perro esklavo
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Maravilloso, inigualable. Ojalá le acompañe a hacerse el tatuaje y el se ponga otro que ponga Sara, porque es de su propiedad.
La tentación de Sara
- Thread starter David Lovia
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dayamineral
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Hagamos una lectura alternativa.
Aqui solo hay dos personas normales y que tienen las ideas y las cosas muy claras.
Javier: Tiene claro que tiene una zorrita a su entera disposición, a la que tiene bien enganchada porque ha sabido cogerle el punto, y que mientras pueda se la va a seguir follando, a lo que se añade que el no se va a jugar su statu quo matrimonial y familiar, para el es solo eso, caza (como cualquier otra) que se come en los viajes y punto, y en ningun caso va a tener con ella una relacion mas allá de desatrancar sus cañerñias cuando le haga falta, mas sabiendo lo zorron que es, y que una tia que pone cuernos a un tio, se los pone a otro y a otros, ya que la cabra, aunque pase el tiempo, mucho tiempo, terminará tirando al monte.
Y digo lo anterior por experiencia, me he follado algunas tias que de jovenes ponian cuernos, se casaron y tuvieron familia y fueron fieles mientras pudieron, pero al final terminaron cayendo de nuevo y las volvi a llenar de leche 20 años despues, la duda es si en el camino de los 20 años no las llenarian de leche alguna otra vez.
Sara: Una tia joven, de las de rompe y rasga, buenorra, que lo sabe y lo usa, segura de si misma, determinada, que sabe lo que quiere y como lo quire, y que sin dudarlo va a por ello y dispone de ello.
Luego tenemos a un pobre desgraciado, Pablito, que además de un pobre pagafantas y un pichafloja sin los cojones ni capacidad de darle caña a una hembra como Sara, y sin los cojones para cortar de raiz lo que pasa.
La verdad, es que Sara lo que tenia que haber hecho es llevarselo a la habitación con Javier, haberlo sentado en un sillon, y haberle dicho mira como se folla de verdad a una tia, disfruta viendo como esa pedazo de polla con ese pedazo de capullo me separa los labios y como me va abriendo y dilatando el coñito poco a poco segun me va entrando hasta el fondo, y disfruta viendo como Javier me llena de leche por los distintos agujeros y como me como toda su lefa calentita, y luego una vez que Javier le hubiese llenado bien el coño de lefa, haberle dicho "Pablito, amorrate aquí y dejame el coño bien limpito" y cuando hubiera terminado, como mucho haberle hecho una pajita cornuda y listo.
Desde el principio se vió la falta de "hombría" de Pablito para afrontar todo.
El relato, excelente.
.
Aqui solo hay dos personas normales y que tienen las ideas y las cosas muy claras.
Javier: Tiene claro que tiene una zorrita a su entera disposición, a la que tiene bien enganchada porque ha sabido cogerle el punto, y que mientras pueda se la va a seguir follando, a lo que se añade que el no se va a jugar su statu quo matrimonial y familiar, para el es solo eso, caza (como cualquier otra) que se come en los viajes y punto, y en ningun caso va a tener con ella una relacion mas allá de desatrancar sus cañerñias cuando le haga falta, mas sabiendo lo zorron que es, y que una tia que pone cuernos a un tio, se los pone a otro y a otros, ya que la cabra, aunque pase el tiempo, mucho tiempo, terminará tirando al monte.
Y digo lo anterior por experiencia, me he follado algunas tias que de jovenes ponian cuernos, se casaron y tuvieron familia y fueron fieles mientras pudieron, pero al final terminaron cayendo de nuevo y las volvi a llenar de leche 20 años despues, la duda es si en el camino de los 20 años no las llenarian de leche alguna otra vez.
Sara: Una tia joven, de las de rompe y rasga, buenorra, que lo sabe y lo usa, segura de si misma, determinada, que sabe lo que quiere y como lo quire, y que sin dudarlo va a por ello y dispone de ello.
