Capítulo 839
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo sin vernos! -me saludó ella de manera efusiva, dándome un abrazo y dos besos además.
-Me alegra mucho verte de nuevo. Me gusta mucho tu pelo.
-¿Sí? Me lo he dejado de teñir.
-Se nota. Te queda muy bien tu color natural.
-Eso me han dicho alguna que otra vez. Valentina de las que más.
-¿Ha sido ella la que te ha convencido para que te lo dejes así?
-Qué va. Salió de mí.
-¿Y qué te ha llevado a dejártelo así?
-Pues la verdad es que estaba algo cansada de ese color, además de que era un rollo y estropea el pelo, pero la principal razón fue que no me veía seria con ese color de pelo.
-¿Seria?
-Ya sabes que estoy asistiendo a muchas reuniones con Valentina y a su día a día para ver cómo funciona todo en su empresa
-Ajá.
-Pues un día me fijé y allí todas iban con sus peinados impecables, sobre todo las que más peso tienen en la empresa. Mis aspiraciones es llegar a ser una de ellas un día y me apetecía hacer ese cambio para verme.
-¿Y cómo te ves?
-Muy bien, más seria.
-Entonces funciona.
-Sí, bastante bien.
-Estoy seguro de que pronto estarás entre ellas.
-Aún queda... -decía riendo un poco.
-¿Cómo vas con los estudios?
-Muy bien. Estoy muy contenta, aunque también me lo estoy currando, ¿sabes?
-Sé de sobra lo trabajadora que eres.
-Valentina es la mejor. Me ha ayudado tanto... Es que es como una madre para mí. Y todo de gratis. Me sabe tan mal... Aunque algún día le compensaré.
-Sabes de sobra que tu compañía vale oro para ella.
-Ya, bueno... Pero me siento mal la mayoría del tiempo. No me gusta vivir con todo regalado.
-Piensa que es algo temporal hasta que puedas vivir por ti misma una vez termines los estudios.
-Me ha dicho que en cuanto los acabe, tengo un puesto asegurado junto a ella. Y eso también...
-Si te lo dice es porque estás trabajando muy duro para ganártelo.
-Jo... Para de hablarme tan bien, al final me vas a hacer llorar... Jajajaja.
-Vale, paro -respondí riendo.
-Valentina está muy bien también, aunque eso ya lo sabes, ¿no? -siguió divertida.
-Te ha contado, ¿no? Os gusta cotillear por lo que veo.
-Nooooooo.
-Es broma. Sí, coincidimos este fin de semana.
-Fue incómodo, ¿no?
-Bastante.
-Me estuvo contando. Me hace mucha gracia cuando se pone así, la verdad. Es que deja de ser ella completamente.
-Es cierto.
-Siempre tan segura y controlando todo a la perfección y cuando se pone así, se acaba todo eso. Me hace gracia, porque cuando le pasa parece más humana, ¿me entiendes?
-Sí. Siempre tan seria y segura, que parece una máquina más que una persona, pero una vez la ves así o intimas con ella, ves cómo es realmente.
-¿Cómo es? -preguntaba incluso incorporándose.
-Pero si vives con ella, seguro que sabes de qué te hablo.
-Sí, sí que lo sé, pero me daba la sensación de que hablabas en plan pareja. Y eso lo he visto poco, te lo aseguro. Solo cuando estabais juntos ella y tú y yo también estaba, como cuando fuimos a su chalet.
-En pareja es la noche y el día respecto a la Valentina que se puede ver a simple vista. Se implica bastante una vez se suelta y es cariñosa, atenta... Es genial.
-¿La echas de menos?
-No te puedo decir que lo haga, porque no pienso en ella. Pero sí te puedo asegurar que me encantaron esos meses que me estuve viendo con ella y ese tiempo que estuvimos como pareja, aunque fuera muy breve. Eso sí que lo sé.
-Me preocupa que no quiera conocer a nadie.
-Es pronto aún. Déjale un poco más de tiempo. Ya encontrará a alguien.
-¿Cómo? Si no hace más que trabajar...
-Como tú, ¿no?
-Pues sí, la verdad.
-Estaría bien que salierais algún día. Os podríais fijar un día a la semana para salir a comer fuera, o cenar y luego a tomaros algo y no sé... Bailar también. Sois atractivas, seguro que no tenéis problema en que se acerquen a vosotras. Aunque a Valentina no es que le guste mucho hacer eso.
-Ya, es que es eso también, pero sí, podríamos salir a comer de vez en cuando o algo así.
-Trabajar está muy bien, pero también hay que saber cuándo desconectar.
-¿Y tú? ¿Cómo vas con esa chica de la que me ha hablado Valentina? Es tu primera ex, ¿no?
-Así es.
-¿Y qué tal? ¿Cómo os va?
-Pues regular y menos.
-¿Sí? -preguntó preocupada.
-Pues sí.
-A ver, Valentina me contó que fue incómodo, pero no para eso, ¿no?
-No fue por coincidir con Valentina. Tenemos demasiados problemas. No hay confianza, hay muchos reproches, celos...
-Uff...
-Tengo que hablar con ella, porque creo que estaría bien que nos asesoraran profesionales para que la cosa pueda ir a mejor.
