio mientras gemía. A los pocos minutos, cambio de postura, dándose la vuelta, apoyándose en mis rodillas, para empezar a botar otra vez, tenía una vista perfecta de su culo. Por un momento se me había olvidado que estaba atado e intenté darle un azote, tirando de mi brazo, que fue frenado por la cuerda.

Siguió así durante unos minutos, hasta que se volvió a dar la vuelta para empezar a moverse hacia delante y atrás con toda mi polla dentro suya, a un ritmo muy rápido mientras gemía alto. Entonces noté como empezaba a temblar, cerrando los ojos con fuerza y lanzando gemidos secos, parando su movimiento. Yo empujaba hacia arriba, apoyándome en mis talones, provocando un rápido mete-saca, que hizo que empezara a chorrear mientras gritaba de placer. Cuando noté que mi pubis se empapaba paré de moverme. Ella se echó sobre mí, con grandes espasmos mientras gemía. Podía oír como respiraba, ya que tenía su cara entre mi cara y mi hombro, me empezó a abrazar y yo le di un beso en la mejilla. A los pocos minutos te incorporó sobre mí, otra vez con chapetas en las mejillas y con cara de estar cachonda aún. Me empezó a acariciar la cara con cariño. Yo de nuevo intenté tocarla, aunque seguía frenado por las cuerdas. Ella al ver mi gesto sonrió con malicia y se empezó a escurrir, bajando hasta mi polla, que seguía muy dura. La empezó a menear mientras me miraba a los ojos.

-Uff... Miedo me das...
-Jiji...

Empezó a chuparla a buen ritmo mientras me seguía mirando a los ojos. Yo eché la cabeza hacia atrás cerrando mis ojos mientras ella aumentaba la velocidad. Se la empezó a tragar poco a poco cada vez más, hasta metérsela entera en la boca, aguantando unos segundos, para después sacarla para coger aire. Se la empezó a comer muy profundamente, haciendo sonidos guturales, estando así durante varios minutos.

-Elena, no puedo más... Me voy a correr...

Entonces se concentró en chupar el glande con su lengua, jugando con su piercing mientras me pajeaba con la mano, provocando que me corriera a los pocos segundos, yo levantaba mis caderas, pero ella me empujaba hacia abajo con su mano y dejando caer su propio peso sobre mí. Paré de correrme, pero ella seguía chupando el glande de la misma manera y pajeándome, incluso con más intensidad. Me empecé a retorcer.

-Elena, para, que ya me he corrido...

Ella seguía a pesar de que le dije que parara mientras me miraba a los ojos. Entonces empecé a moverme, pero ella me sujetaba con su otra mano, las cuerdas también le ayudaban, controlando mis piernas. Estaba muy sensible, intentaba zafarme, pero no podía, hice mucha fuerza con mis brazos, pero estaban bien atados al cabecero, incluso me hacía daño en las muñecas de tanto tirar. Empecé a respirar muy fuerte y a gritar.

-¡¡Elena!! ¡Para por dios! ¡¡No puedo más!! ¡¡Ahhh!!

Por fin paró, poniéndose recta de rodillas en la cama, mientras me acariciaba los muslos. Yo me retorcía, respirando muy fuerte, con los ojos cerrados muy apretados. Pasados unos segundos, me acarició la polla, yo pegué un fuerte respingo, aún estaba muy sensible.

-No... Para...

Me temblaban las piernas y mi respiración seguía muy acelerada. Entonces se echó sobre mi pecho acariciándome la cara. A los pocos segundos abrí los ojos, entonces ella me empezó a besar, pero noté algo raro. Me estaba pasando mi propio semen que parecía no haberse tragado, fue un beso con bastante lengua, después se apartó, dejándome con toda mi corrida en mi boca.

-Trágatelo (dijo susurrando mientras me miraba a los ojos).

Le obedecí y tragué, ella al verlo me dio otro beso con lengua y se tumbó a mi lado, poniendo su cara en mi pecho.

-Madre mía... Te late el corazón muy rápido...
-Casi me matas...
-Ya sabes lo que me haces sentir tú a mí...
-¿Tanto?
-Sí... Cuando te corres es como cuando yo me corro, pero sin mojarlo todo, pero cuando me fuerzas a chorrear, así es como me siento yo...
-Vaya, no lo sabía...
-No me malinterpretes, me encanta que me hagas sentir así. No te lo digo para que veas que es muy extremo y dejes de hacérmelo. Sólo quería que tú sintieras lo que yo siento.
-Desátame, por favor. Necesito abrazarte.

Empezó a desatarme, primero las piernas y luego las muñecas.

-Madre mía, tienes las muñecas hechas polvo...

En cuanto me desató, la abracé con fuerza contra mi pecho.

-Javi, ¿estás bien?
-No puedo estar mejor...

Nos quedamos abrazados en silencio durante unos minutos. Después le cogí de la cara para mirarla a los ojos y darle un beso.

-Vamos a ducharnos.
-Venga.

Fuimos a la ducha, sin ponernos nada de ropa encima y nos dimos una ducha rápida juntos. Después volvimos a la habitación. Ella se puso sus braguitas y yo empecé a buscar mis boxers.

-Oye, ¿qué has hecho con mis calzoncillos?
-No sé, los he dejado por ahí.
-Pues no los veo...
-Da igual, mañana los buscamos, vamos a dormir, que estoy reventada...
-Vale, pero en igualdad (dije bajando sus braguitas).
-Pero bueno... (dijo riéndose).

Nos fuimos a dormir. Elena se durmió bastante rápido sobre mí pecho, con su mano en mis caderas.
 
Capítulo 44

Por la mañana nos despertamos algo tarde, eran más de las 11, bajamos la persiana antes de irnos a dormir y estábamos muy a gusto abrazados, así que aprovechamos para descansar. Elena fue la primera en levantarse de la cama, subiendo la persiana.

-Eh... ¿A dónde crees que vas? (dije levantándome para cogerla de la mano y darle la vuelta para besarla).
-Me estoy meando, cariño...
-¿Me vas dejar así...? (dije llevando su mano a mi erección).
-Mmm... Como te has levantado... (dijo empezando a masturbarme suavemente).

Nos quedamos en silencio mientras nos mirábamos a los ojos, ella seguía masturbándome. Le acaricié la cara y justo en ese momento entró Noelia a la habitación, asustándonos.

E: Joder, Noelia, que susto... Anda sal para afuera (dijo yendo hacia ella para echarla de la habitación).
J: Joder...
N: Perdón, perdón, por las horas que eran creía que no estabais... (dijo ya al otro lado de la puerta hablando con su hermana, que aún seguía desnuda).
E: Creía que había quedado claro lo de la intimidad...
N: Si, sí, pero es que...
E: Es que... ¿qué?
N: Que mamá está viniendo...
E: Joder...

Elena entró a la habitación, cerrando la puerta.

-Javi, mi madre está viniendo.
-Me visto y me voy.
-Vale.
-Oye, no veo mis boxers...
-Luego los busco, no te preocupes.
-Vale.

Me vestí, teniendo cuidado al abrocharme los vaqueros.

-Oye, que mi hermana...
-Ya, ya...
-Creo que nos ha visto...
-Ya, la verdad es que estoy un poco hasta los huevos del tema...
-Bueno, no pasa nada.
-Joder, Elena... cada vez que estamos juntos siempre pasa lo mismo... (dije ya harto de todo lo que pasaba siempre).
-Hablaré con ella, pero no te pongas así...
-Si tú supieras por lo que estoy pasando... (pensé).
-Va, no te enfades (dijo al verme que no hablaba).
-No me enfado...
-Venga, dame un beso...

Le di un beso y me acompañó a la puerta, Noelia se despidió cuando pasé por el salón, pero no le hice caso.

-Va, no te enfades. Luego te llamo y hablamos.
-Vale.

Salí de allí y fui hacia el coche, montándome. Le di un golpe al volante de la rabia que tenía. Arranqué el coche y me fui a casa. Cuando llegué, me cambié de ropa y me tumbé en la cama. Mi madre vio que venía un poco enfadado y me preguntó.

-¿Qué te pasa?
-Nada.
-Venga, Javier.
-Mamá, no estoy de humor...
-Es mejor soltarlo que quedárselo dentro.
-La hermana de Elena, que no para de tocarme los cojones.
-¿Qué ha hecho ahora?
-Pues que no para de espiarnos cuando estamos follando.
-Pero Javier... (dijo un poco molesta por mis formas).
-Perdona mamá, pero es que estoy enfadado y bah...
-Ya te dije que deberías haberlo hablado con Elena... La cosa va a acabar mal como no cortes esto de raíz.
-Mamá, he hecho todo lo que he podido para que me deje en paz, pero ella está empeñada en acostarse conmigo.
-A lo mejor es que hay algo más que eso.
-No creo, cuando nos llevábamos mejor le pregunté y me dijo que no. Además, solo habla eso cuando habla conmigo...
-Hijo, Elena es una chica genial. Ten cuidado.
-Lo sé, mamá.

El resto del día estuve tirado en el sofá, intentando no darle muchas vueltas para no enfadarme más. Por la tarde noche me llamó Elena.

-¿Sigues enfadado?
-Nooooo...
-Uy... Un poco sí...
-No estoy enfadado, estoy molesto.
-Ya, yo también.
-Es que parece que es nuestra hija, siempre interrumpiéndonos...
-...
-¿Elena?
-¿Eh? Sí, sigo aquí...
-¿Qué pasa?
-Nada, nada...
-Va, ¿qué pasa?
-Qué has dicho eso y me lo he imaginado...
-Emmm...
-Eh... Jaja... Bueno, ya hablaré con ella para que no vuelva a pasar. Luego hablamos, te quiero.
-Yo también.

Me colgó casi sin dejarme hablar. Me quedé un poco cortado por la conversación. Me dio un poco de vértigo, todo estaba yendo demasiado rápido. Y es que sólo llevábamos poco más de un mes juntos y se habían pasado cosas por la cabeza, que evidentemente no tenía pensado llevar a cabo, pero si ya estaban ahí las ideas, lo próximo era hacerlo. Pensé en intentar comprar la casa de Elena en la inmobiliaria para que Elena no se tuviera que irse, ya que le tenía mucho cariño a su hogar. Y ahora esto... No sabía si pensar estas cosas con tan sólo un mes de relación era normal, así que me empecé a agobiar un poco.

Otra cosa más a la que darle vueltas en mi cabeza. A la noche me fui a dormir temprano porque tenía hasta dolor de cabeza de tanto pensar. Pero recibí mensajes de un número desconocido.

-Hola Javi, soy María. Me gustaría hablar contigo una cosa, ¿puedes quedar para hablar?
-Esto no será un numerito de Noelia, ¿no?
-No, no. Sólo quiero hablar contigo, es sobre ella, de hecho.
-¿Me puedo fiar de ti?
-Sí.
-Bueno, con lo que hicisteis en tu casa, no sé yo...
-Solo vamos a hablar. Mira, mañana salgo en el recreo y hablamos en el parque que hay al lado. ¿Te parece bien?
-Bueno... Pero como vea a Noelia aparecer, me voy. Paso de historias.
-Vale, me parece bien.

Parecía que ese día no se iba a acabar nunca. ¿Qué querría hablar?

Intenté dormir, pero no podía de tantas cosas en las que estaba pensando. Me tomé una pastilla y por fin pude dormir.
 
Capítulo 45

Al día siguiente me desperté sobre las 10. Me pegué una ducha y desayuné, después me fui al parque, a esperar a María. Pasados unos minutos de las 11, apareció.

-Hola (dijo acercándose para darme dos besos).
-¿Qué pasa?
-Pues a ver... ¿Qué pasa entre Noelia y tú exactamente?
-Nada. Al menos por mi parte.
-Es que es muy raro.
-¿El qué?
-Su comportamiento.
-¿A qué te refieres?
-Pues que muchas veces habla de ti a buenas y otras a malas.
-Pero, ¿cómo exactamente?
-Uff...
-Emmm...
-Es que me da un poco de corte...
-No sé... Tú dirás...
-A ver... Nosotras a veces nos liamos... Y bueno... Ella...
-Ella, ¿qué?
-Pues que cuando nos empezamos a liar, me cuenta cuando os oye follar a ti y a tu novia. Y bueno, nunca hacíamos nada más, pero últimamente, cuando empezaba a contarme esas cosas, me empezaba a tocar, metiéndome mano, tocándome ahí por encima de la ropa...
-Joder...
-A ver, que a mí no me molesta. Yo soy bi. Y ella no sé muy bien si lo es, pero le gusta jugar y bueno...
-Te preocupa más como lo hace que, que lo que haga, ¿no?
-Más o menos...
-No sé, intenta ser un poco más clara.
-Pues que se pone muy cachonda cuando me empieza a contar como follas y parece otra, es como si no se enterara de nada de lo que pasa a su alrededor.
-No sé a dónde quieres llegar...
-Pues que a mí me gustaría llegar a algo más con ella, me pone bastante cuando empieza a tocarme, pero no termina de dar ese paso.
-¿Y qué le hago yo?
-Nada, yo sé que tú no quieres nada con ella, pero esa vez en mi casa hubiera sido perfecta para que ella llegara a algo más, pero no pudo ser. Se enfadó cuando te fuiste... Y esa es otra cosa. Cuando la rechazas, se pone como una loca, no se puede hablar con ella...
-Pero si luego días después hicisteis un trío en su casa, ¿no?
-Sí, pero no es lo mismo. El trío que hicimos en su casa cuando estabais vosotros fue para enseñarte lo que te perdiste. Si ni siquiera le gustaba ese chico. Yo creía que iba a estar bien, porque pensaba que podría hacer algo más con ella, pero que va. No se puso ni la mitad de cachonda de lo que se pone contigo y no me dejaba tocarla. Simplemente el chico nos follaba por turnos mientras tacaba a la otra.
-Yo lo siento, lo he intentado todo, pero no entra en razón.
-Está muy obsesionada. El sábado se fue de mi casa porque sabía que ibais a estar allí y quería ir para joderos el polvo, luego volvió para contarme algo cachonda perdida, pero yo estaba con aquel chico y ella quería hacer un trío, pero acabábamos de follar y se tenía que ir y se enfadó. Entonces me dijo de ir a su casa y en el salón me contó que os vio follando allí cuando la echasteis, me dijo que la pusiste muy burra cuando le dijese que querías follar con su hermana. Entonces vinisteis, se puso un poco nerviosa y cuando os fuisteis a la habitación, se puso a contarme como follabais, se le encendían las mejillas, me lo contaba con detalle, levantándose y haciendo las posturas que hacíais vosotros. Luego me contó como se corrió tu chica, que ella no podía hacer eso. Y que luego te corriste tú en su cara y la pusiste perdida. Y que se estaba tocando mientras os veía. Me lo estaba contando con mucho detalle, hasta empezaba a respirar más fuerte, estaba muy cachonda. Entonces me dijo que quería hacer una cosa. Fue a deciros que nos íbamos, pero nos quedamos en su habitación. Entonces empezamos a oíros, se oía como Elena te comía la polla y Noelia empezaba a resoplar y cuando follabais se empezó a tocar, mientras también me tocaba a mí. Cuando tu chica se empezó a correr, apretaba más, entonces oímos como os quedabais en silencio. Rápidamente se desnudó y me pidió que le comiera el coño, metiéndole los dedos. Entonces te oímos gritar y ella apretó mi cabeza contra su coño, empezando a correrse en mi boca.

Mientras me contaba todo esto, yo estaba un poco cortado, ella me miraba de vez en cuando a los labios.

-Vaya... No sé qué decir...
-No te voy a engañar, me encantó comerle el coño, pero me sentía mal, porque no era por mí...
-Te entiendo.
-Es muy raro, la verdad.
-¿Por qué me cuentas todo esto?
-Porque no tenía nadie con quien hablarlo, necesitaba soltarlo con alguien. Y para avisarte de que llevaras cuidado con esto...
-Oye, no sabrás tú lo que pasó con mis calzoncillos, ¿verdad?
-Los cogió ella. Os oímos que fuisteis a la ducha y salió enflechada, vino con ellos y se restregó con los calzoncillos...
-Joder...
-Y también me enseño otra cosa...
-Creo que ya sé lo que puede ser...
-Una mordaza.
-Ya, Elena no la encontraba...
-¿Te va eso?
-¿Eh? Bueno, es un juego...
-Jeje... A ver... En parte entiendo a Noelia, tienes tu punto, eres mono y parece que eres muy espabilado. Pero creo que se está colando un huevo.

Me llevé una mano a la cara.

-No sabes lo que estoy pasando... Estoy como en una olla a presión y no sé como pararlo...
-Me temo que hasta que no...
-Eso no va a pasar.
-Pues no se me ocurre nada... Tal vez hablarlo con Elena y que ella actúe como crea conveniente.
-Es que va a ser demasiado para ella. Va a flipar sólo con la mitad. No quiero que se peleen, bastante tienen con lo que tienen en casa...
-Pues no sé, Javi... Yo ya me tengo que ir, que tengo que entrar a clase.
-Sí, claro. Gracias por avisarme.
-De nada, suerte con esto (dijo dándome dos besos para despedirnos).

Se fue al instituto, yo me quedé sentado en el banco pensando en todo lo que me acababa de contar. Cada vez flipaba más con Noelia, su obsesión cada vez iba a más. Estuve dándole vueltas al asunto, pensando en como solucionarlo, pero no sacaba nada en claro. La opción más viable era hablarlo con Elena, pero creía que, para ese entonces, ya era demasiado tarde. Había demasiadas cosas como para que no se molestara, si en su día me parecía mal contarle que me acosté con Noelia, cuando aún ni éramos pareja, ahora ya era imposible. También me sentía bastante mal, porque sentía que estaba engañando de cierta manera a Elena y quería que mi relación con ella fuera transparente, porque confiaba en ella totalmente y yo no me sentía a la altura. Decidí abordar el problema evitándolo, ya que no encontraba la manera de resolverlo sin que alguien saliera mal, por lo que pensé no pisar la casa de Elena, al menos durante un tiempo, hasta que notara que Noelia se tranquilizaba o se olvidara de todo.

Ahora tenía que encontrar la manera de evitar ir a casa de Elena sin que ella notara nada raro. Pensé en seguir con nuestros encuentros, pero en vez de tenerlos en su casa, hacerlos en la mía, pero no tendríamos intimidad, ya que mis padres a penas salían de casa y nosotros estábamos hasta tarde. También pensé en el coche, pero era incómodo, por mi estatura y luego era un coñazo limpiarlo, aunque hacía el apaño en un momento improvisado. Pensé en irnos a un hotel, pero lo veía absurdo porque sonaría raro decirle de ir siempre a un hotel y, además, nos dejaríamos bastante dinero. Pensé en llevarla ese fin de semana a un hotel mientras pensaba como podíamos vernos de una manera más fácil sin que fuera en su casa.

Esos días decidí centrarme en el trabajo para no estar pensando tanto en el tema, aunque seguía hablando con Elena con normalidad. Quedamos el jueves para tomarnos algo con nuestros amigos como solíamos hacer. Fui a por ella, esperándola en el coche, entonces salió y vino hacia a mí. Iba un poco más arreglada de lo que lo solía ir, yendo con una blusa negra, con una camiseta blanca debajo, unos vaqueros ajustados y unas converse negras. Iba un poco maquillada y con los dos moñetes que se hacía de vez en cuando.

-Qué guapa te has puesto, mi vida.
-Tú, que me ves con buenos ojos… (dijo mientras me daba un beso).
-Jajajaja, yo te veo bien siempre.
-Ay... Mi niño (dijo agarrándome la cara con una mano).

Fuimos al bar donde quedamos con los amigos, sentándonos los dos juntos. También fueron Irene y Mario, pero se sentaron apartados de nosotros, Elena se cortó un poco cuando los vio, pero a medida que pasaba el tiempo y caían las cervezas, se relajaba. Estaba muy cariñosa, se arrimaba a mí, dejando caer su cabeza a veces en mi hombro. Yo estuve ausente durante todo el tiempo, los problemas con Noelia, el agobio que me entró cuando estuve hablando con Elena el domingo por pensar que todo iba demasiado rápido... Esos temas acechaban mi cabeza a cada rato, no dejándome disfrutar de la compañía de Elena y de mis amigos. Elena se dio cuenta y me apretó el brazo con la mano para que la mirara. Me hizo un gesto con la cabeza como preguntarme que me pasaba. Yo le hice otro gesto con la cara para que no se preocupara. Esa noche acabamos rápido, yéndonos temprano, por lo que nos despedimos de nuestros amigos y nos fuimos hacia el coche y empecé a conducir para llevarla a su casa. A mitad de camino me preguntó.

-Javi, ¿qué te pasa?
-Nada... estoy un poco empanado...
-¿Y eso?
-Nada... cansancio, supongo.
-¿Otra vez agobiado con el trabajo?
-Más o menos...

Una vez llegamos, aparqué cerca de la puerta de su casa.

-Javi, estás muy callado. ¿Quieres hablar de algo?
-No, no. No te preocupes...
-¿Es por lo del domingo?
-¿Cómo?
-Por la conversación que tuvimos, que bueno...
-Emm...
-Javi, no te preocupes. No pasa nada. Sólo fue un momento tonto...
-Es que me agobié un poco. Tengo la impresión de que esto va un poco rápido.
-¿Tú crees?
-No lo sé. Es mi primera relación. No sé si es normal pensar estas cosas ya...
-A ver, Javi... Es verdad que llevamos poco más de un mes juntos, pero cuando te enamoras de una persona es difícil no pensar esas cosas. Yo estoy enamorada de ti y bueno, pues surgió esa comparación y no pude evitar pensarlo...
-Yo también estoy enamorado de ti. Y me encantaría llegar a poder vivir esas cosas contigo.
-Ay, Javi... De verdad, no te preocupes. Son chorradas, no hay que darle vueltas. Es normal.
-Vale, vale.

Abrí la puerta y ella también para salir. Entonces me senté en el asiento de atrás, diciéndole que viniera conmigo.

-Javi, ¿quieres... aquí? Está muy a la vista...
-No, quiero quedarme un rato contigo aquí. A penas he disfrutado el tiempo contigo hoy por estar en mis cosas...

Nos sentamos atrás y estuvimos hablando un rato, pero se me venían los problemas de Noelia y me venía abajo.

-Elena, abrázame.

Se acercó a mí y yo me escurrí por el asiento para abrazarme a su pecho mientras ella pasaba su brazo por mis hombros y me acariciaba la cabeza.

