Reencuentro con Elena

Capítulo 594

-¿Ya estás contento? Ya tienes lo que querías.
-No está nada mal.
-Al final siempre te sales con la tuya.
-No me lo niegues, que tú también lo querías. Si estás empapada.
-Pues claro que lo quiero, pero no ahora. Era para darle más emoción.
-¿Es también por si acabas muy sensible?
-Bueno, puede ser también.
-Mira, vamos a hacer una cosa. Podemos estar así y hacerlo despacito. En plan aperitivo y esta noche ya desfogamos bien. ¿Qué te parece?
-No suena mal. Y ya que estamos así...

Valentina se empezó a mover muy lentamente para follarme, estando todo el tiempo besándonos, aunque cuando se despegó de mis labios aumentó el ritmo considerablemente para lo que habíamos acordado, quedando ambos mirándonos a los ojos fijamente y jadeantes. Pero ella se dio cuenta y se salió de mí, para meterse más en la piscina, agarrando mi mano de nuevo para que la siguiera. Así, fuimos poco a poco hasta adentrarnos bien hasta que nos llegaba el agua por el pecho. Allí nos empezamos a besar otra vez, con mucha intensidad y nos empezamos a meter mano, metiéndole yo los dedos lentamente mientras ella me pajeaba de la misma manera. Hasta que se dio la vuelta para que se la metiera desde atrás. Estuvimos follando así un poco, muy lentamente, aunque no podía evitar aumentar el ritmo como ella había hecho, pero Valentina corregía eso al recordarme nuestro trato.

Paramos al poco y seguimos moviéndonos más por la piscina, llegando a un punto en el que la agarré con mis brazos pasándolos por debajo de sus piernas y ella agarrándose a mi cuello con sus brazos. Así follamos otro poco, con un ritmo lento igualmente, cosa que el agua permitía también, porque era más difícil hacer que la penetración fuera más rápida. Ambos estábamos encantados igualmente de cómo iba el momento y así la llevé hasta el bordillo para que se apoyara en él con sus brazos y tener yo más movilidad. La follé igual de lento, aunque ahora sí que podía hacerlo más rápido, como acabé haciendo, pero de nuevo paré para seguir por la piscina y acabar en esa orilla que tenía en el otro extremo. Ahí lo hicimos ya tumbados durante unos breves minutos sin que llegáramos a acabar y ella pareció estar saciada, dándome un beso para apartarme y levantarse para volver a las hamacas.

-¿Ya? -dije siguiéndola nadando por la piscina mientras que ella andaba por el bordillo.
-Ha estado muy bien, ¿no?
-Genial. Pero no hemos acabado.
-¿Quieres ir hasta el final?
-Pues claro. ¿Cómo no iba a querer? ¿Tú no?
-Sí. Pero no quiero ensuciar el agua.
-Am. Pues dilo, cariño.
-¿Cómo lo hacemos?
-Aquí mismo, en el bordillo.

Salí de la piscina una vez más y la abracé para besarla. Al final acabamos ahí mismo tumbados, con ella boca arriba y abierta de piernas y yo empujando en un misionero, aunque de manera lenta como habíamos quedado. Durante todo el rato estábamos abrazados, aunque para acabar, Valentina me dijo que me quería ver, por lo que me puse sobre mis brazos y ella me miraba con mucha pasión, pasando a tocarse el clítoris con los dedos en movimientos circulares. Así tuvo su orgasmo, siendo intenso al empezar a retorcerse. Se puso preciosa con esa cara que puso, quedándome yo quieto esperando a que se recuperara. Una vez lo hizo, se la sacó de sus entrañas para masturbarme así conforme estábamos, haciéndome acabar sobre su torso, llevando ella cuidado de que no salpicara mucho. Tras tener un intenso orgasmo yo también, la besé diciéndole que la quería mucho, devolviendo ella esas palabras.

Nos quedamos un par de minutos tumbados allí mismo para recuperar bien la respiración y fuimos a las duchas que tenía la piscina para limpiarnos bien, aunque nos volvimos a echar crema en las zonas que teníamos menos bronceadas y cogimos un par de toallas para echarlas en el borde de la piscina para tomar el sol allí durante bastante tiempo, cogiendo también una bebida fría para estar allí bien cómodos. Tras eso nos dimos otro baño y regresamos a la casa para darnos una buena ducha, aunque por separado a petición suya para no acabar de nuevo liados, cosa a la que accedí por cómo de contenta y animada lo decía. Luego estuvimos relajados en el salón viendo una película, ambos tumbados en el sofá, aunque sí que nos dimos varios besos, pero de ahí no pasamos por muy dura que se me volviera a poner por lo que me encantaba en general.

Me comentó el plan que tenía en mente para la noche, sugiriendo cenar en el porche después de ponernos bien guapos, pero para ello me dijo que tenía que ir a preparar la cena, porque quería que fuera algo parecido a la cena tan tremenda que me preparó en su casa justo antes de que nos hiciéramos pareja. Así que se tiró allí un buen rato mientras yo fui capaz de dormir una pequeña siesta para mi sorpresa, con Valentina diciéndome que me vio muy mono y que no me quería despertar. Luego me comentó que me vistiera en la planta de arriba mientras que ella lo hacía en la de abajo. Quería que todo fuera una sorpresa, aunque ella eligió mi outfit al haber hecho ella mi maleta. Pero no tenía ni idea de cómo iría ella y eso me tenía expectante, por lo que me tocó esperar en la parte de arriba una vez acabé de vestirme, pero no me aburrí en absoluto al irme a la habitación de juegos que tenía. No bajaría hasta que me avisó con un mensaje.

Al hacerlo me quedé de piedra al ver lo increíblemente guapa que se había puesto. No sé por dónde empezar a describirla, porque había varios detalles que eran muy buenos y que me encantaron. Tenía su pelo con algunas ondas, las cuales le daba el aspecto de ser más corto, pero no era así. Tenía sus ojos con una sombra negra y sus labios de un rojo muy intenso que iban a juego con el vestido tan bonito y sugerente que llevaba. Era uno fino, con un buen escote y que se sostenía en su cuerpo con unos finos tirantes. La raja que tenía le llegaba casi hasta la cadera, siendo por la otra parte cerrado y que llegaba casi al suelo. Lo más impactante era ver cómo sus medias se veían perfectamente por la apertura tan grande que tenía. La veía ajustada más arriba de medio muslo y quedaba muy sexy y provocativo, cosa que me lo iba a poner difícil para no estar pensando en otra cosa que subir a la habitación para hacerle de todo.

No acababa ahí, pues terminaba con unas sandalias negras con bastante plataforma y hasta llevaba un pequeño bolso del mismo color que ellas y que de sus uñas, las cuales eran también negras. Tanto las de las manos, como las de los pies. También llevaba una pulsera, colgante y pendientes de plata. Estaba preciosa y sexy. Y ella me dijo lo mismo a mí al ir con unos pantalones bastante formales para vestir, una camisa blanca metida por dentro de los pantalones como me recalcó que hiciera y unos zapatos marrones también muy formales. Me miraba de una manera que me hacía sentir muy bien y muy deseado. Fue imposible evitar que nos saludáramos con un buen beso, el cual se prolongó más de lo que cabría esperar. Iba a ser una cena larga. Aunque ya estaba todo dispuesto en la mesa, por lo que nos sentamos para empezar a ello.

