[Spoilers] Comentando el libro "La Cena del Idiota"

Muchachos una mina como Albita no esta 4 años al lado de alguien que no la deje satisfecha.
La satisfacción en una pareja no se da por un solo hecho, sino por un conjunto de cualidades del otro.
Dani en el relato de Seneka es un ganador sin pretenderlo por fidelidad, pero cmts + cmts- a todas les gusta Dani.
El problema es que el no parece saberlo y Albita no ayuda.

Con esto muchachos me despido, a sido un verdadero placer compartir este espacio con todos Uds., pero me retiro solo hasta el próximo libro, que Aran en un gesto de humildad se digne a ofrecerlo a los mortales.

Espero no pase como con Velarde y sus historias que nos tiene con la vela en la mano, hace dos años.
Gracias Seneka por tenerme atrapado con tu historia.

PD. para Dani que le apunte a Martina que es más afin.
para Albita que haga trios con el Rafa y su novia, mientras cornea a su novio el compañero de oficina, que eso también es más afin.

UN ABRAZO DESDE ARGENTINA
 
He encontrado unos textos antiguos que igual os sacan una sonrisa. Son los primeros bocetos de cuando Dani y Alba se conocen. En aquella ocasión, Alba iba a llamarse Laia. Era un nombre que me gustaba, pero me aconsejaron cambiarlo por otro más común y me decidí por el actual ALBA.

PRIMER TROZO. El final del primer capítulo no acababa así, continuaba un poco más.
Cuando Rober y su ligue llegaron al pub vieron a Laia en la barra con un periodico extendido frente a ella y un kas de limón en la mano. Estaba de espaldas en la misma esquina de la barra en donde la habían dejado. A su lado solo había un taburete vacío. Se acercó por detrás y lo ocupó.

—¿Estás sola? —preguntó su amiga nada más acercarse a Laia—. ¿Y el amigo de éste? —en referencia a Rober que se apostaba justo detrás de ellas. Miró hacía los baños esperando verle aparecer por aquel lugar.

—Justo acaba de irse —contestó Laia—. Tenía que coger un tren para volver a casa. Ha dicho que era el último de la noche.

—¡Mierrrda! —Exclamó Rober de pronto consultando su reloj de pulsera— Me olvidé de la hora.

La amiga de Laia, que parecía no haber oído bien, no cabía en sí del asombro. Sacudió ligeramente la cabeza simulando despejarla.

—Espera, espera, ¿Que tu amigo 5,9... —dijo dirigiéndose a Rober— ha dejado sola a mi amiga 10 porque tenía que coger el tren?

Rober seguía mirando el reloj sin escucharla. Maldiciendo por no haber llegado a tiempo a recoger a su amigo.

—6,9 —corrigió Laia a su amiga—. En las distancias cortas gana un punto entero.

—¡Joder! —Seguía lamentándose Rober para sí mismo—. Había quedado con él para llevarle en coche. Se me pasó el tiempo sin darme cuenta.

—Yo me he ofrecido a llevarle en el mío, pero no ha querido —respondió Laia encogiéndose de hombros. A su amiga se le dio vuelta el cerebro nada más oírla.

—A ver, a ver, a ver. —interrumpió levantando las palmas intentando parar el tiempo— ¿Me estás diciendo que te has ofrecido a llevar a su casa a don 6,9, los dos solos, en tu coche, a su casa? ¿Y no ha querido? ¿los dos solos?

—Dani no se sube con cualquiera en el coche. Es una rareza suya —aclaró Rober.

—¿En el coche de una chica 10? ¡No me jodas! ¿Tu amigo es tonto o qué?

Por primera vez Rober se puso serio con su ligue de esa noche. Endureció el rictus y moduló su voz para que sonara más grave.

—No. No es tonto. Todo lo contrario. Lo que pasa es que él no ve a las personas como las vemos el resto. Nada más. Simplemente tiene una particular manía con los coches. Nunca se monta con alguien que no sea yo.

La amiga dulcificó el gesto no queriendo enojarlo.

