Reencuentro con Elena

Bien, todo les va saliendo ideal a la nueva pareja de novios... demasiado ideal? :rolleyes:

Por qué no podemos dejarlos ser felices?... tenemos que buscar la grieta! :unsure:

Tengo asumido que Javier no amará a nadie como a Elena, lo que me permite creer que parecido le puede pasar a Valentina con su futuro ex esposo.

Lo que puede situarlos en una volátil relación, con una probable fecha de vencimiento, que se haría efectiva al momento en que alguno de los ex decida volver a hacerse presente.



Mientras, luego de la confesión de Noelia en presencia de su madre, al fin E...
 
Veo más probables dudas con la reaparición de Elena que si vuelve a aparecer el ex esposo.
Hasta ahora hemos visto que Valentina y su ex han aclarado las cosas y han terminado bien.
Pero aquí lo impactante puede ser el día que Javi se reencuentre con Elena, cosa que creo que va a pasar tarde o temprano, y, a no ser que se ignoren, lo lógico es que hablen y cierren esa etapa o se reavive el amor. No descarto ninguno de los escenarios.
 
Capítulo 598

Seguimos hablando de otras cosas, aunque cortamos rápido, porque Irene y Mario tenían que madrugar bastante para trabajar al día siguiente, aunque todos teníamos que hacerlo, pero sobre todo ellos. Así que me eché en la cama para tratar de descansar, aunque no estaba cansado. Ya bien pasadas las 12 de la noche me llamó Valentina para hablar conmigo un poco antes de que fuéramos a dormir, aprovechando para darme las buenas noches y concretar mejor cuándo nos veríamos al día siguiente. También me comentó quién había ido a su casa para ir a verla, tratándose de su hermana y su sobrina, como bien sabía yo al ver a esta última. Y yo también le conté que había hablado con mis amigos, quienes se interesaron por nosotros, cosa que le gustó mucho a ella y le alegró bastante ver cómo se preocupaban por mí y de que estuvieran encantados con nuestra relación.

La semana empezó interesante con la incorporación de Julia a las clases como me dijo que haría. Mi jefa me informó de que había llamado al teléfono de la academia para apuntarse y demás y en clase todo fue bien. Se mostraba atenta e interesada. Además, era una chica extrovertida, lo que le permitía intervenir bastante en clase, sobre todo en el speaking libre que les ponía para que cogieran soltura en la conversación que tenían que tener en el examen. Aunque también se mostraba un poco perdida a veces, cosa que era más que normal cuando el curso ya estaba avanzado y por tener sus cosas para darle esa dificultad tratando de confundir con palabras y temas de los que se hablaban. Aun así, acabó bastante contenta y se despidió de manera alegre, preguntándome si podía contar conmigo para corregirle todo lo que llevaba atrasado en cuanto se pusiera a hacerlo, dándole yo el visto bueno.

También me vi con Valentina a la hora del almuerzo, haciéndolo en mi casa, y aprovechando para algo más por no haber podido pasar juntos la noche anterior. Se nos pasó el rato volando, aunque nos dio tiempo a hablar de algunas cosas, sobre todo para contarnos cómo nos estaba yendo el día y fue ella misma la que propuso invitar a mis amigos al chalet para pasar allí el fin de semana todos juntos. Y también mencionó a Daniela, ya que era la amiga más cercana que tenía y no quería llevar a nadie del trabajo. A mí me pareció perfecto que nos juntáramos todos esos, así que tenía pinta de que el fin de semana de esa semana sería muy bueno. Tras ese buen rato que pasamos juntos y que se nos hizo corto, volvimos al trabajo, aunque nos volvimos a ver por la noche para poder dormir juntos, trazando el mismo plan que hicimos el día anterior y pudiéndolo llevar a cabo en esta ocasión.

La semana transcurrió de manera tranquila en donde lo más destacable eran las clases con Julia, quien se mostraba muy cercana y con mucha confianza, pero no solo conmigo, sino con todos, cosa que me permitía relajarme más por lo que pensé cuando se quería apuntar. Con Valentina me vi casi todos los días, a excepción del jueves, que ella tenía bastante lío en el trabajo. De hecho, no nos pudimos ver en todo el día ni tampoco para almorzar juntos, pero sí para la cena, y menos mal, porque habíamos hecho un plan con Irene y Mario para vernos con ellos y cenar en su casa. Porque nosotros salíamos sobre las 9 de casa, ya que era a la hora que salía yo, habiéndolo hecho Valentina un poco antes. Nos vimos en mi casa directamente y tras un buen beso nos fuimos hasta mi ciudad para ir a casa de mis amigos.

Sofía no se nos pudo sumar, porque esa semana tuvo un par de viajes largos y había regresado a casa casi a la misma vez que nosotros, pero ella se marchó directamente a la suya para irse a dormir y descansar, porque al día siguiente tenía otro pequeño viaje para venirse con nosotros. Daniela también estaba enterada, quedando en que la recogeríamos por la mañana ya que Valentina y yo nos íbamos a quedar esa noche con Irene y Mario. Era algo a lo que ella se mostraba un poco reticente, porque le daba algo de corte, llegando a proponer incluso irnos a un hotel, pero Irene intervino para que fuéramos a su casa. Así que allí nos presentamos con una pequeña bolsa donde llevamos algo de ropa cómoda para el fin de semana en general, aunque a la cena sí que fuimos guapos. Ella con un vestido veraniego y unas sandalias con tacón y yo en camisa y bermudas. Hasta se maquilló algo más cargada de lo que solía ir día a día para trabajar, poniéndome muy a tono de camino, poniendo mi mano en su muslo sin poder remediarlo.

Mis amigos también estaban muy guapos con lo que llevaban puesto. Era muy gracioso ver a Irene con la presencia de Valentina de por medio. No le quitaba ojo en ningún momento y la notaba excitada. Demasiado quizá, porque la veía sonrojada todo el tiempo y bastante inquieta, aunque pudimos disfrutar de una buena cena que prepararon ellos en lo que nosotros llegábamos, charlando bastante con la idea de que enseñarles a Valentina donde trabajan y demás, pero no pudimos aguantar todo lo que nos hubiera gustado, porque al salir a las 9 de allí, llegamos cerca de las 11 y entre los saludos, la cena y la pequeña copa que nos preparamos después, se nos hizo bastante tarde. Todos llevábamos a rastras una semana larga y al día siguiente teníamos que madrugar un poco para irnos al chalet de Valentina, teniendo que pasar antes a por Sofía y luego nosotros a por Daniela, así que nos fuimos a la cama a descansar.

O eso era lo que yo pensaba, porque no tardamos mucho en oír a Irene gemir de manera aguda y progresivamente fuerte. A mí me hacía gracia, pero a Valentina le daba vergüenza. Pero eso me terminó de calentar, aunque ya venía bastante caliente con lo guapa que se puso y luego cuando se cambió, quedando con una de sus tópicas camisetas de tirantes blancas y unos pantaloncitos cortos. Mi chica se mostraba sorprendida de que quisiera tema, pero le expliqué que me había gustado mucho cómo de guapa se había puesto y que el día anterior no habíamos hecho nada y ese tampoco, aunque ella me rebatió aquello al decir que el resto de días de la semana sí que lo habíamos hecho. Le daba mucha vergüenza que nos pudieran oír, por eso le dije que lo haríamos despacio para que no se enteraran, aunque dudo que lo hicieran con lo concentrados que estaban a juzgar por los gemidos que oíamos.

