Reencuentro con Elena

Bien!! Una buena, me alegro mucho!!. Admito que no me atreví a encarar el relato de hoy desde el principio, leí primero el comentario de Carlos, y al ver que era positivo, ahí sí comencé a leerlo (tengo "mente retorcida", pero me agrada el prota jaja). Luego de tanto penar (aunque con sus alegrías en el medio je), las cosas empiezan a salir derechas de una vez.
Y "chapeau" para el colega @onatrapse por haber acertado de una....algo que yo no pude hace en estos años de leer esta historia 🤦‍♂️
Bueno, se viene la etapa "Disney", esa que tanto nos gusta a Carlos y a mí, ojalá que fluya y quién sabe, Valentina empieza a soltarse y a animarse a jugar un poco más con Javi y a ver hasta dónde llega.
A disfrutar.
 
Bien!! Una buena, me alegro mucho!!. Admito que no me atreví a encarar el relato de hoy desde el principio, leí primero el comentario de Carlos, y al ver que era positivo, ahí sí comencé a leerlo (tengo "mente retorcida", pero me agrada el prota jaja). Luego de tanto penar (aunque con sus alegrías en el medio je), las cosas empiezan a salir derechas de una vez.
Y "chapeau" para el colega @onatrapse por haber acertado de una....algo que yo no pude hace en estos años de leer esta historia 🤦‍♂️
Bueno, se viene la etapa "Disney", esa que tanto nos gusta a Carlos y a mí, ojalá que fluya y quién sabe, Valentina empieza a soltarse y a animarse a jugar un poco más con Javi y a ver hasta dónde llega.
A disfrutar.
Bueno, yo no me terminó de fiar. Porque además, yo sigo convencido que tarde o temprano, va a aparecer Elena.
 
Pues así debía quererla para parecerlo y haberse comportado así en la resolución de la situación
Si, de hecho la quiere tanto que acaba de dejar embarazada a su secretaria, con la que lleva ya tiempo teniendo una relación de pareja. Y es tanto el amor que le profesa, que es su mujer la que ha tenido que contratar un detective para descubrir la verdad porque, por algún motivo, a el se le ha debido olvidar comentarle que lleva una doble vida.
Pues que quieres que te diga, yo prefiero que me quieran algo menos.....
 
Bien!! Una buena, me alegro mucho!!. Admito que no me atreví a encarar el relato de hoy desde el principio, leí primero el comentario de Carlos, y al ver que era positivo, ahí sí comencé a leerlo (tengo "mente retorcida", pero me agrada el prota jaja). Luego de tanto penar (aunque con sus alegrías en el medio je), las cosas empiezan a salir derechas de una vez.
Y "chapeau" para el colega @onatrapse por haber acertado de una....algo que yo no pude hace en estos años de leer esta historia 🤦‍♂️
Bueno, se viene la etapa "Disney", esa que tanto nos gusta a Carlos y a mí, ojalá que fluya y quién sabe, Valentina empieza a soltarse y a animarse a jugar un poco más con Javi y a ver hasta dónde llega.
A disfrutar.

Esos juegos son los que espero, al team completo en acción.
A Irene, Mario, Sofía, Javier y Valentina, el nuevo "Club de los cinco".
Keranos. :adorar1:
 
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Capítulo 592

-Para, para -decía entre risas.
-¿Cómo voy a parar con lo eufórico que estoy? Tenemos que liberar tensiones y estoy deseando hacerte de todo.
-Mmm... -murmuraba sensualmente- Yo también estoy deseándolo.
-¿Entonces? ¿Cuál es el problema?
-Ninguno, pero tenemos que ir a un sitio. Estoy deseando llegar. Allí podremos hacer lo que queramos.

Me quedé conforme con lo que me dijo, aunque no se libró de algún beso intenso y de que agarrara su culo con ganas. Ella también ponía de su parte al agarrarse a mi cuello y al susurrarme alguna cosa para calentarme más, pasando a lamerme los labios. Pero estaba decidida a no hacer nada, por lo que fuimos a por las maletas y bajamos por el ascensor, aunque no me percaté en el momento, pero pulsó un botón que nos mandaba al subterráneo del edificio.

-¿Qué hacemos aquí?
-Tendremos que ir de alguna forma, ¿no?
-Pues en taxi, como lo hemos hecho todo el día. O vamos a por mi coche.
-No hace falta -me dijo llevándome de la mano hasta una plaza de aparcamiento en el que había un coche.

Me reí al verlo, porque la verdad es que le pegaba mucho. Y me sorprendió, reconociéndome ella que tenía un coche, aunque no lo usaba mucho. Se trataba de un mini rojo, bastante bonito y que ella miraba con cariño. Se rio cuando le dije que le pegaba y es que era verdad, porque es el coche típico que lleva una mujer como ella. Así que cargamos las pequeñas maletas al pequeño maletero del coche y nos montamos. Salimos y nos pusimos en camino, atravesando toda la ciudad para salir de ella. Mientras tanto, le pregunté por qué no me había contado de la existencia del coche, diciendo ella que le recordaba mucho a su marido, porque él se lo regaló, pero como la cosa había acabado bien y se sentía muy bien, pues decidió cogerlo. A mí me parecía bien y así, poniendo ella algo de música, llegamos a un lugar después de desviarnos por un camino de tierra.