—Perdona, pero es que… pasar de la oportunidad de estar con ella. No sé. Me parece... raro.

Rober torció el gesto al volver a oírla metiéndose con él. Laia intervino enseguida.

—Bueno, yo creo que un poco raro sí que es, en toda la noche no me ha mirado las tetas ni una sola vez —dijo antes de dar un sorbo a su pajita.
 
Y éste es otro donde Dani permanecía en el bar mientras Gustavo (en un primer momento se llamaba Eduardo) intentaba ligar con Laia. El final del capítulo acababa de otra forma

—¿Kas de limón? ¿sin nada de alcohol? vaya, así estás de guapa. Porque eres muy guapa. Realmente preciosa. Mi vida no va a ser lo mismo a partir de hoy. Ahora que te he visto y que sé tu nombre no voy a poder dejar de pensar en ti.

—Buuuogh.

Dani simuló otra arcada y Laia sonrió de nuevo. Tuvo que apartar la mirada para que no resultara demasiado evidente. Lamentablemente Eduardo ya empezaba a estar harto de ese moscón que interrumpía continuamente su más que merecido trofeo. Decidió obviarlo de momento. Lo peor que puede hacer un hombre es mostrarse agresivo cuando está con una mujer. Muy al contrario de lo que marcan los tópicos, las mujeres huyen del conflicto por lo que los salva-damiselas son una bomba de relojería a evitar.

—¿Puedo preguntar qué te trae por aquí? ¿Quizás algún desfile? —decía repantingándose hacia atrás lo que provocó que Dani se viera obligado a inclinarse sobre su asiento empujado por el frontón que tenía por espalda —Porque tú debes ser modelo, ¿no?

Laia hizo esfuerzos por no poner los ojos en blanco.

—Oye, mira. Ya sabes mi nombre y me has invitado a algo tal y como querías. Te aseguro que no estoy interesada en ti.

—Tranquila Laia —dijo condescendiente—. Ya te dije que no intento nada contigo, solamente quiero volver con mis amigos sabiendo que he conseguido tomarme algo contigo. Puro ego masculino. Ya conoces cómo somos los hombres. Venga mujer.

—Vale. Está bien.

El camarero trajo la consumición con pajita incluida y la colocó frente a Eduardo. Ella levantó su vaso y lo ofreció como brindis. Él chocó el botellín consumando el brindis pero receló de chupar de la pajita, le pareció tan infantil que dudó de si no se trataría de una broma suya, más si cabe cuando Laia bebía de un vaso un líquido oscuro.

—No me has dicho a qué te dedicas.

—Porque no quiero continuar esta conversación. Eduardo, de verdad, no quiero ser borde pero me lo estás poniendo difícil.

—Vaya, has pronunciado mi nombre. Me encanta como suena de tus labios.

Se mesó su precioso pelo hasta la parte inferior de la nuca levantando ostensiblemente el codo por encima del hombro lo que le permitió lucir bíceps y de paso, mostrar parte de su pectoral bajo la chaqueta que se había abierto con el gesto. Al hacerlo golpeó con su hombro a Dani, otra vez. La lectura a estas alturas era imposible por lo que decidió que si debían compartir espacio lo harían a su manera.

Eduardo notó cómo alguien se pegaba a su espalda, colocaba las manos sobre sus hombros y susurraba obscenamente cerca de su oído.

—Siempre me ha gustado cómo huele tu pelo.

Dani había pegado todo su cuerpo a la espalda de Eduardo que sentía su calor a través de la ropa. El Adonis reaccionó como un resorte. Se levantó del taburete sacudiéndose del abrazo como si fuera la peste.

—¿Pero qué haces, tío? ¿Qué coño te pasa?

Dani volvió a recuperar su espacio. Apoyó el codo izquierdo sobre la barra repantigándose en ella mientras sonreía al hombretón de frente a él.

—¿Nadie te ha dicho que eres muy guapo? A parte de tí, me refiero, durante las tres últimas horas que has estado maquillándote frente al espejo antes de venir —su sonrisa, sin ser chulesca, era insultante— ¿Puedo acariciarte el pelo?

