Llegó el día del parto, con F decidimos cortar con la relación clandestina un mes antes, se sintió un poco desplazado de su papel de padre como el lo sentía pero que en varias ocasiones le aclare que por los cálculos no lo era, pero era tanta su dedicación a mi, que lo deje y así hasta hoy que me encuentro ya con mi nena en brazos y a J mi marido emocionado de tener en brazos a su retoño y yo feliz por tener a mi hija y compañera, me dedicaría a ella por siempre.
Salimos del sanatorio ahora tres personas con dirección a nuestra casa y negocio que por todo este tiempo fue administrado por J, una vez recuperada continuamos con nuestra vida de pareja, J todavía cuidadoso con mi salud y la de su niña así que pasados unos tres meses y ya muy fortalecida me hice cargo con mucho ímpetu de nuestro negocio y con excelente compañía todos los días.
Hasta que llegó el día que nuestra vida volvería a dar un giro...
" Le pedí a C que continuará y me contase que paso ese día?" y siguió con su historia..
Solo de pronto lo ví allí parado como la primera vez, mi corazón se detuvo, primero de sorpresa, luego de temor y preocupación, F estaba apoyado en el marco de la entrada del negocio con los brazos cruzados y con una sonrisa en sus labios, sonrisa que siempre me perturbo y me fascinó, no sabía que decirle, ni que hacer, estaba de pie a metros de el y mis piernas no me respondían, no entendía como se enteró de que ya hace meses tuve a mi nena y estaba en mi casa, se que yo también me porte mal, al no ponerlo al tanto de todo, ya que el en momentos de tristeza y soledad estaba junto a mi y creo que no fue lo correcto y eso me ponía mal, más, estando ahora frente a el.
No me di cuenta ya que estaba tan ensimismada con mis pensamientos que de pronto lo tenía pegado a mi tomándome de mi rostro con sus dos manos y besándome y diciéndome cuánto me extrañó y cuánto me amaba, yo no hice nada para impedirlo, estaba de piedra por la sorpresa, pero no le correspondía al beso, fue solo un momento ya que solo sentir su perfume y su calor socabaron la sorpresa del momento y los recuerdos se me vinieron encima a tropel y mi cuerpo como siempre me traicionó y respondí al beso siempre pensando en detenerlo, solo un poco mas y en segundos estábamos envueltos en un morreo de locura, mi mente estaba solo para disfrutar de ese beso y me olvidé en detenerlo, sus manos que comenzaron a recorrer mi cuerpo, el mismo que hace poco estaba concibiendo un nuevo ser y que ese cuerpo estaba preparado para dedicarse a pleno en su cuidado, pero allí estaba entregandome a los placeres de la carne como una adolescente, el mismo se dirigió como yo alguna vez a cerrar por unas horas las puertas del negocio y tomándome de la mano llevarme casi a rastras a nuestro dormitorio, ya en ella nos dedicamos a librarnos de nuestras ropas las cuales cayeron al suelo y nuestros cuerpos desnudos se juntaron de nuevo en un placentero abrazo y sentir el cuerpo de cada uno, el mis pechos turgentes en su torso y yo su ya dura verga en mi vientre.
F tenía el manejo de la situación ahora, no yo, ahora el se comportaba como un macho dominante, me empujó a la cama cayendo de espaldas y simplemente me abrí de piernas mostrándole de forma impudica mi cuerpo, cuerpo que fue suyo y que se que vino a reclamar.
Realmente estaba muy excitada y no me importo que la cuna dónde dormía mi nena este cerca de nosotros, " gracias a Dios no se desperto" lo ví parado y completamente desnudo enfrente mío mi mirada se dirigió a ese pedazo de carne que en su momento goce ya erecta, apuntaba casi hacia arriba y su mirada recorría todo mi cuerpo, su erección era notable brillaba por los juegos que desprendia y cuánto más me abría este vibraba, no se en que pensaba y dirigí mis manos a mi concha y en una demostración de entrega mis dedos índice y anular de mis manos abrieron los labios y expusieron el interior mojado y rosado de mi vagina entregandome incondicionalmente a el, no se hizo esperar se echó sobre mi pero colocando sus brazos a los costados míos dirigiendo su húmedo y brilloso glande a la estrecha entrada de mi vagina que ya estaba lubricada para ello, lo sentí como se abría paso dentro mío y el placer que sentí fue pleno la primera verga que mi concha recibía desde que nació mi hija, el sería el primero en profanar la intimidad que debería ser a partir de ahora solo de J.
Su miembro se abría paso lentamente y los dos exhalamos gemidos de placer profundos, F fue el último en todo mi periodo gestativo en cojerme y ahora lo hacía de nuevo pasando de mi marido y yo lo dejaba, sus movimientos ahora estaban más rápidos, su verga entraba profundamente y casi salía del todo para volver a penetrarme, fue el placer supremo que recibía y yo lo abrazaba y con mis piernas lo atraía hacia mi para una mejor penetración de pronto mi primer orgasmo me aniquilaba y me dejaba con mi cuerpo temblando como si hubiera sufrido un ataque epiléptico pero el continuaba cojiendome con furia ahora parecía querer destrozar mi interior, el sonido de nuestros cuerpos chocando eran una música encantada que nos estimulaban a más a exigirnos a más, nuestros gemidos se intensificaron y nuestros cuerpos se tensaron como en una lucha de Titanes, el sudor nos envolvió y los gemidos se intensificaron y se transformaron en gemidos agonicos como de dolor pero eran de intenso placer, la tensión llegó a extremo y sentí como F eyaculaba profusamente llenandome completamente, pareciera que estuvo esperando este momento para descargarse y yo para recibirlo, fue glorioso y nuestros cuerpos quedaron inertes el encima mío y yo sintiendo todavía los espasmos de su verga dentro mío, mis espasmos eran para sacarle hasta la última gota de semen no quería perder nada.
No se como mi nena no se despertó con el barullo que armamos, era una santa.
Lentamente nos recuperamos y nos dábamos piquitos en nuestras bocas y solo pensar lo que hicimos nos hacía reírnos como dos niños traviesos y abrazarnos con más ganas sin desacoplarnos genitalmente, quería sentirlo por siempre, pero todo termina y allí sentí la culpa de lo que hice y me puse a llorar por mi actitud fría y despreocupada que tenía ahora ya con mi familia, F se preocupo y se sintió también mal y me dijo que está sería la última vez, que ya no volvería, le puse mi mano en su boca y le dije que no, que quería seguir con el,que no sabía lo que hacía pero no quería dejar de verlo, que asumía todo lo que vendría, pero que el no tenía culpa, si no que era yo la que tomaba la iniciativa y elegía seguir, si lo querías, el después de un buen momento me respondió que si, que fui su primera mujer y quería seguir con ella asumiendo también todas las consecuencias, nos besamos y empezábamos una nueva vida, no sabíamos las consecuencias que acarrearían...
Cómo siempre, quiero recalcar que lo que vuelco acá, es lo que hablamos en muchas oportunidades y todo lo junte como que ella nos cuenta a todos, pero soy yo el que traslada todo lo confesado.