Keranos
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Capítulo 80
-¿De verdad estás bien?
-Sí, mi amor. No te preocupes.
-Elena...
-Javi, de verdad, no pasa nada. No te vengas abajo, que estaba deseando que llegara este momento... (dijo cogiéndome de la cara).
Me empezó a quitar la camiseta, mientras me besaba con más intensidad en el cuello. Empezaba a sentir escalofríos por la espalda, poniéndose también mi piel de gallina.
-Javi, esta puta quiere que la folles duro...
-Mmm...
-Javi, por favor... Estoy muy cachonda... (dijo moviendo su cuerpo hacia delante y atrás mientras seguía encima de mí).
Me levanté, cogiéndola en brazos para empezar a besarnos con mucha lengua. Después la bajé, poniéndola de rodillas, para que me la empezará a chupar, cogiéndole la cabeza para follarle la boca. Se la metía bastante, aunque no llegaba a metérsela entera. Al poco, la levanté, cogiéndola del cuello con un poco de fuerza.
-¿Así le gusta a esta putita?
Asintió con la cabeza mientras me miraba fijamente a los ojos. Le pasé el pulgar por los labios, metiéndoselo en la boca. Después de que lo chupara durante un rato, le apreté la cara con la mano, diciéndole que abriera la boca y sacara la lengua. Se la miré y le escupí dentro, como Irene hizo con Mario. Elena soltó un gemidito y la llevé contra la pared, haciendo presión con mi cuerpo mientras le besaba. A los pocos segundos le acaricié la raja con mi polla para metérsela de golpe, lanzando ella un gran gemido. La cogí del culo, levantando su cuerpo para que nuestras caras quedaran a la misma altura, para empezar un rápido mete-saca, con altos gemidos de Elena mientras le besaba el cuello con mucha intensidad.
Seguí así durante unos minutos, hasta que la tumbé en la cama boca arriba. Ella me miraba con cara de vicio, mordiéndose el labio. Le empecé a quitar la falda, luego la camiseta y finalmente el sujetador. Ella alargó su mano para quitarse los tacones, pero la paré.
-No, las putas siempre van con tacones.
-Mmm... (gimió con tono de estar muy cachonda).
Puse sus piernas sobre mi pecho, quedando sus pies a la altura de mis hombros y se la empecé a meter de nuevo, a buen ritmo, volviendo ella a gemir intensamente mientras veía como le botaban las tetas, cosa que me puso muy cachondo. Le empecé a besar los tacones y los tobillos mientras la agarraba de sus carnosos mulos, follándola duro. Después la puse a 4, follándola también muy duro, haciendo sonidos de fuerte palmadas mientras ella ya gritaba.
-Así, Javi. Fóllate así de duro a esta puta (dijo casi gritando).
Me puso aún más cachondo como me dijo eso y empecé a embestir con más fuerza aún, empezando a temblar entre altos gemidos. Seguí dándole igual de duro una vez se estaba empezando a correr, provocando que empezara a gritar de nuevo, empezando a chorrear, encorvado su espalda mientras repetía muchas veces mi nombre. Paré cuando veía que le daban muchos espasmos, derrumbándose ella en la cama. Yo seguía con la polla muy dura, por lo que la puse boca arriba, mientras ella seguía en su mundo, quería verla. Estaba preciosa, con sus ojitos apretados y la boca abierta y mejillas encendidas, cogiendo aire con fuerza, por lo que su pecho subía y bajaba rápidamente. Tenía el coño hinchado y brillante por sus flujos. Me encantaba lo que estaba viendo, por lo que me empecé a pajear mientras la veía, esperando que se recuperará. Mientras esperaba y me pajeaba me fijé que había hecho una mancha bastante grande en las sábanas, cosa que me puso bastante. Una vez se recuperó, vi como abría los ojos, mirándome sonriendo, echándome sobre ella para besarla, agarrándose ella a mi cuello.
-¿Lista para seguir?
-Ajam... Pero despacito...
-Sí, ahora te voy a follar con cariño.