Luego tenemos a un pobre desgraciado, Pablito, que además de un pobre pagafantas y un pichafloja sin los cojones ni capacidad de darle caña a una hembra como Sara, y sin los cojones para cortar de raiz lo que pasa.
La verdad, es que Sara lo que tenia que haber hecho es llevarselo a la habitación con Javier, haberlo sentado en un sillon, y haberle dicho mira como se folla de verdad a una tia, disfruta viendo como esa pedazo de polla con ese pedazo de capullo me separa los labios y como me va abriendo y dilatando el coñito poco a poco segun me va entrando hasta el fondo, y disfruta viendo como Javier me llena de leche por los distintos agujeros y como me como toda su lefa calentita, y luego una vez que Javier le hubiese llenado bien el coño de lefa, haberle dicho "Pablito, amorrate aquí y dejame el coño bien limpito" y cuando hubiera terminado, como mucho haberle hecho una pajita cornuda y listo.
Desde el principio se vió la falta de "hombría" de Pablito para afrontar todo.
El relato, excelente.
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Última edición:
Quercus4
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Ojo que Sara se excita así por Pablo, si no existe un Pablo el juego no es el mismo.
Javier es como es y no necesita ninguna complicación, se le pone Sara a huevo y el aprovecha, nada que decir.
De Pablo no tendría nada que decir si ese hubiera sido el juego desde el principio, ha sido muy patético.
Javier es como es y no necesita ninguna complicación, se le pone Sara a huevo y el aprovecha, nada que decir.
De Pablo no tendría nada que decir si ese hubiera sido el juego desde el principio, ha sido muy patético.
Versionatore
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Sabiamos que esto iba a pasar. Ha sido brutal. Ahora el dilema lo tiene Pablo. Este ha sido el mejor polvo de su vida, y tiene la opción de seguir viviendo esas experiencias. A cambio, solo tiene que aguantar unos cuernos, que sí, que duelen, pero solo al principio, luego ya te acostumbras, y los llevas, como si fuera un sombrero. (Cuidado, que no hablo por experiencia, pero por lo que me han contado)
Y la otra opción es abandonar a Sara y su adicción al sexo y a humillarlo, y puede que encuentre a alguien que no le importe su eyaculación precoz, y valore otras buenas cosas que tiene Pablo. Pero de esa manera, nunca volverá a vivir una experiencia sexual como lo ha vivido con Sara. Pero le quedará la dignidad.
Yo creo que elegirá esta segunda opción.
Se admiten apuestas.
Y la otra opción es abandonar a Sara y su adicción al sexo y a humillarlo, y puede que encuentre a alguien que no le importe su eyaculación precoz, y valore otras buenas cosas que tiene Pablo. Pero de esa manera, nunca volverá a vivir una experiencia sexual como lo ha vivido con Sara. Pero le quedará la dignidad.
Yo creo que elegirá esta segunda opción.
Se admiten apuestas.
viciosinfin1973
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Sabiamos que esto iba a pasar. Ha sido brutal. Ahora el dilema lo tiene Pablo. Este ha sido el mejor polvo de su vida, y tiene la opción de seguir viviendo esas experiencias. A cambio, solo tiene que aguantar unos cuernos, que sí, que duelen, pero solo al principio, luego ya te acostumbras, y los llevas, como si fuera un sombrero. (Cuidado, que no hablo por experiencia, pero por lo que me han contado)
Y la otra opción es abandonar a Sara y su adicción al sexo y a humillarlo, y puede que encuentre a alguien que no le importe su eyaculación precoz, y valore otras buenas cosas que tiene Pablo. Pero de esa manera, nunca volverá a vivir una experiencia sexual como lo ha vivido con Sara. Pero le quedará la dignidad.
Yo creo que elegirá esta segunda opción.
Se admiten apuestas.
Y ¿no puede tener un sexo estupendo superguarro con alguien con quien puedas vivir tranquilo y te respete minimamente ?