-Javi, estás rarillo hoy, ¿todo bien?
-Sí, sólo quiero estar así un rato.

Me empecé a sentir mal porque sentía que engañaba a Elena al ocultarle todo lo que pasaba con Noelia, pero su calor corporal y el cariño con el que me abrazaba y me acariciaba, dándome algunos besos en la frente, me hacía sentir mejor.

-Quedamos el sábado como siempre aquí, ¿no?
-No.
-¿Por?
-Porque vamos a hacer algo especial.
-¿El qué?
-Vamos a ir a cenar por ahí, daremos un paseo y luego...
-¿Luego...?
-Bueno, pues ya veremos.
-Como me cuida mi niño... (dijo dándome un beso en la frente).
-Te mereces eso y más (dije levantando mi cabeza buscando sus labios).
-Ay... (dijo abrazándome con fuerza). Pues viene perfecto, porque el lunes empecé a sangrar y mañana debería parar, así que para el sábado ya estoy lista.
-¿Te ha bajado...?
-No, con las pastillas es diferente. No me duele ni la mitad que cuando me baja la regla.
-Genial entonces, ¿no?
-Sí.

Estuvimos un rato más abrazados, hasta que dijo de entrar ya en su casa. Justo cuando se iba a bajar del coche tiré de ella para darle un beso. Nos despedimos, quedando en que iría a recogerla en sábado por la tarde-noche. Me monté alante y antes de arrancar, me quedé pensando en lo que me dijo, veía ese tema zanjado. Pero el problema más importante seguía rondando mi mente, me volví a empezar a sentir mal. Entonces vi a lo lejos a Noelia, viniendo hacia donde yo estaba. Arranqué rápidamente el coche y salí de allí, yendo hacia mi casa. Por el camino me intenté tranquilizar y autoconvencer de que todo saldría bien al evitarla.

Cuando llegué a casa me pegué una ducha para intentar relajarme. Estuve varios minutos bajo el agua caliente pensando en el día que iba a pasar con Elena el sábado. Tenía bastantes ganas de estar con ella, ya que en toda esa semana la había visto, sólo esa noche y estaba pensando en otras cosas como un idiota en lugar de disfrutar de ella.

Cuando salí de la ducha me tumbé en la cama y miré el móvil, tenía un mensaje de Noelia.
 
Capítulo 46

-¿Me evitas?

Cerré el mensaje, dejándola en visto sin contestar. A los pocos minutos me volvió a escribir.

-No te va a servir de nada evitarme...

La volví a dejar en visto, pero ella seguía escribiendo.

-No me esperaba para nada lo de la mordaza... Te imagino follándote así a mi hermana y me pongo muy burra. Aunque me pongo más burra imaginándome como me follas a mí con eso puesto mientras me tiras del pelo y me azotas muy fuerte. Uff que cachonda estoy... Me estoy tocando...

Entonces me envió unas cuantas fotos de sus tetas, su coño, metiéndose los dedos y su culo en pompa. Después me empezó a llamar, pero le colgaba. Me llamó tres veces, intentando que se lo cogiera, pero le colgué en todas.

-Cógemelo, que te quiero oír.

Me llamó de nuevo, pero le volví a colgar. Durante unos minutos ni me escribió ni me llamó. Imaginaba que ya se habría cansado al no hacerle caso, pero entonces me envió un video. Era un video en el que se masturbaba, metiéndose los dedos y tocándose el clítoris. También se pellizcaba los pezones y se chupaba los dedos, para metérselos de nuevo, luego los chupaba otra vez y se los volvía a meter. En ningún momento se le veía la cara por completo, pero sí parte de sus gafas y las mejillas encendidas. Se seguía tocando hasta que se oía como empezaba a jadear y como le daban pequeños espasmos mientras soltaba un gemido pequeño y después se sacaba los dedos, que estaban muy mojados, para chuparlos y acabar el video con una sonrisa.

-Sé que te ha gustado. Espero que se te haya puesto dura y te estés pajeando.
-Noelia, ¿qué tengo que hacer para que pares de hacer esto?
-Lo sabes de sobra.
-No puedo, pídeme lo que sea menos eso.
-Lo siento, pero eso es lo que quiero.
-Lo estoy pasando realmente mal...
-Javi, esto puede acabar cuando tú quieras. Sólo tienes que dar el paso.
-Noelia, pídeme lo que sea, por favor. Pero eso no.
-Es que no quiero otra cosa.
-Pues piensa algo... Pero necesito que pares con esto, por favor.
-No sé... No se me ocurre nada.
-Tómate un tiempo para pensarlo.
-Bueno, vale. Por lo pronto quiero que no me evites y que sigas viniendo a mi casa.
-Joder...
-Sí lo haces, pensaré algo.
-Está bien.
-Te veo el sábado.

No le dije que el sábado no iría por allí, porque veía que me iba a liar más. Estaba bastante agobiado, le escribí desesperado porque me dejara en paz, pero eso la hacía más fuerte. Me tenía controlado, estaba jugando conmigo. Tenía que encontrar la forma de darle la vuelta a la tortilla, pillarla con algo para que me dejara en paz, pero no tenía ni idea de como hacerlo. Pensé en pedirle ayuda a María, así que le escribí.

-María, ¿puedes salir mañana en el recreo para hablar?
-¿Qué pasa?
-Necesito que me ayudes.
-Vale, si quieres quedamos donde la otra vez, en cuanto pueda voy para allá.
-Perfecto.

Me fui a dormir, aunque me costó bastante. Al día siguiente me levanté y fui al parque, sentándome en el mismo banco que la otra vez, esperando a María. Pasadas un poco las 11, vino.

-¿Qué pasa, Javi?
-La cosa va mal (dije enseñándole toda la conversación que tuve con Noelia por la noche, hasta abrió las imágenes y el video).
-Joder... Has intentado evitarla y se ha dado cuenta. Creo que es lo peor que has podido hacer, ahora quiere verte más...
-Ya, creía que evitándola podría librarme de esto, pero parece que no...
-Y ahora, ¿qué vas a hacer?
-Pues de momento esperar a que piense algo, pero no sé. Me noto como que me tiene cogido por los huevos y no me gusta nada. Me gustaría poder estar al revés para que no me molestara.
-O sea, que la verás mañana...
-En realidad no. Mañana Elena y yo vamos a salir los dos solos y no vamos a ir a su casa.
-Uy... Se va a enfadar como no te vea...
-No voy a cancelar el plan a estas alturas, además, se lo dije a Elena...
-¿Qué vais a hacer?
-Nada especial... Vamos a ir a cenar por ahí, dar un paseo para estar tiempo juntos, ya que, al no vivir en el mismo sitio, no nos vemos tanto como nos gustaría y luego vamos a ir a un hotel a pasar la noche sin que nadie nos moleste.
-Suena muy bien... Pero yo creo que Noelia se va a enfadar. Yo aprovecharía y en el hotel se lo contaría, de manera muy suave, no creo que se moleste siendo tú.
-Uff... No lo veo...
-La sinceridad es algo muy importante, creo que, si se lo cuentas, ella hará por donde para cortar esto, entre los dos seguro que la podéis frenar.
-Me da miedo contárselo y que se lo tome como que la he engañado y me deje...
-A ver, no conozco a Elena, pero seguro que te conoce y lo entenderá bien, no creo que se crea eso.
-Es complicado, ella tuvo una relación de unos 5 años y su novio la engañó con otra...
-Uff...
-Por eso no se lo quiero contar... Joder... Si llego a saber que iba a pasar todo esto, le hubiera contando que me acosté con su hermana antes de empezar a ser pareja...
-Sí, la bola de nieve se está haciendo cada vez más grande...
-Oye, ¿tú no podrías convencerla de que esto no está bien y que deje de hacerlo?
-Lo puedo intentar...
-Por favor.
-Vale, pero no te prometo nada, ya ves lo cabezona que es y el carácter que tiene...
-Vale, gracias.
-No hay de qué.

Nos despedimos con dos besos y se fue al instituto. Yo me fui a mi casa para trabajar, haciendo una parada para buscar información de los hoteles de mi ciudad, buscando uno que estuviera bien y que no fuera muy caro. Encontré uno que estaba bastante bien y llamé para reservar habitación. El resto del día fue normal, con una llamada con Elena por la noche, estaba muy ilusionada por el plan del día siguiente. El sábado me levanté por la mañana de mejor humor, a pesar de todo lo de Noelia, pues confiaba en que María me echara una mano con ella y también por las ganas de que llegara la noche.

Al fin llegó la hora de recoger a Elena. Me arreglé, poniéndome una camisa azul clara, unos vaqueros ajustados, unos zapatos y una americana. Arranqué el coche y fui dirección a la casa de Elena. Cuando llegué, le avisé de que estaba en la puerta, entonces salió. Iba espectacular, con una camiseta roja granate ajustada, con chaqueta vaquera, unos shorts vaqueros muy ajustados que llevaba sobre unas medias negras y unos zapatos tipo sandalia de tacón, del mismo color que la camiseta, llevaba el pelo alisado, luciendo su preciosa melena castaña y un ligero maquillaje en sus labios, ojos y mejillas. Me quedé embobado cuando la vi, ella entró al coche.

-Javi, que guapo vienes...

Me quedé en silencio mirándola.

-¿Qué pasa?
-Elena, estás tremenda...

Sonrió, sonrojándose y giró su cabeza.

-Pfff... No me hagas eso que voy directo al hotel... Jajaja.
-Jajajaja.
-Que muslos más bonitos te hacen esas medias... (dije acariciando sus muslos y apretándolos).
-Ya me has visto en medias...
-Sí, estaba yo como para fijarme mucho en ese momento...
-Jajajaja, eso es verdad.

Empecé a conducir hasta un lugar que quedara cerca del hotel, para dejar allí el coche para el día siguiente. Nos bajamos del coche y fuimos al restaurante dando un paseo cogidos de la mano. Una vez llegamos allí nos sentamos para cenar, lo pasamos muy bien, conversando y disfrutando el uno del otro. Elena no dejaba de sonreír en ningún momento, lo que hacía que yo al verla así y tan guapa, porque no estaba acostumbrado a verla tan arreglada, estuviera con una risa tonta varias veces. Una vez acabamos, nos fuimos dando un paseo, por la zona antigua de la ciudad, y por algunos parques, que por las horas que eran, esas zonas estaban oscuras, iluminadas por las luces naranjas de las farolas. A mí me parecía muy romántico y estaba encantado, ya que nunca había disfrutado así con una chica, antes de empezar a conocer a Elena en mayor grado, mis encuentros con las chicas eran para tomar alguna cerveza y echar algún polvo. Le solté la mano y le eché el brazo por encima del hombro, cogiendo ella mi mano de ese brazo y abrazándome por la cintura. Después de un buen paseo, fuimos hacia el hotel, pero cuando llegamos vimos algo que nos hizo pararnos antes de entrar.

-Joder... ¿Los ves?
-¿Qué pasa, Javi?
-Míralos...
-¿Sabían que veníamos aquí?
-Yo no he hablado nada con ellos...

Se trataba de Mario e Irene. Estaban en la puerta del hotel, entrando.

-¿Qué hacemos?
-Vamos a hacer un poco de tiempo y ya entramos, que me estoy viendo venir lo que va a pasar...
-Sí, mejor. ¿Qué harán aquí?
-Ni idea. Lo mismo han tenido un plan similar al nuestro, pero me extraña, porque ellos tienen la casa para ellos solos.
-Bueno, lo mismo es para variar y no hacer siempre lo mismo.
-Puede ser.

Nos quedamos cerca, sentados en un banco, abrazados y dándonos algunos besos mientras hacíamos algo de tiempo para no cruzarnos con la otra pareja. Pasados unos minutos fuimos hacia el hotel para entrar, pero aun así nos cruzamos a Irene y Mario.

I: Vaya, ¿Qué hacéis aquí?
J: Pues hemos venido a pasar la noche aquí...
M: Vaya, tenéis el mismo plan que nosotros.
J: Eso parece.
M: Lo hemos improvisado, no teníamos nada reservado y ya hemos conseguido una habitación.
J: Genial, que os lo paséis bien.
I: Estáis muy guapos, ¿queréis tomaros algo con nosotros en nuestra habitación?
J: Mmm... No, mejor otro día...
M: Venga coño, no seáis sosos...
I: Venga, animaos... Elena, estás muy guapa.
E: Gracias... (dijo con voz tímida y sonrojándose).
J: Otro día, que hoy teníamos pensado algo más romántico (dije negando ligeramente con la cabeza).
M: Bueno, pero te tomo la palabra, a ver si a la próxima os animáis más...
J: Vale.

Nos fuimos hacia el ascensor mientras ellos terminaban de hablar con el recepcionista.

-Gracias...
-¿Por qué?
-Por convencerles para no ir.
-No pasa nada. Te he notado muy cortada.
-Sí...
-Que mona te pones cuando estás así...
-Así... ¿cómo?
-Sonrojada y con esa voz. Pareces una niña pequeña... jeje.
-No te rías...
-No me río, me da ternura.
-Mmm... (dijo abrazándome).

Salimos del ascensor, yendo hasta la habitación y entrando en ella.

-Qué bonita... (dijo Elena mirando la habitación).

Me acerqué por detrás, abrazándola y llevándola hacia la ventana, entonces corrí la cortina para poder admirar las vistas.

-Vaya... que pasada (dijo Elena al mirar por la ventana).

Desde la ventana se veía gran parte de la ciudad, eran unas vistas muy bonitas, las luces de las farolas y de los parques hacían como senderos que se entrelazaban entre ellos. Elena se empezó a acercar más a la ventana, era una de estas ventanas que llegan hasta el suelo, arrastrándome con ella.

-Para, para...
-¿Qué pasa?
-No puedo acercarme mucho... Tengo vértigo.

Entonces se dio la vuelta y me empujó un poco hacia atrás, para cogerme la cara con sus manos y llevarla hacia la suya para besarme mientras yo la cogía de la cintura. Me siguió empujando hacia la cama, donde me sentó y ella me seguía besando mientras estaba de pie. Después me juntó las piernas y se sentó encima mía, con sus piernas a cada lado de las mías. Me seguía besando con sus manos en mi cara mientras yo le agarraba el culo, después pasó a mi cuello. Yo ya sentía como se me ponía la piel de gallina y como me daban escalofríos por la espalda.

-Pfff...
-Shhh, tranquilo...
-No puedo cuando me haces esto...

Siguió besándome en el cuello y mi respiración se empezó a acelerar, cuando ella lo notó, paró para volver a besarme en los labios. Entonces empezó quitarme la chaqueta y a desabrocharme la camisa. Yo me dejaba llevar, después ella se quitó su chaqueta y me cogió las manos para ayudarle a quitarse su camiseta. Mientras seguía encima mía, me quitó la camisa y desabrochó mi cinturón y lo empezó a sacar, tirándolo al suelo. Siguió quitándose los tacones, mientras yo me quitaba los zapatos, empujando uno con el otro. Se levantó, mirándome a los ojos y cogió mis manos para desabrochar sus pantalones y empezar a bajarlos. Una vez se los había quitado, repitió el gesto para quitarse las medias, bajando mis manos lentamente a lo largo de sus piernas. Una vez se quitó las medias, se retiró de mí, dejándome ver que llevaba un sujetador y un tanga negro de encaje a juego, que combinaban con sus uñas de las manos y de los pies, pintadas de negro. Yo empecé a respirar hondo mientras me mordía el labio, entonces ella me cogió de las manos para levantarme y se inclinó para desabrocharme los pantalones y quitármelos. Después tiró de mis calcetines, quedándonos ambos sólo en ropa interior.
 
Capítulo 47

Nos tumbamos en la cama, dándonos muchos besos y caricias, hasta que se empezó a quitar el sujetador, dejándome ver sus preciosos pechos. Empecé a acariciarlos con suavidad mientras nos besábamos, después empecé a bajar por su cuello, dándole pequeños mordiscos y besos, hasta llegar a sus pechos, empezando a jugar con ellos, chupando sus pezones, besándolos y dando algún mordisquito mientras acariciaba sus muslos. Ella me acariciaba el pelo, así que fui colando mi mano por su tanga, notando como su vello había empezado a crecer como a mí me gustaba. Empecé a acariciar su raja mientas ella aumentaba el ritmo de su respiración y soltaba algún gemido. Paró de acariciar mi pelo para ir bajando su mano por mi pecho hasta llegar a mis boxers y empezar a acariciar mi polla que ya estaba dura. Le empecé a acariciar su raja con más intensidad, notando como se humedecía y como respiraba más fuerte. Entonces le empecé a meter un dedo, ella respondió con un gemido mientras nos mirábamos a los ojos. Coló su mano dentro de mis calzoncillos apretando mi polla y empezando a menearla suavemente, yo le metí otro dedo y empecé a moverlos a buen ritmo, notando como se mojaban. A medida pasaban los segundos metiéndole los dedos ella gemía más, cerrando los ojos y parando de pajearme, yo aumentaba el ritmo y ella soltaba poco a poco mi polla, dejando la mano muerta, se abandonó a sus sensaciones. Le empecé a acariciar el clítoris con el pulgar mientras le seguía metiendo los dedos, entonces a los pocos segundos notaba como se empezaba a estremecer, echando su cabeza hacia atrás y arqueando su espalda, estaba a punto de correrse. Paré de masturbarla, sacando la mano de su tanga.

-No, no pares... (dijo mientras intentaba tocarse con sus manos).
-Shhh... (mientras cogía sus manos con la otra mano que tenía libre).

Entonces le metí los dedos con los que la estaba masturbando en la boca. Estaban bastante mojados, porque le di a probar sus flujos.

-Mmm... (gemía de placer mientras chupaba mis dedos jugando con ellos con su lengua).
-¿Te gusta? (dije susurrando)
-Ajammm... (dijo en un gemido mientras me seguía chupando los dedos).

Entonces abrió los ojos mientras seguía chupando los dedos para buscar mis ojos, después saqué los dedos de su boca para besarla. Nos dimos un rápido beso, para ella empujarme después y subirse encima mía, sentándose en mi barriga, encorvándose para besarme por el cuello. Mientras lo hacía, fue escurriendo su culo, bajando por mis caderas hasta toparse con mi polla. Levantó un poco el culo para apoyarse sobre ella, haciendo presión y empezando a restregarse con ella. Entre como se restregaba y como me besaba el cuello, la polla se me puso tan dura que casi dolía. Me empezaban a dar escalofríos, se me ponía la piel de gallina y empezaba a respirar más fuerte, haciendo que mi pecho subiera y bajara rápidamente.

Fue bajando por mi pecho, dándome suaves besos, me empecé a relajar un poco cuando no notaba nada en mi cuello. Ella seguía bajando hasta llegar a mis boxers. Empezó a darle besos a mi polla sobre la tela, dando también ligeros mordisquitos con sus labios. Después me bajó poco a poco mis calzoncillos, quitándomelos y se puso de rodillas, apoyando su culo en sus talones, empezando a pajear suavemente mi polla mientras me miraba a los ojos. Yo los cerré y extendí mis brazos a cada lado mientras ella seguía masturbándome mientras me acariciaba los huevos con la otra mano. A los pocos minutos se incorporó para quitarse su tanga y empezó a gatear hasta llegar a mí cara, pasando una pierna por encima de mí, quedando su coño en mi cara, mientras se echaba hacia delante para coger mi polla a pocos centímetros de su cara. Le empecé a acariciar el culo y la espalda mientras ella me empezaba a pajear de nuevo, entonces no pude más y le empecé a lamer la raja mientras ponía las manos en sus caderas. Ella pegó un pequeño respingo y empezó a meterse mi polla en su boca para chuparla suavemente. Conforme pasaban los minutos, ambos aumentábamos la intensidad con la que nos dábamos placer, hasta que ella se bajó y se sentó sobre mi polla, pero sin llegar a metérsela.

Puso mi polla pegada a mi vientre y se puso sobre ella, acariciándola con su coño mientras hacía ligeros movimientos con sus caderas. Me miraba a los ojos y me sonreía de manera tierna. Estuvimos así unos minutos mientras yo le acariciaba los muslos y las caderas y ella ponía sus manos sobre las mías. Cogió mi polla fuertemente por la base y empezó a acariciar su raja con el glande, metiéndolo dentro poco a poco hasta que mi polla estaba completamente dentro de ella, entonces empezó a moverse con el mismo movimiento que hacía antes, pero ahora con la polla dentro. Lo hacía muy sensual, despacio, mientras me miraba a los ojos, pero en lugar de sonreír como antes, se mordía el labio. Poco a poco empezó a aumentar el ritmo, haciendo que nuestras respiraciones fueran más aceleradas. A los pocos minutos paró y sin sacar la polla de su interior, se apoyó sobre sus pies para empezar a botar sobre mí, apoyando sus manos en mi pecho para no perder el equilibrio. Nuestra respiración acelerada dio paso a gemidos que iban al ritmo del choque de nuestros cuerpos.

A los pocos minutos se echó sobre mí pecho buscando mi boca para besarme y volviéndose a apoyar en sus rodillas. Después de besarnos, la giré para ponerme yo encima y empezar un suave mete-saca mientras le besaba el cuello. Ella me acariciaba el pelo, hasta que fui aumentando el ritmo, empezando a bombear fuertemente, por lo que sus gemidos eran cada vez más fuertes y noté como temblaba mientras me agarraba fuertemente con sus piernas y me arañaba la espalda con sus uñas. Al notar como su coño se contraria y me estrujaba, me empecé a correr con fuertes espasmos, ahogando mis gemidos en su cuello.

Cuando acabé de correrme, me quedé dentro de ella, notando como seguía temblando y se agarraba fuertemente a mí. Poco a poco hacia menos fuerza, así que levanté mi cara para verla, estaba con los ojos cerrados, apretándolos. Mientras volvía en sí, aproveché para coger papel y limpiarle mi corrida y tumbarme a su lado para mirarla. Ella aún con los ojos cerrados, empezó a mover su mano buscándome, topándose con mi pecho, lo empezó a acariciar y fue bajando hasta mi polla, que estaba morcillona y la empezó a masturbar, provocando que se me pusiera dura de nuevo. Una vez estaba bien dura, se puso de lado y se llevó la otra mano a la boca para mojarse los dedos con saliva y llevárselos al coño, después acercó su culo a mí y se metió la polla en su coño. Una vez estaba dentro, me puso la mano en las caderas, tirando hacia el culo y ejerció presión para que me moviera. Quería que la follara otra vez.