Pero sorprendentemente, Valentina se puso sobre mí, riendo muy bajo y de manera juguetona. Dejó caer su cuerpo sobre mis caderas, haciendo presión sobre mi polla, que ya estaba hinchada y se apoyó sobre sus manos, que puso a cada lado de mi cabeza. Alcancé a encender la luz de la mesita y la di para poder verla mejor, encontrándomela muy sonriente, aunque también tenía pinta de estar muy excitada por la expresión que puso después, siendo la típica en ella en esos momentos. También se mordió ligeramente el labio mirándome bien por toda la cara y se acercó para rozar nuestras narices, pasando a lamer mis labios. Ese, como ya he dicho en alguna ocasión, era uno de los gestos que más me gustaban de ella. Lo hacía con una delicadeza y a la vez le ponía tantas ganas para calentarme, que me encantaba y mi erección siempre se completaba.

-Al final has hecho que me entren ganas también a mí -dijo muy bajito a mi oído.
-Qué suerte entonces, aunque tampoco he hecho gran cosa.
-Duermes casi desnudo. Eso ya es más que suficiente para ponerme así.
-Uy... Me gusta cuando te pones así.
-También es que se me han hecho largos estos dos días que no nos hemos visto.
-Jajajaja.
-Ya. Parezco una niña diciendo esas tonterías.
-No te preocupes. Si a mí me ha pasado también.
-Ya, pero tú piensas en otra cosa -dijo haciendo más presión sobre mi polla.
-Sabes que no. Pero es que me encanta follar contigo.
-Shhh. Me ha gustado mucho este plan con Irene y Mario. Ha sido una cena fantástica.
-Sí que lo ha sido.
-Y aún tenemos todo el sábado y el domingo.
-Qué ganas. Vamos a estar muy a gusto todos juntos.
-¿Crees que Daniela estará enfadada? -preguntó mientras se empezaba a frotarse conmigo.
-¿Por qué iba a estarlo?
-No sé... Hemos jugado un poco con ella.
-¿Jugado?
-Ya sabes... Por lo de ocultarle que nos veíamos tú y yo.
-Pero si ya sabe que soy yo ese chico con el que te ves, ¿no?
-Sí. Se lo conté hace ya.
-¿Y cómo se lo tomó?
-Bien, bien. Sonreía todo el tiempo.
-No sé por qué piensas eso.
-Da igual, déjalo.
-Cuéntamelo si necesitas hablarlo.
-Es que como vosotros os veáis y eso...
-Pues no hace nada que no nos vemos para... Uff...
-Es igual, no sé por qué he pensado eso.
-Ya verás que bien vamos a estar todos.
-Sí, jejeje. Y ahora mismo también lo vamos a estar. Pero me tienes que dejar a mí.
-Ah, ¿sí?
-Claro. Porque te emocionas mucho y se van a enterar de que estamos...
-No me digas que cuando estemos en el chalet no vamos a hacer nada.
-Noooooo. Claro que haremos algo, pero cuando se pueda.
-Madre mía con la monjita... -dije de broma.
-Pues esta monjita te va a hacer el amor ahora mismo. Y más vale que no te salgas del guión, porque como la enfades, te va a dejar a pan y agua.
-Uff... -resoplé por cómo de juguetona se puso.
 
Mario, Irene, Javi, Valentina, Sofía, Daniela....todo un finde en una casa solitaria para ellos, qué puede salir mal????

Otra cosa: tiene a Julia en su clase, se ofrece a ayudarla para que no se retrase (imagino que será una "clase particular") y sigue sin decirlo a Valentina?
Cuando se los presente a su hermana y sobrina, qué dirá Julia?
 
Mario, Irene, Javi, Valentina, Sofía, Daniela....todo un finde en una casa solitaria para ellos, qué puede salir mal????

Otra cosa: tiene a Julia en su clase, se ofrece a ayudarla para que no se retrase (imagino que será una "clase particular") y sigue sin decirlo a Valentina?
Cuando se los presente a su hermana y sobrina, qué dirá Julia?
No aprende. Y las excusas que se da el mismo para no decirlo?
Y después se enfada cuando lo llama 👶.
 
Esa necesidad endémica de Javier por sabotear sus relaciones en franco progreso.

Ocultará infantilmente a Valentina su cercanía a Julia, hasta llegado un momento en que se le hará imposible revelarlo.

No se entiende su razonamiento dando irreflexivas excusas, lo único que se me ocurre sería que le traiciona su subconsciente.

Algo le ha generado Julia, un escondido deseo que no pretende dejar de anhelar, sin reconocerlo, tal vez sea su forma de mantener excitantes opciones sexuales. Pudo pasarle igual con Noelia.

Ahora lo que nos convoca en este relato. El morbo. :banana1:

Club de los seis?...cuatro mujeres para dos hombres... quizás siete si Julia se les une...gran faena se les viene.:devilish:

El gateo entre dormitorios será épico. :babeando1::adorar1:
 
Capítulo 599

Valentina empezó a besarme por la cara, centrándose mucho en mis labios, aunque no tardó mucho en pasar al cuello. Y le hacía mucha gracia cuando me empezaba a retorcer por lo que originaba en mí. Esos escalofríos mezclados con cosquillas eran superiores a mis fuerzas y me excitaba al máximo. Pero no me castigó mucho más, porque siguió bajando por mi cuerpo hasta que llegó a mi cintura y me quitó la ropa interior, pajeándome lentamente mientras permanecía sentada sobre sus talones. Podía ver cómo sus pezones se marcaban de manera exagerada, por lo que le pedí que se quitara la camiseta, haciéndolo ella con una sonrisa en su cara. Tras eso, se encajó entre mis piernas para hacerme una mamada muy lenta y suave, aunque miró un par de veces el reloj y terminó acelerando el ritmo. Es verdad que cada vez era más tarde y al día siguiente teníamos que madrugar bastante, por lo que tampoco duró mucho y se terminó de desnudar, montándose encima de mí para darme la espalda y empezar a follarme.

Era todo un espectáculo verla mover así su culo hacia arriba y hacia abajo. De primeras permanecía de manera totalmente vertical, pareciendo agarrar sus tetas, aunque luego se recogió el pelo con sus manos para seguir así durante un rato, pero finalmente se echó hacia delante para poner sus manos en mis tobillos y agarrarme, moviendo su culo con más rapidez, aunque llevando en todo momento cuidado de no hacer absolutamente nada de ruido. Yo en todo momento le acariciaba el culo y refrenaba mis ganas de darle algún azote, que no eran pocas. Pero es que cómo no tener ganas con el culazo que gastaba. De hecho, no paraba de decirle lo que me gustaba, tanto su culo como lo que estaba haciendo. Era el único momento en el que hacíamos ruido más allá de unos ligeros jadeos. Los míos los rompía para decirle eso y los suyos para sisearme para que guardara silencio.

Al poco se dio la vuelta para hacerlo de frente. Y si antes flipaba con su culo, ahora lo hacía con sus tetas y sus caras de placer. Valentina no dejaba de mirarme a los ojos y cuando lo hacía era para cerrarlos y centrase en su placer. Mis manos se alternaban entre sus caderas, su culo y sus tetas, aprovechando también para pellizcarle un poco los pezones, pero llevando cuidado de no hacerle daño. Era algo que le gustaba. Tanto eso, como que se los comiera mientras follábamos. Pero esta vez lo tenía más complicado para eso último, porque cada vez que intentaba incorporarme, ella me empujaba para que me volviera a tumbar. Llegamos a un punto en el que la cansé y agarró mis manos, entrelazando nuestros dedos para mantenerme bien fijo y poder follarme más tranquila, aunque se le notaba ya que estaba cerca por su manera de jadear y por las caras que ponía.

-¿Te está gustando? -me preguntaba con la respiración acelerada.
-Me está encantando.
-¿Estás cerca?
-No tanto como tú.
-Pfff...
-No pasa nada. Acaba si no puedes más.
-¿Y tú?
-No te preocupes por eso.