Fue una cena inolvidable en la que compartimos muchas anécdotas y charlas de varios temas. No faltaron las muestras de cariño con gestos y miradas. Como esperaba, todo estaba delicioso y cenamos muy bien, sobrando incluso comida. Lo que no sobró fue el vino, porque no quedó nada de las dos botellas que nos tomamos y que nos hizo ponernos demasiado contentos. Sobre todo, a ella, que se puso muy risueña, riendo con cada cosa que yo decía y pasando a partirse de risa cuando decía alguna tontería. Cuando acabamos de cenar lo recogimos todo como pudimos, porque íbamos muy contentos, pero eso no nos impidió irnos a la zona de la piscina para tomarnos allí una copa tranquilamente sentados en una silla cada uno. Nos volvimos a liar allí, esta vez de manera más guarra, pero cuando me dijo que no llevaba nada de ropa interior fue más que suficiente para cogerla en brazos y llevarla hasta la casa.

Lo hice despacio para que no nos cayéramos mientras ella no paraba de reír y me besaba el cuello, aunque mi polla ya estaba más que dura. De camino pensaba en eso de que no llevaba ropa interior y era algo que noté. Al menos en la parte de arriba por lo fino que era el vestido y por cómo se marcaban sus pezones. Pero no tenía ni idea de qué fuera así también en la parte de abajo. Se veía que venía con ganas por cómo se había vestido y por cómo me acarició la pierna en alguna ocasión con su pie desnudo, pero no me la imaginaba haciendo algo así. Reconozco que al verla con ese vestido me pareció un poco raro, porque no le pegaba nada por cómo de seria y formal era, pero desde luego, quejarme era lo último que iba a hacer. Así que subimos despacio a la planta de arriba para llegar a la habitación, dejándola yo sobre la cama, aunque me tenía tan agarrado que me arrastró con ella para volver a enrollarnos en un beso muy guarro.

Y no fue algo breve de hecho, pero teníamos todo el tiempo del mundo. También es verdad que con la cantidad de vino que bebimos no recuerdo con tanta exactitud todo lo que pasó, pero ambos estábamos muy desinhibidos, sobre todo ella. De normal había ciertas cosas que Valentina no hacía por vergüenza o por guardar las formas, pero cuando bebía dejaba todo eso de lado. Y esa noche lo hizo bastante, porque tenía detalles pocos frecuentes conmigo aun estando ya a esas alturas. Un ejemplo de esto es que me hablaba de manera más guarra, diciendo cosas parecidas a las que yo le decía y ella siempre se escandalizaba por mi vocabulario. En estas ocasiones se dejaba bastante llevar y ésta no fue menos, porque me decía de manera explícita lo que quería que le hiciera. Otra cosa que también hacía era alabar cómo la hacía sentir, siendo algo menos raro, pero poco frecuente, aun así, ya que ella era bastante silenciosa una vez en el tema.

Pero me llevé otra sorpresa que ya estaba anunciada, porque efectivamente estaba sin ropa interior. Y fue algo que me encantó de nuevo, porque nunca la había visto así y al pegar poco con ella como que me llamaba mucho la atención. Cuando le quité el vestido, ella extendió sus extremidades, poniendo cara de placer al cerrar sus ojos pese a no estar haciéndole nada aún. Verla así, con esa cara y su cuerpo era una delicia y la guinda fue ver sus medias negras, con unos encajes en la parte que se ajustaba a los muslos, aunque también tenía parte de ese encaje sobre la cintura, con dos finas tiras que sujetaban las medias. Yo ya no podía más al verla así y resoplé bastante fuerte, causando su risa que estaba bastante presente a medida que bebimos más vino. Pero justo antes de que me lanzara a por ella, Valentina me dijo que la follara como yo sabía. Así, con esas palabras.

Me entró algo por el cuerpo, aunque tuve una muy buena idea pese a tener toda la sangre de mi cuerpo en otra parte bastante lejana a mi cabeza. Se me ocurrió coger la pomada que se echaba para cuando se le irritaba la zona íntima después de una sesión de sexo intensa. Y fue algo genial, porque eso la calentó mucho como ya había comprobado con anterioridad. Estaba excitada, pero más de puso cuando se la empecé a echar con cuidado en forma de caricias. Me miraba con una expresión increíble y me dijo que quería que la reventara. Ya sí que no pude más y me desnudé como pude para metérsela directamente. Valentina lanzó un gemido bastante alto que me encantó y ahí empecé una buena follada con embestidas fuertes en un misionero que me permitía ver sus tetas moverse de una manera tan exagerada que no tardé nada en acabar dentro de ella después de anunciarlo con un grito. Ella también explotó con algunos gritos que fueron seguidos por sus típicos temblores en las piernas. Se abrazó mucho a mí, haciendo que se la metiera de manera muy profunda. Valentina, visiblemente sensible me hincó las uñas, tirando hacia abajo y haciéndome daño de hecho, pero no me dejaba hacer nada por cómo de fuerte me tenía agarrado con sus piernas.

Después de unos minutos sin movernos lo más mínimo seguimos en una noche bastante larga. Como he dicho, el vino hizo que no estuviera tan consciente como me hubiera gustado, ya que tengo dificultades para recordar con exactitud el resto del tiempo que estuvimos dándonos placer. El primer polvo es fácil de recordar por lo intenso y breve que fue, pero para el resto sí que nos tomamos más tiempo. Se me vienen en imágenes practicar bastantes posturas, estando entre ellas las que más nos gustaban y animándonos a hacer a probar con alguna que otra nueva o poco común en nosotros. Recuerdo que la puse contra la pared, estando ambos de pie, pero estábamos algo mareados y no podíamos hacerlo bien. Luego se puso a cuatro, de pie aún, con sus manos apoyadas en la cama y seguimos de esa manera, pero no tardamos mucho en cambiar.

Tampoco recuerdo con exactitud cuántas veces nos corrimos entre los dos, pero desde luego no fueron pocas y tampoco perdíamos el tiempo en lavarnos entre medias. Nos importaba muy poco aquello en ese momento y no parábamos, aunque tampoco es que hiciéramos sexo oral en ningún momento. Lo que más me impactó de aquella noche fue algo que pasó cerca del final, cuando me dio por usar otra vez la crema para jugar con su culo. No tenía intención de follarla por ahí, porque sabía que no iba a ser posible. Tan solo quería ver cómo reaccionaba a eso y lo hizo demasiado bien. Tanto que me preguntó si quería follarle el culo. Así, con esas palabras de nuevo que tanto se alejaban de su vocabulario más normal. De hecho, paré en seco de follarla para preguntarle qué había dicho, repitiéndolo ella. Y tuve que hacerlo una vez más para afirmarlo totalmente, porque no daba crédito.