Se la empecé a meter otra vez, suavemente, pegando mi cuerpo al suyo. Le pasé el pelo por detrás de la oreja, besándole el cuello y la cara mientras le acariciaba las tetas y seguía metiéndosela. Empecé a acelerar el ritmo y fui bajando mi mano hasta llegar a su clítoris, estimulándolo. A los pocos segundos quitó mi mano de ahí, porque estaba muy sensible y no sé quería volver a correr aún, llevándose mis dedos a su boca para chuparlos, empezó a gemir suavemente. La puse a cuatro para empezar a metérsela suavemente, aumentando el ritmo poco a poco. Pasados unos minutos, le empecé a follar fuertemente mientras buscaba su clítoris para estimularlo, ella extendió sus brazos hacia delante, encorvando su espalda hacia abajo, poniendo su cara de lado contra la cama. A los pocos segundos empezó a temblar de nuevo, pero yo lo paraba de estimularle mientras se la metía, por lo que empezó a chorrear, así que salí de ella y le seguí estimulando, soltando varios chorros mientras se movía hacia arriba por los espasmos. Gemía muy fuerte mientras todo eso ocurría.

Me eché hacia atrás, sentándome en el borde de la cama viendo como temblaba mientras estaba boca abajo, respirando muy fuerte y con algún espasmo. Verla así me ponía muy cachondo, por lo que no se me bajaba la erección. Cuando volvió en sí abrió los ojos, buscándome, se dio la vuelta para ponerse boca arriba y me miró sonriendo, dándose cuenta de que seguía empalmado.

-¿Aún quieres más?
-Es que me pone mucho verte así, además, yo no me puedo correr tan seguido como tú...

Se acercó a mí para darme un beso mientras cogía mi polla, meneándola suavemente.

-Estoy preparada.
-Preparada... ¿para qué?

Sin decir nada se levantó y fue hacia su bolso, sacando un bote de lubricante.

-Hoy vamos a probar algo nuevo...
-¿El qué?
-Quiero que me folles el culito.
 
Capítulo 48

Puse cara de sorprendido.

-¿Segura?
-Sí.
-No tienes por qué si no quieres.
-Javi, te quiero y quiero que mi primera vez sea contigo. Me he informado y me he preparado para que no haya nada raro y como me dijiste que ya lo habías hecho y sabías como hacerlo para que fuera bien, pues he pensado que este momento era perfecto. Ha sido todo tan romántico que tiene que ser hoy. Además, no nos va a molestar nadie.
-Como tú quieras, mi vida.
-Javi, tranquilo. Confío en ti.

Nos empezamos a besar estando los dos de rodillas sobre la cama. Ella empezó a masturbarme mientras nos besábamos, yo la cogía de las caderas. Tras unos minutos de besos y caricias, la puse boca abajo en la cama. Subí hasta su cabeza para empezar a darle besos por el cuello, bajando poco a poco por su espalda hasta llegar a su culo, empezando a acariciárselo y a darle besos en él. A los pocos segundos le empecé a abrir los cachetes del culo con mis manos, ella reaccionaba acelerando su respiración.

-Tranquila... (dije susurrando).
-Vale...
-Es muy importante que te tranquilices y te relajes.

Seguí con las caricias por su culo y por su espalda para que se relajara. Después le volví a abrir los cachetes y le eché saliva, empecé a acariciárselo con mi dedo, lubricándolo. Jugaba con él, haciendo circulitos con mi dedo, estando así durante unos minutos. Después bajé mi cabeza hasta él para empezar a pasar mi lengua por ahí suavemente, ella pegó un pequeño respingo. Yo estaba un poco sorprendido porque la veía muy sensible al tocar su culo, a pesar de que en nuestro primer polvo le metí un dedo ahí, aunque desde entonces no volví a tocárselo. Supuse que también era porque sabía que la cosa iría a más, ya que teníamos pensado en que le metiera la polla. Imaginé que estaba nerviosa, por lo que mientras se lo chupaba le empecé a acariciar la espalda de nuevo. Ella alargó su mano hasta sus caderas, haciéndome un gesto para que le diera mi mano. Se la di y me la agarró, yo se la acariciaba para que se relaja, haciendo cada vez menos fuerza al agarrármela. Fui acelerando el ritmo y empecé a meterle la lengua dentro, notando como se le ponía la piel de gallina y como empezaba a gemir ligeramente. Al rato me aparté de ella, cogiendo el lubricante para echarle a ella y a mí dedo, empezando a metérselo poco a poco. Para mi sorpresa, lo recibió bien, así que lo fui metiendo más hasta meterlo entero, empecé a jugar con él para pocos minutos después meterle otro. Ahora sí que pegó un pequeño respingo al notar más presión dentro. Eché un poco más de lubricante, haciendo algo más fácil que entraran mis dedos, seguí jugando con ellos, haciendo también un poco de fuerza para ir dilatándoselo.

Tras unos minutos así, le saqué los dedos.

-¿Preparada?
-Ajammm...

Me puse de rodillas, abriendo las piernas para quedarme a su altura. Cogí de nuevo el lubricante y le eché más y también a mi polla, cubriéndola por completo. Le empecé a acariciar su ano con mi polla, ella reaccionó con un respingo y acelerado su respiración.

-Mi vida, te tienes que tranquilizar.
-Vale.

Volví a acariciarle de la misma manera que antes, haciendo el amago de meterla.

-Espera.
-¿Qué pasa?
-Quiero verte mientras lo haces. (dijo dándose la vuelta para ponerse boca arriba).

Cogí una almohada para ponerla debajo de su culo para elevar su cuerpo. Le empecé a acariciar de nuevo con mi polla y empecé a ejercer presión. La miré, estaba con cara expectante y las mejillas sonrojadas, entonces mientras le apretaba para empezar a metérsela, la miraba con cara de si todo iba bien, ella asentía tímidamente. Le metí el glande, entrando sin problema, sacándolo y metiéndolo para que se acostumbrara al tamaño.

-¿Ya?
-Sólo estoy metiendo la cabeza.
-Mmm... vale. Cuando vayas a meter más, avísame.
-Vale.

Estuve así durante unos segundos, hasta que empecé a hacer más fuerza para meterla más, avisándole. Noté como se estremecía, apretando un poco la cara y el culo, por lo que paré.

-¿Todo bien?
-Duele un poco.
-Es normal, pero tienes que relajarlo, si no va a ser peor. Respira hondo (dije mientras le acariciaba los muslos). Vale, ahora relájalo, no hagas fuerza.

Empezó a relajarlo, notando yo menos presión sobre mi polla. Una vez relajada, le agarré de los muslos, acariciándoselos con los pulgares mientras hacía fuerza de nuevo para seguir metiéndola. Empecé un ligero mete-saca, sin llegar a meterla toda, ella empezaba a gemir al ritmo, lo notaba muy apretado. Mientras lo hacía ella se tocaba las tetas, pero a medida que se la metía, bajaba sus manos para cogerme las mías y apretármelas. Cuando notaba menos presión al dilatarse y al acostumbrarse a mi polla, empujé un poco más y como veía que no se quejaba, la metí por completo, quedándome con toda mi polla dentro de su culo.

-Ya está.
-¿Ya?
-Sí, está entera.
-Mmm...
-¿Qué sientes?
-Es raro, pero está bien.
-¿Te ha dolido?
-Un poco, como cuando perdí la virginidad, pero lo haces muy suave y es fácil relajarse.
-Bien.

Empecé un mete-saca suave, pero más rápido que antes. Ella ponía cara de placer mientras se mordía el labio y soltaba gemidos. A medida que pasaban los minutos, notaba como se acostumbraba bien a mi polla, por lo que cogí sus piernas para ponerlas sobre mis hombros y me encorvé había delante, haciendo la penetración más profunda. Poco a poco aumentaba el ritmo mientras ella gemía mirándome a los ojos con las mejillas muy encendidas. Me encorvé más para besarla, mientras ella cogía mi cara con sus manos. Después la cambié de postura, poniéndola a 4, habiéndole sacado la polla antes. Al ir a metérsela, vi que tenía el culo abierto, eso me puso mucho y se lo empecé a acariciar de nuevo con mi polla. Le eché un poco más de lubricante y se la metí, entrando muy bien, empezando un mete-saca a buen ritmo, notando lo apretado que estaba al ser su primera vez. Me estaba encantando como se sentía y sus dulces gemidos me ponían aún más cachondo, entonces me dijo:

-Más fuerte.
-¿Segura?
-Sí, si me duele, te aviso.
-Vale.

Empecé a aumentar el ritmo, haciendo ruido al chocar mis caderas contra sus cachetes del culo, mientras empezaba a gemir más fuerte. Estuvimos así unos minutos, hasta que me dijo:

-Más.

Estaba sorprendido, pues quería que la reventara y era su primera vez. Dudé un poco por si le pudiera hacer daño, pero me lo volvió a pedir, así que acomodé mis piernas y la agarré fuerte del culo y empecé a aumentar el ritmo, follándole el culo bastante fuerte, provocando que gimiera aún más fuerte y empezara a agarrar las sábanas con fuerza. Sus gemidos rondaban entre placer y dolor. Noté que le faltaba un empujoncito, así que le empecé a estimular el clítoris, notando los pocos segundos como empezaba a temblar.

-Javi... Javi... ¡Me corro! (dijo con una voz aguda y suave).

Al ver como me decía eso, al empezar a temblar más y al apretar mi polla con su culo, noté unos escalofríos brutales por mi espalda, hombros y brazos, haciendo que me corriera entre gemidos roncos. Me quedé con toda la polla dentro de ella, pero se derrumbó cayendo sobre la cama, yo le seguí con el cuerpo, para no sacar la polla de golpe y no hacerle daño. Esperé un poco, notando como apretaba con su culo mientras temblaba y soltaba gemidos muy dulces. Le aparté el pelo de la cara, pasándoselo por detrás de la oreja y le di un beso en la mejilla. Poco a poco salí de ella, teniendo cuidado de no hacerle daño y fui a por más papel para limpiarla. Después me tumbé a su lado, mirándola, ella estaba en la misma posición, boca abajo con su cara de lado y pelo detrás de su oreja. Seguía con los ojos cerrados, aunque con la cara relajada, todavía temblaba un poco mientras su respiración volvía poco a poco a la normalidad.

Pasados unos minutos abrió los ojos, mirándome sonriendo. Yo le devolví la sonrisa.

-¿Qué tal?
-Genial.
-¿Te he hecho daño?
-Casi nada, me ha gustado.
-¿Sí?
-Sí, es una sensación rara, pero la he disfrutado.
-Me alegro.

Después me levanté y la cogí en brazos para ir a la ducha. Una vez en el baño, se recogió el pelo para no mojárselo y nos metimos en la ducha, cuando salimos yo fui a la cama, poniéndome los boxers y llevándole a Elena su tanga al baño, después volví a la cama, quitando la colcha, que estaba manchada por su corrida y la mía, mientras ella se estaba quitando el maquillaje en el baño. Puse la calefacción de la habitación, para no tener frío y entonces salió del baño, con el pelo ya suelto, dándome un abrazo por la espalda.

-Javi...
-¿Qué le pasa a mi reina?
-Me ha encantado el día de hoy contigo...
-¿Te ha gustado? (dije dándome la vuelta para cogerla en brazos, agarrándose a mis caderas con sus piernas y pasando sus brazos por mi cuello).
-Sí, ha sido un día maravilloso. Eres genial.
-Tú sí que eres genial.

Nos tumbamos en la cama, Elena se abrazó a mí y me acariciaba el pecho.

-Javi, cuando rompí mi relación anterior, creía que no iba a sentir cosas así de fuertes por alguien, pero contigo estoy sintiéndolas, incluso más fuertes aún...
-Joder, Elena...
-Es verdad. Me hicieron mucho daño y pensaba en estar bastante tiempo sin acercarme a nadie, pero apareciste tú y bueno, nos acostamos y me lo pasé muy bien contigo, descubriendo cosas nuevas y también pasábamos tiempo juntos como amigos, lo disfrutaba muchísimo también. Entonces empezaron a surgir sentimientos sin tener yo nada planeado, pero me aterraba meterme en otra relación, por eso no te dije nada hasta que tú me preguntaste. También tenía miedo a perderme todos esos momentos contigo, pero tomaste la decisión de intentarlo y no sabes cuánto me alegro...
-Es la mejor decisión que he tomado en mi vida.
-Javi, de verdad, me haces muy feliz.
-Y tú a mí.
-¿Cómo es que no has tenido pareja antes?
-No sé, siempre he ido a mi bola y nunca me he planteado tener una relación con una chica.
-No lo entiendo. ¿No te ha gustado nunca nadie?
-Es que no sé, Elena. Gustar de atraer sí, pero para algo más no. Sólo nos veíamos unas cuantas veces y cada uno por su lado. Aunque una vez hubo una chica con la que hacía esto y se empezó a pillar y bueno, yo me lo pasaba bien con ella, así que nos vimos durante más tiempo y llegó un punto donde me llamaba y me escribía más de la cuenta y la próxima vez que nos vimos le pregunté qué pasaba y me contó que sentía algo más por mí.
-Vaya, ¿y qué pasó?
-Pues le expliqué que yo no buscaba pareja, que era una chica genial, pero que no me interesaba estar en pareja.
-¿Se lo tomó bien?
-Pues la verdad es que no. Empezó a llorar. Yo me sentí bastante mal e intenté hablar con ella después para ver como estaba, pero no volví a saber nada de ella.

Elena se quedó en silencio.

-¿Elena?
-¿Eh?
-Te has quedado muy callada...
-Es que me lo he imaginado y bueno, se parece a como empezamos nosotros y me he puesto en su lugar. También me podría haber pasado a mí.
-No pienses eso.
-Qué suerte he tenido...
-Elena, contigo era diferente. Yo estaba más a gusto contigo que con ella. Creo que también empecé a sentir cosas antes de que me lo dijeras.
-Javi, eres un chico genial, es normal que esa chica sintiera eso por ti, me extraña que a las demás no les pasara lo mismo...
-Bueno, ellas sabían lo que había, igual que yo. Sólo nos lo pasábamos bien, sin más.
-Eso es verdad. Yo es que nunca he hecho esas cosas. Alejandro fue el primer chico con el que estuve y empezamos una relación y no he podido conocer a más gente.
-No pasa nada, cada persona tiene su historia.
-Sí y si para conocerte he tenido que pasar por eso, estoy encantada.
-Vaya... No sé qué decir...
-Jeje.
-Te quiero, Elena (dije susurrando mientras la abrazaba para ponerla encima mía).
-Yo también, mi amor.

Nos empezamos a besar y a dar caricias.

-Oye... ¿de verdad era tu ex tan malo en la cama...? (dije riéndome).
-Jajajaja. Malo... bueno, más que eso, era soso. Cuando empezamos ambos éramos torpes porque eran nuestras primeras veces, pero con el tiempo aprendimos a disfrutar, pero siempre era lo mismo y conforme pasaba el tiempo, sólo se centraba en pasárselo bien sin tener a la otra persona en cuenta.
-Vaya...
-Ya es que en el último año me costaba correrme y en los últimos meses nada, él acababa rápido y yo me quedaba a medias.
-Qué egoísta...
-Pues sí... Y luego, bueno... pues me enteré de que me engañaba con otra y le dejé.
-¿Cómo te enteraste?
-Pues estábamos en su casa y tenía pensado quedarme esa noche con él, así que cogí el móvil para avisar en casa de que no iba a ir y cuando lo cogí no se encendía, se me estaba rompiendo el móvil y se terminó de romper en ese momento. Entonces cogí el móvil de Alejandro, él estaba en el baño y le empecé a escribir a mi madre, pero saltó un mensaje en una ventana emergente de una tal "Pitufina" que decía: "Espero que te gustara lo de anoche, porque me gustaría volver a hacerlo. Tienes una polla muy rica".
-Joder...
-Cuando volvió le dije que qué era eso y se le puso una cara de "me ha pillado" muy exagerada. No le dejé ni que empezara a hablar. Me fui a mi casa y él me empezó a seguir, pidiéndome que le dejara explicárselo. Me giré y le di un guantazo y le dije que no me esperaba que me hiciera eso y que no me hablara en su vida.
-Hay que ser muy idiota para engañarte de esa manera...
-La cosa no acabó ahí. Cuando pude conseguir otro móvil, tenía mensajes de él diciéndome que era culpa mía, porque yo no sabía darle lo que él buscaba en ningún aspecto.
-¿En serio?
-Sí, vamos, que, según él, ni follaba bien, ni era buena novia.
-Menudo gilipollas.
-Da igual. Ya es agua pasada.
-Sí, pasando de él. Cuanto más lejos, mejor, que con lo que pasó en la fiesta, no sabes por dónde puede salir.

Nos quedamos como estábamos, dándonos algunos besos y caricias. Elena se quedó dormida encima, al poco me quedé dormido abrazándola.
 
Capítulo 49

Al día siguiente me desperté conforme nos habíamos quedado dormidos, con Elena mirándome y acariciándome la cara.

-Hola.
-Hola, ¿qué haces?
-Mirándote. Me encantas.
-Mmm...

Empezó a besarme el cuello mientras ponía sus piernas a cada lado de mis caderas.

-Elena, no me dejas ni espabilarme... Jajaja.
-Te voy a espabilar yo...
-Mmm...
-Qué sensible tienes el cuello, se te pone la piel de gallina...
-Es que me encanta cuando me haces esto. Es superior a mí.
-Me encanta ponerte así...
-Oye, ¿cómo tienes el culete?
-Bien, lo noto un poco raro, pero no me duele.
-Bien.

Empezó a bajar por mí pecho con besos hasta llegar a mis boxers, bajándomelos y empezando a chuparla. Lo hacía suave mientras me pajeaba con su mano, metiéndosela cada vez más poco a poco en la boca, estando así durante unos minutos, sin hacerlo rápido, a un buen ritmo, muy sensual. Una vez la lubricó bien con sus babas, me quitó los calzoncillos y ella se quitó su tanga y se montó encima de mí, metiéndose mi polla poco a poco, hasta meterla por completo, soltando un gemido. Se quedó unos segundos parada, con toda mi polla en su interior, apoyando sus manos en mis caderas, mirándome a los ojos. Entonces se inclinó hacia delante, cogiendo mis manos, entrelazando nuestros dedos y empezó a mover el culo hacia arriba y abajo, para empezar la penetración, quedando nuestras caras muy cerca mientras nos mirábamos a los ojos. Estuvimos unos minutos con un suave mete-saca muy placentero, más por la sensualidad que por el contacto. Después se incorporó de nuevo, apoyando sus manos en mis caderas otra vez, para empezar a moverse rápidamente hacia delante y atrás con toda mi polla en su interior. Yo le agarraba el culo, apretándoselo conforme aumentaba el ritmo. Poco a poco fue aminorando, inclinándose de nuevo para besarme, cogiéndomela cara con sus manos, para después bajar a mi cuello, empezando a notar escalofríos por mi piel. Era increíble lo que me hacía sentir cuando me besaba el cuello, nunca había sentido algo así con ninguna otra chica hasta ese momento cuando me hacían eso. Esos escalofríos se intensificaban aún más al moverse ella encima de mí, follándome a buen ritmo. Notaba que estaba cerca de correrme, por lo que fui a coger la cara de Elena para que parara de besarme el cuello, pero ella me agarró las manos como antes, entrelazando nuestros dedos y haciendo fuerza para que no las moviera, aprisionándolas contra la almohada, mientras no paraba de besarme el cuello y aumentaba un poco más el ritmo.

-Elena, me voy a correr como sigas así (dije susurrando con la voz un poco entrecortada).
-Shhh...

Aumentó el ritmo más, provocando que a los pocos segundos me empezara a correr entre altos gemidos, mientras flexionaba mis piernas para hacer fuerza hacia arriba. Mientras me corría, notaba como ella empezaba a temblar a la vez que me seguía besando el cuello. Una vez me terminé de correr, se incorporó para moverse hacia delante y atrás muy suave y sensualmente, apoyando sus manos en mi pecho. Estaba perplejo de lo vulnerable que me había hecho sentir en los últimos momentos antes y durante me corría. Ella tenía un control absoluto sobre mí, sabía como me ponía cuando jugaba con mi cuello y lo aprovechó. Estiré mis brazos hacia los lados, mientras ella iba parando poco a poco de moverse. Entonces mi perplejidad aumentó al ver lo que hizo a continuación.

Se levantó de golpe, poniendo su culo en mi pecho para que saliera mi corrida de ella, cayendo sobre mi pecho. Una vez salió, ayudándose de sus dedos, se puso de rodillas a un lado y empezó a lamer mi pecho, recogiendo mi corrida con su lengua, sorbiendo también con los labios. Una vez la recogió toda, me miró a los ojos y se la tragó, gateando después para alcanzar mi polla, que aún estaba dura por todo lo que acababa de ver y empezar a chuparla, succionando hasta sacar la última gota mientras la pajeaba suavemente. Cuando acabó, se sentó mirando hacia a mí y volvió a tragar lo poco que sacó, relamiéndose los labios y sonriendo girando la cabeza. Yo en ese momento estaba flipando. Era la primera vez que una chica me hacía eso, siendo unas de las cosas que más me habían gustado nunca que me hicieran. Fue muy especial, la chica de la que estaba enamorado, la manera de hacerlo, la sensualidad, el romanticismo, la sensación de vulnerabilidad, nueva en cierto modo en mí. Me quedé embobado mirando su perfecta sonrisa mientras mi pecho aún subía y bajaba por la acelerada respiración.

Al fin reaccioné, tirando de sus manos hacia a mí, para besarla y abrazarla fuertemente.

-¿Dónde has aprendido a hacer eso?
-Es la primera vez que lo hago, jiji.
-Curioso.
-¿Por qué?
-Porque es la primera vez que me lo hacen.
-¿En serio?
-Sí. Y te puedo decir que es lo que más me ha gustado de todo lo que he hecho en el sexo.
-¿Sí? (dijo incorporándose).
-Elena, ha sido una experiencia fantástica.
-Anda ya, si no ha sido para tanto.
-Te lo digo en serio. La manera en la que estabas, como lo hacías, cogerme así de las manos, lo del cuello. Jamás me he sentido tan vulnerable follando. Ha sido un nuevo sentimiento. Y bueno, lo que has hecho después ha sido la guinda. Aunque creas que ha sido muy sencillo, ha sido mi mejor experiencia en esto.
-Jo, Javi... (dijo poniéndose roja).
-Elena, eres increíble.