Valentina pareció dudar, pero se decidió rápido al verme sonreír, apretando mientras se movía hacia delante y atrás, esta vez con más rapidez. Se acabó corriendo, encogiendo su cuerpo para derrumbarse sobre mí. Yo la abracé con fuerza, sintiendo cómo su orgasmo la envolvía con esos temblores, contracciones, respiraciones y por cómo se le ponía la piel de gallina. Tampoco tardo mucho en recuperarse, pasando a echarse a mi lado, acariciándome el pecho. Se me quedó mirando y yo la besé de nuevo, preguntándole si podía seguir un poco más. Tras unos segundos me dijo que sí, aunque yo le dije que no se preocupara, que no iba a tardar mucho, porque en lo que ella se recuperaba me masturbé para no perder el punto. Me preguntó qué quería hacer y le dije que no se moviera, porque me apetecía follarla así conforme estaba, aunque ella no entendía cómo lo íbamos a hacer estando ambos de lado sobre la cama.

Para ello, cogí mi polla y le acaricié un poco su raja con ella, estando Valentina algo sensible y retorciéndose un poco. Tras eso, empujé para frotarla sin ayuda de mis manos, diciéndole que mantuviera sus muslos cerrados. Así, con su humedad, nos estimulamos un poco más hasta que agarré una de sus piernas, levantándola bastante hasta que la subí tanto que su talón se quedó sobre mi hombro. Entre risas muy bajitas, siguiendo hablando de la misma manera, Valentina me decía que la iba a desarmar, pero yo bromeaba diciéndole que no era tan vieja y que aún era flexible, cosa que hizo que me ganara un manotazo que no pareció importarle que sonara. Aunque se tomó aquello como lo que era, una broma, dejándome hacer al dirigir mi miembro hacia su interior, volviendo la penetración, haciendo que ella lanzara un suspiro que me indicaba que tenía que ir despacio.

-Ay, Javi... Qué bien... -susurraba Valentina entrecortadamente y abrazándose a mí.
-¿Te gusta así?
-Sí. Mucho.
-Estoy ya casi.
-Yo también. Otra vez.

Apreté un poco más y en cuestión de segundos, me acabé corriendo dentro de ella. Y ella también lo hizo, lanzando un gemido agudo, aunque lo reprimió rápidamente, pasando a temblar bastante y abrazándose a mí con más fuerza aún, humedeciéndome el oído por cómo de rápido respiraba. Fue un orgasmo intenso el que tuvo, aunque el mío no se quedó atrás por cómo se la hinqué lo más profundo que pude una vez empecé a descargar. Valentina me pidió que no saliera aun cuando quise hacerlo, porque todavía le temblaba el cuerpo mucho y no quiera manchar nada. Como pude, alcancé su bolso, en el que llevaba papel y toallitas, aprovechando para limpiarnos una vez ella se calmó casi del todo, quedándonos bastante bien, aunque me dijo que por la mañana nos teníamos que lavar bien. No tardó nada en quedarse dormida entre mis brazos a los pocos minutos después de decirme que me quería, correspondiéndole yo en esas palabras.

Efectivamente, el sábado por la mañana, bien temprano, me desperté y ella también lo estaba haciendo, pero no porque lo quisiera hacer, pues tenía una cara de sueño importante. Fue muy precavida y puso una alarma en su móvil, aunque solo vibraba, pero era más que suficiente para que pudiéramos despertarnos. Valentina se desperezó y se volvió a abrazar a mí, lanzando los típicos soniditos que se hacen al despertar. Nos dimos algún pico para darnos los buenos días y cogimos algo de ropa para irnos al cuarto de baño y asearnos, saliendo ella primero mientras yo me entretenía con la barba. Al salir estaba todo perfecto en la habitación y me dijo que despertara a mis amigos, por lo que fui y lo hice, aunque estaban muertos de sueño, pero se acabaron levantando, yendo al baño juntos y vistiéndose.

Tras eso, nos tomamos un café para despertarnos del todo en la cocina, porque hambre no teníamos de lo temprano que era. Nos lo tomamos con tranquilidad, porque era bastante temprano todavía para ir a recoger a Sofía, porque habíamos quedado a una hora con ella y quedaba un poco aún. Pero eso nos sirvió para seguir charlando, continuando las conversaciones de la noche anterior. Una vez acabamos, nos fuimos hasta los coches, echando las maletas y demás para ir a por Sofía. También apareció con cara de sueño, pero nos dijo que había descansado bastante, aunque al final lo acabara haciendo un poco más en el coche, como Irene, dejando a Mario solo durante el viaje como nos contó al llegar. Valentina no se durmió y de hecho, me daba bastante conversación, aunque no me iba a quedar dormido.

Al llegar a la ciudad, paramos a desayunar algo, porque ya sí que teníamos hambre. Llamamos a Daniela para ver si se apuntaba, pero ella ya lo había hecho, así que nos esperó en su casa a que nosotros lo hiciéramos, pero sin prisa alguna. Cuando la recogimos aprovechamos para ir a comprar la carne que íbamos a necesitar para la barbacoa, además de otras cosas para tener para comer y cenar ambos días. Aunque antes de entrar en el supermercado, hicimos las presentaciones, porque ninguno de mis amigos conocía a Daniela. Ella, tan extrovertida como siempre, saludó de manera afectiva a todos, haciéndolo también conmigo. Ya en el supermercado, las chicas nos dijeron que las dejáramos a ellas comprar tranquilas, mandándonos a Mario y a mí a donde estaban las televisiones y demás, aunque se notaba que era Valentina la que estaba al mando de la situación. Entre risas me acabé yendo con Mario, quien también se reía por lo mandona que me había salido la novia.

Estuvimos un rato mirando teles, consolas, juegos y más cosas, diciéndole a yo a mi amigo que en realidad estaba algo sorprendido por cómo de abierta estaba Valentina a ir a un supermercado de la ciudad en la que vivíamos con todos nosotros. Él me decía que era un paso más en nuestra relación, aunque consideraba mucho más importante lo que pasó hacía justo una semana. Y razón no le faltaba. Cuando acabaron, nos llamaron y las esperamos al lado de la caja para ayudarlas con las bolsas, cargándolas en el coche y yéndonos al chalet. Por el camino, Daniela decía que estaba encantada de vernos así de juntos y que le dábamos envidia. También comentaba que mis amigos le habían caído muy bien y que estaba con muchas ganas de llegar para ver el lugar y darse un baño en la piscina. El ambiente en general era muy bueno y el fin de semana prometía bastante, aunque ya había empezado la noche anterior con esa cena que tan bien fue también.

Cuando llegamos todos se quedaron pasmados al verlo. Pese a todas las descripciones que les había dado en la llamada del domingo pasado, no paraban de decir lo impresionante que era. Y Valentina encantada oyendo tantas cosas buenas de su propiedad, así que no perdió mucho el tiempo y dijo de enseñarles todo el recinto. A Daniela lo que más le gustó fue el jardín que tenía Valentina, porque era bastante fan del tema y se quedó mirándolo bien y preguntándole a mi chica varias cosas que ella le respondía con mucho gusto al gustarle el tema también. Hasta entraron las dos al pequeño invernadero que tenía. A los demás también les gustó mucho cómo lo tenía de arreglado y bonito, pero tampoco eran muy de plantas, así que estaban deseando llegar a la parte de la piscina, la cual podíamos ver un poco desde donde estábamos. También era de mis zonas favoritas y tenía ganas de ir para ver qué cara ponían todos, por eso les dije a las chicas de movernos, que hacía calor y estábamos a pleno sol.

