Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Note: This feature may not be available in some browsers.
Creo que caliente ya va, al menos lleva una temporada con los ejercicios de "calentamiento", como Javi ... JajajajaAndrea, calienta que sales a jugar!!!!!
Para nada creo eso."-Pfff... -decía avergonzada, tapándose la cara con las manos.
-No te pongas así, mujer, que no es para tanto. Tiene que ser divertido irse contigo a la cama con esos gemidos... Estaría bien probar... Es broma, jajajaja. O no... -dije entre dientes entrando ya en la cocina."
No pudo contenerse más Javier, tenía que intentarlo, probar su suerte con su roommate, de lo que responda Andrea a esta insinuación-invitación dependerá el curso que tome esta parte final del relato.
De producirse lo que con ansias desea Javier, podría convertirse en un dique que al romperse arrastrará con mucho de la "normalidad" que llevaban, donde lo más complicado estará en que se entere Noelia.
Coincido que lleva tiempo "desaparecida" Ángela, ya no parecen tan pendientes uno del otro, sabemos lo que ha distraído estas últimas semanas a Javier, pero de ella poco y nada sabemos, siendo la más probable explicación, que ya tenga con quien desfogarse, y de no ser así, se le terminará juntando el ganado a Javier, ya Ángela debe estar por llegar por Navidad.
Jajajaja ... sentirse avergonzado es comodísimo.La verdad es que me parecía una situación interesante, porque no la notaba incómoda, tan solo avergonzada.
Absolutamente hay mucho roce ahí...El roce hace el cariño ... y aquí hay mucho "roce".
Noelia: 1+1+1*0=21+1+1=3
Una más?Capítulo 744
Me empezó a contar que Sofía no paraba de darle vueltas a la cabeza intentando buscar una solución para que todo estuviera como antes y que le costaba descansar por lo mismo, pero que no encontraba ninguna. Hasta mencionó algo de una encerrona, pero sabía que todo se podría poner mucho peor de esa manera. A él tampoco se le ocurría nada, pero estaba ahí para apoyar a su chica y procuraba estar todo el tiempo que podía con ella, para que ese apoyo fuera mayor.
Hasta comentó que había pensado en irse a vivir con ella, o que fuera ella quien lo hiciera, pasando a decir inmediatamente después que era una locura al llevar tan poco tiempo como pareja y al estar conociéndose aún de hecho. Me sorprendió un poco que me contara eso, como lo hizo esa proposición que tenía en mente, aunque yo le dije que seguro que la cosa iría bien y me alegraba de ver que les iba tan bien. Tras un breve silencio, me preguntó si lo decía en serio, girándome hacia él y pidiéndole que me mirara a los ojos, volviendo a repetirle lo mismo, para que viera que iba en serio.
Aunque él no dijo nada, pero sí que puso una sonrisa en su cara. Tras otro breve silencio dijo que pensaba que lo ideal sería que ella fuera la que se viniera a vivir con él, pues su trabajo era más flexible en cuanto a poder marcharse a otro lugar se trataba. Sí, estaba aquello de los viajes que ella tenía que hacer de manera regular, pero así se podrían ver mucho más y él lo tenía mucho más complicado para irse a otro sitio, pues tendría que dejar su trabajo y buscar otro, cosa que no le terminaba de gustar, porque no tenía por seguro encontrar algo de manera rápida y no quería estar viviendo a su costa.
Pero también era consciente de que proponerle eso supondría provocar un distanciamiento entre ella, Irene y Mario, cosa que no quería hacer, sobre todo por cómo estaba el patio últimamente. Y a la vez quería hacerlo por mí, para que mi amiga estuviera mucho más cerca de mí y nos pudiéramos ver con más regularidad, especialmente después del enfado que habíamos tenido.
Hugo era un mar de dudas respecto a este tema, aunque lo veía muy seguro de sí mismo respecto a Sofía, y me alegraba de ello, al igual que me alegra por mi amiga, porque era algo que siempre la había tenido preocupada, porque no había llegado a sentir cosas tan especiales como vio en la relación de Irene y Mario o en la que yo tuve cuando la conocí pese a haber tenido pareja.
Y ahora parecía estar sintiendo esas cosas y la verdad es que no podía estar más contento por ella, porque se merecía tener algo así con lo buena que era pese a haberme enfadado con ella. Veía a Hugo algo agobiado con ese tema, sugiriéndole yo un par de cosas. La primera, que se tranquilizara y que dejara pasar un poco de tiempo, porque a lo mejor era un poco precipitado. Y la segunda, que si tantas dudas tenía, que lo hablara con ella, que le explicara que le apetecía vivir con ella, pero que vieran esos problemas y que decidieran entre los dos.