Nos quedamos abrazados durante un rato en la cama, levantándonos después para darnos una ducha rápida y salir de la habitación. No nos encontramos a Irene y Mario al salir del hotel, cosa que agradecí para que Elena no pasara un mal rato. Eran cerca de las 12, así que fuimos a tomar un café, sin llegar a desayunar nada, porque quedamos en ir a comer a un bar mientras hacíamos hora dando un paseo. Una vez llegamos al bar, empezamos a tomarnos una cerveza en una terraza, pero pasamos a la parte restaurante, porque teníamos hambre al no desayunar. Esa parte del bar era bastante bonita, con buenas mesas bien armadas y buena decoración.

Una vez pedimos y empezamos a comer, Elena empezó a poner una risa maliciosa mientras bajaba su mano hasta casi el suelo. A los pocos segundos empecé a notar contacto sobre mi paquete, me lo estaba sobando con el pie. La miré y pude ver como se mordía ligeramente el labio, después miré hacia varios lados donde había más gente, porque no estábamos solos. Entonces ella empezó a hacer más presión, pronunciándose más mi erección y me miró haciendo un gesto con la cabeza como para ir al baño. Yo la miré como señalando a mi erección, ella se rio y se encogió de hombros, entonces se levantó, poniéndose el zapato que se había quitado, para ir al baño mientras me guiñaba un ojo. Yo resoplé y cogí mi chaqueta para tapar mi erección mientras la seguía, entrando ambos al baño vigilando que nadie nos viera entrar juntos. Una vez dentro, me empujó contra la pared para empezar a comerme la boca mientras me sobaba el paquete con las manos. Yo le desabroché sus shorts para colar mi mano por dentro de sus medias y tanga, para empezar a acariciarle su raja, a lo que respondía con gemidos suaves, tratando de no hacer mucho ruido. La notaba más sensible de lo normal, porque empezó a hacer cosas raras con las piernas.

-¿Estás bien?
-Sí, solo es que hemos follado mucho muy seguido y lo tengo más sensible de la cuenta. Pero no pares.
-Vale.

Le seguí acariciando, metiéndole un dedo dentro, notando como se humedecía rápidamente, hasta que a los pocos segundos se despegó de mí y se bajó el pantalón, medias y tanga hasta medio muslo y se puso contra la pared, apoyando sus manos en ella.

-Métemela ya.

Sin pensármelo, me bajé los pantalones y los boxers y le empecé a acariciar su raja con mi polla, pero ella me la cogió y se la metió directamente, moviendo su culo hacia a mí para empezar la penetración. Yo la cogí de las caderas y se la empecé a meter a buen ritmo, ella empezaba a jadear al ritmo de mis embestidas, hasta que a los pocos minutos empezó a temblar, tapándose la boca con su mano para ahogar sus gemidos y se empezó a correr, notando como se me empapaba la polla. Era un poco extraño, porque no llegó a chorrear, pero estaba más mojada que en sus orgasmos normales. Paré de metérsela, sacándola y ella aun temblando, me cogió para sentarme en el váter, pegando yo un respingo al sentir el frío de la tapa contra mi culo. Ella se puso en cuclillas y me la empezó a chupar, saboreando también sus flujos, lo hacía rápidamente mientras me pajeaba y me acariciaba los huevos al mismo tiempo, consiguiendo que me corriera a los pocos segundos entre jadeos. Una vez notó como mi corrida se deslizaba por su boca, abrió los ojos para mirarme, succionando todo lo que pudo, y cuando acabé se la sacó de la boca para tragarse todo mi jugo. Me sonreía mientras me la meneaba suavemente. Entonces se levantó, siguiéndola yo, para ponernos bien la ropa y salir con normalidad, como si no acabáramos de echar un polvo. Mientras volvíamos a la mesa, le di un repizco en el culo, respondiendo ella con una risa tonta. Una vez nos sentamos, nos mirábamos riendo, Elena estaba muy mona porque tenía las mejillas sonrojada del sofoco. Cuando acabamos, nos fuimos hacia el coche, montándonos, para llevarla a su casa. Llegamos y aparqué el coche cerca de su casa.

-Javi, este fin de semana ha sido increíble. Lo haces todo muy especial.
-Tú eres especial.
-Tú también (dijo acariciándome la cara con su mano).

Nos despedimos con un buen beso, quedando en que hablaríamos por teléfono y en vernos para tomar algo entre semana con los amigos como solíamos hacer. Regresé a mi casa contando como había ido todo, poniendo a mi madre muy contenta. El resto de la tarde me la pasé tirado en el sofá para irme a dormir por la noche no muy tarde para empezar una nueva semana y volver al trabajo. Antes de dormir me puse a pensar en como me iba con Elena, nuestra relación y como nos veía a los dos, acordándome de la conversación en la que me contó como pilló a su ex. Me puse en esa situación imaginando qué pasaría si Elena cogía mi móvil y veía toda la conversación que tenía con Noelia en whatsapp. Era algo que seguramente me costaría un disgusto demasiado grande, tan grande que no me podía permitir que pasara, por lo que decidí guardar toda la conversación haciendo pantallazos y guardando los archivos que me envió por si los necesitaba para explicarle a Elena toda la situación, aunque era algo que tenía muy descartado. No quería que Elena sufriera de ninguna manera y sabía que con eso lo iba a hacer, así que debía llevar cuidado para no dejarme nada a la vista. ¿Debía bloquear a Noelia y así evitar que ese problema se pudiera dar? Parecía una opción razonable, pero sabiendo como era, seguro que me la liaba muy gorda por bloquearla. De la posibilidad de que ella se lo contara a la hermana estaba tranquilo, sabía que no lo haría. Noelia estaba jugando conmigo y si se lo contaba, se le acababa el juego. Lo que tenía que hacer era encontrar la manera de darle la vuelta a la situación, pudiendo controlar yo a Noelia. Estaba mal, sí, pero ella lo había hecho mucho peor, haciéndole eso a su propia hermana. Si encontraba la forma podría estar a gusto con mi chica sin temor a sus provocaciones y demás, pero el tiempo corría, Noelia se ponía más insistente y cada vez estaba más agobiado. A pesar de todo eso, al estar junto a Elena me sentía como en una nube. Lo que no sabía es que esa nube se iba a tornar oscura en los próximos días...
 
Capítulo 50

El lunes me levanté a las 9, dándome una ducha y desayunando para empezar con la rutina de trabajo. Miré el móvil viendo mensajes de Elena, que me deseaba un buen inicio de semana y me recordaba lo bien que se lo había pasado el fin de semana, poniendo una sonrisa en mi cara. Sonrisa que se diluyó rápidamente al ver que tenía mensajes de Noelia.

-Creía que teníamos un trato. No sé dónde os habéis metido este fin de semana, pero estás fallando. Así no vas bien.
-Tenía un plan con tu hermana y no podía cancelarlo.
-Me lo podrías haber dicho al menos.
-Bueno, creía que no te iba a importar...
-Pues sí, porque quería verte y me he quedado sin eso, y ya van muchos días que no te veo...
-¿Has pensado algo?
-Estoy en clase, no puedo estar con el móvil todo el rato. ¿Lo hablamos en el recreo?
-Imposible, estoy muy liado con el trabajo (dije intentando librarme de quedarme a solas con ella).
-Javi... Así vas mal.
-Va, que es verdad. Cuando puedas me dices si has pensado algo.
-Sí que he pensado algo...
-¿El qué?
-Luego te cuento cuando pueda.

Joder, me sentía agarrado por los huevos con esta chica. Odiaba estar en esta situación y aún no había pensado como darle la vuelta. Y ahora encima me ponía en tensión. Estaba muy claro que estaba jugando conmigo. A saber, qué había pensado... Pasaban las horas y no me decía nada, me estaba poniendo nervioso hasta que, por fin, sobre las 4 de la tarde me escribió.

-Sal a tu puerta.

Salí a la puerta pensando en que ya se iba a venir una de las suyas. La vi esperando en la acera, así que me acerqué a ella. Cuando me vio, se acercó a mí para darme dos besos, accediendo yo un poco forzadamente. Al inclinarme para dárselos, me agarró fuerte de la nuca, tirando de mí y me dio dos besos sonoros.

-¿Qué haces aquí?
-He comido con unos amigos y ya hemos acabado.
-Ah...
-Pero me he quedado tirada y no tengo como ir a casa.
-Y quieres que te lleve, ¿no?
-Sí (dijo sonriendo).
-Vale, vamos.
-Tranquilo, no hay prisa.
-De hecho, sí. Tengo que trabajar.
-Bueno, vamos.

Nos montamos en el coche y nos quedamos en silencio. Estaba un poco impaciente porque me dijera qué había pensado, así que le pregunté.

-¿Y bien?
-Y bien... ¿qué?
-¿Qué has pensado?
-Joder tío, que seco eres. No me preguntas como me ha ido el día ni como me va con los exámenes y eso...
-Ya... (dije haciendo una mueca con la cara).
-En fin...
-Va, suéltalo.
-No sé si te va a parecer bien...
-Ya contaba con eso.
-Quiero que te folles a mi hermana como dijiste que me podrías follar a mí. Quiero que la revientes.
-¿Ya está? ¿Eso es todo?
-Y quiero que lo grabes.
-Estás de coña, ¿no?
-No.
-Joder, Noelia...
-¿Qué pasa?
-Pues que a saber dónde puede acabar eso...
-¿No te fías de mí?
-¿A estas alturas me haces esta pregunta?
-Uy... Me parece que te estás equivocando... Te conviene tenerme contenta y así no vas bien...
-Noelia, no me toques los cojones...
-¿Cómo? ¿Así? (dijo poniendo su mano en mi paquete).
-Quita (dije apartándole la mano). ¿No ves que estoy conduciendo?
-Ya, seguro que mi hermana no te ha tocado mientras conduces...
-¿Qué más da eso?
-Seguro que te la has follado muchas veces aquí en el coche.
-Noelia, te estás pasando...
-¿Te la has follado en el asiento de atrás o aquí alante? (dijo pasando su mano suavemente por el freno de mano como si lo masturbara).
-Deja eso, que ya verás con la gracia...
-Va, dímelo.
-Sí, sí me la he follado, detrás y donde estás tú.
-Mmm... Ojalá me lo hicieras a mí aquí ahora mismo.
-Pfff... ¿Has pensado alguna otra cosa? No voy a grabarnos y menos para darte el video a ti.
-Joder, Javi... Me lo pones muy difícil...
-Ya, yo estoy a gustísimo con esto...
-A ver... Se me ocurre algo...
-¿El qué?
-Que te la folles así, como te he dicho, pero viéndolo yo. Me escondo en su armario y os veo mientras lo hacéis. Así aprovecho y me toco yo también.
-Joder...
-Venga, si os he visto ya follando, ¿que más te da?
-Sí acepto, ¿me dejarás en paz?
-Irás por buen camino.
-Noelia, no me jodas...
-Ya me gustaría...
-¿Te vale entonces con eso?
-De momento creo que sí.
-Va, lo hago y me dejas tranquilo.
-Que sí...

Llegamos cerca de su casa y paré el coche para que se bajara.

-Gracias por traerme.
-Venga.
-¿No me das un besito para despedirnos?
-Pues no.
-Va, aunque sea uno en la mejilla...
-Joder con la nena...
-Venga, coño, que no te estoy pidiendo que me la metas en la boca.

Me acerqué para darle un beso en la mejilla, pero ella me agarró la cara con su mano, dándome un pico.

-Estate quita.
-Si es que llevaba muchos días sin verte... Y te tengo unas ganas...
-Pues no lo hagas más, no me gusta.
-Bueno, a ver si este fin de semana puede ser eso o entre semana, cuanto antes, mejor. Ya me organizaré yo para que no me pille.
-Vale...
-Nos vemos.

Estaba bastante enfadado de camino a casa, era ya insoportable la situación. Tenía que encontrar la manera de darle la vuelta y ser yo quien la controlara para que me dejara tranquilo. Por la tarde, cuando regresé a casa, seguí trabajando hasta las 9, yendo después a cenar y hablando con Elena como un día normal. Pero sobre las 12 me empezó a escribir Noelia.

-Javi, estoy muy cachonda pensando en eso... Ayúdame...
-Que te ayude... ¿cómo?
-Quiero oírte...
-Va, Noelia, tranquilízate, que te vienes muy arriba.
-Me estoy tocando pensando en ti, déjame oírte por favor...
-Es muy tarde.
-Mira como me tienes (dijo pasándome después una foto de sus dedos mojados).
-Va, para.
-No puedo, estoy muy cachonda.

Entonces empezó a mandarme fotos suyas desnuda, metiéndose los dedos y chupándolos.

-¿Te gustan?
-Noelia, por favor...
-No hace falta que me lo digas. Sé que te encanta verme así.
-Bueno, ya está.
-Nooooo, quiero oírte.
-Joder, Noelia...
-Venga, si te portas bien, yo también me porto bien.

Entonces me llamó. No quería cogerlo, pero pensé en lo que dijo que se portaría bien, así que se lo cogí.

-Como me tienes cabrón...
-Noelia, esto no puede seguir así...
-Dime qué le vas a hacer este fin de semana.
-Noelia...
-Venga, que va a ser rápido.
-Pfff... No sé, eso surge en el momento.
-Va tío, ayúdame un poco.
-Pues nos empezaremos a besar y la llevaré en brazos a su habitación y la desnudaré, comiéndole las tetas y después su coño.
-Mmm... ¿Qué más?
-La pondré de rodillas para que me chupe la polla, metiéndosela poco a poco hasta que se la meta entera.
-¿Qué más? (dijo empezando a jadear).
-La pondré a 4 y se la empezaré a meter suave par a luego empezar a reventarla mientras le cojo fuerte de las caderas.
-Mmm... ¿Vas a usar la mordaza y las cuerdas?
-Puede.
-Hazlo. Y dime como lo vas a hacer.
-Pues le pondré la mordaza para que no grite tanto y le ataré las manos a la espalda con las cuerdas para cogerla y reventarla. Luego le ato las manos y los pies a cada punta de la cama y se la empezaré a meter muy fuerte y cuando se empiece a correr, le meteré los dedos fuertemente para que empiece a chorrear y no pararé hasta que se retuerza y me lo pida quejándose gimoteando.
-Uff... (dijo entre jadeos para empezar a gemir).

Me quedé en silencio, escuchando como gemía cada vez más alto hasta que se escucharon unos golpes y una voz de fondo, aunque no podía distinguir qué decía, pero sí que escuché lo que dijo Noelia.

-Sí, sí, estoy bien.
-¿Qué pasa?
-Joder... mi hermana, que dice que estaba oyendo ruidos y ha venido a preguntar si estaba bien.
-No puedo seguir con esto...
-Va, que estoy a punto. Dime como acabarías tú.
-Joder... Pues una vez se corra ella, esperaría a que se espabilara y se la metería un poco más, con cuidado porque suele estar más sensible y cuando empezara a gemir otra vez subiría a su cara y me correría en su boca para que después se lo tragara.
-Joder... Me voy a correr.

Entonces empezó a correrse ahogando sus gemidos poniéndose algo en la boca.

-Qué bien...
-Ya...
-No sabes como estaba... Estaba pensando en ti, en el momento en el que os vería, con tus boxers en mí mano...
-Es verdad, que los tienes tú...
-Sí, me te tapado la boca con ellos cuando me estaba corriendo...
-¿Me los vas a devolver?
-No, son para mí.
-Joder...
-Oye, ¿cómo sabes que los tengo yo?
-¿Quién si no? (dije rápidamente acordándome de que me había enterado porque me lo había dicho María).
-Ya...
-Me desnudo en la habitación de mi chica, follamos, vamos a la ducha y cuando volvemos ya no los veo. ¿Qué quieres que piense?
-Pero yo no estaba...
-Ya... Noelia, que nos conocemos... Que justo ese día vi como nos espiabas cuando estábamos en el salón. Eres muy descarada.
-Joder... te diste cuenta...
-Tienes un problema.
-Sí, mi problema eres tú, que me pones demasiado. No sabes como me puse cuando te vi en ese momento. Me tuve que tocar y todo...
-Madre mía...
-Y me quedé flipando con eso que le hiciste a mi hermana, parecía una manguera...
-Sí, bueno...
-Ojalá me hicieras eso a mí... Nunca me he corrido así.
-Noelia, en serio, ¿por qué no te buscas a alguien con quien hacer todo esto? Alguien que esté libre...
-Porque a mí quien me pone eres tú.
-¿Qué hay del chico ese con el que me dijiste que estabas tonteando?
-Se cansó de esperar y se fue con otra.
-Vaya, lo siento.
-Me da igual.
-Bueno, hay que parar esto, porque estoy viendo que va a ir a más por tu parte.
-Que no... Sólo estamos jugando. No te comas más la cabeza.

Colgué y enseguida me empecé a sentir mal por lo que acababa de pasar y más habiendo escuchado a Elena de lejos. Una vez más empecé a darle vueltas al tema sin sacar nada en claro para poder cambiar la situación o como pararlo todo de golpe, costándome bastante dormir. Al siguiente día me desperté algo más tarde de la cuenta, siguiendo con la rutina, aunque no paraba de pensar en lo de la noche anterior, hablando con Elena por la noche y afortunadamente sin rastro de Noelia. Antes de dormir estaba bastante agobiado porque lo que pasaría el fin de semana era un tema recurrente en mi cabeza, agravado por lo de la noche anterior, así que llegué a un punto en el que no pude más, estaba muy agobiado y no sabía qué hacer, por lo que decidí contárselo todo a Elena, sabía que le haría mucho daño que descubriera eso y el hecho de habérselo ocultado durante varias semanas, pero no podía más. Tenía que ser el día siguiente, porque ya era bastante tarde. Lo quería hacer en persona porque era un tema muy delicado y quería mostrarle pruebas de nuestras conversaciones por si veía una locura lo que le iba a contar. Intenté dormir, aunque me costó.

Al día siguiente me levanté, me duché y desayuné para ir a casa de Elena, aprovechando que Noelia estaba en clase, para poder hablar con ella y contarle todo, pero me surgió un problema familiar y estuve liado toda la mañana y no pude ir. Llegué a mi casa a las 3 y media de la tarde, comiendo algo y marchándome a casa de Elena. Cuando llegué aparqué el coche a pocos metros de su casa, pero me quedé dentro del coche, pensando en como empezar la conversación y como ir contándoselo sin que fuera muy brusco, estaba realmente nervioso.

Entonces vi que alguien salía de su casa, era Alejandro. Me quedé en shock, no esperaba para nada verle ahí después de todos los desplantes que habíamos tenido Elena y yo con él. Lo peor de todo es que parecía contento cuando se iba.
 
Capítulo 51

Me quedé paralizado unos minutos en el coche, sujetando el volante con fuerza, hasta que al fin reaccioné, arrancando el coche y yéndome a mi casa. Cuando llegué, me tiré en la cama intentando asimilar lo que acababa de ver, apagué el móvil y me puse a hacer cosas para distraerme. Pensé que no era bueno pensar en caliente y no quería ni imaginarme lo que pasaba, así que me puse a trabajar, pero no me podía concentrar, por lo que lo dejé y me puse a jugar a la play. Me tiré toda la tarde y gran parte de la noche jugando, hasta que entrada la madruga me entró sueño y me fui a dormir, intentando no pensar en nada.

Al día siguiente me levanté a una hora normal. Me quedé sentado en la cama pensando en encender el móvil, pero no quería. Lo acabé encendiendo, oyendo como llegaban algunos mensajes, pero no le hice caso. Empecé otro día trabajando con normalidad, pudiéndome concentrar más. Después de comer fui a mirar el móvil, viendo que tenía varios mensajes de Elena, iniciando la conversación que teníamos todos los días, pero al ver que no respondía, preguntaba que si me pasaba algo. Luego había más mensajes diciéndome que estaba preocupada porque no le contestaba, que en cuanto pudiera, que la llamara. Cuando acabé de leer los mensajes no sabía que pensar. No me terminaba de imaginar a Elena engañándome y más con su ex después de todo lo que pasó, así que le puse que había tenido un problema familiar y que me quedé sin batería. Inmediatamente me llamó.

-Javi, ¿estás bien?
-Sí.
-Estaba preocupada. No me respondías y eso es raro en ti. Creía que te había pasado algo...
-No, no me ha pasado nada.
-Menos mal. ¿Qué ha pasado?
-Nada, luego te cuento...
-Vale. Esta noche nos vemos, ¿no?
-Eh... No. No estoy muy de humor...
-¿Quieres que me pase para estar contigo?
-No, no. No te preocupes.
-Bueno, si necesitas algo, dímelo.
-Vale.
-¿Estás bien?
-Sí, de verdad. No te preocupes.
-Vale. De verdad, si necesitas algo, dímelo.
-Vale, vale.
-Te quiero.
-Luego hablamos.

Hice un esfuerzo para que no me notara mal, pero no pude contenerlo. Era consciente de lo seco que le respondía y que no sabía que decirle. Ella actuaba con normalidad, como si no pasara nada. Yo estaba confuso por verla así después de lo que había visto cuando fui a hablar con ella. Tal vez no había nada detrás de eso, pero ver a Alejandro sonriendo al salir de allí me daba muy mala espina, por lo que estuve todo el día pensando qué hacer. Estaba claro que no podía huir de este problema, así que decidí echarle huevos y hablarlo con Elena y preguntarle que por qué estaba allí. Por la noche no hablé con nadie, yéndome a dormir a una hora normal. Al día siguiente me levanté pensando en como hablar con Elena. Pero ella me lo puso fácil, empezando la conversación por mensaje.

-Hola mi amor, ¿cómo estás?
-Bien.
-Te veo raro, si quieres contarme algo, ya sabes que podemos hablar sin problema.
-Elena, tenemos que hablar.
-¿Qué pasa?
-Es mejor hablarlo en persona.
-Uy... ¿Todo bien?
-No lo sé.
-Javi...
-A las 4 me paso por tu casa y hablamos.
-Vale. Javi, no sé qué pasa, pero quiero que sepas que te quiero.
-Yo también te quiero Elena, pero hay que aclarar algo.
-Vale, aquí te espero.

Pasé la mañana trabajando sin pensar mucho en lo que decir una vez nos viéramos, hasta que llegó la hora y fui a su casa. Cuando llegué me quedé unos pocos minutos en el coche pensando qué decir, aunque estaba bastante claro. Estaba nervioso. Respiré hondo y salí del coche, llamando a su puerta. Me abrió de inmediato, mirándome a los ojos y abrazándome cuando entré. Yo le devolví el abrazo y me llevó de la mano al salón. Se sentó en el sofá con las manos en sus rodillas, la notaba nerviosa. Yo me senté a su lado mirando al suelo, entonces ella puso su mano sobre la mía.