Versionatore
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Claro que puede, si encuentra a la persona adecuada, pero este polvo con Sara va a ser inusperable. Pero como he dicho antes, al menos le quedará la dignidad y no ser humillado nunca más.
Y el propio Pablo lo reconoce: "Una experiencia así es de las que te dejan muy marcado. Para siempre".
Y el propio Pablo lo reconoce: "Una experiencia así es de las que te dejan muy marcado. Para siempre".
Carlos Sevillista
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Me quedo con la Segunda opción de largoSabiamos que esto iba a pasar. Ha sido brutal. Ahora el dilema lo tiene Pablo. Este ha sido el mejor polvo de su vida, y tiene la opción de seguir viviendo esas experiencias. A cambio, solo tiene que aguantar unos cuernos, que sí, que duelen, pero solo al principio, luego ya te acostumbras, y los llevas, como si fuera un sombrero. (Cuidado, que no hablo por experiencia, pero por lo que me han contado)
Y la otra opción es abandonar a Sara y su adicción al sexo y a humillarlo, y puede que encuentre a alguien que no le importe su eyaculación precoz, y valore otras buenas cosas que tiene Pablo. Pero de esa manera, nunca volverá a vivir una experiencia sexual como lo ha vivido con Sara. Pero le quedará la dignidad.
Yo creo que elegirá esta segunda opción.
Se admiten apuestas.
A Sara que le den por saco y que la aguante otro.
De todas formas como se va, no creo que la vaya a ver mucho, por suerte para el.
perro esklavo
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Creo que la clave está aquí, si Sara quisiera a Pablo y viceversa, dejando de lado lo "peculiar" de la relación, hubiesen tenido la necesidad de dormir juntos y abrazados después de algo tan intenso.
Carlos Sevillista
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Yo es que creo que jamás debió empezar una relación con Ella.
Y mira que su amigo Daniel se lo aconsejo, pero el se emperro.
En los 2 últimos capítulos, a parte de que Pablo ha estado absolutamente patético, lo de ella da muchísimo asco.
Si no tiene claro que no le conviene....
David Lovia
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Capítulo 43 (FINAL)
Dos días después, el sábado por la tarde, llamé al timbre de su portal. Habíamos quedado en vernos y Sara me estaba esperando en su casa.
―Soy yo…
―Vale, sube…
Pude ver su cara de decepción cuando me vio aparecer con una pequeña maleta. La arrastré hasta el salón y nos quedamos frente a frente. Prefería no mirarla, porque la muy cabrona me había recibido en ropa interior, con un conjuntito de braguitas y camiseta de tirantes de color blanco.
―¿Y eso? ―me preguntó.
―Ya sabes lo que es, Sara…, ahí tienes todas tus cosas, creo que no me he dejado nada. La maleta te la puedes quedar…, no me importa.
―¿Lo has pensado bien?
―Sí, te lo dije ayer por teléfono…, no hay nada que pensar…
―También el jueves cortaste conmigo y luego bien que me follaste.
―No voy a volver a entrar en este juego, Sara…, otra vez no.
―No habías echado un polvo así en tu puta vida…, ¡reconócelo!
―¿Para qué…?, pero si eso te hace sentir mejor, pues vale…, lo pasé muy bien el jueves.
―¿Muy bien?, yo creo que más que bien… ¿Es que no te gustaría repetirlo?, hacer todo lo que te dije…
―Adiós, Sara.
―¿Y te vas a ir así…?
―¿Cómo quieres que me vaya?, no tenemos nada más de lo que hablar…
―Yo creo que sí… ―Se puso de pie y se acercó a mí.
―Sabía que ibas a hacer esto, te conozco muy bien…
―Para eso estás aquí, ¿no?, podrías haberme hecho llegar mis cosas de muchas formas sin tener que venir… ―musitó bajando la mano para acariciarme la polla.
Dejé que me la meneara unos segundos por encima del pantalón y no tardé en empalmarme. Cualquiera lo hubiera hecho teniendo delante a una jovencita como Sara, marcando tetas a lo bestia y en braguitas.