Le pregunté si ella quería que lo hiciera y Valentina se quedó unos momentos en silencio. Hasta la puse bocarriba para mirarla a los ojos. Y tenía una expresión tan bonita... Sus preciosos ojos azules vidriosos como siempre se le ponían cuando follábamos bastante y esa media sonrisa me volvían loco, por eso la besé para preguntarle de nuevo. Ella dijo que no estaba segura, pero que si a mí me apetecía, quería darme ese gusto. No me pareció bien que diéramos el paso no estando ella segura, pero también me dijo que la crema tenía ese efecto de calor que le encendía tanto que hacía que le entrara ganas de todo. Seguía sin estar convencido, pero ella me sugirió que jugara con mis dedos por la zona para ver si se relajaba del todo. Y como eso ya lo habíamos hecho, no me pareció mal, así que la volví a poner bocabajo para metérsela de nuevo por el coño mientras empezaba a jugar con su culo usando mis dedos.

Y fue algo que parecía funcionar, porque estaba muy caliente y no paraba de gemir. Hasta se movía ella para continuar la penetración cuando paraba para concentrarme en su culo. Y no solo eso, sino que también se tocaba el clítoris con los dedos para estimularse. Estaba siendo muy completo el momento, pasando yo a meterle bien un dedo y reaccionando ella genial, con unos gemidos tan sensuales que me incitaban a hacerlo con más rapidez y hasta a colar otro. De nuevo, la misma reacción, pasando ella de nuevo a preguntarme si quería follarle el culo. Ya me costaba más resistirme y al ver cómo estaba me dejé llevar y lo intenté. No teníamos lubricante ni nada, pero esa crema era menos densa que una normal y parecía funcionar como tal para eso, así que me esparcí un poco e intenté hacerlo. Con cabeza, obviamente porque tampoco estaba tan borracho como para ir a lo loco.

Ella estaba un poco nerviosa, pero yo me encargué de calmarla al echarme sobre ella para besarle el hombro. Ella giraba su cabeza para que pudiera hacerlo también en los labios y tras unas palabras, decirle que se calmara y que ambos nos dijéramos lo que nos queríamos, volví a intentarlo. Tuve más paciencia de la que alguien en mi posición con la excitación y alcohol que llevaba encima podía tener. El resultado fue meterle mi glande en su culo, aguantado un poco para ver si se acostumbraba, para luego sacarlo y meterlo unas pocas veces y tratar de meter más poco a poco, como logré hacer, pero muy poco más del glande. Y ahí quedó la sesión de sexo anal, porque no podía. Tenía un culo pequeño en ese aspecto. Y demasiado apretado también, por eso decidí dejarlo ahí, aunque ella no se terminaba de quejar, limitándose solo a resoplar con intensidad. Pero eso no significa que no acabáramos el polvo, pues aprovechando la postura, se la metí por el coño para follarla bien, con ella a cuatro y pasando a gritar como venía haciendo durante toda la noche, cosa que me tenía fascinado también.

Así fue como acabó una noche increíblemente buena, aunque no sea capaz de recordar tantos detalles como me gustaría. Ella cayó dormida conforme se dejó caer en la cama tras correrse, con mi leche dentro de ella y sin quitarse las medidas ni nada. Y yo tardé segundos también en hacerlo, pues fue intenso y me quedé abrazándola desde atrás para recuperar el aliento, pero finalmente me quedé K. O. La mejor noche que había pasado con Valentina desde que la conocí. Y eso que había tenido muy buenas, pero es que no podía pedir más después del día que habíamos pasado. Demasiadas emociones quizá al empezarlo, pero la cosa fue mejorando cada vez más conforme las horas iban pasando. No había nada que no me hubiera gustado desde el momento que perdimos de vista a su ya exmarido. Todos y cada uno de los minutos que pasaron desde ese momento fueron los mejores que pasé con ella, terminando en una noche tremenda que dejaba el listón muy alto.

Me desperté yo primero tras unas cuantas horas de sueño. Y no lo hice tan mal como esperaba después de todo lo que había bebido la noche anterior, pero cuando el alcohol es de calidad no hay tanto problema con las resacas. Aun así, estaba algo trastornado, por eso me quedé abrazando a Valentina desde atrás, estando muy a gusto. Así me espabilé y despejé bastante, viendo que ya no era tan temprano como solía despertarme yo, por lo que pensé que era buena hora para ir levantándose. Empecé a acariciar el cuerpo de Valentina y ella reaccionaba con soniditos agradables, aunque estaba aún muy adormilada. Pero se logró dar la vuelta para abrazarme y pegar bien su cuerpo al mío, estando bastante ñoña. Me gustaba verla así y yo me ponía en sintonía, por lo que estuvimos con varias caricias y besos hasta que de repente hundió su cabeza en mi pecho.
 
Capítulo 595

-No me mires. Tengo que estar horrible...
-¿En serio? ¿A estas alturas me dices esto?
-Es que no me quité el maquillaje anoche...
-Estabas tú como para quitarte el maquillaje.
-Oye...
-Jajajaja. Fue una noche fantástica.
-Si no digo que no, pero es que tengo que tener la cara fatal.
-Siempre estás preciosa. Ya hemos pasado por esto en los primeros días que nos empezamos a ver.
-Sí. Me acuerdo. Y estaba horrible.
-Que noooooo. Estás preciosa, como siempre.
-Ay...
-Estoy muy sorprendido por todo lo que pasó anoche.
-Ya... Bueno...
-¿Qué pasa?
-Nada...
-Venga, cuéntame.
-Es que me da vergüenza por... Anoche se me fue la cabeza con lo de...
-No pasa nada.
-Es que yo no soy así. No hago esas cosas. Me parece muy vulgar.
-Pues fuiste tú la que dijo de probar.
-Ya. Es que estaba muy excitada y como nunca lo había hecho y lo que hemos probado hasta ahora no ha ido mal...
-No tienes que hacerlo por mí, ¿eh? Si no te gusta, no lo hacemos. No es algo imprescindible para mí.
-Pero te gusta.
-Pero a ti no. Entonces, pues lo dejamos ahí.
-No me importa si quieres jugar con un dedo o si, bueno...
-¿Comértelo?
-Sí -respondió avergonzada.
-Yo lo que quiero es que estés cómoda, cariño. Si algo no te gusta, no lo voy a hacer. Y si no me doy cuenta, me lo dices.
-Me gusta que sean tan comprensivo.
-¿Cómo no lo voy a ser con mi pareja? Jajajaja. Anda, voy a darme una ducha, que anoche nos quedamos dormidos y hace falta. Así te dejo tranquila con tu horrible cara -dije riéndome.
-Sí, mejor, jejejeje.

La dejé allí, yendo hacia la ducha sin mucha más preocupación acerca del tema del sexo anal, porque era cierto que no era algo fundamental para mí como ya le había dicho, aunque sí que le di más importancia cuando me reuní con ella y notaba su mirada esquiva. En el desayuno no hablaba apenas y me evitaba la mirada, por lo que le volví a sacar el tema, pero con cuidado obviamente. No quería que le diera más importancia de la que tenía y le agarré una mano para darle seguridad. Volvimos a comentar el tema, dejando claro que no sería algo tan frecuente, dejándolo para ocasiones especiales y a modo de jugueteo. De hecho, era algo que ya habíamos hablado, pero fue necesario hacerlo una vez más después de haber llegado tan lejos. Ella me reconoció que le daba un poco de miedo que me diera por intentar practicarlo más con ella después de lo ocurrido la noche anterior, pero le dejé bien claro que no tenía ningún problema con eso.