Al ir hacia allí, pasamos por la zona de picnic con esas mesas y esa sombra que daban un par de árboles grandes, zona la cual les encantó a todos y ya se comentó de merendar algo ahí por la tarde cuando se estuviera yendo el sol. Y por fin llegamos a la piscina. No tenían ni palabras de primeras, porque se quedaron embobados mirándola. Tan solo Irene reaccionó en esos momentos, que me miraba incrédula. Luego comentaron que parecía la piscina de un parque acuático de lo grande que era y Valentina se puso a contar las ideas que tuvo cuando estaba en construcción. La primera fue poner una barra en plan bar, con taburetes para poder tomar algo ahí de manera tranquila y con algo que hiciera sombra. La segunda era hacer una especie de construcción en el centro que tuviera un tobogán por una parte y una cascada por la otra.

Pero al final se desecharon, por el precio, porque eso lo aumentaba bastante y porque al final después de pensarlo vio que era algo innecesario. Las personas con las que se solía juntar allí eran del trabajo, ya que poca vida social tenía al dedicarse tanto a ello, por lo que solo conocía prácticamente a gente de ese ámbito. Y lo del tobogán y la cascada pensó que era algo más para niños y de eso había poco y no pensaba que fuera a haberlos en un futuro, así que también descartó esas ideas por eso. Irene me volvió a mirar cuando Valentina dijo eso último de los niños, aunque nadie más se dio cuenta y ya me olía que algún comentario iba a soltar, esperando yo que fuera en privado y no delante de todos, porque ya la conocía y sabía que podía salir así. Todos estábamos de acuerdo en que lo de la barra de bar hubiera sido un acierto muy grande, porque nos hubiera venido muy bien y yo dije que lo de la cascada hubiera estado bien también, porque de adolescente estuve en un hotel que tenía una en la piscina y la verdad es que era una pasada.

Así, seguimos por los demás sitios, llegando a las pistas de tenis y baloncesto/fútbol. Aquí Mario sí que se frotaba las manos diciendo que tenía ganas de echar ahí un rato, diciendo que se había echado un balón de cada deporte, aunque no tenía nada de tenis. Pero Valentina comentó que había un par de raquetas y algunas pelotas guardadas en la casa, así que íbamos a tener una buena sesión de deporte aquel fin de semana, lo cual me venía perfecto para recuperar el tiempo de menos que echaba en el gimnasio entre unas cosas y otras. Hasta animamos a las chicas para jugar también. Al tenis de manera individual por tener allí solo dos raquetas, pero para los otros dos deportes sí que podíamos hacer equipos, porque éramos seis en total y las combinaciones eran altas, aunque la primera que se nos vino era la de una pareja contra la otra.

Pero ya habría tiempo de hacer eso, porque seguimos por el lugar, viendo el resto, con los columpios y demás hasta llegar de nuevo a la casa. En el porche principal se comentó que se debía estar muy a gusto ahí, dándoles yo la razón al contarles lo bien que estuvimos Valentina y yo comiendo y cenando ahí durante el fin de semana anterior. Se les caía la baba por lo bonita y amplia que era la zona, además de por la nevera de bar y la barbacoa que había unos metros más allá. Y la cosa no quedó ahí, porque cuando entramos decían que era una casa muy bonita, con algún comentario de que parecía una casa americana y tal. Todos estaban contentos de poder pasar ahí el fin de semana y Mario de nuevo me decía que íbamos a estar un rato en la zona de juegos para echar un billar, un futbolín, unos dardos... Creo que él era el que más exaltado estaba de poder estar allí con tantas distracciones.

Y no tardamos mucho más en dejar las maletas que llevamos para cambiarnos y ponernos nuestros bañadores después de asignar habitaciones a cada uno. Como había tres, no había problema, tan solo que Daniela y Sofía tenían que compartir cama, pero ninguna de las dos puso objeción alguna. Cuando Valentina y yo nos cambiamos, la vi desnuda obviamente y me empecé a calentar, cogiéndola en brazos para luego echarnos en la cama entre risas, aunque rápidamente empezó a sisear para que parara y para que no hiciéramos ruido, aunque nuestra habitación se encontraba en la otra punta respecto a las otras dos por suerte. Le pregunté que si me iba a tener a dos velas tal y como hice la noche anterior y ella me dijo que no, pero que tampoco quería que la oyeran. Y fue algo que me dijo riendo, porque no paraba de mirarle todo su cuerpo, haciéndolo de tal manera que parecía que no la estaba escuchando.

Aunque lo que más me extrañó fue el bañador que sacó de su bolsa, porque no era uno de dos piezas, sino de una sola.
 
Vamos bien, terreno preparado y reconocido por los participantes, cada jugador en su posición...ahora que comiencen los juegos. :banana1:

Keranos, a sacrificarte llenando páginas, que lo que sigue del finde merece ir en una sola entrega. :adorar1:

Irene, de ti dependemos, haz uso de todas tus artimañas y argucias, queremos los orgasmos medidos por hora, no por noche.

Ya tendrán el Lunes para los arrepentimientos. :devilish:





Mientras, creyendo haberlo reconocido intenta seguirlo, sin poder articular más de dos pasos una estupefacta E...
 
Capítulo 600

-¿Y esto?
-¿Qué pasa?
-¿Por qué te pones ese bañador?
-¿Y por qué no?
-Con los bikinis tan bonitos que tienes y te vas a poner ese que es de persona mayor?
-¿Me hace mayor?
-No, pero estás mucho mejor con los otros. No me digas que te da vergüenza estar en bikini ahora.
-No. Es porque no quiero que estés todo el tiempo mirándome, que se te van mucho los ojos, jejeje.
-Ya... En serio, ¿por qué es?
-Ay... -dijo en forma de suspiro- Pues sí, me da un poco de vergüenza.
-¿Por Daniela? Porque mis amigos ya te han visto así.
-No, no es por Daniela.
-¿Entonces?
-Bueno, porque... Mmm... Porque como sé que a tus amigas le gustan también las chicas... Y también está Mario.
-¿Y qué pasa?
-Pues que no quiero que me miren tanto. No quiero ser el centro de atención.
-Hala... Qué modesta. Es coña. Pues claro que te van a mirar. Si eres la que más buena está.
-Cállate, anda -decía riendo.
-Es la verdad. Mira cómo me tienes ya -dije señalando mi polla, que estaba dura.
-Pues Sofía y yo somos muy parecidas -decía con algo de retintín.
-Me gustas más tú.
-Bueno, pues eso. Es que no quiero que estéis tan pendientes de mí.
-Vale. Si vas a estar incómoda, ponte éste.
-Tampoco es que vaya a estar tan incómoda, pero...
-Irene va a hacer algún comentario. Ya verás.
-¿Tú crees?
-Ya sabes cómo es.
-Mmm...
-A ver, póntelo. Quiero ver cómo te queda.

Valentina se lo puso rápidamente, porque tampoco era muy complicado, quedándose de pie para que la viera, poniendo sus brazos en jarra y dándose una vuelta.