Esta situación no era infrecuente para Eduardo en la que un toca cojones se empeñaba en joderle la noche metiendo los morros donde nadie le llama. La violencia nunca era una respuesta satisfactoria en estos casos pues le haría parecer un violento delante de la chica pero un pequeño amago a veces finiquitaba el problema de raíz. Puso los brazos en jarras y sacó pecho mostrando lo bien esculpidos que tenía sus pectorales de gimnasio. Los brazos tensos, se apretaban dentro de las mangas remarcando sus bíceps. Levantó el mentón con aire chulesco para hablar desde más arriba. Avanzó un ligero paso quedando provocadoramente cerca de Dani. La chaqueta quedaba completamente abierta.

—Joder tío. Me has metido un pectoral en el ojo. ¿Puedes apartarte un poco?

—¿Quieres hacer el favor de apartarte tú y dejar de molestar? —dijo en tono neutro pero taxativo—. Por favor.

Por toda respuesta, dani cogió su refresco sin apartar la vista en esa velada guerra de miradas y la acercó a su boca. Buscó la pajita con los labios y tomó un sorbo. Después la dejó sobre la barra, abrió la boca y sacó ligeramente la lengua intentando eructar sin conseguirlo.

—Mierda, no me sale otra vez, pero tú haz como si hubiera echado un eructo en tu cara en este diálogo gestual de machos que tenemos entre tú y yo.

Laia no pudo evitar que la risa contenida saliera a través de su nariz y Eduardo lo notó aunque ella rápidamente giró la cara y se tapó la boca. Se quedó boquiabierto. No podía creer que ella se riera con sus gracias. Las gracietas de ese... bufón. Pero si no era más que un mierda. No era ni la mitad de guapo que él, vestía de tiradillo y su cuerpo era el de una escoba con abrigo. ¿Qué estaba pasando aquí?

Y entonces se percató de algo que no había visto hasta ahora. El gilipollas bebía lo mismo que Laia había pedido para él, un kas de limón en botellín con pajita. ¿Cómo no lo vio antes? Reflexionó sopesando la situación. En ese momento, con gusto hubiera soltado una buena hostia a ese imbécil pero Eduardo era un corredor de fondo y sabía cómo manejar estas situaciones y había algo más que Eduardo tenía muy claro, esos dos no eran novios.

—Vale, lo pillo —dijo dirigiéndose a Laia levantando las palmas de las manos a modo de rendición—. Me has tomado el pelo. Me lo merezco por confiar como un tonto en quien no debo. Eres muy mala conmigo, Laia.

Ella sonreía pero no dijo nada. Bastante había hablado con él. No tenía peligro ni nada ese Adonis y ambos lo sabían.

—Creo que por esto merezco al menos que me des dos besos.

Laia tamborileó con los dedos en la barra sopesando su siguiente movimiento haciendo que la espera de Eduardo se hiciera más dura hasta que por fin, tras pensarlo lo suficiente, se levantó y se acercó a él. Eduardo sonrió con malicia para sus adentros. Se irguió para remarcar su altura pero no bajó la cabeza para recibir sus preciados ósculos. De esa manera, dada su altura, ella debería pegarse a él si quería besarlo en las mejillas. Un truco para obligar a las féminas a pegar sus tetas contra su cuerpo. Las de esa hembra eran las mejores que había visto en su vida. Antes de que Laia llegara a él, dirigió una breve mirada a Dani y guiñó un ojo de manera muy sutil sin que ella lo viera. Tal vez fuera el único de los tres que supiera que era él quien estaba ganando la guerra. No la batalla, pues esa la tenía perdida, pero Eduardo era un corredor de fondo. La próxima vez que la viera no se iba a escapar. De momento había llegado sin nada y se iba con dos besos y una restregada de tetas que se iba a pegar.