-Javi, ¿qué pasa?

Yo estaba en silencio mientras le miraba a los ojos.

-Cariño… (dijo apretándome la mano).
-Elena, el miércoles vine y vi a Alejandro saliendo de aquí, y parecía muy contento.
-¿Cómo? Pero si yo estuve todo el día en casa de mi abuela.
-¿Entonces?
-Pues no sé, yo estaba allí con mi madre y mi abuela. Sólo podría estar aquí mi hermana.
-Lo siento, yo lo vi salir y bueno, lo vi tan contento que pensé que...
-No te preocupes, es normal que pienses eso. Pero, ¿qué haría aquí?
-No sé, pero ya te digo, salía sonriente.
-Voy a llamar a mi hermana para que venga y nos cuente qué sabe.

Llamó a su hermana, diciéndole que viniera, que era importante. Mientras venía seguimos hablando.

-Javi, no te preocupes, seguro que hay una explicación. Yo no te haría nunca algo así.

Le di un fuerte abrazo mientras me quedé en silencio.

-Tranquilo mi amor. No pasa nada.
-Te quiero, Elena.
-Yo también, Javi (dijo mientas cogía mi cara para darme un beso).

Al poco vino su hermana, entrando al salón.

E: Siéntate.
N: Joder, que serios... ¿qué pasa? (dijo con cara un poco seria).
E: El miércoles estabas tú aquí en casa, ¿verdad?
N: Sí, estuve aquí desde que llegué de clase.
E: Vino Alejandro, ¿no? ¿Qué quería?
N: Ah... eso. Pues vino buscándote. Le dije que no estabas, pero venía con cara de estar mal y le pregunté qué quería. Me dijo que estaba mal, que te echa mucho de menos, que ha cambiado, blablabla... Yo le dije que tú no querías saber nada de él, que estabas muy enamorada de Javi.
J: ¿Y por qué salía tan contento?
N: Porque se puso insistente y para que no se pusiera pesado con ella le dije que esperara, que con el tiempo seguro que le perdonaría y podrían ser amigos.
E: ¿Y ya está? ¿Así de fácil?
N: Puedo ser muy persuasiva (dijo sonriendo).
E: Pues gracias, supongo.
N: De nada. Si yo quiero que estéis bien, Javi me cae muy bien, es un buen chico, quiero que seáis felices.

Me quedé parado con eso que dijo, qué cínica. ¿Cómo podía ser así con su hermana?

E: Vaya... Gracias.
N: Bueno, si no necesitáis nada más me voy, que estoy haciendo un trabajo con María.
E: Nada más.
N: Adiós, Javi.
J: Hasta luego.

Noelia se fue y Elena y yo nos quedamos abrazados en el sofá.

-Bueno, todo aclarado.
-Lo siento.
-No pasa nada, Javi, de verdad. Más que nadie entiendo que pensaras eso, pero ya está, ya ha pasado.
-Gracias por ser así.
-Así, ¿cómo?
-Así de perfecta.
-Venga, alegra esa cara.
-Vale (dije dándole un beso).
-Oye, ¿por qué viniste el miércoles?

Se me cambió el gesto, aunque ella no se dio cuenta por como estábamos sentados. Y es que entonces recordé por lo que había ido. Estaba ahí por culpa de Noelia, quería acabar de una vez con todo ese juego en el que me tenía atrapado. Pero en ese momento me acojoné por todo lo que había pasado esos días y no me sentía con fuerzas para destapar el tema y más con Noelia supuestamente echándonos una mano con Alejandro y diciendo todas esas cosas de que nos quiere ver bien, que Elena estaba muy enamorada de mí y que era buen chico. ¿Cómo iba a sincerarme de esa manera con Elena después de todo lo que acababa de decir Noelia? Seguro que no me creería y me mandaría a la mierda y lo veía normal, estaba seguro de que creería a su hermana con la que llevaba viviendo toda la vida antes que a mí, ya que llevábamos poco más de un mes y además no tenía ahí las pruebas.

-Quería verte.
-Pero si nos íbamos a ver al día siguiente, ¿y sin avisar?
-Quería darte una sorpresilla.
-Aaaah... Pues qué lástima (dijo poniéndose encima mía con una pierna a casa lado de mis muslos para empezar a besarme el cuello).

Me sentía tan mal por mentirle que no hacía caso a sus mimos, quedándome pensativo.

-Javi, cariño, no te calientes más la cabeza (dijo retirándose de mi cuello para mirarme a los ojos).
-¿Eh? No, es que no me apetece, sólo quiero estar abrazado a ti.
-Ay... Mi tontín... (dijo besándome en los labios).
-No te preocupes, esta noche se me pasa durmiendo. Mañana pasamos aquí la noche juntitos.
-Mmm... qué ganas...

Le abracé, dejando ella caer su cara en mi pecho mientras yo le daba algún beso en la frente. Entonces me puse a pensar en lo que haría el siguiente día, con el plan de Noelia de dejarle vernos estando ella muy cerca. Decidí en seguir con ese plan con la esperanza de que Noelia nos dejara tranquilos después de hacerlo.

Nos quedamos así durante casi toda la tarde, hasta que sobre las 9 nos despedimos quedando en que el día siguiente nos veríamos. Me fui a mí casa, pensando por el camino como Elena era totalmente transparente conmigo y como yo no paraba de ocultarle lo de Noelia. Cuando llegué a casa, cené y me eché en la cama, llegándome al rato mensajes de Noelia.
 
Capítulo 52

-Qué susto cuando me ha llamado mi hermana diciendo que fuera, que era importante y entró y os veo a los dos serios...
-¿Por?
-Creía que le habías contado todo y que me iba a caer la bronca.
-Pues no, era por eso que te hemos preguntado.
-Vale.
-¿De verdad ha sido así?
-Sí, ¿por qué no lo iba a ser?
-No sé... Luego has dicho lo de que puedes ser muy persuasiva...
-No pensarás que ese y yo... Ese tío es gilipollas.
-¿Y lo que dijiste después?
-¿El qué?
-Lo de que quieres que estemos bien, que te caigo bien y que quieres que seamos felices...
-Pues la verdad.
-¿En serio dices eso y haces todo lo que estás haciendo?
-Javi, parece que no te enteras de que yo sólo quiero jugar, no me importa que tengas pareja, yo quiero que estéis bien y tal, pero mis ganas no me las quita nada, entonces pues hago hasta donde puedo.
-Pues creo que deberías pensar bien lo que haces. ¿No te das cuenta de que así puedes hacer daño a otras personas?
-Claro, pero estoy harta de pensar en los demás antes que pensar en mí. Yo también tengo derecho de disfrutar.
-Pero así no. No tienes derecho a meterte en una relación.
-Cuando empecé a jugar contigo no estabas en una relación, o al menos no parabas de decir eso.
-Pero, ¿por qué no paraste cuando empecé a salir con tu hermana?
-Porque me pusiste la miel en los labios y me jodió mucho lo que me hiciste.
-Así que va de venganza esto...
-En parte. También lo hago porque realmente me pones mucho y quiero follar contigo. Es más simple de lo que crees.
-Ya, pero es que no puede ser. Y me saltas con que es una venganza...
-Mira, si quisiera joderte de verdad, podría acabar con tu relación antes de lo que se chasquean unos dedos.
-Entonces, si mañana hago eso, ¿me dejaras en paz?
-Ya veremos.
-No me jodas...
-Bueno, mañana te la tienes que llevar a cenar por ahí.
-¿Por qué?
-Para tener tiempo para esconderme.
-¿Qué tienes pensado?
-Que te la lleves a cenar por ahí y cuando acabéis y vayáis a venir a mi casa, me avises y me escondo en el armario.
-¿Qué vas a hacer?
-Pues esconderme en el armario y ver como la revientas mientras me meto los dedos pensando que me lo haces a mí.
-Joder, que gráfica...
-Me has preguntado tú.
-No nos irás a grabar, ¿no?
-Nooooo. No me digas que te da vergüenza...
-Hombre, pues...
-Pero si ya te he visto desnudo...
-Sí, pero es diferente.
-A ver si te va a dar un gatillazo, jajaja.
-En fin...
-Quiero que la revientes, como me dijiste que me harías a mí. Improvisa, que así es mejor. Usa las cuerdas y la mordaza y cógele del cuello y del pelo fuertemente.
-Vale...
-Tienes que dar la talla, ¿eh? Que tengo muchas expectativas contigo...
-Que sí...

Me fui a dormir pensando en si podría librarme de hacer eso, ya que me parecía mal por Elena, a mí me daba igual que me viera. Pero estaba seguro de que a Elena no le iba eso, y menos con su hermana. Me agarraba a un clavo ardiendo a que, si cedía a hacer eso, se quedara satisfecha y nos dejara en paz. Sólo quedaba esperar a hacerlo y ver que me decía después. Me dormí al cabo de un rato.

Al día siguiente me levanté con mensajes de Elena.

-Mi amor, ¿estás ya mejor?
-Sí, mi vida.
-Que susto cuando me dijiste que teníamos que hablar...
-Es que no sabía como hacerlo...
-Menos mal que al final no ha sido nada.
-Bueno, mejor dejar de pensar en eso.
-Sí, mejor.
-Esta noche voy a por ti y cenamos fuera.
-Anda, que bien.
-Y luego... 😏
-😳
-Que ganas tengo...
-Y yo...
-Esta noche te voy a reventar.
-Uff... ¿Qué me vas a hacer?
-Esta noche lo verás...
-Jo...
-Sólo te diré que te voy a follar muy duro.
-Mmm... ¿me vas a romper el coñito?
-Sí.
-¿Y el culito?
-También.
-😳
-Jajajaja, esta noche nos vemos.
-Vale ❤

Me encontraba de mejor humor al hablar con Elena, aunque no se me iba de la cabeza que Noelia estaría ahí esa noche. Aun así, tenía muchas ganas de esa noche, porque llevábamos bastante sin follar y me sentía con ganas de jugar, por lo que pensé en llevarme el vibrador de la otra vez y usarlo mientras cenábamos. Llegaron las 9 de la noche, así que fui a por ella, no sin antes recibir mensajes de Noelia recordándome el plan. Cuando llegué, avisé a Elena y salió de inmediato, entrenado al coche y dándome un beso de forma muy melosa. Nos mirábamos a los ojos sonriendo y después de otro beso nos fuimos a un bar para tomar algo los dos solos. Antes de llegar fui a un lugar apartado para calentarla un poco, besándola y metiéndole mano.

-Mmm... Creía que íbamos a cenar...
-Es que estoy muy juguetón hoy...
-Ya veo... jeje.

Le empecé a besar mientras le metía la mano por dentro de la sudadera para tocarle las tetas y jugaba con sus pezones, ya que la mayoría de las veces que iba con una sudadera ancha, no llevaba sujetador.

-Me encantan tus tetas.
-Y a mí como juegas con ellas...

Seguí besándola y le desabroché los vaqueros para meter mi mano dentro de ellos y acariciarle con coño por encima de sus braguitas. Después metí la mano dentro de ellas, jugando con su vello, que ya le había crecido desde la última vez que se depiló.

-Me haces cosquillas... jiji.
-No sabes como me gusta que lo tengas así...
-Mmm... (gimió mordiéndose el labio).

Le empecé a acariciar la raja, jugando también con su clítoris, acariciándolo suavemente haciendo movimientos circulares mientras le besaba el cuello después de pasarle el pelo por detrás de la oreja, notando como se le erizaba la piel y como se humedecía. Cuando lo noté más húmedo, le empecé a clavar un dedo, entrando con bastante facilidad, por lo que metí otro mientras ella empezaba a gemir. Estuve unos minutos metiéndole los dedos suavemente, acelerando un poco el ritmo, mientras notaba como se mojaban más, hasta que me sacó la mano, llevándose mis dedos a su boca para chuparlos muy sensualmente mientras gemía bajito. Después empezó a tocar mi paquete, que estaba duro por la situación, intentando desabrochar mis pantalones, pero la paré, haciendo ella gemidos de queja.

-No, todavía no.
-Pero tú me has tocado a mí...
-Estamos jugando. Como me toques no voy a poder aguantar...
-Jo...
-Pero he traído algo (dije enseñándole el vibrador).
-Mmm... (dijo sonriendo).
-Está vez tendré cuidado para que no nos vea nadie... jajajaja.
-Jiji... Que capullo eres...
-Es que era tan divertido, que no pude contenerme.
-Me gustaría probarlo, pero al revés... jajajaja.
-Bueno, es más complicado, tú lo puedes ocultar fácil, yo... pues ya me dirás como escondo esto cuando está así, jajajaja. Además, eso te da placer en cualquier momento, si a mí se me baja, no es lo mismo.
-Pues te lo pones en el culito... jajajaja.
-Jajajajaja, te estás viniendo arriba.
-Sería divertido.
-Bueno, ya veremos.
-¡OH! (dijo sorprendida al ver que no me negaba).
-No es justo que sólo lo haga yo, ¿no?
-Vaya, no me lo esperaba.
-Hay que saber divertirse.
-Joder, me encanta lo abierto que eres, no dejas de sorprenderme.
-Jeje.

Después cogí el vibrador, mojándolo con saliva para metérselo despacio. Una vez dentro, le dije que se pusiera bien la ropa para irnos al bar, entrando y sentándonos en una mesa apartada al fondo para tener más intimidad, ella se puso de espaldas a todo el bar y yo enfrente de ella. Una vez pedimos las bebidas y algo para comer, nos pusimos a hablar mientras conversábamos, activando el vibrador de vez en cuando en los niveles bajos, mientas ella me miraba sonriendo. Aumenté de nivel conforme pasaba el tiempo, parándolo y activándolo para jugar con sus sensaciones, viendo como ella sonreía mientras se sonrojaba y se mordía ligeramente el labio de vez en cuando. Llegó un punto en el que se daba cuenta cuando lo iba a activar porque bajaba mi mano al regazo para coger el móvil y darle, pero yo me di cuenta de eso también y jugaba con eso, viendo como se preparaba incorporándose un poco cuando bajaba mi mano, pero yo la bajaba no hacer nada, viendo en su cara como esperaba algo que no le daba.

-Eres malo...
-Jajaja. ¿Quieres que sea malo?
-No, no, espera.
-Shhh... (dije poniendo el vibrador en el nivel máximo).
-Ay, Javi... (dijo apretando sus ojos y encogiéndose).

Empezó a dar palmaditas en la mesa para que bajara el nivel, pero lo dejé así durante unos segundos, mientras llamaba al camarero. Cuando vi que se acercaba, bajé el nivel, pero uno intermedio, entonces le dije al camarero que me trajera lo mismo de beber, preguntándole a Elena que quería, que dijo que quería lo mismo, respondiendo con un poco de dificultad.

-Cabrón... (dijo cuándo el camarero ya había ido a por las bebidas).
-Jajaja. Me encanta.
-Eres muy malo... jajaja.
-¿Quieres que lo sea más?
-No, no, no, no.

Entonces vi como se acercaba el camarero y lo puse al nivel más alto. Elena cerraba los ojos con fuerza y se echó hacia delante, tapándose la cara con su pelo al agachar la cabeza, mientras se tapaba la boca con la mano. Una vez se fue el camarero, Elena empezó a agarrar fuerte la mesa con la otra mano, por lo que bajé el vibrador a 0.

-He mojado las bragas...
-Jajajaja.
-Te gusta hacerme sufrir.
-Ni te imaginas lo divertido que es...
-Pfff... dame un respiro, que cuando lo pones así es demasiado.
-Vale, me porto bien.

Seguimos cenando, poniéndolo al rato en el nivel bajo, quitándolo después para avisar a Noelia de que ya íbamos a ir para allá. Estuve cerca de no decirle nada, pero temía que tomara represalias por joderle el plan. Cuando nos levantamos para irnos, lo puse a un nivel medio, era muy divertido ver a Elena agarrada a mi brazo mientras salíamos, apretándome para que lo bajara, pero no lo baje hasta que nos montamos en el coche.

-Dios... Javi... Como estoy...
-¿Cómo estás?
-Cachondísima y mojadísima...
-Mmm...
-Vamos a mi casa ya, que no puedo más...
 
Capítulo 53

Arranqué el coche y fui hacia su casa, aparcando casi en la misma puerta. Una vez entramos en su casa, Elena se me subió encima, rodeándome la cintura con sus piernas y pasando sus brazos por mi cuello para empezar a besarme con mucha ansia y con la respiración acelerada. Fui andando hacia su habitación, chocándome con las paredes y las puertas porque Elena no me dejaba ver nada. Una vez llegamos a su habitación, se bajó de mí, aunque sin llegar a soltarme con sus brazos, empujándome con ella a la cama para tumbarnos y ponerse encima de mí para empezar a besarme por toda la cara y luego pasar al cuello.

-Como estás...
-Cachonda perdida... (dijo con la respiración acelerada dándome besos).

Me quitó la sudadera y luego se quitó ella la suya.

-Cómeme las tetas.

Me incorporé, quedándome sentado en la cama con ella encima y empecé a chuparle los pezones, succionando y dándole algún mordisquito mientras ella gemía ligeramente y me acariciaba 3el pelo. A los pocos minutos, me empujó para tumbarme y me empezó a quitar los pantalones, para luego coger del elástico de mis calzoncillos para quitármelos, pero la paré. Me incorporé, poniéndome de pie, notándose mi erección muy pronunciada. La tumbé y le quité sus pantalones y luego las braguitas, notando lo mojadas que estaban.

-No mentías...
-Te lo he dicho, que te has colado, jiji...
-¿Tan fuerte es?
-Uff... No lo sabes bien...
-¿A ver? (dije llevándome sus braguitas a la cara para olerlas).
-Que marrano eres... jajaja.
-Mmm... Me encanta como huele...
-¿Sí?
-Sí. Tanto, que no me puedo aguantar y te lo voy a tener que comer ya...
-Mmm...
-Pero antes te voy a quitar eso...

Me puse sobre ella y le quité el vibrador con cuidado, soltando ella un pequeño gemido. Después se lo llevé a la boca para que lo chupara. Ella lo recogió con su boca con los ojos cerrados, chupándolo sensualmente, quitándoselo para besarla después. Apagué el vibrador y lo dejé sobre la mesita de noche, para directamente tumbarme con la cabeza a la altura de sus caderas para empezar a comerle el coño, notando lo mojadísima que estaba.

-Madre mía, Elena, estás chorreando...
-Te lo he dicho...
-A ver si me va a sustituir eso... jajaja.
-Ni de coña jajaja.

Le empecé a chupar la raja suavemente mientras la miraba a los ojos, para después alargar mis brazos hasta sus tetas, apretándolas y pellizcándole los pezones. Ella gemía a medida que pasaba mi lengua o le pellizcaba los pezones. Después le clavé la lengua, dentro de su coño, moviendo mi cabeza para meterla y sacarla, ella me miraba mordiéndose el labio y acelerando su respiración. A los pocos minutos me centré en su clítoris, metiéndole los dedos, que entraban con mucha facilidad debido a lo mojada que estaba. Ahora empezaba a gemir más fuerte mientras se empezaba a mover, cerrando sus ojos. Estuve así durante varios minutos, aumentando el ritmo, tanto de la comida como el de meter los dedos, notando como se empezaba a retorcer. Aumenté más el ritmo hasta que empezó a temblar, gimiendo muy fuerte y encorvado su espalda hacia arriba, intentando empujar mi cabeza para que dejara de estimularla, pero agarré sus manos mientras se lo seguía comiendo, hasta que empezó a gemir más agudamente y paré.

En cuanto me despegué de ella, me levanté de la cama, cogiendo a Elena para ponerla sobre mí, y empezar a besarla. Le costó un poco reaccionar, pero lo hizo, agarrándose con sus piernas a mis caderas y con sus brazos a mi cuello, mientras yo la cogía del culo, dándole un azote. Una vez le di un beso, aparte mi cara de la suya para mirarla, pasado con una mano su pelo por detrás de la oreja. Nos miramos a los ojos y ella soltó una risa.

-Me encanta cuando haces esto...
-¿El qué?
-Cogerme así y pasarme el pelo por detrás de la oreja.
-¿Sí? (dije moviéndola para restregar mi polla empalmada bajo mis boxers contra su coño).
-Mmm... sí, es como cuando yo te beso el cuello (dijo susurrando).
-Uff...
-Me pone muy perra...
-¿Sí? A ver...

La bajé de mí, poniéndose de rodillas y me bajé los boxers, cogiendo ella mi polla con su mano para empezar a menearla. Yo le acariciaba la cara, metiendo mi pulgar en su boca, mientras ella lo chupaba mirándome a los ojos. A los pocos segundos, aparté mi mano para cogerla del pelo, haciéndole una coleta con mis manos y la dirigí hacia mi polla, metiéndosela en su boca para que la empezara a chupar, empezando suave, pero poco a poco, aumentaba el ritmo, metiéndola cada vez más, hasta que se la metí entera, empujando con mis manos, cogiéndola de su pelo para que aguantará con toda la polla dentro unos segundos. Tiré hacia atrás de su pelo, para sacarla, respirando ella fuerte para coger aire. Después se la volví a meter, de manera que le empecé a follar la boca, produciendo ella sonidos guturales. Estaba tan concentrado en pasármelo bien y hacer disfrutar a Elena, que ni me acordada que Noelia estaba a escasos metros de nosotros. Le follé la boca durante un rato hasta que, pasados unos minutos la levante, volviéndola a poner encima de mí, cogiéndola por el culo. Bajé mis brazos, pasándolos por debajo de sus piernas, volviendo a agarrar su culo, y con una mano, dirigí mi polla hacia su coño, metiéndola sin problema, ya que la tenía muy lubricada por sus babas. Empecé a subir y bajar su cuerpo para empezar la penetración, haciendo que empezará a gemir mientras me miraba con cara de placer a los ojos. Esa mirada me excitó mucho, por lo que pegué mi frente a la suya y empecé a moverla más rápidamente, pero ahora hacia delante y atrás, haciendo ruido por el choque de nuestros cuerpos.

-Ay... Javi...
-¿Te gusta así?
-Me encanta...
-¿Y así? (dije moviéndola más rápido mientras movía mi cuerpo para acelerar mucho más la penetración).
-Ah... Ah... Sí... (y apretó su cara contra mi cuello, ahogando sus gemidos que habían pasado a ser gritos).

A los pocos segundos paré y la bajé.

-Estás gritando mucho... (dije jadeando por el esfuerzo) te voy a tener que tapar la boca...

