Reencuentro con Elena

Capítulo 610

-¿Estás bien? -le pregunté al verla así.
-¡Ay! ¡Qué susto!
-Joder, ¿no me has oído venir?
-Pues no. Estaba en mi mundo, pensando.
-Ah... ¿Y qué pensabas? Si se puede saber, claro. Porque vaya cara tienes... Jajajaja.
-Anoche me pasé bastante bebiendo. Que suelo hacerlo cuando salgo con mis amigas casi todos los fines de semana, pero ayer me colé bastante.
-No estuvisteis mucho rato más tampoco, ¿no?
-No me acuerdo mucho...
-¿Y qué tal la noche? ¿Quieres un café?
-Sí, por favor. El agua fría no me termina de espabilar.
-Vale, jajaja.
-Anoche... La cosa fue bien. ¿Por qué lo preguntas?
-No, por nada en especial... Sé que mis amigos tienen mucha marcha. Y que tú eres muy extrovertida.
-¿Te han contado algo?
-No. No lo han hecho. Pero anoche oí como se lo pasaban bien y...
-¿Y...?
-Pues que oía varios gemidos diferentes. Y juraría que alguno tuyo oí.
-Te lo estás imaginando.
-Daniela -dije dándome la vuelta para mirarla-, que nos hemos acostado varias veces. Sé cómo suenas en el tema.
-Ay... -decía tapándose la cara.
-Pero que no pasa nada. ¿Por qué te pones así? Jajajajaja.
-Porque fue un poco desfase.
-¿Sí? ¿Y eso?
-Porque... -dijo mirando a la puerta por si aparecía alguien- Pasaron varias cosas.
-¿Me quieres contar, o...?
-Cuando Valentina y tú os fuisteis nos pusimos a bailar y bueno... Algún roce y tal...
-Jajajaja.
-No te rías... -dijo algo enfurruñada y dándome un manotazo.
-Si es que me hace gracia que te pongas así con lo abierta que tú eres.
-Es que... Digamos que todos se pusieron más cariñosos. Que si empezaban a dejar caer sus brazos por los hombros, que si algún bailecito bien pegados, algún beso en el cuello...
-¿Pero solo contigo?
-No, entre todos.
-¿Y tú no participabas así?
-Sí. Me dejé llevar.
-Bien entonces, ¿no?
-Sí, pero luego...
-¿Qué pasó luego?
-Pues que se desnudaron para bañarse así. En plan locura, ¿sabes?
-Jajajaja. Sí, de ellos me lo creo.
-Y me animaron a hacerlo yo también.
-¿Y lo hiciste?
-Pues sí.
-Estaríais todos encantados entonces.
-Fue divertido.
-¿Y te llamó algo la atención?
-Pero hombre...
-Es que está interesante la cosa. ¿Me vas a dejar así?
-Pues me fijé en todo, claro. Hay que ver lo diferentes que somos las tres, ¿eh?
-Bueno, pero eso no significa que no estéis todas muy bien.
-¿Qué vas a decir tú? Jajajaja.
-Ya ves.
-Me contaron que te has acostado con ellas.
-Sí. Así es.
-Entonces no tengo que darte detalles, ¿no?
-No, no hace falta.
-Aunque sí que me llamó bastante la atención cómo lo tiene Irene. Si eso no se lleva...
-Pues a ella le gusta.
-Y tú encantado, ¿no? Bueno, ya no, que estás con Valentina.
-En su día supe apreciarlo. Pero no me quejo para nada, ¿eh? Que ahora mismo estoy mejor de lo que quiero.
-Me alegra oír eso.
-¿Y solo te fijaste en eso?
-¿Tú qué crees?
-¿Te gusta Mario?
-Está muy bien.
-¿Solo eso?
-Joder, ¿qué quieres que te diga? Jajajaja.
-Nada, si ya sé lo que piensas. ¿Pasó algo más interesante después?
-Puede... -decía haciéndose la interesante.
-Mmm, bueno, parece que no me quieres contar...
-Es que me da un poco de corte. Y no quiero que nos pillen.
-Todo el mundo está durmiendo. No se oye nada.
-Pues hubo tonteo. Mucho. Yo no tenía ni idea de que Irene y Mario tenían una relación abierta. Pero me di cuenta de pronto cuando Sofía se le acercó y le comió la boca.
-¿Te sorprendió?
-Lo que me sorprendió de verdad fue la cara que puso Irene. Estaba muy cachonda.
-Ya. Ella es así, jajaja.
-Y luego me miraron para ver si me quería unir.
-Y lo hiciste -afirmé.
-Ajam. Pero no solo con él. Algún beso tonto cayó con las chicas también. Estaba muy borracha.
-No tanto si te acuerdas tan bien.
-Ya...
-¿Y te gustó?
-Fue algo nuevo. Pero me excité bastante al notar a Mario...
-¿Empalmado?
-Pues sí. La cosa se calentó demasiado.
-Jajajajaja.
-Cuando salimos del agua la tenía tiesa. No podía quitar la vista de ahí. Qué vergüenza... -decía tapándose la cara con las manos.
-Es lo normal.
-Imagino. Luego nos secamos y Mario fue al coche corriendo.
-¿Cogió el coche con lo que bebió?
-No, no. Fue a por algo.
-¿A por qué?
-A por condones -dijo bajito.
-Bueno, eso está bien, ¿no?
-Sí. Me contaron que ellos no solían usarlos, pero como la cosa se estaba animando conmigo, pues...
-Bueno, entonces supongo que llevo razón en eso de que oí gemidos tuyos.
-Pues sí, vale. Llevas razón.
-Hay algo que no me cuadra.
-¿El qué?
-Tiene pinta de que lo pasasteis muy bien por lo que me cuentas y por lo que oí yo, pero te veo una cara que...
-Es que no sé cómo tomarme esto de que haya hecho cosas con chicas.
-Ah, es eso.
-De siempre me han gustado los chicos. Y sigo pensando igual. Pero anoche me dejé llevar.
-¿Cuál es el problema?
-No sé. Ninguno. Pero me da qué pensar que no terminen de gustarme las chicas y acabe así.
-Yo creo que fue por la curiosidad. Ya sabemos que tenías curiosidad por experimentar.
-Bueno...
-Pero ya está, ya lo has hecho. Si no te gusta no tienes por qué hacerlo más. ¿O sí te gustó?
-Sin más. No fue algo que me echara para atrás, pero tampoco era algo que buscara. No participé mucho, no te vayas a pensar. Aunque no te voy a dar tanto detalle.
-No hace falta.
-Yo la verdad es que solo me fijaba en Mario. Me pone bastante y tenía ganas de hacer de todo con él. Pero las chicas estaban ahí y pues ya que estábamos...
-Fue una experiencia nueva. No hace falta que te comas la cabeza.
-No, si tampoco lo hago mucho. Pero me llama la atención por cómo me dejé llevar. Solo es eso.