Ya con el tema resuelto del todo nos fuimos a la piscina para echar allí el resto de la mañana. De nuevo hubo mucho jugueteo entre nosotros como el día anterior, aunque no acabamos haciendo nada en especial. No terminamos de follar ni nada parecido, ni si quiera algún tocamiento, pero fue divertido darle alguna palmada en el culo, con ella lanzando grititos al pillarla yo desprevenida. Ese día también se animó a hacer topless, con la consecuente erección, pero como digo, no hicimos nada. Aunque ella me miraba, especialmente por esa zona, pero de su típica media sonrisa no pasó. También cogimos unas palas que tenía por allí, junto a algunos flotadores y colchonetas, aunque eso último no lo usamos. Nos entretuvimos bastante jugando así con el agua por nuestra cintura, aunque le pedí antes que se pusiera la parte de arriba, porque si no, iba a jugar bastante desconcentrado, aunque lo estuve de todas formas por cómo seguían botando por mucho que estuvieran encerradas en esa prenda.

Luego nos dimos otra ducha, esta vez juntos, con varios mimos como besos y caricias, pero no terminamos haciendo nada igualmente pese a la erección que se me volvió a poner en el momento. Tan solo me la agarró un poco para mover su mano por ella, pero nada más. Tuve que preguntarle si se encontraba bien o si la noche anterior había tenido demasiado movimiento y me reconoció que tenía el cuerpo raro, como tembloroso, pero que tampoco era para tanto. Así, fuimos a comer en el mismo lugar donde cenamos la noche anterior, en esa gran mesa que había en el porche principal y donde tan bien se estaba con esos ventiladores pese al calor que hacía, pero entre eso y estar a la sombra, era hasta agradable. También ayudaba una buena cerveza fría que nos tomamos comiendo, cosa que hacía falta por el calor que nos entró con la barbacoa, porque hicimos algo de carne ahí para comer ese día.

Para el postre optamos por sentarnos un columpio bastante bonito que tenía ahí mismo, comiéndonos un helado cada uno. El suyo de chocolate, por supuesto. El mío de turrón. Y lo que no faltaba era la conversación. Especialmente ahora que éramos pareja, Valentina se animaba a hablar de todo y siendo sincero, me chocaba lo bien que estaba. Ya me había rondado la cabeza el día anterior, pero no podía evitar pensar cada vez más en cómo de "fácil" había dejado atrás a su marido. Suponía que no debió ser fácil el momento y que algo tenía que haber sentido. Por eso me comí tanto la cabeza en el rato en el que la estaba esperando. Pero al parecer estaba equivocado, porque la veía radiante. Seguro que era porque ya llevaba bastante tiempo asumiendo lo que había, pero verlo de nuevo y volver como si nada me daba que pensar, porque yo no sabía si reaccionaría así si me encontrara con mi ex.

Tampoco le saqué el tema, porque no sabía cómo hacerlo y porque no quería joder el momento tan bueno que estábamos teniendo y potencialmente todo el fin de semana. Y tampoco le di más vueltas al tema, especialmente cuando nos entramos y fuimos al salón para ponernos una película y verla los dos tumbados en el sofá bien abrazaditos. De nuevo, empezamos con las caricias y los besos, poniéndoseme dura de nuevo. Valentina en esta ocasión sí que me acariciaba más la zona por encima del pantalón corto que llevaba puesto. La película pasó a un segundo plano, porque nos centramos el uno en el otro. Nos pusimos de lado dándonos la cara para poder besarnos con más comodidad mientras que ella no separaba la mano de mi paquete y yo la mía de su culo. Y cada vez nos acariciábamos con más intensidad, cosa que hacía que nos entrara más ganas aún.

-Parece que ahora tienes más ganas... -le dije al verla más participativa.
-Es que me pones mucho. Sabes cómo tocarme.
-Te conozco ya.
-Sí. Demasiado, jejeje.
-¿Sabes? Anoche me quedé con ganas de hacer algo...
-¿En serio? Porque hicimos de todo. Aunque bueno, tengo alguna laguna.
-Me pasa igual. Anoche bebimos demasiado, jajajaja.
-Era una ocasión muy especial. Y el vino estaba muy bien.
-Sí, es el típico que empiezas a beber y para cuando te das cuenta llevas una encima que no te puedes ni levantar.
-No es para tanto tampoco... Jajaja.
-¿No? ¿Cómo llegaste a la cama ayer? A ver...
-Mmm, no me acuerdo, jajajajaja.
-Te llevé yo en brazos.
-Oh... Qué bonito.
-Es que estabas que no te tenías en pie.
-Pero no te lo cargues... -decía riendo tapándome la boca con una de sus manos.
-Pero luego espabilaste, aunque tuvimos que estar tumbados todo el tiempo, porque intenté hacer algo de pie, pero no podías.
-Ya... ¿Y qué dices que tienes ganas de hacer?
-Algo que anoche no hicimos.
-Pues con todo lo que pasó...
-Pero no te comí. Y sabes que me encanta.
-Am... -decía ruborizándose un poco.
-Me hace gracia que te pongas así a estas alturas.
-Ya sabes cómo soy -dijo tapándome la cara con una mano de nuevo.
-¿Te apetece entonces?
-Claro. Al final me has calentado y me apetece de verdad. Y no tiene por qué quedar ahí el asunto...
-¿Te refieres a que quieres follar después?
-Ay, de verdad...
-Anoche me hablabas muy guarro como para ponerte ahora así de remilgada, jajajaja.
-No era yo la que hablaba.
-Ah, ¿no? ¿Es que estaba otra anoche conmigo?
-Pues sí. Anoche estaba contigo una Valentina muy excitada y algo bebida. Ella es muy diferente a mí.
-Ya ves que si lo es, porque no veas como gritabas... Jajajaja.
-Para de meterte conmigo -decía de manera infantil pasando a hacerme cosquillas.
 
Toda va bien, pero Javi sigue con sus fantasmas, incluso los proyecta en los demás, viendo "raro" que Valentina esté tan bien inmediatamente de terminar su relación con el ex.
Claramente en algún momento deberá verse con Elena, incluso buscarla para verla si no se la cruza, y definitivamente cerrar ese capítulo, de lo contrario cada vez que quiera empezar una relación tendrá la duda de qué pasaría si la ve nuevamente. Se tiene que sacar esa duda de la cabeza de una vez por todas y asumir el resultado.
 
Si de verdad quiere avanzar con Valentina, tiene que cerrar el círculo con Elena. Debería verla y hablar con ella para aclarar toda la historía, decirse todo a la cara y ver si así aclara sus sentimientos. Tiene que asegurarse que ya no siente nada por Elena, para poder continuar con seguridad con Valentina. O volver a intentarlo con Elena.
 