Entonces se dio la vuelta, yendo a por la mordaza, dándole yo un fuerte azote en el culo, ella respondió con un gritito de sorpresa. Después me la dio con cara de niña buena.

-Dame también lo otro.

Se volvió a dar la vuelta, yendo a por las cuerdas, entonces le di otro azote en el otro cachete, respondiendo ella esta vez con un gemido. Dejé las cuerdas sobre la cama y la cogí de la mano, sentándome en la cama y poniendo a Elena encima de mí. Le puse la mordaza mientras le chupaba los pezones y una vez se la puse, cogí mi polla y acaricié su raja con ella, soltando ella aire de manera fuerte por la nariz. Se la empecé a meter suevamente y la cogí del culo para para moverla suavemente mientras ella me acariciaba la cara con sus manos. La empecé a mover más rápidamente mientras le daba azotes bastante sonoros, respondiendo ella con gemidos.

-Estás siendo una niña muy mala, te he tenido que tapar la boca... ¿verdad?
-Ajammm... (dijo ella de manera sensual, asintiendo mientras me miraba con ojillos).
-Te voy a tener que castigar (dije dándole un fuerte azote).
-Ajammm...

Entonces pasé sus manos a su espalda, agarrándola con las mías mientras seguía moviéndola para metérsela y ella echaba su cabeza sobre mi hombro, poniéndola de lado. Estuvimos así durante unos minutos, a un ritmo bueno, controlando que no fuera rápido para no corrernos aún. Al rato solté sus manos y me levanté, poniéndola de pie a ella también, le di la vuelta y le aparté el pelo para besarle el cuello mientras metía mi polla entre su coño y sus muslos, haciendo que se pusiera de puntillas, con una mano jugaba con sus tetas y con la otra, jugaba con su clítoris. Ella estaba con los ojos cerrados, suspirando varias veces, entonces empecé a mover mis caderas, haciendo que mi polla y su coño se rozaran. Noelia debía tener una visión perfecta, porque esto lo estábamos haciendo de cara al armario, y era uno de estos armarios que tienen rejillas, pero por la luz que solíamos poner para cuando follábamos, no se veía nada por las rejillas desde nuestra posición, pero en la habitación se veía todo perfectamente. De vez en cuando miraba al armario, sin lograr ver nada ni intuir nada, así que me centré en Elena.

A los pocos minutos puse a Elena en la cama a 4, yo me puse detrás de la empecé a meter a buen ritmo. Mientras se la metía, cogí las cuerdas, atándole las manos a la espalda, poniendo ella su espalda encorvada, apoyando su cara de lado en la cama mientras yo la cogía de las caderas. A los pocos segundos me incliné para cogerle el pelo haciéndole una coleta con mis manos y tirar de él, ayudándome con la otra mano, empujando desde su barriga, para no hacerle daño al incorporarla. La puse de rodillas, pegada a mi cuerpo, mientras se la metía, cogiéndola fuertemente del pelo. Ella gemía mientras sentía como me arañaba la barriga con las uñas.

Le empecé a acariciar el clítoris mientras se la metía y pasé de agarrarla del pelo, a agarrarla del cuello, estando así durante unos minutos, aguantando ella el ritmo bastante bien. Cuando la solté, cayó sobre la cama, con la respiración muy acelerada. La puse boca arriba, atándole las manos firmemente al cabecero para que no las pudiera mover, haciendo lo mismo con los pies, pero al pie de la cama. Ella me miraba con la respiración acelerada, estaba expectante por ver que le iba a hacer. Entonces me puse a su altura, mirándonos fijamente a los ojos y empecé a darle besos por la cara suevamente.

-Mi niña se porta mal, pero también la tengo que cuidar...
-Mmm... (dijo en un suave gemido mientras cerraba los ojos).

Pasé a su cuello, besándoselo y haciéndole un chupetón. Después le empecé a comer las tetas y pasados unos segundos volví a su cara y se la empecé a meter suavemente, para ir acelerando poco a poco hasta coger un buen ritmo mientras le besaba el cuello como ella me hacía a mí, estando así durante unos minutos hasta que le empecé a dar más fuerte para que se corriera. Empecé a empujar con mucha fuerza mientras me apoyaba con mis manos en la cama, mirándola a la cara, estando ella con los ojos cerrados y con cara de placer. Apreté todo lo que pude para no correrme mientras la empujaba fuertemente, provocando que a los pocos minutos apretara los ojos con fuerza mientras se empezaba a retorcer, para después empezar a temblar mientras gemía moviendo la cabeza. Seguí empujando hasta que sus gemidos se volvieron más agudos e intentaba mover sus manos, haciendo mucha fuerza. Entonces me salí de ella tumbándome a su lado para estimularle el punto G con los dedos, provocando que lanzará finos chorros mientras levantaba su cuerpo hacia arriba, separándolo de la cama, aunque estaba controlado por tener sus extremidades atadas.

Paré de estimularla, mientras esperaba tumbado a su lado, pajeándome suavemente, porque me encantaba verla así. Ella estaba con los ojos cerrados, respirando muy fuerte mientras seguía temblando, con algún espasmo acompañado de gemidos. Le quité la mordaza para que respirara mejor y la empecé a desatar, viendo como su pecho subía y bajaba rápidamente por su agitada respiración. Me acerqué a ella, acariciándole el estómago y la barriga suavemente y dándole besos en la mejilla para que se tranquilizara. Le aparté el pelo de la cara para que no le molestara y le giré la cabeza para darle un beso lento y suave. Ella abrió los ojos y se me quedó mirando.

-Me vas a matar...
-Pues aún nos queda...
-Mmm... (dijo sacando la lengua para jadear).
-¿Estás cansada ya?
-Pfff...
-Todavía te tengo que romper el culito...
-¿Me vas a romper mi culito? (dijo con cara de niña buena poniendo ojillos).
-Sí, te has portado mal...
-Mmm...

Entonces le di la vuelta para ponerla boca abajo y empezar a comerle el culo con suavidad, igual que en nuestra primera vez en el hotel, pero algo más rápido porque tenía muchas ganas de follárselo y de correrme. A diferencia que aquella vez, la notaba muy relajada, sin estar tensa, por lo que todo fluyó mejor y más rápido, a los pocos minutos de comérselo, le empecé a meter un dedo, entrando bastante bien, ella respondía con gemidos agradables y mantenía su cuerpo relajado. Cuando fui a meterle otro dedo, le pregunté que donde estaba el lubricante, señalándome ella a la mesita. La abrí y cogí el bote, echándole en el culo y sobre mis dedos. Le volví a meter uno, para a los pocos segundos meterle otro más, haciendo algo de fuerza poco a poco para dilatárselo. Cuando noté menos resistencia, le metí otro dedo más, siendo ya 3. Ahí sí que pegó un respingo al notar tanta presión con algún gemido diferente. Yo le acariciaba el culo con la otra mano para relajarla, consiguiéndolo. Le metí los tres dedos durante un rato, dilatándole bastante el culo.

Después me puse de rodillas, echándome bastante lubricante en la polla, esparciéndolo bien y la cogí para acariciarle con ella mientras ella gemía de manera melosa. Empecé a hacer presión para meterla, entrando bastante bien, aunque llevaba cuidado para no hacerle daño. La fui metiendo cada vez más hasta que se la metí entera, soltando ella bastante aire. Me incliné para quedar a la altura de su cabeza.

-¿Todo bien? (le susurré al oído).
-Ajammm...
-¿Quieres que te rompa el culito?
-Sí...

Le di un beso en el hombro y me incorporé para empezar un suave mete-saca. Ella gemía al ritmo mientras yo jadeaba. Poco a poco aceleraba el ritmo mientras apoyaba mis manos en la cama. Ella poco a poco hacía fuerza para ponerse a 4, por lo que la cogí de las caderas, empujando con más fuerza. Entonces, apreté más, haciendo ruido con mis caderas al chocar contra su culo mientras ella empezaba a gemir casi gritando. A los pocos segundos, cogí su mano para llevársela a su coño para que se empezara a tocar, haciéndolo así ella, lo que hizo que pasara de gemir a gritar, hasta que no pudo más y empezó a temblar de nuevo. Yo al notar la presión de su cuerpo y al sentir como temblaba entre gritos empecé a sentir fuertes escalofríos por la espalda, empezándome a correr dentro de su culo soltando fuertes lefazos mientras gemía fuertemente. Elena cerraba sus piernas, como hacía en nuestras primeras veces cuando se corría, dejando caer su cuerpo en la cama, yendo yo con ella detrás, sin sacar mi polla de su culo, pasando mis manos por debajo de su cuerpo para no echar mi peso directamente sobre ella, quedando casi abrazados. Eché mi cabeza sobre su hombro mientras aún notaba como temblaba y hacia fuerza con su culo. Cuando acabé de correrme, alargué la mano hasta la mesita para coger un paquete de pañuelos que vi cuando cogí el lubricante, para limpiarle con cuidado para no manchar nada. Después me tumbé en la cama boca arriba, recuperando el aliento mientras esperaba a Elena. Entonces me acordé de que Noelia seguía allí y que había visto todo lo que habíamos hecho. No me empecé a sentir mal en ese momento, supongo que por el subidón de todo lo que acabábamos de hacer. Al rato Elena empezó a reaccionar, mirándome y sonriendo.

-Vaya noche...
-No ha estado mal, jajaja...
-Mal dice... Si me has reventado...
-¿Te he hecho daño?
-No, me lo haces muy bien. Creía que no sería capaz de disfrutar de algo así, pero me lo pones muy fácil...
-Me alegro que te guste.

Nos levantamos y entonces Elena fue hacia el armario.

-Voy a cambiar las sábanas.
 
Capítulo 54

-No (dije parándola para que no lo abriera).
-¿Por qué?
-Primero a la ducha (dije cogiéndola y cargándola sobre mi hombro mientras le daba un azote).

Ella respondió con un gritito de sorpresa y risas. Fuimos a la ducha, estando un rato bajo el agua caliente abrazados con algún beso. Mientras nos duchábamos esperaba que Noelia ya se hubiera ido. Cuando terminamos, nos empezamos a secar, adelantándome yo, mientras ella se secaba el pelo, para ir a la habitación, encontrándome el armario entrecerrado. Lo cerré y me puse los boxers mientras me sentaba en la cama para esperar a Elena. Cuando vino, pusimos unas sábanas nuevas entre los dos y nos tumbamos en la cama abrazados. Hablamos un poco de otras cosas y nos dimos las buenas noches, apagando la luz. Elena se durmió bastante rápido dejando caer su cabeza sobre mi pecho. Yo me puse a pensar en todo lo que había pasado y que Noelia estaba allí. Esperaba sentirme mal, pero no fue para tanto porque tenía la esperanza de que eso hubiera sido lo último que tendría que hacer y hasta cierto punto me dio morbo que nos viera, por lo que me relajé, cayendo dormido rápidamente al estar abrazado a Elena estando calentitos, bien tapados y oyendo caer la lluvia en la calle.

A la mañana siguiente nos despertó el móvil de Elena. Era su hermana, avisándonos de que su madre estaba viniendo. Un poco sobresaltados, nos levantamos de la cama, poniéndome yo la ropa rápidamente y ella el pijama para asomarse a la calle para comprobar que no estaba ya cerca, yéndome rápidamente hacia el coche sin apenas darnos tiempo a despedirnos, dándonos un rápido beso. Me fui a casa, yéndome a la cama directamente para dormir un poco más, habíamos acabado tarde y tenía sueño aún. Me desperté a las 2 horas con mensajes de Elena.

-Ayer me lo pasé genial, lástima que te hayas tenido que ir así tan de sopetón. Estaba muy a gusto contigo durmiendo y quería hacer algo más...
-Sí, yo también estaba muy a gusto. De hecho, me acabo de despertar.
-Jo... Ojalá poder estar tranquilos sin que nos moleste nadie...
-Bueno, ya habrá tiempo para eso...

Pasé el resto de la mañana jugando a la play, después fui a comer y luego me eché un rato en el sofá. Entonces mientras estaba somnoliento me empezó a llamar Noelia. No se lo cogí, no tenía ganas de que me calentara la cabeza y me fui a mí habitación para hablar por mensaje, diciéndole que estaba con la familia y no podía hablar.

-Vaya tela anoche, ¿no?
-Ya...
-Qué manera de follar tío...
-Bueno, ya está. Yo cumplí con lo mío y tú te lo pasaste bien.
-Sí, nos lo pasamos bien.
-¿Nos?
-Uy...
-¿Qué pasa?
-Es que...
-Noelia, no me jodas...
-Se lo dije a María y puso cara de morbosa y le dije de venir y estuvimos las dos en el armario.
-¿En serio?
-Sí.
-Joder...
-También le va la fiesta a ella.
-Ya veo...
-Me encantó como lo hiciste. No me creía eso cuando me lo dijiste y joder... Mi hermana parecía una muñeca, hacías con ella lo que querías...
-Ya...
-Como me puso cuando la ataste... Ojalá me hicieras eso a mí...
-Eso no va a pasar.
-Ya... Qué mala suerte tengo. Para un polvo que echamos y fue rápido...
-Espero que lo disfrutaras, porque no va a volver a pasar.
-Sí, me gustó. Pero viendo lo de ayer... Es que estaba tan cachonda que María y yo nos empezamos a tocar la una a la otra...
-¿En serio? (dije como haciéndome de nuevas, a pesar de que María ya me había contado varias cosas).
- Sí.
-Bueno, ya viendo que hicisteis un trío, no me extraña tanto...
-No, pero a mí no me van las tías, sólo nos tocamos un poco por encima.
-Ya...
-Aunque por echar un polvo contigo estoy dispuesta a probar...
-Noelia, olvídate.
-Javi, imagínate un trío con nosotras dos... Ya sabes que yo follo bien, pero María no se queda atrás...
-Basta.
-Va, no sabes las ganas que tengo que hacerlo contigo... La guinda del pastel fue que te follaste a mi hermana por el culo... No me lo esperaba para nada... Yo aún no he hecho eso, ¿quieres ser el primero?
-Noelia, por favor...
-Y como me gustó también cuando la tenías a 4 y la levantaste tirándole del pelo... Uff, que burra me puso eso... Estoy muy sorprendida, pero más que contigo, con mi hermana. Ya sabía que tú eras capaz de hacer todo eso, de hecho, me lo he imaginado muchas veces... Pero... ¿mi hermana? Como te la comía, metiéndosela entera en la boca mientras le cogías del pelo y luego lo del culo... Qué guarrilla...
-Ya está bien Noelia.
-Sí, que me pongo cachonda y ahora no puedo tocarme...
-Ya...
-Oye, gracias por pararla cuando venía hacia el armario.
-Si os llega a ver ahí se me cae el pelo.
-En verdad no, se me cae a mí. Tú no tendrías por qué ver nada...
-Mira, llega a abrir el armario y os veo a las dos y lo mismo os meto un guantazo a cada una.
-Mmm...
-Joder, pero no así...
-Ya, jajaja.
-Noelia, dime que vas a parar ya con todo esto, por favor.
-Javi, es que no te das cuenta de que yo tengo las mismas ganas de seguir y acabar en la cama contigo que las que tienes tú de que acabe todo esto...
-Noelia...
-Mira, por ahora estoy contenta. Pero tampoco descarto que cuando te va me entre algo, así que no te preocupes mucho.
-Sí... Me quedo muy tranquilo.
-Va, de verdad. Te has portado bien, yo también lo intentaré.
-Bueno...
-Te dejo, que tengo que estudiar.
-Vale...
-Ya nos veremos, tío bueno 😘

En cuanto terminé de hablar con Noelia, le escribí a María, pidiéndole explicaciones.

-María...
-Dime.
-No... Dime tú.
-Joder, ¿te lo ha contado?
-Sí.
-Vaya bocas...
-¿Me vas a contar de qué va todo esto o qué?
-Pues que me contó su plan y bueno, me hizo gracia y me dijo que si quería ir a ver. Yo pensé en que tal vez podría hacer algo con ella mientras tanto o después y acepté. Además, tú y Elena estáis muy bien y fue muy divertido, me gustó lo que hacíais.
-Se supone que me ibas a ayudar...
-Ya, pero bueno, también miro por mí.
-La que me estáis liando...
-Bueno, bastante que la frené, que quería abrir la puerta del armario para ver mejor y que nos vieras...
-Qué dices...
-Pues eso... Y no te voy a mentir, cuando los tocamos estaba muy cachonda y también quería follar contigo y más viendo lo que haces, pero bueno...
-Joder, estáis que no paráis...
-Tranqui, que yo no me voy a poner como ella. Pero otra cosa no puedo hacer, ya sabes como es.
-Bueno, supuestamente se va a relajar, pero no me fio de ella.
-Ya, es que es muy cabezona.
-Intenta que no se ponga pesada, por favor.
-Vale, te dejo, que tengo examen mañana.

Me quedé flipando con el percal que tenía, ahora se sumaba María al tema. Decidí esperar para ver si Noelia se calmaba y si seguía con más mismas, pues ya le daría un susto. Los siguientes días pasaron con normalidad, con la misma rutina de siempre, aunque tuve una conversación con Elena en la que me decía que su madre y su abuela iban a irse unos días con su tía, que vivía en otra ciudad, proponiéndome irme esos días con ella para pasar más tiempo juntos. Yo acepté, tenía ganas de pasar más tiempo con ella y la veía ilusionada, así que ni me lo pensé. Más tarde caí que el inconveniente era Noelia, pero ya haría por donde para mantenerla a raya. Preparé todo el trabajo para esos días, pasándolo a un portátil, para poder trabajar desde allí y eché un poco de ropa en una maleta, avisando en casa del plan que tenía, explicando que estaría fuera desde el miércoles por la noche hasta el domingo.

El miércoles por la noche fui a casa de Elena, ya que me dijo que su madre y su abuela se irían ese mismo día por la tarde. Cuando llegué, llamé a la puerta, abriéndome ella, saltando sobre mí para darme muchos besos por la cara. La veía muy contenta, la llevé hasta el salón, con ella encima mía, viendo al llegar la mesa puesta con una cena que había preparado. La miré sorprendido, mientas ella me miraba con cara de orgullo.

-Anda, ¿y esto?
-Quería darte una sorpresa (dijo con cara muy sonriente).
-Como me cuidas...
-Qué ganas tenía de pasar más tiempo juntitos...
-Mmm...
-No, bobo, jajaja. Bueno, eso también, claro. Pero también quiero estar contigo como cuando estuvimos en tu casa nada más empezar.
-Lo pasamos bien.
-Sí, como lo vamos a hacer estos días.
-Sí (dije convencido, aunque con alguna duda por la presencia de Noelia).

Nos pusimos a cenar tranquilamente. Parecía que estábamos solos porque no se oía nada más. Elena no paraba de sonreír, como ella lo hacía girando la cabeza. Yo estaba encantado, estaba muy a gusto en ese momento, quedándome embobado mirando a Elena mientras ella me contaba historias de los años anteriores en la universidad. Después le contaba yo las mías, poniendo ella su cara sonriente sobre su mano, apoyando el codo en la mesa. Después de estar un buen rato hablando y cenando con tranquilidad, recogimos todo para quedarnos sentados en el sofá, abrazados mientras veíamos la tele y seguíamos hablando. Al rato empezamos a besarnos, poniéndonos melosos, con ella subiéndose encima mía como solía hacer. Sobre las 10 y media pudimos oír la puerta de su casa abriéndose. Elena, lejos de parar y bajarse de mí como hacía siempre que estábamos juntos ahí, se quedó conforme estaba. Era Noelia, quien entró al salón.
 
Capítulo 55

-Ah, que estáis vosotros, perdón, ya me voy (dijo con un tono serio, casi triste).

Después se fue a su habitación, cerrando la puerta de manera normal.

-¿Qué le pasa a tu hermana?
-No lo sé.
-Parece triste.
-Sí, ya le preguntaré. Ahora quiero jugar contigo...
-Mmm...

Entonces empezó a besar mi cuello, mientras yo le acariciaba el culo.

-Elena no sé como lo haces, pero cuando me haces esto es que se me pone hasta la piel de gallina...
-Jiji...
-Lo haces de una manera que uff...
-Lo he notado, te has puesto ya duro...
-Vamos a tu habitación (dije susurrando mientras me levantaba cogiéndola en brazos).

Fui con cuidado hasta su habitación, para no hacer ruido y que Noelia no se enterara. Cuando llegué, cerré la puerta con cuidado y la tumbé en la cama besándola, pasándole el pelo por detrás de la oreja, mirándome ella a los ojos cuando me aparté y acariciándome la cara. Entonces saqué mi portátil de la maleta, poniendo música suave, encendiendo después las velas que usamos una vez y me tumbé a su lado acariciándole suavemente su cara, pasando mis dedos por sus labios mientras ella cerraba sus ojos. La empecé a desnudar poco a poco, desnudándome yo también al mismo tiempo. Seguí acariciando su piel, notando como se le oponía de gallina por el suave contacto y el frío que hacía esa noche. Jugaba con sus pezones, los cuales se empezaron a endurecer, seguí rodeando el contorno de sus tetas, bajando después por su estómago, rodeando su ombligo y pasando a su barriga. Su respiración se iba acelerando mientras variaba su mirada entre mis ojos y mis dedos que tocaban su piel. De su barriga, pasé a su pubis, jugando con su pelo, dibujando el triángulo que formaba, pasando después a sus muslos, los cuales acaricié con toda la palma de mi mano, para calentarlos porque estaban fríos. Ella acercó su cara a la mía para empezar a besarme.

Entonces se volvió a subir encima mía para empezar a besarme cogiéndome la cara con sus manos, escurriéndose a los pocos segundos hacia abajo para cogerme la polla con su mano mientras apoyaba su cara en mi muslo, mirándome a los ojos y empezándome a masturbar suavemente. A los pocos minutos, cuando mi polla estaba bien dura, la empezó a chupar poco a poco, mirándome fijamente a los ojos. Lo hacía de manera muy sensual, mientras me acariciaba el pecho. Yo estaba muy cachondo, por lo que la subí para besarle en los labios, después le di la vuelta para comerle el coño mientras ella me comía la polla. Lo hacíamos sin prisa, disfrutando del momento, soltando algún gemido bajito a medida que pasaban los minutos. Después se tumbó de lado, poniendo su culo un poco en pompa, así que se la empecé a meter haciendo la cucharita, lo hacía suavemente mientras le pasaba su pelo por detrás de la oreja para besarle el cuello, notando como se erizaba su piel. Pasé un brazo por debajo de su cuerpo, jugando con las tetas, y con el otro jugaba con su clítoris, pasando antes mis dedos por su boca para mojarlos.

