Sevilla en pleno mes de agosto a las dos de la tarde, en una parada de autobús con 40º a la sombra se encuentra esperando un matrimonio con 8 niños y tras ellos un viejo con una pata de palo.
El autobús que llega, sube la mujer y cuando sube el octavo niño, completo y no cabe nadie más.
Entonces el marido que dice:
----- Venga, iros para allá que yo me agarro el siguiente y me esperáis allí... y ten cuidado que no se te pierda ningún niño.
Y allí se quedan esperando el marido y el viejo de la pata de palo...
----- Tiene cohone la cosa... ----- decía el viejo.
----- Tranquilo jefe, que ya vendrá el siguiente y lo tomamos.
----- Si hombre si, vamos a tomar. Con la guasa que tiene los autobuses a esta hora.
El siguiente que pasa y completo, ni para.
----- Tiene cohone la cosa... ----- dice el viejo.
Y con la pata de palo golpeaba el suelo haciendo un
tak tak tak.
----- Nada hombre, ya parará el siguiente.
----- Si, si... va a parar... Vas tu listo.
Y ahí que seguía acordándose de todos los santos habidos y por haber y golpeando el suelo con la pata de palo...
tak tak tak...
Al rato otro autobús que viene pero pasa de largo porque también va completo... El viejo que no para de golpear el suelo...
tak tak tak tak...
Hasta que el otro le dice:
----- Mire jefe me tiene usted rotos los nervios con ese ruido que hace, oiga. ¿ Por que no se pone usted un taco de goma en la punta ? y así no hace usted tanto ruido desagradable.
El viejo que le mira con cara de mala hostia

y le responde.
------ Goma... la goma te la tenias que haber puesto tu en el rabo hijo de la gran puta, así no habrías tenido tantos hijos y habríamos entrado todos en el autobús.














