33
Tres días después. Sábado.
Carlos
No podía evitarlo, mi reloj interno siempre me despertaba a la misma hora. Miré a mi lado y vi la figura de Carmen, durmiendo a mi lado. La noche anterior habíamos salido a cenar y luego, habíamos venido a mi casa donde hicimos el amor… bueno, lo de anoche no se podía decir que fuera hacer el amor, fue sexo, bonito, gratificante y excitante, pero sexo. Carmen había estado increíble, muy sensual y provocativa.
Me levanté con cuidado y me vestí sin hacer ruido. La miré. Dormía profundamente y estaba preciosa. Cerré la puerta con cuidado y me fui al baño y luego a hacerme un café. Un par de horas más tarde escuché a Carmen llamarme y fui al dormitorio:
- Buenos días, amor
- Buenos días, Carmen ¿Has dormido bien?
- Mmmmm genial
Y se incorporó dejando sus pechos al aire. Dijo:
- ¿Estoy horrible recién levantada?
- ¿Horrible? Pero si estás preciosa
- Mentiroso adulador, pero me gusta
- No es ninguna mentira
Carmen se levantó y vino hacia mi desnuda, contoneándose. Menuda visión, noté como mi polla se animaba. Me dio un beso y dijo:
- Creo que me vendría bien una ducha, anoche fuiste un chico travieso (guiñándome un ojo)
Me sentí avergonzado, sabía a qué se refería. Anoche Carmen me había hecho una cubana entre sus pechos y no lo pude resistir y me había corrido entre ellos. Carmen se rio y dijo:
- Cariño, no te apures, si me gustó, ya te dije que pienso que el sexo es diversión, debe ser divertido
- Ya, pero…
- Pero nada, hay que disfrutar y anoche lo hicimos ¿No es verdad?
Y me dio un pico sonriendo. Entonces dijo:
- ¿Te duchas conmigo?
- Cl… claro
Y nos fuimos a mi cuarto de baño. Carmen se metió en la ducha mientras yo me desvestía. Al meterme, nos besamos y ella me enjabonó. Luego, yo la enjaboné, especialmente los pechos, era increíble las sensaciones que daba tocar y masajear esos pechos.
A esas alturas ya la tenía totalmente dura y Carmen me cogía la polla moviendo su mano. Luego, me quitó la espuma de ahí y se arrodilló. Me miró con expresión traviesa y se la metió en la boca. Comenzó una mamada lenta, masajeándome los testículos sin dejar de chupar. Tras un rato, se levantó y me dio la espalda. La cogí por las caderas y se la metí despacio. La follé en esa postura, con muchos gemidos de Carmen hasta que se corrió. Luego, se volvió a agachar y me la chupó de nuevo pero pronto se la sacó de la boca y movió mi polla por sus pechos. Dijo:
- Me gustó sentir como te corrías entre mis pechos, fue muy, muy excitante
- Mmmmm
- Puedes hacerlo siempre que quieras, amor
- Yo…
- Y lo puedes hacer donde quieras
Y empezó a mover su mano rápidamente a lo largo de mi polla. No pude aguantar mucho más y la avisé. Carmen, apuntó a su cara y sonrió sin dejar de mirarme mientras mis chorros le caían en su preciosa cara. Luego, me la chupó un poco y se levantó. Me dio un pico y dijo:
- ¿Ves? Es divertido, excitante y no pasa nada
Cogió la ducha y se limpió la cara. “Que mujer, es una diosa del sexo” pensé admirándola. Salimos de la ducha y nos fuimos a desayunar. Luego nos vestimos, Carmen tenía que irse a su pueblo a ver a su madre y la llevé a su casa. Sabía que esa noche echaría muchos de menos, no solo por el sexo, me había encantado volver a tener a una mujer en mi cama y despertarme a su lado.