-Mmm... (gimió de manera muy dulce).
Se la empecé a meter de nuevo, lentamente, haciendo un movimiento muy suave con las caderas. Le cogí las piernas, pasando mis brazos por debajo de ellas, subiéndolas mientras pegaba mi cuerpo al suyo. Mientras la follaba así, le besaba en los labios y en el cuello.
-En cuanto te empieces a correr quiero que abras la boca. Quiero que te tragues mi leche.
-Ajammm...
-Pídemela.
-Dame tu leche en mi boquita, mi amor (dijo abriendo sus ojos mientras lo decía).
-Así me gusta.
-Mmm...
Seguí así durante unos minutos, hasta que me volvió a hablar.
-Mi amor...
-Dime.
-Vas a hacer que me corra otra vez...
-Mmm... Me encanta.
-Uff...
-¿Quieres que apriete más?
-No, no. Así. Quiero correrme mientras me follas así.
-Vale, mi vida.
Seguí de la misma manera, con varios besos por la cara y por el cuello, hasta que empezó a gemir de manera más aguda.
-Ay, ay, ay... Mi amor... Ah....
Y se empezó a correr, temblándoles bastante las piernas mientras me arañaba la espalda con sus uñas. Notaba como estrujaba mi polla con su coño, por lo que le dije:
-Mi vida, abre la boca.
Elena abrió la boca, sacando su lengua. Salí de ella, soltando sus piernas y me puse sobre ella, poniendo una pierna a cada lado, sin dejar caer mi peso sobre ella para empezar a correrme dentro de su boca, cayéndole todo ahí, abriendo sus ojos al notar como caía. Me miraba a los ojos con toda mi corrida en su boca.
-Trágatelo (le susurre).
Ella empezó a tragar, cerrando los ojos y acariciándome el culo. Una vez lo hizo, fui bajando para quedarme a su altura sobre ella, besándola, notando el sabor de mi corrida. Al notar como la besaba, lanzó un gemidito y me empezó a abrazar, acariciando mi espalda. Me tumbé a su lado acariciándole el vientre mientras ella terminaba de recuperarse.
A los pocos segundos empezó a ronronear.
-Mmm... Javiiiiiii...
-Estabas muy caliente, ¿eh?
-Siiiiii...
-Venga, vamos a la ducha.
-Espera...
-¿Qué pasa?
-Es que...
-¿Quieres más?
-Siiiiii...
-Vaya...
-Es que estaba muy cachonda...
-Ya veo, ya.
Le empecé a tocar el coño de nuevo, dando ella un respingo con un gemidito.
-No (dijo dándose la vuelta mientras sonreía y se mordía el labio).
-¿No?
Empezó a mover el culito de un lado a otro.
-¿Quieres que te folle el culito? (dije riéndome).
-Siiiiii...
-Sí que estás cachonda (dije dándole un cachete en el culo).
-Ummm... (gimió al darle el azote).
Fui bajando por la cama para ponerme a la altura de su culo, empezando a besárselo y a darle mordisquitos. Ella empezaba a ronronear mientras movía su culo de un lado a otro.
-No sabes como me pones cuando mueves así el culito...
-Mmm...
Le abrí ambos cachetes con las manos, empezando a lamer, dando ella un respingo con un gemidito. Paró de moverlo mientras yo daba pequeños lametones, haciendo circuitos con la lengua, mientras ella empezaba a gemir suavemente. Estuve así durante unos minutos para que se fuera preparando, metiendo un dedo para ir dilatándolo. Mientras se lo metía, le daba mordisquitos por los cachetes del culo.
-Uff... Javi, como me pones cuando haces esto...
-¿Te gusta? (dije entre mordiscos).
-Me pones muy perra...
-¿Sí? (dije metiendo otro dedo).
-Siiii... (dijo bajito en forma de gemido). Me vuelve loca como lo haces, con tanto cuidado para no hacerme daño, me da mucho placer.
-Tengo que cuidar a mi niña...
-Siiiii... (volvió a decir en forma de gemido muy suave).
