Capítulo 693
-Sofía... Qué guapa estás -dije al verla con un vestido ajustado de color gris. Era de cuello alto y le llegaba hasta las rodillas, llevando bajo él unas medias negras muy tupidas y unas botas. Aunque sobre todo eso llevaba un largo abrigo.
-Hola. ¿Podemos hablar?
-Claro, pasa.
-Tienes mala cara -dijo mientras se quitaba su abrigo y lo colgaba en la entrada.
-Como para no...
-Ya... ¿Me cuentas?
-¿Quieres un café?
-Venga, va.
-Pues... -dije después de prepararle un café y servírselo.
-Dime que no estáis juntos.
-¿Cómo voy a estar con ella, Sofía?
-No lo sé. Es la única explicación que encuentro a encontrar a esa chica aquí.
-¿De verdad piensas que con lo que me ha hecho voy a acabar con ella?
-No lo sé.
-Pues no -dije con algo de decepción.
-¿Entonces?
-Nos volvimos a encontrar de casualidad. Resulta que coincide con mi compañera de piso en una clase y han hecho un grupo con algunas más. Bueno, ya coincidía con ella el curso pasado, pero ha sido en este en el que han empezado a hablar más y se han acabado haciendo amigas. Andrea me preguntó si podía traer a sus amigas para juntarse aquí y poder preparar cosas de clase, como trabajos y demás. No le puse ninguna pega y un día me la encontré aquí al venir de trabajar. Estaban todas y ella era una de sus amigas.
-¿Y cuándo fue eso?
-Hace unas semanas.
-¿Y qué pasó después?
-Por mi parte, nada. Ella fue la que movió ficha empezando a aparecer por sorpresa por aquí o a escondidas.
-¿Escondidas?
-Sí, cogiendo uno de los juegos de llaves que tenemos en la entrada para colarse aquí.
-No jodas...
-Pues sí. Pero vamos, que tampoco es raro en ella. Si con lo que ha hecho ya...
-Pfff...
-Han sido unas semanas complicadas, la verdad. Porque le dije a Andrea que no quería ver a esa chica aquí, teniéndole que explicarle porqué, pero se ve que la ha manipulado, porque está de su parte. Siempre que discutimos, ella se pone de su parte diciendo que es una chica muy buena y que no se merece cómo le hablo y cómo la trato.
-¿Eso dice de ella?
-Ajá.
-¿Y es así?
-¿Si es buena y eso?
-Sí. Te estoy preguntando eso.
-Mmm... Bueno, puede que sea así. Pero ha tenido destellos de la Noelia que conocía antes de alejarme de ella. No me termino de creer que haya cambiado tanto. Pienso que sigue siendo la misma chica manipuladora que siempre ha sido.
-Lo poco que pude ver cuando pasó eso da la razón a Andrea.
-¿Eso piensas?
-No puedo darte una opinión con fundamento, pero la vi diferente. No sé, como que estaba abierta a tratar con nosotros y eso. Me pareció raro una vez me paré a pensarlo. Es como si no fuera con ella todo lo que pasó en su día.
-Exactamente. Eso es lo que hace. Se comporta de una manera como si esperara que yo me olvidara de lo que pasó.
-Eso es porque tiene alguna intención, ¿no? Obviamente sigue interesada en ti si después de verte ha seguido viniendo y si dices que se ha colado y eso.
-Dice que está enamorada de mí.
-¿En serio?
-Sí. Me largó un discurso en el que me dijo que estaba obsesionada conmigo cuando me conoció y se llegó hasta a disculpar por todo lo que me hizo. Pero que en los últimos meses en los que ella se vino a vivir con nosotros, vio cómo cuidaba de su hermana, cómo era nuestra relación y se fue enamorando de mí. Que si se negaba a reconocerse eso a sí misma, pero que al final se dio cuenta. Ella quería algo así para ella también y siguió intentando un acercamiento conmigo, aunque de otra manera. Y en esta ocasión, pues eso, que si estaba enamorada, que si no me había olvidado, que si había intentado ponerse en contacto conmigo, que su no ha estado con ningún chico desde que ella y yo... En fin.
-¿Y qué le dijiste tú cuando ella te dijo todo eso?
-Me reí en su cara. ¿Qué le iba a decir? Pues que estaba loca.
-¿Cómo se lo tomó ella?
-Mal.
-Claro...
Nos quedamos unos momentos en silencio, con ella algo nerviosa. Me evitaba la mirada una vez nos quedamos callados, pero veía cómo se removía y cómo se frotaba las manos y jugaba con sus dedos.
-¿Estás bien? -le pregunté al verla así.
-Sí, claro.
-Te noto nerviosa.
-Javi, ¿te has acostado con ella?
-Pues... Sí -respondí tras unos segundos.
-Ay... -dijo en forma de suspiro, tapándose la cara con una mano.
-Pero... Pero fue porque había salido y estaba borracho. Me la encontré sentada en el escalón de casa al volver.
-¿Seguro? ¿No ha habido más veces?
-Bueno, puede que alguna más...