El sitio tenía un portón enorme de metal, la cual estaba rodeada de altas paredes de ladrillo, aunque había como una especie de "ventanas" en ellas, las cuales estaban bien selladas con unas rejas metálicas, del mismo material que la puerta por lo que se veía a simple vista. Ella me contó que era un chalet que su marido y ella habían comprado al poco montar la empresa y ver que la cosa iba muy bien. Sin embargo, llevaba sin visitarlo desde el verano del año anterior, donde aún estaba bien con su marido. Comentaba que le pasaba como con el coche, que no quería ir, porque seguro que le traería muchos recuerdos de él. Y no le faltó ocasión de ir, porque todos los años al iniciar la primavera solían ir con amigos del trabajo para echar allí los fines de semana haciendo alguna que otra barbacoa, por no hablar de los baños que se pegaban también en verano. Me contó que era una zona de escape de tanto trabajo. Por eso llevaba tanto sin pisar la playa, porque teniendo eso se saciaba y estaba muy cerca por si había alguna emergencia en el trabajo o algo por el estilo.

Pero ahora todo era muy diferente y con una sonrisa muy grande en su cara y con una expresión en general que me encantaba en ella, me decía que esperaba sembrar allí muchos recuerdos conmigo. Se me hacía hasta raro estar así con ella, porque la veía muy ñoña, siendo algo muy opuesto a la Valentina que conocí, pero la verdad es que me gustaba y yo también tenía ganas de estar así con alguien. Ya habían pasado varios meses desde la ruptura y pensaba que me merecía volver a tener esos momentos, aunque nuestra situación no fuera igual, al menos por mi parte, pero no quería tampoco devanarme la cabeza con eso, prefería disfrutar. Y tenía buena pinta el sitio para hacerlo con una mujer tan increíble como ella. Me llegaron bastante hondo esas palabras de crear muchos recuerdos allí y yo también quería hacerlo. Hasta me daba por imaginar alguna que otra situación, aunque nada serio ni extravagante.

Efectivamente, el sitio era increíble. Un chalet con pinta rara desde fuera por las paredes y puerta que tenía, aunque ella me dijo que era para tener más intimidad por si alguien se acercaba, pero por dentro era muy bonito. Era más grande de lo que parecía desde fuera, porque también ganaba en profundidad. Nada más entrar tenía un camino adoquinado por donde pasamos con el coche, yendo hasta un gran porche, aunque pasando un poco de largo para llegar a una zona amplia que parecía funcionar de aparcamiento. Estaba con una estructura de chapa que permitía resguardar los coches del sol y de lo que caía de los árboles que rodeaban a todo el chalet. Al bajarnos, seguimos por el camino adoquinado hasta llegar al porche, dejando allí las maletas, porque Valentina me quería enseñar todo el lugar por fuera, aunque no pude evitar en fijarme en la gran mesa que tenían ahí, además de numerosas sillas de cáñamo, con unos ventiladores en las esquinas del techo para aplacar el calor del verano.

Pero ella me agarró de la mano para llevarme por todo el lugar, saliendo del acerado para pisar tierra y llegar a un jardín que tenía allí. Era grande y había varias cosas, con muchas flores y hasta verduras plantadas. Me contó que le gustaba bastante la jardinería y que siempre lo tenía bien arreglado. Por eso le pregunté que por qué seguía así si ya no venía. Y es que me dijo que pagaba a alguien para que se encargara del sitio. Hasta un pequeño invernadero tenía en esa zona. Pasando a la siguiente, llegamos a una que estaba vallada, aunque éstas eran de un metro de altura y de obra, con unas pequeñas rejas metálicas también. Lo que rodeaban era una piscina tan grande o más que las que tienen los municipios para toda la ciudad. Era preciosa, teniendo forma de ocho, donde una zona era más grande que la otra. La grande tenía la entrada al agua con una pequeña rampa, mientras que la otra tenía unos escalones. La piscina además contaba con varias escaleras de acero para salir desde casi cualquier punto.

No podía creer lo que estaba viendo al estar allí, pareciendo casi un hotel más que un chalet, aunque la cosa no acababa ahí. Tenía, además, un pequeño cuarto para su depuradora, bastante bien montado. Y también tenía una zona con unos columpios y algunas mesas típicas de picnic, todo a la sombra. También tenía una pista de tenis y una pequeña cancha de baloncesto, aunque también tenían unas porterías pequeñas como de fútbol sala. Seguimos andando para regresar al porche del principio, dándome cuenta de que tenía hasta un par de neveras de bar para guardar bebidas y que estuvieran bien frías. Hasta estaban llenas de cerveza y diferentes refrescos. Valentina me contó que esa semana, sobre todo los últimos días, se había ido encargado de aprovisionarla y darle su toque a todo, esperando no haberse dejado nada para poder pasar un buen fin de semana allí, aunque yo veía imposible estar mejor.