Carmen
Miré la hora, las 7 de la tarde, tenía tiempo de sobra antes de tener que salir para el servicio. Esta vez era algo sencillo, un par de horas en un hotel, a las 10. Entonces sonó una notificación en mi móvil y lo miré. Me sorprendió a medias, era Yolanda. El día anterior le había escrito con la excusa de la navaja que se había dejado aquí. Ella había respondido muy borde, como era normal. Le había dicho que se la daría a Santi si no venía a por ella y ahí se acojonó, no le había contado nada a Santi ni quería contárselo. Leí el mensaje:
- Estoy cerca de tu casa ¿Me puedo pasar a coger eso?
- Hola, Yolanda
- ¿Me puedo pasar o no?
- Sí, guapa, pásate
Unos 15 minutos después llamaba. Le abrí y ella, en la puerta, me dijo:
- Dámelo
- Pasa, mujer
- No, dámelo y me voy
Me fui para dentro mientras le decía:
- Entra y cierra la puerta
La escuché refunfuñar pero me hizo caso. Iba con vaqueros ajustados y una cazadora corta abrochada hasta arriba. Fuimos a la cocina y le dije:
- ¿Quieres tomar algo?
- ¿Me quieres dar de una vez la puta navaja?
- Tranquila, mujer, vamos a charlar un poquito
- No
Me hice un té con tranquilidad mientras la miraba como se impacientaba. Le puse una taza a ella que ni la miró. Le dije:
- No me has hecho caso
- ¿Qué?
- Santi sigue viniendo aquí cuando lo llamo, como un perrito, y eso quiere decir que sigues sin follar con él en condiciones
- Mira, zorra, deja de una puta vez a Santi, es mi hombre y…
- Ya te dije que solo me interesa de él lo que tiene entre las piernas, el resto es para ti, pero si tú descuidas ese pollón que tiene, seguirá viniendo
- Vete a la mierda
Y salió de la cocina dispuesta a irse. Le dije tranquilamente:
- El otro día estuvimos hablando de ti entre polvo y polvo
Escuché como se paraba. Luego volvió a la cocina con cara de cabreo total:
- ¿Pero qué coño te crees que haces hablando de mi con mi novio?
- Surgió el tema
- Puta zorra
- Sí, cariño, soy muy zorra y muy contenta de serlo
Nos quedamos en silencio. Bebí sin dejar de mirarla. Entonces preguntó:
- ¿Me… me va a dejar?
Me reí con ganas. Ella, enfadada, preguntó:
- ¿Me va a dejar por ti?
- No, cariño, jajaja, ya te he dicho que solo me interesa su polla
- ¿Qué… qué dijo?
- Fue cosa mía, tenía curiosidad
- ¿De qué?
- De si le habías montado el numerito de novia con cuernos
Yolanda me miró con rabia. Le dije:
- Pero no, te lo has callado ¿Por qué?
- No te importa
- ¿Tienes miedo de que te deje si le pones un ultimátum de o tú o yo?
Vi que había dado en el clavo por la cara que puso. Me reí y le dije:
- No se lo des, te va a seguir engañando, volverá en cuanto yo quiera aunque te prometa que no lo hará
La cara de Yolanda era un poema de sensaciones. Le dije:
- Está en tu mano que deje de venir, ya te lo dije
- No… no sé como hacerlo, siempre estoy dispuesta pero...
- Tienes que ser más zorra
- Yo no… mierda, vete a tomar por culo, zorra, no pienso hablar contigo de estas cosas
- Le hice una propuesta
- ¿Qué? ¿Cuál?
- Hacer un trío
- ¿Cómo? Estás como una puta cabra
- Cariño, sería excitante y te abriría un nuevo mundo de…
- Vete a la mierda
- Ese es tu problema, no experimentas con el sexo
- ¿Qué dijo él?
- Que tú nunca lo harías, que nunca estarías con una tía
- Tiene toda la razón
Me levanté y fui hacia ella. Yolanda retrocedió hasta chocar con una pared. Le acaricié la cara y le dije:
- Creo que no te conoce bien
Ella intentó apartarse pero sin mucha fuerza. Me incliné y la besé tiernamente en los labios. Yolanda no reaccionó. Saqué mi lengua ligeramente y lamí sus labios. Ella jadeó abriendo un poco la boca y metí mi lengua ligeramente pero entonces reaccionó y me empujó:
- No soy bollera, zorra
- ¿Seguro?