Dejamos ahí la conversación, aunque la seguimos por otra parte al hablar de otras cosas. Ella me decía que le encantaba el sitio en el que estábamos y que era como para quedarse ahí a vivir y no salir nunca, porque lo tenía todo para estar tranquilo y pasarlo bien a la vez. Me contó que le encantaba ir la piscina y que esa era increíble. Se imaginaba ahí todo el verano tomando el sol y bañándose, porque le encantaba el verano. Parecía espabilarse y más cuando preparamos algo para desayunar, porque yo también estaba hambriento, pero justo cuando lo hacíamos se presentó Valentina por la cocina, guapa y radiante, saludando de manera muy alegre para preguntarnos qué hacíamos y sumándose a preparar algo para desayunar, haciéndolo los tres en la cocina, aunque Daniela subió rápidamente para ponerse una ropa más presentable y lavarse bien la cara, aprovechando Valentina para hablar conmigo.
 
Capítulo 611

-Te gusta mucho el morbo a ti preguntándole a Daniela lo que pasó anoche -dijo abrazándome desde atrás, aunque con un tono algo serio.

Se me cambió la cara bastante cuando me dijo eso. Entre lo que dijo y cómo lo dijo parecía que me había metido en problemas. Al parecer se había levantado más pronto de lo que pensé cuando la vi aparecer por la cocina. Tenía pinta de que se había quedado escuchando toda la conversación por cómo reaccionó al decirme eso.

-¿Me la he cargado? -pregunté sin darme la vuelta siquiera.
-No -dijo a los pocos segundos, aunque seguía seria.
-¿Cuál es el problema entonces? -dije ahora sí, dándome la vuelta.
-Pues que son cosas muy íntimas como para preguntar tanto. A mí no me gusta que me pregunten esas cosas.
-Tenía pinta de que necesitaba hablar, por eso he indagado un poco.
-Ya...
-No sé por qué te pones así.
-No estoy enfadada.
-Pues parece que un poco, sí.
-No, pero es que...
-¿Qué pasa?
-¿No sería mejor que esa charla la tuviera con otra chica?
-¿Por?
-Porque... Mmm...
-A ver... -dije esperando por dónde podía salir.
-Porque los hombres sois unos salidos.
-Sabía que ibas a decir eso.
-¿Y no llevo razón? Porque tú lo estás, y mucho. Que ya nos conocemos -decía arrimándose a mí para pegar bien nuestros cuerpos.
-Pero no todos tenemos por qué ser así -dije riéndome por lo que estaba haciendo.
-Es verdad, vale. Pero tú no eres el mejor ejemplo y estaba hablando contigo.
-No tenía muchas más opciones.
-Creo que lo debería haber hablado conmigo, porque seguro que se siente incómoda con las chicas y Mario también está un poco alterado, como tú.
-¿Alterado?
-¿No te has dado cuenta? Pero vamos, es lo más normal pasando el fin de semana con cuatro chicas.
-Entonces en él es normal, pero en mí...
-Noooooo. También lo es. Aunque hay que corregir eso.
-¿Corregir? ¿El qué?
-Pues que no seas tan... Daniela necesitaba a un amigo para hablar, no a un salido.
-Joder, ¿tan mal lo he hecho?
-No. Si lo has hecho bien, pero algún comentario ha sobrado.
-Am... ¿Y dices que tú tendrías que haber sido la que tendría que haber hablado con ella? Con el corte que te dan estos temas y lo poco que te gusta hablar de ellos.
-No me importa si necesita ayuda.
-Bueno, pues ahora habláis. Lo mismo contigo se abre más y seguro que tú la ayudas bien.
-Si lo necesita, por supuesto. Pero que no estoy enfadada ni nada, ¿vale? -dijo sonriendo y dándome un pequeño beso en los labios.

Al poco apareció Daniela por la puerta, ya vestida normalmente, con la cara despejada y peinada para poder desayunar los tres juntos. En dicho momento no tocamos nada del tema por obvias razones, tratando Valentina de mantener una conversación distendida y alejada del tema que tenía pinta de querer hablar con ella. Yo estuve más a mi bola, aunque respondía a todo cuando me pedían opinión o me miraban. Y no tardamos mucho en irnos a la piscina para estar allí gran parte de la mañana. Fue un momento que creí perfecto para que ambas pudieran hablar largo y tendido. En realidad, no tenía ni idea de si Daniela lo querría hacer, pero estaba muy claro que Valentina sí. Por eso me marché al agua para estar allí y dejarlas a solas, aunque el resto no tardó en aparecer. Al ver que venían, salí rápidamente de la piscina para ver cómo estaban, trayendo todos una cara de resaca bastante notable. Les pedí que dejarán solas a las chicas para que pudieran hablar, llegando ellos a preocuparse, pero yo los tranquilicé.

En 2 minutos estaban conmigo en el agua los tres, dejándolas a las dos en las hamacas para que pudieran seguir hablando. Ya allí conmigo, me preguntaron qué ocurría y les conté lo que le pasaba a Daniela, pero sin dar muchos detalles tampoco. No les sorprendía nada lo que les contaba, porque me contaron que sí que la veían cortada, pero que también la veían con ganas de jugar y pasarlo bien, por eso fueron hasta el final. Y como ya lo hizo Daniela más o menos, mis amigos me contaron que como mejor lo pasó fue con Mario. Él decía que era una chica muy divertida y que lo había pasado muy bien la noche anterior, pero que la cosa se puso mejor una vez las chicas se animaron a jugar con ella. Sofía me preguntaba medio en broma si no me daba envida Mario al haber estado con tres chicas a la vez en la cama. Era algo muy destacable, pero cuando les recordé cómo había estado, eran ellos los que sentían esa envidia.