―¿Ya has terminado? ―dije sin inmutarme.
―Eso lo decides tú…, parece que te ha gustado.
Nos quedamos mirando con los labios casi pegados, sintiendo su respiración en mi cara y, antes de que me besara estiré el brazo para poner la mano en su pecho y detenerla.
―Siempre te tienes que salir con la tuya, Sarita, pero hoy no te va a resultar lo de estar medio desnuda, te estás comportando como una zorra consentida…, como una niñata…
―¿Ahora te haces el digno y me insultas como Javier?, no suenas muy convincente con la polla dura…
―Lo sé…
―Pues quédate y fóllame… ―Y atrapé su mano cuando intentó sobarme el paquete de nuevo.
―No vuelvas a llamarme ni a presentarte en mi casa. Para ti, como si no existiera. Esto se ha acabado, Sara.
―Yo decido cuándo se acaba… Ni se te ocurra irte así…
Me di media vuelta y salí de su piso. No podía despedirme de Sara de otra manera, con la polla dura, pero al menos no había sucumbido a la tentación.
Esta vez no.
Tenía razón en que podría haberle enviado sus cosas, pero quería ser yo el que se las diera. Necesitaba dejarla en persona, plantarme en su casa, tenerla frente a mí y tener el coraje de rechazarla.
Era lo que necesitaba para olvidarla definitivamente.
Salí a la calle sintiéndome de maravilla, quitándome un peso de encima y estuve caminando un par de horas, dándole vueltas a la cabeza. Tenía una semana libre hasta empezar mi nuevo trabajo y se me ocurrió hacer un viaje por Oporto unos días, para desconectar del todo. Me metí a cenar solo en un buen restaurante y al llegar a casa me puse a buscar hotel y hacer un planning por la ciudad portuguesa.
A la semana siguiente comencé en JTL Internacional. Fue como empezar de cero, otra vida completamente distinta. Sara ya era un mal recuerdo para mí y, por suerte, no intentó ponerse en contacto conmigo ni una sola vez.
Jamás se me pasó por la cabeza aceptar su alocada idea, yo no habría podido llevar un estilo de vida así, liberal, dejando que Sara follara con otros, incluso que fuera la puta de Javier, no lo hubiera soportado; pero aquella noche de jueves llegué a entender a los que sí lo hacen. Un par de encuentros más de ese tipo y dudo que ya hubiera podido escapar de las redes de Sara.
Sabía que no iba a volver a experimentar nada parecido a lo que sentí en la habitación de hotel, aunque preferí dejarlo así. Quién sabe lo que habría sido de mí en caso de aceptar su propuesta; pero no lo hice.
Sara se había terminado para siempre.
La última vez que la vi fue diez meses después. En el funeral de Javier. Un cáncer de páncreas se llevó a mi antiguo compañero de manera fulminante. Apenas duró cuatro o cinco semanas desde que se lo detectaron y allí estaba ella, en el tanatorio, bastante apesadumbrada, con unas enormes gafas de sol, y le acompañaba Álvaro, que al parecer volvía a ser su novio.
Nos saludamos educadamente, pero no hablé nada con ella. Eso sí, me pregunté si habría seguido acostándose con Javier después de que lo nuestro se terminara. ¿Habría comenzado a salir con Álvaro por el morbo de ponerle los cuernos también?
No me hubiera extrañado nada.
Estuve observándola un buen rato sin que se diera cuenta, seguía tan imponente como siempre, con una chupa de cuero gris y unos botines por encima de los tobillos. Me imaginé que bajo esos pantalones vaqueros grises tan ajustados, con los que marcaba culazo a lo bestia, llevaba tatuada en su coño la palabra «NIÑATA», como le había ordenado Javier, fantaseé con que le había puesto los cuernos unas cuantas veces al guaperas de su novio y al final, pensando ese tipo de cosas, terminé haciéndome una paja en los baños del tanatorio.