Me miró con odio y se fue de la cocina. Le dije:
- Te dejas la navaja
Volvió y tendió su mano. Se la di pero le cogí la mano para retenerla mientras le decía:
- Piénsate lo del trío, nos divertiríamos mucho
- No
Se sacudió para que la soltara y se fue. Me reí, le había dado mucho que pensar.
Yolanda
Salí de esa puta casa aún peor de como estaba. Esa mujer, esa puta vieja, me sacaba de quicio, pero a la vez, tenía algo… Me había estaba machacando la cabeza sin entender por qué Santi volvía con ella una y otra vez. Me doblaba la edad y yo soy atractiva, eso lo sabía, pero Santi no paraba de follar con ella. Pero ahora empezaba a intuir lo que Santi podía ver en ella, era una mujer terriblemente sensual, toda ella era sexo y seducción. “Joder, que he estado a nada de devolverle el beso con el asco que me da la tía esa” pensé con incredulidad.
Meneé la cabeza. Un trío, nos había propuesto un trío. Jamás haría algo así, ni con ella ni con nadie, eso lo tenía claro pero “me ha hecho dudar la muy puta” pensé con rabia. Respiré hondo y tomé una decisión “Vale ¿Quieres que luchemos por Santi? De acuerdo, seré más zorra que tú, puta vieja, Santi no tendrá ganas de ti porque estará seco, de eso me aseguraré yo”.
Cristina
Estaba siendo un fin de semana maravilloso. La noche anterior, tras irse Sara, habíamos salido Alberto y yo, y luego, al volver, había follado intensamente. Y por la mañana otro polvo, y después de comer otro. No me podía quejar. Y esta noche saldríamos con Héctor y Mónica, y tenía ganas, muchas ganas.
Estaba revisando mi ropa, con Alberto echado en mi cama viendo una serie, mirando a ver que me iba a poner, cuando escuchamos la puerta. Nos miramos extrañados hasta que escuchamos “HOLAAAAA”. Era Sara. Salimos y ella nos abrazó dando besos. Nos dijo:
- Mi hermano me ha traído, que tenía que venir y he aprovechado ¿Os lo habéis pasado bien sin mí?
La miré con cara de circunstancias. Alberto estaba contento y no paraban de hablar mientras yo pensaba en mis planes para esa noche. Le dije:
- Me dijiste que no venías hasta mañana
- Lo sé, cariño
- Es que teníamos planes
- Me apunto
- Pero… pero es que vamos a salir con mis compañeros del trabajo
Alberto dijo:
- Con los frikis
Y Sara se rio con ganas. Seguí hablando:
- Mis compañeros no saben nada de nuestra relación a tres e íbamos a salir en parejas y…
- Bueno, no pasa nada, me apunto como amiga, como haces tú cuando salimos con los amigos de Alberto
- ¿Seguro?
- Sí, cariño, esta vez eres tú la novia, no me importa
La miré, no me fiaba, Sara descontrolaba mucho, y Alberto aún más. Dije:
- Mejor cancelo y…
- No, no, Cris, vamos con tus frikis, me portaré bien jajaja
- No quiero que ellos sepan…
- Que sí, que os avergonzáis de mí
- No es eso, pero no quiero chismes en el trabajo con…
- Que sí, que estaba bromeando, no te preocupes, salimos y me comporto bien pero luego, aquí, me comportaré muy, muy mal jajaja
Alberto reía con ganas aprobando esa idea. Sonreí y dije:
- Bueno, pero tú lo mismo, Alberto, no te pases con Sara
- ¿Yo pasarme? Nunca
Y Sara partida de risa. Suspiré, la noche se había complicado y ya no me apetecía tanto salir.
Carlos
Me senté en el sofá de Silvia tras terminar de ayudarla recogiendo los platos de la cena. Gema ya dormía así que empezamos a hablar de temas más personales. Silvia dijo:
- Bueno, te noto contento
- Sí, lo estoy
- ¿Por el sexo?