Cómo explicarlo?...no me termina de convencer Valentina. Es una extraña sensación de desconfianza.

Quizás resultado de cómo mintió desde un principio. De lo elaborada y asumida que fue esa realidad que le armó a Javier.

Me preocupa suponer que, de verse en la necesidad de volver a ocultarle ciertas cosas a él, no le costará nada.

Además ya divorciada, en lo personal se le presenta todo un nuevo mundo, sin ataduras, con una libertad de acción en todo sentido.

Ya hemos visto su exponencial progreso en las artes amatorias, en lo cada vez más entregada y comprometida en la forma de dar y recibir placer.

No me cabe duda que Valentina se atreverá a explorar una relación más liberal, aceptando finalmente ser parte activa en los encuentros que Javier acostumbraba con sus amigos.

Lo que realmente dudo, es que si se limitará sólo a ellos.:devilish:

Pesimista?...no...Elenista! ;)






Mientras, su madre sobrepasada por la angustia de ese secreto tan largamente guardado se dispone a llamarlo...¡Hola J...
 
Cómo explicarlo?...no me termina de convencer Valentina. Es una extraña sensación de desconfianza.

Quizás resultado de cómo mintió desde un principio. De lo elaborada y asumida que fue esa realidad que le armó a Javier.

Me preocupa suponer que, de verse en la necesidad de volver a ocultarle ciertas cosas a él, no le costará nada.

Además ya divorciada, en lo personal se le presenta todo un nuevo mundo, sin ataduras, con una libertad de acción en todo sentido.

Ya hemos visto su exponencial progreso en las artes amatorias, en lo cada vez más entregada y comprometida en la forma de dar y recibir placer.

No me cabe duda que Valentina se atreverá a explorar una relación más liberal, aceptando finalmente ser parte activa en los encuentros que Javier acostumbraba con sus amigos.

Lo que realmente dudo, es que si se limitará sólo a ellos.:devilish:

Pesimista?...no...Elenista! ;)






Mientras, su madre sobrepasada por la angustia de ese secreto tan largamente guardado se dispone a llamarlo...¡Hola J...

Cuántos pueblos me pasé? :oops::):ROFLMAO::bdsm1:
 
Cómo explicarlo?...no me termina de convencer Valentina. Es una extraña sensación de desconfianza.

Quizás resultado de cómo mintió desde un principio. De lo elaborada y asumida que fue esa realidad que le armó a Javier.

Me preocupa suponer que, de verse en la necesidad de volver a ocultarle ciertas cosas a él, no le costará nada.

Además ya divorciada, en lo personal se le presenta todo un nuevo mundo, sin ataduras, con una libertad de acción en todo sentido.

Ya hemos visto su exponencial progreso en las artes amatorias, en lo cada vez más entregada y comprometida en la forma de dar y recibir placer.

No me cabe duda que Valentina se atreverá a explorar una relación más liberal, aceptando finalmente ser parte activa en los encuentros que Javier acostumbraba con sus amigos.

Lo que realmente dudo, es que si se limitará sólo a ellos.:devilish:

Pesimista?...no...Elenista! ;)






Mientras, su madre sobrepasada por la angustia de ese secreto tan largamente guardado se dispone a llamarlo...¡Hola J...
A mi tampoco me convence hay algo que me chirria
 
Si de verdad quiere avanzar con Valentina, tiene que cerrar el círculo con Elena. Debería verla y hablar con ella para aclarar toda la historía, decirse todo a la cara y ver si así aclara sus sentimientos. Tiene que asegurarse que ya no siente nada por Elena, para poder continuar con seguridad con Valentina. O volver a intentarlo con Elena.

...volver a intentarlo con Elena.
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Capítulo 596

Empezamos a jugar con esas cosquillas, tratando de evitarlas y de devolvérselas yo. Fue bastante divertido, aunque acabamos quedando yo sobre su cuerpo y agarrando sus muñecas con firmeza contra el sofá para quedarnos mirándonos fijamente a los ojos con nuestras caras muy cerca. Ella tenía su respiración acelerada y hacía por donde para moverse, pero yo no la dejaba. Hasta lo intentaba abrazándome con las piernas para tratar de moverme, pasando después a intentar empujarme con ellas, pero no lo terminaba de conseguir. Me tenía muy malo cómo estábamos en ese momento, sobre todo con sus tetas desparramadas bajo la camiseta de tirantes blanca que llevaba, la cual marcaba sus pezones a más no poder. A Valentina le entró la risa tonta y seguía intentando zafarse de mí, pero yo seguía sin dejarle. Lo último que intentó fue acariciar como pudo mi polla con su cuerpo, levantando sus caderas.

-¿Tregua? -le pregunté riendo.
-Jejeje. Yo solo quiero que esto vaya a más.
-Pues dilo -dije besándola.
-Es que sé que tienes cosquillas, por eso he intentado hacértelas.
-Y por eso no te he dejado, jajaja.
-Vale, vale... ¿Pero por qué no seguimos?

Solté a Valentina de sus muñecas y me apoyé sobre el sofá directamente para besarla de nuevo, aunque pasando rápidamente a su cuello, siguiendo bajando por el resto de su cuerpo. Me sorprendió que no dijera de ir a la habitación directamente, pero se veía que esperaba algo así, porque el sofá tenía una funda como el de mi casa, así que pensé que no había problema en seguir ahí, cosa que quería hacer, porque estábamos muy a gusto ahí. Así que seguí bajando, colaborando ella al quitarse la camiseta de tirantes y dejándola en el suelo, quitándole yo mientras tanto los pantalones cortitos que llevaba para toparme con unas braguitas blancas de algodón. Me entretuve dándole besos por todo su cuerpo como ya sabía que le gustaba a ella, acompañándolos con algunas succiones que eran apremiadas con los primeros gemidos que ella emitía de forma ligera.

Pero antes de lanzarme a más, jugué un poco con ella al besar su pubis por encima de la tela y al acariciarla con los dedos por toda la zona, haciendo presión cuando llegaba a sus labios, con ella suspirando. Me miraba muy sonriente y me encantaba verla así, aunque sus pechos le robaban protagonismo. Por eso no tardé mucho en quitarle las bragas, porque me encendí bastante al verla así. Un par de besos más en su pubis, esta vez sin nada de por medio y bajé a su raja para besarla y luego lamerla. La encontré bastante húmeda y pude notar como se le erizaba la piel una vez lo hice. Tan solo me susurró que llevara cuidado, porque se notaba sensible ahí abajo, así que procuré tenerlo en cuenta. Me esforcé todo lo que pude en hacerle un buen cunnilingus sin llegar a pasarme con la intensidad, porque como era algo que me gustaba tanto, a veces me costaba no dejarme llevar y dar lo máximo para que tuvieran un buen orgasmo. Pero ella corregía esa euforia que me entraba al poner su mano sobre mi cabeza y sisear. Así lograba disminuir el ritmo, pero de todas formas acabó terminando en mi boca.