Entramos a la casa, con ella enseñándomela bien. Era una pasada, porque tenía dos plantas y en cada una había varias habitaciones. Una cocina enorme estilo americana con el núcleo en el centro, aunque tenía encimeras también por los lados. Ese centro, tenía la cocina en sí y también hacía de mesa, que no era pequeña precisamente. Todo muy bien puesto con una nevera muy grande también, la cual tenía bastante comida dentro. Parecía que lo había planeado bien todo por cómo me lo encontré. Seguimos yendo a un salón que tenía una tele gigante y varios sofás, además de sillones. Dos habitaciones más eran como pequeñas salas de estar con televisiones y sofás, pero más normales. También había dos cuartos de baño, los mismos que en la parte de arriba. Grandes, bien iluminados y dos de ellos con una buena bañera cada uno, teniendo los otros dos un plato de ducha. Arriba, además de los baños se encontraban los dormitorios. Había tres, el principal y dos más pequeños, además de una sala que tenía un billar y algún que otro juego más por el estilo.

-¿Cómo ves el sitio? -me preguntó sonriente cuando bajamos al salón.
-Joder, es una pasada.
-Se nos fue un poco la mano con tanta habitación, pero queríamos que hubiera sitio para todo el mundo. Para amigos, familia...
-Eso he pensado, que tiene muchas cosas para una pareja. Pero vamos, que está muy bien. Os debió costar una fortuna.
-Fue una gran inversión. Es verdad. Pero la cosa iba tan bien que nos animamos.
-Es que esto está listo para vivir aquí sin ningún problema. Y lo puede hacer una familia bastante numerosa.
-Lo único malo es que tienes que coger el coche para ir a la ciudad. Por eso no vivo aquí y lo hago en mi casa. Es por comodidad.
-Es lógico. Está muy bien, pero entre eso y que estás como aislado, pues sí, puede ser un inconveniente. Pero me ha encantado.
-Me alegro.
-No me esperaba para nada esto.
-Ah, se me ha pasado. Es una tontería, pero la casa tiene otro porche.

Valentina me volvió a agarrar de la mano y fuimos hasta la parte de atrás de la casa, teniendo efectivamente otro porche. Éste era más pequeño, aunque precioso igualmente, con varias macetas, aunque estaba techado de manera diferente. Mientras que el principal tenía un techo de obra, éste tenía unas vigas de madera negra que se cruzaban, haciendo como una reja y sobre él estaba instalado una buena placa de vidrio. Valentina me contó que ese porche siempre quedaba a la sombra por cómo estaba situada la casa y que tenían el techo así para poder ver el cielo, sobre todo de noche, contándome que normalmente salía allí a leer y poder ver las estrellas, además de la buena vista que teníamos de la ciudad, la cual comentaba ella que se le hacía muy bonita de noche con tantas luces que se podían ver. Y al ser una zona resguardada, tenía una chimenea por si se iba en invierno, con una caseta a unos metros para guardar la leña.

Hacía un calor insoportable, así que fuimos al porche delantero para sentarnos allí después de poner los ventiladores y coger una bebida bien fría, reposando la comida y charlando de varias cosas. Hasta me mencionó dónde estaba la barbacoa de obra que tenían, enseñándomela rápidamente para volver a sentarnos y acabarnos nuestras bebidas. Tras hacerlo, ella me preguntó qué quería hacer y yo lo tenía claro. Tenía que probar esa piscina, así que entramos las maletas y nos fuimos al baño para cambiarnos, porque sí, ella echó unos bañadores a la maleta. Con razón quería que no viera nada. En el momento de cambiarnos me puse bastante tonto al verla desnuda con ese cuerpazo y esas marcas del moreno, por lo que la abracé por detrás, teniéndola ya dura y susurrándole que la quería follar ahí mismo. Valentina reía y participaba en el juego, pero se hacía la loca para no terminar haciendo nada, aunque bien que restregaba su culo contra mi polla.

Salió del baño casi corriendo con una risita juguetona y yo la seguí de la misma manera con dificultades para subirme el bañador. Al final no hubo suerte y fuimos hasta la piscina. Ella llegó primero, estando ya sentada en las hamacas que había bajo las grandes sombrillas del lugar, mirándome con una sonrisa, aunque yo fui derecho al agua para rebajar el calentón doble que tenía por el sol y por ella. Pero Valentina me detuvo con una voz. Me paré en seco y vi cómo hacía gestos con un dedo para que fuera con ella. Me volví a animar, pero resultó que quería que me echara crema, aunque al final lo hizo ella. Yo también le eché y se me volvió a poner dura, pero ella volvía a juego de no querer hacer nada, por lo que me fui al agua y me tiré de cabeza. Allí pude rebajar ese calentón tan malo que me entró, aprovechando para nadar un poco a lo largo, aunque me acerqué al bordillo por la parte en la que más cerca estaba de Valentina, para poner mis brazos sobre él y quedarme mirándola.
 