Era increíble lo cachonda que la notaba. Empecé a meterle los dedos más rápidamente, mientras escupía para lubricar. Le pedí el lubricante, alargando ella la mano hasta la mesita, diciéndome que no parara. Me lo dio y esparcí un poco por su culo, recogiéndolo con los dedos para meterlos después, mientras ella gemía, ahora con un poco más de intensidad. Me puse de rodillas y me eché lubricante por toda la polla hasta lubricarla bien.
-La voy a empezar a meter (dije susurrando en su oreja mientras le daba un mordisco en ella).
-Ajammm... (gemía suavemente con tono de aprobación).
Le empecé a acariciar con la polla, ejerciendo presión para empezar a meterla. Cuando entró la punta, ella lanzó un gemido más alto, dando un respingo, relajándose en seguida una vez estaba dentro. Poco a poco fui metiéndola más hasta meter la mitad.
-¿Te gusta?
-Sí, mi amor...
Empecé a meterla y sacarla hasta la mitad con cuidado, muy suavemente para que se fuera acostumbrando. Poco a poco fui aumentando el ritmo, así como la profundidad hasta que la llegué a meter entera, empujando un poco más una vez estaba entera dentro.
-Mmm...
-¿Qué tal?
-Muy bien, la siento entera dentro de mí.
-¿Te duele?
-No, mi culito se ha acostumbrado. Me lo haces muy bien, mi amor.
-¿Te gusta como te follo el culito? (dije mientras empezaba un ligero mete-saca y le daba besos por el cuello y la espalda).
-Pfff... Me encanta. -dijo mientras con sus manos buscaba las mías para que las pusiera por debajo de ella para tocarle las tetas- Así mejor.
Me apoyé sobre mis codos mientras le amasaba las tetas, jugando también con sus pezones y aumentado el ritmo, aumentando también sus gemidos. Estuve así durante unos minutos, hasta que me dijo que le diera más fuerte, empezando ella a gemir alto.
-Para.
-¿Qué pasa?
-Nada, quiero follarte yo ahora.
Salí de ella, y me dijo que me pusiera tumbado boca arriba, se puso encima de mí sentada sobre mis rodillas, mientras cogía el lubricante, echando un poco más en mi polla. Después se movió hacia delante para coger mi polla y empezar a metérsela en el culo, apretando un poco los ojos, dejando caer su cuerpo poco a poco hasta que se la metió entera. Una vez estaba dentro por completo, relajó su peso sobre mí, respirando hondo, mirándome a los ojos con las mejillas muy encendidas. Empezó un ligero movimiento hacia delante y atrás para empezar a follarme. Después subió el ritmo mientras apoyaba sus manos en mi pecho y empezaba a gemir, haciendo que yo también empezara a gemir. Cerré mis ojos mientras me seguía follando, sintiendo entonces un golpe en mi pecho, oyendo un chasquido.
-Pero bueno... jajajaja.
-Jijiji... Hay que usarla, ummm...
-Como te gusta...
-Anda, azótame con ella...
Cogí la fusta y le empecé a dar unos golpecitos con ella en el culo. Ponía cara de placer mientras me seguía follando.
-Un poquito más fuerte...
Le empecé a dar más fuerte, lanzando ella gemidos más altos mientras se echaba lubricante en los dedos para empezar a jugar con su coño, tocándose el clítoris y metiéndose los dedos después. Me puso muy cachondo ver como hacía eso. La veía con mucha soltura esa noche y muy cachonda, por lo que empecé a embestir yo también, haciendo la penetración más rápida por movernos los dos.
-Azótame más fuerte.
Aumenté un poco más la intensidad de los azotes, dándole en ambos lados, sacando ella sus dedos de su coño para hacer rápidos movimientos circulares en su clítoris.
-Así, así, así, así. Ay, Javiiiiiii. Me voy a correr... (decía en forma de gemidos, apretando sus ojos).
