Keranos
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,038
- Reputación
- 7,236
Capítulo 774
Noelia se quedó abrazada a mí durante unos minutos, haciéndolo con mucha fuerza mientras lloraba desconsolada. Dejé que lo echara un poco de esa manera en vez de pedirle que se fuera de manera instantánea porque la veía muy mal y no me iba a hacer caso igualmente.
Esperé a que se calmara un poco poniendo mi mano en su cabeza. Ella decía algunas palabras sueltas, pero me resultaba imposible entenderla al tener su cabeza pegada a mi pecho y por el llanto que tenía. Pero poco a poco acabó calmándose un poco, aflojando el abrazo, aprovechando yo para separarla de mí y ahora sí, decirle que se tenía que ir a casa, a lo que ella me respondió negando con la cabeza.
Le pedí que no pusiera las cosas peor para ella, porque cuanto más se quedara allí, peor iba a ser. Viendo que no se movía le dije que yo la llevaba a casa, así que me levanté para agarrarla de la mano y sacarla de casa, empezando a andar hacia donde tenía el coche, pero ella se quedó parada en la puerta de casa, negando con la cabeza.
Le volví a pedir que no fuera insistente, pero ella no se movía, así que volví a ir hacia ella para agarrar su mano y tirar de ella, pasando el brazo por sus hombros y llevarla así hasta el coche, donde se acabó montando.
De camino a su casa, estuvo callada durante los primeros minutos, mirando por la ventana, aunque no tardó en girar su cabeza hacia mí para empezar a llorar de nuevo, dejando su cabeza echada hacia atrás. Empezó a decir que el coche le traía muchos recuerdos, porque se había montado en él muchas veces.
Empezó por recordar las veces que la había llevado a casa al salir de clase cuando iba al instituto en mi ciudad, cómo me había robado algún besó justo ahí, un polvo que echamos en la parte de atrás no hacía mucho... Se volvió a quedar callada, prefiriéndolo yo así, aunque cuando llegamos a su casa, dejándola yo en la misma puerta con el coche en marcha, me volvió a suplicar que me lo pensara bien y que le diera una oportunidad.
-No, Noelia. Ya te lo he dicho muchas veces.
-Javi, pero yo te quiero.
-Eso también me lo has dicho muchas veces.
-Porque es verdad.
-Noelia, yo nunca voy a sentir nada por ti. No sé cómo decírtelo.
-No quiero que me lo digas más. Solo quiero una oportunidad, que te olvides de mi hermana, porque nadie te va a querer como yo. Yo puedo hacer que te olvides de ella.
-¿Cómo? ¿Copiando todo de ella? ¿Así es como pretendes que lo haga?
-Pues no lo hago más.
-Que no, Noelia.
-Es que no entiendo cómo puedes seguir pensando en ella después de más de un año -dijo con rabia.
-¿Te das cuenta de que dices eso y justo lo que has hecho es copiarle en todo? Sí que lo entiendes.
-Por favor... -suplicaba de nuevo agarrando una de mis manos.
Pero yo negué con la cabeza, inclinando mi cuerpo para abrir la puerta y que saliera, diciéndole que lo sentía, pero que no podía ser, pidiéndole que se bajara del coche. Al final lo acabó haciendo, yéndome yo enseguida para que la cosa no fuera a peor. Regresé rápidamente a casa, donde me quedé pensativo con aquello que me dijo de que su hermana estaba con otro.
Eso no hacía más que corroborar mis sospechas de que andaba con su jefe. Aunque es verdad que no mencionó nada de un bebé, cosa que me resultaba imposible que no supiera al ser su hermana por mucho que no se hablaran. Le tenía que haber llegado la noticia por parte de su madre o de su padre.
Quizá no me lo contó porque se vio abrumada con lo que le tenía que contar yo, pero en cualquier caso, debía continuar con el plan de hablar con ella para poder cerrar ese capítulo de una vez.
-¿Te has ido ya? -le pregunté a Ángela en cuanto descolgó la llamada.
-Estoy a medio camino.
-Joder... Pensaba que aún no te habías ido.
-Te he dicho que me iba, ¿no?
-Ya, pero no sé, lo mismo tardabas un poco más.
-¿Habéis hablado ya?
-Sí.
-¿Y cómo ha ido?
-¿Tú qué crees?
-Ya... ¿Me has hecho caso?
