Buenas, hoy me han dado el visto bueno para publicar así que empiezo con esta experiencia. Es de hace muchos años, yo era adolescente, todavía virgen. De hecho, ni había tocado una teta. El caso es que estábamos celebrando el cumpleaños de una amiga del grupito, éramos tres amigos, su noviete de entonces y ella. Lucía, que así se llamaba, era la más espabilada del grupito, era la primera que ya había hecho de todo con chicos, y con varios además. Hablaba de sexo, polvos y pajas con total naturalidad con todos nosotros. Era una chica morena, grande (no gorda), de grandes tetas, bastante alta.
El caso es que después de haber bebido bastante y estar de risas hasta la madrugada llegó la hora de dormir. Los dos amigos y yo nos quedamos en un sofá cama enorme que tenía en la planta baja de la casa, para que os hagáis una idea, era como una cama de matrimonio y otra individual que se podía añadir. Yo dormía en esa especie de cama individual supletoria añadida al sofá-cama. Ella y su novio, lógicamente, se fueron a "dormir" a su cuarto juntos. No había nadie más en la casa.
No pasó ni un cuarto de hora cuando empecé a escuchar risitas del piso de arriba, agudicé el oído y empecé a escuchar lo que me pareció algún pequeño gemido, poco a poco aumentaba el volumen y el ritmo. Era evidente, estaban follando. Era la primera vez que tenía un contacto "en directo" con el sexo y se me puso durísima al instante. Pensé que mis amigos estarían despiertos y que pronto harían alguna broma al respecto, pero no. Solo los gemidos rompían el silencio del salón. En un primer momento solo pensé en recordar esos gemidos para cuando el día de mañana me estuviera pajeando en mi casa, pero cada vez eran menos disimulados. No pasarían ni dos minutos cuando empecé a escuchar la voz de Lucía:
-Aaah, joder, qué pollón, joder joder.
-Uff metemela hasta el fondo.
-Fóllame fóllame, no pares no pares no pares.
No lo pude evitar, metí mi mano por debajo del bóxer y me la empecé a menear, muy muy despacio, cubierto por una sábana pese al calor que hacía y rezando para que mis amigos durmiera. Estaba de espaldas a ellos, por si acaso.
-Espera espera, no te corras, comémelo, porfa.
-(más gemidos)
-Así así, mmmm, cariño...
Yo tenía mi polla agarrada debajo del bóxer pero casi ni me pajeaba porque sabía que a la mínima me iba a correr.
-Vuelve a metermela, espera, ponte tú arriba y dame fuerte.
Giré mi cabeza y no vi ningún movimiento en mis amigos, si no dormían desde luego lo disimulaban perfectamente, yo era el único que estaba disfrutando de eso gemidos y esas voces.
-Éric, me corro me corro, me...aaaaaaah sí sí sí....
La verdad es que creo que ni siquiera me pajee, me limité a apretarme y soltarme con fuerza un par de veces la polla y empecé a correrme, me estremecí muerto de miedo y de morbo, me estaba corriendo a la vez que mi amiga, llené mi bóxer con la corrida, pero no había tenido otra opción. Los gritos de mi amiga cesaron, solo se escuchó silencio y muy bajito alguna risita y ruido de movimiento, tengo la sensación de que le estaba haciendo acabar a su novio con una paja o una mamada. Yo ya estaba corrido y presté menos atención, no tardé en quedarme dormido. Al día siguiente me levanté el primero, fui al baño, me quité los boxers y me puse los pantalones.