La que estaba muy callada era Irene, aunque reía con lo que decíamos, pero no decía gran cosa. Y era obvio porqué estaba así. Parecía tener miedo de llamar mi atención y que así le cayera otra bronca, pero no se libró de que le cayera igualmente. Me quedé mirándola y ella se dio cuenta, empezando a evitarme, pero le llamé la atención y le recordé lo pasado hacía unas cuantas horas. Tanto Mario como Sofía no sabían que pasaba, por lo que tuve que narrar lo que me encontré al salir de la habitación. Los cabrones se partían de risa, llegando a las carcajadas, cosa que seguro que oyeron Valentina y Daniela. Aunque también parecían flipar un poco. Irene se encogía de hombros como si fuera una niña pequeña, pero no se iba a librar tan fácilmente. Le volví a echar la reprimenda pese a que ella decía lo mismo que la noche anterior, pero tenía que entender que no podía hacer eso.

Le volví a repetir que por mí me daba igual, porque a esas alturas ya había visto todo de mí, pero no me parecía bien por Valentina, porque a ella le incomodaba mucho todo eso. Si en un hipotético caso, mi novia permitiera que la viera, yo no tendría ningún problema, pero sabía de sobra que eso no iba a pasar. Ella me repetía también que tenía que entenderla, achacándome que ya me conocía de sobra y que sabía por dónde podía salir. Mis amigos me ayudaron a hacerle entender que lo que había hecho no había estado bien, aunque ella seguía diciendo que se moría de ganas por verla bien y en plena acción. Pese a estar de mi parte, no faltaron los típicos comentarios y preguntas. Irene no se cortó nada empezando a describir los sonidos que escuchó en aquel momento que estuvo allí al otro lado de la pared mientras se tocaba. Y también narró el momento en el que le vio las tetas a Valentina por accidente, llegando a decir entre risas que se estaba poniendo cachonda.

Ellos me medio picaban, riéndose y preguntándome si estaba celoso por lo que Irene comentaba y por haberla visto así. Les tuve que recordar que yo no lo era, pero sí que les advertí que si seguían con esos juegos tal vez no los invitaríamos más para que vinieran a pasar un fin de semana con nosotros a ese lugar. No se lo tomaron a mal pese a que lo dije en serio, llegando a entender que yo llevaba razón y que no podían hacer esas cosas. Todos lo tenían claro, aunque veía a Irene con una media sonrisa que no me gustaba, pero ella asentía cuando yo ladeaba mi cabeza para hacerle un gesto para que no se la jugara más. Tras un buen rato en el que estuvimos nadando, charlando o jugando con una pelota, Daniela vino a la piscina para bañarse, aprovechando yo para irme con Valentina al estar sola, estando ella como el día anterior al tener un libro en sus manos y estar muy pendiente de él.

-¿No te bañas?
-No me apetece. Creo que hoy no voy a meterme en la piscina.
-¿Y eso?
-No soy mucho de piscina.
-Joder, pues cualquiera diría con esta que tienes.
-Ya ves.
-¿Cómo ha ido la conversación?
-Muy bien. Lo hemos hablado todo.
-Me alegro. ¿Y qué habéis sacado en claro?
-Ya sabes lo que piensa.
-Pero algo más te habrá contado.
-Nada relevante. Me ha contado lo que siente y lo que piensa. Pero hemos llegado a la misma conclusión a la que has llegado tú. Solo era curiosidad.
-¿Y ya está? ¿Nada más?
-¿Cómo qué?
-Algún detalle o algo.
-Ay -dijo con pesadez y empujándome con un pie-. Para de ser tan...
-Que no iba por ahí la cosa -dije agarrando su pie con la mano.
-¿Entonces?
-Me refería a si le había pasado antes o algo así.
-No me ha dicho nada de eso.
-Te tienes que relajar un poco... -dije besando su pie.
-No, Javi. Aquí no. Ya sabes que no me gusta -dijo apartando su pie de mí de manera brusca e incorporándose.
-No estaba haciendo nada...

Me senté a su lado en otra hamaca y al rato nos acompañaron nuestros amigos para estar de charla un buen rato. De nuevo, yo me quedé más distante de la conversación al estar mirando cosas en el móvil y pensativo, yendo después a darme un baño para refrescarme, aunque salí para preguntarles si les apetecía pollo asado para comer. A todos les pareció bien, por lo que me fui hasta la casa para secarme bien y montarme luego en el coche para ir a comprarlos. Valentina me alcanzó en la casa diciéndome que me acompañaba, aunque le dije que no hacía falta, pero no quería hacerme cargar con todo. Así que se vino conmigo en el coche. No hablamos mucho durante el trayecto y aún era reticente a que nos vieran juntos, por eso se quedó en el coche y no se bajó conmigo cuando fui a recogerlos. Volvimos de la misma manera y regresamos, dejándolo todo en la cocina para irnos de nuevo a la piscina, porque aún era temprano para comer, porque aprovechamos para ir temprano, porque si no, luego habría más pedidos y tendríamos que esperar mucho más.

Nos tomamos una cerveza allí todos juntos, aunque yo tenía calor y me fui a la piscina, tomándomela allí tranquilamente solo, aunque Valentina se me acercó para sentarse en el borde con la suya y meter las piernas en el agua para hacerme compañía. Estuvimos en silencio, aun así, estando yo apoyado en el bordillo, primero de espaldas y luego de frente. Ahora fue ella la que me buscó tratando encontrar contacto al acariciarme con un pie o directamente al abrazarme con sus piernas un poco. Ya no parecía importarle que nos vieran así, cosa que distaba mucho de cómo se puso cuando tan solo le besé un pie. Yo me acabé el botellín más rápido que ella y lo dejé en el bordillo de la piscina, sumándose los demás a nosotros al ir tirándose, pero yo me salí, diciéndole a Valentina de ir a la casa para ir preparando todo para comer, pensando yo en poner la mesa, ir preparando las raciones y demás después de darme una ducha.
 