-Sí. Te prometo que he ido con el mayor tacto posible.
-¿De verdad?
-Sí, aunque ha hecho algún comentario que no me lo ha puesto fácil, pero he sido honesto con ella. Le he contado la verdad tratando de hacerle el menor daño posible.
-¿Y qué te ha dicho?
-Me ha suplicado que le dé una oportunidad. Muchas veces, pero le he dicho que no podía ser. También me ha preguntado la razón para que nos dejemos de ver. Me ha preguntado directamente si había otra persona.
-¿Y le has dicho que sí?
-Claro. No le he dicho el nombre de primeras. No sé cómo no se ha dado cuenta. Si hasta me ha preguntado si eras tú esa persona.
-¿En serio?
-Sí.
-¿Y qué le has dicho?
-Que no eras tú y que daba igual quién fuera. He intentado que no le doliera, pero me ha insistido tanto que se lo he acabado diciendo. Se ha enfadado cuando le he dicho que esa persona era su hermana.
-Pobrecilla...
-Ha llorado como nunca la he visto llorar. Pero es que tiene que ser así. No se quería marchar y la he llevado a su casa. Antes de bajarse del coche me ha vuelto a suplicar que le diera otra oportunidad.
-Jo, me da mucha pena. Pero es que tenías que hablar con ella, porque cuanto más tiempo pasé así, va a ser peor para ella. Además, imagínate que no se lo dices y ve a su hermana salir de tu casa. Le da algo.
-Ya...
-Ojalá pudiera darle un abrazo.
-Bueno, ya está. Solo me queda hablar con ella.
-Joder, sí que está la cosa regular.
-¿Mmm?
-Apenas dices su nombre.
-Ya... ¿Qué vas a hacer cuando llegues?
-Pues no lo sé. Creo que voy a ver a unos amigos. ¿Y tú? Deberías salir un poco a que te dé el aire. Creo que ya has tenido bastante por hoy, sobre todo teniendo en cuenta lo que pasó hace un par de días en mi casa... ¿Por qué no te acercas a esa tienda que conoces tú para jugar un poco con los amigos? Te va a venir muy bien distraerte.
-Pues la verdad es que no estaría mal. Voy a ver si se va a hacer algo.
Noelia se quedó abrazada a mí durante unos minutos, haciéndolo con mucha fuerza mientras lloraba desconsolada. Dejé que lo echara un poco de esa manera en vez de pedirle que se fuera de manera instantánea porque la veía muy mal y no me iba a hacer caso igualmente.
Esperé a que se calmara un poco poniendo mi mano en su cabeza. Ella decía algunas palabras sueltas, pero me resultaba imposible entenderla al tener su cabeza pegada a mi pecho y por el llanto que tenía. Pero poco a poco acabó calmándose un poco, aflojando el abrazo, aprovechando yo para separarla de mí y ahora sí, decirle que se tenía que ir a casa, a lo que ella me respondió negando con la cabeza.
Le pedí que no pusiera las cosas peor para ella, porque cuanto más se quedara allí, peor iba a ser. Viendo que no se movía le dije que yo la llevaba a casa, así que me levanté para agarrarla de la mano y sacarla de casa, empezando a andar hacia donde tenía el coche, pero ella se quedó parada en la puerta de casa, negando con la cabeza.
Le volví a pedir que no fuera insistente, pero ella no se movía, así que volví a ir hacia ella para agarrar su mano y tirar de ella, pasando el brazo por sus hombros y llevarla así hasta el coche, donde se acabó montando.
De camino a su casa, estuvo callada durante los primeros minutos, mirando por la ventana, aunque no tardó en girar su cabeza hacia mí para empezar a llorar de nuevo, dejando su cabeza echada hacia atrás. Empezó a decir que el coche le traía muchos recuerdos, porque se había montado en él muchas veces.
Empezó por recordar las veces que la había llevado a casa al salir de clase cuando iba al instituto en mi ciudad, cómo me había robado algún besó justo ahí, un polvo que echamos en la parte de atrás no hacía mucho... Se volvió a quedar callada, prefiriéndolo yo así, aunque cuando llegamos a su casa, dejándola yo en la misma puerta con el coche en marcha, me volvió a suplicar que me lo pensara bien y que le diera una oportunidad.
-No, Noelia. Ya te lo he dicho muchas veces.
-Javi, pero yo te quiero.