Entonces noté como temblaba de forma muy agitada, soltado yo la fusta para agarrarla bien de las caderas, quedándose quieta y empezando a gemir muy alto, casi gritando. Yo seguía moviéndome mientras ella gemía cada vez más, echando su cabeza hacia atrás. Al ver como estaba empecé notar fuertes escalofríos por la espalda, empezado a correrme entre altos gemidos, dando fuertes embestidas, soltando un chorro en cada una de ellas dentro de su culo. Nos quedamos mirándonos una vez acabamos de corrernos, empezando a sonreír. Me incorporé un poco apoyando mi espalda un poco en el cabecero de la cama, ella se bajó de mí, echando su cuerpo hacia atrás para quedar con su cabeza en mi pecho, quedando medio cuerpo suyo apoyado en la cama. Le empecé a acariciar el pelo y la cara mientras ella me daba besitos en el pecho.
-Javi, me encanta como me follas.
-Si me has follado tú...
-Me refiero a como me cuidas, como me tratas (dijo apoyando su barbilla en mi pecho para mirarme mientras hablaba).
-Esto es cosa de dos.
-Mmm... (dijo alargando su mano para acariciarme la cara).
Nos quedamos en silencio, abrazados y dándonos caricias, hasta que de repente me dijo:
-Coge un tanga negro y dámelo.
-¿Para qué?
-Va, hazme caso.
Se lo di y me dijo que me levantara, haciéndole caso, poniéndome yo de pie al lado de la cama.
-Coge mi móvil (dijo mientras se ponía el tanga).
-Vale, ¿qué quieres que haga?
-Quiero que me eches una foto, así como estoy.
-Vale.
-Que se me vea entera, pero la cara no, y tu corrida y la mía también y la fusta (dijo señalando las corridas con el dedo).
-Vale.
-No se me ve nada, ¿no?
-No, el tanga te tapa bien todo.
-Espera, ponme los tacones.
Se los puse y me dijo que le echara unas cuantas fotos. Después se quitó los tacones y se sentó en la cama con las piernas cruzadas.
-¿Para qué son?
-Le voy a enviar una a Irene.
-¿De verdad estás bien?
-Sí, mi amor. No te preocupes.
-Elena...
-Javi, de verdad, no pasa nada. No te vengas abajo, que estaba deseando que llegara este momento... (dijo cogiéndome de la cara).
Me empezó a quitar la camiseta, mientras me besaba con más intensidad en el cuello. Empezaba a sentir escalofríos por la espalda, poniéndose también mi piel de gallina.
-Javi, esta puta quiere que la folles duro...
-Mmm...
-Javi, por favor... Estoy muy cachonda... (dijo moviendo su cuerpo hacia delante y atrás mientras seguía encima de mí).
Me levanté, cogiéndola en brazos para empezar a besarnos con mucha lengua. Después la bajé, poniéndola de rodillas, para que me la empezará a chupar, cogiéndole la cabeza para follarle la boca. Se la metía bastante, aunque no llegaba a metérsela entera. Al poco, la levanté, cogiéndola del cuello con un poco de fuerza.
-¿Así le gusta a esta putita?
Asintió con la cabeza mientras me miraba fijamente a los ojos. Le pasé el pulgar por los labios, metiéndoselo en la boca. Después de que lo chupara durante un rato, le apreté la cara con la mano, diciéndole que abriera la boca y sacara la lengua. Se la miré y le escupí dentro, como Irene hizo con Mario. Elena soltó un gemidito y la llevé contra la pared, haciendo presión con mi cuerpo mientras le besaba. A los pocos segundos le acaricié la raja con mi polla para metérsela de golpe, lanzando ella un gran gemido. La cogí del culo, levantando su cuerpo para que nuestras caras quedaran a la misma altura, para empezar un rápido mete-saca, con altos gemidos de Elena mientras le besaba el cuello con mucha intensidad.
Seguí así durante unos minutos, hasta que la tumbé en la cama boca arriba. Ella me miraba con cara de vicio, mordiéndose el labio. Le empecé a quitar la falda, luego la camiseta y finalmente el sujetador. Ella alargó su mano para quitarse los tacones, pero la paré.
