Capítulo 718
-Veo que has hecho los deberes -dije cuando se calmó y abrió sus ojos para mirarme.
-¿Mmm?
-Lo de no tocarte ni correrte. Me has hecho caso.
-Claro.
-Mira cómo tengo la polla.
-¿Qué es eso?
-Eso es todo tuyo.
-¿Mío?
-Yo no me he corrido. Eso desde luego.
-Joder, es que estoy muy cachonda...
-Anda, ve al baño y te limpias un poco por si acaso. Y lávate también la cara, tienes toda la cara manchada de maquillaje y pareces una zorra.
-Lo que soy, ¿no? -dijo juguetona.
-Sí. Exactamente.
Noelia se fue al baño para lavarse un poco. Mientras la esperaba, yo me limpié también con toallitas que tenía por allí. En nada volvió, viniendo con su cara totalmente despejada. Hasta se había puesto bien el pelo, porque con la mamada de antes lo tenía bastante alborotado. Rápidamente vino junto a mí, subiéndose a la cama para gatear de rodillas y abrazarse a mí. Me preguntó qué hacía, pasando a preguntarme después quién era la mujer que aparecía en la pantalla de mi móvil. Era Valentina. Estaba mirando alguna cosa en el móvil y vi la conversación que tenía con ella en WhatsApp y justo había abierto una foto de ella. A Noelia le pareció una mujer muy guapa y elegante. Me preguntó si era familiar mía o algo así, aunque le dije que no. Ella no entendía qué hacía mirando una foto de ella entonces, por lo que dije que se trataba de una ex mía. Se quedó de piedra, con su boca abierta, pareciendo no creerme.
No le di opción a que dijera nada, porque rápidamente la puse bocarriba de nuevo. Esta vez se lo comí un poco al quitarle el tanga. Noelia se relajó de inmediato, pasando a acariciarme la cabeza. Yo estaba a lo mío, aunque me gustó la cara que puso cuando le dije que la mujer que aparecía en la pantalla era mi ex. Pero me centré en comérselo y llevar cuidado de que no se corriera. La manejé bastante bien al bajar el ritmo cuando era necesario. Y eso que también me metía los dedos, pero fui muy precavido al parar cuando veía el más mínimo indicio de que la cosa en ella estaba yendo a más. Y paré justo antes de que se corriera, aunque se la metí del tirón. Estaba otra vez empapada y entró sin problema. Sus piernas comenzaron a temblar exactamente igual que lo habían hecho al metérsela antes de que se fuera al baño. Ya sí que no podía evitar que se corriera, por lo que le di unas cuantas embestidas fuertes y rápidas. Las que pude hasta que su cuerpo empezó a convulsionar del orgasmo tan intenso que le llegó. Tan intenso, que su cuerpo se engarrotó y de los espasmos que le daban se incorporaba y me llegó a dar un cabezazo, momento en el que me salí de ella y me eché a un lado. Me hizo un poco de daño, pero no le di importancia, porque obviamente no lo hizo adrede.
Preocupada y alarmada me preguntó si estaba bien, aunque seguía temblando por el placer que su cuerpo recibía pese a haberme salido ya de ella. Le dije que no pasaba nada. Ella rio un poco nerviosa, pidiéndome perdón y diciendo que su cuerpo había reaccionado demasiado a lo que yo le había hecho. Comenté que tenía muy poco aguante, excusándose ella en que tenía muchas ganas de follar conmigo y que haber jugado tanto conmigo sin llegar a acabar tenía sus consecuencias. Pero me dijo que no me preocupara, que la noche era muy larga. De hecho, fue ella misma la que empezó de nuevo al besarme y subirse rápidamente encima de mí. Mi polla seguía dura y se la volvió a meter, lanzando un gemido largo. Volví a notar cómo su cuerpo temblaba. Cerró sus ojos mientras permanecía quieta, apoyándose en mi cuerpo con sus manos. Hasta que pasaron unos minutos y se empezó a mover para follarme. Esta vez sí que aguantó bastante más. Lo único malo para ella debió ser que de vez en cuando le soltaba algún azote con fuerza, porque era algo que siempre hacía con todas las chicas con las que me iba a la cama y que me follaban así.