Fue mi pequeño homenaje a Javier por los buenos ratos que me había hecho pasar.
Y a veces la vida tiene un sentido del humor muy peculiar, pues al salir del funeral mi ex me llamó por teléfono para ver si me podía pasar por el supermercado, antes de recoger a las niñas, para comprar unos yogures. Ya aproveché para coger cuatro cosas más y de casualidad me topé con Isabel, a la que llevaba mucho tiempo sin ver, desde que había roto con mi amigo Daniel.
Seguía igual de simpática que siempre, y a ella sí que la saludé con efusividad. Estuvimos charlando en medio del pasillo, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya había pasado casi una hora. Nos despedimos sin quedar en volver a vernos, pero yo estuve unos días en los que no me la pude sacar de la cabeza.
Una de las tardes en las que quedé con Daniel para hacer deporte, le comenté que había visto a Isabel y le pregunté si le molestaría que me viera con ella, en plan amigos, claro.
―La verdad es que no, incluso me alegraría mucho por ti, creo que haríais muy buena pareja. Me porté fatal con ella e Isabel es una tía de puta madre…, así que por mí no te preocupes…, tienes mi bendición, ja, ja, ja…
Unos días más tarde, me armé de valor y la llamé para tomar un café. A la semana siguiente repetimos y el sábado salimos juntos a cenar. De la amistad al amor hay un pequeño paso y terminamos la cita en mi casa, revolviendo la cama.
Tenía razón mi colega cuando me dijo que Isabel era un puto volcán y no me quedó más remedio que darle la razón. Desprendía una energía sexual muy potente y conectamos genial desde el principio.
Y un mes después ya estábamos planificando nuestro primer viaje juntos…
FIN
Dos días después, el sábado por la tarde, llamé al timbre de su portal. Habíamos quedado en vernos y Sara me estaba esperando en su casa.
―Soy yo…
―Vale, sube…
Pude ver su cara de decepción cuando me vio aparecer con una pequeña maleta. La arrastré hasta el salón y nos quedamos frente a frente. Prefería no mirarla, porque la muy cabrona me había recibido en ropa interior, con un conjuntito de braguitas y camiseta de tirantes de color blanco.
―¿Y eso? ―me preguntó.
―Ya sabes lo que es, Sara…, ahí tienes todas tus cosas, creo que no me he dejado nada. La maleta te la puedes quedar…, no me importa.
―¿Lo has pensado bien?
―Sí, te lo dije ayer por teléfono…, no hay nada que pensar…
―También el jueves cortaste conmigo y luego bien que me follaste.
―No voy a volver a entrar en este juego, Sara…, otra vez no.
―No habías echado un polvo así en tu puta vida…, ¡reconócelo!
―¿Para qué…?, pero si eso te hace sentir mejor, pues vale…, lo pasé muy bien el jueves.
―¿Muy bien?, yo creo que más que bien… ¿Es que no te gustaría repetirlo?, hacer todo lo que te dije…
―Adiós, Sara.
―¿Y te vas a ir así…?
―¿Cómo quieres que me vaya?, no tenemos nada más de lo que hablar…
―Yo creo que sí… ―Se puso de pie y se acercó a mí.
―Sabía que ibas a hacer esto, te conozco muy bien…
―Para eso estás aquí, ¿no?, podrías haberme hecho llegar mis cosas de muchas formas sin tener que venir… ―musitó bajando la mano para acariciarme la polla.
Dejé que me la meneara unos segundos por encima del pantalón y no tardé en empalmarme. Cualquiera lo hubiera hecho teniendo delante a una jovencita como Sara, marcando tetas a lo bestia y en braguitas.
―¿Ya has terminado? ―dije sin inmutarme.
―Eso lo decides tú…, parece que te ha gustado.
Nos quedamos mirando con los labios casi pegados, sintiendo su respiración en mi cara y, antes de que me besara estiré el brazo para poner la mano en su pecho y detenerla.