Al final la relación de Valentina y javi terminara mal por culpa de sus amigo que no saben que es la educación. Si te invitan a pasar un fin de semana y conociendo a Valentina deberían de comportarse por respeto a la anfitriona. Irene es una egoístas y le importa una mierda la relación de javi utilizó a Elena mientras pudo y ya no se preocupó más por buscarla y según ella la quiere mucho y la echa de menos. Será hipócrita
 
Al final la relación de Valentina y javi terminara mal por culpa de sus amigo que no saben que es la educación. Si te invitan a pasar un fin de semana y conociendo a Valentina deberían de comportarse por respeto a la anfitriona. Irene es una egoístas y le importa una mierda la relación de javi utilizó a Elena mientras pudo y ya no se preocupó más por buscarla y según ella la quiere mucho y la echa de menos. Será hipócrita
No sé si terminará mal, pero coincido totalmente sobre lo de Irene, todos tenemos un poquito de hipocresía quizás, pero a ella le rebalsa.
 
Valentina está celosa porque Daniela se ha sincerado mas con Javi que con ella. Con él se puede abrir más y mejor por el hecho de haber sido amantes, conocerse sexualmente y haber fantaseado con chicas cuando estaban juntos. Con ella es normal que se corte al saber lo cerrada que es Valentina con las relaciones interpersonales.
 
Al final la relación de Valentina y javi terminara mal por culpa de sus amigo que no saben que es la educación. Si te invitan a pasar un fin de semana y conociendo a Valentina deberían de comportarse por respeto a la anfitriona. Irene es una egoístas y le importa una mierda la relación de javi utilizó a Elena mientras pudo y ya no se preocupó más por buscarla y según ella la quiere mucho y la echa de menos. Será hipócrita
Muy interesante punto de vista.
 
Daniela no ha preferido a nadie para contar lo acontecido, ni a uno un poco más ni a otra un poco menos.

Fue circunstancial, Javier la encontró por casualidad en la cocina, y detalle alguno le habría dado, si él no le insistiese tanto. Fue muy persistente.

Sin ser tan graves situaciones, pasan a ser peldaños de una escala en franco ascenso, que más altos unos que otros, el avance es constante, avance que consiste en conocer y compenetrarse cada vez más con tu pareja.

Evito comparar lo que viven, con su anterior relación con Elena, considero que no es justo comparar mujeres tan diferentes.

Siempre me ha parecido curiosa, por decir lo menos, la amistad que ha mantenido con Irene, Mario y luego Sofía, me parece difícil de solventar si quitamos el sexo entre ellos.:rolleyes:
 
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Capítulo 612

-¿Te pasa algo? -me preguntó mientras preparábamos todo al verme más callado de la cuenta- Ya te he dicho que no me he enfadado por lo de antes. ¿O es por lo que ha pasado en las hamacas?
-No, no es por nada de eso.
-¿Entonces?
-Esta mañana me ha llamado mi madre.
-¿Ha pasado algo? ¿Está todo bien?
-Si, sí. Todo está bien.
-¿Entonces?
-Me ha dicho que tiene muchas ganas de conocerte. Eso es todo.
-Ah... ¿Y qué le has dicho?
-Pues lo que tú dices siempre. Que necesitas tus tiempos.
-¿Y cómo se lo ha tomado?
-Bien, pero me ha insistido. Dice que se muere de curiosidad por vernos juntos. No se lo termina de imaginar. Estaba muy risueña.
-¿Y por qué estás tan serio si se lo ha tomado bien y estaba así?
-Pues porque no puedo darle el gusto. Que no es que esté enfadado contigo ni nada, pero me gustaría que pasara.
-Javi, hoy justo hace 2 semanas que estamos saliendo como pareja de verdad. ¿No crees que un poco pronto para...?
-Puede. Pero nos conocemos desde hace más de 2 meses. No sé... Hemos hecho cosas más importantes que esa.
-Sí... Tal vez.
-Y ya conoces a mis amigos más cercanos también.
-Llevas razón.
-Después de cómo acabó mi anterior relación, ese tiempo que pasé en casa y su separación... Me gustaría que me viera así de nuevo.
-Seguro que se merece verte así. Pero... Creo que todavía es un poco pronto. Aún estoy que no me creo todo lo que está pasando. Aunque me veas muy contenta y encantada contigo, que lo estoy, también estoy asimilando todavía todo lo ocurrido con mi exmarido.
-Ya. Por eso decía lo de que hemos pasado por alguna situación más...
-Necesito un poco más de tiempo, ¿vale, cariño?
-Vale -dije mirándola con una sonrisa.
-Prefiero estar ahora mismo centrada en estar juntos a que nos empiecen a atosigar.
-¿Eso piensas que puede pasar?
-No lo sé. No sé si tu familia va a ser así, pero estoy segura de que por mi parte sí que puede pasar.
-Am...
-Piensa que mis padres ya son algo mayores. Bueno, no tanto, pero son muy tradicionales, eso es lo que quería decir. Y no sé cómo se tomarían la noticia de que lo he dejado con mi exmarido y que ahora estoy con otro hombre. Otro hombre al cual le saco algunos años.
-Ya, imagino.
-Y también está mi hermana. Siempre ha sido muy protectora conmigo y ya en su día le cayó un buen interrogatorio a mi ex. Se metía mucho con él de primeras.
-¿Y eso?
-Decía que era para ponerlo a prueba. Me molestaba mucho que hiciera eso.
-¿Crees que haría lo mismo conmigo?
-Estoy muy segura de hecho. Aunque no es nada tonta. Varias veces que hemos quedado me ha hecho algún comentario.
-¿De qué?
-Me pregunta cómo me va con... Y yo pues salgo del aprieto como puedo. Pero ella es muy lista y sabe que la cosa no va bien. No sé qué pensaría una vez se lo cuente...
-Joder, lo dices como si te fuera a dejar de hablar.
-No, hombre. Para nada, pero lo mismo me regaña o algo.
-¿Regañarte? ¿Con la edad que tenéis?
-Pues sí -decía con retintín.
-¿Y con lo sería que eres y el carácter que tienes lo permites?
-Para que te hagas una idea, ella es como yo, pero más seria y con más carácter.
-Joder... Pues menos mal que he dado contigo y no con ella...
-Jejejeje. Pues no creo que ella hubiera dado pie a nada contigo. No la veo conforme estoy yo ahora. Y eso que está divorciada también.
-¿También? -dije haciéndome de nuevas pese a conocer un poco la historia por habérmela contado ya Julia.
-Sí. Su marido también la engañó.
-Vaya...
-Bueno, pues eso. Ahora mismo quiero estar un poco tranquila, sobre todo después de lo ocurrido con el viajecito que hicimos.
-Vale.
-Pero no te preocupes, que todo llegará, ¿vale?
-Ajá.