Consejos vendo y para mí no tengo, sí, pero le veía como en un aprieto y le conté cómo veía yo la cosa. Me dio las gracias y empecé a recoger lo mío para marcharme, porque tenía que ir a recoger a Andrea y quería pasar antes por casa para darme una ducha y desayunar. Él me preguntó si tenía algún plan o algo para ese día, negando yo. Dijo que ojalá pudiera ir con ellos, llegando hasta a pensar que lo mismo no era tan mala idea, pero le recordé eso que me contó de la encerrona que había pensado Sofía, explicándole que seguramente tendría un resultado parecido, aunque yo sí lo supiera.
Tampoco quería que buscara otra forma, porque a mí tampoco me apetecía pasar por eso, así que le deseé que lo pasaran bien y que no me sacaran mientras hablaran con ellos, marchándome de allí para regresar a casa corriendo. La verdad es que la cosa entre Hugo y yo iba bastante mejor y era todo un alivio, porque al menos era una cosa menos de la que preocuparse.
Efectivamente, Andrea me mandó un mensaje cuando estaba acabando de desayunar, terminando rápido y yendo a por ella a casa de Noelia. La vi salir y vino rápidamente hasta el coche, entrando y dándome los buenos días de manera muy alegre, cosa que me decía cómo había ido la noche y demás, aunque ella me informó por el camino. Me contó que con un calmante que se había tomado Noelia, ésta había dormido del tirón toda la noche, sin quejarse ni nada. Andrea se despertó un par de veces según me contó, revisándola y viendo que dormía como un bebé.
Luego pasó a contarme lo cómoda que era la cama de Noelia, además de grande, cosa que yo ya sabía, aunque ni ella ni yo hicimos ningún comentario al respecto. Después me contó que se levantaron y que desayunaron juntas, quedándose con ella hasta que vino su padre. La verdad es que me sorprendió que ya estuviera allí, porque nos podríamos haber encontrado, pero supuse que Noelia se aseguraría de que no fuera así. Tampoco vi su coche por allí cerca ni nada, pensando en que seguramente habría aparcado más lejos.
De vuelta en casa, yo estuve en el salón, yéndose ella a su habitación para estudiar un poco. Yo me entretuve con la consola, hasta que a eso de las 12, mi compañera de piso apareció para jugar un poco también, poniéndonos después a preparar la comida entre los dos. Durante ese momento me preguntó si me pasaba algo, porque me notaba demasiado callado y apenas participaba en la conversación que ella intentaba mantener, llevando cuidado de hecho de no hablar de Noelia. Dio en el clavo cuando preguntó si era por mis amigos, mirándola yo y quedándome callado, aunque eso fue más que suficiente para ella para saber que era precisamente por aquello.
Me preguntó cuál era el problema y le comenté un poco por encima lo que había hablado con Hugo. Andrea se mostraba muy impresionada de que Hugo y Sofía estuvieran juntos, aunque pensaba que ambos eran muy guapos y no lo veía tan raro en realidad. Lo que sí que le llamaba mucho la atención era eso de querer irse a vivir juntos tan rápido, aunque no dio su opinión. Tan solo me recomendó hablar con mis amigos, porque ella había tratado con todos a la vez y veía una pena que nos dejáramos de hablar y demás por el tema de Noelia.
Comimos juntos hablando de otros temas, aunque ella no tardaría mucho en irse para quedar con sus amigas y tomarse un café que se alargó bastante, pero me comentó que tenían pensado irse a cenar por ahí todas juntas, aunque Noelia no iba a participar en aquello, como ya sabía yo. El plan que tenían era cenar por ahí y salir a dar una vuelta para tomarse algo, aunque ella pensaba que no iba a tardar mucho en recogerse. Me preguntó si yo tenía algún plan, negando con la cabeza y preguntándome si quería ir con ellas, aunque volví a negar, esta vez sonriendo.
Tampoco tenía muchas ganas de salir ese día, prefiriendo estar en casa calentito y distraído con algo. Aunque sí que tuve más entretenimiento que ese, porque primero me llamó Sofía para que charláramos un poco, comentando que Hugo le había contado que me había visto y tal, pero no le contó todo lo que hablamos, porque no mencionó nada de la idea de él de querer irse a vivir con ella.