Otra cosa más que me encantaba, y más todavía en ella al notar cómo su vagina segregaba sus fluidos una vez llegaba al éxtasis. Aquello me hizo pensar en algo mientras me quedé mirándola una vez se corrió retorciéndose y lanzando unos gemidos dulces que no terminaba de hacer en todos los encuentros que habíamos tenido previamente por miedo a ser escuchada. Me llegué a preguntar si sería capaz de hacer squirting al ver cómo se mojaba cuando llegaba a su orgasmo, aunque no iba a comprobarlo en ese momento, porque estaba bastante sensible y para hacer eso necesitaba hacer unos movimientos con cierta presión y fuerza y sabía que no iba a poder aguantar conforme estaba. Además, estaba sensible de la noche anterior y pensaba que se podía asustar al sentir eso por primera vez en esas condiciones.

Pero que estuviera sensible no nos privó de disfrutar de un buen polvo que siguió con una mamada cuando se recuperó, cambiando posiciones habiéndome desnudado yo, poniéndome bocarriba y ella entre mis piernas. Valentina empezó a mamar a un ritmo normal, pero rápidamente cogió una velocidad que yo no podía tener con ella. Tampoco me iba a quejar, pero no iba a dejar que me hiciera acabar, porque se la quería meter y ella también lo quería así, como me dijo antes de empezar. Lo único que me tenía preocupado en realidad era si le haría daño dejar caer su peso sobre sus pechos, cosa que le pregunté, aunque ella me decía que no pasaba nada. Y siguió chupando, con más ganas aún e intentando metérsela todo lo que podía en la boca. Y la verdad es que lograba introducirse más de lo que lo hacía en nuestros primeros encuentros, pero aún estaba muy lejos de metérsela entera. Tampoco lo necesitaba para disfrutar de una buena mamada por su parte.

Pero necesitaba algo más, por lo que le dije que se pusiera sobre mí para empezar a follar al ritmo que ella quisiera al estar algo sensible, por lo que se la sacó de la boca y con una de sus bonitas sonrisas se puso sobre mí, pajeándome lentamente para luego acariciarse un poco con mi polla y metérsela muy poco a poco. De normal se la metía del tirón, pero en esta ocasión lo hizo despacio. Tras hacerlo, se echó sobre mí para besarme, estando así durante bastante tiempo en una follada lenta que era muy placentera. Sentir sus tetas aplastadas contra mi pecho y agarrar su culo era la guinda para estar lo más a gusto posible con ella dándome ese placer. Por momentos echaba su cara en mi hombro de lado, respirando entrecortadamente, pero volvíamos a besarnos rápidamente. Ella se limitaba solo a mover su culo hacia arriba y abajo para que la penetración no dejara de tener lugar.

Pero poco a poco se empezó a calentar y aumentó el ritmo, llegando al punto en el que hacíamos ruido con el choque de nuestras carnes, aunque no era el único ruido que había, pues también estaban nuestros gemidos, en especial los suyos, que eran más altos. Y eso me terminó de encender, por eso decidí acabar el polvo tratando de que nos corriéramos a la vez. Para ello la paré y la puse bocarriba para poner sus piernas pegadas a mi pecho y follarla con cierto ritmo, aunque terminé por hacer fuerza agarrado sus tobillos para pegar sus piernas a su propio pecho, aunque sus pies tocaban el sofá. Sus tetas quedaron entre ellas y yo aproveché para darle con fuerza al ver lo mojada que estaba, acabado dentro de ella sin poder remediar dar unas profundas embestidas mientras lo hacía, cosa que ocasionó su orgasmo, con ella lanzando un fuerte grito seguido de varios gemidos lastimeros.

Nos quedamos así, en esa postura durante unos momentos, aunque la solté pensando que tenía que estar incómoda. Ella se abrazó con fuerza a mí con todas sus extremidades, teniendo yo cuidado de no dejar caer todo mi peso sobre su cuerpo. Los besos volvieron, con Valentina estando muy cariñosa, estándolo yo también, pero no íbamos a estar así toda la tarde, por eso me salí con cuidado, echándome hacia atrás para tumbarme mientras ella se tapaba el coño con una mano y salía corriendo a uno de los baños de la planta de abajo, volviendo a los pocos minutos, con toallitas para limpiarme a mí también, poniéndonos nuestra ropa una vez acabamos y quedándonos tumbados en el sofá viendo otra película que nos interesara más estando ya ambos abrazados haciendo la cucharita y sin hacer nada más sexual, aunque las caricias y los besos no paraban de tener lugar durante el resto del día.

Para las 8 de la tarde o así regresamos, dejándolo todo recogido, aunque sin saber muy bien a dónde, si a su casa o a la mía, pero lo que sí sabíamos era que queríamos seguir estando juntos. Encontramos la solución más rápido de lo que yo esperaba cuando fue ella misma la que dijo de pasar por casa para dejar su maleta y echar algo de ropa para el día siguiente, así podríamos dormir juntos esa noche después de cenar algo en casa y al día siguiente se podía dar una ducha allí para vestirse e irse al trabajo, el cual le quedaba bastante cerca. Así que pasamos por su casa, esperando yo algo retirado, pero no porque nos pudieran ver juntos, que era algo que ni lo comentábamos, pero es que su calle para aparcar era un infierno. Por eso quedamos en una calle paralela en la que sí que se podía aparcar con más comodidad por desembocar más tirando hacia las afueras que hacia el centro.

Y justo me pareció ver a Julia, la sobrina de Valentina. Y al ver que una iba en dirección a su calle, pues se me fueron yendo las dudas de que era ella. Y más aún cuando mi chica tardaba en bajar. No tenía prisa ni estaba cansado como para necesitar irme a casa rápido, pero me puse algo nervioso al recordar la situación con esta chica. Era una chica bastante mona y atractiva, aunque menos en general que su tía a mi parecer. Pero una cosa no quitaba la otra y en nuestros encuentros me había llamado la atención, siendo el último el más destacable. Me vi cerca de caer en la tentación de seguirle el rollo, pero no terminé de hacerlo y esperaba no tener que lidiar más con ella, pero era algo que veía algo difícil al ser familia de Valentina. Los minutos pasaban y ella no venía, pero me acabó avisando por mensaje de que la familia la había visitado y que se había montado un plan para cenar y no se le ocurría nada para negarse y poder irse conmigo.

No me importó que pasara aquello, porque habíamos pasado un fin de semana bastante bueno y no me iba a enfadar por esa tontería, por lo que le dije que no había problema y que se lo pasara bien con su familia. De hecho, pensé que sería algo positivo, porque veía una buena oportunidad de que contara lo que había pasado con su marido, con ese divorcio que ya estaba prácticamente resuelto y que también les hablara de mí. En realidad, sospechaba que estaba con Julia solamente, pero tal vez había quedado allí con alguien más y fue por otro lado. Así que volví a casa para echar todo lo que me llevé a la maleta a lavar, cenar algo y echarme en el sofá para ver alguna película y hacer sueño. Valentina no me envió ningún mensaje ni nada en todo el rato que estuve haciendo aquello y que me quedé descansando en el sofá después, pero su sobrina sí que lo hizo. Por mensaje me contó que al día siguiente se pasaría por la academia para empezar el curso de C1, ya que empezaba el nuevo mes.