Quitando eso, ella disfrutaba mucho, gimiendo alto y fuerte, teniéndole que llamar yo la atención en alguna ocasión, porque lo veía exagerado. Se volvió a correr mientras me montaba, aguantando yo este asalto, aunque no quería enfriarme, por lo que la puse a cuatro y la empecé a follar de nuevo a los pocos minutos. Ahora sí que se quejaba más, porque le daba con fuerza y mis caderas chocaban con su culo. Pero no me decía que parara. Le estaba gustado por lo que parecía, cosa que me incitaba a darle con más fuerza aún. Noelia tuvo otro orgasmo en el que se empezó a retorcer bastante, saliéndome yo justo a tiempo para no acabar dentro de ella y correrme por segunda vez esa noche, pero por su culo y por su espalda. Ella respiraba con ansia, agarrando las sábanas con fuerza mientras su cuerpo se seguía retorciendo un poco. También le daba algún espasmo su cuerpo, aunque se acabó relajando no mucho más tiempo después.
Me miró con una sonrisa y empezó a reír de manera muy tonta, diciendo que era una pasada follar conmigo. Yo le dije que lo recordaba mucho mejor en nuestra primera vez, cosa que obviamente no le hizo mucha gracia por la cara que puso. Aunque trató de cambiar de tema al decirme que le dolía el culo, aunque había sido un dolor diferente, mucho más soportable que el de la noche anterior y que junto al placer que le daba al metérsela, le gustaba bastante. Le pregunté si se había traído la crema esa que le dieron en la farmacia, respondiendo ella que sí y yendo a por ella de hecho. En lo que venía, seguí mirando el móvil, porque también se paró en el baño para limpiarse mi corrida. Vi que tenía más mensajes de Sofía y uno también de Irene, pero no me dio tiempo a ver qué ponía, porque Noelia volvió de inmediato y dejé el móvil sobre la mesita. Ella se tumbó a mi lado y me dio el bote de crema, mirándolo yo y pensando un poco.
Al final me decidí y le dije que se pusiera bocabajo, que le iba a echar, porque ya debía tocarle. Y ella encantada lo hizo, poniéndose además un poco en pompa. Me excitaba mucho ver su culo así de señalado por los azotes que le di la noche anterior y empecé a esparcirle la crema. Ella lo recibía bien, aunque siseaba con tono de dolor cuando le hincaba mis dedos con más fuerza de la debida. Me puse duro otra vez y muy rápido, por lo que le empecé a estimular también su rajita con mi polla. Noelia murmuraba encantada, diciendo que estaba en el cielo. Se la empecé a meter en lo que seguía poniéndole crema, de manera lenta ambas cosas. Pero tenía ganas de algo más atrevido, por lo que le acaricié el ano. Ella dio un fuerte respingo, pasando a reír nerviosa. Lo veía tan cerradito que me daba ganas de hacer de todo por ahí, pero ella me dijo que nunca había hecho nada en ese sitio, cosa que yo no creía. Me lo llegó hasta a jurar. Es verdad que se veía muy cerrado, pero eso no significaba nada. Le dije que algún día tendría que estrenarlo, cosa a lo que ella volvió a reír de esa manera nerviosa. Me dijo que la tenía demasiado grande para ello, pero no se opuso en ningún momento. De hecho, me dijo que si me hacía ilusión, podíamos hacerlo si le ayudaba a prepararse al decirle qué tenía que hacer para que todo fuera bien y demás.
Por el momento no tenía pensado gran cosa, por lo que la seguí follando, de manera más rápida, aunque sí que me atreví a meterle un dedo por detrás para ver cómo reaccionaba. Al tenerlo lubricado con la crema no hubo mucho problema. De hecho, parecía que le gustaba, algo que ya suponía con las de guarradas que me decía que hacía en su día. Se volvió a correr una vez más pasados varios minutos en los que ella colaboraba de vez en cuando al empujar con su culo. Se quedó temblando con mi polla aún en su interior, pero para mi sorpresa se incorporó para darme un buen morreo y tumbarme bocarriba. Ahora era ella la que me follaba a una velocidad endiablada. Noelia gemía con fuerza, diciendo que la tenía muy perra con todo lo que le hacía. Estuvimos bastante tiempo follado así. Aumentaba y bajaba el ritmo, como también cambiaba la manera de haberlo. Cuando su culo botaba encima de mí me encantaba, porque estaba tan mojada que sonaba bastante y eso me ponía.