La notaba animada hablando conmigo y eso me gustaba en realidad. Hasta estuvimos hablando de su relación con Hugo y de lo ilusionada que estaba. Muy risueña decía que no sabía cómo necesitaba esto hasta ahora que por fin lo tenía, y eso que ya era consciente, pero estaba encantada. Sí, tenían sus momentos de discusiones y demás por temas delicados como podían ser los celos de Hugo o sus problemas de adicción, pero estaban trabajando en ello, pudiendo ver cómo de positiva y de fuerte lucía mi amiga al contarme todo eso, estando todo lo demás en su relación en perfecto estado.
También me comentó la quedada que tenían esa noche con Irene y con Mario y lo que buscaba con ella, diciéndole yo que Hugo me había contado y que lo encontré preocupado. Le aconsejé a mi amiga que no hablaran de mí para que no se crearan malos rollos, pero ella decía que no podía evitar hacerlo, porque me echaba mucho de menos y quería que estuviéramos todos como antes.
Le pedí que fuera paciente, aunque lo dije más por salir del paso que otra cosa, cortando la conversación con ella para no empezar con la eterna discusión en la que ella siempre me contaba lo mismo y que no me hacía sentir muy bien por mencionar varios recuerdos, cosa que me ponía triste. Así que le dije que tenía que marcharme, porque había quedado, aunque no era verdad. Pero sí que lo acabó siendo, porque me llegó un mensaje de Arantxa, quien me preguntó si nos veíamos para tomarnos un café.
Me vino al pelo esa proposición, porque necesitaba despejarme, así que le contesté rápidamente y fui a arreglarme un poco. El problema era que ella vivía bastante lejos y me pidió que fuera a por ella. Eso suponía volver a lo que un día fue mi casa, la de mi pareja y la mía. Veía imposible bloquear recuerdos cuando entrara en la zona, pero tampoco le iba a decir que se cogiera un taxi pudiendo ir yo a recogerla. Solo sería un momento, así que le dije que me avisara cuando estuviera lista, cosa que hizo no mucho más tiempo después.
Sí que vinieron recuerdos al entrar en la zona residencial en la que vivía hacía algo más de un año atrás, pero me centré en ella cuando la vi frente a la puerta de su casa esperándome. Me gustaba bastante cómo iba, pues llevaba un vestido gris de lana bajo un abrigo que llevaba un poco abierto, unas medias negras y unas botas marrones. También llevaba un gorro por el frío que hacía, yendo con un ligero maquillaje, aunque no se libraba de que su nariz estuviera enrojecida por el frío que hacía.
Entró rápidamente al coche y me dio dos besos, marchándonos rápidamente de allí para evitar que me vinieran más cosas a la cabeza. Hablamos del frío que hacía y de lo típico en esas situaciones, comentando a dónde podíamos ir para tomarnos ese café. Al final acabamos en un centro comercial, en una de las cafeterías que había en su interior, sentándonos por allí para charlar.
Nos empezamos a contar cómo nos iba, estando ella sorprendida de que estuviera dando clase en una academia, porque sabía a lo que me dedicaba antes de eso y no me terminaba de imaginar ahora sí, sobre todo con la barba que tenía, diciendo entre risas que debía darles respeto a los niños y que seguro que no daban mucho la lata por lo mismo, aunque terminó diciendo que le gustaba en realidad. Pero le parecía genial que me dedicara a ello y se alegraba bastante de que me fuera bien en ese aspecto. También me comentó cómo le iba a ella con sus estudios después de que yo le preguntara.
Todo iba sobre ruedas, porque se esforzaba mucho y le gustaba lo que estaba estudiando por muy denso que fuera, aunque no le costaba ponerse a estudiar, sobre todo teniendo un par de compañeras con las que se juntaba mucho. También le pregunté por su madre, para ver cómo estaba y demás, estando todo bien, aunque comentó que le dio mucha pena que nos fuéramos de la urbanización, pero que estaba encantada con acoger a Noelia durante el curso pasado.
No le pedí mucha información al respecto, pero ella me contó largo y tendido de todos esos meses en los que Noelia vivió con ellas. Me contó que los primeros meses lo pasó realmente mal y que no salía de la habitación que apañaron para ella para nada más que para ir a clase o volver a su casa. Pero que ella misma se ocupaba de sacarla de vez en cuando para que le diera el aire, aunque solo fuera para dar un paseo por el barrio.