-No, las putas siempre van con tacones.
-Mmm... (gimió con tono de estar muy cachonda).
Puse sus piernas sobre mi pecho, quedando sus pies a la altura de mis hombros y se la empecé a meter de nuevo, a buen ritmo, volviendo ella a gemir intensamente mientras veía como le botaban las tetas, cosa que me puso muy cachondo. Le empecé a besar los tacones y los tobillos mientras la agarraba de sus carnosos mulos, follándola duro. Después la puse a 4, follándola también muy duro, haciendo sonidos de fuerte palmadas mientras ella ya gritaba.
-Así, Javi. Fóllate así de duro a esta puta (dijo casi gritando).
Me puso aún más cachondo como me dijo eso y empecé a embestir con más fuerza aún, empezando a temblar entre altos gemidos. Seguí dándole igual de duro una vez se estaba empezando a correr, provocando que empezara a gritar de nuevo, empezando a chorrear, encorvado su espalda mientras repetía muchas veces mi nombre. Paré cuando veía que le daban muchos espasmos, derrumbándose ella en la cama. Yo seguía con la polla muy dura, por lo que la puse boca arriba, mientras ella seguía en su mundo, quería verla. Estaba preciosa, con sus ojitos apretados y la boca abierta y mejillas encendidas, cogiendo aire con fuerza, por lo que su pecho subía y bajaba rápidamente. Tenía el coño hinchado y brillante por sus flujos. Me encantaba lo que estaba viendo, por lo que me empecé a pajear mientras la veía, esperando que se recuperará. Mientras esperaba y me pajeaba me fijé que había hecho una mancha bastante grande en las sábanas, cosa que me puso bastante. Una vez se recuperó, vi como abría los ojos, mirándome sonriendo, echándome sobre ella para besarla, agarrándose ella a mi cuello.
-¿Lista para seguir?
-Ajam... Pero despacito...
-Sí, ahora te voy a follar con cariño.
-Mmm... (gimió de manera muy dulce).
Se la empecé a meter de nuevo, lentamente, haciendo un movimiento muy suave con las caderas. Le cogí las piernas, pasando mis brazos por debajo de ellas, subiéndolas mientras pegaba mi cuerpo al suyo. Mientras la follaba así, le besaba en los labios y en el cuello.
-En cuanto te empieces a correr quiero que abras la boca. Quiero que te tragues mi leche.
-Ajammm...
-Pídemela.
-Dame tu leche en mi boquita, mi amor (dijo abriendo sus ojos mientras lo decía).
-Así me gusta.
-Mmm...
Seguí así durante unos minutos, hasta que me volvió a hablar.
-Mi amor...
-Dime.
-Vas a hacer que me corra otra vez...
-Mmm... Me encanta.
-Uff...
-¿Quieres que apriete más?
-No, no. Así. Quiero correrme mientras me follas así.
-Vale, mi vida.
Seguí de la misma manera, con varios besos por la cara y por el cuello, hasta que empezó a gemir de manera más aguda.
-Ay, ay, ay... Mi amor... Ah....
Y se empezó a correr, temblándoles bastante las piernas mientras me arañaba la espalda con sus uñas. Notaba como estrujaba mi polla con su coño, por lo que le dije:
-Mi vida, abre la boca.
Elena abrió la boca, sacando su lengua. Salí de ella, soltando sus piernas y me puse sobre ella, poniendo una pierna a cada lado, sin dejar caer mi peso sobre ella para empezar a correrme dentro de su boca, cayéndole todo ahí, abriendo sus ojos al notar como caía. Me miraba a los ojos con toda mi corrida en su boca.
-Trágatelo (le susurre).
Ella empezó a tragar, cerrando los ojos y acariciándome el culo. Una vez lo hizo, fui bajando para quedarme a su altura sobre ella, besándola, notando el sabor de mi corrida. Al notar como la besaba, lanzó un gemidito y me empezó a abrazar, acariciando mi espalda. Me tumbé a su lado acariciándole el vientre mientras ella terminaba de recuperarse.