-Suena bien.
-No veo otra salida.
-Pero que hacer eso no es tan grave como piensas. Si yo creo que es lo mejor que podéis hacer, porque demuestra interés verdadero en hacer que la cosa funcione entre vosotros y que podáis superar esos problemas que tenéis.
-Ya, si ya lo sé.
-Tienes que intentar ser positivo durante todo el tiempo, sobre todo cuando estés con ella. Creo que es importante dar lo mejor de uno mismo para que la otra persona se dé cuenta de que te estás esforzando. Seguro que lo aprecia mucho y pone también mucho de su parte.
-Estaría muy bien que pasara eso.
-Es que va a pasar. Tenlo por seguro.
Nos despedimos poco después de terminar de hablar aquello, porque tenía que ir a trabajar, diciendo ella que también tenía que volver para ponerse a estudiar, así que nos dimos un fuerte abrazo, estando de acuerdo en que había sido un momento muy agradable y que teníamos que repetir de vez en cuando, porque no es que lo hiciéramos mucho.
Fui a la academia de mejor humor por las palabras tan buenas que me había dedicado Daniela, pudiendo concentrarme bien en lo que debía en vez de estar perdido en mis problemas, aunque una vez salí de trabajar y volví a casa, no pude evitar pensar de nuevo en aquello, consultando el móvil por si tenía algún mensaje, aunque no era así.
Sí que tuve de Ángela, con quien hablé brevemente, aunque la sorpresa sería encontrar mensajes de Valentina poco después de cenar, preguntándome si era tarde para que habláramos.
-Sabes de sobra que no me voy a dormir hasta mucho más tarde.
-Ya, lo sé. Pero pensaba que a lo mejor tenías otra cosa o querías descansar.
-Qué va. Estaba viendo un poco la tele. ¿De qué quieres hablar? ¿Es por Daniela?
-No, bueno, tiene que ver.
-¿Qué ocurre?
-No pasa nada. Es solo que como habéis quedado esta tarde para tomaros un café, me ha estado contando cómo ha ido. La he visto bastante contenta de haberte visto.
-Sí. Hemos estado hablando y la verdad es que ha estado muy bien.
-Me ha contado que las cosas con la chica con la que te vi el sábado no van bien.
-Sí, es verdad.
-Lo siento.
-No es por tu culpa, ya te lo dije. Así que quítatelo de la cabeza.
-¿Qué es lo que ocurre? Aunque si no me quieres contar, no tienes por qué hacerlo.
-Pues pasa que hay mucha desconfianza y reproches. Ella ha sido de siempre algo celosa, pero creo que a raíz de lo que pasó, la cosa ha ido a más.
-Vaya... ¿Lo has hablado con ella?
-Claro. Varias veces, pero no le entra en la cabeza.
-¿Y qué vas a hacer?
-¿No te ha contado Daniela?
-No. No ha entrado mucho en detalle.
-Voy a proponerle buscar ayuda.
-Ah, me parece bien.
-Es que ya no nos queda otra. Estamos en un continuo de subidas y bajadas y la verdad es que a ese ritmo no podemos estar siempre.
-Claro, imagino.
-¿Y tú? ¿Qué tal estás? Aunque Daniela me ha dicho que estás muy bien.
-Sí, lo estoy. Estoy concentrada en el trabajo, aunque me parece que algo le has tenido que decir a ella, porque me ha propuesto salir a comer algún día, o a cenar o a tomarnos algo. ¿Es así?
-Me has pillado. Es que me parece mal que dos chicas tan guapas estén tan centradas en lo suyo y no quieran salir a divertirse.
-Anda, jajaja.
-Ya sé que tú no eres mucho de eso, aunque así fue como te conocí. Pero sí pienso que os vendría bien desconectar un poco.
-Ya, ya lo sé. Me lo decías bastantes en su día.
-Sí.
-Pues hablando de la chica con la que te vi el sábado, no la he visto mal.
-¿La has visto? ¿Cuándo?
-Esta mañana. Ha estado en la oficina y hemos tenido una reunión. Ya le comenté que les llamaríamos y la verdad es que he llamado a primera hora y ha venido ella personalmente para que discutiéramos sobre la nueva campaña de publicidad. Ha estado apuntando las ideas que tenía yo y ella ha aportado algunas. Me gusta mucho cómo trabaja.
-¿Y ha estado mucho tiempo?
-Pues bastante rato en realidad. Hemos comido juntas de hecho.
-¿Sí?
-¿Pero es que no te ha dicho nada?
-No. Me acabo de enterar. Es que nos hemos peleado.
-Vaya... No pensaba que la cosa estuviera tan mal. Pues yo pensaba que sí que te había avisado, no sé.
-No, no lo ha hecho.
-Espero no haber metido la pata de nuevo...
-No lo has hecho, tranquila.
-Mejor te dejo descansar.
-Como quieras, pero gracias por interesarte.
-No hay de qué.
-Pensaba que no volveríamos a hablar y mira, sí que lo estamos haciendo. Me alegra mucho que sea así.
-Ya te dije que con el tiempo podríamos estar así.