Se preparó para tomarla por los hombros y apretarla contra sí para sentir mejor su melonar. Sin embargo ella apenas se acercó lo justo para rozar sus cuerpos levemente. No hizo intención de besarlo. Se quedó parada frente a él sin apartar la mirada de sus ojos y se deslizó entre su cuerpo y el taburete que había desocupado Eduardo. Después se sentó en él terminando de apoyar su cuerpo en la barra. Justo donde Dani apoyaba su codo. Sus cuerpos quedaron el uno junto al otro. El gilipollas de su amigo seguía sonriendo como un imbécil.

Eduardo intentaba mantener una sonrisa a esas alturas patética.

—Eres muy cruel. Me has hecho daño aquí dentro —dijo tocándose el pecho.

—Yo soy enfermero. Tal vez pueda ayudar —interrumpió Dani—. A ver, desnúdate de cintura para arriba y tócate donde te duele, pero hazlo flexionando los brazos por encima del hombro, como antes.

Eduardo no le prestó atención aunque le estaba costando horrores no soltarle una hostia bien dada.

—Laia, tú no quieres que me vaya. Ambos lo sabemos.

Laia apartó la mirada y no contestó. Eduardo sonrió para sí. La conocía mejor que ella misma. Volvió a mesarse el pelo desde la frente hasta la parte inferior de la nuca luciendo pectoral, bíceps y pose de estudio. Dani se preguntó cómo era posible que no acudieran todas las mujeres de la ciudad con las bragas en la mano. Solo faltaba que se girara a coger algo del suelo sin doblar las piernas.

—Dime que me vaya y lo haré.

Laia dudó un instante, cogió su botellín de kas de la barra y bebió de su pajita. Después abrió la boca, sacó la lengua y… eructó.

No hubo más discusión.
 
El título de esta novela estaba entre tres opciones:

LA CENA DEL IDIOTA

MALDITAS VACACIONES

JUEGOS CRUELES


Quizás ahora, tras casi un año, a nadie le hubiera gustado que se titulara de otra manera, pero quizás las otras dos opciones hubieran quedado mejor. ¿No creéis?
 
Creo que no están tomando en cuenta que para alba el dildo es un complemento sin importancia " una polla sin cara" creo que dijo ella y también que ella IVA a devolvérselo a Martha!
No es tan importante y había renunciado a usarlo más porque Dani no quería y esa decisión la tomo ya estando mal la relación porque ya sabía lo de estrella y aún así IVA aceptar ya no tenerlo (para que si Dani no lo usaba)
Lo que me indica que para ella el dildo solo era un complemento no el centro de su sexualidad y la insatisfacción de alba proviene de lo que pensaba de Dani y estrella y la negativa de Dani a usar el dildo no por el dildo en si no que ella asume que como el está teniendo sexo con otra ya no quiere poner entusiasmo al sexo con ella...
Si fuera sin importancia, solo lo hubieran usado una vez, por los datos mostrados que tenemos, a sido usado frecuentemente y no como un juguete que se usa en determinadas ocasiones como lo hace una pareja promedio. Y un juguete así no aparece desde el INICIO de la relación = dos meses de comenzar a tener sexo.
 
Y una vez más "el autor está equivocado, aquí pasó lo que yo diga que pasó".

Sí, Dani odia el dildo después de escuchar la conversación entre Marta y Alba.
Ya le jodía usarlo desde la primera vez, por sus gestos no se le vió "feliz" ni un poco entusiasmado.
Después de la conversación telefónica entre Alba y Marta, yo entiendo de la charla antes del sexo entre Dani y Alba, que a él le seguía jodiendo (odio) usarlo, porque Dani le daba orgasmos con el dildo y después Alba se echaba y Dani usaba su cuerpo como una "muñeca inflable", de ahí trata de decirlo con más lindas palabras pero básicamente es eso. Y sabiendo que para Dani es importante que su pene haga acabar a Alba entonces el odio por el juguete viene de antes.
 
Yo no entiendo cómo algunos no ven que es más posible que los equivocados sean ellos antes que el autor que creó la historia.