Qué formidable rinconcito del amor, ahora a inaugurarlo como se debe, será un deshidratado finde para la nueva pareja de novios. :babeando1:

El sitio ideal para los encuentros del nuevo "Club de los cinco", y sus posibles invitados. :devilish:

Gracias Keranos por el favor concedido. 😇
 
Me parece que lo primero no lo ha conseguido, cariño hay mucho, pero el amor hasta ahora no se ha hecho presente.
El motivo lo conocemos de sobra...la conocemo

Me parece que lo primero no lo ha conseguido, cariño hay mucho, pero el amor hasta ahora no se ha hecho presente.
El motivo lo conocemos de sobra...la conocemos.;)
Supongo que el reencuentro con " la innombrable ", va a ser con Valentina cómo pareja. Si eso es así, ya veremos qué sucede.
De todas formas, un chico de 26 años, con una MUJER de 40, suele tener poco recorrido.
 
No creo que la edad sea importante en el amor. Pero ya se vera.
A mi entender la edad no lo es tanto, no en una forma determinante.
En cambio sí lo pueden ser las brechas generacionales que esa diferencia de edad puedan exponer.
Acentuándose si la mujer es quien lleva más edad, por el hecho que cronológicamente maduran más pronto que nosotros.
 
Supongo que el reencuentro con " la innombrable ", va a ser con Valentina cómo pareja. Si eso es así, ya veremos qué sucede.
De todas formas, un chico de 26 años, con una MUJER de 40, suele tener poco recorrido.

Has tocado un verdadero "mito urbano" que rodea este relato, "el reencuentro". :eek::oops:

Entendemos por el título del relato, que existe un "reencuentro con Elena", idea que aún compartiendo, me hace dudar en el "cuándo".

En la prehistoria de este relato ya hubo un encuentro sexual en un parque, dónde Javier masturbó a Elena hasta alcanzar su orgasmo, ella aún siendo novia de Alejandro, es la única (primera) infidelidad que le conocemos con certeza.

Tiempo después sucedió lo que para mi es el primer reencuentro con Elena, fue en aquel bar que frecuentaban con su antiguo grupo de amigos, evento con el que inicia este relato.

Esta lógica cronología es la que me hace dudar, de haber ocurrido ya un reencuentro no veo posibilidades reales de que haya un segundo.

Y esa realidad me aterra.
 
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Has tocado un verdadero "mito urbano" que rodea este relato, "el reencuentro". :eek::oops:

Entendemos por el título del relato, que existe un "reencuentro con Elena", idea que aún compartiendo, me hace dudar en el "cuándo".

En la prehistoria de este relato ya hubo un encuentro sexual en un parque, dónde Javier masturbó a Elena hasta alcanzar su orgasmo, ella aún siendo novia de Alejandro, es la única (primera) infidelidad que le conocemos con certeza.

Tiempo después sucedió lo que para mi es el primer reencuentro con Elena, fue en aquel bar que frecuentaban con su antiguo grupo de amigos, evento con el que inicia este relato.

Esta lógica cronología es la que me hace dudar, de haber ocurrido ya un reencuentro no veo posibilidades reales de que haya un segundo.

Y esa realidad me aterra.
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Recuerdo que hace un tiempo alguien dijo "La sorpresa que se llevará Elena al ver a Javi tan cambiado..." a lo que maliciosamente (jaja) el autor dijo "Y si es al revés?":oops::oops::oops::oops:....la dejó picando, como decimos por acá.
Eso me lleva a pensar que sí habrá un reencuentro, además creo que debe suceder sí o sí si Javi piensa seguir con su vida normalmente, tanto sea por un regreso con ella, o cada cual por su lado, pero con ese capítulo bien cerrado.
 
Has tocado un verdadero "mito urbano" que rodea este relato, "el reencuentro". :eek::oops:

Entendemos por el título del relato, que existe un "reencuentro con Elena", idea que aún compartiendo, me hace dudar en el "cuándo".

En la prehistoria de este relato ya hubo un encuentro sexual en un parque, dónde Javier masturbó a Elena hasta alcanzar su orgasmo, ella aún siendo novia de Alejandro, es la única (primera) infidelidad que le conocemos con certeza.

Tiempo después sucedió lo que para mi es el primer reencuentro con Elena, fue en aquel bar que frecuentaban con su antiguo grupo de amigos, evento con el que inicia este relato.

Esta lógica cronología es la que me hace dudar, de haber ocurrido ya un reencuentro no veo posibilidades reales de que haya un segundo.

Y esa realidad me aterra.
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No creo que el autor le ponga el nombre de una chica en el título que sólo aparece en la primera mitad de la historia
 
No creo que el autor le ponga el nombre de una chica en el título que sólo aparece en la primera mitad de la historia
Además, a este ritmo, la historia se está alargando tanto que igual Elena sólo aparece en el primer tercio de la historia y los dos tercios restantes están sin la persona que da título y sentido a la historia.
 