Se acabó corriendo un par de veces más, en donde la última me hizo un chupetón en el hombro tras decirle yo que dejara mi cuello tranquilo cuando empezó a posar sus labios en él. Fue en su último orgasmo en donde me lo hizo, mientras se corría al follarla yo desde abajo a una velocidad bastante alta. Su cuerpo vibraba mucho cuando me salí de ella para ponerla bocarriba, agarrarla del pelo y correrme en su boca después de decirle que la abriera. Ella recibió lo poco que mis huevos podían hacer tras haber descargado ya un par de veces esa noche. Lo tragó todo sin abrir sus ojos en ningún momento desde que se empezó a correr al pegar su cuerpo al mío. Quedé bastante satisfecho, aunque fui a darme una ducha para estar más cómodo. Al volver la encontré dormida y no quería que durmiera allí conmigo, pero al ver que ya eran más de las 2 de la mañana y que al día siguiente la iba a llevar a su casa, pues no la desperté para que se fuera, dejándola allí y tumbándome a su lado, porque también estaba algo cansado.
Sin embargo, me desperté bastante temprano, aunque tampoco era algo raro. Durante la noche me desperté alguna que otra vez, algo también normal, y en cada una de ellas me encontré con Noelia muy abrazada a mí estando ambos ya bien tapados, como procuré hacer antes de dormirme, ya que los dos estábamos prácticamente desnudos. La última vez que me desperté, ella seguía igual que en las demás, con su cara sobre mi pecho, uno de sus brazos cruzando mis caderas y sus piernas encaramadas a una de las mías. No quería empezar tan temprano con sus tonterías, por lo que decidí dejarla dormir un poco más. Con mucho cuidado la fui moviendo para que no se despertara hasta que la dejé bien puesta y yo permanecí unos momentos sentados en el filo de la cama. Vi que era demasiado temprano para ponernos en marcha, así que me levanté y cogí algo de ropa para salir a correr, dejándola a ella en la cama para volver a una hora más decente.
Llevaba ya días sin ir al gimnasio y no quería que se convirtiera en lo normal. Desde que no quería ver a Hugo no iba por no encontrármelo y tener allí esa discusión que aún no quería tener. Así que empecé a correr después de calentar en esa mañana fría y húmeda de diciembre, ya que acabábamos de entrar en el mes. Lo bueno es que parecía que no iba a llover a pesar de estar algo nublado, pero no tuve problema en poder hacer ejercicio de esa manera y verme interrumpido por aquello. Pensé en apuntarme a otro gimnasio, pero por la zona en la que yo vivía no había ninguno. Todos los que había en la ciudad estaban al norte de ésta. Ya pensaría el fin de semana qué hacer al respecto, porque prefería centrarme en lo que estaba haciendo para despejarme y así no empezar mal el día taladrándome la cabeza. Estuve corriendo durante bastante tiempo, en los que llevaba un ritmo más calmado que otra cosa, pero constante. También hacía mis paradas para descansar un poco. Pero al final acabé volviendo a casa y como había hecho bastante ejercicio, me paré a comprar el desayuno, volviendo enseguida.
Al entrar todo estaba como lo dejé antes de irme. Demasiado calmado para cómo iba a estar cuando mi visita se despertara. Así que aproveché para ir al baño y darme una ducha, aunque no fui a por ropa ni nada, entrando directamente allí. El problema fue que me vi sorprendido por Noelia, quien entró conmigo. Estaba muy risueña, abrazándose a mí. Me dijo que me había echado de menos en la cama, cosa que era ridícula, porque seguro que ni se había enterado de que me había ido, pero bueno, ella decía eso mientas me abrazaba con fuerza desde atrás. Le dije que me dejara tranquilo, pero ella quería aprovechar para darse también una ducha antes de ir a casa, porque la noche anterior fue bastante movidita. Me preguntó a dónde había ido, comentándole yo que había salido a correr. Ella hizo la broma de preguntarme si no había tenido suficiente con lo de anoche, a lo que yo le respondí que las había tenido mucho mejores. Ella, lejos de amedrentarse, dijo que eso tenía arreglo, dándome la vuelta para mirarme a la cara con una cara de excitación muy evidente, con esa típica pequeña sonrisa que ponía en esas ocasiones.