- No, bueno, eso está muy bien pero es que estoy muy bien con Carmen
Hizo un esfuerzo por no torcer el gesto y consiguió sonreír pero me di cuenta y dije:
- Se te nota que te cuesta ser amable con este tema jajaja
- Bueno, pero lo intento jeje
- Y te lo agradezco
- ¿Vas en serio con ella?
- ¿En serio? Bueno, es pronto para eso, nos estamos conociendo, pero hay confianza e incluso te diría que complicidad
- ¿Complicidad?
- Sí, en la cama, por ejemplo
- Mmmm No sé si te entiendo
- Bueno, me refiero a confianza para estar relajados durante el sexo
- Ah, ya
Silvia
“Vamos, que es una guarra y hace de todo” pensé, pero sonreí a duras penas. Que me costaba no saltar con esa mujer. Me gustaba ver a Carlos contento pero sabía que estaba así por manipulaciones de ella y estuve a punto de advertirle de nuevo pero me mordí la lengua. Le dije:
- Como cambian las cosas
- ¿Por?
- Ahora eres tú el que tiene sexo y yo no
- ¿Tú no? ¿Por dos semanas?
- Muchas son jeje
- Jajaja, ya mismo lo tienes aquí
- Lo sé, no veo la hora, y no solo por el sexo, es que me siento muy sola sin él aquí
- Claro, normal. El otro día estuve hablando con él
- ¿Por?
- Por trabajo, para saber como va la formación
- Ah
- Va bien, está contento con eso, pero os echa de menos
- Claro
- A él también se le está haciendo cuesta arriba
- Lo sé, lo sé, a veces me da ganas de coger un avión pero luego…
Me sonrió comprensivo. Entonces dije:
- Pues ya tenemos a los dos machitos del departamento emparejados
- ¿Al final es verdad que salen juntos?
- Y tanto, estos follan más en un día que nosotros en un mes jeje
- Jajaja, son jóvenes
- Oye, que yo soy joven
- Jajaja
- El que se siente viejo eres tú ¿O ahora ya no te ves tan viejo?
- Bueno…
- Jajaja ¿Ves? Si yo tenía razón, necesitabas una mujer
Y se rio.
Héctor
Estaba siendo una noche extraña. Había empezado muy bien cuando fui a recoger a Mónica. Se había maquillado bastante, con los labios muy rojos y llevaba, además de un abrigo, tacones no muy altos, medias enteras tipo pantis negras de rejilla, unos pantalones cortos ajustados y un top con un hombro al aire. Me había parecido muy sexy.
Y luego, al ir al sitio donde habíamos quedado y ver a Cris, que también iba muy sexy, con un vestido con minifalda ajustada, medias también enteras pero lisas y negras, tacones altos y un top algo escotado. No estaba acostumbrado a verla así y me pareció que estaba increíble. Nos dijo que su compañera de piso se había apuntado a última hora. Al fin conocía a la famosa Sara. También era guapa y sexy, pero menos que Cris, aunque iba con un vestido igual de corto y ajustado.
Alberto iba con una camiseta hiper ajustada marcando todos sus músculos. Observé la cara de Mónica al verlo, como le sonreía tontamente. Es que estaba claro, un tío así las dejaba a todas tontas, y era lógico. El tío me volvió a triturar la mano en un apretón, y no paró de meterse conmigo en toda la cena, estaba claro que era un tío muy físico y no le gustaba la gente como yo que éramos unos canijos que nos pasábamos el día sentados delante de un ordenador. Me callé por respeto a Cris pero el tío era un gilipollas total.
Con Mónica no se metía pero le soltaba cosas como “¿No eres demasiado guapa para estar con un friki?”. Notaba que a Cris no le hacían gracia estas bromas sobre mí, y a Mónica menos, pero Sara le reía todas esas gracias con muchas ganas.
Luego dijeron de ir a bailar. Yo, por mí, ya me habría retirado pero Mónica y Cris insistieron. Bailé sobre todo con Mónica, pero también un poco con Cris. Con Sara nada. Y me enrollé con Mónica varias veces, igual que Alberto con Cris. No me gustaba como Alberto manoseaba a Cris delante nuestra, como demostrando que era suya y hacía lo que quería, cogiéndole el culo, incluso las tetas. Y cuando se enrollaban me daba vergüenza ajena por como le metía mano. Yo también le metía mano a Mónica pero de una forma distinta, como caricias, él lo hacía como posesión, o eso me parecía, pero estaba claro que a Cris no le importaba así que sería cosa mía.