Ni fu ni fa con aquella noticia, pero le dije que me parecía bien, porque tenía bastante sentido aquello que me dijo de porqué estaba interesada en sacárselo. Además, íbamos a estar en clase y con más gente, por lo que veía imposible que buscara más acercamiento como el que tuvo lugar cuando la acompañé a casa y me intentó besar. Así que por ahí estaba tranquilo, pero esta chica era más espabilada de la cuenta y no podía tampoco bajar la guardia. Ella se mostraba con ganas por lo que me ponía en esos mensajes y por los emoticonos que me mandaba y al dejar el móvil a un lado pensé en qué podría pensar Valentina si se enteraba de que iba a darle clase a su sobrina. Veía dos problemas: el primero era que era su familia y se seguía poniendo tensa cuando hablábamos de ese tema, además de que se ponía incómoda. Y el segundo era que a esas alturas la conocía y sabía que era celosa. Y entendía que lo fuera por lo que le pasó con su marido, pero veía que podríamos tener alguna discusión o que podría traerme problemas con ella si notaba el tonteo que tenía conmigo. Tampoco podía decirle a Julia que estaba con su tía hasta que ella lo hiciera, porque podría destapar el pastel antes de tiempo y no quería liarla sin necesidad ninguna, porque Valentina se pondría nerviosa e incómoda como he dicho, por eso pensé en dejarlo estar hasta que ella contara a su familia lo que había.

Finalmente, Valentina me dijo por mensaje que no iba a poder pasarse por casa una vez acabara, porque seguían allí y no parecía que se fueran a marchar pronto, por lo que quedamos en vernos al día siguiente, aunque no ultimamos detalles. Pero antes de irme a la cama hablé con alguien más, con mis amigos. Irene me mandó un mensaje para preguntarme si estaba disponible para hablar, porque imaginaba que estaba con Valentina y sabía que ella madrugada bastante y lo mismo podría molestar si llamaba. Le dije que nada más lejos, y me llamó, pero no en una normal, sino en una videollamada en la que estaban Mario y Sofía también. Todos me saludaron con bastante efusividad, cosa que tenía que ver con lo que pasó el sábado por la mañana, haciendo ellos el tonto al imitar la foto que le mandé a mi amiga para que viera lo que había pasado al final entre Valentina y yo después de que volviera a ver a su marido, pero pasaron a decirme que se alegraban mucho por nosotros.
 
Tienen mucho que hablar y perdonar. No sé si sería buena idea.
No sería tan complicado, por lo que hemos leído, Javier y Elena nunca se han sido infieles.

Bueno, que algunos matices hay lo sabemos, técnicamente Javier nunca lo ha sido, y de Elena sospechamos.

La primera de Javier con Noelia apenas salían, sin exclusividad, ocultárselo es lo discutible. Y la segunda fue engañado por Noelia, producto de su mente confundida y estresada por sus crecientes sospechas sobre Elena.

Respecto a Elena, todas son sospechas, con su ex, con su Jefe, con Yolanda y esposo, con su hermano David, aunque lo de David sería una crueldad más que una traición.
 
Javier siendo Javier.

Siempre acostumbrado a rehuir los enfrentamientos o alguna confrontación que permitiera aclarar situaciones comprometedoras, decide no tocar el tema de Julia con Valentina. Esperará que salga naturalmente a la luz.

Ya conocemos este guion, y sabemos como su desenlace terminó con su anterior relación.

De no recapacitar, no nos extrañaremos en que lo de Julia se termine por transformar en un Noelia 2.0. :banana1:




Mientras, luego de una difícil conversación con su madre, accede a visitarla el finde, ignorando que habrá más invitados...
 
La verdad es que quiero ser optimista, pero la negatividad de Carlos me gana jaja. Ese repentino cambio de planes porque su familia llegó de improviso, justo cuando ella volvió...mmmm.
Y una vez más, como bien dice @onatrapse, él oculta algo tan importante como lo de la sobrina. Y si Julia cuando se entera que el novio de la tía es Javi, le dice a ella que él trató de seducirla invitando un café y que hizo que se anotara en el curso de inglés por interés?
Arrancamos como hace un par de años esta historia, sólo que esta vez no hubo sexo 🤷‍♀️

..., con su hermano David, aunque lo de David sería una crueldad más que una traición.
Esa es la palabra, crueldad 👍
 
No sería tan complicado, por lo que hemos leído, Javier y Elena nunca se han sido infieles.

Bueno, que algunos matices hay lo sabemos, técnicamente Javier nunca lo ha sido, y de Elena sospechamos.

La primera de Javier con Noelia apenas salían, sin exclusividad, ocultárselo es lo discutible. Y la segunda fue engañado por Noelia, producto de su mente confundida y estresada por sus crecientes sospechas sobre Elena.

Respecto a Elena, todas son sospechas, con su ex, con su Jefe, con Yolanda y esposo, con su hermano David, aunque lo de David sería una crueldad más que una traición.
Según lo que leemos nosotros, Javier fue engañado, no fue infiel, pero nadie se creería eso de que no se dió cuenta, ya que a eso se suma todas las mentiras.

Todas esas mentiras que le ocultó es igual o peor, y por si fuera poco, se folla a su madre.

Creen que Elena sería tan idiota como para pasar por alto todo eso?, bueno, en este universo no se puede descartar nada.

Lo que si estoy de acuerdo, es que lo que hizo su hermano si es cruel, lo de su mamá es inexplicable, y lo de Elena sería una especie de venganza, también es difícil de entender.
 