―Siempre te tienes que salir con la tuya, Sarita, pero hoy no te va a resultar lo de estar medio desnuda, te estás comportando como una zorra consentida…, como una niñata…
―¿Ahora te haces el digno y me insultas como Javier?, no suenas muy convincente con la polla dura…
―Lo sé…
―Pues quédate y fóllame… ―Y atrapé su mano cuando intentó sobarme el paquete de nuevo.
―No vuelvas a llamarme ni a presentarte en mi casa. Para ti, como si no existiera. Esto se ha acabado, Sara.
―Yo decido cuándo se acaba… Ni se te ocurra irte así…
Me di media vuelta y salí de su piso. No podía despedirme de Sara de otra manera, con la polla dura, pero al menos no había sucumbido a la tentación.
Esta vez no.
Tenía razón en que podría haberle enviado sus cosas, pero quería ser yo el que se las diera. Necesitaba dejarla en persona, plantarme en su casa, tenerla frente a mí y tener el coraje de rechazarla.
Era lo que necesitaba para olvidarla definitivamente.
Salí a la calle sintiéndome de maravilla, quitándome un peso de encima y estuve caminando un par de horas, dándole vueltas a la cabeza. Tenía una semana libre hasta empezar mi nuevo trabajo y se me ocurrió hacer un viaje por Oporto unos días, para desconectar del todo. Me metí a cenar solo en un buen restaurante y al llegar a casa me puse a buscar hotel y hacer un planning por la ciudad portuguesa.
A la semana siguiente comencé en JTL Internacional. Fue como empezar de cero, otra vida completamente distinta. Sara ya era un mal recuerdo para mí y, por suerte, no intentó ponerse en contacto conmigo ni una sola vez.
Jamás se me pasó por la cabeza aceptar su alocada idea, yo no habría podido llevar un estilo de vida así, liberal, dejando que Sara follara con otros, incluso que fuera la puta de Javier, no lo hubiera soportado; pero aquella noche de jueves llegué a entender a los que sí lo hacen. Un par de encuentros más de ese tipo y dudo que ya hubiera podido escapar de las redes de Sara.
Sabía que no iba a volver a experimentar nada parecido a lo que sentí en la habitación de hotel, aunque preferí dejarlo así. Quién sabe lo que habría sido de mí en caso de aceptar su propuesta; pero no lo hice.
Sara se había terminado para siempre.
La última vez que la vi fue diez meses después. En el funeral de Javier. Un cáncer de páncreas se llevó a mi antiguo compañero de manera fulminante. Apenas duró cuatro o cinco semanas desde que se lo detectaron y allí estaba ella, en el tanatorio, bastante apesadumbrada, con unas enormes gafas de sol, y le acompañaba Álvaro, que al parecer volvía a ser su novio.
Nos saludamos educadamente, pero no hablé nada con ella. Eso sí, me pregunté si habría seguido acostándose con Javier después de que lo nuestro se terminara. ¿Habría comenzado a salir con Álvaro por el morbo de ponerle los cuernos también?
No me hubiera extrañado nada.
Estuve observándola un buen rato sin que se diera cuenta, seguía tan imponente como siempre, con una chupa de cuero gris y unos botines por encima de los tobillos. Me imaginé que bajo esos pantalones vaqueros grises tan ajustados, con los que marcaba culazo a lo bestia, llevaba tatuada en su coño la palabra «NIÑATA», como le había ordenado Javier, fantaseé con que le había puesto los cuernos unas cuantas veces al guaperas de su novio y al final, pensando ese tipo de cosas, terminé haciéndome una paja en los baños del tanatorio.
Fue mi pequeño homenaje a Javier por los buenos ratos que me había hecho pasar.
Y a veces la vida tiene un sentido del humor muy peculiar, pues al salir del funeral mi ex me llamó por teléfono para ver si me podía pasar por el supermercado, antes de recoger a las niñas, para comprar unos yogures. Ya aproveché para coger cuatro cosas más y de casualidad me topé con Isabel, a la que llevaba mucho tiempo sin ver, desde que había roto con mi amigo Daniel.