Capítulo 593

-¿No te bañas? -pregunté al ver que se quedaba mirándome ella también, aunque sin decir nada.
-Ahora. Es que tienes mucho peligro.
-Vaaaaaya. Ahora seré yo el problema.
-Pues sí, porque no paras.
-¿Y cuál es el problema?
-Que quiero aguantar hasta la noche.
-Joder... Se me va a hacer duro. Aunque no tanto como ésta -dije mirando hacia abajo.
-¿Ves? -preguntaba riendo.
-Cariño, es que me pones demasiado. Y con lo bien que ha salido lo de esta mañana, solo tengo ganas de ti.
-Yo también tengo ganas de ti, amor. Pero quiero que esta noche sea especial, por eso me quiero reservar.
-Bueno... -dije saliendo de la piscina y acercándome a ella- Pero eso no es una excusa para no bañarte. Anda, ven conmigo -dije estirando mis brazos.
-Nooooo -decía riendo nerviosa al ver mis intenciones.
-Va, no te hagas de rogar.
-Javi, te conozco. Sé lo que quieres hacer.
-Sí, follarte.
-Además de eso... Quieres tirarme al agua.
-Me has pillado. Pero es que el agua está muy buena. Y con este calor…
-Madre mía, cómo estás... -dijo mirando mi entrepierna.
-Ya. A ver si con el baño me refresco bien y se me pasa.
-Ya llevabas un rato ahí, para que se te hubiera pasado...
-Pues tendremos que buscar otro remedio.
-Jijijiji. Eso no va a pasar.
-Venga, vamos -dije tendiendo mi mano.

Al fin, Valentina se levantó después de agarrar mi mano y fuimos juntos hasta el borde, aunque efectivamente, la cogí en brazos para tirarnos a los dos a la vez. Al salir a la superficie lanzó un agudo gritito, pasando a reír. Yo busqué acercarme a ella para abrazarla, dejándose ella de primeras, aunque al poco ya estaba haciendo de las suyas para apartarse de mí, pero yo la seguía para abrazarla desde atrás y restregarme con su culo.

-¿Ves? Si es que lo sabía -decía riendo.
-No puedo evitarlo. Estás muy buena.
-Ay... Si es que eres un niño.
-Ejem... -dije con algo de molestia fingida.
-Jejejeje. Pero eres mi niño -dijo abrazándose a mí con todo su cuerpo para besarme.

Ese beso me supo a gloria. Aunque fue algo diferente lo que me hizo sentir en el momento. Más que pasión sentía mucho cariño, aunque lo otro también, no nos vamos a engañar. Poco a poco salían esas muestras de cariño típicas de las parejas, como aquello de llamarse de una manera cariñosa, algunas palabras y gestos que indicaba que había algo más que atracción... Era un momento muy dulce que me estaba encantando y que esperaba durara bastante. Tras ese abrazo, se separó de mí para mirarme con esos preciosos ojos y una sonrisa muy grande. No tenía nada que ver con las sonrisas que me lanzaba cuando la conocí, que también eran muy bonitas, pero éstas ya eran otra cosa. Así, nadamos juntos y jugamos un poco en el agua, aunque ella no era de estar mucho rato, siendo lo normal que se metiera para relajarse. Yo por mi parte, sí que me encantaba estar mucho rato en el agua.

Así que ella se salió y se quedó en la hamaca, secándose un poco las manos y la cara para coger un libro que se llevó para leer un poco. Yo me paraba de vez en cuando en el bordillo para silbarle, con ella mirándome y saludándome con la mano. Así hasta que se me ocurrió algo para seguir con el juego para ver si sonaba la flauta y caía algo, porque es que seguía cachondo perdido y con un poco de erección de hecho. Así que salí de nuevo de la misma manera y me acerqué hacia ella, con ella sonriendo de nuevo al verme, dejando el libro boca abajo, aunque aún abierto, para ver qué quería, aunque por la cara que tenía se olía la tostada. Yo me hacía en interesante mirando por el lugar, encontrándolo bastante bonito de nuevo, esperando a que ella me dijera algo, pero no terminaba de morder el anzuelo. No se me ocurría nada que hacer para que fuera ella la que empezara a hablar, por lo que lo hice yo.