En todo momento, el ritmo de la penetración y del jugueteo con sus pechos y clítoris era suave, con sus gemidos bajitos que soltaba murmurando. Al rato se movió para ponerse encima mía, apoyándose en mis manos, entrelazando nuestros dedos para empezar a montarme suavemente, acelerando el ritmo conforme pasaba los segundos, mirándome con cara de placer. Le pedí que siguiera así, pero que me besara el cuello, haciéndolo así ella, empezando a notar yo escalofríos por eso y por el placer de la penetración. Cuando noté que estaba cerca de correrme, la levanté de mí, poniéndola boca arriba en la cama para comerle un poco el coño, pasado un rato se la volví a meter, estando yo esta vez encima, agarrándose ella a mí con sus piernas y sus brazos. Empecé a acelerar la penetración, con algunas embestidas duras y rápidas de vez en cuando, que provocaban en ella gemidos cada vez más altos conforme lo iba haciendo, por lo que apretó su cara contra mi hombro para ahogarlos. Seguí metiéndosela, haciendo esas embestidas más seguidas, hasta que noté como se empezaba a agarrar más fuertemente a mí mientras me susurraba al oído que me corriera dentro de ella. A los pocos segundos empezó a temblar, por lo que aceleré un poco más la penetración, provocando unos gemidos muy dulces en ella, hasta que no pude aguantar más y me empecé a correr dentro de ella entre largos jadeos, siguiendo con un suave mete-saca una vez acabé mientras ella temblaba ligeramente.

A los pocos segundos paré, manteniéndome dentro de ella hasta que abrió los ojos, mirándome y dándome un beso mientras acariciaba mi cara. Después salí de ella, tapándose ella el coño con su mano y yéndose al baño, cogiendo sus braguitas para limpiarse. Yo me puse mis boxers y apagué las velas y el portátil y me volví a tumbar en la cama, esperándola. Al poco volvió sonriendo, tumbándose a mi lado para taparnos y abrazarme.

-Javi, te quiero.
-Uy... ¿Te pones tierna?
-Jo... No te cargues el momento...
-Jajaja, vale, vale.
-Jajaja, es que me encanta estar contigo.
-Y te pones ñoña... jeje.
-Jo... Javi...
-Jajaja, ya paro.
-De verdad, estoy en la gloria contigo.

Le di un beso en la frente, abrazándola fuertemente.

-Yo no puedo estar mejor (dije susurrando).

Al poco nos dormimos, levantándome de madrugada para ir al baño, sin rastro de Noelia para buscar una provocación. Volví para acostarme, abrazando a Elena por detrás. Me volví a despertar al oír a Noelia irse de allí para ir al instituto, así que me volví a dormir, ya que era bastante temprano.

Nos despertamos sobre las 9 y media. Elena se desperezó para luego darse la vuelta y pasar su brazo por mi cintura y darme un beso.

-Qué bien se duerme contigo...
-¿Sí?
-Sí, me encanta cuando me abrazas por detrás, estoy muy calentita.

Elena se levantó para darse una ducha, mientras yo me quedaba tumbado esperando para luego entrar yo, ya que estaba a gusto y quería quedarme en la cama un poco más. Entonces me puse a pensar en que Noelia no hizo nada durante el tiempo que estuve allí, pareciéndome raro. Después de ducharnos y desayunar, nos fuimos al salón, cada uno con nuestro portátil para trabajar. La veía muy concentrada, pero estaba tan mona con sus moñetes que no podía evitar mirarla a cada rato, pillándome ella en varias ocasiones, para sonreírme, devolviéndole yo la sonrisa. Estuvimos toda la mañana con nuestras cosas, hasta que a las 2 y media dijo de preparar la comida e ir poniendo la mesa. Yo me ofrecí a ayudarle en lo que pudiera, porque no tenía mucha idea de cocina. Mientras preparábamos la comida, me acerqué a ella por detrás mientras ella estaba en los fogones, abrazándola por las caderas e inclinándome para besarle en la mejilla y en el cuello. Le empecé a hacer cosquillas en la tripa mientras seguía besándole el cuello.

-Javi, para, que con el fuego es peligroso.
-Tú eres más peligrosa que el fuego...
-¿Sí? ¿Tan mala soy? (dijo riéndose).
-Qué va, si eres un amor...
-Ammm...
-Lo digo porque me enciendes más que cualquier fuego...

Entonces la aparté de los fogones, mientras la subía a la encimera, para besarla y acercar mi paquete a su cuerpo, restregándome un poco.

-Javi, mi hermana está a punto de venir...
-¿No quieres jugar?
-Claro que quiero, pero con más intimidad...
-Pero si estamos solos (dije cogiendo su mano para llevarla a mi paquete).
-No seas malo... (dijo acariciando mi paquete).
-¿Me vas a castigar? (dije besándole el cuello).
-Si te sigues portando mal, sí (dijo apretando mi paquete mientras notaba como se le ponía la piel de gallina por jugar con su cuello).

En ese momento, Noelia entró por la puerta de la cocina, que estaba cerrada, por lo que no la pudimos oír cuando llegó. Elena y yo pegamos un respingo, separándonos, siendo mi erección bastante visible debido a que llevaba un pantalón de un chándal, miré para ver quién era, pudiendo ver que Noelia mi miraba el paquete, apartando su mirada al suelo casi al instante. Yo me puse de espaldas a ella para disimular, mientras veía como iba la comida, y Elena se bajó inmediatamente de la encimera, poniéndose detrás de mí. Ninguno dijo nada, yéndose Noelia al salón, esperando para comer.
 
Capítulo 56

Elena y yo no nos dijimos nada, preparando los platos mientras yo los iba sacando. Una vez nos sentamos a comer, se notaba que era una situación un poco incómoda por lo que acababa de pasar. Noté que Noelia estaba un poco cabizbaja, con algún suspiro, así que para romper el hielo le pregunté.

J: ¿Estás bien? Te noto tristona.
N: ¿Eh?
J: Que si te pasa algo.
N: No, no me pasa nada.
E: Venga Noelia, que se te nota.
N: Nada, que he suspendido dos exámenes importantes...
J: Bueno, no pasa nada, seguro que los puedes recuperar.
E: ¿Y eso? Si tú te matas a estudiar...
N: Ya, bueno. Me he distraído un poco.
E: ¿Es por el chico ese?
J: Bueno, ya está. Seguro que no los llevabas tan mal y con un poco más de estudio los sacas (dije al ver que no respondía a lo que le preguntaba su hermana).
N: Sí, seguro...
E: Noelia, ya te dije que te podría echar una mano si lo necesitabas.
N: Creo que no hay nada que hacer...
E: ¿Por?
N: Porque tiene pareja.
E: Ah... Pues si tanto se gusta, sigue intentándolo, pero sin agobiarle. Tú eres buena chica, aunque tengas tu carácter.

Miré a Elena haciéndole un gesto de duda. Ella me miró encogiéndose de hombros.

N: ¿Tú crees?
E: Bueno... no sé. Es que depende de muchas cosas...
N: ¿De qué?
E: Pues de si está muy apegado a su pareja, de si llevan mucho tiempo juntos, de lo que sientan entre ellos... No sé...
N: Bueno, llevan como un mes. Y parece que se gustan bastante, aunque...
E: Aunque, ¿qué?
N: Pues que diría que ella está enchochada por él, pero creo que se le pasará.

Miré a Noelia, frunciendo un poco el ceño.

E: Bueno, pues si ves que tal, inténtalo. ¿Tú qué opinas, Javi?
J: Yo creo que no debería meterse. A mí no me sentaría bien que me hicieran eso.
N: Yo creo que a él le gusta que le busque. Se hace el duro, pero en el fondo le gusta, le va la marcha.
E: Pues entonces...
J: ¿Estás segura? ¿O es lo que tú ves porque le tienes muchas ganas...?
N: Yo pienso eso y María opina lo mismo que yo.
E: ¿María?
N: Sí, es muy amiga mía y le he contado.
E: No, si lo digo porque creía que era ella la que estaba con él.
N: ¿Por?
E: Porque la vimos con el chico con el que estuvisteis las dos aquí y también estabas tú y parecías enfadada.
N: No, no es él. Ni María es la chica con la que está.
J: Bueno, ¿y de que eran los exámenes que has suspendido?
N: De matemáticas y filosofía.
E: ¿Y cómo es el chico?

Entonces Noelia empezó a describirme, sin entrar mucho en detalles para que no fuera tan claro. Elena, quizás pecando un poco de ingenuidad, no me relacionaba con la descripción que daba Noelia. Yo me limitaba a estar en silencio, mirando el plato mientras negaba con la cabeza ligeramente.

E: ¿Estás enamorada de él?
N: No, a tanto no he llegado (dijo contestando a los pocos segundos).
E: Bueno, entonces ya no sé si me metería siendo tú.
N: Es un poco un capricho, pero se me resiste tanto que cada vez quiero estar más con él. Además, es buen chico.
E: Pues no sé, si crees que merece la pena, adelante.
J: Pues yo creo que os equivocáis las dos (dije con un tono de un poco de molestia).
N: ¿Por qué?
J: Porque me parece... Porque yo no me metería en una relación y menos si es un capricho. Es que ni estando enamorado me metería.
N: Si me hermana estuviera con otro, ¿no te meterías?
J: Pero es que lo nuestro no empezó así.
N: Imagínate que sigue con Alejandro y tú sientes por ella lo que sientes ahora mismo. ¿No lo harías?

Elena me miró, esperando mi respuesta.

J: Me cuesta imaginarlo.
N: Inténtalo.
J: Nada, no puedo.
E: No respondas si no quieres.
J: No es por eso.
N: Venga, mójate.
J: Pfff... A ver. Alejandro a mí me parece un gilipollas y la verdad es que no me gustaría verla con él. Pero si veo que ella está enamorada de él, pues no me metería. Si yo estoy enamorado de ella, me gustaría verla feliz y si así lo es, pues ya está. Mala suerte. Tampoco voy a joderle una relación para intentarlo yo con ella y que pueda salir mal.
N: Ya, pero tú con ella serías feliz.
J: Pero no me arriesgaría a que ella no lo fuera conmigo si ya lo es con otra persona.
N: ¿Y tú, Elena?
E: Yo, ¿qué?
N: Te hago la misma pregunta que a Javi, pero cambiando los papeles.
E: Yo creo que sí que me metería. Si él es feliz con una persona y yo estoy enamorada de él, daría todo de mí para hacerle tan feliz como está con esa persona, o más.
J: La cosa es que has dicho que no estás enamorada. No sé por qué estas preguntas...
N: Quería saber vuestra opinión.
E: Tranquilo, Javi, sólo estamos hablando.
J: No, si estoy tranquilo, pero no entiendo a qué viene esto.

Elena y Noelia siguieron hablando de otras cosas mientras yo me quedaba en silencio mirando la tele. Mientras terminaba de comer, pensaba si me podría haber expuesto al ponerme como me puse. Cuando acabamos, recogimos la mesa y me puse a fregar los platos, acercándose Elena por detrás para abrazarme.

-¿Estás molesto?
-Qué va.
-Parece que un poco sí...
-Nada... Es que te quiero tanto, que no me gusta imaginarme esas cosas.
-Ay...

En ese momento entró Noelia, despegándose Elena de mí.

-¿Tanto corte te da abrazarme? (dije riéndome una vez se fue Noelia).
-Noooo. Es que delante de mi hermana...
-Elena, me estabas abrazando.
-Ya, pero con lo que ha pasado antes...
-Ni que fuera la primera vez que nos ve así. Si casi nos ha visto...
-Ya... Si hasta creo que te vio la polla cuando yo salí desnuda para pararla... jajajaja.
-Sí, muy oportuna tu hermana...
-Bueno, es que me da corte. Igual que me dio cuando ella hizo el trío y se la oía gritar...
-Parece que a ella no le da corte...
-Está en la edad.
-Ya.
-Oye... ¿Quieres que vayamos a mi cuarto...?
-Con la suerte que tenemos, seguro que entra tu hermana mientras te la meto.
-No me jodas que no vamos a follar si está ella aquí...
-Tampoco es eso... jajajaja.
-Es que tengo unas ganas...
-Pues hasta esta noche nada...
-Jo... (dijo mirándome poniendo ojitos).
-Esta noche nos vamos a tomar algo con éstos, cuando volvamos, hacemos lo que quieras.
-No sé si voy a poder aguantar...
-Pues es lo que hay (dije dándole un azote en el culo mientras volvía al salón).
-Pero bueno...

Cogimos los portátiles para seguir trabajando en el salón como habíamos hecho por la mañana. Al rato se nos unió Noelia, preguntándonos si se podía quedar con nosotros, que así se animaba más para estudiar. Cuando llevábamos una hora, Noelia empezó a recibir mensajes.

N: ¿Os importa que venga María? No podemos ir a su casa hoy y habíamos quedado para estudiar juntas.
E: A mí no me importa. Pero si viene que sea para estudiar, no para estar de cháchara.
N: Vale, le digo que venga.

A la media hora apareció María, saludando y poniéndose a estudiar al lado de Noelia, era la ventaja de la mesa del salón, que era bastante grande y teníamos espacio de sobra. Durante el rato que estuvimos los 4 juntos no notaba nada raro, estábamos concentrados, sólo notaba miradas de Elena hacia mí, con sonrisas y como me rozaba la pierna a veces. A la hora, Elena se levantó, dejando todas sus cosas como estaban mientras trabajaba. Pasaban los minutos y no venía, hasta que se escuchó desde su habitación.

-¡Javi, ven!

Me levanté, dejando las cosas como estaban para ver que quería. Cuando llegué a su habitación, la puerta estaba casi cerrada, llevándome una sorpresa cuando la abrí. Me encontré a Elena desnuda, sobre la cama, con unas medias negras y unos tacones, el pelo alisado y algo de maquillaje. Sonriéndome me hizo gestos con el dedo para que fuera a la cama. Me acerqué lentamente y me cogió de la mano para tirar de mí y sentarme en la cama, después me llevó la mano a uno de sus pechos mientras me miraba con ojillos y se mordía el labio. Me acerqué a su cara, pero me detuve estando a pocos centímetros.

-¿Qué haces?
-¿Tú qué crees? jiji...
-¿No habíamos quedado en que hasta la noche nada?
-Javi... Tengo muchas ganas...
-Elena, está ahí tu hermana y su amiga, si ven que tardamos van a saber que estamos...
-Me da igual, te quiero dentro de mí ahora mismo.
-Te estás portando muy mal...
-¿Me vas a castigar?
-Sí.
-Vale (dijo con cara de expectación).
-Pero esta noche (dije mientras me levantaba para irme).
-Noooo...
-Venga, ponte como antes anda, a ver si encima se van a cachondear...
-Jo...

Regresé al salón para seguir trabajando, apareciendo Elena como estaba antes, pero poniéndome la mano sobre el muslo a veces, intentando alcanzar mi paquete, aunque la frenaba. Ahora me miraba más continuamente, esperando a que le devolviera la mirada, pero me aguantaba con dificultad. Sobre las 8 fui a ponerme unos vaqueros, pero dejándome la sudadera que llevaba para cuando fuéramos a irnos con nuestros amigos, Elena se quedó como estaba, con una sudadera y unos leggings. María y Noelia se quedaron estudiando cuando nosotros nos fuimos. Nos montamos en el coche y fuimos hasta mi ciudad, donde habíamos quedado con nuestros amigos, pero conforme íbamos llegando dijo:

-Javi... ¿vamos a un sitio apartado?
-¿Para qué?
-Para jugar...
-¿No puedes esperar?
-No...
-Pues lo vas a tener que hacer (dije riéndome).
-Jo (dijo cruzándose de brazos).
-Si sólo va a ser un rato (dije poniendo mi mano sobre su muslo y apretándolo).
-Pues esto no ayuda.
-¿No? (dije subiendo la mano por su muslo).
-Javi...
-Vale, paro (dije pellizcándole la mejilla).

Una vez llegamos, nos sentamos juntos, hablando con nuestros amigos y pasando un buen rato. Al rato, Elena fue al baño y yo la seguí a los pocos segundos sin que se diera cuenta. Hice como la última vez que nos estuvimos en el baño, esperando a que sonara la cisterna, para entrar. Esta vez no la asusté, parecía emocionada cuando me vio. Me acerqué a ella, arrinconándola contra la pared, provocando que se acelerara su respiración. La miraba a los ojos y le agarré el cuello firmemente con la mano.

-Hoy te estás portando muy mal (dije apretando un poco).

Ella asintió ligeramente mientras me miraba con ojitos y sacaba su lengua para empezar a jadear.

-Te voy a tener que castigar...

Ella volvió a asentir, entonces me acerqué para besarla y tocarle el culo, notando perfectamente su forma por los leggings, apretándoselo, para luego salir de ahí e irme a la mesa para sentarme. Cuando llegaba, Mario, quien estaba allí junto a Irene, me miró extrañado, supuse que por el breve tiempo que había estado en el baño con Elena, quizás esperando que tardará más. A los pocos segundos salió Elena, viniendo hacia la mesa con normalidad, pero con las mejillas encendidas. Se sentó a mi lado, acercándose bastante, mientas me acariciaba el muslo, sin que nadie más lo viera, hincándome a veces las uñas. Cuando acabamos, nos despedimos, montándonos en el coche. Durante el camino de vuelta Elena no hablaba, estaba sentada con la espalda muy recta, con más manos en sus rodillas, parecía impaciente, esperando que llegáramos para salir corriendo del coche, también notaba como su respiración se aceleraba a medida que nos acercábamos a su casa. Cuando llegamos y aparqué cerca de su casa, se quitó el cinturón de seguridad con ansia para salir del coche y esperarme a que saliera del coche. Una vez salí fuimos hacia su puerta, sacando ella sus llaves y buscando la de la puerta con nerviosismo. Cuando abrió la puerta, me cogió de la mano, llevándome a su habitación pasando por el salón, que estaba con la luz encendida. Noelia y María nos saludaron, devolviéndole yo el saludo a las dos, pero Elena seguía andando, tirando de mí sin decir nada. Una vez llegamos a su habitación, cerró la puerta dejando caer su espalda contra ella, haciendo bastante ruido al cerrarla.

Me miraba con la respiración muy acelerada. Yo me acerqué despacio a ella, arrinconándola contra la puerta y acariciándole la cara, metiéndole el pulgar en su boca para que lo chupara. Así lo hizo ella, para a los pocos segundos, sacar yo el pulgar y cogerle del cuello con fuerza.

-Ahora te voy a castigar.
 
Capítulo 57

Le di la vuelta, poniéndola contra la puerta, apretando yo mi cuerpo contra el suyo. Empecé a meter mis manos dentro de su sudadera, acariciándole las caderas, arañándole un poco, para ir subiendo por su torso hasta llegar a sus tetas, las cuales empecé a amasar firmemente con mis manos, apretando un poco de vez en cuando. Ella empezaba a gemir suavemente, entonces le empecé a pellizcar los pezones, transformándose sus gemidos suaves en unos de mezcla de placer y dolor. Estuve así durante unos minutos, hasta que empecé a bajar para meter mis manos entre sus leggings y braguitas, acariciándole el pubis mientras ella murmuraba gemidos por lo que se venía. Le empecé a acariciar la raja, notando lo caliente y húmeda que estaba mientras con la otra mano jugaba con sus tetas, pellizcando los pezones a ratos. Mis caricias por su raja fueron cada vez a más, jugando también con su clítoris hasta que le empecé a meter los dedos, para al rato sacar mi mano que jugaba con sus tetas para cogerle del pelo y tirarle fuerte hacia atrás, con algún gemido de queja, y sacarle los dedos de su coño y metérselos en la boca. Por como le tiré del pelo, podía ver como chupaba sus dedos con los ojos cerrados.

Una vez los chupó bien, le di la vuelta y la cogí pasando mi brazo izquierdo por su espalda y la tiré hacia arriba para ponerla a mi altura, levantando su cuerpo, quedando con los pies colgando. Ella reaccionó con una respiración de sorpresa mientras me miraba con ojillos, entonces le bajé los leggings y las braguitas pegando un tirón, dejándole la ropa a medio muslo y empecé a jugar de nuevo con su raja, empezando a meterle los dedos. Ella empezaba a gemir con más intensidad mientras yo aumentaba el ritmo de la masturbación. Me acarició la cara con su mano, pero giré mi cabeza, dándole un bocado a su mano, pegando ella un gritito como de susto y la apartó. Seguí metiéndole los dedos hasta que noté que se le movían las piernas, como temblando, entonces paré y le tapé todo el coño con la palma de mi mano, notando lo caliente que estaba y como palpitaba un poco, ella respondió con un gemidito como de pena para que no parara. Entonces la bajé de golpe, perdiendo ella el equilibrio por la flojera que tenía en las piernas, agarrándose a mí cogiendo de mi ropa mientras apoyaba su cabeza contra mi pecho.

Después la cogí en brazos, agarrándose ella a mi cuello y la llevé a la cama, pegándole un fuerte azote por el camino, respondiendo ella con un gritito. La tumbé en la cama y la desnudé rápidamente mientras ella respiraba agitadamente. Me empecé a quitar la sudadera despacio mientras ella llevaba su mano a su coño para tocarse, metiéndole yo un manotazo para que no lo hiciera, con otro gritito por su parte. Me quité la sudadera y los pantalones, quedándome en boxers. Me eché sobre ella, besándola, para después bajar a su cuello para también besárselo y darle algún mordisco, después fui bajando hasta sus tetas y se las empecé a comer, con varios mordiscos más fuertes que los que le solía dar, ella gemía de forma aguda por el dolor, fui bajando por su torso, besándole sus caderas y siguiendo con los mordiscos, hasta llegar a su pubis, notando como se le aceleraba la respiración e inclinaba su cabeza para mirar, pero pasé de largo hasta su mulos, besándolos y dando algún mordisco como los de antes, pero alguno más fuerte, con ella gimiendo como lo estaba haciendo cuando le mordía.