Es que además el mismo autor te pone el momento exacto en que Dani odia el dildo, que es cuando escucha a Alba decir lo de "normalito" y después de eso inmediatamente decide dejar de usarlo. Si a Dani le hubiera molestado el dildo, lo habría dejado de usar antes...

Además, entre que empiezan a usar el dildo y que Dani decide dejar de usarlo, pasan TRES AÑOS Y TRES MESES. Tres años y 3 meses de los cuales no sabemos nada, con excepción de lo que pasa en el primer capítulo del segundo libro, donde los vemos jugando en el bar. Si no sabemos NADA, ¿no será posible que el autor sepa más que nosotros?
Ya le jodía usarlo desde la primera vez, por sus gestos no se le vió "feliz" ni un poco entusiasmado al usarlo esa vez.
Después de la conversación telefónica entre Alba y Marta, yo entiendo de la charla antes del sexo entre Dani y Alba, que a él le seguía jodiendo (odio) usarlo, porque Dani le daba orgasmos con el dildo y después Alba se echaba y Dani usaba su cuerpo como una "muñeca inflable", de ahí trata de decirlo con más lindas palabras pero básicamente es eso. Y sabiendo que para Dani es importante que su pene haga acabar a Alba entonces el odio por el juguete viene de antes.

Como dices no sabemos mucho, y por eso las preguntas, mientras tanto usamos los datos que tenemos. No son afirmaciones pero tienen algo de sustento, no sin nada.
 
Quiero agregar que el mismo autor remarcó esto en negrita, así que, al parecer, incluso antes de usar el dildo Alba estaba satisfecha.
"En esa tapa de una relación, todo es color de rosas, no te haces problema por nada porque estás en esa fase de luna miel".
Ahí mismo da la justificación, en esos dos meses de sexo, Alba no se hace problemas (en lo sexual) porque esta sigue "en la fase de luna de miel" (que eventualmente acabaría).
El que no está satisfecho es Dani y a él si se le acabó la fase de luna de miel esa noche.
 
He encontrado unos textos antiguos que igual os sacan una sonrisa. Son los primeros bocetos de cuando Dani y Alba se conocen. En aquella ocasión, Alba iba a llamarse Laia. Era un nombre que me gustaba, pero me aconsejaron cambiarlo por otro más común y me decidí por el actual ALBA.

PRIMER TROZO. El final del primer capítulo no acababa así, continuaba un poco más.
Cuando Rober y su ligue llegaron al pub vieron a Laia en la barra con un periodico extendido frente a ella y un kas de limón en la mano. Estaba de espaldas en la misma esquina de la barra en donde la habían dejado. A su lado solo había un taburete vacío. Se acercó por detrás y lo ocupó.

—¿Estás sola? —preguntó su amiga nada más acercarse a Laia—. ¿Y el amigo de éste? —en referencia a Rober que se apostaba justo detrás de ellas. Miró hacía los baños esperando verle aparecer por aquel lugar.

—Justo acaba de irse —contestó Laia—. Tenía que coger un tren para volver a casa. Ha dicho que era el último de la noche.

—¡Mierrrda! —Exclamó Rober de pronto consultando su reloj de pulsera— Me olvidé de la hora.

La amiga de Laia, que parecía no haber oído bien, no cabía en sí del asombro. Sacudió ligeramente la cabeza simulando despejarla.

—Espera, espera, ¿Que tu amigo 5,9... —dijo dirigiéndose a Rober— ha dejado sola a mi amiga 10 porque tenía que coger el tren?

Rober seguía mirando el reloj sin escucharla. Maldiciendo por no haber llegado a tiempo a recoger a su amigo.

—6,9 —corrigió Laia a su amiga—. En las distancias cortas gana un punto entero.

—¡Joder! —Seguía lamentándose Rober para sí mismo—. Había quedado con él para llevarle en coche. Se me pasó el tiempo sin darme cuenta.

—Yo me he ofrecido a llevarle en el mío, pero no ha querido —respondió Laia encogiéndose de hombros. A su amiga se le dio vuelta el cerebro nada más oírla.