También observé que Cris estaba bastante colocada, algo se había tomado y me lo confirmó Mónica porque a ella también le habían ofrecido una pastilla pero Mónica pasó. Esta Cris era muy diferente a la del trabajo, mucho más sensual y con ganas de divertirse, cosa normal, yo solo tenía la visión formal de ella.
Una de las veces me fui a la barra para pedirme un refresco, me dolía la garganta de gritar y estaba cansado. Al poco llegó Mónica y me dijo:
- No me gusta nada ese tío
- ¿Quién?
- Alberto
- ¿Por qué?
- Está muy bueno pero es un gilipollas sobón
- ¿Qué? ¿Te ha tocado?
- No, pero lo ha intentado
Me entró algo por dentro. Podía soportar que se metiera conmigo pero eso ya sobrepasaba mi límite. Entonces Moni dijo:
- Y sospecho que tiene algo con Sara y Cris ni se da cuenta
- ¿Por qué dices eso?
- No los has visto bailando ahora, como se tocan y manosean… el tío tiene la mano muy larga pero lo que he visto en ese baile no es nada normal
- ¿Mano larga?
- Sí, ha intentado cogerme el culo pero le he cortado el rollo, el tío se cree que porque tiene músculos todas babeamos por él pero no, es un gilipollas, a mí solo me toca el culo mi chico
- Será cabrón, voy a decirle que se vaya a la mierda y...
- No, cari, sé defenderme, le he dicho que como volviera a intentarlo le daba un rodillazo en los huevos, ya no soy la chiquilla aquella jajaja
La miré sonriendo. Desde luego que no era aquella niñita por la que me metí en tantas peleas por defenderla. Pensé que lo mejor sería irnos, pero antes hablaría con él, me tenía harto. Entonces Moni dijo:
- ¿Nos vamos?
- Sí, mejor que sí, voy a decirles que nos vamos
- Creo que han salido a fumar, voy de mientras al baño, que me estoy haciendo pis jiji
Me dio un beso y se fue. Salí fuera para buscarlos, sobre todo a Alberto, pensaba decirle cuatro cosas aunque me llevara una hostia. No los veía por ninguna parte. Giré una esquina y nada. Ya me iba a ir cuando vi unas figuras entre unos coches. Me acerqué y me quedé de piedra. Vi a Alberto apoyado contra un coche, fumando un porro y con la polla fuera, totalmente dura, tocándosela. Y delante de él a Cris y Sara morreándose salvajemente mientras se metían mano porque Cris tenía una mano entre las piernas de Sara y Sara una en las tetas de Cris. Vi que Alberto me miraba con una sonrisita de chulo que me dio asco y me fui rápido.
Cuando encontré a Mónica dije de irnos. Fuimos a por mi coche que estaba en otra zona lejos de donde estaban esos tres. Durante el camino no paraba de pensar en Cris, en como le comía la boca a Sara. Paré el coche en un sitio oscuro, estaba muy excitado. Mónica se extrañó:
- ¿Qué pasa?
La besé. Ella se rio y dijo:
- Pero mejor en la cama ¿no?
- No puedo esperar
Mientras seguía besándola con ardor y metía mi mano por debajo de la blusa de Mónica, buscando sus tetas. La mano de Mónica me bajó la cremallera y sacó mi polla dura. Eché el asiento atrás y Mónica se agachó para chupármela. Volví a meter la mano en su blusa para seguir tocándole las tetas. Y de pronto me vino a la mente la imagen de Cris besando a Sara, su culo y tetas bien marcados por el vestido, y me corrí de forma inmediata en la boca de Mónica, que soltó un ruido de sorpresa pero no paró la mamada.