-¿Qué tal?
-Joder... Si es que estás tremenda con cualquier cosa que te pongas.
-Jejejeje.
-Te hace buenas tetas.
-¿Sí? -dijo tapándose un poco con las manos.
-Jajajajaja. ¿Por qué te tapas?
-Porque no quiero llamar la atención. ¿No me has escuchado? ¿O es que estás pensando en otra cosa?
-Un poco de cada. Pero es que es una tontería esto. Vamos a estar todos juntos. Pues claro que te van a mirar. Igual que van a mirar a Irene, a Sofía, a Daniela... Y vosotras nos mirareis a Mario y a mí.
-Ya.
-Es la primera vez que veo a alguien acomplejada porque esté demasiado buena.
-No son complejos.
-Pues lo parece, jajaja.
-Es que solo quiero que me mires tú. Nadie más.
-Valentina, cariño... Pero es que la vida no funciona así. La gente tiene ojos en la cara y te van a mirar, porque eres una preciosidad. ¿O te piensas que la gente de tu trabajo no te tiene bien fichada ya?
-No he notado nada.
-Porque tendrán cuidado, pero ya te digo yo que se han fijado en ti. Seguro.
-No sé...
-¿Te molesta que se vayan a fijar en mí ahora?
-Mmm, no. Aunque tampoco es que vayan a ver nada nuevo. Al fin y al cabo, todas las chicas que están aquí te han visto desnudo ya.
-Ya te digo que si es por mí, porque pienses que me vaya a sentar mal o algo, nada más lejos.
-Vale, pero ya que he sacado este y me lo he puesto, pues me lo dejo. Mañana ya me pongo otro.
-Como quieras. Por cierto...
-Dime.
-Lo de hacer topless y desnudarnos, descartado, ¿no? Jajajaja.
-Ven aquí.
-Uuuuuh... ¿Me la he cargado?
-No -dijo abrazándome.
-¿Entonces?
-Nada. Que valoro tus palabras.
-¿Por lo del topless, o...? -pregunté de broma haciendo que Valentina se despegara de mí para darme un manotazo en el pecho.
-Ay, de verdad... No. Lo digo por hacerme ver que no es para tanto lo que pienso.
-No sé, yo es que lo veo una tontería. Pero que sepas que solo tengo ojos para ti, por si así te quedas más tranquila.
-Mmm... -murmuraba mimosa mientras me volvía a abrazar.

Nos dimos un pequeño beso, aprovechando yo para agarrar su culo, aunque nos vimos interrumpidos por Irene, quien llamó a la puerta para preguntar si nos quedaba mucho, porque todos los demás estaban esperando. Contestamos que no y le susurré a Valentina que estaba muy sexy en realidad con ese bañador y que retiraba lo que había dicho de primeras, con ella sonriendo y negando ligeramente con la cabeza. Al salir, todas estaban bastante bien, porque cada una tenía un cuerpo atractivo, aunque tuvieran sus diferencias. Y también notaba a Mario más en forma, aunque ya me percaté de ello en la playa, pero parecía que se había tomado en serio lo de espabilar en ese aspecto, aunque no sé de dónde sacaba el tiempo para ir al gimnasio. Así que bajamos y nos fuimos tal cual, a la piscina, echándonos crema, sobre todo Daniela, que era la que más blanquita estaba, que ya lo era de por sí, pero más aún por no haber tenido mucha oportunidad de ir a la playa o a la piscina.

Efectivamente, volaban las miradas como Valentina predijo. Era imposible no mirarla con lo bien que estaba. Además, con ese bañador tenía un look más milf, como el de la clásica serie de los vigilantes de la playa. Aunque es verdad que al ir todos con gafas de sol por cuánto brillaba al estar ya en agosto, se notaba menos, pero era fácil de adivinar cuando tenía lugar, sobre todo por parte de Irene, que era la más descarada al no mover su cara de donde estaba Valentina y quedándose con su boca ligeramente abierta como si estuviera embobada. Yo no podía evitar reírme al verla así, de la misma manera que no podía evitar mirarlas a todas. Y joder, cómo se parecían Valentina y Sofía físicamente. Ahora viéndolas de nuevo juntas y con tan poca ropa era increíble ver lo parecidas que eran. Aunque no era nada nuevo, porque ya lo había comprobado cuando estuvimos en la playa y ella se nos sumó el fin de semana, pero yo estaba más a otra cosa. Y ahora me fijé más y era muy destacable.

Todos nos dimos un chapuzón en cuanto terminamos de echarnos la crema y esperamos un poco a que la piel la absorbiera. Aunque las chicas se salieron al poco para ir todas juntas a las hamacas y empezar a charlar con más privacidad. Mario y yo por nuestra parte, nos quedamos jugando un poco con unas palas y una pelota. Él era bastante competitivo y se lo tomaba en serio en muchas ocasiones, haciéndose polvo para devolverme la pelota alguna que otra vez. Ya veía que me iba a dar el coñazo un poco con tanta competición luego cuando dijéramos de jugar en las canchas, por eso le dije que se calmara un poco, aunque yo también me picaba y le seguía el rollo. También hacíamos alguna parada para descansar, porque como digo, nos poníamos intensitos y necesitábamos unos minutos, aprovechando para charlar mientras nadábamos tranquilamente a lo largo de la piscina.

-Oye, tío. ¿Le pasa algo a Valentina?
-No, ¿por?
-Porque como se ha puesto ese bañador...
-Ah, jajajaja. Es que... Bueno.
-¿Qué pasa?
-Dice que se ha puesto ese para que no la mirarais mucho.
-¿En serio?
-Pues sí.
-Joder... A ver, que le queda de puta madre, pero me gustaba más con los bikinis que se puso en la playa.
-Y a mí, jajaja. Mañana se pondrá uno de esos. Hemos hablado y se le ha ido la tontería.
-Irene está... Hemos tenido que echar un rapidín.
-Joder, pues sí que ha sido rápido.
-Estaba muy caliente y ha acabado de momento. Yo no lo he hecho, pero no me voy a quedar con las ganas.
-El que se va a quedar con las ganas voy a ser yo a lo mejor.
-¿Y eso?
-Porque conozco a Valentina y le da vergüenza. Además, me lo ha dicho mientras nos cambiábamos, porque al verla desnuda la he agarrado y nos hemos echado en la cama y ya me ha puesto pegas.
-Pero seguro que follais. ¿O en la playa no lo hicisteis?
-Claro que lo hicimos. Pero no es lo mismo. No sabes cómo estaba el fin de semana pasado.
-Pues estaría desatada. Aquí los dos solos y tan a gusto, pues me lo imagino.
-Si yo te contara...
-Pues hazlo.
-No lo voy a hacer por dos motivos. Primero porque se me va a levantar y paso de salir así si nos llaman. Y segundo, porque le vas a ir a Irene y no quiero que se ponga más salida de lo que lo está ya, que la conozco, jajajaja. Seguro que empieza con los juegos y comentarios.
-Pero si a ti es el que más le gusta cuando empieza así, jajaja.
-Es verdad. Pero con Valentina... No quiero que se ponga incómoda, porque a ella no le va ese rollo. Ya lo comprobamos en la playa.
-Pero te gustaría que fuera así.
-Joder, pues claro. Pero tampoco voy a hacer que cambie por mí.
-Tú lo estás haciendo por ella al parar de ser así, como lo somos nosotros.
-Porque me cuesta menos trabajo. Ella es celosa. No es nada nuevo. Y paso de historias, la verdad.
-Está muy bien que digas todo eso y que te preocupes de ella de esa manera.
-Es lo normal, ¿no?
-Sí. Y tú que dices que no estás enamorado de ella... Jajajaja.
-A lo mejor sí que lo estoy y no me doy cuenta. Lo que sí sé seguro es que no es como la otra vez.
-Date tiempo.
-No, si estoy tranquilo.
-¿Y lo que ha dicho antes?
-¿El qué?
-Lo de que no hizo el tobogán aquí en la piscina porque era algo para niños y que no lo hizo en parte porque sabía que no iba a tener nunca.
-Ah... Te has dado cuenta.
-Me lo ha comentado Irene mientras nos cambiábamos y eso. Y he caído entonces.
-Pues nada, ¿qué va a pasar?
-¿No lo habéis hablado?
-Joder, Mario, que no llevamos ni un mes juntos como pareja. Un poco de tranquilidad.
-No sé, como os lleváis viendo ya un tiempo... Lo mismo lo habéis hablado.
-Muy de pasada. No hemos hablado nada serio y tampoco sé si quiero tener yo ahora.
-Ya... Aunque por allí hay columpios. Lo mismo esa puerta no está cerrada con llave, ¿no?
-No sé.
-Pues te va a tocar hacer de cerrajero, porque tú tienes claro lo que quieres por mucho que digas ahora que no.
-Ya.
-Y cambiando de tema. No está mal Daniela, ¿no? A ver, no está como Irene, Sofía o Valentina, pero es bastante mona.
-Es bastante apañada, sí.
-Habéis follado, ¿no?
-Sí. De hecho, ella es una de las chicas que me follé sin protección cuando Valentina me la lio por eso mismo y me tuvo a dos velas varios días.
-Ah, sí. Jajajaja.
-Menos mal que no pasó nada.
-¿Y cómo es...?
-¿En la cama? ¿Por qué? ¿Vais a hacer algo?
-Puede.
-Pues es buena. Es activa y nada remilgada. Fue muy divertido las veces que ella y yo...
-¿Y crees que le puede ir el rollo de participar con otra chica? ¿O solo si es con chicos?
-Pues... -dije a punto de contarle la anécdota en la que hice que tuviera un par de fuertes orgasmos fantaseando que ella y yo nos hacíamos un trío con Valentina- Puede ser. Si lo hacéis bien, lo mismo se anima.
-Está bien saberlo.
-Pero sed buenos con ella, ¿vale? Es una chica muy buena.
-Claro coño. Joder, Javi, parece mentira que tengas que decir eso.
-Ya, si es que... Aquí con Valentina no me hace mucha gracia que hagáis el tonto así. Es muy amiga suya también y no quiero que se enfade.
-No va a pasar nada.
 