—A ver, a ver, a ver. —interrumpió levantando las palmas intentando parar el tiempo— ¿Me estás diciendo que te has ofrecido a llevar a su casa a don 6,9, los dos solos, en tu coche, a su casa? ¿Y no ha querido? ¿los dos solos?

—Dani no se sube con cualquiera en el coche. Es una rareza suya —aclaró Rober.

—¿En el coche de una chica 10? ¡No me jodas! ¿Tu amigo es tonto o qué?

Por primera vez Rober se puso serio con su ligue de esa noche. Endureció el rictus y moduló su voz para que sonara más grave.

—No. No es tonto. Todo lo contrario. Lo que pasa es que él no ve a las personas como las vemos el resto. Nada más. Simplemente tiene una particular manía con los coches. Nunca se monta con alguien que no sea yo.

La amiga dulcificó el gesto no queriendo enojarlo.

—Perdona, pero es que… pasar de la oportunidad de estar con ella. No sé. Me parece... raro.

Rober torció el gesto al volver a oírla metiéndose con él. Laia intervino enseguida.

—Bueno, yo creo que un poco raro sí que es, en toda la noche no me ha mirado las tetas ni una sola vez —dijo antes de dar un sorbo a su pajita.
SUBLIME!!!
 
Error mío, el dildo lo usan a los 2 meses de estar saliendo oficialmente (6 meses desde que se conocen), así que entre ese hecho y el dejar de usarlo pasan 3 años y 3 meses, vamos 3 años.
Pero eso es lo mismo que usarlo desde el principio porque llevan una relación de años, si fuera una relación de meses ahí sí esos dos meses tendrían relevancia.
Mencionas que su relación de 3 años y 9 meses es como decir una relación de 4 años, eso también se puede aplicar para lo anterior. Si hubieran usado el dildo por ejemplo al año y medio o dos ahí sí es otro cantar.
 
El título de esta novela estaba entre tres opciones:

LA CENA DEL IDIOTA

MALDITAS VACACIONES

JUEGOS CRUELES


Quizás ahora, tras casi un año, a nadie le hubiera gustado que se titulara de otra manera, pero quizás las otras dos opciones hubieran quedado mejor. ¿No creéis?
Quizás se ajustan mejor a la temática de la historia, pero la verdad es que ése título es muy atractivo. Lo de "juegos crueles" suena muy trillado para un relato de infidelidad y "malditas vacaciones" no sé por qué me suena a título de comedia ligera.

Me han encantado los borradores.
 
El título de esta novela estaba entre tres opciones:

LA CENA DEL IDIOTA

MALDITAS VACACIONES

JUEGOS CRUELES


Quizás ahora, tras casi un año, a nadie le hubiera gustado que se titulara de otra manera, pero quizás las otras dos opciones hubieran quedado mejor. ¿No creéis?
Pues sinceramente sigo manteniendo que el altual título es el más indicado.
Los otros dos son demasiados......no se como expresarlos, pufff... simples!.......Juegos CARUELES evidentemente no, esta historia es mucho más que eso. Malditas vacaciones ...rmdkskdfoeifòw!!!!!!...vaya como que no!!!
 
Quizás se ajustan mejor a la temática de la historia, pero la verdad es que ése título es muy atractivo. Lo de "juegos crueles" suena muy trillado para un relato de infidelidad y "malditas vacaciones" no sé por qué me suena a título de comedia ligera.

Me han encantado los borradores.
Eso quería expresar!!! ........maldita sea:p!!.....del título Malditas vacaciones:sneaky:......."título de comedia ligera"
Bravo @Solchallace!
 
Yo estoy con el resto, a mí el título "La cena del Idiota" me parece genial y me parece muy superior a los demás.

Una vez más, muchas gracias ASeneka por compartir tantas cosas con nosotros!
Me uno a lo que dice nuestro amigo @Zaik.. Gracias por todo maestro..

Por cierto.... El nombre de Laia me encanta!
 
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