Terminamos de preparar la comida y llamamos a todos para que vinieran a comer. Todos se dieron una ducha rápida, sin ni siquiera secarse el pelo ni nada las chicas, por lo que no tardamos en sentarnos en la mesa del porche para comer tranquilamente mientras hablábamos y demás. Una vez acabamos, lo recogimos todo y nos quedamos por el salón para ver la tele, aunque todos andaban muy somnolientos. Valentina me dijo en susurros que iba a aprovechar para lavar las sábanas de nuestra cama de la noche anterior. Me ofrecí a ayudarla, pero me dijo que me quedara ahí por si se despertaban, para que no pensaran mal al no vernos a los dos por ahí. Me pareció una tontería, pero con tal de contentarla, me quedé ahí. No tardó mucho en volver para sentarse a mi lado en el sofá y arrimarse bien a mí y darme algún beso, pasando luego a unas caricias y cosquillas por el brazo muy agradables. También me comentó que encontró las sábanas de la cama donde dormían nuestros amigos tendidas y ahí estuvimos gran parte de la tarde.

Una vez se empezaron a despertar, pusimos un par de películas, tal y como hicimos el día anterior, pero esta vez eran más interesantes y estuve bien pendiente de ellas sin llegar a hacer nada como lo que hice la tarde del día anterior. Quizá estaba un poco distante y pensativo por tratar de imaginar cómo serían esas situaciones en las que conocíamos a la familia del otro. Estaba un poco acojonado por lo que me contó ella. Sobre todo, por su hermana. Podía entender que sus padres pensaran de aquella manera y quizá no se lo tomarán del todo bien por aquello de haberse divorciado después de haber tenido una relación tan larga y que ahora tan pronto tuviera otra con un chico menor que ella, pero me chocaba un poco que su hermana también pudiera pensar así. Aunque ya conocía a Valentina y no iba muy desencaminada con ese pensamiento tradicional también.

Ella seguía con sus caricias y alguna que otra vez me llamaba la atención al apretar mi brazo con su mano. Cada vez que lo hacía me la encontraba con una sonrisa preciosa y se acercaba para darme un pico, aunque con cuidado para que no se dieran cuenta los demás, pero por cómo estábamos distribuidos no había mucho problema con eso. Ya de últimas entrelazó sus dedos con los míos para dejar caer su cabeza sobre mi hombro, estando todo muy tranquilo, aunque en un momento dado, levantó su cabeza en lo que yo creía que iba a ser otro beso, pero resultó que se acercó a mi oído para susurrarme que le apetecía hacer algo especial aquella noche. Yo no pude hacer otra cosa más que mirarla con gesto algo extraño al no entender a qué venía eso, pero desde luego no iba a oponerme, especialmente cuando la veía muy sonriente y con ganas.
 
Los amigos de Javi se comportan cómo niños, jugando y disfrutando con todo lo que tienen a su alcance. Javi es uno de ellos, pero quiere ser " bueno" para no defraudar a su (madre/novia), que es bastante conservadora y un poco mandona.
Todo el tiempo está a punto de pasar algo. O Valentina se apunta al juego, o los manda a todos a paseo... Veremos
 
Capítulo 613

Sobre las 7 de la tarde terminamos de ver ambas películas y quedamos en recoger todo para marcharnos. Irene, Mario y Sofía tenían que regresar aún a casa y eso les iba a llevar un buen rato de carretera, mientras que los que vivíamos en la ciudad no teníamos tanta prisa, pero es verdad que todos madrugábamos bastante para trabajar y ese día también había habido piscineo y eso siempre cansa el cuerpo. Así que mis amigos se despidieron de todos nosotros, con muchos abrazos y dos besos. Lo más destacable del momento fue cuando Irene le dio dos besos a Valentina y se retiró de ella para que Mario se los diera después. La fichó de una manera que parecía que tenía rayos X en los ojos. Después, ellos se montaron en el coche de Mario y se marcharon a casa, haciendo nosotros lo propio, pero yendo primero a casa de Daniela para dejarla en la suya.

Ya casi llegando, Daniela se mostraba muy contenta por el fin de semana que había pasado con nosotros. No paraba de decir lo bien que lo había pasado, lo que le había gustado el sitio y todo en general, esperando poder repetir en breve. También estaba encantada con la compañía que había tenido, diciéndonos en varias ocasiones que hacíamos muy buena pareja. Estaba eufórica y me gustaba verla así. Desde luego veía en ella a una buena amiga y lo mejor de todo es que era por ambas partes, porque ella y Valentina eran como uña y carne. Después de dejarla en su casa le pregunté a mi chica qué íbamos a hacer por aquello que me dijo de que le apetecía hacer algo especial. Ella se puso misteriosa, aunque igualmente con una sonrisa preciosa en su cara. Se quedó unos segundos pensativa y murmurando hasta que dijo que íbamos a ir a su casa. Me confesó que había pensado salir por ahí a cenar, pero al final lo descartó y prefirió hacerlo en su casa. Pero antes de ir hacia allí, fuimos a la mía. Dejamos todo lo que llevé, aunque volví a llenar la maletita de nuevo, pero con poco. Esta vez con ropa elegante que ella quería que me pusiera para la cena y con ropa para el día siguiente cuando dijera de ir a trabajar al día siguiente.