A los pocos segundos empezó a ronronear.
-Mmm... Javiiiiiii...
-Estabas muy caliente, ¿eh?
-Siiiiii...
-Venga, vamos a la ducha.
-Espera...
-¿Qué pasa?
-Es que...
-¿Quieres más?
-Siiiiii...
-Vaya...
-Es que estaba muy cachonda...
-Ya veo, ya.
Le empecé a tocar el coño de nuevo, dando ella un respingo con un gemidito.
-No (dijo dándose la vuelta mientras sonreía y se mordía el labio).
-¿No?
Empezó a mover el culito de un lado a otro.
-¿Quieres que te folle el culito? (dije riéndome).
-Siiiiii...
-Sí que estás cachonda (dije dándole un cachete en el culo).
-Ummm... (gimió al darle el azote).
Fui bajando por la cama para ponerme a la altura de su culo, empezando a besárselo y a darle mordisquitos. Ella empezaba a ronronear mientras movía su culo de un lado a otro.
-No sabes como me pones cuando mueves así el culito...
-Mmm...
Le abrí ambos cachetes con las manos, empezando a lamer, dando ella un respingo con un gemidito. Paró de moverlo mientras yo daba pequeños lametones, haciendo circuitos con la lengua, mientras ella empezaba a gemir suavemente. Estuve así durante unos minutos para que se fuera preparando, metiendo un dedo para ir dilatándolo. Mientras se lo metía, le daba mordisquitos por los cachetes del culo.
-Uff... Javi, como me pones cuando haces esto...
-¿Te gusta? (dije entre mordiscos).
-Me pones muy perra...
-¿Sí? (dije metiendo otro dedo).
-Siiii... (dijo bajito en forma de gemido). Me vuelve loca como lo haces, con tanto cuidado para no hacerme daño, me da mucho placer.
-Tengo que cuidar a mi niña...
-Siiiii... (volvió a decir en forma de gemido muy suave).
Era increíble lo cachonda que la notaba. Empecé a meterle los dedos más rápidamente, mientras escupía para lubricar. Le pedí el lubricante, alargando ella la mano hasta la mesita, diciéndome que no parara. Me lo dio y esparcí un poco por su culo, recogiéndolo con los dedos para meterlos después, mientras ella gemía, ahora con un poco más de intensidad. Me puse de rodillas y me eché lubricante por toda la polla hasta lubricarla bien.
-La voy a empezar a meter (dije susurrando en su oreja mientras le daba un mordisco en ella).
-Ajammm... (gemía suavemente con tono de aprobación).
Le empecé a acariciar con la polla, ejerciendo presión para empezar a meterla. Cuando entró la punta, ella lanzó un gemido más alto, dando un respingo, relajándose en seguida una vez estaba dentro. Poco a poco fui metiéndola más hasta meter la mitad.
-¿Te gusta?
-Sí, mi amor...
Empecé a meterla y sacarla hasta la mitad con cuidado, muy suavemente para que se fuera acostumbrando. Poco a poco fui aumentando el ritmo, así como la profundidad hasta que la llegué a meter entera, empujando un poco más una vez estaba entera dentro.
-Mmm...
-¿Qué tal?
-Muy bien, la siento entera dentro de mí.
-¿Te duele?
-No, mi culito se ha acostumbrado. Me lo haces muy bien, mi amor.
-¿Te gusta como te follo el culito? (dije mientras empezaba un ligero mete-saca y le daba besos por el cuello y la espalda).
-Pfff... Me encanta. -dijo mientras con sus manos buscaba las mías para que las pusiera por debajo de ella para tocarle las tetas- Así mejor.
Me apoyé sobre mis codos mientras le amasaba las tetas, jugando también con sus pezones y aumentado el ritmo, aumentando también sus gemidos. Estuve así durante unos minutos, hasta que me dijo que le diera más fuerte, empezando ella a gemir alto.
-Para.
-¿Qué pasa?