-¿Sabes? Me quedé con ganas de algo cuando estuvimos en la playa.
-¿Sí? -preguntaba medio riendo- ¿El qué?
-Bueno, fueron un par de cosas.
-¿Por qué será que estoy viendo lo que vas a decir?
-Porque me conoces ya. Pero no sé... Podemos hacerlo todo aquí.
-Venga, dime.
-Lo primero fue verte haciendo topless.
-Anda... Jajaja.
-Te imaginaba así y me ponía muy malo.
-¿No te importa que me vea cualquiera así?
-No soy nada celoso, ya te lo dije.
-¿Y dices que te gustaría verme haciéndolo?
-Joder, sí. Con las tetas que tienes tiene que ser increíble. Además, así igualas un poco el color de piel, que has cogido bastante con el sol que has tomado.
-Si estuve todo el tiempo debajo de la sombrilla.
-Pues se te ha pegado.
-A ver... -dijo retirándose un poco la tela de la parte de arriba de su bikini, poniéndome más malo de lo que estaba- Pues sí. Se me ha pegado bastante.
-Como si no te hubieras dado cuenta ya.
-Sí, jajaja. Pero quería ver la cara que ponías al hacer esto.
-Si supieras las ganas que tengo de follarte, no estarías jugando conmigo.
-Lo sé de sobra, cariño, jejeje.
-Pues yo de ti no jugaría tanto con fuego... ¿O no te acuerdas de aquella vez que te dije que no follaríamos?
-Sí que me acuerdo, sí. Pero esta vez no va a ser así.
-Porque vas a darme lo que quiero.
-No, porque esta vez es muy diferente y no puedes parar ya con lo excitado que estás. Hoy no va a colar eso.
-Al final te vas a quemar.
-Ya. ¿Cuál es la otra cosa?
-Me quedé con las ganas de follarte en el agua.
-Jajajajaja. Estás más salido...
-Anda ya, si te encanta.
-¿Cuándo he dicho yo lo contrario?
-¿Vamos?
-Mmm... No. Esta noche mejor.
-Bueno, al menos lo del topless sí, ¿no? De hecho, podríamos desnudarnos por completo. Total, nadie nos va a ver.
-No sé yo... -decía juguetona.
-Bueno, yo me voy a quitar el bañador.

Me lo quité y lo dejé al sol para que se secara, volviendo con ella, quien me miraba con interés.

-Anda, ven.
-Por fin...
-No, es que te voy a echar crema. Como no lo haga te vas a quemar, que estás muy blanquito en esas zonas.

Valentina me empezó a echar crema por las caderas y por el culo, dándome un cachete incluso, con una risa juguetona. Yo hacía un sonido para echarle un poco la reprimenda, porque no solo no cedía, sino que estaba jugando conmigo. Pero se puso de pie para seguir echándome hasta que llegó a mi polla, echándome también un poco por ella al acariciarla con su mano con mucha suavidad. Hasta me pajeó un poco, pero fue muy ligero, aunque su expresión juguetona no se iba de su cara. Le tuve que pedir que parara, porque si no iba a hacer nada al final, estaba siendo muy cruel al jugar así conmigo, por lo que paró, aunque se puso de puntillas para darme un pequeño beso y decirme que ya estaba listo. Otra vez me dio un cachete en el culo al darme la vuelta e ir hasta la piscina, con ella riendo. Y justo cuando me iba a tirar, me paró.

-Espera.
-¿Qué pasa ahora?
-Me has convencido.
-¿En serio?
-¿Me ayudas a echarme crema?

Antes de que acabara la frase ya estaba a su lado. Hasta le dije que me dejara a mí quitarle su bikini. Ella extendió sus brazos a los lados y me dejó hacer. Pese a lo cachondo que estaba, lo hice despacio y con delicadeza, con ella pareciendo estar encantada. De la misma manera que ella hizo conmigo, le empecé a echar crema por su cuerpo, empezando por sus tetas, aunque me entretuve más de la cuenta y hasta las amasé, notando cómo se ponían duros sus pezones. Pero tuve que parar cuando ella carraspeó, así que cambié de zona al bajar a sus caderas, esparciéndola con suavidad, con ella lanzando un sonido de gustarle cómo lo hacía, pero tenía que pasar a las demás zonas, yendo así a su culo para especiarla con sumo gusto, entreteniéndome de nuevo un poco ahí, aunque ahora parecía no importarle, pero ponía sus manos en mi pecho para no pegarme demasiado a ella. Y también le eché por la parte de delante, teniendo cuidado de no mancharle la zona en la que tenía vello, aunque fue algo breve al apartarme ella de nuevo.

Me agarró de la mano y fuimos andando muy lentamente, con ella delante de mí para recorrer todo el borde de la piscina. Era todo un espectáculo apreciar sus andares tan sensuales, aunque su culo se empeñaba en robarle toda la atención a aquello, pero pude apreciarlo todo muy bien. Al llegar a los escalones, ella se metió poco a poco y yo fui detrás de ella, aunque se paró en la mitad de éstos para sentarse en uno de ellos. Yo lo hice también, quedándome a su lado y sin que me lo esperara, me dio un beso. Algo tímido, pero que repitió no tan así para calentarme más. Le susurré que no fuera tan mala conmigo y se subió encima de mí, sorprendiéndome bastante. Y por cómo estaba yendo la cosa no esperaba que fuera a pasar nada más, pero estaba muy equivocado, porque agarró mi polla y se la introdujo en su coño, con mucha suavidad, notándolo yo bastante húmedo internamente, lo que me decía que ella estaba también muy excitada.
 