-Eso también me lo has dicho muchas veces.
-Porque es verdad.
-Noelia, yo nunca voy a sentir nada por ti. No sé cómo decírtelo.
-No quiero que me lo digas más. Solo quiero una oportunidad, que te olvides de mi hermana, porque nadie te va a querer como yo. Yo puedo hacer que te olvides de ella.
-¿Cómo? ¿Copiando todo de ella? ¿Así es como pretendes que lo haga?
-Pues no lo hago más.
-Que no, Noelia.
-Es que no entiendo cómo puedes seguir pensando en ella después de más de un año -dijo con rabia.
-¿Te das cuenta de que dices eso y justo lo que has hecho es copiarle en todo? Sí que lo entiendes.
-Por favor... -suplicaba de nuevo agarrando una de mis manos.
Pero yo negué con la cabeza, inclinando mi cuerpo para abrir la puerta y que saliera, diciéndole que lo sentía, pero que no podía ser, pidiéndole que se bajara del coche. Al final lo acabó haciendo, yéndome yo enseguida para que la cosa no fuera a peor. Regresé rápidamente a casa, donde me quedé pensativo con aquello que me dijo de que su hermana estaba con otro.
Eso no hacía más que corroborar mis sospechas de que andaba con su jefe. Aunque es verdad que no mencionó nada de un bebé, cosa que me resultaba imposible que no supiera al ser su hermana por mucho que no se hablaran. Le tenía que haber llegado la noticia por parte de su madre o de su padre.
Quizá no me lo contó porque se vio abrumada con lo que le tenía que contar yo, pero en cualquier caso, debía continuar con el plan de hablar con ella para poder cerrar ese capítulo de una vez.
-¿Te has ido ya? -le pregunté a Ángela en cuanto descolgó la llamada.
-Estoy a medio camino.
-Joder... Pensaba que aún no te habías ido.
-Te he dicho que me iba, ¿no?
-Ya, pero no sé, lo mismo tardabas un poco más.
-¿Habéis hablado ya?
-Sí.
-¿Y cómo ha ido?
-¿Tú qué crees?
-Ya... ¿Me has hecho caso?
-Sí. Te prometo que he ido con el mayor tacto posible.
-¿De verdad?
-Sí, aunque ha hecho algún comentario que no me lo ha puesto fácil, pero he sido honesto con ella. Le he contado la verdad tratando de hacerle el menor daño posible.
-¿Y qué te ha dicho?
-Me ha suplicado que le dé una oportunidad. Muchas veces, pero le he dicho que no podía ser. También me ha preguntado la razón para que nos dejemos de ver. Me ha preguntado directamente si había otra persona.
-¿Y le has dicho que sí?
-Claro. No le he dicho el nombre de primeras. No sé cómo no se ha dado cuenta. Si hasta me ha preguntado si eras tú esa persona.
-¿En serio?
-Sí.
-¿Y qué le has dicho?
-Que no eras tú y que daba igual quién fuera. He intentado que no le doliera, pero me ha insistido tanto que se lo he acabado diciendo. Se ha enfadado cuando le he dicho que esa persona era su hermana.
-Pobrecilla...
-Ha llorado como nunca la he visto llorar. Pero es que tiene que ser así. No se quería marchar y la he llevado a su casa. Antes de bajarse del coche me ha vuelto a suplicar que le diera otra oportunidad.
-Jo, me da mucha pena. Pero es que tenías que hablar con ella, porque cuanto más tiempo pasé así, va a ser peor para ella. Además, imagínate que no se lo dices y ve a su hermana salir de tu casa. Le da algo.
-Ya...
-Ojalá pudiera darle un abrazo.
-Bueno, ya está. Solo me queda hablar con ella.
-Joder, sí que está la cosa regular.
-¿Mmm?
-Apenas dices su nombre.
-Ya... ¿Qué vas a hacer cuando llegues?
-Pues no lo sé. Creo que voy a ver a unos amigos. ¿Y tú? Deberías salir un poco a que te dé el aire. Creo que ya has tenido bastante por hoy, sobre todo teniendo en cuenta lo que pasó hace un par de días en mi casa... ¿Por qué no te acercas a esa tienda que conoces tú para jugar un poco con los amigos? Te va a venir muy bien distraerte.
-Pues la verdad es que no estaría mal. Voy a ver si se va a hacer algo.