Cuando levantó la cabeza se había tragado todo y dijo:
- Vaya, sí que tenías ganas, no me lo esperaba
- Lo… lo siento, ha sido de repente
- Ya, ya me he dado cuenta jiji
La miré avergonzado, me había corrido pensando en Cris, no en ella. Le dije de hacerle unos dedos pero ella se lo pensó un momento y dijo:
- Mejor en la cama, porque habrá segundo asalto ¿No?
- Sí
- Bien, pues vamos, y rapidito, que ahora soy yo la que tiene muchas ganas jajaja
Lunes
Cristina
Me removí nerviosa en el asiento del autobús que, increíblemente, había conseguido ocupar esa mañana. Estaba nerviosa desde el día anterior por la tarde cuando comenté con Alberto y Sara que no sabía nada de Héctor y Mónica y él dijo riéndose:
- Se estará matando a pajas
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Por lo que vio en el aparcamiento
- ¿Qué vio?
- A nosotros liados
- ¡¡¡¡¿Qué?!!!!!
- Sí, menuda cara de salido friki puso jajaja
Sara rio y dijo:
- Puah ¿Se hará una paja pensando en nosotras? Que asquito
- Eso tenlo por seguro, nena
- Arghhh, asco jajaja
La miré enfadada y aún sin creérmelo:
- No digas eso, Héctor no da asco
- Tía, si es un frikazo
- Es mi amigo y…
Alberto intervino:
- Ese tío está en otra liga, preciosa
- ¿Otra liga?
- Claro, Cris, nosotros somos guapos y atractivos, y él está en la liga de los feos y mediocres jajajaja
Sara le rio la gracia y dije:
- Héctor ni es feo ni mediocre
Sara me miró con sorpresa y dijo:
- ¿Te lo has tirado?
- No, pero…
- ¿Seguro?
- Que no me lo he tirado, joe, pero no porque sea feo, sino porque es mi amigo, pero tiene un buen polvo
Alberto, sonriendo con suficiencia dijo:
- Nena, está en otra liga, tú estás mucho más buena que él
- Que tonterías dices
- Es la verdad, ese tío jamás se tirará a tías como vosotras
- Eres idiota, no solo pensamos en el físico y Héctor no es para nada feo
- Ya, claro, jajaja
- ¿Y Mónica? ¿Me vas a decir que es fea?
- No, está buena pero es muy rara
- ¿Por el pelo de colores?
- Porque es rara de cojones, nena, es otra friki
- A mí también me gustan los ordenadores
- Pero eres normal, y eres de nuestra liga jeje
- Mira, paso de tonterías… Joder, ahora sabe lo nuestro y a saber que pensará de mí
- ¿Y qué importa lo que piensa ese friki?
- ES MI AMIGO, claro que me importa que piensa de mí
Pero Sara y Alberto menospreciaban a Héctor y no le daban importancia. Al final me había enfadado con ellos, no entendía porqué trataban así a Héctor que era la mejor persona que conocía. Y casi no había podido dormir esa noche, nerviosa por él, por lo que pensaría de mí, eso me preocupaba muchísimo, no quería perderlo como amigo ni que cambiara nuestra relación ni el ambiente en el trabajo.
Cuando llegué al trabajo saludé rápidamente a Carlos y fui a mi sitio. Allí estaba Héctor y le dije:
- Ven, tenemos que hablar
Lo llevé a la cafetera y le dije:
- ¿Qué viste la otra noche?
- ¿Qué? Yo…
- Alberto me dijo ayer que nos viste en el aparcamiento ¿Cuánto viste?
Héctor, nervioso, no decía nada. Le dije:
- Héctor, por favor ¿Qué viste?
- Os vi… os vi a ti y a Sara besándoos
- ¿Y nada más?
- No
Bueno, menos mal que no vio la mamada a dúo que le habíamos hecho a Alberto. Suspiré y le dije:
- Casi no he dormido esta noche
- ¿Por qué?
- Preocupada por lo que viste
- Yo… lo siento, no fue mi intención espiaros, os buscaba para deciros que nos íbamos y…
- Lo sé, no es eso, Héctor
Inspiré y le dije:
- Me da miedo lo que pienses de mí
- ¿Cómo?