Seguía igual de simpática que siempre, y a ella sí que la saludé con efusividad. Estuvimos charlando en medio del pasillo, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya había pasado casi una hora. Nos despedimos sin quedar en volver a vernos, pero yo estuve unos días en los que no me la pude sacar de la cabeza.
Una de las tardes en las que quedé con Daniel para hacer deporte, le comenté que había visto a Isabel y le pregunté si le molestaría que me viera con ella, en plan amigos, claro.
―La verdad es que no, incluso me alegraría mucho por ti, creo que haríais muy buena pareja. Me porté fatal con ella e Isabel es una tía de puta madre…, así que por mí no te preocupes…, tienes mi bendición, ja, ja, ja…
Unos días más tarde, me armé de valor y la llamé para tomar un café. A la semana siguiente repetimos y el sábado salimos juntos a cenar. De la amistad al amor hay un pequeño paso y terminamos la cita en mi casa, revolviendo la cama.
Tenía razón mi colega cuando me dijo que Isabel era un puto volcán y no me quedó más remedio que darle la razón. Desprendía una energía sexual muy potente y conectamos genial desde el principio.
Y un mes después ya estábamos planificando nuestro primer viaje juntos…
FIN
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David Lovia
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Y con este capítulo finaliza La tentación de Sara. Espero que lo hayáis disfrutado.
El hilo ha quedado impresionante, todos dando su opinión con respeto y sin faltar a nadie. Muchísimas gracias por vuestras opiniones y comentarios.
Después escribí un relato cortito, tipo spin off de La tentación de Sara, que se desarrolla unos meses después de este final, y el relato se llama NIÑATA, por si lo queréis leer.
Un abrazo y en breve empezaré por aquí con una nueva historia llamada La propuesta.
El hilo ha quedado impresionante, todos dando su opinión con respeto y sin faltar a nadie. Muchísimas gracias por vuestras opiniones y comentarios.
Después escribí un relato cortito, tipo spin off de La tentación de Sara, que se desarrolla unos meses después de este final, y el relato se llama NIÑATA, por si lo queréis leer.
Un abrazo y en breve empezaré por aquí con una nueva historia llamada La propuesta.
David, gracias por emocionarnos con tu creación y si deseas compartir "Niñata" pues yo feliz y agradecido.
Carlos Sevillista
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Solo me queda, para empezar dedicarle esto a Pablo por echarle cojones y mandar a la mierda a esa "señorita" y luego ya diré algo más:
Garfield39
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Muchísimas gracias, David.
El relato, impecable, aunque para ser sincero, me había puesto de una h....en el ante y penúltimo capítulo....pero para mi gusto, el relato brutal.
Espero con mucho gusto, todo con lo que consideres deleitarnos.
De nuevo, muchísimas gracias.
Muchas gracias por colgar aquí este relato tuyo, David. El de "Niñata" lo he visto en la "selva", y ahí fué donde, leyendo una reseña de "Niñata", me enteré que Pablo y Sara no seguían juntos, pero bueno, no era cuestión de hacer "spoiler".
Al final parece que Pablo ha resistido la tentación de Sara y la ha apartado de su vida.
Repito, muchas gracias por la obra y un saludo a ti y a todos los lectores.
Carlos Sevillista
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Este capítulo si que me ha encantado porque Pablo ha hecho lo que tenía que hacer, mandar a paseo a esa niñata. No quiero ser malo y no voy a decir nada de lo de Javier,pero bueno
Y además me parece magnífico que haya rehecho su vida con una mujer que sí merece la pena como Isabel.
Para terminar solo decir que pobre Álvaro, tener que aguantar a "eso".
Y además me parece magnífico que haya rehecho su vida con una mujer que sí merece la pena como Isabel.
Para terminar solo decir que pobre Álvaro, tener que aguantar a "eso".
Donde se puede leer "NIÑATA" ?