Lo que más le preocupaba era que no estudiara, por eso se puso con ella para que lo hiciera y así logró que empezara a estudiar, aunque le costaba mucho, pero con el pasar del tiempo le iba costando menos y hasta lo usaba como válvula de escape, centrándose bastante. No quería que la conversación se centrara más en Noelia, por lo que traté de sacar otros temas de conversación, aunque ella siempre la acababa nombrando. Hasta cuando le pregunté si tenía novio, negando ella y diciendo que Noelia estaba muy ilusionada conmigo y demás.
Traté de redirigir la conversación al preguntarle si no había logrado nada con aquel chico que le gustaba, aquel que se enamoró de Noelia. Arantxa reía diciéndome que no, que ese chico fue dejando de ir hasta que dejó de hacerlo y que no sabía nada de él y que llevaba desde entonces sin verlo. Le pregunté que cómo era posible que no tuviera novio, diciendo ella que no era algo que estuviera buscando especialmente.
Estuvimos bromeando un rato, preguntándole yo cuál era su tipo de chico y tal hasta que le puse una mano sobre su muslo. Arantxa estaba muy guapa y la verdad es que estaba bien buena también. Durante el rato que estuvimos hablando me acordé de las veces que coincidí con ella en la piscina, cuando aún vivía ahí y la lo cierto es que estaba tremenda, con unos buenos pechos y unas buenas caderas. Me apetecía mucho hacer algo con ella, pero su reacción no fue la mejor, dando un respingo y preguntándome qué hacía.
Le pedí que se tranquilizara, porque la veía nerviosa, explicándole que la veía muy guapa y que había percibido que ella estaba abierta a algo así. Negó rápidamente con la cabeza, sacando de nuevo a Noelia a colación, diciendo que estaba con ella, aclarándole yo que no era así para nada por mucho que le pudiera haber dicho ella. Parecía confusa, aunque estuvo presente cuando dije que no éramos nada en la cena de su cumpleaños. Le pregunté cuál era el problema.
Ella decía que no quería hacerle eso, volviendo yo a recordarle que Noelia y yo no éramos novios, aunque ella me decía que pensaba que sí, porque si no, para qué ir a su cumpleaños y estar tan cerca de ella en todo momento. Le dije que era ella la que estaba cerca de mí, que estaba obsesionada de hecho y que era muy pegajosa y difícil de quitar de encima. No le sentó muy bien que dijera aquello, pensando que mejor dejábamos ahí la conversación, pidiéndome que la llevara de vuelta a casa.
Después de llevarla a casa y habiendo vuelto ya a la mía me quedé bastante chafado, por partida doble, porque pensaba llegar a algo más con Arantxa, teniendo pensando llevarla a casa para poder pasar un buen rato. La chica estaba muy bien y me apetecía bastante darme una alegría, pero ella se tomó muy mal que yo diera ese paso, preocupándose mucho por su amiga. No esperaba que reaccionara así, aunque sí sabía que quería mucho a Noelia, pero pensaba que tenía muy claro que no estábamos juntos.
El otro palo con el que me volví a casa fue ir hasta el lugar donde vivía antes con mi ex, viniéndome muchos recuerdos, especialmente cuando dejé a Arantxa en casa, estando todo el camino de vuelta en silencio y despidiéndose de mí de manera muy comedida. Estaba bastante desanimado y no me apetecía nada, empleando la tarde en intentar distraerme hasta que llegó la hora de cenar, cosa que hice con desgana, pero no quería desperdiciar lo que sobró del almuerzo, así que me lo acabé comiendo.
Luego me puse a jugar con la consola, echando un buen rato, hasta que algo pasadas las 12 de la noche, Andrea volvió a casa. Me sorprendió mucho verla así de arreglada, porque estaba bastante guapa. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre una de las sillas del salón, sentándose en el sofá, a mi lado, después de saludarme. La veía algo contentilla, pero su apariencia le robó todo el protagonismo a ese detalle, pues llevaba un jersey un poco ajustado y unos vaqueros ceñidos también, permitiéndome admirar su poderoso culo como nunca antes lo había podido hacer.
Terminaba su outfit con unos botines bastante bonitos, yendo también con un poco de maquillaje, aunque las chapetas que tenía parecían naturales por el alcohol que había tomado. Se quedó en silencio, mirando cómo jugaba, pasando a decir después que otra vez estaba muy callado, afirmando yo. Me miró y dijo que parecía ser por otra cosa a la de al mediodía por la cara que tenía. Esta vez no dije nada, volviendo ella su mirada a la televisión hasta que después se me quedó mirando, mirándola yo de vuelta, acercándose rápidamente a mí para agarrar mi cara y darme un beso.