-Nada, quiero follarte yo ahora.
Salí de ella, y me dijo que me pusiera tumbado boca arriba, se puso encima de mí sentada sobre mis rodillas, mientras cogía el lubricante, echando un poco más en mi polla. Después se movió hacia delante para coger mi polla y empezar a metérsela en el culo, apretando un poco los ojos, dejando caer su cuerpo poco a poco hasta que se la metió entera. Una vez estaba dentro por completo, relajó su peso sobre mí, respirando hondo, mirándome a los ojos con las mejillas muy encendidas. Empezó un ligero movimiento hacia delante y atrás para empezar a follarme. Después subió el ritmo mientras apoyaba sus manos en mi pecho y empezaba a gemir, haciendo que yo también empezara a gemir. Cerré mis ojos mientras me seguía follando, sintiendo entonces un golpe en mi pecho, oyendo un chasquido.
-Pero bueno... jajajaja.
-Jijiji... Hay que usarla, ummm...
-Como te gusta...
-Anda, azótame con ella...
Cogí la fusta y le empecé a dar unos golpecitos con ella en el culo. Ponía cara de placer mientras me seguía follando.
-Un poquito más fuerte...
Le empecé a dar más fuerte, lanzando ella gemidos más altos mientras se echaba lubricante en los dedos para empezar a jugar con su coño, tocándose el clítoris y metiéndose los dedos después. Me puso muy cachondo ver como hacía eso. La veía con mucha soltura esa noche y muy cachonda, por lo que empecé a embestir yo también, haciendo la penetración más rápida por movernos los dos.
-Azótame más fuerte.
Aumenté un poco más la intensidad de los azotes, dándole en ambos lados, sacando ella sus dedos de su coño para hacer rápidos movimientos circulares en su clítoris.
-Así, así, así, así. Ay, Javiiiiiii. Me voy a correr... (decía en forma de gemidos, apretando sus ojos).
Entonces noté como temblaba de forma muy agitada, soltado yo la fusta para agarrarla bien de las caderas, quedándose quieta y empezando a gemir muy alto, casi gritando. Yo seguía moviéndome mientras ella gemía cada vez más, echando su cabeza hacia atrás. Al ver como estaba empecé notar fuertes escalofríos por la espalda, empezado a correrme entre altos gemidos, dando fuertes embestidas, soltando un chorro en cada una de ellas dentro de su culo. Nos quedamos mirándonos una vez acabamos de corrernos, empezando a sonreír. Me incorporé un poco apoyando mi espalda un poco en el cabecero de la cama, ella se bajó de mí, echando su cuerpo hacia atrás para quedar con su cabeza en mi pecho, quedando medio cuerpo suyo apoyado en la cama. Le empecé a acariciar el pelo y la cara mientras ella me daba besitos en el pecho.
-Javi, me encanta como me follas.
-Si me has follado tú...
-Me refiero a como me cuidas, como me tratas (dijo apoyando su barbilla en mi pecho para mirarme mientras hablaba).
-Esto es cosa de dos.
-Mmm... (dijo alargando su mano para acariciarme la cara).
Nos quedamos en silencio, abrazados y dándonos caricias, hasta que de repente me dijo:
-Coge un tanga negro y dámelo.
-¿Para qué?
-Va, hazme caso.
Se lo di y me dijo que me levantara, haciéndole caso, poniéndome yo de pie al lado de la cama.
-Coge mi móvil (dijo mientras se ponía el tanga).
-Vale, ¿qué quieres que haga?
-Quiero que me eches una foto, así como estoy.
-Vale.
-Que se me vea entera, pero la cara no, y tu corrida y la mía también y la fusta (dijo señalando las corridas con el dedo).
-Vale.
-No se me ve nada, ¿no?
-No, el tanga te tapa bien todo.
-Espera, ponme los tacones.
Se los puse y me dijo que le echara unas cuantas fotos. Después se quitó los tacones y se sentó en la cama con las piernas cruzadas.
-¿Para qué son?
-Le voy a enviar una a Irene.