Capítulo 593

-¿No te bañas? -pregunté al ver que se quedaba mirándome ella también, aunque sin decir nada.
-Ahora. Es que tienes mucho peligro.
-Vaaaaaya. Ahora seré yo el problema.
-Pues sí, porque no paras.
-¿Y cuál es el problema?
-Que quiero aguantar hasta la noche.
-Joder... Se me va a hacer duro. Aunque no tanto como ésta -dije mirando hacia abajo.
-¿Ves? -preguntaba riendo.
-Cariño, es que me pones demasiado. Y con lo bien que ha salido lo de esta mañana, solo tengo ganas de ti.
-Yo también tengo ganas de ti, amor. Pero quiero que esta noche sea especial, por eso me quiero reservar.
-Bueno... -dije saliendo de la piscina y acercándome a ella- Pero eso no es una excusa para no bañarte. Anda, ven conmigo -dije estirando mis brazos.
-Nooooo -decía riendo nerviosa al ver mis intenciones.
-Va, no te hagas de rogar.
-Javi, te conozco. Sé lo que quieres hacer.
-Sí, follarte.
-Además de eso... Quieres tirarme al agua.
-Me has pillado. Pero es que el agua está muy buena. Y con este calor…
-Madre mía, cómo estás... -dijo mirando mi entrepierna.
-Ya. A ver si con el baño me refresco bien y se me pasa.
-Ya llevabas un rato ahí, para que se te hubiera pasado...
-Pues tendremos que buscar otro remedio.
-Jijijiji. Eso no va a pasar.
-Venga, vamos -dije tendiendo mi mano.

Al fin, Valentina se levantó después de agarrar mi mano y fuimos juntos hasta el borde, aunque efectivamente, la cogí en brazos para tirarnos a los dos a la vez. Al salir a la superficie lanzó un agudo gritito, pasando a reír. Yo busqué acercarme a ella para abrazarla, dejándose ella de primeras, aunque al poco ya estaba haciendo de las suyas para apartarse de mí, pero yo la seguía para abrazarla desde atrás y restregarme con su culo.

-¿Ves? Si es que lo sabía -decía riendo.
-No puedo evitarlo. Estás muy buena.
-Ay... Si es que eres un niño.
-Ejem... -dije con algo de molestia fingida.
-Jejejeje. Pero eres mi niño -dijo abrazándose a mí con todo su cuerpo para besarme.

Ese beso me supo a gloria. Aunque fue algo diferente lo que me hizo sentir en el momento. Más que pasión sentía mucho cariño, aunque lo otro también, no nos vamos a engañar. Poco a poco salían esas muestras de cariño típicas de las parejas, como aquello de llamarse de una manera cariñosa, algunas palabras y gestos que indicaba que había algo más que atracción... Era un momento muy dulce que me estaba encantando y que esperaba durara bastante. Tras ese abrazo, se separó de mí para mirarme con esos preciosos ojos y una sonrisa muy grande. No tenía nada que ver con las sonrisas que me lanzaba cuando la conocí, que también eran muy bonitas, pero éstas ya eran otra cosa. Así, nadamos juntos y jugamos un poco en el agua, aunque ella no era de estar mucho rato, siendo lo normal que se metiera para relajarse. Yo por mi parte, sí que me encantaba estar mucho rato en el agua.

Así que ella se salió y se quedó en la hamaca, secándose un poco las manos y la cara para coger un libro que se llevó para leer un poco. Yo me paraba de vez en cuando en el bordillo para silbarle, con ella mirándome y saludándome con la mano. Así hasta que se me ocurrió algo para seguir con el juego para ver si sonaba la flauta y caía algo, porque es que seguía cachondo perdido y con un poco de erección de hecho. Así que salí de nuevo de la misma manera y me acerqué hacia ella, con ella sonriendo de nuevo al verme, dejando el libro boca abajo, aunque aún abierto, para ver qué quería, aunque por la cara que tenía se olía la tostada. Yo me hacía en interesante mirando por el lugar, encontrándolo bastante bonito de nuevo, esperando a que ella me dijera algo, pero no terminaba de morder el anzuelo. No se me ocurría nada que hacer para que fuera ella la que empezara a hablar, por lo que lo hice yo.