Entonces me quité los boxers y sin comerle el coño ni acariciárselo con la polla, se la metí directamente todo lo profundo que pude con una fuerte embestida, entró sin problema por lo mojada que estaba, pero lanzó un alto gemido de placer y sorpresa, agarrándose a mi cuello. Me quedé dentro de ella, mirándola a los ojos, viendo como me miraba ella respirando fuertemente y como se mordía el labio. Entonces empecé una serie de embestidas iguales, duras y secas, sacándola casi por completo, para meterla rápida y fuertemente. Ella acompañaba las embestidas con gemido altos de placer, iguales al que hizo cuando se la metí de golpe, mientras me miraba a los ojos con una cara de estar a mil increíble. No tardó mucho en correrse al seguir yo con esas embestidas, notando como empezaba a temblar y a rodearme con sus piernas para hacer fuerza y que se la metiera aún más. Mientas se corría, gemía muy alto, tanto que, seguro que su hermana y María nos estaban oyendo, pero no nos importaba, nos dejamos llevar por el momento, estábamos muy cachondos y por mi parte no hubiera parado ni, aunque hubieran entrado a la habitación. El morbo a veces puede con tu cabeza y te dejas llevar sin importar lo que hay a tu alrededor. Notaba lo mojada que estaba y como me apretaba la polla con el coño mientras se corría, lo que provocaron escalofríos por mi espalda, que anunciaban mi inminente corrida, así que mientras ella seguía temblando, me deshice de su fuerte abrazo con sus piernas y me empecé a mover de rodillas por la cama hasta llegar a su cabeza.

-Abre la boca (dije con voz alta, tirándole fuertemente del pelo mientras ella seguía con los ojos cerrados).

Bastaron un par de sacudidas para empezar a soltar chorros por toda su cara y su lengua al ver como abría la boca, sacando su preciosa lengua con su piercing mientras tenía los ojos cerrados, un poco apretados por el orgasmo que aún estaba teniendo y esa cara de placer. Una vez acabé de correrme, le metí la polla en la boca y me la chupó durante unos segundos, tragándose lo que le había entrado en la boca al sacarla. Después yo le recogí lo que le había caído en la cara, metiéndoselo en la boca, recibiendo ella el dedo chupándolo sensualmente, hasta que le limpié toda la cara y le susurré que se lo tragara, haciéndolo así ella, para quedarnos los dos tumbados boca arriba en la cama.

Ella sería con los ojos cerrados y la respiración muy acelerada. Yo estuve unos segundos, recobrando el aliento, pero sería con ganas de más, así que casi inmediatamente fui bajando de nuevo hasta sus caderas para empezar a comerle el coño de nuevo. Ella se empezó a retorcer, cogiéndome de la cabeza, casi tirándome del pelo.

-Para, para, que estoy muy sensible...
-Shhh (dije apartando sus manos de mi cabeza y pellizcándole los pezones).

Ella respondía con gemidos bajitos como se lastimeo mientras yo seguía comiéndole el coño. Lo hacía suave, pasando mi lengua por toda su raja. Seguí así durante unos segundos, hasta que notaba como se volvía a acelerar su respiración y me volvía a coger la cabeza con sus manos, pero yo las cogí con fuerza para que no me parara. A los pocos minutos se empezó a retorcer, acentuando más sus gemidos, hasta que empezó a temblar, apretándome la cabeza con las piernas fuertemente, intentando mover sus manos, pero no la dejaba. Empezó a gemir más fuerte mientras yo seguía, hasta que empezó a gritar por lo sensible que estaba. Si hubiera seguido, hubiera empezado a chorrera, pero no quería que todavía lo hiciera, porque aún quería más, así que paré, levantándome para taparle la boca y ahogar sus gritos. Estaba de rodillas, con la polla muy dura, tapándole la boca con la mano, mientras veía como las piernas le temblaban entre espasmos y apretaba fuertemente los ojos. Le cogí una mano para que me la empezara a menear, pero ella la dejaba quieta, por lo que dejé de taparle la boca para cogerle la cara fuertemente con esa mano.

-Eh, despierta, que aún no hemos acabado (dije zarandeándole la cara un poco).

Ella seguía con los ojos cerrados sin reaccionar a lo que le decía. Entonces le di un guantazo, abriendo ella los ojos y lanzando un gemido. Me miraba a los ojos un poco sin saber qué pasaba, entonces me senté a su lado, apoyando mi espalda contra el cabecero de la cama y tirando de su mano mientras seguía tumbada, para echarla sobre mi pecho y diciéndole que me la chupara. Empezó a chupármela suavemente mientras notaba como seguía con la respiración acelerada. Le cogí el pelo con las manos, haciéndole una coleta para dirigir la mamada, empujándole contra mi polla y tirando de su pelo para sacársela. Por como estaba sentado le podía ver como movía su culito respingón de un lado a otro y como levantaba sus pies, subiéndolos y bajándolos suavemente. Estaba muy cachondo, pero al ver como me la chupaba haciendo eso con su cuerpo, me encendí más. Estaba deseando volver a metérsela, pero dejé que se recuperara un poco después de dos corridas tan seguidas, porque si ya estaba así, seguro que hubiera gritado mucho más y ya sería demasiado el espectáculo para Noelia y su amiga.

A los 5 minutos le pegué un tirón fuerte del pelo hacia atrás.

-Ay...
-Shhh, no te sigas portando mal.
-Mmm... (murmuró poniéndome ojitos).

La puse a 4 y se la empecé a meter a un buen ritmo, con gemidos por parte de ambos, acelerando el ritmo al cabo de los pocos minutos, haciendo ruido por el choque de nuestros cuerpos. Podía ver como agarraba las sábanas con fuerza mientras agachaba la cabeza, por lo que volví a tirar de su pelo fuertemente hacia atrás, con otro gemido de queja por su parte.

-Levanta la cabeza.
-Mmm...
-¿Te quejas?
-Mmm...
-Responde (dije mientras le daba un fuerte azote).
-No... (dijo después de dar un gritito).

Aumenté más el ritmo, provocando que aumentara sus gemidos, mientras le daba varios azotes, poniéndole el culo rojo. Después salí de ella y me moví entre sus piernas para que me montara, pero estaba jadeando y no se movía muy rápido.

-Más fuerte (le dije mientras le daba un azote en el culo).
-Mmm... (dijo cerrando los ojos y mordiéndose el labio).
-¿No puedes más?

Lanzó un gemidito, notándose que estaba agotada, por lo que la tumbé boca arriba y se la empecé a meter, levantando sus piernas y apoyándolas en mis hombros, haciendo la penetración más profunda. Empezaba a gemir de nuevo poniéndome ojitos. Me puse más cachondo aún por verla tan vulnerable, así que apreté más, provocando que gimiera más fuerte, empezando a cerrar sus ojos, notando como empezaba a temblar, por lo que salí de ella y le metí los dedos a buen ritmo, estimulándole el punto G, haciendo que a los pocos segundos empezara la lanzar chorros mientras encorvaba su cuerpo había arriba y gritaba fuertemente. Seguí estimulándole el clítoris mientras lanzaba chorros, que llegaban hasta la puerta, cerrando sus piernas cuando paró de lanzarlos. Yo estaba a mil, por lo que se las abrí para metérsela y acabar dentro de ella.

-No, no, no, no, no, por favor. No puedo más... (dijo casi gritando con los ojos muy abiertos).
-Aguanta un poco que estoy apunto (dije susurrando).

Se la empecé a clavar, empezando ella a gritar, por lo que le tapé la boca con la mano, hasta que a los pocos segundos me empecé a correr dentro de ella entre altos gemidos al notar como lo contraía por el orgasmo que sería teniendo. Una vez acabé, me tumbé a su lado con la respiración muy acelerada y el corazón a mil por hora. La miré a los pocos segundos y podía ver como le daban espasmos, con la cara muy apretada y agarrando fuertemente las sábanas, lanzando gemidos de lástima muy bajitos. Tenía el cuerpo muy tenso, por lo que le empecé a acariciar el vientre, pegando ella un respingo al notar mi mano y subiendo el tono de los gemidos de lástima.

-No, no puedo más, por favor... (dijo con voz entrecortada mientras seguía con el rostro contraído).
-Shhh, tranquila... (dije susurrando).

Ella seguía con esos gemidos, cada vez temblando menos y recuperando su respiración normal. Yo le acariciaba el vientre y la cara, dándole pequeños besos en la mejilla, consiguiendo que se destensara y relajara la cara. Al cabo de unos minutos abrió los ojos para mirarme.
 
Capítulo 58

-Me has reventado, cabrón.
-No te he dado tan fuerte...
-Pero me he corrido muy seguido, no me has dejado ni recuperarme.
-¿Te he hecho daño?
-No.
-Es que te has portado mal y tenía que castigarte...
-Eres muy malo. Todo el día calentándome y ahora me haces esto... Es que no me puedo mover aún.
-Bueno, pues no te lo hago más, jaja.
-Noooo, me encanta.
-Al final te has portado muy bien, has aguantado todo.
-Ha sido muy intenso... Después de correrme y desde que has seguido, no sabía ni donde estaba...
-Ya lo he visto, que estabas gritando de unas maneras...
-Joder, ¿no nos habrán oído...?
-Pues seguramente.
-Vaya...
-En el momento no me ha importado, me daba mucho morbo verte así. Pero te he tapado un par de veces la boca, porque ya es que era demasiado.
-Madre mía...
-Y mira eso... (dije señalando a la puerta).
-¿Qué es?
-¿Tú qué crees?
-No me jodas... (dijo mirándome y abriendo mucho los ojos).
-Sí, eso es todo tuyo.
-¿Qué dices...?
-Se ve que tenías muchas ganas, porque parecías una manguera, jajajaja.
-Jajaja, joder... Es que esta tarde no hemos hecho nada con lo cachonda que estaba y luego lo del bar...
-Salías muy mona con las mejillas encendidas.
-No sabes como me has puesto, he estado a punto de tocarme cuando te has ido...
-¿En serio?
-Sí. Eso no se hace... Con las ganas que tenía, entras así y me dejas con todo el calentón...
-Era parte del castigo...
-No sé como he podido aguantarme sin llevarte de la mano para el baño cuando he vuelto a la mesa...
-No, si ya me has llevado en cuanto hemos entrado aquí, que no has saludado... jajajaja.
-Sí, estaba yo para saludar...
-Oye, ¿te he hecho daño cuando te he tirado del pelo?
-Un poco.
-¿No te gusta?
-Sí, me ha puesto cachonda.
-Es que a veces gemías de dolor y otras de queja como con lastima...
-Pero eso no significa que no me guste. Duele un poco, pero me da morbo cuando te pones así. Y lo otro pues es que ya estaba muy sensible.
-Mmm... vale.
-¿Qué pasa?
-Nada, abre las piernas, que vamos a echar otro.
-¡¿Qué dices?! (dijo poniendo cara de susto y abriendo mucho los ojos).
-Que es coña, vaya cara has puesto... jajajaja.
-Pfff... (dijo dándome un manotazo en el pecho).
-Vamos a recoger esto y nos damos una ducha, que estamos empapados.

Nos levantamos, cambiamos las sábanas y limpiamos el suelo y la puerta con las sábanas sucias. Después Elena abrió la puerta un poco para ver si estaban cerca, pero no vio nada y salimos hacia la ducha. Una vez nos duchamos, volvimos a la habitación, quedándonos los dos en ropa interior, pero yo fui a la cocina a por una botella de agua. Me puse unos pantalones de chándal por si acaso, sin cruzarme a nadie en el trayecto, pero sí oyendo a las dos cuchichear mientras cogía la botella. Volví a la habitación y me tumbé junto a Elena, quien ya estaba medio durmiéndose. Cuando me notó, cogió mi brazo para que le abrazara por detrás, haciéndolo así, pegándola a mi cuerpo y dándole un beso en la mejilla. Nos quedamos dormidos de inmediato.

Al día siguiente me desperté oyendo murmuros de lejos. Elena no estaba a mi lado, miré el móvil y eran las 8 y media. Al poco volvió, estaba muy mona, venía con mi sudadera, que le quedaba casi a la altura de las rodillas y no se le veían las manos por las mangas tan largas.

-¿Qué pasa?
-Nada, me ha llamado mi padre.
-¿Todo bien?
-Sí, sí. Es que le dije que estos días mi madre se iba y de dijo de quedar para vernos y me ha preguntado que si esta tarde me viene bien.
-Ah, genial.
-Le he dicho que vamos a vender la casa y me ha pedido que le gustaría verla por última vez y está tarde va a venir.
-Vale.
-La cosa es que mi hermana no lo puede ver y necesito que no esté por aquí.
-Vale...
-¿Puedes llevártela por ahí mientras está mi padre aquí?
-Pues... (dije haciendo una mueca con la cara).
-¿Qué pasa?
-Es que estoy un poco incómodo con tu hermana con todo esto de que nos pille, nos oiga, las preguntitas...
-Vaya... (dijo haciendo una mueca con la boca)
-Venga, va. Esta tarde me la llevo a tomar un café.

Entonces Elena vino corriendo hacia mí para abrazarme y darme besos.

-Qué sexy estás con mi sudadera... (dije acariciándole el culo).
-Eh, quieto parado.
-¿Qué pasa, que aún te duele el coñito? jajajaja.
-Jajajaja, pues aún lo tengo sensible...
-Vaya, mi niña tiene el coñito muy sensible... jaja.
-Uff, el día que te reviente yo y te pongas así, verás tú. Te vas a quedar con "el sensible", lo sabes, ¿no? jajajaja.
-Jajajaja, ¿me vas a reventar?
-Sí.
-¿Cuándo?
-Ya lo verás...
-Uy... miedo me das.
-Jiji... anda, vamos a dormir un poco más, que es muy temprano aún... (dijo quitándose la sudadera y poniéndose encima mía, tapándonos).

Nos quedamos abrazados, poniendo ella su cabeza en mi hombro mientras yo pensaba en el marrón que tendría por la tarde cuando me llevara a Noelia a tomar un café. Estaba seguro de que me la iba a liar de alguna manera u otra, aunque pensaba que en una cafetería no haría nada raro. Una hora más tarde nos levantamos para desayunar y hacer cada uno nuestras cosas, sentados en el salón, con algunas miraditas y sonrisas hasta que llegaron las 2 y media. Le propuse ir a un bar para comer, así que fuimos a uno que ella conocía bien y comimos allí, llegando a su casa casi a las 4 de la tarde. En el camino de vuelta, me dijo que había quedado con su padre sobre las 5. Cuando llegamos, nos encontramos a Noelia y a María en el salón, empezando a estudiar. Nos sentamos con ellas y cuando se acercaba la hora, Elena me dio toquecitos con la mano, haciéndome también señas con la cabeza señalándolas a ellas.

-Oye, estudiáis mucho, ayer nos fuimos y cuando volvíamos aún seguíais aquí, ¿nos tomamos un café y así os despejáis un poco?

María miró extrañada a Noelia, quien después de unos segundos, contestó.

-Venga, vale.

Nos levantamos para irnos, quedándose Elena sentada.

-¿Tú no vienes, Elena?
-No, tengo que hacer una cosa.
-¿El qué?
-Nada, estoy esperando un correo de la universidad para unas cosas del trabajo final y tengo que responderle con datos y demás. Id vosotros.
-Ah, vale.

Nos fuimos andando hacia una cafetería, sin hablar nada por el camino, hasta que llegamos. Estuvimos hablado de como le iban con los exámenes y la preparación para selectividad, empezando después el espectáculo.
 
Capítulo 59

N: ¿Tan reventada la dejaste anoche que no puede ni andar?
J: … (le eché una mala mirada).
M: Tiene pinta de que es eso... jaja.
J: Joder, ni siendo amable paráis...
N: No somos nosotras las que nos ponemos a follar a grito limpio...
J: Ah, ¿no?
N: Pero a vosotros os da corte, a nosotras no.
M: Bueno, creo que corte no les da ya con lo que hicieron anoche...
N: Ya ves... es que vaya tela... Ya me extrañó ver a mi hermana entrar así sin decir nada, pero no me esperaba oírla gritar...
M: Jajajaja, la verdad es que fue un puntazo.
J: Bueno, ya está bien.
N: Le conté 3 a mi hermana, pero a ti no te oí mucho...
M: Es verdad, eres una bestia, 3 muy rápidos... ¿Y tú no…?
J: Sí...
N: ¿Cuántas veces?
J: ¿Qué más te da?
N: Uy... Eso es que nada...
J: Dos.
M: Anda.
N: Vaya, uno menos que ella, eso es que no es muy buena.
J: Ya está bien.
N: Yo hubiera hecho que te corrieras 5 veces.
M: Jajaja.
N: ¿De qué te ríes tú? si sabes que es verdad... Y seguro que tú también hubieras llegado a eso.
M: Pues seguramente...
N: Y con las dos juntas, ni te cuento...
M: Jajajaja...
J: Sí, 40.
N: ¿Quieres probar? (dijo mirándome desafiante).
M: Jajaja (reía mirándome con ojitos).
J: Sabes de sobra que no.
N: Sí, por desgracia...
M: ¿Has pensado en proponérselo a Elena? (dijo mientras cogía la taza para sorber café poniéndome ojitos).
J: Proponerle un trío con su hermana... ¿tú eres tonta?
M: A lo mejor le va eso. O si no, conmigo.
N: Una polla te lo vas a follar tú antes que yo.
M: Bueno, si surge...
J: Sois tontísimas...
M: ¿Tú lo harías, Noelia?
N: ¿El qué?
M: Hacer un trío con él y tu hermana.
N: Pues...
J: Pues claro que no, una cosa es la mente abierta y otra cosa es proponerle a Elena algo así.
N: Pues sí lo haría.
M: Vaya, jajajaja.
J: ¿Qué dices?
N: Para que veas las ganas que te tengo, estoy dispuesta a hacer eso con tal de...
J: Madre mía...
N: Es que pienso en lo que pasó anoche, pero haciéndomelo a mí y uff...
M: Sí, nos pusimos un poco cachondas...
J: ¿Y no le comiste el coño?

María me miró con los ojos muy abiertos en plan qué coño decía y Noelia pegó un pequeño respingo y miró a María, quien puso la cara normal al notar como giraba su cabeza para mirarla. Pasaron unos segundos, recibiendo yo un mensaje de Elena, diciéndome que ya se habían ido y que habían ido a dar una vuelta, que no hacía falta que las distrajera más. Como no hablaban, seguí yo.

J: Como os venís muy arriba, pues lo mismo os va eso...
N: No te flipes tampoco.
M: Eso.
J: Joder, veis eso raro y lo de que le proponga el trío a Elena con su hermana no...
N: ¿Te pondría vernos así?
J: No es eso.
N: ¿Quieres que te grabemos un video haciendo eso y te lo mandemos? (dijo acercándose con voz melosa).
M: ¿Sí, Javi?
J: Sois idiotas (dije levantándome para irme mientras ellas reían).

En cuanto salí le pregunté a Elena donde estaban, para saludar a su padre de paso. Lo que más quería era irme de allí y perder de vista a las dos, pero su padre también me caía bien y aproveché para ver como estaba, ya que desde el día que lo conocí no lo volví a ver. Me mandó ubicación y me pasé por donde estaban. Cuando llegué, me dio un fuerte apretón de manos y Elena se abrazaba a mi brazo. Estuvimos un rato hablando, hasta que al cabo de un rato se despidió, porque se tenía que ir, ya que vivía en otra ciudad y tenía que trabajar. En cuanto se fue, Elena me abrazó para darme un beso, notándome raro.

-Javi, ¿qué te pasa? Te noto muy rígido...
-Nada...
-Venga, ¿qué han hecho?
-Pues picar con lo de anoche.
-¿En serio?
-Sí, bueno... Ya está.
-Joder con las niñas...
-Da igual.

Dimos un paseo, diciéndome después de ir a su casa para trabajar un poco. Cuando llegamos fuimos al salón, donde estaban Noelia y María.

E: ¿Vosotras dos de qué vais?
N: ¿Qué?
E: Que de qué vais. Javi os invita a tomar un café, ¿y así se lo pagáis?
N: Elena, no me toques los ovarios.
E: Me los estás tocando tú a mí.
N: Si no os pusierais a follar a gritos, no le hubiera dicho nada.

Entonces Elena levantó la mano para darle un guantazo, pero la paré.

J: Ya está, déjala, Elena.
E: ¿Qué la deje? ¿Pero tú la estás oyendo?
J: Ya, pero si es así, ¿qué hacemos?
E: Pues enseñarle a respetar.
N: ¿Qué me vas a enseñar tú? Te debería enseñar yo otras cosas a ti, que anoche no se le oía a él gritar, sólo a ti.

Aparté a Elena tirando de su brazo y le di un fuerte guantazo a Noelia, haciendo que sus gafas se cayeran al sofá. Se quedó en shock, llevándose la mano hacia su mejilla roja y con la boca abierta. María dio un grito de sorpresa. A los pocos segundos, Noelia reaccionó, levantándose para darme uno a mí, pero le paré la mano y le cogí de la cara fuertemente con mi mano, apretando sus mejillas.

-Como le vuelvas a faltar al respeto así a tu hermana, te vas a cargar, niñata.

Le solté la cara y sin decir ni hacer nada más, cogió sus gafas, poniéndoselas, para después coger el resto de sus cosas, echándolas a la mochila, mientras María hacia lo mismo y se fueron, dando un fuerte portazo. Yo me senté en el sofá, apoyando mis codos en mis muslos y mirando al suelo mientras Elena se quedaba de pie mirándome con los brazos en jarra.

-Vaya ostia le has dado...
-Lo siento, pero es que no podía más. Se ha colado bastante.
-Si no se la hubieras dado tú, se la hubiera dado yo, no te preocupes.
-Es que no sé qué coño le pasa... (aunque en realidad sí lo sabía).
-No sé. Lo que sí sé es que estás cansado de ella, y me parece normal.
-Si tú supieras por lo que estoy pasando... (pensé). Son muchas cosas ya... Me da la sensación de que cree que se puede reír de nosotros y eso me toca mucho los cojones.
-Sí, es muy lista ella...

Se sentó a mi lado, acariciándome la espalda.

-Oye, eso que ha dicho... ¿Crees que soy floja?
-Elena, ¿qué dices?
-Pues eso...
-¿Eres tonta? Sabes de sobra que me encantas y que no puedo estar mejor contigo en todos los aspectos. No pienses en eso. Es lo que quiere para joder.
-Ya...
-No me jodas, va. ¿Le vas a hacer caso?
-No, no, ya está.
-Anda, ven aquí (dije abrazándola y dándole un beso en la frente).

Nos quedamos un rato abrazados en el sofá, en silencio. Después sacamos nuestras cosas para trabajar un poco, aunque yo no me podía concentrar por lo que acaba de pasar y miraba a Elena, a quien veía tristona, con la cara sobre su mano. Cerré mi portátil y el suyo y la cogí de la mano, y saliendo de allí.
 
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