Se mostraba muy juguetona en lo que cogía mi ropa, aunque ella fue la que eligió lo que me iba a poner para la cena. Hasta nos empezamos a besar un poco, sentándome yo en la silla de mi escritorio y ella sobre mí, con una pierna a cada lado después de subir su vestido largo para tener las piernas más libres. Me parecía supersexy tenerla así sobre mí y no desperdicié la oportunidad de agarrar su culo para comerle la boca con ganas. Ella reía mientras lo hacíamos y también se movía sensualmente sobre mi paquete, haciendo presión sobre él. Pasando a su cuello para besarlo y hacerle pequeñas succiones le pregunté si me iba a hacer la cabronada de calentarme para luego dejarme a medias. Valentina se partía de risa diciendo que era justo lo que tenía pensado hacer, pero que no tenía de qué preocuparme, porque después de cenar lo íbamos a pasar muy bien. Eso me puso de mejor humor del que estaba de por sí después de haber pasado un fin de semana fantástico, pero la erección iba a ser difícil de bajar. Por eso se levantó rápidamente de mí para que me calmara cuanto antes y poder así irnos a su casa.

Como en su calle era imposible aparcar, la dejé a ella en la puerta y yo me embarqué en la aventura de buscar uno. Me costó dar un par de vueltas por las calles paralelas, pero al final pude encontrar uno. En cuanto subí, cobré mi venganza, agarrándola de la cintura para darle un beso cuando entré en la cocina, donde ya estaba ella empezando a preparar la cena. Empezó con sus típicas frases y gestos para que no hiciéramos nada ahí, pero su risa la delataba. Jugar a calentar a tu pareja es un arma de doble filo que también le había afectado a ella, porque le notaba el calentón. Ya a esas alturas no había mucho secreto en cuanto a reconocer cuándo tenía ganas, porque sus miradas, gestos y manera de hablar eran muy delatadoras, pero es que además de eso, sus pezones estaban tan marcados que parecían perforar toda la ropa que se les ponía por delante, sujetador y vestido en este caso. Mi erección no tardó nada en completarse después de ver aquello, por eso la cogí en brazos para sentarla en la encimera y continuar con esos besos.

Ya no me paraba ni me decía que lo hiciera. Se abandonó a lo que yo pretendía, abriendo sus piernas para abrazarme con ellas y estar así más cómoda. Mientras nos comíamos la boca le dije que tenía ganas de hacerle de todo y ella me decía que también, llegando incluso a tirar de mi camiseta para quitármela. Yo le ayudé levantando los brazos para ponérselo más fácil, pero no podía separarme de sus labios, por eso tardé un poco más en hacer yo lo mismo con ella para desnudarla. Aunque no lo terminé haciendo en realidad, porque su vestido no se lo llegué a quitar en ningún momento. Empecé por sacarle las tetas fuera del sujetador y del vestido para tenerlas a mi disposición, empezando a tocarlas, agarrarlas y amasarlas para después comérselas. Valentina murmuraba bajito, apretando mi cabeza contra ellas con una de sus manos mientras se apoyaba con la otra en la encimera.

Pero me estaba empezando a calentar de verdad, por eso la tumbé bocarriba para bajar por su cuerpo y quitarle las bragas, que quedaron en el suelo. Ella lanzó un gritito, seguramente por la rudeza con la que se las quité, pero luego rio de manera encantadora. Yo seguí a lo mío, empezando por darle besos por la zona, en especial por la fina capa de vello de su pubis, aunque no tardé en bajar a su raja para pasar mi lengua con fuerza por ella al completo. Eso ocasionó un fuerte respingo en Valentina, quien también lanzó un sensual gemido que rápidamente reprimió. Así le empecé a comer el coño, tratando de ir lento, aunque no pude aguantar mucho sin subir el ritmo hasta tal punto en el que se empezaba a retorcer. Y eso que tampoco llevábamos mucho, pero en ese momento estaba bastante excitada. Hasta podía notar como segregaba más fluidos de lo habitual, pero me encantaba igualmente.

Para su desgracia paré justo cuanto estaba por correrse. Su cuerpo temblaba un poco y respiraba de manera irregular. Pero no me libré de su mirada con algo de enfado por haber parado. Tampoco era nada nuevo eso, aunque era algo que me encantaba hacerle y ella lo sabía, por eso cambiaba rápidamente su cara. Para seguir la empecé a besar de nuevo, con intensidad, murmurando ella de manera empalagosa. Mientras nos besábamos pensaba lo que había cambiado en el tema sexual, porque comernos así la boca después de la comida de coño que le había dado, era algo impensable. De ahí pasé a su cuello, preguntándole en susurros qué era lo que quería que le hiciera. Ella, después de tragar saliva, me dijo que quería que se lo hiciera ya. Pero yo me hacía el loco a medias, dándole a entender lo que quería. Para mi sorpresa, me agarró de la cara con firmeza para que nos pudiéramos mirar a los ojos fijamente. Se quedó unos segundos en silencio, pasando a decirme que quería que se la metiera ya. Se me erizó un poco la piel cuando me dijo eso, porque no era lo normal en ella y me puso bastante. Por eso me bajé los pantalones y los boxers del tirón para sacar mi polla dura como una piedra. Me eché un poco de saliva en la punta y después de un par de roces contra su raja, se la empecé a meter.

Valentina lanzó un suspiro que duró tanto como lo que duró que se la metiera por completo, cosa que hice lentamente. Una vez dentro de ella por completo, me quedé quieto, notando su humedad y cómo de apretadita estaba. Ella hacía movimientos, no sé si voluntarios o no, pero era de lo más agradable que podía sentir en ese momento. Muy lentamente me empecé a mover, sin dejar de mirarla fijamente, haciendo ella lo propio, aunque a veces le costaba mantener la mirada por achinar un poco los ojos, pero no los llegaba a cerrar del todo. Ponía una cara que me daban ganas de comérmela, porque ponía sus cejas caídas y abría la boca ligeramente en forma de o. Le dije que me estaba poniendo muy cerdo verla así, a lo que ella respondió con un gemido con tono de afirmación. Poco a poco empecé a acelerar después de poner mis manos en sus caderas, empezando a ella a jadear.

Pero pronto la tumbé sobre la encimera, la cual estaba bastante despejada por lo grande que era la cocina. Ahora sus tetas quedaban más desparramadas y verlas así me ponía. Bueno, esas tetas me ponían de todas las maneras en las que pudieran estar, porque es que se me hacían increíbles y perfectas. Se las sujeté para amasarlas, con ella ahora sí, cerrando sus ojos para concentrarse en lo que sentía. Yo continué con una follada a ritmo normal, pero la verdad es que tenía ganas de acabar, porque aún teníamos que cenar y todo. Pensé que habría tiempo para seguir una vez acabáramos y ya estando más tranquilos y cómodos en la cama, por eso incrementé el ritmo. Le subí el vestido hasta más allá del ombligo para poder ver sus genitales bien, de la misma manera que intenté tirar de su vestido hacia abajo para liberar más sus tetas, pero por ahí no tuve tanta suerte.