Capítulo 597

I: Quería llamarte mucho antes, pero pensaba que ibais a estar todo el fin de semana follando y no quería cortaros el rollo.
M: Claro, tenían que celebrar muchas cosas, jajaja.
J: Mucha guasa tenéis vosotros... -dije riéndome.
S: Seguro que habéis pasado un fin de semana genial.
J: La verdad es que ha sido muy bueno. Ha habido de todo.
S: ¿Cómo fue el momento de espera? Jajaja.
J: Joder... Horrible -dije empezando a contarles con detalle cómo fue el momento en general, desde lo repentino que fue el viaje a Londres, sin que Valentina avisara a su por entonces marido, de lo tenso que fue el reencuentro y de lo mal que lo pasé mientras esperaba.
M: Vaya panorama, jajaja.
S: No os metáis con él, va. Ha tendió que ser una locura todo eso.
J: Ya ves que si lo ha sido.
I: ¿Y lo celebrasteis bien allí o qué? Jajajaja.
J: Qué va. Nos volvimos en cuanto pudimos. Si comimos aquí y todo.
I: ¿En serio? -decía algo decepcionada- Joder, yo hubiera aprovechado para ver la ciudad y eso. Y también para alquilar una habitación de hotel y celebrarlo bien, que seguro que os entraría el calentón.
J: Hubo de todo después. Pero es que ella no quería estar allí más por si se encontraba con él de nuevo. Los pillamos saliendo de casa y parecían que tenían algún plan. Y fuimos derechos al aeropuerto para volver en cuanto pudiéramos.
M: ¿Y habéis hecho algo especial?
J: Ella lo tenía todo planeado. Me llevó a un sitio.
S: ¿A dónde? -preguntaba con interés.
J: Resulta que tenían un chalet. Y el tío ha querido acabar bien con Valentina, por lo que ha cedido todo. Le ha dado la casa, el chalet y dice que la empresa es suya, que le dará sus acciones y eso.
I: Uy...
J: ¿Qué pasa?
I: Nada.
M: Ireeeeene.
I: No, es que me parece raro.
S: ¿Por qué?
I: Me da la sensación de que algo quiere. En plan... Como si quisiera tener la oportunidad de recuperarla algún día.
J: ¿Tú crees?
I: No me hagas caso. No va a pasar nada.
J: Valentina ha pasado página muy rápidamente. A ver... Sé que lleva meses pensando en esto y que se habrá mentalizado y eso, pero no sé... Pensaba que al verlo podría pasar algo, pero nada más lejos.
S: ¿Qué iba a pasar?
J: Joder, llevaban mucho tiempo juntos. ¿Cómo no le vino ningún recuerdo que hiciera que se pusiera triste o algo?
S: Pues no sé qué decirte.
I: Es normal que hubiera pasado algo como dices, pero no sé.
M: A lo mejor es lo que dices y ha pasado página en todos esos meses y ha cerrado esa puerta. También te digo que Valentina es seria y puede que ocultara eso que dices para no hacerte sentir mal o algo.
J: Mmm...
S: Lo importante es que ya se han divorciado y que estáis juntos y habéis pasado un buen fin de semana, ¿no? Pues ya está, vamos a quedarnos con eso.
J: No, si yo estoy muy contento y tranquilo. Fue algo que me vino a la mente después, pero ya está.
I: Seguro que no es nada y he dicho una tontería, pero es la sensación que me ha dado.
J: Él habló conmigo a solas después durante un momento y me dijo que la quería y tal, que por eso quería lo mejor para ella y le había dejado todo.
I: Bueno...
J: Y por cierto, ha dejado embarazada a la chica esa con la que está.
I: Entonces nada -decía más convencida.
S: Joder, vaya sorpresa.
M: No ha perdido el tiempo, eso desde luego.
J: La chica se veía apañada y tal. No se la veía mala chica y si han decidido tener un bebé pues me parece bien por ellos, aunque la manera en la que lo han hecho me parece una mierda.
M: El listón estaría alto si estuvo con Valentina, ¿no?
J: No estaba mal, pero ya te digo que Valentina está mucho mejor. Y lo más importante, todo natural.
I: Me cuesta creer que haya dejado a Valentina por una chica que esté mejor, así que no, no está mejor que ella. No me hace falta verla para saberlo.
M: Pues será por otra cosa.
J: Tiene pinta que lo del bebé es importante. Pero me da igual en realidad. ¿Os cuento lo que hicimos?
S: Sí, cuenta, cuenta.

Entonces les empecé a contar lo que hicimos desde que aterrizamos hasta que fuimos al chalet, contándoles con detalle cómo era y todo lo que tenía. Parecían bastante impresionados por lo que les contaba, comentando que tenía que ser una pasada, como efectivamente era. Me decían que tenía mucha suerte de tener ese espacio para poder disfrutar con ella sin que nadie nos molestara, con piscina y todo lo demás. Que me dijeran todo eso no hizo más que me entraran ganas de invitarlos a todos, pero no era algo que dependiera de mí solamente. No me parecía bien tomarme esa libertad, porque quería consultarle antes a Valentina para ver qué pensaba, sobre todo por Sofía, a quien de primeras miró recelosa, aunque finalmente todo fuera estupendamente bien. Imaginaba que lo hacía así por lo parecidas que eran físicamente, pensando que tal vez tenía miedo de que Sofía pudiera despertar en mí el mismo interés que tenía en ella, pero nada más lejos. Quería a Sofía mucho y estaba muy buena. Prueba de ello era las numerosas veces que nos habíamos acostado ya, pero no despertaba lo mismo que ella, aunque me encantaba pasar tiempo con mi amiga y hablábamos casi a diario.

J: Hablaré con ella para que os vengáis.
S: Joder, es que tiene muy buena pinta el sitio.
J: Tiene hasta su barbacoa.
M: Me puedo echar un balón y echamos unas canastas.
S: Y mientras nosotras tomamos el sol.
J: Pero tengo que hablarlo con ella antes.
M: ¿Y también tiene de tenis dices?
J: Sí, pero yo no he jugado mucho a eso.
M: Da igual, si es para echar el rato.
S: Joder con los deportistas...
J: Irene, te veo muy callada, jajaja.
I: Tío, es que lo voy a pasar mal, lo sé.
J: ¿Por? -pregunté lo evidente mientras reía.
I: Porque me pone demasiado. Me va a costar controlarme.
J: No, si solo hay que ver cómo te pusiste la semana que pasamos con vosotros en la playa, jajaja.
I: No te rías, cabrón. Si en realidad estoy deseando ir para estar con vosotros, pero es que... Uff. Está muy buena.
J: Sofía se parece mucho a ella físicamente.
I: Ya.
S: Si me tienen bien servida por eso. Aún les dura lo de la playa.
J: Jajajaja. Pues ya está, así te desfogas. Allí hay muchas habitaciones.
I: Porque posibilidad de algún juego no ves ninguna, ¿no?
J: Jajajajaja. Pues no, no la veo. Yo al menos no le voy a decir nada, que me manda al sofá rápido. Ya lo que hagas tú es cosa tuya, pero piensa en si te compensa dejar de verla, porque seguro que te manda a la mierda si haces algo de lo que estás pensando ahora mismo.
I: Joder... No te la tenías que haber traído a la playa.
J: Jajajajaja.
I: No te rías más, que te voy a decir que ojalá no estéis juntos entonces.
J: Hala...
I: Es broma. Pero es que me pone mucho y me encantaría hacerle de todo.
M: Pues como a todos los que estamos aquí ahora mismo.
J: Sí. Y solo uno puede hacerlo.
I: Que te den.
S: A mí también me da envidia, pero no para ponerme como Irene.
I: ¿Y cómo llevas lo que me contaste mientras esperabas?
J: ¿El qué?
I: Lo de que no sientes lo mismo que cuando...
J: Ah, pues bueno... No quiero darle muchas vueltas y te voy a hacer caso. Voy a dejar que la cosa fluya. Ya vendrá solo.
S: ¿De qué habláis?
J: De que no siento lo mismo que la otra vez que estuve en una relación.
S: Ah...
M: Mi consejo es que disfrutes con ella, porque se ve que te gusta.
J: Así es. Y lo hago, disfruto mucho con ella.
M: Pues ya está. No pienses en más cosas.
S: Claro. Ten en cuenta que vienes de unos meses un poco difíciles. Es como cuando estuviste en sequía de sexo durante todo ese tiempo y ya lo retomaste y tal. Pues esto es lo mismo. Poco a poco -decía para animarme.
 
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