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Capítulo 601

Las chicas nos llamaron y salimos de la piscina para estar un rato con ellas, aunque al par de minutos de llegar, Valentina dijo que iba a ir a por algo para que pudiéramos picar todos. Y no fue sola, porque Irene se prestó a ayudarla. En lo que se iban, ella me miró con una sonrisilla y yo le hice un gesto para que se estuviera quieta, porque la conocía ya demasiado bien y veía que algo estaba tramando. Y algo me preocupé viendo lo que tardaban, aunque la conversación que teníamos era muy amena, sobre todo por parte de Daniela, que era la más abierta del grupo y no para de preguntar cosas para conocer a mis amigos. También la veía muy tranquila y cercana, lo que me hacía ver que podía ser bastante probable que mis amigos pudieran llevar a cabo el plan que me contó Mario, porque ella no le quitaba el ojo de encima y ya sabía yo que le gustaba jugar, o al menos que tenía curiosidad. Solo esperaba que fueran con cabeza y que no la liaran mucho para que Valentina estuviera tranquila.

Al cuarto de hora o así aparecieron las chicas, con algunas cosas en las manos, las cuales dejamos sobre las hamacas para picar algo, estando en la gloria. Lo bueno es que no percibí nada raro por parte de Valentina, lo cual me relajaba bastante. Sobre todo, al ver a Irene más callada de la cuenta y como un poco roja. Lo mismo había hecho algún comentario y Valentina la había cortado de raíz. No tenía ni idea, pero como digo, ver a mi novia tan sonriente, participativa y teniendo acercamiento conmigo en forma de alguna caricia o dejando caer su brazo sobre mis hombros, me tenía muy tranquilo. Ya me enteraría de lo que había pasado cuando me lo contara Valentina. Y si no lo hacía porque no lo creyera oportuno, seguro que me acabaría enterando por parte de Irene. Hasta Mario parecía algo extrañado por cómo estaba su novia, mirándola en varias ocasiones e interrogándole con un gesto, aunque ella le hacía otro para decirle que no pasaba nada. Pero todo fue bien, porque poco a poco iba participando en la conversación y llegó un punto en el que estaba como antes de irse.

Pero aún no íbamos a almorzar, por lo que pensamos en acercarnos a las canchas un poco. Allí, las chicas nos vieron jugar un poco a Mario y a mí, estando resguardadas bajo la sombra de los árboles de la zona, aunque nosotros estábamos bien al sol. Hasta nos llamaron la atención nuestras chicas para que fuéramos a echarnos crema, por lo que hicimos una pequeña parada. Luego ya se animaron ellas a jugar un poco también, aunque prefirieron que jugáramos a baloncesto que a fútbol, por lo que nos estuvimos entreteniendo un rato. Pero recordamos un poco el pique que acordamos cuando estuvimos viendo la zona para que la vieran todos, así que decidnos hacer unos equipos. Y empezamos las parejas, aunque Valentina no era muy partidaria de primeras pese a ir con un bañador completo y todo bien sujeto, pero entendía por qué lo decía, porque sus tetas botaban mucho. Por eso pasó a quedarse más quieta y finalmente dándole el relevo a Daniela para que jugara conmigo mientras ella iba hacia la casa para ir preparando la carne y la barbacoa después de darse una ducha.

Pensé que sería una buena ocasión para irme con ella y aprovechar que íbamos a estar los dos solos, pues nos dijo que jugáramos nosotros, que se nos veía con más ganas, pero al final me quedé con los demás viendo cómo se alejaba. Jugamos un poco más, pero finalmente me acabé retirando para darme un baño en la piscina, porque tenía mucho calor. Fue algo rápido, saliendo de inmediato para ir a la casa y ayudar a Valentina, dejándolos a los demás allí para que siguieran jugando. Al llegar la llamé para ver donde estaba y hablando alto me dijo que estaba en uno de los baños de arriba, terminando de ducharse, así que subí, encontrándola en ropa interior y apunto de ponerse un vestido veraniego muy bonito que además parecía cómodo. Estaba supersexy con ese sujetador blanco y esas braguitas del mismo color. La ropa interior no era la más sugerente, pero es que a ella no le hacía falta, por lo que no pude evitar acercarme a ella para abrazarla y besarla.

-No, no. Que estás empapado, hombre...
-Vale, perdona. Pero es que estás tan buena que...
-A ver, dame un beso.
-Ahora mismo -dije acercándome a ella para besarla intensamente.
-Jejejeje -reía después del beso-. Mmm... ¿Por qué no hacemos una cosa?
-Dime.
-Después de comer... Podemos decir que subimos a dormir un poco para descansar por haber madrugado tanto y por el viaje... Y podemos jugar un poco. ¿Te parece?
-Uff... ¿Y si nos saltamos la comida?
-Jajajaja. No corras tanto. Pero con cuidado, ¿vale? No quiero que se enteren de que estamos...
-Lo intentaré -dije quitándome el bañador para meterme en la ducha y darme una mientras Valentina se secaba el pelo.

Mientras me duchaba la miraba todo el tiempo y no pude evitar excitarme al no dejar de ver su cuerpo y al imaginarme lo que me acababa de decir. Cuando se acabó de secar el pelo y pasó a darse un poco con la plancha, me miró mejor y me vio cómo me la meneaba un poco, aunque se acabó marchando, pero tuve la suerte de que regresó para dejarme ropa que ponerme, dándole yo las gracias. Y seguí de suerte, porque se sentó en el váter para mirarme con una sonrisa.