Aun así, sus tetas se veían geniales, por lo que lo dejé como estaba, apretando más, lo que hacía que Valentina empezara a gemir, aunque se tapó la boca con las manos. Yo agarré sus piernas para pegarlas a mi pecho y darle más fuerte aún, con los típicos sonidos como consecuencia. Pero de pronto me noté muy cerca de acabar, sobre todo por ver cómo sus tetas rebotaban tanto, por eso agarré una de sus manos para decirle que se tocara el clítoris, abriendo yo sus piernas para exponer todo su sexo a mi vista. Sorprendentemente me hizo caso y se empezó a tocar con rápidos movimientos circulares sobre la zona. Ya no pude aguantar más y empecé a descargar dentro de ella con fuertes embestidas que me daban tanto gusto que hacía que se me encogiera el cuerpo. Ella apretó su boca con su mano y gimió, aunque se amortiguó bien con esa mordaza improvisada que ella misma se puso, empezando a retorcerse tanto que cerró sus piernas, aunque yo la sujeté para que no se descontrolara.

Me puse sobre ella un poco en lo que ambos nos recuperamos, con ella tragando saliva a cada poco mientras que yo trataba de calmar la respiración, mirándola y viendo lo guapa que estaba. Poco a poco nos calmamos, costándole un poco a ella, pero tenía que darme prisa para limpiarnos bien, porque notaba muchos fluidos por las partes bajas, y no eran los míos, porque aún la mantenía lo suficientemente dura como para que no se empezara a derramar, cosa en la que su coño también participaba al ser cerradito. Acabé ayudándome con papel de cocina para limpiar un poco todo y dejarle puesto algo a ella para que no derramara nada y lo pudiera absorber. Rápidamente fui a por toallitas para limpiarnos bien del todo, recogiendo también sus braguitas para ponérselas poco a poco hasta que ella lo terminó de hacer una vez se bajó del poyete.

Tras eso, nos quedamos sentados, yo sobre una silla y ella sobre mi regazo, para darnos algunos besos más, aunque ya más lentos, mientras comentábamos lo bien que había estado y lo excitados que nos habíamos puesto de repente, sobre todo ella con esa manera de segregar sus fluidos. Después nos lavamos las manos para hacer entre los dos la cena, aunque ella metía más mano en eso que yo, ayudándole como podía. Lo que sí pude hacer también es poner la mesa, con ella pidiéndome que encendiera unas velas de paso. De la nada se montó una cena romántica, siendo eso lo que tenía en mente cuando pensó un pequeño plan cuando aún estábamos con nuestros amigos. Ella se emocionó bastante queriendo hacer demasiadas cosas y bastante elaborado, pero le dije que no hacía falta todo aquello, por lo que no nos llevó demasiado tiempo hacer la cena. Eso sí, Valentina se puso mandona metiéndome prisa para que fuera a darme una ducha y para vestirme, porque quería hacerlo bien. Por eso y porque ella también se tenía que duchar y vestir, queriendo maquillarse de paso. No entendía para qué tanto paripé para cenar en casa, pero ella quería hacerlo todo muy romántico.

Me tocó esperar un buen rato sentado en el salón viendo la tele, pero mereció la pena por cómo de guapa salió. Me recordó mucho al momento en la que la vi de noche por primera vez al llevar un vestido provocativo y un maquillaje más cargado que el que solía llevar siempre. Además, llevaba unas sandalias bien altas, aunque sin plataforma, un colgante, pendientes y pulsera a juego y por último, bien peinada, aunque con ondas, quedando lejos ese alisado que siempre llevaba. Me puse de pie y nos dimos un buen beso, diciéndole yo lo guapa que estaba y haciendo ella lo mismo, pero cómo no gustarle así vestido cuando fue ella la que eligió todo lo que llevaba encima. No quisimos perder más el tiempo y fuimos a por los platos para empezar a cenar para que no se nos hiciera muy tarde, porque al día siguiente teníamos que continuar con la rutina de trabajo y la verdad es que tenía en mente hacer algo más después.

La cena fue un momento que estuvo a la altura de sus expectativas, porque puso música y se hizo un ambiente inmejorable. Como era habitual, la televisión estaba apagada cuando comíamos juntos y nos dábamos conversación. Ella me contaba lo nuevo que rondaba en su trabajo, haciendo yo lo mismo. Pero no era para no estar en silencio, sino que nos interesábamos de verdad por las cosas del otro. Ella, sobre todo, porque no paraba de lanzar preguntas y de decirme que le explicara cómo hacía para tener paciencia y lidiar con el comportamiento que ella suponía problemático de los adolescentes. La cosa se puso más a tono por la cantidad de vino que empezamos a beber, con las típicas risas de ir ya algo borracho. Además de eso, a ella se le pusieron unas chapetas graciosas que me gustaban, porque le daban un aire más inocente.

De hecho, me senté más cerca de ella para poder estar a su lado y que tuviera lugar contacto físico. Y pasar de ahí a los besos era cuestión de segundos. La notaba caliente, pero físicamente, seguramente por el alcohol. Pero también estaba caliente de excitación, aunque también muy risueña con un cierto tono tierno. Entre esas risas encantadoras me decía que esa noche íbamos a estar tranquilos y solitos para poder hacer lo que quisiéramos. Yo le pregunté acerca de los vecinos y sí es verdad que debíamos llevar cuidado igualmente, pero también es cierto que el edificio estaba medio vacío. Una vez acabamos de cenar, recogimos todo para llevarlo a la cocina e ir a por el postre, el cual nos lo tomamos ya en el sofá, tratándose cómo no, de un poco de helado de chocolate. Yo estaba sentado normal, pero ella lo hacía de lado y seguíamos hablando, aunque me estaba poniendo nervioso su manera de mirarme, que era con interés por lo que le contaba, pero mezclaba excitación y de paso jugaba con la cuchara, lamiéndola más de la cuenta.