-Joder, Javi... Es que parece que al final te va a gustar tenerla detrás de ti.
-Eso no es así.
-Pues lo parece -me dijo de una manera un tanto agresiva que no reconocía en ella.
-No, Sofía. A veces ha dado la casualidad de que me ha pillado falto de... De sexo y con las defensas bajas y he caído. Pero no han sido muchas veces.
-Pero lo has hecho.
-También la he evitado mucho. Ha habido días en los que no he comido aquí y lo he hecho fuera para no coincidir con ella. También lo he hecho alguna vez a la hora de cenar. Se empezó a acoplar en esos momentos y tuve que poner espacio.
-Es raro.
-¿Raro?
-Es raro que estando en tu casa seas tú quien se vaya para no coincidir con ella.
-¿Y qué hago entonces? ¿Tú sabes la de veces que le he dicho que no la quiero por aquí...? La de veces que me la he encontrado aquí al llegar de trabajar y decirle que se vaya y que no me haga ni puto caso. Y lo mismo con Andrea, ¿eh? No te vayas a pensar que no le he dicho nada a ella.
-¿Y qué dice?
-Nada. Que le dé una oportunidad, que está enamorada de mí y más cosas por el estilo. He tenido discusiones fuertes con ella por lo mismo. Lo estoy pasando mal con eso, porque creía que era mi amiga también, pero se pone siempre de su parte.
-Pues eso tiene fácil solución.
-¿Tú crees?
-Hombre, por supuesto. Le ayudas un montón y así te lo paga... Pues tú me dirás.
-Pero es que...
-¿Qué pasa?
-Ella no puede...
-¿No nos contaste que le habían dado una beca?
-Sí, pero...
-¿Cuál es el problema entonces?
-Es también por no quedarme solo. No estoy bien de ánimo y si me quedo solo sé que lo voy a estar peor.
-¿Estás seguro?
-¿Mmm?
-Javi, esta no es la primera vez que nos ocultas algo así. Ya en su día nos llevamos la sorpresa y ahora no la hemos vuelto a llevar. Irene se enfadó también en verano por más cosas que nos ocultaste... Te damos nuestro apoyo y nos abandonas viniéndote a vivir aquí... Javi, ¿tú quieres ser nuestro amigo?
-¿Qué? Pues claro que quiero.
-¿Nosotros te hemos fallado alguna vez? No -dijo sin dejarme responder-. Siempre hemos estado ahí cuando nos has necesitado. Y tú nos lo pagas con estas cosas.
-Yo siempre he estado ahí también.
-Pero nosotros no te hemos puesto en estas situaciones, Javi.
-Ya. Eso es verdad.
-¿Estás bien? Te noto atontado -dijo después de quedarnos callados unos momentos.
-Anoche me tomé algo para dormir.
-Bueno...
-¿Has hablado con Irene?
-A penas. Está muy enfadada, Javi. Veremos qué pasa...
-Joder...
-Perdió los papeles.
-¿Qué pasó cuando os fuisteis?
-No lo sé. Yo me fui en mi coche. Pero por la calle se podían oír las voces que pegaba.
-Tengo que hablar con ella, pero quiero que se enfríe un poco, porque me va a mandar a la mierda cuando la llame.
-Quizá estaría bien que le pusieras un mensaje pidiéndole perdón. Breve, solo eso. A lo mejor eso acelera un poco las cosas.
-Sí. Puede ser. Luego le pongo un mensaje.
-A ver si hay suerte y se calma pronto.
-Pues sí. ¿Y sabes quien vino cuando todos os fuisteis?
-¿Quién?
-Valentina.
-¿En serio?
-Sí.
-¿Y eso? ¿Te ha perdonado? -preguntó con interés.
-Bueno... Eso está por ver...
-¿Por? ¿No hablasteis de ello?
-Demasiado.
-No te entiendo.
-Vino en modo guerrera. Muy a la defensiva, echándome cosas en cara y yo pues me defendí.
-Uff... No suena muy bien eso.
-Bueno, tampoco pasó nada... Lo normal. Es normal que me eche cosas en cara. Y yo también lo hice, con cosas que no me gustaron de nuestra relación.
-Am...
-Pero... Al día siguiente me envió un mensaje pidiéndome perdón por haberse puesto así conmigo.
-Anda...
-Y de hecho tenemos pendiente vernos para hablar más tranquilamente.
-¿Sí? -preguntó algo contenta.
-Sí, pero me ha dicho que no piense que vamos a volver ni que va a pasar nada. Tampoco era mi intención, ¿eh? No estoy para nada ahora mismo.
-Bueno, ya me contarás.
-Claro. Y se acerca la hora de comer. ¿Me cambio y nos vamos por ahí a comer?
-No, no puedo. Tengo una reunión.
-¿En serio? Pensaba que ya que estabas por aquí y a estas horas podíamos comer fuera y tomarnos un café, no sé.
-Pues no puedo. Tengo algo y he dado mi palabra. Así que tendrá que ser otro día -dijo levantándose.
-Bueno, pues otro día será.