- Yo… mi relación con Alberto no es… no es normal
- Mmmm
- Es una relación a tres, Alberto es mi novio pero también de Sara, y Sara es mi novia
La cara de pasmo de Héctor me habría hecho reír en otro momento pero estaba tan nerviosa que no lo hice. Continué:
- Me daba miedo contártelo por si me… no sé, por si te parecía mal y… y me veías diferente y…
- Pero Cris, eso es algo personal tuyo
- Ya pero…
- Yo no voy a opinar si está bien o mal, es tu relación
Lo miré, casi estaba a punto de llorar por nervios. Él sonrió y dijo:
- Yo no entiendo de estas cosas, me refiero a cosas sobre el amor y relaciones, soy… soy un inútil para estas cosas
- No digas eso
- Sí, es la verdad, pero sé una cosa, desde que tienes esa relación te veo más feliz, más contenta, y creo que solo por eso ya me parece genial la relación que sea que tengas
- ¿Sí?
- Claro, para mí es importante que seas feliz, eres mi amiga, te deseo siempre lo mejor y está claro que esa relación te hace bien porque sonríes más, estás más relajada… no sé, yo te veo mejor y eso está guay
Rompí a llorar y me abracé a él. Cuando me calmé le dije:
- Jo, eres un tío estupendo, Mónica tiene mucha suerte
- Sí, y me moría de ganas de contarte la verdad, pero tenía tanto miedo a que… a que me vieras diferente y… y… y te alejaras de mí, que no quisieses ser mi amigo
- Anda ya, que chorrada jeje
Me separé de él y le dije:
- ¿Se… se lo has contado a Mónica?
- No, eso es una cosa tuya
- Gracias
- De nada
- Todo esto me da mucha vergüenza pero me alegro que ya lo sepas, así podré contarte como me siento de verdad porque a veces no todo es bonito, tengo mis celos y malos ratos, es una relación complicada y me gustaría conocer tu opinión y que me aconsejes, no tengo a nadie a quien pedir consejos
- Uf, pero si yo no tengo ninguna experiencia en relaciones, no creo que pueda ayudarte
- Pero eres muy listo y sabes escuchar, a veces solo con eso es suficiente
- Para eso siempre puedes contar conmigo
- Lo sé
Y le cogí la mano y se la apreté con cariño. Le dije:
- Fue una noche rara ¿No?
- Sí
- Siento mucho que Alberto no parara de meterte caña en la cena, me he enfadado con él, con los dos
- Ya, bueno, estoy acostumbrado, siempre he sido un canijo poca cosa
- No lo eres
- ¿Soy gordo?
- No eres poca cosa, eres muy importante para mí
Le sonreí tímidamente. Entonces dije:
- Mónica iba muy guapa
- Sí, y sexy, como tú
- ¿Sí?
- Sí, claro, tengo ojos jeje, y nunca te había visto así, estabas genial
Noté como se me subían los colores y le dije:
- Gracias, tú también ibas muy bien, estabas guapo
- Jajaja, ya, seguro
- Sí, es la verdad
Él meneó la cabeza sin creérselo y dijo:
- Me gustó bailar contigo
- Y a mí, aunque me coloqué bastante
- Ya
- Por eso pasó lo del aparcamiento, estaba muy colocada
- Imagino
- No suelo tomar pastillas pero desde que estoy con ellos… No sé, a ellos sí les gusta y los acompaño
- Ah
- Tengo que dejarlo, no es lo mío
- No creo que te haga falta colocarte para divertirte
- Eso creo pero a ellos sí les gusta
Nos miramos y le dije:
- ¿Café?
- Sí
Lo preparamos y bebimos en silencio. Le dije:
- Ufff, estaba de los nervios, no te puedes imaginar como estaba. Ayer estuve a punto de llamarte mil veces pero me daba corte y, al final, preferí hablarlo hoy contigo, en persona
- Bien
- Sí, aunque no sé como tenía tanto miedo, conociéndote no debería haber dudado de tu reacción pero… pero es eso, me daba mucho miedo que dejaras de ser mi amigo
- No creo que eso pase nunca
Y le sonreí feliz.
FIN SEGUNDA PARTE