Pero por el momento no hacíamos nada más que hablar y darnos algún beso breve. No por falta de ganas, porque era obvio que ambos las teníamos, pero Valentina estaba muy juguetona y se apartaba con una pequeña risa, dejándome con ganas de más. Y como seguía juguetona, dijo que le apetecía tocar un poco el piano, así que se levantó y se sentó en el pequeño banco de su piano para ponerse a tocar. Lo hacía francamente bien y era muy agradable escucharla, por eso cogí una silla y me puse a su lado para verla. Me encantaba hacer eso, aunque no habíamos tenido muchas ocasiones de que se diera aquello, pero lo estaba disfrutando mucho. Y la veía tan guapa, con ese peinado, con esa delicadeza para hacerlo todo, que me fui acercando poco a poco hasta que me puse de rodillas detrás de ella para abrazarla y besarle el cuello. Aquel gesto ocasionó dos cosas: que ella se riera y que perdiera el hilo de lo que estaba tocando, haciendo que se equivocara y que le volviera la risa por lo mismo.

Con algo de fastidio fingido me dijo que así era imposible tocar el piano, por eso se dio la vuelta para estar cara a cara. Puso sus manos en mi cuello con esa delicadeza de antes y me dio un beso muy dulce, aunque yo no podía corresponderla así en ese momento, por eso le puse más intensidad, dejándose ella llevar. Pero bruscamente interrumpió el momento diciendo que necesitaba ir al baño. Me levanté y la ayudé a hacer lo propio para que pudiera ir. Pero antes de irse me dio otro beso, pasando a decirme que la esperara en el sofá. Nervioso y acelerado me fui hasta allí para sentarme y esperarla, dándole potencia al aire acondicionado, porque tenía mucho calor. Además, estar tocándome por encima de la ropa no ayudaba a que me calmara y se me fuera, aunque lo que tardó en volver hizo que me pudiera tranquilizar un poco.

Pero rápidamente me pondría cardíaco cuando Valentina me siseó desde el umbral de la puerta. La encontré con una preciosa y maliciosa sonrisa, pero la cosa no quedaba ahí, porque llevaba una fina bata de seda, la misma que usó en la foto que me mandó en el fin de semana que pasé con Sofía y con su madre en la playa. Poco a poco se acercó a mí, dándome cuenta de que seguía con esas medias negras y esas sandalias con tacón tan bonitas con las que iniciamos la cena. No pude ver nada más mientras se acercaba, pues llevaba la bata cerrada. Se plantó frente a mí, poniendo sus brazos en jarra para quedarse mirándome con una sonrisa. Hasta se dio una vuelta al ver que no decía nada, pero es que me dejó sin habla, porque ella no solía tener esas iniciativas y la verdad es que me estaba deleitando con lo que tenía frente a mis ojos, porque sus curvas estaban bien marcadas y no podía quitarle los ojos de encima ni dejar de pensar en lo que quería a continuación.
 
Todos ven la relación yendo viento en popa, y yo solo veo que no se entienden nada, Javi no para de presionarle de que acelere el paso,(mientras a sus amigos les dice que no siente lo que sentía x Elena)y ella de frenarlo, para luego al sentirse mal por ello, intentar compensar con noches especiales que no son más que hacer lo que Javi quiere (aunque acabe disfrutando)

Además de eso lo de la Irene adicta al sexo y depredadora sexual me toca mucho las narices, la muchacha no puede aguantarse las ganas porque una mujer está buena, pues vaya caída de la Irene amiga k parecía ser la persona más 'cuerda' en la historia.

Muchos hablan de trío con Daniela, y yo sinceramente espero que la relación con Valentina acabe antes de k la convierta en una mujer liberal, que más que liberal por querer lo sea para que así Javi no se aburra de ella, que es como empezó Elena también.

Sigo esperando a que aparezca Elena en algún momento y esto se encamine, y no sea una historia cuyo nombre sea Elena pero Elena no aparezca más que al principio y luego sea una sombra, un recuerdo.

Insisto en que soy muy crítico con este relato porque es posiblemente mi favorito del foro, y siento que aún hoy nos falta muchísimo pasado por aclarar, que aunque ya has dicho que se aclarará veo que no para de crecer la historia y que no va en el sentido para llegar a resolverlo.
 
Todos ven la relación yendo viento en popa, y yo solo veo que no se entienden nada, Javi no para de presionarle de que acelere el paso,(mientras a sus amigos les dice que no siente lo que sentía x Elena)y ella de frenarlo, para luego al sentirse mal por ello, intentar compensar con noches especiales que no son más que hacer lo que Javi quiere (aunque acabe disfrutando)

Además de eso lo de la Irene adicta al sexo y depredadora sexual me toca mucho las narices, la muchacha no puede aguantarse las ganas porque una mujer está buena, pues vaya caída de la Irene amiga k parecía ser la persona más 'cuerda' en la historia.

Muchos hablan de trío con Daniela, y yo sinceramente espero que la relación con Valentina acabe antes de k la convierta en una mujer liberal, que más que liberal por querer lo sea para que así Javi no se aburra de ella, que es como empezó Elena también.

Sigo esperando a que aparezca Elena en algún momento y esto se encamine, y no sea una historia cuyo nombre sea Elena pero Elena no aparezca más que al principio y luego sea una sombra, un recuerdo.

Insisto en que soy muy crítico con este relato porque es posiblemente mi favorito del foro, y siento que aún hoy nos falta muchísimo pasado por aclarar, que aunque ya has dicho que se aclarará veo que no para de crecer la historia y que no va en el sentido para llegar a resolverlo.
Completamente de acuerdo contigo
 
Elena aparecera en algun momento del relato, pero creo que sera mucho mas adelante, y no para volver con Javi.
Os recuerso que se cepillo a su hermana y a su madre. No creo que haya reconciliacion despues de eso.
Me gustaria que la historia con Valentina acabara muy bien, me gusta esa mujer, y seguramente acabaran haciendo algo con mas personas, que es lo que todos esperamos, a que siii.... ;) Decir la verdad, quereis ver a Valentina con Irene o Daniela 🤣🤣🤣🤣
 
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