-¿Sabes? Me quedé con ganas de algo cuando estuvimos en la playa.
-¿Sí? -preguntaba medio riendo- ¿El qué?
-Bueno, fueron un par de cosas.
-¿Por qué será que estoy viendo lo que vas a decir?
-Porque me conoces ya. Pero no sé... Podemos hacerlo todo aquí.
-Venga, dime.
-Lo primero fue verte haciendo topless.
-Anda... Jajaja.
-Te imaginaba así y me ponía muy malo.
-¿No te importa que me vea cualquiera así?
-No soy nada celoso, ya te lo dije.
-¿Y dices que te gustaría verme haciéndolo?
-Joder, sí. Con las tetas que tienes tiene que ser increíble. Además, así igualas un poco el color de piel, que has cogido bastante con el sol que has tomado.
-Si estuve todo el tiempo debajo de la sombrilla.
-Pues se te ha pegado.
-A ver... -dijo retirándose un poco la tela de la parte de arriba de su bikini, poniéndome más malo de lo que estaba- Pues sí. Se me ha pegado bastante.
-Como si no te hubieras dado cuenta ya.
-Sí, jajaja. Pero quería ver la cara que ponías al hacer esto.
-Si supieras las ganas que tengo de follarte, no estarías jugando conmigo.
-Lo sé de sobra, cariño, jejeje.
-Pues yo de ti no jugaría tanto con fuego... ¿O no te acuerdas de aquella vez que te dije que no follaríamos?
-Sí que me acuerdo, sí. Pero esta vez no va a ser así.
-Porque vas a darme lo que quiero.
-No, porque esta vez es muy diferente y no puedes parar ya con lo excitado que estás. Hoy no va a colar eso.
-Al final te vas a quemar.
-Ya. ¿Cuál es la otra cosa?
-Me quedé con las ganas de follarte en el agua.
-Jajajajaja. Estás más salido...
-Anda ya, si te encanta.
-¿Cuándo he dicho yo lo contrario?
-¿Vamos?
-Mmm... No. Esta noche mejor.
-Bueno, al menos lo del topless sí, ¿no? De hecho, podríamos desnudarnos por completo. Total, nadie nos va a ver.
-No sé yo... -decía juguetona.
-Bueno, yo me voy a quitar el bañador.

Me lo quité y lo dejé al sol para que se secara, volviendo con ella, quien me miraba con interés.

-Anda, ven.
-Por fin...
-No, es que te voy a echar crema. Como no lo haga te vas a quemar, que estás muy blanquito en esas zonas.

Valentina me empezó a echar crema por las caderas y por el culo, dándome un cachete incluso, con una risa juguetona. Yo hacía un sonido para echarle un poco la reprimenda, porque no solo no cedía, sino que estaba jugando conmigo. Pero se puso de pie para seguir echándome hasta que llegó a mi polla, echándome también un poco por ella al acariciarla con su mano con mucha suavidad. Hasta me pajeó un poco, pero fue muy ligero, aunque su expresión juguetona no se iba de su cara. Le tuve que pedir que parara, porque si no iba a hacer nada al final, estaba siendo muy cruel al jugar así conmigo, por lo que paró, aunque se puso de puntillas para darme un pequeño beso y decirme que ya estaba listo. Otra vez me dio un cachete en el culo al darme la vuelta e ir hasta la piscina, con ella riendo. Y justo cuando me iba a tirar, me paró.

-Espera.
-¿Qué pasa ahora?
-Me has convencido.
-¿En serio?
-¿Me ayudas a echarme crema?

Antes de que acabara la frase ya estaba a su lado. Hasta le dije que me dejara a mí quitarle su bikini. Ella extendió sus brazos a los lados y me dejó hacer. Pese a lo cachondo que estaba, lo hice despacio y con delicadeza, con ella pareciendo estar encantada. De la misma manera que ella hizo conmigo, le empecé a echar crema por su cuerpo, empezando por sus tetas, aunque me entretuve más de la cuenta y hasta las amasé, notando cómo se ponían duros sus pezones. Pero tuve que parar cuando ella carraspeó, así que cambié de zona al bajar a sus caderas, esparciéndola con suavidad, con ella lanzando un sonido de gustarle cómo lo hacía, pero tenía que pasar a las demás zonas, yendo así a su culo para especiarla con sumo gusto, entreteniéndome de nuevo un poco ahí, aunque ahora parecía no importarle, pero ponía sus manos en mi pecho para no pegarme demasiado a ella. Y también le eché por la parte de delante, teniendo cuidado de no mancharle la zona en la que tenía vello, aunque fue algo breve al apartarme ella de nuevo.

Me agarró de la mano y fuimos andando muy lentamente, con ella delante de mí para recorrer todo el borde de la piscina. Era todo un espectáculo apreciar sus andares tan sensuales, aunque su culo se empeñaba en robarle toda la atención a aquello, pero pude apreciarlo todo muy bien. Al llegar a los escalones, ella se metió poco a poco y yo fui detrás de ella, aunque se paró en la mitad de éstos para sentarse en uno de ellos. Yo lo hice también, quedándome a su lado y sin que me lo esperara, me dio un beso. Algo tímido, pero que repitió no tan así para calentarme más. Le susurré que no fuera tan mala conmigo y se subió encima de mí, sorprendiéndome bastante. Y por cómo estaba yendo la cosa no esperaba que fuera a pasar nada más, pero estaba muy equivocado, porque agarró mi polla y se la introdujo en su coño, con mucha suavidad, notándolo yo bastante húmedo internamente, lo que me decía que ella estaba también muy excitada.
En esa piscina va a producirse un tsunami...
 
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