-¿No tenías prisa para ir preparando las cosas?
-¿Yo? Qué va.
-Sé lo que te pasaba.
-¿Sí? Bueno... ¿Se me notaba muy incómoda?
-No. Pero con la conversación de esta mañana pues me he imaginado lo que pasaba.
-Ya.
-Pero estabas tan sexy... Joder.
-Seguro que se han dado cuenta todos.
-No han hecho ningún comentario. Ni tampoco he visto miradas entre ellos ni nada.
-Bueno... A lo mejor es que a alguien no le hacía falta ya.
-¿A qué te refieres?
-Nada, da igual.
-Va, no seas así -dije saliendo de la ducha, empezando a secarme-. ¿Por qué has dicho eso?
-No ha sido nada...
-¿Es cuándo habéis ido tú e Irene a por los aperitivos?
-Vaya, no se te escapa una.
-Es que conozco ya a Irene bastante bien y la he visto rara cuando ha vuelto, pero tú estabas como si nada.
-Ya, jejeje.
-¿Qué ha pasado?
-Ha sido una tontería.
-Vale...
-Es que... A ver... Me da un poco de vergüenza.
-¿Y eso? Jajajaja.
-Cuando estábamos preparando los aperitivos, Irene me ha preguntado si podía hacer topless.
-Ah, jajajaja -reí negando con la cabeza.
-Ha sido muy amable preguntándolo. Lo ha hecho para ver si estaría yo incómoda si lo terminaba haciendo.
-Ya...
-De verdad, Javi. Ha sido así. Y le he dicho que yo no tengo mucho problema. Entonces me ha dicho que no quería tener mucha marca del moreno, que lo tenía muy bien, pero al seguir tomando el sol este fin de semana, no quería que le volviera la marca al seguir bronceando el resto de su cuerpo.
-Y te ha enseñado las tetas.
-No, bueno... La zona solamente, pero nada exagerado.
-Entonces poca cosa.
-No ha terminado ahí.
-¿No?
-No, porque yo le he comentado que el fin de semana pasado tomamos el sol un poco... No sé por qué lo he hecho. Supongo que porque me cae muy bien y bueno... Para charlar y tal. Y le he ido a enseñar un poco la marca del moreno para que viera que se me había pegado el sol y este bañador estúpido tiene los tirantes poco elásticos y al bajar uno, se ha bajado el otro y me he puesto nerviosa por cómo de fuerte se había bajado y...
-¿Se te han salido las tetas? Jajajaja.
-Oye, no te rías. Serás...
-Así que Irene te ha visto las tetas...
-Ha sido un accidente.
-¿Y qué ha pasado?
-Se ha quedado parada. A mí me ha entrado mucha vergüenza, pero he hecho como si nada y he cogido las cosas para irme con vosotros, aunque me ha entrado la risa tonta.
-Jajajajaja.
-Y ella pues ya me ha seguido. Se había puesto roja.
-Joder. ¿Cómo me he podido perder eso?
-Anda...
-Irene tiene que estar como si le hubiera tocado la lotería.
-¿Por?
-Joder, cariño... Que te tenga que decir por qué...
-¿Tantas ganas tenía de verme desnuda?
-Ya sabes cómo es.
-Pues lo estás arreglando, ¿sabes? Ahora me va a dar más vergüenza mirarle a la cara.
-Jajajaja. Joder, así la veía yo tan callada y en su mundo.
-¿Se lo contará a Mario?
-¿Tú qué crees? Lo que me extraña es que no lo haya cogido de la mano para traérselo aquí.
-¿Para qué? ¿Para contárselo?
-No. Bueno, en realidad sí. Mientras...
-¿Qué dices? -preguntaba algo escandalizada.
-Irene es una chica muy caliente. A la más mínima ya tiene ganas. Ella es así. Y después de haberte visto las tetas, pues...
-Qué vergüenza, por favor... -decía tapándose la cara.
-Seguramente los escuchemos en la siesta... Jajajaja.
-Al final te vas a quedar sin siesta por reírte tanto...
-No seas mala. Anda, vamos a ir haciendo la barbacoa.
-¿No te arreglas la barba?
-¿Para qué? Si luego vamos a jugar otra vez seguramente y también iremos a la piscina. De hecho, no sé por qué te has peinado tanto.
-Uy... ¿Ya te estás dejando? Y yo que me esfuerzo por estar guapa para ti... -decía de broma.
 
No os parece que Valentina estuvo " juguetona" con Irene. Veremos...

Esa "risa tonta" y el rubor en Valentina indica que algo le empieza a provocar el saberse deseada por Irene.

Seguro esa tensión sexual irá en aumento, por ahora el principal beneficiado de esas calenturas será Javier.

A esperar para lo que será una función para ver en IMAX y 3D.

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Capítulo 602

Bajamos cogidos de la mano para ir a la cocina a coger toda la carne que compraron para ir preparándola en las brasas. En lo que salimos nos encontramos a Sofía y a Daniela, quienes dijeron que iban a darse una ducha también para estar más cómodas a la hora de comer, pero que no tardarían mucho para ayudarnos. También nos comentaron que Irene y Mario se quedaron un poco más tomando el sol. Sofía me lanzó una mirada con una pequeña sonrisa, sabiendo yo a lo que se refería. Nosotros mientras tanto empezamos a encender la barbacoa y dejar que se fuera calentando bien y que se fueran haciendo las brasas, tomando una cerveza bien fría en la amplia mesa del porche, esperando también a que bajaran las chicas. Valentina me ponía esas típicas sonrisas suyas. Me encantaba cuando hacía eso y por eso me acercaba a ella y ponía sus piernas sobre las mías bien estiradas. Y ella me recibió bien, hasta cuando le empecé a acariciar su muslo un poco, aunque llevando cuidado de no subir mucho por él.

-Sabes por qué no han venido todavía Irene y Mario, ¿no?
-¿Por qué? No me digas que...
-Seguramente. Ya te digo que me ha extrañado que no se lo haya llevado en el momento.
-Madre mía... ¿Y que lo están haciendo, en la piscina?
-No sé.
-Pues eso sí que no me parece bien.
-Nosotros lo hicimos ahí el finde pasado.
-Ya... Pero luego se limpió con el cloro. Y no acabaste ahí.
-No te preocupes. Seguro que ellos tampoco lo hacen.
-Es que esta tarde íbamos a ir otra vez... Y mañana también.
-Que seguro que no han hecho nada ahí. No lo pienses más.
-Bueno...
-Míralos. Por ahí vienen.

Valentina bajó sus piernas de las mías como si tuviera vergüenza, pasando a ponerse recta. Me hizo gracia que hiciera eso y mis amigos llegaron hasta donde estábamos nosotros y nos dijeron que se iban a la ducha, pero que bajaban enseguida. En lo que ellos subieron, las chicas bajaron y nos pusimos a hacer la carne, aunque el sol pegaba tanto que nos resguardábamos en el porche para seguir tomándonos nuestras bebidas frías. Al poco apareció Mario, cogiendo una cerveza también y sentándose en una silla, despatarrándose bastante y estando con sus ojos entrecerrados y una sonrisa tonta en la cara. También miraba de vez en cuando a Valentina, quien estaba más pendiente de charlar con Sofía y con Daniela que de él. Parecía que había tenido una buena sesión por lo relajado que había quedado, pero le dije que me echara una mano para ver cómo iba la carne y poder así preguntarle mejor.

-Os lo habéis pasado bien, ¿no? -pregunté riéndome.
-Joooooooder... Irene se ha puesto como loca.
-Me ha contado Valentina lo que ha pasado. Lo que me he reído…
-Pues a mí no me ha hecho gracia. Porque me he perdido eso y me he enfadado un poco por la mala suerte que tengo. Ya se le podían haber salido en la piscina o jugando a baloncesto.
-Jajajajaja.
-Pero bueno, el polvazo que hemos echado Irene y yo después ha sido increíble.
-Ya he visto cómo te has quedado cuando te has sentado.
-Joder, Javi. Tenías que haber visto a Irene. Estaba... Como cuando follasteis vosotros e hicisteis esos videos cuando yo estaba fuera. Igual.
-Y algo me dice que la cosa no se acabará en lo de la piscina.
-Ya ves. ¿Y vosotros?
-Ya veremos, que está en plan tímido. Ya te lo he dicho antes.
-Yo si estuviera con una mujer así y recién empezado, no me separaba de ella y estaría todo el día con ganas de darle lo que se merece.
-¿Y te crees que yo no estoy así? Lo que pasa es que ella es más tranquila, aunque se calienta también. Y es sensible ahí abajo. No podemos abusar.
-Joder, qué bendición que esté con Irene. Ella para eso es la mejor. No se cansa nunca por muy fuerte que le dé.
-Pues sí. Eso es la ostia.
-Y con lo caliente que está... Esta noche me da que vamos a pasarlo muy bien. A ver si hay suerte y estamos los cuatro.
-Pues mira, me vas a hacer un favor.
-Claro. Dime.
-Esta noche vais a quedaros un buen rato en la piscina.
-¿Y vosotros?
-También, también. Nos tomaremos todos unas copas ahí y nos iremos pronto. Necesito que estéis un raro ahí para poder tener intimidad.
-Sin problema.
-Oye, no habéis hecho nada en la piscina, ¿no?
-No, no. Ha sido en las hamacas.
-Bien. Y esta noche lo mismo, ¿vale? No quiero historias.
-Claro.

Al regresar, quedando un poco para que se terminara de hacer todo, ya estaba allí Irene, con su pelo mojado y muy guapa, aunque lo estaban todas, pero ella estaba más provocativa por así decirlo por lo cortito que era su vestido. Valentina hacía todo lo posible por evitar el contacto visual con ella. Era demasiado descarado cómo lo hacía, al igual que lo eran las miradas de Irene a los pechos de mi chica. Era una situación bastante divertida y graciosa para mí, aunque Valentina se sintiera un poco incómoda, porque sabía que era así. Pero aquello no impidió que disfrutáramos de la gran comida que preparamos, aunque antes estuvimos picando algo más, con Valentina agarrando mi mano para entrelazar nuestros dedos, pero ya se soltó más cuando preparamos todo para comer ahí mismo. Hasta estuvo bastante participativa durante la conversación que tenía lugar en el momento.

Eso sí, pedí que no hablaran nada de trabajo, no por nada en especial, pero pensaba que estábamos ahí para desconectar y hablar de trabajo era precisamente lo opuesto, por lo que empecé a sacar tema de conversación y preguntado qué película podíamos ver por la tarde mientras nos resguardábamos de las horas más duras del sol. Atiné de lleno, porque entre las chicas se pusieron a pensar qué podíamos ver, casi sin importar la opinión que tuviéramos Mario y yo, pero con tal de no oírlos hablar de trabajo, me daba por satisfecho, porque el tema me estaba empezando a resultar algo pesado. Aunque no veríamos la película hasta un buen rato después de reposar la comilona que nos pegamos, porque además, ese día todos habíamos madrugado y la noche anterior también nos habíamos acostado algo tarde, por lo que tras recoger todo bien, cada pareja nos fuimos a nuestra habitación, optando Sofía y Daniela por quedarse en el salón de abajo echadas en el sofá para ver la tele, aunque se les veía somnolientas.

Aunque ya veía venir que dormir poco lo íbamos a hacer, al menos las parejas, porque sabía de sobra cómo estaban mis amigos y cómo estábamos Valentina y yo. Sobre todo yo, que me puse bastante a tono cuando me contó lo del accidente que tuvo delante de Irene. Me imaginaba a mi amiga mirándola con cara de vicio y luego pasaba a verlas enrollándose y me ponía bastante malo. Por eso no podía evitar estar algo nervioso durante el almuerzo y hasta me llegaba a acariciar o a acomodar ahí abajo como acto reflejo. Pero ya estábamos Valentina y yo subiendo por las escaleras, habiéndose adelantado nuestros amigos. Tampoco pude evitar levantarle el vestido un par de veces a mi chica para verle las bragas, con ella lanzando un gritito de primeras que rápidamente calló con su mano. Luego ya me apartaba las mías con la suya, girándose para echarme un poco la reprimenda con la mirada.

De camino a nuestra habitación, pasamos por la que estaban Irene y Mario y ya se podían oír los sonidos de besos provenientes de ahí, aunque la puerta estaba cerrada. Hasta me paré frente a la puerta para pegar la oreja, agarrando a Valentina de la mano para que también lo hiciera, pero ella tiró de mí para que nos fuéramos. Ya allí me echó un poco la bronca por todo: por subirle el vestido algunas veces mientras subíamos, por pararnos frente a la habitación de mis amigos y por empezar a tocarle el culo antes de llegar. Pero lo último de lo que tenía ganas yo en ese momento era de aguantar una reprimenda, por eso le agarré del culo para subiera a mi cuerpo y besarla. De primeras ella lanzó un gritito clavado al que emitió la primera vez que le subí el vestido mientras subíamos, aunque rápidamente se abrazó a mi cuerpo y empezó a besarme también mientras reía.

Por suerte, cambió rápido de parecer con ese beso que inicié yo y que me siguió ella, pasando a echarme en la cama con ella encima, con una pierna a cada lado. Ahora sí que estaba donde quería. Le levanté el vestido y le empecé a tocar el culo de la manera más intensa posible, aunque a ella le encantaba a juzgar por los sonidos que emitía mientras nos morreábamos. Hasta metí mis manos por dentro de sus braguitas para no tener ninguna barrera entre medias. También se las puse como si fuera un tanga, con ella lanzando su típico sonido de no gustarle algo, aunque pasó a reír después, dejándose llevar. No parábamos de comernos la boca y estaba muy a gusto así, aunque necesitaba más, por lo que tiré de su vestido después de quitarle las sandalias que llevaba, dejándola así en ropa interior solamente para poder tocarla mejor, pero su sujetador no tardó en volar. Con sus braguitas me costaba más por la postura que tenía ella, haciendo fuerza sobre mi erección sin dejarme quitárselas.

Como no podía seguir, me quité mi camiseta y de nuevo, acerté bastante, porque ella me miró muy excitada y me empezó a besar otra vez, aunque pasó a mi cuello rápidamente, donde no se entretuvo mucho, porque sabía cómo me ponía. Y le encantaba, pero dijo que quería dejarlo para después. Por eso siguió bajando por mi cuerpo, centrándose en mi pecho, donde se entretuvo bastante. Pero ella misma bajaba su cuerpo para seguir bajando, quitándome así los pantalones y agarrando mi polla por encima de los calzoncillos. También se animó a darle algún bocado por el tronco, buscándome con la mirada para encontrar la complicidad propia de una pareja, teniendo cada uno una sonrisa. Tampoco tardó mucho en quitármelos, pasando a agarrarla rápidamente para empezar a masturbarme mirándome muy fijamente a los ojos, con su media sonrisa de siempre para esos momentos.

Me dijo que me tumbara bien y que me relajara, que le apetecía mucho darme placer. Y así lo hice, echándome hacia atrás del todo, aunque doblé la almohada para tener la cabeza elevada y poder seguir mirándola. Valentina me seguía pajeando, con su cara muy cerca de mi polla, pasando a soplar por momentos, siendo una sensación agradable por sentir ese frío en mi glande. Mientras lo hacía, estaba con su pecho sobre la cama, dejando sus tetas aplastadas, pero su culo estaba muy elevado y hasta lo movía de un lado a otro. Me tenía malísimo haciendo eso, aunque cuando empezó a chupar, varió algunas veces entre esa postura y la de estar totalmente tumbada mientras movía un poco sus pies hacia arriba y abajo. No podía encontrarla más sexy, pero sí que le pedí el favor de que se quitara las braguitas, porque quiera que ambos estuviéramos en igualdad de condiciones.
 
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